Después de misa.
Ya era de noche en la ciudad, se suponía que debía estar en el convento con las demás hermanas ya que habíamos celebrado misa esa misma tarde, pero la verdad preferí desentenderme.
Me sentía un poco más cansada de lo normal, seguramente será porque anoche dormí menos de lo que suelo dormir por lo regular, de ahí que estuviera pagando ese precio.
Me encontraba en la que era mi "casa" por no decir que era el lugar donde guardaba algunas herramientas de combate, era un espacio realmente pequeño, pero no necesitaba más.
Acababa de ducharme, lo que sentía necesario, tenía mi bata blanca puesta, me sentía fresca por fuera, pero caliente por dentro. A diferencia de las demás hermanas que se guardan del pecado, yo, en lo personal, siento que el pecado, más que algo que debe evitarse, debe cometerse.
¿De qué se supone nos perdonara Barsibatos si no hemos cometido acciones malas? Yo no puedo disculpar a alguien que no me ha hecho algún mal, de ahí que el pecado sea necesario.
Quería pecar, sin duda, y del tipo de pecado más bajo que se puede cometer: uno relacionado la carne. Sentía que mis mejillas se habían colorado un poco, apretaba mi entrepierna y sentía que mis pezones se iban poniendo duros conforme más brotaba en mí ese deseo de pecar.
Me recosté en mi cama, descubriéndome los senos para comenzar a acariciarme uno de ellos, especialmente el pezón.
-Barbatoas...perdone por favor a esta oveja suya por hacer algo que no debe. -Dije a baja voz, mordiéndome el labio para acariciarme con suavidad y ternura mi abdomen, lo que me hizo gemir, y esos gemidos fueron aumentando de tono conforme más bajaba. (Venti viendo por la ventana mientras babea: oh, sí, claro que te perdono)
Al toparme con mi vulva, sonreí para mí misma, acariciando la misma con los dedos índice, corazón y anular, lo que me sacó otro gemido.
Seguí así por un rato, aunque eran solo los preparativos. Lo único malo es que tengo la mala costumbre de ser ruidosa, aunque da lo mismo, nadie puede oírme realmente ya que es muy noche y las calles están vacías y de las paredes de roca no pasa ni el ruido de un grito.
Cuando metí esos dedos dos dedos en mi vagina, gemí con más placer, incluso con una risita, me encantaba sin pensarlo un segundo, pecar es de mis cosas favoritas, y más si se trata de la carne. Aunque claro, después de la misa toca confesarme y ahí es cuando me ponen a rezar de más, lo que me es molesto pero es el precio a pagar.
Con mi otra mano me acariciaba el cuerpo, los senos, incluso la vulva, siempre metiendo mis dedos con lentitud para estimular mi zona especial, lo que era para disfrutar.
Ya gemía a un volumen que era perfectamente audible en todo el cuarto, como dije antes, soy ruidosa, no lo puedo evitar, me pierdo en mi mundo mientras me masturbo y la verdad es que no me doy cuenta de qué tan fuerte gimo.
Apreté mi cadera con fuerza, ese pequeño dolor me excitaba un poquito más, incluso he llegado a pensar en arañarme las piernas, pero se notaría a través de mis mallas. (Qué rayos con eso, Rosaría es una monja que usa mallas, usa ropa ligera y tiene tatuajes, no tiene sentido JAJAJA)
Sin embargo, mi relajo no duraría mucho ya que la puerta se abrió de una patada, era el viajero con su espada en mano, teniendo una expresión muy dura en su rostro.
-¡¿Qué le hacen a la hermana Rosaría, malditos desgraciados?! -Pude ver que no se percató que no había nadie en el cuarto más que yo, lo que le hizo hacer un gesto de extrañeza, sin embargo, cuando me vio en bata de baño, con los senos al descubierto y una mano en mi entrepierna que, a su vez, tenía los dedos dentro de mi vagina, abrió los ojos y la boca, sonrojándose hasta los cabellos. -¡Pe-perdón!
-Oye. -Dije con esa frialdad de siempre, fingiendo molestia. -Entra aquí y cierra la puerta...rápido. -Él, que tenía la mano en el picaporte y un pie fuera de la habitación, tragó saliva e hizo lo que le exigí. -Buen chico.
Yo estaba como si nada, me puse bien mi bata, eso sí, dejándome un hermoso escote al descubierto, uno muy provocativo y sexy.
-He-hermana Rosaría...¿se le ofrecía algo? -Él desvió la mirada, pegándose contra la puerta.
-Nadie sabe que estoy aquí, se supone que debería estar durmiendo en los cuartos de la catedral, y sin embargo estás aquí...
-Y-yo pasaba por aquí de casualidad, escuché quejidos al pasar por la puerta, pensé que forcejaba con algún bandido o que la intentaban asfixiar...pe-perdón, yo no vi nada, esto nunca pasó.
-¿O sea que no me viste masturbándome en mi lugar secreto? -Tomé la mejilla de Aether justamente con la mano con la que cometí mi pecado sexual, él abrió los ojos de la sorpresa, sonrojándose de nuevo hasta los dientes. -Está caliente, ¿no?
-N-n-no vi nada de eso...y-y respondiendo lo demás...sí, está caliente. -Aether se llevó las manos a la entrepierna, tratando de forma patética cubrirse una erección que comenzaba a despertarle.
-¿Por qué no me miras si te estoy hablando? -Con esa mano, volteé su cara para que me viera a los ojos, aunque noté cómo es que, de vez en cuando, bajaba rápidamente los ojos para ver mi escote, ruborizándose y regresándolos a donde los tenía antes de eso.
-Hermana Rosaría, usted es religiosa y la veo casi desnuda, no es correcto que la mire así, y no me siento cómodo tampoco.
-Si no te sientes cómodo...¿por qué somos tres los que estamos despiertos? -Deslicé mi otra mano por las suyas propias, entrando en contacto con su pantalón, él gimió un poco.
-¡He-hermana! ¡¿Qu-qué hace?! ¡¿No está prohibido qué...?!
-Shh. Tú mismo lo dijiste "esto nunca pasó". Cualquier cosa que hagamos aquí, nadie la verá, nadie la escuchará, nadie la sabrá...
-N-no quiero...
-Ahora no...pero qué tal si...
Tomé una de las manos de Aether suavemente para después desenredar el pequeño nudo que sostenía mi bata, por lo que la misma cayó hasta mis codos, dejando mis senos al descubierto.
Mis pezones estaban duritos, pues este chico la verdad me excita con su inocencia, tiene linda cara y, aunque da un aire de incorruptibilidad y amabilidad, siento que ha de querer desestresarse de la ajetreada vida que lleva con tantas tareas que tiene.
Llevé su mano a uno de mis senos mientras que con la otra le desabrochaba lentamente el cinturón. Su mano se resistía, así que le di un beso en los labios con la intensión de casi robarle el aliento.
-Relájate, caballero horario, estás muy tenso. Tócame todo lo que quieras, quizá eso te tranquilice. -Apenas dije eso, él apretó suavemente mi seno, sacándome un gemido tranquilo, pero que fue directamente en su oído con la intensión de que cayera en la tentación. -Debes pecar para que Barbacoa tenga que perdonarte por las malas acciones. Solamente debes aceptar el castigo que conllevan las mismas.
Nos fuimos adentrando en un beso que no subía de tono, aunque sí que lo hacían nuestros manoseos. Él, aparte de tocarme el seno que ya dije antes, bajó su mano a mi trasero, apretándolo con fuerza.
Yo metí mi mano en su pantalón, y estaba casi segura que ahí había muchísimos obreros ya que sentí un levantamiento (chiste hacía el marxismo :v), se trataba, evidentemente, del репе de Aether, que todavía no sentía tan duro como yo esperaba.
Comencé a acariciarlo por encima de su ropa interior, y fue ahí que se endureció más y más. Lo tomé para arrojarlo a la cama, algo me dice que eso le sorprendió, y más cuando me lancé contra él para besarle el cuello.
El caballero honorario se dejaba besar sin problema alguno, escuchaba que gemía un poquito, a la vez que me agarraba más fuerte el trasero y una de sus manos se paseaba por mi espalda con suavidad.
En cuanto le quité la ropa superior, le besé el torso del pecho, lamiéndole un poco los pezones, lo que parecía gustarle mucho. Me arrodillé en la cama, quitándome al completo la bata y mostrando todo lo que le ofrecía: unas curvas de tentación.
No solamente tengo tatuadas las piernas, sino también tengo tatuada una corona de espinas debajo de los senos, algo que le sorprendió muy a bien. (Se trata de la imagen de su constelación, realmente no sé Rosaría si tenga uno así en esa zona de su cuerpo...pero es mi historia y me la violo cuando quiero jsjsjs)
-Hermana, esos tatuajes me hacen querer caer en la tentación con usted. -Dijo con un tono candente que era imposible ignorar. Pasó sus dedos por mi tatuaje, acariciándome la parte baja de los senos, además, lo que me prendía.
Sus dedos se habían puesto calientes, así que alcé mis brazos, haciendo mi espalda para adelante, él fue bajando sus dedos por todo mi abdomen hasta llegar a mi cintura, la cual apretó suavemente.
Fajábamos de la siguiente manera: me coloqué sobre Aether, él tenía sus manos en mi cadera, la que movía adelante y atrás para masturbarnos mutuamente, siendo un pequeño preparativo para lo que se venía. Claro que ambos queríamos tener coito.
Mientras me movía, yo bajé mis labios para besar los suyos con bastante pasión, sus mejillas estaban ruborizadas, pareciéndome tierno al verse más lindo de lo que ya es.
Estando más que desesperados, me levanté de su cadera, finalmente quitándole los pantalones, siendo ayudada por el propio caballero honorario en esa labor, y cuando tuve su peηe frente a mí, lo lamí por donde se marcaba una vena, sacándole un escalofrío de placer.
No era mi intensión hacerle sexo oral, así que me volví a encimar en él, tomando su miembro con cuidado, masturbándolo hasta meterlo en mi vagina, lo que nos arrancó a ambos un buen gemido de placer. (Para Rosaria y Hu Tao se puede aplicar la de "te voy a exhorcizar a mamadas" 😂😂😂)
No puedo decir qué era lo que me causaba más placer a mí: si mis dedos o su pεηe, dándome lo mismo ya que, conforme nos movíamos, él entraba un poco más. Hice mi cabellera a un lado para besarlo con intensidad, lo único que interrumpía esa acción eran los gemidos que soltábamos, especialmente yo, que no soy en lo absoluto silenciosa.
Aether se recargaba en sus codos, por lo que su torso quedaba en un ángulo de 45 grados, perfectamente para que pudiéramos besarnos, y ciertamente era un poco más cómodo para mí también.
-¿Te gustan mis besos? -Pregunté de forma entrecortada, ya que pasamos a darnos un beso de lengua en ese momento.
-Hermana Rosaría, me gusta todo lo que usted tenga para ofrecerme. -Sonrió, jugueteando con mi lengua a la vez que nos veíamos con ojos llenos de lujuria.
Mis caderas se movían con fuerza y velocidad, pareciéndome completamente normal que él también gimiera mucho, pues al final yo me lo estoy tirando a él, no él a mí...por ahora, claro.
Cerró sus ojos, frunciendo su ceño para gemir varias veces, yo enterré mi uñas arriba de su nuca, en su cabello ya que también me empezaba a perder en mi mundillo de perversión.
Hubo un momento donde, sin realmente llevar una dirección, moví mis caderas de forma lenta pero que la acción resultaba en que nuestras pelvis se golpeaban sin dejar un solo milímetro de distancia entre nosotros.
Cada que entraba de nuevo en él, ya que hacía que su peηe casi saliera de mi vagina, llegaba hasta lo más hondo que podía, llevándose un gemido fuerte de mi parte.
Él dejó de gemir, pues simplemente vi con un ojo entreabierto (ya que el otro lo tenía cerrado), que sonreía con gusto, besándome el cuello, apretándome la nuca con una mano y con la otra gran parte de la circunferencia de uno de los glúteos.
Cuando me vine, lo que fue inevitable tras estar así, él me volteó, quedando sobre mí.
-Fóllame. -Susurré con excitación, pensé que seguiría con nuestras acciones pecaminosas en esa posición, sorprendiéndome en que no lo hizo, sino más bien, me arrodilló en la cama, haciendo él lo mismo, colocándose detrás de mí.
Prácticamente me senté sobre su entrepierna, pero así continuamos la faena, y fue mejor para ambos ya que, tanto Aether movía su cadera como yo la mía, por lo que la fuerza con que lo hacíamos era una cosa verdadera.
Mis senos se movían arriba y abajo, sentía besos en mi cuello, lo que gozaba realmente, sudaba de todo el cuerpo, teniendo pegados los cabellos a la espalda, al igual que él.
Me abrazó tomándome del cuello para ahorcarme con fuerza, lo que me sorprendió un poco, pero conforme me fui poniendo roja de la cara por una inicial falta de aire, fue que mi vagina se empezó a contraer, así que sentí sus gemidos directamente en mi oído y yo podía sentir cada centímetro de su peηe de una mucho mejor manera.
Al soltar mi cuello, respiré hondo, tosiendo con un poco de fuerza a la vez que los músculos de mi pelvis se relajaban, pero él me quería dejar sin aire ya que me besó otra vez de lengua.
Aquel muchacho que parecía tan inocente, tenía una mano estimulando mi pelvis con sus dedos y con la otra me acariciaba un seno, también estimulándolo. Prácticamente Aether se convirtió en mi dueño: dueño de mi cuerpo, mis gemidos, mis orgasmos, mis besos y mis caricias.
-¡Ah, hijo de...! -Exclamé, gimiendo, me la estaba pasando de maravilla. -¡Sigue, sigue, no te vayas a detener!
-Hermana, apenas empiezo.
Agarró mis hombros para arrojar la mitad superior de mi cuerpo contra las sábanas, llevando sus manos al lado de mis codos, lo que me sorprendió bastante.
Su entrepierna golpeaba mi trasero, me la metía con toda su fuerza y peso, de forma rápida, así que yo pataleaba un poco, apretando fuertemente las sábanas, sonrojada de la cara, con los pezones bastante duros y gimiendo muy fuerte.
Aether no era menos silencioso, ya que comenzó a gemir también fuerte, acelerando sus movimientos dando fuertes respiros que parecía no controlar. Sentí algo dentro de mí, algo que era caliente, pero no me preocupó en lo más mínimo.
Él salió de mí, acostándose a mi lado.
-Demonios...no lo pude sacar a tiempo, me vine más pronto de lo que pensé.
-No te fijes en eso, soy estéril. No sería lo suficientemente estúpida para hacerlo sin condones a sabiendas de que puedo resultar embarazada. (Yo siento que Rosaría en eso se parece a Black Widow: ambas fueron esterilizadas por razones de su adiestramiento).
-Una hermana embarazada sería la cosa más que escandalosa...tiene sentido lo que dices.
-Ya ves...
-Dame un segundo para recuperarme y continuamos. -Aether sonrió de manera coqueta, yo le di un beso en los labios.
-De acuerdo.
Cuando se repuso, que fue cosa de unos pocos minutos, yo me recosté en la cama, abriendo mis blancas piernas a la vez que él se iba arrodillando en la cama para poner sus manos alrededor de mis costillas y volviendo a unir nuestras dos pelvis menores, por lo que de manera inevitable, él entró de nuevo en mí.
Fue primeramente despacio mientras íbamos tomando calor, comenzando con un beso de lengua que era lo que nos ayudaba a ponernos más. Su ritmo empezó a aumentar después de unos segundos, así que corté el beso de lengua para gemir a la vez que tiraba mi cuello para atrás.
Ahí, Aether aprovechó para besarme el cuello y abrazarme, así que nuestra piel estaba en gran contacto, lo que a mí me gustaba muchísimo, así que lo disfrutaba.
Recargué mi espalda en la cabecera de la cama, así como en unas almohadas, por lo que no tendríamos que hacer mucho esfuerzo ya que todo era trabajo de nuestras caderas más que de todo nuestro cuerpo, nos besábamos mucho, él me tomaba el trasero y yo le arañaba la espalda suavemente, prefería acariciársela porque me excitaba mucho sentir su piel caliente, y por la piel de gallina que se le pone, seguramente a él también le gusta.
-Hermana Rosaría, tu υaginα está tan mojada, pero aun así me aprietas muy bien.
-¿Te gusta? –Pregunté, entre gemidos, expulsando aire caliente del mismo. –Sigue así, pero un poco más lento, ¡agh! Y llega profundo.
Él hizo lo que le pedí, sus movimientos se volvieron lentos, pero me embestían de manera que toda la cabecera se movía, causando un poco de ruido que solamente era ahogado por nuestros gemidos.
Le tomaba el trasero con cierta coquetería, ya que la verdad me gustaba mucho sentir lo más posible su piel, aparte me era agradable ya que se sentía musculoso y bien ejercitado, se nota mucho que ejercita la parte inferior de su cuerpo.
Una de sus manos comenzó a apretar mi cintura, enterrando con suavidad sus uñas en las mismas, y con la otra me tomaba de la espalda, casi como si me estuviera cargando, lo que era lindo, aparte de que así manteníamos una enorme cercanía entre nuestros cuerpos.
Mis pezones se apretaban en la parte superior de sus pectorales, y el hecho de que se rosaran me los ponía más duros y me excitaba más todavía, así que sintiendo su pene, sus caricias, sus pequeños rasguños y sus besos en mi cuello y labios, comencé a perder la conciencia, arqueando mi espalda a la vez que con mis rodillas apretaba la parte baja de las costillas de Aether, por lo que la metió lo más profundo dentro de mí.
Gemía mientras reía un poco, llegaba al orgasmo en tan buena posición, y lo que más me había gustado es que él, en vez de detenerse, comenzó a meterla con más fuerza, embistiéndome sin que yo pusiera resistencia alguna.
Cuando mis gemidos comenzaron a callarse, él me tomó de uno de mis muslos, acariciándome con suavidad, pasando las yemas de sus dedos por mi piel, causando que ahora a mí se me pusiera de gallina.
-Sí que sabes cómo follarte a una mujer. –Le dije, gimiendo y ya un poco más tranquila tras pasar un rato.
-Sé un par de cosas, nada fuera de lo común.
Nos besamos de lengua una vez más, ahora Aether fue un poco más relajado por cuestiones de que no quería que acabáramos todavía, empezaba a cansarme, pero todavía podía un poco más, al final de todo, él me está follando a mí, no yo a él, como fue hace un rato.
Para darle un merecido descanso, ahora quien se apoyó en la cabecera de la cama fue él, por lo que sus piernas quedaron aprisionadas por las mías a la vez que me tomaba suavemente del trasero y me acariciaba la espina dorsal, lo que me hizo temblar un poco, curvando mi espalda y haciendo que mis pechos quedaran frente a su cara, así que él comenzó a lamerlos.
Comencé a moverme lentamente, así que Aether siguió lamiéndome y mordiendo muy suavemente mi pezón, pero cuando comenzó a gemir y dejó de hacerlo, yo de inmediato comencé a acelerar mis movimientos de arriba para abajo, apretando lo más que podía para ambos disfrutáramos por igual.
-Te gusta mucho apretármelo, pero quizá así no pueda durar mucho más.
-Je, todavía puede mejorar. –Dejé de apretarlo, por lo que dio un buen suspiro cuando su peηε dejó de tener la presión que tenía, aparte de que relajé mis movimientos para centrarnos más bien en los besos y en las caricias, que se había vuelto una parte sumamente importante de nuestro pequeño juego.
Le daba pequeños besos en el cuello, en las mejillas, las que estaban rosadas por el enorme esfuerzo que hace, lo acariciaba de los brazos, los que serían delgados pero vaya que estaban marcados por su fuerza física, y ni hablar de, como dije antes, sus piernas.
Me dejé caer en la cama, acostándome de lado para descansar un poco, tomando mi pierna derecha para subirla un poco, dejando al descubierto mi oquedad, la que él miró con asombro.
-Mételo, en esta posición está perfecto. –Poniendo mi pierna en una de sus hombros, Aether comenzó a embestirme, haciendo que mis senos se empezaran a mover, y solamente porque tomó uno de ellos para comenzar a apretarlo con un poco de fuerza, fue que se detuvo.
Ambos nos tomábamos con la mano derecha, y en esa misma nos apoyábamos, sujetándola con fuerza, así que fungía, además, como una "válvula" que nos ayudaba a liberar mejor el placer que sentíamos, ya que apretábamos con la fuerza que según nos parecía necesaria.
Con mi otra mano, la que tenía libre, le tomaba la cadera, arañándola un poco de vez en cuando, sobre todo cuando tiraba mi cabeza hacía la cama, era otra "válvula" para que no nos viniéramos tan pronto.
La posición era ideal por el hecho de que mi υaginα no apretaba mucho su peηe ya que mi elasticidad de piernas lo impedía, pero de cualquier manera se sentía tan bien, y ambos salíamos ganando.
-Vaya vista. –Susurró, pasando sus dedos por mi tatuaje de corona de espinas, enterrándome un poco las uñas ahí para después regresarla a mis senos, especialmente a mis pezones, los que apretaba con mucha delicadeza.
Yo también podía ver su cuerpo delgado pero bastante marcado, unos pequeños abdominales se le marcaban en su abdomen, el que se veía duro, así que lo acaricie según me permitió mi elasticidad.
-Hum, el que seas tan flexible me excita, me parece tan atractivo, y siento que me da ideas.
-¿También a ti? –Di una pequeña risita, él dejó mi pierna en la cama solamente para que comenzáramos a besarnos de lengua, como llevábamos haciéndolo desde que comenzamos con este pequeño carnaval.
Como ahora él estaba sobre mí, lo apretaba a mi gusto, tomándolo de ambas mejillas para que no dejáramos de besarnos, lo que, no es que hacia las cosas más románticas, pero sí más especiales, quizá porque así es más carnal o más sexy, por la razón que sea, nos había gustado a ambos.
Se metía dentro mío con cuidado, sacando casi todo su peηε para meterlo igual de lento, solamente cortábamos unos segundos el beso cuando alguno de los dos gemía más o menos fuerte, y de ahí en fuera, lo disfrutábamos tanto.
Sus manos me agarraban los muslos, como pone el peso de su cabeza en mis manos, él se da el lujo de consentirme, tocando mi cuerpo como le da la gana a sabiendas de que eso solamente mejorara mi experiencia.
Volví a perderme, soltando su cabeza para llevar mis manos a la cama, apretando las sábanas de una manera tan fuerte que incluso las levantaba, el cuerpo enteró me tembló, mi rostro se sentía muy caliente al igual que mis entrañas, me venía una vez más, solamente para que Aether me lamiera los pezones o mi tatuaje de corona de espinas, así que tomé sus cabellos para apretarlos suavemente.
Al acabar mi orgasmo, ni siquiera me había dado cuenta que dejé de apretarlo, por lo que él estaba comenzando a acelerar, y apenas me quedaban fuerzas para hacer presión en mi cavidad vaginal, así que dejé que él me usara como su juguete, mi cuerpo podía usarlo como él quisiera ya que el suyo me sirvió para el mismo propósito y me había dejado completamente satisfecha.
Sentí que una de sus venas se marcaba además de que le temblaba, lo que daba a entender que ya no le faltaría mucho para venirse.
Tal cual, y dando golpes de aire muy pesados, vi que cerró los ojos, así que se aferró a la cama, por lo que comenzó a moverse con rapidez, seguramente ya perdió la cabeza.
Lo amarré con mis piernas, haciendo que su cadera quedara más cerca de la mía, y si bien eso más o menos causó que no hiciera movimientos tan buenos como antes, mantenía la velocidad y seguía sintiéndolo dentro de mí con gran placer.
Empecé a gemir fuerte tras unos segundos, cosa que él continuó, y cuando él se vino, sus gemidos se tranquilizaron mientras sentía como es que su esperma comenzaba a colarse en mi interior.
Lo sacó pasados unos segundos, en los cuales, sin estar satisfecho con haberse venido dentro de mí, empezó a lamerme los pezones, a la vez que yo le acariciaba la espalda y le besaba el cuello.
-La noche todavía es joven... -Susurró, sonriéndome.
-Será mi hora de despertar dentro de dos horas y media...
-Maldición. De cualquier manera, no quisiera que...
-Entiendo. –Lo besé. –Déjame dormir 35 minutos y seguiremos.
Para la mañana siguiente, yo me vestía, él estaba dormido en la cama pero el deber me llamaba y tenía que estar en la iglesia a las cinco de la mañana exactas para que nadie notara mi ausencia en la misma, así que, y con todo el sigilo del mundo, fui a la misma.
Le dejé una nota diciéndole que había sido un buen acompañante y que, siempre que alguno de los dos quisiera liberar el estrés del trabajo, yo estaba dispuesta a ser la válvula que liberara toda esa carga.
Llegué y, apenas toqué mi cama, me dormí de nuevo, aunque no canté victoria por mucho tiempo ya que a los veinte minutos la hermana superiora entró despertándonos a todas.
<<Maldi-ta sea>> Había disfrutado infinitamente esa noche, pero por ahora me siento demasiado cansada. Repondré el sueño perdido en la tarde...o mejor aún, ¡en la clase de canto!
En cuanto la hermana superiora se dio cuenta del estado de mis ojeras y que estaba más dormida que despierta, se sorprendió a mal.
-¡Hermana Rosaría, ¿qué pasó contigo?!
-Lo siento, hermana Edith. Ayer me desperté a las dos de la mañana por sabrá Barbatoas qué y no pude pegar ojo por más que quise.
-Oh, te entiendo, me ha sucedido algunas veces. Por ahora tu ración de café será doble y podrás darte un descanso cuando termines tus tareas religiosas y la clase de canto.
-De acuerdo, de acuerdo...aunque ¿podré cantar estando medio dormida? Solo arruinaré el coro, hermana.
-Bueno, bueno, cuando acabes tus deberes con Barbatos podrás descansar.
-Je, es usted una santa, hermana Edith. Barbacoas se lo pagará con creces.
Y como siempre, volvía a salirme con la mía...
No les pasa que 😍😍😘😘❤❤ Beidou 💜💜
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Me alegra mucho, muchísimo decir que ya tengo publicado mi primer libro EN FÍSICO -inserte la Internacional- estará a la venta en Amazon US, aquí está la portada, para que lo identifiquen, así que, si es que les gustan los drabbles que escribo, no dudo ni de lejos que les guste esto, que si bien nada tiene que ver con genshin, es mi más grande obra maestra, sin dudarlo. Espero puedan comprarlo y que se encuentre dentro de sus posibilidades, sino, no hay problema, (valdrá 225 pesos mexicanos, lo que creo que es un precio relativamente asequible, lo que me preocupa es el costo de envío que puede elevarse mucho ya que solo lo envían desde estados unidos) De cualquier manera muchas gracias por su apoyo ^^
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(Ahí el Link que los llevará directo a la página :3)
Ahora regresando a la manteca, espero les haya gustado el capítulo, yo sé que sí ya que es un pedazo de lemmon el que me aventé, muchos lo esperaban desde hace ya mucho tiempo y ojalá no los haya decepcionado.
Estuvo fuerte, más o menos explicito, y la verdad siento que si Rosaria y el Aether llegaran a tener setso sería más o menos algo así, donde ella lo obligaría y sería la dominatrix :v
No esperen capítulo el próximo lunes, estoy casi seguro de que tendré mucha tarea en la escuela ya que falta un mes para que acaben mis clases y ahora vamos con acelerador :'v como fuera, aparte ahorita estoy muy centrado en el asunto del libro en físico lo que me consume un poco de tiempo peeeeero, lo más importante es que el siguiente capítulo será el esperadísimo capítulo AetherxAmber :0000 sé que para muchos es el mejor ship de todo el juego, lo planeo hacer un poco más largo de lo habitual, quiero prepararlo bien, que no haya cabos sueltos y por eso, entre lo anterior dicho, es que me tomará más tiempo del normal.
Sin más, me despido, nos vemos en el próximo capítulo uwu
Siempre tuyo:
-Arturo.
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