Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Con los súbditos. (Especial 150k vistas uwu)

Holi, en realidad tenía planeado que este capítulo fuera un AetherxAyaya, pero como la gente lo empezó a pedir, pues no podía negarme a hacer el AetherxEi, y queda de maravilla ya que tenemos 150k vistas owo me parece sorprendente como es que el primer cap de esta historia tiene más vistas que otros fics que he escrito...supongo que no se puede tener todo en la vida. Ojalá les guste, pues vaya que traté de hacerlo romántico como ustedes ya se la saben uwu.

Había mandado llamar a Sara ya que tenía un encargo para ella, si bien es una cosa pequeña, eso no quita que sea de vital importancia. Era de las pocas veces que salía de la eutimia, pues esa ocasión lo merecía, pero regresaría prontamente, apenas acabara con este pequeño encargo que, como dije, no quita sea importante y requiere de mi presencia personal, y nunca mejor dicho.

Ella entró a mi santuario, llevándose un puño cerrado al hombro además de hacer una reverencia, como suele hacerlo, me he dado cuenta que ese gesto suyo es, en realidad, exagerado.

-Mi amada shogun, ¿qué es lo que yo, una súbdito suya puede hacer por usted? -Dijo ella, con suma cortesía, educación e inclinación...como suele hacerlo siempre que se dirige conmigo.

-Mis registros de inteligencia dicen que, si bien la guerra ha cesado e Inazuma se ha vuelto a abrir al comercio exterior, por lo que ya no hay hambrunas en las islas, parece que mis súbditos siguen descontentos conmigo...incluso puedo decir que me tienen rencor.

-¿Quién es el que la dicho todas esas calumnias? Su pueblo la quiere, amada opresora, digo, amada Shogun. Cuando encuentre quién le nubla la vista con esas sucias mentiras, me encargaré personalmente de cortarle la lengua.

-Sara, siempre tan deferente conmigo. -Reí, llevándome una mano a la frente. -Son los hechos, ignorarlos sería torpe de mi parte, y también no dudes que puede considerarse un error, ¿recuerdas que le pasó a Decarabian?

-Los intentos por derrocarla fueron fallidos, su pueblo siempre le dio la espalda a los rebeldes.

-Tanto así que llegaron a la entrada de mi palacio cuando me dijeron que la guerra iba bien. Deja esa deferencia y has un encargo para mí, por favor. (Ei: are you simping, daughter? :v)

-Y-yo no soy deferente con usted, amada shogun. -Ella se sonrojó, lo que se me hizo raro. -¿Cuál encargo? Lo cumpliré con total diligencia y quedará satisfecha en todos los sentidos.

-Tráeme al viajero. Estaba pensando en que él me ayude con algunos eventos que he planeado para ganarme de nuevo al pueblo de Inazuma, y en realidad a él le tienen confianza.

Noté, sin en realidad mucha dificultad, que Sara parecía estar decepcionada y triste por lo que le acababa de decir, y luego frunció el ceño, malhumorada como dicen que suele estar de costumbre.

-Sus deseos son órdenes para mí, amada Shogun. -Ella se retiró, yo simplemente prendí un incienso para relajarme.

No sé por qué, y no quise usar la palabra para no ofenderla pero...Sara se comporta como una simp cuando se encuentra conmigo...supongo que quiere un ascenso a capitán general, y cumplir las órdenes al pie de la letra suele ser una forma de conseguirlo.

En fin, sus razones tendrá ella, eso no es asunto mío, en realidad.

***

Comía un poco de dango tricolor junto con Paimon, la tarde era especialmente tranquila, las tareas del gremio ya las habíamos acabado y, por si poco fuera, no quedaba mucho de qué preocuparnos, por lo mismo disfrutaríamos después de un pequeño paseo que sería muy relajante y más que necesario.

Eran antes de las 11 de la mañana, tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera, y eso sería, seguramente, ir a los baños termales o beber algo frío en la tarde, también queda la probabilidad de ir a visitar a Ayaka a su hacienda, pero no me decido del todo.

Sin embargo, al cruzar una esquina, una bolsa de tela me tapó la cara, sentí que varias personas me agarraban y me amarraban para inmovilizarme, escuchaba los quejidos de Paimon ya que, seguramente, a ella la tendrán en un proceso similar.

Sentí que me arrojaban a lo que pienso es una carreta, vaya que el golpe me dolió, y después de eso sentí varias patadas en mi cuerpo, ¿por qué tanta violencia contra mí?

-Ge-general, no creo que eso sea necesario...

-¡Cállate, yo soy quien da las ordenes aquí! -Me siguieron pateando, ¿esa era la voz de Sara? -Esto te pasa por quitarme tiempo con mi amada Shogun. -Sí...ese tono simp es de ella.

Tras algunas patadas y golpes más, finalmente la carreta se puso en marcha, y al cabo de unos minutos la misma se detuvo, solamente para llegar frente al trono de Ei una vez me desamarraron y me quitaron la bolsa de la cabeza. Paimon estaba a mi lado.

-Sara...cuando te dije que me trajeras al viajero no me refería a esto.

-Hice lo que tenía que hacer, mi amada Shogun. Pensé que el asunto era de extremo secreto, así que no podía saber cómo actuar, en realidad.

-Oye pero sí tú me pateas...

-Suerte para mí y mis hombres que todo el procedimiento fue tranquilo y sin contratiempos. La dejo con nuestro invitado, amada Shogun. Quizá el camino fue un poco brusco, pero lo traté con el respeto que se merece.

-Puedes irte, Sara. Y llévate a tus soldados.

-Sus deseos son órdenes, amada shogun. -Antes de irse, Sara me dirigió una mala mirada.

Al estar todo en silencio, no pasó mucho tiempo para que Paimon se quejara del trato que recibió al decir que fue muy brusco...si supiera cómo me trataron a mí. No pensé que Sara fuera tan celosa, sé que estima en exceso a Ei pero yo no quiero quitarle su puesto de trabajo.

En fin...cosas de militares, supongo yo.

-Te llamé porque necesito de tu ayuda, viajero. Como sabrás, Inazuma quedó cicatrizada por lo que sucedió, malamente mis propios subordinados me engañaron diciendo que todo estaba bien, y noto que mi propio pueblo me tiene desconfianza, algo que no es de mi agrado...de ahí que quiera retomar su amistad. He hecho una agenda de cosas por hacer, pero si llego rodeada de militares, los ciudadanos se sentirán atacados aunque no sea mi intención, pero si es contigo...la cosa cambia.

-Entiendo lo que quieres decir. Acepto, no hay problema por eso. -Sonreí. -¿Qué es lo que tienes en mente, Ei?

-Dime "amada shogun" frente la multitud Eso hará que los demás también lo hagan. -Dijo, altanera.

-Sigh...¿qué es lo que quiere que haga por usted, amada shogun"

***

La primera fase del plan era, en realidad, muy simple. Se trataba de plantar algunos cerezos, esta era la temporada precisa para hacerlo, eso y además de que es para darle una vista más bonita a la ciudad, que si de por sí ya es linda, pero le falta color, o al menos desde mi palacio así lo pienso.

Los huecos ya estaban hechos en la tierra, solo faltaba cultivarlos, esto no es algo que yo suela hacer, pero para ganarme la simpatía de mi pueblo, es algo que debo hacer sí o sí, de lo contrario no será muy bien visto este pequeño evento.

Aether se encontraba a mi lado, alzándome el pulgar para decirme que todo estaría bien...aunque no sé si en realidad si lo estará. Sara me estuvo ayudando anteriormente a plantar árboles, así que no debo fracasar, y no es que sea algo especialmente difícil.

-Esta pequeña acción no es por otra cosa para que nuestra ciudad sea la capital más bella de las 7 naciones. Y no solo por eso, sino es para que las generaciones futuras se enseñen lo bueno que es el trabajo, pues ellas dedicarán su tiempo a regar estos cerezos que, en unos años, adornarán nuestra ciudad. -Recibí muchos aplausos después de eso, y de inmediato me dediqué a colocar el árbol en su lugar, usando la pala para dejar todo perfectamente bien.

De inmediato los trabajadores comenzaron la faena, al igual que el viajero y su acompañante. Cuando menos me lo esperaba, muchos de los lugareños empezaron a cantar y a tocar música para animar el evento. Aether me ofreció un pequeño sombrero ya que el sol era fuerte, y sí, todos usaban manga larga y sombrero para que el sol no les quemara.

-Aether, soy una arconte, no necesito esto ya que mi piel no se quema.

-Es para que tus súbditos te vean como una más. Vistes muy elegante, si usas algo con lo cual puedan identificarse contigo, tendrán más simpatía.

Con un poco de duda, tomé el sombrero para ponérmelo, y ciertamente el abrigo que me brindaba el mismo se sentía, y el ambiente me resultaba más fresco.

Seguimos plantando árboles al ritmo de la música y de los cantos, no negaré que me divertía mucho, pues son canciones que toda Inazuma se sabe, incluyéndome, por supuesto. Lo único malo es que me daba un poco de pena cantar, aunque sé que no lo hago mal.

Sin embargo, Aether me tocó el hombro dos veces, haciéndome levantarme un poco el sombrero, y más que parecer un evento donde se cultivan árboles era, en realidad, una pequeña fiesta que se había montado, lo que me hizo sonreír con mucha alegría.

-Vaya, primera vez que te veo sonreír, y me alegra que sea en un momento así. Pero no permitas que la fiesta no llegue a un pequeño rincón, sabrás a qué me refiero.

-Hum...soy demasiado orgullosa para hacerlo solo porque tú me lo pides. Lo haré, pero es solo porque me da la gana, en shogun solo manda shogun. -Me tapé lo más que pude el rostro con el sombrero ya que sentí perfectamente cómo es que me empezaba a sonrojar...y que mi pueblo me vea así es algo que no me termina de agradar del todo. Debo verme fuerte.

Dejándome llevar por la situación, también empecé a cantar, pero yo a volumen bajo para que me escucharan lo menos posible, solamente me di cuenta que Aether no dejaba de sonreír, como si eso le diera risa. Hum...puede que me haya vencido una vez, pero a la próxima tendré la ventaja y ahora veremos si se ríe con ganas.

Llegado el momento, nos pusimos a descansar tras plantar todos los cerezos, que no es que fueran muchos, pero sin duda tenía su sentido por el hecho de que solo es para darle retoques a la ciudad. Aether llegó con un vaso de agua para mí, el que en realidad no era necesario pero sería de mala educación rechazárselo.

-Al final todos estuvimos muy felices. Mira delante de ti. -Justamente, frente a ambos todos los civiles se divertían y reían, algunos bebían en los cantaros de barro, así como otros se secaban el sudor y los últimos seguían observando los pequeños cerezos.

Lo irónico de la situación, es que en esa época los cerezos empiezan a perder sus hojas, de ahí que las mismas volaran por todo nuestro alrededor, el aura que dejaba era muy linda, ya que todos se divertían a la vez que las hojas caían como si fueran copos de nieve.

-No dudes que terminarás ganando a los tuyos de nuevo. Solo debes ser más comprensiva y mandar en ti misma. Quedaste como una malvada por ser manipulada por las personas de tu confianza, y no digo que seas paranoica...pero mejor confía más en ti misma. -Una corriente de aire le llegó por detrás a Aether, y las flores de los cerezos lo bañaron, cayéndole incluso algunas en la cabeza. Me pareció muy lindo, tanto así que sonreí de forma involuntaria.

-Por eso mismo te dije que en Ei solo manda Ei.

La agenda continuaba y las personas se despidieron de mí con bastante gratitud, ofreciéndome su mano, algunos regalos que hice que Aether cargara, y muchas alabanzas. Todo es cosa de seguir avanzando y dejar atrás el pasado.

Ahora tendríamos que ir a una aldea a las afueras de la ciudad para un fin muy especial. Como cerrar las fronteras causó el problema de que empezaron a escasear alimentos, pues algunas hambrunas azotaron a los barrios más bajos, de ahí que tuviera la idea de que, para garantizar que nadie se quedara con hambre, había que crear algunos cuantos comedores comunitarios, estos estarían dirigidos por la chica garza y su hermano, pues Aether me ha convencido de que eso sería algo que les encantaría hacer.

Al llegar, los aldeanos nos esperaban, algunos miembros de mi ejército se encontraban presentes, incluyendo a Sara, a la que al llegar, simplemente la tomé del mentón.

-Quita esa expresión tan seria, Sara. Asustarás a nuestros ciudadanos.

-Co-como usted ordene, mi amada Shogun. -Se sonrojó de nuevo, Aether se contuvo una risa, pero ella solamente le pisó un pie.

-Lo prometido es deuda, súbditos míos. Sé que se cometieron errores en el pasado, y pedir perdón no basta, pero para enmendar nuestro error, los comedores comunitarios se han puesto en marcha, y en sus trabajos no solo se les pagará con el sueldo debido, sino que incluso se les darán cupones para que puedan tener su comida gratuita aquí. La inauguración de este comedor se celebrará con un gran festín. No sean medidos, por favor, todo corre por mi cuenta. -Sonreí, algunos aplaudieron.

-Amada líder, ¿es verdad que usted será quién preparará el banquete? -Preguntó uno de los aldeanos. -La costumbre aquí es que, por lo regular, quien organiza un banquete es quien lo prepara, y dicen que eso fue confirmado por un viajero rubio y una niña voladora.

-¡Oy, Paimon no es niña voladora! -Exclamó la pequeña, enojada. Yo, conteniendo todo mi enojo posible, volteé a ver a Aether, sonriendo de forma tsundere, él simplemente se alzó de hombros, nervioso.

-¿Algo que decir, Aether? -Preguntó Sara, poniéndole una mano en el hombro para luego apretárselo.

-Hem...todo sea por las tradiciones, nuestra amada Shogun será quien lo prepare. -Sonrió, ahora quién se puso nerviosa fui yo...

Entre ovaciones de la gente y sus agradecimientos y aplausos, fui llevada hasta la cocina del comedor, en donde empecé a ahorcar a Aether.

-¡¿Por qué demonios se te ocurrió decir eso, yo no sé cocinar?! ¡¿Tienes la mínima idea de cómo afectará esto a mi imagen pública, solo un diminuto puñado de selectas personas saben ese secreto?!

-Relájate, Ei...tengo un plan. Tú servirás la comida y yo seré tu asistente en la cocina, no por nada he recibido halagos de dos de los mejores chefs de Liyue.

-¿Pe-pe-pero y si algo sale mal? N-no me pongas a cocinar, por lo que más quieras, te lo suplico, solo haré el ridículo.

-No cocinarás...necesito una cortina de humo. Paimon, distrae a los aldeanos.

-¡¿Eh?! ¡¿Y por qué Paimon tiene que hacerlo?! -Exclamó ella, enojada.

-Llamas mucho la atención, solo ve y hazlo. Te recompensaré con ración doble.

-Oh, así ya hablamos el mismo idioma, jeje.

Mientras nuestra pequeña amiga voladora se encargaba de distraer a mis súbditos, Aether y Sara se ponían a toda leche a preparar la comida, yo tenía puesto un mandil y, al verme en un espejo, realmente posé en el mismo al verme muy linda con él puesto.

-Hum...¿por qué nunca me había probado uno así? -El mismo era de color morado, así que me quedaba a la perfección con mi vestido y mis mallas. Al voltear a ver, tanto Sara como Aether se me quedaban viendo, sangrando por la nariz, yo simplemente fruncí el ceño, haciendo señas de que mejor se apuraran y dejaran de verme de forma tan obscena y descarada.

Al acabar todos los preparativos, pedí que la fila se hiciera, me salpiqué el mandil a propósito para que la mentira colara mejor, y uno por uno, los súbditos fueron pasando, desde niños hasta ancianos, mujeres y hombres jóvenes y algunos ya maduros, todos me agradecían con una sonrisa y se sentaban en el comedor.

Una vez todos estuvieron sentados, yo igual compartí mesa con todos ellos, compartíamos historias, anécdotas, Aether contaba sus viajes y Sara decía sus hazañas militares. Una vez me tocó hablar...todos me miraron.

-Y-yo...no tengo mucho por contar, solo por el hecho de que me siento bendecida de tener a un pueblo tan comprensivo como lo son ustedes. De aquí en adelante, trataré de ser la mejor líder, y no duden que velaré por cada uno de ustedes.

-¡Por nuestra Shogun! -Gritó uno de los aldeanos, alzando su vaso.

-Corrección. -Intervino Sara. -Por nuestra amada Shogun. -Todos alzaron sus vasos y se hizo un brindis rápido.

Aether solo sonrió, ofreciéndome más bebida, la que ahora sí acepté gustosa tras una sonrisa.

Al acabar, todos los aldeanos me daban las gracias, el sol empezaba a ponerse, pues pasó un rato de pláticas y algún que otro juego de cartas...y no sé si yo soy muy buena o siempre me dejaban ganar...especialmente Sara.

Como fuera, no negaré que me la pasé de maravilla, especialmente cuando mi juego se ponía difícil, más que nada por Aether, que parece que es el único que no quiere complacer todos mis caprichos. Eso me gusta de él, que no es nada mandilón y siempre da todo de sí, sin desear complacer a nadie.

Para cerrar con broche de oro, y siendo una sorpresa más que nada, el banquete se cerraría con un pequeño postre, ya fuera dango tricolor o, en su defecto, rollitos de huevo...que son mis favoritos, especialmente los que prepara Sara.

Por algún casual de la vida, no alcanzaría, solo faltaba uno de manera exacta, y aunque Sara dijo que haría más sin problema, no se podía ya que se supone esto también lo preparé yo...pero siento que es un pretexto para ser deferente conmigo otra vez.

-Ni modo, no moriré por no comer en esa ocasión. -En el exterior mostraba indiferencia, pero por dentro algo me carcomía hasta el punto de casi querer llorar de la impotencia...de verdad quería un rollo de huevo de Sara.

Aether, que todavía no empezaba, simplemente sonrió, ofreciéndomelo.

-No me gustan mucho los dulces, su aporte calórico es en realidad nulo, así que no me sirven para mantenerme en forma para la aventura.

-No es necesario, Aether. Consérvalo tú, no moriré por no comer esta vez. -Eso decía en el exterior, pero en mi interior maldecía a todo por de verdad tener antojo.

-Acéptalo, no creo que a Sara le caiga muy bien fallar en algo como esto, así que nos evitaremos problemas. Aparte, la Shogun debe disfrutar de sus propios eventos.

-Sigh...está bien, voy a tomarlo, pero me ofende muchísimo. -Al probarlo, de inmediato me enajené ya que es mi postre favorito, hice un gesto que a Aether le dio risa, yo solo le di un golpe. -No te burles de las debilidades de una arconte.

-No lo hago, claro que no. -Siguió riendo, seguramente hasta en los ojos se nota lo feliz que me siento por esto.

Al recibir las gracias de los aldeanos, seguí escuchando en la lejanía como los mismos hablaban muy bien de mí; me llevé una mano al corazón, totalmente feliz y con unas leves ganas de llorar. Sin duda alguna, estoy agradecida por tener un pueblo así sin en realidad merecerlo.

-Como ves, mi plan salió a la perfección. Ahora todos dirán que eres una excelente cocinera.

-Será una mentira, pero creo que es mejor que así se quede, más que nada en beneficio de ellos que mío. Debo darte las gracias por eso, Aether. -Me acerqué y le di un beso en la frente, lo que a él le sonrió. -Aquí en Inazuma no solemos hacer mucho contacto físico, así que aprecia muy bien ese gesto. -Reí, altanera.

-De-debo darte las gracias entonces, Ei.

-No importa mucho. Al final de todo, gracias a ti fue que todo salió incluso mejor de lo que se esperaba. Creo que es hora de ir a descansar, esos eran todos los pendientes, y una buena siesta... -Antes de poder terminar, un grupo de niños vino corriendo hacia mí y Aether, rodeándonos.

-Onee-San shogun, vayamos a jugar a las escondidas.

-¿Qué? -Dije, confundida.

-Sí, también el viajero debe de venir a jugar con nosotros.

-Será divertido, vamos onee-san Shongun.

-No, simplemente no, me suena imposible que yo juegue con ustedes. -Fruncí el ceño, un poco enojada.

-Por favor. -Dijeron los niños al mismo tiempo.

-Lo siento, pero no.

-Vamos, Ei. -Intervino Aether. -No tienes nada que perder, y además no hay más asuntos que atender por ahora, así que tiempo nos sobra.

-Solo será un rato, lo prometemos.

-Por favor.

-Sigh...está bien, ¡solo un rato!

Los niños comenzaron a jalarnos a mí y a Aether hacía la zona en que era mejor para jugar. Para ser honesta, seguía sin estar del todo convencida, pero ya había sido arrastrada a ese problema y no podía salir del mismo.

Dijeron que el juego se llamaba "las escondidas"...sé que, en realidad, puede parecer que cualquiera lo podría jugar sin problema...pero yo no soy cualquiera, y en este sentido no lo digo para bien.

Resulta que, como en realidad nunca antes había jugado con niños, no tenía ni la más remota idea de cómo hacer lo que tenía que hacer. Aether se golpeó la frente, yo solo lo miré feo, pues en vez de que me explique, solo se queja.

-El mismo nombre lo dice, debes esconderte en un área determinada para que los demás no te encuentren.

-¿Y cuál es la gracia de todo eso? -Pregunté.

-Divertirse un rato...mira, hagamos una cosa: Paimon, serás la primera en atrapar.

-¡Oye, Paimon quería esconderse primero!

-Será para la próxima. Bueno, Ei, tendré que ayudarte, así que mientras Paimon cuenta hasta 20, nosotros nos tendremos que ir a la de ya.

Apenas inició el juego, Aether me tomó de la mano para empezar a correr a una zona que, de hecho, incluso yo misma reconozco que es un buen lugar para esconderse. El mismo es una grieta en una de las paredes de roca cercanas a la playa, así que, como pudimos, ambos nos metimos en la misma.

-No cabemos aquí.

-No importa, mientras no nos vean es lo ideal.

-Me cuesta trabajo respirar...

-Hem...creo que en realidad estamos muy apretados del pecho. -En efecto, mis senos se apretaban contra el pecho de Aether, y apenas él me los vio, yo le jalé una mejilla.

-No me las veas, degenerado. Sigh...odio decir que no podemos hacer nada más por ahora, solo esperar a que nos encuentren.

No solo nuestros pechos quedaban pegados, en sí muchas partes de nuestro cuerpo se tocaban, y los rostros de los dos quedaban muy cerca.

Casi sentía su respiración en mi rostro, y no sabíamos a dónde dirigir nuestras miradas, solo sabíamos que ese momento no era incomodo, pero tampoco resultaba el más idóneo. Sorpresivamente para mí, Aether me tomó de la cadera, juntándome más a su cuerpo.

-El espacio es apretado...pero creo que todavía podemos sacar un poco de ventaja. -Él hizo su espalda un poco para atrás, ahora mis senos ya no estaban tan apretados, aunque de igual forma seguíamos muy pegados. Yo llevé mis manos a sus hombros.

-Sí...así está un poco mejor. -Nos sonrojamos por igual de la cara, lo que es bastante decir ya que a él nunca lo había visto así, tanto que me parece algo sorprendente. Sentí su mano bajar un poco más por debajo de mis caderas, así que apreté mis ojos y gemí un poquito. -¿Qu-qué haces?

-En realidad...no lo sé. -Escuchaba perfectamente el palpitar endemoniado de su corazón y el mío, así que sé que estamos muy nerviosos; yo llevé una de mis manos a la suya, empezando a bajar la misma hasta que llegó a tocarme lo que pudo del trasero, así fuera solo sus dedos.

-¿De verdad no lo sabes o solo te haces el tonto?

-Tal vez un poco de ambas... -Estando a nada de unir nuestros labios, los pequeños gritaron "aquí están", así que un ataque de tos nos ganó por igual, salimos rojos de la cara, apenados y sin ver tan siquiera nuestra sombra.

-¿Hum? ¿Qué les pasa a ustedes? -Preguntó Paimon, llevándose una mano al mentón.

-Falta de aire. -Dije, relajando más mi tos.

Esos momentos fueron bastante incomodos, ya que cuando me tocó a mí ser quién buscaba, me topé la mala suerte de primero encontrar a Aether...así que solos, en las cercanías de la playa y a una corta distancia, en realidad es que la tenía complicada en base a lo que pasó hace un rato.

¿Por qué acepté que me abrazara de esa manera tan personal? Digo, ningún hombre en todo lo que llevo de vida me había tomado de la cadera, o tan siquiera se encontró cerca de mí, y cuando digo tan cerca es hasta el punto de que nuestros cuerpos se tocaban.

Esta sensación es algo nuevo, de ahí que me parezca bien curiosa y poco extraña, pero como todo lo que probamos, algunas veces lo desagradable nos da curiosidad.

No es que me refiera que Aether o su cuerpo me desagrada, no, sino fue el momento, ya que no estoy acostumbrada a ello, y eso no quita que tengo curiosidad por sentir estas cosas nuevas, quizá les pueda ir tomando el gusto.

Entre tanto, seguimos jugando mientras pensaba eso, y era en realidad bueno ya que siempre que me escondía, lo planteaba de mejor manera, pero cuando me escondían, debía regresar a la realidad, por lo mismo de que seguía jugando con los niños.

Esa experiencia tampoco me fue desagradable...solo que los niños no son precisamente de mi agrado. En fin, cuando ellos se cansaron, los fuimos a dejar a sus casas, y todos se despidieron de forma muy amigable de mí, lo que me dio mucho gusto y me alegró bastante el corazón.

Si bien las más jóvenes generaciones crecieron en un ambiente hostil generado por la guerra, me parece especialmente notable que, con el tiempo, podrán irlo olvidando, o eso espero, pues los tiempos de bonanza finalmente llegarán a mi imperio.

Paimon y al viajero se quedarían a dormir en la aldea, mientras que yo regresaría a mi palacio, por supuesto. Ya no había sol, la luna se asomaba de a poco, y el aire no era frío, la arena seguía ligeramente tibia tras tantas horas de haberle pegado el sol, y mi guardia tardaría un rato más en llegar, así que eso no me preocupaba.

La pequeña ya se había ido a dormir, mientras que Aether aguardaría mi partida, cuidado que nada me sucediera...claro, como si algo me fuera a pasar a mí, eso es absurdo. En fin, ambos nos encontrábamos tumbados en la arena, mirando todo lo lindo del cielo.

-Vaya día, y finalmente acabó...

-Para ti. Pero esto apenas empieza para mí...debo recomponer mi reputación en todos los pueblos de todas las islas, no solo en las aldeas cercanas a la ciudad. Me pregunto si mis esfuerzos serán en vano.

-Tienes una vida por delante, y nunca mejor dicho. Siempre ostentarás el poder, así que tiempo tienes de sobra para realizar los cambios que creas necesarios, pero siempre escucha a tu pueblo, eso es lo que importa más.

-Supongo que sí... -Me levanté del suelo para ir caminando, quitándome las sandalias que suelo usar para remojar mis pies en el mar, así como sentir la arena en los mismos.

-¿Ei?

-Respecto a lo de hace rato...nunca me pasó algo así, y odio admitir que me quedé con ganas de intentarlo un poco más.

-¿Eh? ¿Nunca habías recibido un abrazo?

-Tch. Sabes que no me refiero a eso. -Me planteé frente a él, mirándolo directamente a los ojos, colocando mis manos en sus hombros, como hace rato. -Po-pon tus manos en mi cadera...

-De acuerdo... -Nos sonrojamos otra vez.

Al hacerlo, empecé a sentir mi respiración agitarse, así como otra sensación que no terminaba de entender, la misma que sentía que mis pezones se endurecieran, y un extraño cosquilleo me llegara a la entrepierna y dentro del abdomen bajo.

Aether, una vez más, comenzó a bajar sus manos más debajo de mi cadera, y al apretar mi trasero, un gemido me salió, por lo que de inmediato me tapé la boca, apenadísima, pues no comprendía qué pasó conmigo.

-O-olvida lo que pasó...yo no emití ningún sonido.

-¿Y dirás lo mismo ahora? -Él me apretó más contra sí, el oleaje del mar se escuchaba así como algunas gaviotas que volaban la playa, y el viento se golpeaba contra mis orejas, y fue ahí cuando él se levantó de puntillas, sorprendiéndome al sus labios hacer contacto con los míos.

Supongo que esto es a lo que popularmente se le suele llamar "beso"...hum, tiene sentido, pues tampoco es como que haya dado uno a pesar de que he vivido una de años, más de los que quisiera admitir, pero eso resulta otra cosa.

De ahí mismo que detectara un sabor curiosamente dulce, no sé si sea mío o de él...pero conforme iba moviendo mis labios y lo iba abrazando más, ese sabor se incrementó más y más. Pienso que no es un sabor físico o real, sino es algo que mi propio cuerpo interpreta al Aether ser un chico muy dulce y tierno. (una vez una chica me besó y me dijo que mis labios le sabían dulce, y realmente era un simp con ella...supongo que se refería a eso, pero ojo, ustedes no sean simps, el mío fue un caso excepcional :v)

Ah, con que eso es...es como si comiera los rollitos de huevo de Sara, ese es mi postre favorito, de ahí que el sabor me sea tan agradable...un momento, ¿ahora los besos de Aether serán mi "postre" favorito?

Cuando estaba por descubrirlo, una flecha le dio al hombro de Aether, el que gritó por evidentes razones, rompiendo el abrazo. Al voltear a ver...Sara se encontraba apuntando su arco, roja de la cara.

-¡Tú!... ¡¿Cómo te atreves a besar a mi amada shogun?! ¡Eso no lo puedo perdonar a nadie!

-¡Sa-Sara, relájate, no fue contra mi voluntad, en realidad debes saber que...!

-¡Date por muerto, Aether! -Ella empezó a dispararle más flechas, yo suspiré del cansancio y desvié las mismas al tener poder electro, lo que trabajo no me costaba en lo absoluto al ser yo la que maneja tal elemento.

-Vamos, Sara, relájate por favor.

Tras pasar un rato, y cuando finalmente logré calmar a Sara, Aether fue al pueblo a que le sanaran el hombro, lo que fue rápido. Malamente tenía que irme, pero aproveché un descuido de mi simpática general para despedirme de mi acompañante de ese día.

-Perdón por eso, Sara suele ser de carácter explosivo, y nunca antes la vi tan enojada como hoy.

-Malamente, pero no me arrepiento. -Rió.

-Nos vemos, Aether. -Cerré mis ojos para darle otro beso en los labios, el que duró algunos segundos. Ese sabor dulce se mantenía intacto...y me encanta mucho saborearlo, es algo que, simplemente, no puedo describir del todo bien por lo complicado que es, pero no por eso es malo.

No dudo que ese curioso sabor se convierta en mi favorito, y suelo comer rollito de huevo cada postre de la comida, solo espero que los besos de Aether lleguen cada que despierte, eso me alegrará mucho el día que tenga por delante.

______________________________________

-inserte la Internacional- 150 ks de vistas UWU

Vaya...cuando inicié en wattpad, tenía la ilusión de llegar a un millón de vistas, pero luego caí en cuenta que tener 10 mil ya es un logro...pero ahora estoy viviendo el sueño y, si bien no tengo un millón ni por asomo, ya tener 150 mil es un agradable, es un excelente sabor de boca, sin duda, ya también es un sueño, y al ritmo que vamos que es de literalmente 100 vistas al día, pronto serán los 200 uwu

No tengo ni la más remota idea de hasta dónde llegue este fic, cuántos capítulos le falten, si su ritmo bajará cuando ya deje de publicar, pero al menos sí la veo en medio millón o mínimo 350 mil, eso queda en sus manos, pero bueno, en realidad no es lo importante, sino que están aquí desde el principio uwu, de verdad gracias

En cuanto al capítulo, sé que no fue taaan romántico, sino más bien basado en la misión legendaria de la Shogun (que no he jugado, ehe xd), y ya al final se puso intenso uwu por ahora no pienso en una segunda parte, pero no dudo que haya material para poder sacarla, luego se me vendrá algo a la mente. 

Siento que quedó perfecto el simpeo de Sara, eso le dio su toque de humor al capítulo, que si bien no es necesario, siempre queda bastante bien a mi parecer jejeje :v y bueno, el capítulo se centra en que Aether se esmera en hacer feliz a Ei, no tanto en que haya romance, que si bien no lo concebí así en un inicio, el mismo salió solo, y vaya que queda bien, pues creo que si alguien te gusta haces lo posible porque se sienta bien (ustedes no simpen, no sean como Sara :v)

Nos vemos la siguiente semana con ya finalmente el lemmon de Aether y Ninguang que he aplazado meses, pero al final la voluntad popular no lo prefería, aunque ahora sí ya no lo pienso aplazar más uwu

No sé qué se tiene la gente con el ZhonglixEi...pero ya me está gustando JAJAJA no duden que lo verán pronto por aquí, incluso ya tengo la idea inicial, y realmente me parece que quedan muy bien juntos, ya lo había dicho antes y todavía lo sostengo

(en esta imagen me da mucha ternura la mirada de Ei :3)

Pues aquí están algunas imagenes, esta última me da ideas también porque la verdad es que es linda. En fin, el UID no es mío, para aclarar, jaja, así que nos vemos la próxima uwu

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro