Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dama de compañía.

(Pues bien, como notan en la imagen, el cap trata de un lemmoncio entre Sara y Ei, no haré mucho spoiler pero tiene cierto emoji del Whats-app de por medio, y también hay baños termales, así que quizá se pueden hacer una idea de qué tal estará :u)

Los que hasta entonces eran rumores ahora se habían confirmado: la Shogun había organizado un torneo para que sus mejores guerreros se batieran en duelo para demostrar quién era el mejor.

Nadie sabía a ciencia cierta por qué lo hizo, pero ya era un hecho, había carteles pegados en todos lados, se invitaban a soldados, aventureros, luchadores, a cualquier persona que cumpliera los requisitos podía entrar. Yo era joven todavía, tendría, por aquellos entonces, no más de 15 años, pero ya había escalado al grado de teniente por mis destacadas habilidades en combate y de estrategias, sobreviviendo en más de una ocasión a misiones suicidas que me habían asignado (según se dice la edad canónica de Sara son 17 años...¿es verdad? Sino para corregir esta wea xd)

Las mismas habían sido asignadas nada más y nada menos que por la misma Shogun, y recuerdo que, en una ocasión, me pidió que acabara con algunas criaturas que se habían colado en las aldeas cercanas a la ciudad, y yo, en cuestión de horas, le llevé las garras de esas extrañas criaturas a la Shogun, arrodillándome frente a ella.

Ella siempre decía lo mismo: "bien hecho, mi niña. Lo lograste como esperaba que lo hicieras". Después de eso, ponía su mano en mi cabeza para después ofrecerme la misma, la que yo besaba con mucha devoción, y no negaré que también lo hacía con un poco de amor.

No era amor por mi trabajo o amor por ser la arconte de la nación electro...lo hacía porque estaba enamorada de ella. Siempre fue igual, desde que me salvó para que me adoptaran, decidí que le agradecería con mi vida.

Primeramente fue que la veía como mi salvadora, por lo que siempre procuré en cumplir con lo que me pidiera, pero cuando me enamoré de ella, empecé a cumplir sus órdenes por el amor que le tengo...y también para impresionarla, no lo negaré.

Haría algo que nunca había hecho: ir al santuario Narukami para rezarle al cerezo sagrado que me diera la fuerza para poder triunfar en mi cometido: ganar el torneo para impresionar a mi amada Shogun, era todo lo que quería. Ganar el torneo era lo que menos me importaba si es que ella se podía fijar en mí, así fuera un poquito.

Sorpresivamente me encontré a la miko principal en el santuario, como no era raro. Ella me vio y se rió, no ocultando su sorpresa de verme ahí por un asunto que no era militar.

-¿Qué te trae por aquí, pequeña Sara? Déjame adivinar, ¿es por lo del torneo?

-Así es. Quiero ser la ganadora sea como sea, y si bien sé a la perfección que podré hacerlo, un poco de ayuda divina no me vendría mal.

-¿Sabes cuál es el premio? Dicen que el ganador recibirá un beso de la Shogun... -Dijo ella, mirándose las uñas, yo abrí los ojos de sorpresa, mi corazón latía fuertemente, si ganaba...¿mi amada Shogun me recompensaría con un beso?

-¡No estarás mintiendo con eso, ¿verdad, kitsune?! Si lo que dices es falso, te las verás conmigo una vez gane el torneo.

-¿Por qué? ¿Acaso es que de verdad quieres un beso de la Shogun?

-Demostrar que soy la guerrera más fuerte de Inazuma es lo único que me importa.

Yae rió. -Ja, ja, claro.

Llegado el día del torneo, la Shogun se encontraba en su asiento, observando el espectáculo, oficialmente el premio era que, quien ganara, recibiría algo "muy especial otorgado por la Shogun", lo que podría ser un indicio de que, en efecto, se planea que sea un beso suyo...mis piernas tiemblan de solo pensar que recibiré un beso de sus labios.

Ambas cruzamos miradas, seguramente mis ojos se prendieron con tan solo verla, y por perderme en su belleza, me golpeé la cara con un sujeto bastante grande, el que me miró.

-Lo siento.

-Hum, lo sentirás cuando te descalifique, niña. -Se rió. No me importó, yo seguí mirando a la Shogun que, para sorpresa mía, no me había quitado los ojos de encima...que me vea me pone muy nerviosa, pero ganaré este concurso por ella y porque deseo ese beso suyo más que nada en la vida.

El torneo se trataba de pelear sin descanso, era una ronda seguida de otra, y se esperaba que quien llegara a la final fuera la creme de la creme, y que ese duelo no sería nada sencillo.

Las primeras rondas me fueron simples, descalifiqué a mis rivales sin piedad, y siempre que mi brazo se alzaba victorioso, notaba que la Shogun también me aplaudía, yo siempre le sonreía con lucidez.

Sin embargo, a partir de la tercera ronda, la cosa no me era ya tan fácil, me herían un poco, o me daban algún golpe no muy serio, pero mi puño siempre se levantaba, y también me di cuenta que era la única concursante a la que la Shogun le aplaudía (porque era la única mujer, también).

En la semifinal, que llegué ya bastante cansada y con algunas heridas un tanto serias, la cosa se me complicó, pues no estaba tan fresca y me dieron algunos golpes que me afectaron, pero no me impidió ser la primera finalista. La shogun se levantó incluso de su asiento para aplaudirme, mirándome con una pequeña sonrisa. Eso me dio el impulso que necesitaba para seguir hasta la final.

Lo único malo fue que, una vez ahí, me tocó con el mismo grandulón con el que me tropecé antes de empezar. La pelea fue muy reñida, no lo negaré, nos dábamos con todo, él me hirió seriamente, y yo igual a él, y cuando cruzamos espadas, él me dio un golpe en el ojo que me mandó al suelo, mareada, pues solo vi blanco cuando mi cabeza se golpeó.

Él enterró su espada en el suelo, yo miraba a la nada, y cuando dejé de ver triple, mis ojos dieron con la Shogun, la que tenía una mano en la boca, negando disimuladamente con la cabeza.

<<Después de llegar tan lejos, ¿te rendirás tan fácil, Sara?>> Me dije a mí misma, pero fue con la voz de la shogun, como si ella me lo dijera, y, levantándome como pude, miré a mi rival con el ojo morado que me dejó, tomando una lanza mientras escupía sangre de la boca.

-No escuché la campana, fortachón. -Él no pudo ocultar su sorpresa, tomando su espada para volver a nuestra pelea.

Ambos nos golpeábamos, pero claro, sus golpes me dañaban más, dejándome los ojos inflamados por los golpes que recibía, pero todo terminó cuando le di un golpe con el mango de mi lanza, apuntándole la misma directo al cuello...ya no tenía nada por hacer, de ser un duelo real, él hubiera muerto.

Todo el estadio explotó en aplausos, mis amigos entraron para sostenerme ya que no podía mantenerme de pie por más tiempo (inserte the final bell de la película de Rocky :v), apenas si podía ver bien por la inflamación en mis ojos, la shogun me aplaudía con elegancia, notándose muy feliz, yo le mandé un beso, lo que la sorprendió.

Abracé a mi mentor, quería llorar de la felicidad pero no me lo permití, soy la guerrera más fuerte de Inazuma...y no solo eso, sino la ganadora del beso de la mujer que amo.

Antes de que la cosa pudiera continuar, la Shogun alzó una mano, por lo que todos guardaron silencio. Ella simplemente se levantó de su asiento, señalándome con su mano.

-Es deber de tu todo ciudadano de Inazuma imitar el ejemplo de esta chica, pues los que sigan su camino, seguirán el mío también. -Sonreí enormemente de escuchar esas palabras. al final de todo, yo sigo la senda que ella me deja, y nunca quiero fallarle. Más aplausos se hicieron presentes, mis conocidos me cargaron como romana para sacarme de la arena.

Me llevaron a la enfermería, me habían puesto un pistilo de flor de neblina envuelto en una tela para bajar la inflamación, me sentía feliz...pero vaya que muy adolorida, me habían dado una paliza, seguramente no podré ni levantarme en dos días, pero todo valió la pena.

Sorpresivamente para mí, la Shogun entró por la puerta con un ramo de flores, yo, aunque no podía ni moverme, de inmediato traté de bajarme de la cama, cayéndome de bruces contra el suelo.

-¡Sara!

-M-mi amada Shogun. -Como pude, me arrodillé frente a ella. -Es un placer que usted venga a verme en este estado, me siento honrada de que así sea, y mucho más porque trae un regalo para mí, no merezco este gesto tan hermoso de su parte.

-Levántate, por favor. -Ella me ayudó a sentarme en la cama de nueva cuenta, me sentía sumamente emocionada, seguramente ya me dará el beso. -Felicidades por ser la ganadora, sabía que tú te llevarías la gloria, para tu edad, has hecho cosas que ni mis mejores soldados han podido lograr, tenía mucha fe en ti. -Ella me dio el ramo de drendobio que tenía en sus manos, me sentí inmensamente halagada de que ella me lo diera.

-Sus palabras me llenan de felicidad, mi amada Shogun, este regalo, aunque perecedero, será inmortal en mi corazón. Mi fe era muy fuerte, no iba a fallar, porque quería ser su instrumento más valioso de combate.

-Sara, por eso te tenía favoritismo. ¿Notaste que me puse nerviosa cuando parecía que ibas a perder? Eres la soldado más fiel que conozco, pero con esto, tus méritos ya no serán cuestionados. Respecto al premio...

-Soy indigna de que usted me dé algo tan siquiera parecido... -Sentía duda, ¿de verdad merecía ser besada por la Shogun siendo ella infinitamente perfecta? No lo sé...gané, debo reclamar mi premio pero si no soy digna, sería un sacrilegio.

-Mi niña, claro que eres digna, ganaste, eres la guerrera más fuerte de Inazuma, solo tú podrás llevar el cargo de general de mi ejército. Dirigirás a mis tropas a la victoria, tienes mis bendiciones para actuar contra todo el que se alce contra el shogunato.

Ella me acercó una medalla y una insignia que representaba el rango de general, el más alto entre los militares, pues solo puede haber uno. A mis 15 años...tengo control total del ejército de mi amada Shogun...pero no tengo un beso suyo. (Ay Dios, que SIMPática JAJAJA)

-No me bastan las palabras para agradecerle este honor por cederme un cargo tan importante a mi edad. -Besé su mano. -No la decepcionaré.

-Tal vez tú a mí no, pero yo a ti sí...Yae me comentó que te dijo que había un rumor que el ganador se llevaría un beso mío...era falso.

-Y-ya veo... -Sentía mi corazón destrozarse...tanto sacrificio fue por nada. Soy general, sí...pero no me siento satisfecha con ello.

-Sin embargo...el único premio no es tu ascenso a general de mí ejército. -Para mí absolutísima sorpresa, la Shogun le colocó el seguro a la puerta, por lo que de ahí fue que ella se descubrió la ropa superior, por lo que sus senos fueron visibles para mí.

De inmediato me tapé el rostro, estaba roja de la pena, pero eso sí, no me tapaba los ojos ya que quería seguir viendo lo que tenía frente a mí, aunque no me gusta aceptarlo del todo.

Ella se acercó a mí, dando una risita, yo no estaba segura de qué es lo quería ahora...pues es un total misterio para mí, si he de ser honesta.

-He escuchado que algunas nobles de otros reinos tienen empleados que les ayudan a bañarse, pero yo quiero a una que me pueda complacer. El aparato masculino me parece tan vulgar y feo. -Ella tomó mis manos y me destapó la cara. -Pero el femenino es tan lindo y refinado, por lo que prefería que quien ganara el torneo fuera una chica.

-M-mi amada Shogun... -Ella me dio un beso que no me creí que podría pasarme en la vida, y con lo que acababa de suceder, ya daba por imposible. Sin embargo...lo que me espera puede ser mejor.

-Si querías ser mi instrumento más valioso, Sara...lo serás. -Ahora comenzó a besarme el cuello, sentía que me derretía por lo bien que se sentía, y eso solo fue mejorando cuando mi amada Shogun me comenzó a acariciar la entrepierna.

Ese día, aunque no podía ni moverme, la shogun hizo de sus trucos para apropiarse de mi virginidad, la que le entregué con todo el gusto del mundo. Si yo puedo ser la persona que la satisfaga sexualmente, que así sea, pero ese fue mi premio, ya que después de eso yo sería la activa.

Han pasado tres años desde eso...soy la dama de compañía de la shogun, o al menos ese es el cargo que oficialmente me dio, y después de tantas noches en pasar en compañía suya, realmente puedo decir que sé perfectamente cómo complacerla.

Lo que más me sorprende es que su apetito sexual a veces es muy...exigente. Hay fines de semana donde hacemos el amor más de cinco veces, yo quedo agotada, como un buen día de entrenamiento, pero en otras ocasiones pasa una semana y nada, ella solo me habla para temas meramente militares.

Esa vez me bañaría con ella, más que nada en las aguas termales, pues es un método para relajarse de tanto estrés al que se enfrenta. De cualquier manera...sé a qué venimos.

Yo tenía una toalla cubriéndome el cuerpo, la shogun se encontraba frente a mí y, tirando su toalla, quedó desnuda para después meterse al agua caliente, notándose muy a gusto.

-Sara, mi niña, ¿qué esperas para entrar? El agua está ideal.

-A veces me apena cuando ve las marcas de mi piel donde se guardan mis alas...

-Hum, tu cuerpo es precioso para tu edad. -Ella se colocó detrás de mí, tocándome los senos, sacándome un pequeño gemido. -Ara...¿te volvieron a crecer?

-Su-supongo...también pensé lo mismo.

-Siempre me ha gustado tocarte, tu piel es de porcelana, por eso siempre te pido que la cuides tanto. -Volvió a meterse al agua.

-Lo haré por usted, mi amada Shogun. -Entré al agua después de quitarme la toalla, caminando hacia ella para darle un pequeño masaje.

-¿Trajiste ese artilugio que te pedí?

-Sus deseos son órdenes para mí, amada Shogun, pensé que ya lo sabía.

-Por algo eres mi general y dama de compañía, Sara. Eres la persona más fiel que conozco, y esa fidelidad es hacia mí.

-Y siempre lo será. Mi fidelidad, mi arco, mis flechas, mis soldados...mi corazón le pertenecen solo a usted, mi amada Shogun, daría mi vida por usted sin dudarlo un segundo.

-Te aprecio tanto por tantas cosas, Sara. -Comencé a masajearla de la manera que la excita, por lo que comenzó a gemir. -Por eso siempre te voy a querer a mi lado.

Como he dicho antes, ya tengo práctica y sé cómo hacer que la Shogun se rinda ante mí, pues me encanta hacerle el amor, y si bien ella nunca lo dice como tal...al menos yo sí lo hago con amor, que eso me importa más. Llegado el momento, ella se volteó, tomando mi cabeza para llevarla a su cuello, el que me comencé a comer como me gusta.

El olor de su perfume siempre se mantiene, de ahí que, no solo me gustaba besarla, sino olerla, pues su aroma es el más exquisito que hay para mí, me abre el apetito...pero no en el sentido de la comida.

-Sara, que grande sos... -Me beso la mejilla. -Mi general, cuanto valés... (El argentino que entendió la referencia: Ay, qué bonita canción uwu)

-Sí, mi amada Shogun, soy su general...y seguiré cualquier orden que me pida. -La abracé, haciendo que nuestras intimidades se rocen, haciendo que ella se sonrojara de inmediato. Le seguí besando y lamiendo el cuello, pero sus labios es lo que más ansío.

Realmente a ella le gusta mucho el juego previo, de ahí que siempre me contenga, lo que he aprendido a hacer con el tiempo, ya que antes me desesperaba de tanto que quería amarla con todo mi cuerpo y mi corazón.

Fui hasta sus senos, los que comencé a morder de una forma suave, a veces apretando un poco más, de por si el ambiente es caliente aquí, y con solo recibir mi aliento los mismos florecieron como me es agradable a la vista.

Podía sentir sus manos acariciarme, arañarme, escuchar sus gemidos es lo que me da mil años más de vida, pues todo el tiempo que pueda, quiero complacerla y servirle como su herramienta que soy. No sé si ella me ama también...pero con darle mi corazón me es suficiente.

Una vez lo sentí prudente, y nunca mejor dicho, ya que una humedad me llenó los dedos al pasarlos a la intimidad de mi amada Shogun, por lo que sonreí, besándole una mejilla con cariño y suavidad.

-Ya está en su punto, mi amada Shogun.

-Sara, tú sabes cómo traerme hasta este punto. -Me sonrió. Al meter mis dedos en su υαgiηα ella me apretó la mano, sacando un gemido que me puso la piel de gallina por lo bien que se escuchó para mí. La Shogun me volvió a mirar. -Pero sé que mi general puede hacer mejor las cosas todavía.

-Cierto. -Le di un besito en el cuello para luego lamérselo con total tranquilidad, escuchando y sintiendo su respiración agitarse, excitada.

Al cabo de unos segundos, ella me dio un beso en los labios, el que fue corto, ya que ella me tomó de la cadera para que quedara frente a ella.

-¿Dónde lo tienes? Quiero que me hagas tuya, mi general...hazme tuya, Sara, por eso eres mi campeona. -Escuchar esa petición suya me enloquece y me excita de sobremanera. Yo juré que siempre cumpliría toda voluntad de mi amada Shogun...y bueno, esto lo incluye también, no lo negaré.

Inmediatamente, me fui nadando hasta mis cosas para tomar una máscara de tengu, amarrándomela a la cadera, nadando de regreso a mi Shogun, de ahí que nos sentáramos en las bancas de madera mojada, acariciándonos para que yo abriera las piernas y ella acercara su entrepierna a la mía. (Nota, no es la máscara de Sara la que usan, es esta: 👺)

Ella comenzó a gemir casi de inmediato, y si bien yo no siento nada, eso no me impide disfrutar de ver los gestos y escuchar los gemidos de mi ama, a la que siento completamente feliz de complacer.

-Sa-Sara...amo esto. -Me dijo, yo sonreí para mí misma, tomando su espalda para acariciarla, me fascina cuando siento la línea de su espalda remarcarse, y esa era una de esas situaciones.

Inmediatamente ella se acostó sobre las tablas de los asientos, yo quedé sobre ella, comenzando a meterle la nariz de nuestra máscara, y como ella ya estaba mojada, no fue para nada difícil que entrara.

En realidad me encanta sentir sus manos acariciándome la espalda y el trasero, es lo que a ella más le gusta agarrarme, pues incluso me lo ha dicho. Eso es algo que yo también gozo, pues sus caricias me excitan, y cuando me lame los senos, también me la pasó de perlas. A ella le gusta mucho jugar con mis senos.

Yo le besaba el cuello, mirando de vez en cuando los gestos que hace, que me parecen hermosos, sus piernas estaban levantadas, las mismas no se enredaban en mi cadera, pero sí reposaban sobre las mismas, sentía su suave piel en mi torso y mis costillas, pues también la Shogun se cuida mucho la piel.

Me gemía directamente en el oído, sabe lo mucho que me gusta que así sea, por lo mismo comencé a hacerlo con más rapidez, haciendo que el agua a nuestro alrededor se agitara. Yo sudaba bastante por el hecho de que estamos en un baño termal, hace calor de por sí y, aunado al que estoy moviéndome bruscamente, claro que por eso se nota más los movimientos que hago.

Sentía sus manos apretarme el trasero, o que las mismas me lo empujaban, como indicándome que quería que llegara más adentro, y eso fue lo hice, metí el arnés hasta donde me lo permitió mi entrepierna, moviéndome adelante y atrás ahora con mucha suavidad.

-Me fascina escucharla gemir, mi amada Shogun. -Le lamí el cuello de abajo para arriba de manera suave y lenta, tanto así que incluso le saqué un temblor. -Y que tiemble de lo bien que la hago sentir.

-Sara, me volverás loca, aprendiste muy bien no solo el arte de la guerra, sino el arte de darle a tu shogun lo que ella desea. Eres mi instrumento más valioso, Sara, y eso te lo digo por una infinidad de razones.

-Sus palabras me hacen la mujer más feliz del mundo, tóqueme todo lo que quiera, me halaga que le guste explorar mi cuerpo.

La tomé de la cabeza, acariciándole sus suaves cabellos para, además, llevar mi mano a su hombro para darme impulso, moviendo mi cadera de la manera que podía, mis senos y los de la Shogun se apretaban, por lo que se me dificultaba un poco poder besarle los labios, pero nada que mi amor no pudiera lograr de manera sencilla.

-¡Sa-Sara, estoy por...! -Ella puso los ojos en blanco, apretándome el trasero más fuerte, así como también dejó de besarme para contener un gemido que no le podía salir más que a retazos por lo excitada que estaba. Le di un beso en la frente, había conseguido que mi ama se corriera, y ver su rostro al borde del colapso por tan excitada que está me hace feliz.

Seguí sin detenerme, pero ella me dio unas palmadas para indicar que no podía más, fue ahí cuando salí, por lo que mi Shogun pudo respirar de forma entrecortada.

-Benditas seas, Sara, me llevas más allá del cielo siempre que hacemos esto.

-Esa es mi misión, mi amada Shogun. - Cambiamos de posición, ambas nos arrodillamos dentro de las aguas termales mientras seguía haciéndole el amor. Ella se sujetaba de mi espalda con un brazo, y con su otra mano me tomaba un seno, jugueteando con él a su antojo. Yo la agarraba de la cintura, y cuando podía, agarraba sin empacho su trasero, formándolo como se me daba la gana, estando ya también muy excitada.

Así solía pasarme algunas veces, cuando me empachaba de más a tocarla, incluso mis manos se descontrolaban. Ambas nos besábamos con bastante pasión y desenfreno, y al final de cuentas, ella se rió.

-Cálmate, no me voy a desaparecer. Tócame despacio, Sara. -Me comenzó a besar el cuello, causándome que me relajara, seguramente eso es lo que ella quería. Después de unos segundos, volvimos a besarnos en los labios.

-Perdón, es que no puedo medir mi felicidad cuando de hacerle el amor se trata. -Ok...lo dije, esperaré su respuesta.

-¿Hacer el amor? ¿Tú lo ves así? Hum...es la primera vez que me pongo a pensar en cómo llamar a lo que hacemos...no importa, puede ser después. -Ahora ella llevó sus labios a mis senos, jugando con ambos, yo me estaba excitando demasiado, el aire caliente de la zona no me ayuda en nada, hace que me ponga mucho más sensible ahora.

Cada fibra de mi cuerpo temblaba mientras yo gemía, y cuando mi Shogun me mordió un pezón, no pude evitarlo, me vine de manera inmediata, me tapé la boca, sorprendida, sonrojada. Solo me había besado los senos, ¿me encuentro tan sensible?

-Oh, Sara...¿ya tan pronto? Hum, supongo que es porque te crecieron, sigues desarrollándote. -Pasó sus manos por mis muslos. -Sigue así y serás no solo la guerra más fuerte...sino también la mujer más bella de mis tierras. Ya quiero verte cuando tengas 30...podré hacerte tantas cosas, y mis manos no se darán abasto por tanto que habrá para tocar.

-M-mi amada Shogun...sus palabras me regocijan, pero a la vez me apenan.

-¿Por qué, mi niña? ¿Dije algo malo?

-N-no es eso...pensar que seré la mujer más bella de Inazuma a sus ojos, que todavía me quedan muchos años como su dama de compañía, me siento demasiado halagada.

-Así que es eso... -Me besó la mejilla. -Tan linda que eres.

Llegado el momento, cambiamos de posición, ella se colocó sobre sus rodillas y manos, yo tomé sus caderas, dejando que ella se moviera para no lastimarla.

-¿Te gusta lo que ves, Sara? -Me dijo, volteando lo más que podía para mirarme a los ojos. Su espalda, su símbolo electro en la nuca, la línea de su dorso y los agujeros que se le forman en la parte baja de la misma, me enloquece.

Tomé un poco de agua caliente entre mis manos y la dejé caer en la espalda de la Shogun, su piel se puso de gallina de forma inmediata a la vez que soltaba un pequeño gemido de gusto. Después de eso, pasé mis manos por su espalda, llegando hasta su trasero para apretarlo con fuerza.

-Por supuesto, mi amada Shogun. -Besé su espalda baja. -Me encanta, y que sea la única mujer que pueda verlo en esta vida, me hace sentir superior a cualquier otro mortal, o incluso ser inmortal.

-Vaya, tú sabes lo que tienes por delante. -Ella apretó sus ojos, gimiendo, seguía moviéndose adelante y atrás para que la máscara la penetrara. -Y el que lo aprecies más que a tu vida, también me hace sentir halagada.

Sus movimientos eran lentos, yo aproveché para acariciarla con el agua caliente que recogía de mis manos, todo con tal de que ella se fuera excitando más todavía hasta que pudiera llegar a su máximo punto de placer. Eso es lo que más me gustaría.

Llevé mis manos hasta sus hombros, jalándola hacía mí para que entrara más profundo, noté que se doblegó ante esa situación, gimiendo de forma notoria, llevando la cabeza a la tabla donde nos encontrábamos recargadas. Seguramente puede sentir el agua en su frente.

-Sa-Sara...vaya que te gusta jugar sucio. -Ahora quien se movía era yo ya que a mi Shogun le costaba dificultad, no es que me importe mucho, mientras pueda ser yo quien la complazca, mejor para mí.

Llevé mis dedos derechos hasta su intimidad, acariciando la misma con mucha suavidad, lo que solo hizo que se doblegara más, me sorprende que ella, que quiere demostrarse demasiada dura e inflexible, se convierte en una mujer sumisa y con ganas de que la domine. Ciertamente eso no cualquiera, solo yo, que fui la afortunada. Y aunque esa vez me fracturaron una costilla y tuve los ojos inflamados una semana, realmente valió toda la pena del mundo que me sacrificara para llegar hasta donde estoy.

Cuando ella se vino una vez más, yo me detuve un segundo, sentándome porque la verdad es que ya estaba cansada, y conforme mi amada Shogun se fue reincorporando de su orgasmo, ella me sonrió, besándome la mejilla.

-Yo todavía no me siento satisfecha, Sara. -Canturreó, sentándose sobre mí, colocando suavemente la nariz de la máscara en su intimidad, de ahí que gimiera otra vez. -Goza mi cuerpo como más te plazca, mi niña.

No me tomó ni un solo segundo el comenzar a besarle los senos, lamiéndole los pezones, además de tomarle el trasero con especial ahínco, así como sentir la línea de su espalda, que es lo que más me gusta.

Si bien yo no suelo gozar sexualmente tanto, me basta mucho con tocar el precioso cuerpo de la mujer que amo, de poder besarla a mi antojo y de hacerle muchas cosas más.

No sé por qué, pero algo en mi interior me lo dijo, y me lo pidió de una forma en que no pudo negarme. Abracé a mi amada Shogun, tomándola de la cabeza para agacharla a mi altura para darle un beso en los labios, uno del que no quería separarme ni por asomo, solo lo hice cuando ya no pude respirar más.

-¿Sara?

-No es nada... -Sonreí, tomándola de las manos.

Pasaron unos minutos hasta que ella se vino, y de ahí ambas nos sentamos dentro de las aguas termales para disfrutar de un baño aprovechando que estamos aquí.

Lave la máscara de tengu de una vez por simples cuestiones de higiene, y al salir del baño, que fue más que relajante, yo me vestía sin problemas, pero noté que a la Shogun sí, de ahí mismo fui y la ayudé a ponerse su kimono, dándole un beso en la mejilla para abrazarla por la espalda.

-Me he dado cuenta que has estado muy cariñosa, Sara. -Rió. -No me molesta, pero me da curiosidad.

-Se lo mencioné ya, no es nada, mi amada...

-Se que me mientes. -Me interrumpió mirándome seriamente. -Mi niña, dime la verdad. No me enojaré por ello.

Dudé por varios segundos si decirle la verdad de mis sentimientos o no, pero al final de cuentas, era mi oportunidad, sea o no buena idea.

-Mi amada Shogun, yo a usted la amo...

-Sospechaba que era eso... -Ella suspiró. -¿Desde cuándo?

-Desde que tengo memoria, mi amada Shogun. -Le dije, desesperada.

-Tardaste mucho tiempo... ahora entiendo porque te levantaste en ese torneo, querías ganar por mí, no por ti. -Ella me abrazó, yo me sorprendí. -Mi niña, has sufrido tanto por mí, pero te lo debo recompensar.

-¿Recompensar?

-¿Me amas, Sara?

-Se lo repito, mi amada Shogun, yo a usted la amo.

-Yo también, general. (Corto, qué pedo?! :0 pensé que Betty la fea era una telenovela mexicana, pero al escuchar los acentos me sonaron de Puerto Rico, me quedé sorprendido de que sea una producción colombiana. Ok, regresemos con el drama :v). -Hace tiempo que también la amo.

Mis labios se arrugaron y sentí que mis ojos se humedecían, casi derramando lágrimas. No recuerdo cuando fue la última vez que lloré, fue hace tantos años...pero ahora no puede ser por la mejor causa de todas.

-¿No me miente, mi amada Shogun?

-Para nada. -Ella me tomó de la mano. -Mi niña, hemos pasado tanto tiempo juntas, me has demostrado tanta lealtad, tanto amor que creí que era obediencia de subordinada...fui tan ciega por no ver que tu deferencia era amor. Y es que tú me has hecho sentir cosas que nadie más por la forma tan linda como me tratas. Pagaré tu amor con mi amor, Sara.

-Mi Shogun. -Le di un abrazo tan fuerte que casi la derriba, aguantaba las lágrimas colocando mis ojos en su hombro, sentí su mano acariciar mi espalda. -Me hace la mujer más feliz de todo su imperio, por el amor que le tengo siempre haré lo que usted me pida, puedo arrastrarme a su puerta, puedo hacer que esté despierta las mil y una noches porque estoy atada a un sentimiento...y ese es mi amor por usted, amada Shogun.

-A eso me refiero, Sara. -Me tomó de las mejillas, secando mis lágrimas. -Por eso me enamoraste sin que lo intentaras...eres única, y me amas tanto y de forma sincera que no pude evitar enamorarme de ti.

Ambas nos besamos sin deseos sexuales...por primera vez en todo lo que la llevo conociendo, nuestros besos son amor. La abracé a mí, sin querer soltarla nunca más. Tenga o no fuerza, protegeré a mi Shogun ante todo...porque es el amor de mi vida...

______________________________________

Jeje, boy, Sara siempre será una simp para mí y seguro para ustedes también xd

El final la verdad no lo tenía pensado así, solo que sentí que se sentiría desabrido el capítulo si no cerraba en que ella le confesaba su amor uwu

Realmente el SaraxShongun queda, pero también el YaexEi pega, como son dos personalidades diferentes, cada una puede quedarse con su tajada del pastel :v

Realmente no sé que tan bien me quedó la edad de Sara, pero si apenas tiene 17...ufff, cuando tenga 30 será tremenda milf, que de por sí ya es una señora waifu en toda su expresión uwu

Le tuve que meter bastante contexto, de cualquier forma me parece cuela bien, o al menos a mí me gusta cómo quedó con ese desarrollo que le di, espero a ustedes igual uwu

Oigan!!! :0

Ya en dos semanas publicaré el capítulo de aniversario...ya llevamos un año de publicar semana a semana, realmente se me pasó volando...supongo que mi evolución como escritor se ha de notar, pues aunque me pareció poco, no creo que lo sea

Yo no soy como tuabismo, de ahí que este aniversario sí será una cosa chingona uwu, sin embargo, aquí tengo dos opciones:

Un lemmon bien puercote entre Aether y Signora,

Un lemmon romántico y lindo entre el canon y Sacarosa uwu no olvidemos que ellos fueron los que abrieron el fic.

Ah, de hecho, el aniversario cae en martes, así que ese lunes no habrá cap, pero bueno, eso es lo de menos. En un año casi alcancé las 200 k vistas...wow, ese sí es un logro en su mayor esplendor para mí. Mi meta, por ahora, es llegar al medio millón, pero para eso falta todavía, de mínima, unos 6 meses más. Pues bien, esperaré sus votos, la verdad es que no me decido, más o menos tengo una noción de cuál ganará, quien sabe si me llevaré una sorpresa, incluso algo me dice que está complicada para ustedes.

El próximo capítulo incluirá al canon, pero el ship será sorpresa 😉

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro