Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Concierto en la playa.

Pues bien, creo que es más que necesario contextualizar todo este asunto, ya que vaya que hay mucho que contar. En pocas palabras, nos encontrábamos en un archipiélago que ni de lejos era un lugar conocido en Teyvat, y para llegar hasta acá teníamos la misión de hablar con el rey Dodoco, ya que parece que el peluche de Klee es algo más que un peluche y hay una raza de esos animalitos.

Al principio era todo tontería, aunque la cosa se puso seria y fue escalando hasta que era imposible ignorarlo. En fin, todavía me acuerdo que, mientras hablábamos con Jean, Bárbara me guiñó el ojo.

Vaya que fue una imagen mental que se quedó grabada en mi retina por varios minutos. No me había percatado, hasta ese entonces, en lo bella que era Bárbara a pesar de que he salido con ella en una ocasión, la que sin duda fue sumamente especial.

En esa situación, la ayudé con algunas cosas, lo que poco me importó, pero esa bebida que tomamos al final del día fue realmente linda, no me quejaré y es un recuerdo muy lindo que tengo junto con ella.

Sus ojos azules son muy lindos, al igual que sus pestañas. Demonios, de no ser por sus ropas religiosas, definitivamente podría verla como algo más que una amiga.

Ahora me cuestiono si lo mismo le pasa a Bárbara, pero no, ella es religiosa, dudo que su mente se encuentre rodeada de sentimientos románticos...pero es que es una hermosa jovenzuela, y pues todos los jóvenes nos enamoramos alguna vez.

En fin, no sé por qué carajo estoy pensando en esto, pero prefiero centrarme en lo que ahora es lo importante. Es solo que...cada que pienso en Bárbara, cada vez se me hace más bonita.

***

Si bien soy religiosa, eso no quita que, primeramente, soy una humana, con todos los imperfectos que eso acarrea, y segunda, soy una mujer de 17 años que pasa por "la etapa". (cuántos años tiene Bárbara...¿16? ¿17? Joder, al Aether se lo llevará el FBI por pederasta xd).

De todos modos, eso no importa, yo no solía pensar en chicos...hasta ese día. Durante la pequeña cita que tuve con Aether, pasaron muchas cosas, y ese atardecer todavía lo tengo bien presente a la vez que nos reíamos y descansamos de la jornada de aquel día tan agitado. Fue que, tras haber estado enojado con él por lo de la lira sagrada, olvidé eso por completo, de ahí que sintiera algo especial tras ese día.

Me di cuenta que es amable, atento, amigable y, sobre todo, altruista, que son los valores que se ponen en práctica cuando uno es religioso, razón por la cual me agrada mucho.

Cuando viajamos en el lomo de Stromterror, de verdad sentía que me caería, tenía algo de miedo y, como era la persona más cercana a mi lado, Aether me abrazó muy fuerte, a lo que yo igual respondí, eso seguramente con la intención de que no nos cayéramos, y fue algo que, de hecho, agradecí un montón.

-Tranquila, todo estará bien, solo mira mis ojos y no desvíes tu vista para abajo.

-D-de acuerdo. –Dije, justamente mirando sus ojos, él me sonrió, inspirándome confianza, gesto que yo imité.

Tras todo lo sucedido aquella mañana que llegamos, aparte de que, en sí, dejamos pasar el día tras acampar, yo y mi hermana nos cambiamos al ponernos nuestros trajes de baño, yo me miraba desnuda en el reflejo del agua, algo que me sorprendió.

Me llevé las manos a mis pechos...no son precisamente voluminosos, de hecho son pequeños, y dicen que a los chicos les gustan las mujeres con senos grandes y yo...no los tengo así, a diferencia de Lisa, Rosaría o mi hermana.

Simplemente traté de que eso saliera de mi cabeza, no me hacía bien pensar en ello. De todos modos, me cuestiono que tan atractiva le podré parecer a Aether ya que él...sí lo es, sé que tengo mi club de simps, digo, de fans, pero eso no me inspira confianza para con él. (Chuza, cuando sus acosadores sepan que Bárbara prefiere al Aether, lo tratarán de linchar...tratarán, claro).

Sin embargo, al regresar de vestirnos, ya que ni de chiste nos íbamos a desnudar frente a un chico, notamos que Aether estaba despertando, Paimon ya estaba entera y lo jalaba de su coleta.

-Wow, ¡¿A qué hora se cambiaron?! ¡Paimon también quisiera tener ropa así! Hace calor aquí. –Lloró ella.

Tras explicar lo ocurrido, noté que Aether no dejaba de verme, pero cuando trataba de dirigirle la mirada, él la desviaba, sonrojado. Eso me hizo sonreír involuntariamente, se me hizo algo lindo de su parte.

Cuando Jean se separó un poco del grupo para explorar, Aether se me acercó lentamente, y a pesar del sonrojo en sus mejillas, su voz y pose se notaba decidida y con mucha seguridad en sí mismo.

-Bárbara...te ves muy hermosa con tu traje de baño, de verdad, como no tienes una idea. Quizá soy el chico más afortunado ya que ninguno otro te verá así, te lo digo con sinceridad. (De hecho, Aether es un hijo de perra muy suertudo, solo él vio a Jean y a Bárbara con traje de baño).

-¡A-Aether...! Vaya, eso fue atrevido de tu parte, me sonrojas mucho. Espero no ser demasiado reveladora, si la hermana Victoria sabe que muestro las piernas, me pondrá a rezar todo un día sin parar...de todos modos, muchas gracias por decírmelo, me reconforta. Aparte, sí tú estás aquí, no sabes lo segura que me siento... -Sonreí dulcemente, él se asombró un poco, sonrojándose más.

Tras toda la enorme aventura que durante dos días se alargó, finalmente supimos la realidad de los sucesos, por lo que, y teniendo un tiempo todavía para regresar a Mondstadt, era sin duda alguna momento de divertirme.

Me volví a poner el traje de baño, solo que no deseaba que alguno de los demás chicos me viera, me daba un poco de desconfianza. Vaya, me doy cuenta que, con Aether, no soy tan cohibida con los demás chicos de la ciudad.

Sin embargo, y tomándome del hombro, él me sonrió, ya estaba cambiado de cualquier forma, se podía ver su delgada figura, un tanto musculosa, y que era agradable a la vista.

-Parece que pensaste lo mismo que yo. –Sonrió. –Ahora que ya se resolvió este enigma dudo que Jean se ponga a la defensiva de divertirnos un poco.

-Parece que somos los únicos a quienes se nos ocurrió.

-¿Y? Dos pueden ser manada, solo hay que saber jugar bien las cartas. –Aether tomó su harpastum de viento para mostrármela, sonriendo. –Hay mucho por hacer.

Usando el harpastum como un balón, hicimos varias cosas, primero fue tenis de playa con las paredes que había alrededor, lo que era sumamente divertido. (sí, ese modo de juego me divertía muchísimo aunque de veces me estresaba, malamente lo quitaron x'c)

Corríamos a toda prisa para que la pequeña pelota de viento no cayera a la arena, él trató de hacer trampa usando poder anemo para atraerla y no perder, pero me di cuenta de ello y lo reprendí jalándole una mejilla con fuerza.

-Ay, duele.

-Por querer pasarte de listo.

Realmente estuvimos un tiempo, yo le gané en esa fase, pero faltaba jugar voleibol, que fue un tanto más divertido ya que lo hacíamos teniendo los pies en el agua, sonriendo, corriendo para que el harpastum no se cayera. Malamente, ahí sí que perdí ya que él me aplicó una difícil de detener.

Lo último que podíamos hacer con esa pequeña pelota era jugar futbol, más precisamente a ver quién podía patear de forma más centrada en una diana que pintamos usando un colorante que Aether hizo con menta, y no es que nos fuera precisamente bien.

Ambos tuvimos una mala puntuación al no haber practicado nunca en nuestra vida, solamente nos reímos y abrazamos para seguir tirando. Cuando ya era el tiro decisivo, me di cuenta que Aether falló a propósito para dejarme ganar, simplemente hizo un gesto de frustración, yo le enchiné los ojos.

-Bien me ganaste...ni modo. –Sonrió, comprensivo. –Fue un buen juego.

-Oye, no creas que no me di cuenta que lo hiciste a propósito. Debiste ganar tú, no yo.

-Son boberías, no deberías preocuparte por ello. Solo quería que te divirtieras, y el que gana se divierte más, ¿no es así?

-De todos modos... ¡ya sé! –Exclamé. –Para compensarte, te obsequiaré un privado.

-¿Eh? (Aether: ._. xD) Bueno...si tanto insistes, no veo por qué no. –Rió, nervioso.

-Vayamos a un lugar más lejano. –Mencioné, tomándolo de la mano. Estaba pensando en que canción sería la más ideal, debe ser algo inédito, solo así sería lo mejor. Eso no quita que me siento nerviosa a más no poder, pero ya se me ocurrirá algo bueno.

Finalmente llegamos a una zona despejada, seguía brillando el sol, pero estaría en sus últimas, así que era momento de hacer lo que debía, era un momento muy idóneo.

-Bien...quiero darte un espectáculo especial. Noté que siempre has estado ahí, apoyándome, ¡así que puse toda mi energía en esta canción para mostrarte mi agradecimiento! Estoy un poco nerviosa por cantarla por primera vez. Ejem...uno, dos... ¡que empiece el concierto!

Mientras cantaba, vi que algunos animalitos se acercaban a nosotros, incluso algún slime pequeño, se notaban calmados, de buen humor. En cuanto a Aether, sus ojos se abrieron, llevándose una mano a la frente, me miraba como si estuviera atontado, muy centrado en mí y nada más.

Si un lawachurn se acercara atacándonos de golpe, él no se daría ni cuenta por solo verme a mí y a nada más.

Al terminar, sudaba un poco, simplemente llevé mis manos a mi espalda, sonriendo alegremente. Aether se veía asombrado a bien, me regresó el gesto.

-Así que...con que a esto te referías a un "privado", Bárbara. No quedé en lo absoluto decepcionado, fue algo muy bello.

-Es una canción que escribí hace poco, espero te haya gustado, Aether. –Él se levantó del lugar donde se encontraba, tomándome de ambos hombros, eso me sorprendió, y lo siguiente que sentí fue que me dio un pequeño beso en la mejilla, lo que causó que mis pómulos se pusieran de un pequeño tono rosado.

-Fue muy lindo, dulce es la caña, pero más lo es tu voz, que la amargura quita del corazón, es muy hermosa, quizá la que más he escuchado en mi vida. Todavía tenemos cosas que hacer, ¿por qué no quitarse las sandalias para sentir la arena tibia en nuestros pies? ¿Te gusta la idea?

-Por supuesto que sí. –Dije, sonriendo alegremente. Me tomó de la mano para que fuéramos caminando por la orilla de la playa, sintiendo el agua entre nuestros dedos.

El sol ya se estaba ocultando, algunos destellos anaranjados nos vislumbraban, y en las lejanías todas las grandes montañas se miraban ya como si fueran de un completo color negro, y eran muy hermosas.

Si ese día era un sueño, yo sería una eterna soñadora, y ya no quería regresar de ese sueño, que era uno muy lindo. En esta hermosa isla del ardiente sol, las palmas se mecían suavemente, era cosa de sentir las pequeñas brisas llenas de agua de mar salpicando nuestros rostros, lo que reconfortaba el poco calor que hacía en ese momento.

Era el momento ideal, uno casi hasta utópico: sol, mar, arena, un agradable viento y la compañía de una persona muy especial para mí.

Al anochecer, que no pasó mucho tiempo más para que eso ocurriera, los dos nos pusimos de acuerdo para hacer una pequeña fogata en uno de los campamentos que armamos en nuestra travesía, todavía no queríamos regresar al lugar que Alice nos preparó y donde todos se encontraban, así que no importaría mucho estar por aquí un rato más.

-Oye... -Me dijo.

-¿Sí?

-Quería pedirte disculpas por lo que pasó con la lira sagrada. Cuando recuerdo tu reacción...me siento terriblemente apenado, debí cuidarla más.

-No importa, al final de todo el Bardo legendario la reparó. –Sonreí. –Hum, pero no pensarás que una disculpa bastará para remediar todo ese asunto, ¿o sí? –Pregunté, un poco enojada.

-¡N-no, para nada! Cualquier cosa que quieras o necesites, dímela, siempre y cuando pueda remediar lo que hice y el enojo que te causé.

-Siendo así... -Tosí un poco nerviosa, ruborizándome. –Y-yo...quería pedirte un beso, es algo simple, pero me gustaría...ya sabes.

-¿En la mejilla?

-No...

-Oh...ya veo. –Tal vez el aura se tornó un poco incomoda, pero aprovechamos el momento para prepararnos para lo que se venía.

Él me dio la espalda, tomando una menta para comenzar a masticarla y que le refrescara el aliento. Yo saqué de mi bolsita de patito (wey, que lindo detalle :3), un espejo de mano para revisar que mis dientes estuvieran limpios, me puse un poco de perfume, y también aproveché para usar brillo labial sabor a bayas.

Una vez solucionamos esos detalles, él y yo nos vimos a los ojos, acomodándonos un poco el cabello, y para no hacerla más de emoción, simplemente, y sin decirnos nada en lo absoluto, lo tomé de las mejillas para besarlo, y él se me pegó, agarrándome de la cadera y espalda.

El beso fue, sorpresivamente, bastante subido de tono desde el comienzo, algo que no me esperaba y fue para mi sorpresa, aunque no es que me pareciera malo, de hecho me gustaba.

Pensé que, conforme pasaran los segundos, nos iríamos relajando, pero nada de eso, fuimos subiendo de tono. Me doy cuenta que él deseaba ese beso tanto como yo, y parece que perdimos el control de nuestras acciones, ya que él me desabrochó el listón que sostenía una parte de mi traje de baño. Éste no cayó, yo lo arrojé a la arena, e igual me quité mi pequeño sombrero.

-N-no, lo que haremos está mal... -Me dijo, pero solo nos separamos para levantarnos y regresar al beso, tomándonos mejor del cuerpo.

-Sí, está muy mal, no hay que hacerlo.

-Eres religiosa, no somos pareja, debemos abstenernos.

-S-si tuviera mi sotana...

Nuestras palabras decían no, pero nuestras acciones ya no se podían ignorar. Tanto él como yo íbamos quitando el traje de baño que me cubría el cuerpo, era la primera vez que un chico me miraba desnuda, me recosté en la tienda, él fue y apagó la fogata para que no nos pudieran ver o para que nadie viniera para acá, si nos descubría Jean, ella le cortará la cabeza a Aether, y no la que tiene a la vista.

Sin más, él se colocó sobre mí, besándome los labios y el cuello.

-¿Lista para el concierto, Bárbara?

-Sí...cantemos juntos. –Aether se quitó el short, quedando igual de desnudo que yo, comenzando con esa acción que tanto dijimos que no teníamos que hacer y pues...bueno, no debería detenerme a explicar que ignoramos todo.

Sin embargo, y teniendo el último atisbo de lógica en mi cabeza, fue que tomé su sexo, evitando que el mismo entrara en el mío propio, él se extrañó un poco por ello.

-Si la hermana Victoria se da cuenta de qué ya no soy virgen, me correrán de la iglesia. De todos modos...me parece que hay una forma en que podremos hacer esto y seguiría siendo virgen.

Nos miramos con complicidad, regresando al beso, yo abrí mis piernas levantando un poco mi cadera. Él tenía en su alforja algo de babas de slime, así que bueno...sería extraño, pero no había nada mejor para la ocasión. (Los que ubiquen de dónde salió la foto de portada no se las hará rara la idea xD) (Los lectores: Tas' enfermo, pa')

Conforme Aether se untó ese líquido deslizante, baboso y varias palabras del estilo en su ρεηε fue que, tras besarme con cuidado, dirigió su miembro a aquel orificio que se encuentra debajo de mi vagina.

Al principio fue un poco doloroso para mí, pero como él lo hacía de forma lenta, y muy ayudado por las babas de slime, fue que no pasó mucho tiempo para que las cosas resultaran agradables para ambos.

Yo agarraba entre mis manos la sábana en la que nos recostamos, lo estábamos haciendo en el suelo, arropados por varias sábanas, de ahí que la superficie no fuera demasiado dura y se disfrutara un poco más.

Él entraba casi todo cuanto podía, de pronto comencé a gemir por el placer que sentía, y aunque no era precisamente de mi agrado el que así fuera, él metió sus dedos en mi intimidad, atacándome por todos los frentes al ponerse a besar mi cuello.

Sin duda me tenía rendida, mis gemidos iban aumentando de volumen, al igual que los suyos. Deseaba cantar la misma canción todas las noches con él, que Aether hiciera los coros, siempre con la misma voz, de esta manera tan sensual, así como con esta cercanía que tenemos hoy.

Su boca recorría todo mi cuerpo, como mi frente, mis mejillas, mis labios, el cuello, los senos. No había una sola parte de mi tronco que no fuera besada por él, y hubo un beso suyo en particular que fue en mi estómago que me hizo temblar, sacándome un gemido que incluso me tapé por reflejo.

-Empuja un poco más. –Le pedí, sentía su entrepierna golpearse con mi traserito, lagrimeaba un poco de los ojos, aunque no era por dolor o por tristeza, simplemente era por los movimientos que causaba en mi intestino.

Cambiamos de posición, yo me puse sobre él, con cuidado, y él volvió a meter su ρενε en mi traserito, y como ahora yo era la que me movía, mis propios instintos no me decían qué cuidados debía tener, así que eso poco o nada me importó.

Me movía de forma rápida y fuerte de arriba para abajo, gimiendo fuerte y enterrando las uñas en la arena, mientras Aether y yo nos besábamos. Su cadera recibía una buena parte de mi peso, aunque soy delgada, noté que sus gestos eran de placer, no dejaba de ser mi coro en esa hermosa canción que improvisábamos mientras hacíamos ese acto tan impuro pero que no tenía nada de malo ya que somos humanos, nos tenemos afectos y los dos queremos hacerlo aunque digamos que no, malo fuera que yo no quisiera y él me obligara, pero vaya que me encanta esta sensación.

Ahora ya no me atacaba por tantos frentes, solo fue cosa de que sus manos tomaron mi trasero, apretándolo con fuerza, me sonrojé al apenas sentir sus manos tocando esa parte de mi cuerpo, pues lo hacía con mucha vehemencia.

-Lo que más me gusta de ti es tu trasero, Bárbara. Es muy hermoso: redondo, de buen tamaño, suave, apretable, tantas cosas que me encantan.

-¡A-Aether! –Gemí. –Eres un atrevido. –Sus manos no daban tregua, se notaba muy desesperado.

De pronto, salió de mí, pero solo fue para irme besando el vientre y el regazo, sin detenerse en su recorrido hasta mi entrepierna.

-¿Puedo?

-N-no sé...¿me gustará?

-Yo imagino que sí, y mucho. –Me sonrió, dándole un beso a mi vulva que me causó un gemido que ahogué.

-Bien, puedes hacerlo.

-Con tu permiso. –Sentí que su lengua lamió mi sexo, lo que me hizo gemir y fruncir el ceño, claro que no por enojo, sino por impresión.

En fin, su lengua no solo lamía esa parte de mi cuerpo, tan preciada para mí, sino que luego se introdujo, tocando una zona muy en particular que, cuando me la lamía con mucha suavidad, en realidad me era agradable.

Mis piernas se me entumecían, mis dos manos cubrían mi boca, pero él me agarró de los antebrazos para que no pudiera, lo que me sorprendió.

-¿Po-por qué?

-Quiero escucharte cantar, Bárbara.

Gemí de manera natural, con algunas risitas que se me salían ya que incluso sentía unas pequeñas cosquillas, mis piernas se ponían duras y se contrarían, aparte de que me temblaban como si fueran olas de mar: iban y venían arriba y abajo.

No sé si era suerte que las mismas no se me descontrolaran y, por ende, una de mis rodillas le golpeara la cara a Aether, pero sin duda era maravilloso.

Cuando sentí que algo quería salir de mí, le di unos golpecitos a Aether en la cabeza, por lo que él me miró, y yo pude venirme más adecuadamente sin la preocupación de empaparle la cara. Él solo sonrió, lamiéndo de nuevo en esa campanita de mi zona íntima, volteándome para dejarme boca abajo.

Ahí, una vez más, tomó con sus dos manos mi trasero, apretándolo para besarlo, lo que me sonrojó mucho.

-E-eres un pervertido, solo te gustan las mujeres con traseros grandes de seguro.

-En todo caso sería un adonitologo (:v), y tú eres una de esas mujeres, claro...y eso que todavía no te has desarrollado del todo. –Me dio otro beso en esa parte del cuerpo. –Es tan lindo, como si fueran unas mejillas sonrosadas.

-¡A-Aether! ¡Me avergüenzas...! -Solo le dio risa, ingresando de nuevo su miembro en mi traserito para seguir haciéndonos cantar sin alguna censura, al menos de su parte.

Él gemía de manera fuerte, yo sí que trataba de taparme la boca, pero igual a veces mis propios gemidos eran tan fuertes que no podía contenerlos por más que quisiera. Sus manos recorrían mi cuerpo con sensualidad: desde mi cadera hasta mi cintura, igual mi espalda y mis hombros, siendo acariciadas de forma tranquila, dándose así fuerza para seguir.

Sus movimientos eran más o menos lentos, cuidadosos, pero vaya que sin duda eran muy placenteros, me apretó de la cadera, casi como si estuviera por rendirse, pero quería alargar ese momento un poco más, así que de ahí mismo hice que yo saliera, besándolo en los labios para después derribarlo.

Nos quedamos viendo de lado, siguiendo con el pequeño beso que teníamos. Nos dimos cuenta que pensábamos lo mismo, por lo que Aether llevó su mano nuevamente a mí intimidad, y yo tomé la suya, masturbándola como más o menos tenía una idea.

Era un poco cuidadosa para no llevar las cosas a su punto máximo antes de tiempo. Aether sí que le daba igual, él hacía conmigo las cosas para que fuera más placentero, sin realmente preocuparse si acababa pronto o no. Ciertamente tiene sentido, si yo me vengo me puedo reponer fácilmente y en cosa de menos de un minuto, si él acaba, tardará en reponerse, o quizá no lo haga.

En fin, sus dedos se empezaban a mojar por culpa mía, juntamos nuestras frentes mientras yo gemía más fuerte que él, casi como si fuera la voz principal en ese dueto que cantábamos con alegría y gusto, aparte de que enterraba mis uñas en su hombro.

Cuando ya no pude más, le dije para aclarárselo.

-¡A-Aether...no creo poder más!

-Acabemos juntos entonces. –Sonrió. Fue ahí cuando le perdí el cuidado que le tenía y comencé a mover mi mano hasta el punto de que casi se me acalambraba.

A los pocos segundos, y como era de esperarse, los dos nos venimos, nuestros líquidos corporales se expulsaron al mismo tiempo, entre gemidos y jadeos de nuestra parte. Habíamos acabado ese concierto que fue de nosotros para nosotros, sin nadie que nos molestara.

Al calmarnos un poco, que era bien necesario, nos abrazamos, besándonos. Él prendió la fogata de nuevo, yo me puse el traje de baño a medias, con los senos al descubierto. Me hacía feliz que Aether me mirara como una mujer hermosa y que le gustara mi cuerpo a pesar de la inseguridad que tenía por el mismo.

Lo abracé por la espalda, mis pezones estaba duritos por el frío, él me contagió un poco de su calor, más que nada por el hecho de que la fogata ya estaba prendida, aunque no solo era por eso, sino también por lo bonito que sentía ese momento después de haber hecho el amor con Aether.

Si bien no era la forma típica en que solía hacerse, de todos modos resulto especial. Cuando llegue el día...él y yo lo haremos como Barbatos manda. (Venti: yo no tengo vela en este entierro >:v).

No nos dijimos nada, simplemente nos sentamos, yo un poco incomoda, solamente me reí, llevándome las manos a la cara.

-¿Qué te pasa? –Me preguntó, confundido.

-Me duele un poco el trasero. No lo sentí en el momento, pero ahora vaya que se nota. Ojalá no me duela más mañana, no creo que pase. (Jean al ver a Bárbara en silla de ruedas: ¿Qué te pasó? D: Bárbara mientras el tabibito le toma el hombro: m-me caí...)

-Esperemos que no. Si no, puedo cargarte por todas las islas para que el paseo no se detenga.

-Gracias...es muy dulce de tu parte.

Sin decirnos nada, ni siquiera mirándonos pero deseándolo de la misma manera, Aether y yo entrelazamos nuestro dedo meñique, sintiendo el frescor del aire y calentándonos con el fuego de la fogata. Una pequeña estrella fugaz se veía mientras los dos miramos al cielo. Solo nos sonreímos, dándonos un beso en los labios.

__________________________________

https://youtube.com/shorts/eQxDSdsADQE?feature=share

Jesús, Bárbara es hermosa y no me di cuenta de ello hasta hace poco uwu

Cómo ya no es raro, hubo momentos tiernos antes del lemmon, siento que así estuvo bien, que fuera por el tras tras (😂), porque me he dado cuenta que no soy el único que lo piensa, no me acuerdo muy bien del doujin, solo que era de los pocos Buenos que hay, en cuanto al cap, lo último fue también lindo uwu

El próximo lunes es el siguiente especial que de trata de la continuación del AetherxJean, para los que me lo pedían ya querían matarme por el final que le di :'v

Nos vemos entonces, ojalá les gustara el lemmon y les pareciera romántico, esa la principal intensión

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro