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Cita por accidente.

(Ufff, la imagen del capítulo me ENCANTA, me pongo como adolescente enamorada cuando se trata de fanarts de preparatoria o secundaria, espero que a ustedes también)

En ese momento tenía prisa, me moría de hambre después de haber trabajado como el esclavo del gremio de aventureros que soy y, aparte de que Paimon también se la pasaba molestándome al respecto, iban a cerrar pronto el restaurante Wanmin porque el señor Mao debe ir a su revisión médica de rutina, y como Xiangling no está en casa, tiene que cerrar.

Como tenía tanta prisa, al cruzar una esquina no me di cuenta que una persona iba por el mismo rumbo que yo, por lo que inevitablemente choqué con ella. Era Keqing, solo me la había topado una vez, pero tiene fama de ser muy... "dura" y poco amable.

-¡Oye ¿eres tonto o por qué no te fijas?! –Me reclamó, yo me ruboricé al sentirme sumamente apenado.

-¡Wah, lo sentimos, Keqing, pero teníamos prisa ya que no falta mucho para que cierren el restaurante y queríamos comer pronto ya que nos morimos de hambre! –Dijo Paimon, nerviosa.

-Sí, eso lo sé Paimon, ¡por lo mismo es que ya había comprado yo mi almuerzo, agh, bien hecho idiota, por tu culpa se cayó todo lo que comería!

-De verdad lo siento, puedo pagarte por ella si quieres, incluso te daré un extra.

-Eso da lo mismo, ¿crees que me preocuparía el precio? ¡Solo tengo media hora para comer, y en otros restaurantes atienden mucho más lento, me quedaré sin comer por tu culpa!

-Oh...puedo invitarte a cenar si quieres, ¡o ya sé! –Tomé rápidamente la mano de Keqing, la que se sorprendió, gimiendo como si fuera una gatita asustada, pero fuimos corriendo a toda prisa al restaurante.

Por suerte, seguía abierto y había poca gente, le pedí a Mao que hiciera comida que llenara y fuera rápida de preparar, lo mismo para mí y Paimon...el problema es que solo le daba tiempo para hacer dos platillos, y me rugieron las tripas en ese momento.

-¿De verdad no te importa quedarte sin comer?

-Ya veré con qué me las arreglo, ustedes coman. –Sonreí con todo el dolor de mi alma al ver cómo es que ellas comían lo de su plato mientras yo pasaba hambre.

Cuando acabaron, Keqing parecía irse de un notable mal humor, y se veía apurada, pero de cualquier modo fui a alcanzarla, tratando de pedirle perdón por lo ocurrido. Vaya que esta chica sí es complicada. (Aether: es difícil de conquistar :'v)

-¿Ahora qué quieres? Voy retrasada por tu culpa y seguramente me pondrán una multa por ello.

-Bueno, puedo usar mis influencias para explicar tu retraso, quizá sean más comprensivos.

-Hum, lo dudo. Los del pabellón son sumamente exigentes, pero me agrada la idea aunque es imposible que pase. Ahora muévete, no hay un segundo que perder.

Los dos corrimos mientras Paimon venía volando con nosotros, por la falta de comida me sentía más bien débil, pero no podía flaquear.

Llegados al lugar, varias secretarias recibieron a Keqing, Ganyu se notaba igual de apurada que siempre y, la que se notaba era la encargada de la explotación laboral, digo, de que todo estuviera en orden, ella se sentó en su escritorio.

-Llegas tarde, Keqing. Sé que eres de las siete estrellas, pero las reglas son las reglas, cada segundo que perdemos es un mora que no estará en los bolsillos de Lady Ninguang.

-Respecto a eso... -Le expliqué lo que había pasado, y como vieron que se trataba de mí además de que incluso me ofrecía a ser yo quien pagara la multa de Keqing para que no lo recortaran de su salario, decidieron ignorar el retraso.

Ella se notó sorprendida, así que, sin verme a los ojos, solamente me dio la espalda.

-Gr-gracias... -"Perdón" creí escuchar, pero fue muy bajo y no estoy seguro de que así fuera.

-¿Eh? Dijiste algo.

-¡Nada! ¡Ya no me retrases más! –Keqing se fue corriendo a trabajar a su escritorio, yo salí del pabellón, caminando directamente por los bosques cercanos, encontrándome algunos árboles de manzanas, los cuales usé para apalear el hambre, por lo que ahora sí, con un estomago más controlado, me puse a preparar algo más rico.

A pesar de que pagué la cuenta hace rato, seguía sintiéndome apenadísimo y culpable por el hecho de que le tiré la comida de Keqing, así fuera de forma accidental, pero quería hacer algo al respecto.

Lo suyo se veía más caro de lo que le preparó el chef Mao, así que decidí preguntarle, a eso de las siete que era cuando había regresado del médico, por la comida que ella pidió.

-Esa señorita tiene gustos simples pero buenos. Era pescado asado, ensalada de menta con chiles gueyun y, como postre, una gelatina con forma de rex lapis.

-¡Woah, ¿eso existe?!

-Sí. Desde que él murió, decidí crear una receta inspirada en él para agradecerle lo hecho por milenios e hice esto. –Lo que nos mostró fue una gelatina con forma de dragón, era muy linda y tierna, pero yo imaginé que tenía forma de Zhongli...por alguna extraña razón, supongo que es por el tiempo que he pasado con ese anciano.

La misma tenía un sabor a leche y café, lo que era muy rico, así que compré una. Pedí prestada su olla para, pues eso, preparar el pescado asado, que era una comida muy cara debido a sus condimentos, por lo que la culpa no hizo sino más que aumentar.

Como tenía una botella de vino que me regaló Diluc por su cumpleaños...lo que me es raro, ya que yo no le regalé nada pero él sí a mí, decidí descorcharla al ser apropiada para la situación.

En fin, dudo que ella quiera invitarme a su casa así que la invitaré a mi tetera, claro que sí. Espero que no malpiense mis intenciones. De todos modos, Paimon estará con nosotros, así que ella estaría segura que no oculto nada.

Siendo las nueve, el silbato del pabellón sonó indicando que era la hora para que todos pudieran retirarse. Una avalancha de trabajadores y oficinistas se dejó venir a donde estaba yo, casi arrastrándome con ellos. Sin embargo, Keqing no aparecía.

Esperé unos minutos...pero no salía, miré mi reloj cada diez minutos y, hasta que fue la octava vez, ella salió sola, sobándose el cuello y estirándose un poco.

-Hola. –Dije, estirando mi mano y sonriendo. Ella puso una cara de "wtf" cómo que no esperándose encontrarme aquí. -¿Qué, tengo algo en la cara?

-¡Oye, hace más de una hora que sonó el silbato, ¿por qué no salías!? –Reclamó Paimon, impaciente.

-Jum, los que sí tenemos cosas que hacer no tenemos tiempo de ocio. Es una ley no escrita: llega una hora temprano, sal una hora tarde y no pidas remuneración a cambio.

-Empiezo a tener la idea de que Ninguang las explota... -Dije.

-Tu mente simplona no podría comprender la importancia y el honor de que mis derechos laborales sean pisoteados por Lady Ninguang. Ella es la que tomará el lugar de Rex Lapis para que Liyue siga siendo lo que es, incluso llevarlo por mejor camino, y no hay pago más grande que saber que fui parte de ello.

-Sigo pensando que te explotan. –Tosí. –Como sea, quisiera pedirte disculpas por lo de hace rato, y pensé si no querías venir a cenar en mi casa. –Sonreí.

Ella quedó en silencio y con un rostro como el de una adolecente a la que acaban de decir que es linda, y esa sensación que me daba solo se incrementó cuando ella se sonrojó, lo que me pareció raro.

-Oh...no es que me interesé, y no me importa si te quieres disculpar o no, pero eso me da a entender que ya hiciste preparativos.

-Por supuesto. Aparte, mi casa es al estilo de Liyue, seguramente te gustará. –Volví a sonreír.

-Está bien, aceptaré, ¡pero solo lo hago por no ser malagradecida, ni creas que me interesa tener una cita contigo!

-¿Cita? ¿Lo ves así? Vaya, no lo había pensado, pero sí que puede contar como una.

-¡Ay, da igual, solo vámonos ya! –Exclamó, roja hasta los cabellos.

Saqué mi tetera de la mochila para que los dos entráramos en la misma, siendo absorbidos de manera rápida. No sé por qué, pero en esa situación, algo pareció fallar ya que caímos del cielo, a una altura de pocos metros, pero nos dimos de golpe contra el suelo.

-Auch... -Sentí algo blandito apretándose en mi mano, y cuando lo toqué con detalle, no era muy bultoso, pero en mi vida sentí algo parecido. -¿Qué es esto? Es suave...suave y blandito.

-¡Kya! –Lo siguiente que sentí fue un golpe contra mi estómago, que me sacó el aire, solo para levantarme y darme cuenta que Keqing se cubría los senos con ambas manos. -¡Eres un pervertido, degenerado, violador, maldito cerdo coquino asqueroso!

-Oh...con que eso era. –Un hilo de sangre me empezó a bajar por la nariz.

Tras pedir disculpas nuevamente, y con Paimon como mediadora, Keqing aceptó quedarse un poco a reñadientes, ya que dijo que no sentía hambre y lo último que deseaba era verme la cara por sentir ganas de golpearme.

Le expliqué que en la tetera, por la naturaleza espiritual de la misma, no se siente hambre ni sed, no se envejece y el tiempo pasa muy rápidamente. Le dije que, tal cual, un año aquí serían 12 minutos en el exterior, por lo que ella se sorprendió. (Esto es un invento mío, pero ténganlo MUY en cuenta ya que es la premisa de otro capítulo que tengo, pero del ship que trata es una sorpresa 7u7)

-Sino puedo sentir hambre ni sed en este lugar, ¿por qué invitarme? –Preguntó ella, sentada en la mesa.

-Esa es una buena pregunta. Supuse que no querías que pusiera un pie en tu cara o me darías un shock eléctrico, pero es menos incomodo estar aquí que en medio del bosque a mitad de la noche, ¿no crees?

-Touché...eres más listo de lo que pensé. Además, mi estómago sí estará lleno, y cuando salga, me sentiré satisfecha.

-Por eso mismo lo pensé.

-¡Basta de charlas, quiero comer! –Gruñó Paimon, como si fuera un perro rabioso. Keqing rió, haciéndole cariñitos en la cabeza.

-Es cierto, solo me dijiste que habría vino, pero no qué comeríamos.

-Hum, es pescado asado y una sorpresa.

-¡Oh, Paimon piensa que la gela...! –De inmediato le tapé la boca para que no rebelara el secreto, ella siguió hablando, y cuando bastó, dejé de hacerlo. -¡Es súper deliciosa, Paimon entiende perfectamente por qué a Keqing le gusta tanto!

-Ok...bueno, al menos sé que son comidas que me gustan...¿pero cómo supiste que era justamente lo que pedí en la tarde? ¿O fue solo una casualidad?

-Para nada. De verdad, perdóname por ese incidente, lo que te di a modo de disculpa fue muy barato y fue poco en comparación de algo tan caro como el pescado, así que quería hacer algo que pudiera remediarlo, y qué mejor que justo lo que pediste para comer, pero ahora para cenar.

-Buen punto...

Tras una rica cena, Paimon se fue a dormir, dejándonos solos a nosotros dos. Ella, por sorprendente que resultó, terminó llena y no quiso postre. Solamente se fue a dormir ya que ni de chiste le daría de beber vino.

La cosa era así, pasamos ahora a mi sala, frente a la chimenea, cada uno bebiendo vino, dejando las copas en la mesa que tenía para ello.

-Así que...este es el famoso vino de Mondstadt. Sabe rico...nada parecido al vino que tomamos en Liyue.

-Sí. Creo que tampoco nos podemos emborrachar, así que podemos beber a nuestras anchas. Aunque claro, hay que guardar un espacio para el postre, sin duda.

-¿Qué es? Paimon y tú han dicho que es algo muy rico.

-¿Quieres de una vez?

-Sí, sería algo bueno para acompañar el vino. –Sonrió ella, era la primera vez que la veía sonreír, lo que fue de mi agrado. Le regresé el gesto.

–Tienes una linda sonrisa. –Dije, al irme.

-¡¿Eh?! ¡O-oye, ¿por qué el halago?! –Como no respondí, ella alzó la voz. -¡Oye, vuelve aquí, baboso!

-Solo quería decírtelo, es la primera vez que te vi sonreír y me pareció la verdad. –Mencioné al regresar con una pequeña bandeja en mis manos. Ella se extrañó. –Espero lo disfrutes. –Sonreí.

Al abrir la bandeja, ella soltó un grito de fangirl, llevándose las manos a la boca, notándose muy emocionada.

-¡Gelatinas de rex lapis, hace más de una semana que no como una, al chef Mao se le acaban de inmediato! –De pronto, ella se sonrojó y empezó a dar pequeños tosidos. –Digo, no me interesa para nada, yo soy más de la idea de que los humanos podemos hacer las cosas por nosotros mismos, solo lo digo porque son deliciosas.

-Seeeeeguro...

-¡Oye, no te burles de mí o podría irte muy mal! –Ella probó la gelatina con forma de dragón, haciendo el mismo gesto que haría una niña pequeña al comer algo que le gusta mucho. Reí al ver esa escena, enternecido. –Ríete de nuevo y te patearé. (Simps Keqing: me ofendería si no lo hicieras :v)

-Perdón, es que no puedo evitarlo. Por cierto, tengo algunas pinturas que, según cuentan las leyendas, fueron hechas por rex lapis...pero como no te gustan esas cosas, seguramente no te interesará.

-¡Cállate y muéstramelas de inmediato!

No era una mentira, eran pinturas que Zhongli había hecho ahora en sus ratos libres, y la verdad es que eran muy lindas. Me las dio como regalo por haberle prestado algunos cuantos moras...varias veces. Como ya tenía una linda casa, me pareció buena idea usarlas para adornarla.

Vi que ella estaba pero si chorreando emoción al verlas, y lo mejor es que tenían la firma que Zhongli usa en los contratos, lo que le daba mayor credibilidad. Eran parajes de Liyue.

-¡Esto debe valer millones de moras, ni siquiera Lady Ninguang tiene una! ¿De dónde la sacaste?

-Digamos que tengo contactos, de hecho, podría conseguirte alguna si así lo quieres.

-Pe-pe-pero solo son tontas pinturas hechas por una tonta deidad...n-no las necesito.

-Como digas, pero pensaba en regalarte alguna a modo de compensación. –Realmente me divertía poniéndola en jaque, pero era momento de ya dejar de jugar, así que regresamos a la sala a seguir bebiendo vino.

Por suerte tuve razón y no nos pusimos muy borrachos, aparte de que tampoco es que bebiéramos una barbaridad. Simplemente quedaba ya poco por hacer, en la tetera también era de noche y, eso sí, nos puede dar sueño.

-Bueno, hora de regresar a mi casa. A pesar de que no siento nada en el estómago, el cuerpo no se engaña, la cena me causó sueño.

-Deja eso, trabajaste todo el día, seguramente estarás agotada por ello. Aunque...algo me dice que no duermes muy bien, tienes ojeras. –Al decirlo, ella se cubrió un poco los ojos, sonrojándose.

-No me importan. Eso no significa nada, aparte es señal de que trabajo arduamente, esta visión no se ganó así sin más.

-Puedes dormir aquí si quieres, aunque sea un rato. Puedo despertarte para que no afecte tu horario de sueño en el mundo exterior.

-Seguramente planeas hacerme algo mientras duermo, cochino degenerado.

-Vamos, me preocupo por ti, nada más.

-No tienes por qué hacerlo, Aether. Yo puedo cuidarme sola. –Ella se levantó, y apenas lo hizo, bostezó pesadamente. –O bueno...tal vez media horita.

Le preparé mi cama mintiéndole y diciendo que era el cuarto de visitas. Si decía que era la mía, seguramente se negaría. En realidad solo está la habitación de Paimon y la mía, pues no necesito más. Los otros cuartos son la cocina, el salón de baile, el comedor, mi almacén y el baño, nada fuera de lo común.

Dejé que durmiera toda la noche, o bueno, casi toda la noche. Aquí los relojes no funcionan por obvias razones, uno tiene que saber la hora del día a la antigüita: mirando el sol o la luna.

Sin embargo, mi método es infalible.

-Oye, Gordi, ¿qué hora es?

-Aquí son las cinco de la mañana y afuera son las diez y media de la noche, entraste, en el horario de Teyvat, no hace más de unos segundos.

-De acuerdo, de acuerdo. Gracias, descansa también.

-Ya lo hago, jeje. –De inmediato, aquel pájaro enorme se metió en su propia tetera, solo podía ver una pequeña burbuja inflarse y desinflarse.

Al ir con Keqing, escuché que ella roncaba como gatita, lo que me mató de ternura. Lo hacía a un volumen un poco audible, pero eso indica que está muerta de cansancio.

-Se ve tan linda con el cabello suelto...suerte mía que está dormida y no puede escucharme, o me amenazaría. ¿Qué pasará con ella que siempre está a la defensiva? –Sin más, fui y le moví el hombro, ella reaccionó al instante. –Cinco minutos más...mamá, estaba soñando con Aether.

-¿Y qué soñabas? –Le seguí el juego, sorprendido.

-Qué estaba rodeada de monstruos pero qué él llegaba, los acababa a todos y antes de irse de nuevo me daba un beso en la frente y me decía que era la chica más linda que había visto en todos los mundos que recorrió.

-Pensé que te desagradaba.

-¡Me desagrada porque siento admiración y envidia por él, es tan fuerte, todas las chicas no le quitan el ojo de encima, es imposible que se fije en alguien como yo!...espera, hace diez años que dejé de vivir con mi madre. –Ella se levantó poco a poco de la cama, con el rostro pálido como la nieve, con una expresión de molestia en su cara.

-Yo no oí nada... -Dije, sonriendo con presión a la vez que sonrosado. Es innecesario decir que ella se me abalanzó para ahorcarme.

Le dije que había pasado media hora, lo que claro que no es cierto, pero daba lo mismo. Al salir de la tetera, volvió a pasar lo de hace rato, solo que ahora fue un poco peor (o mejor, según se vea), ya que su trasero cayó sobre mi pecho, cerca de la cara, y vi un poco debajo de su falda por esa razón.

Es innecesario decir que me dio una bofetada y me amenazó de mil y un formas, lo que era costumbre.

Sin embargo, cuando llegó a su casa y dio la hora de despedirse de mí, se sonrojó.

-Bueno...fuiste muy amable, demasiado incluso diría yo, pero lo agradezco. Mañana te invitaré a desayunar en mi casa, pero debes llegar temprano ya que no debo llegar un solo segundo tarde. Así que...hasta mañana. –Ella me dio un beso en la mejilla, justo en la que me había abofeteado, y he de admitir que fue una sensación muy hermosa al ser el primer beso en la mejilla que me daba una chica linda, por lo que quedé sorprendido.

Al entrar a su casa, simplemente sonreí al ella ya no verme. Me fui, con las manos en los bolsillos y preguntándome qué hacer ahora. Vi la luz que se prendió en su cuarto, como cerró las cortinas y su silueta mientras se despeinaba y se quitaba la ropa.

Lo que me pareció curioso fue que pareció tirarse a la cama, boca abajo, empezando a patalear, pero ni idea de qué diría. Sentí ternura por ella nuevamente, y a pesar del aura de mujer imponente y seria que da...a veces solo parece una niña caprichosa y mimada.

En fin, cuando ella apagó la luz, me fui a seguir mi rumbo, durmiendo en la rama de un árbol, ya que no dormí en todo el rato que estuve en la tetera, y lo sentí como si fuera toda una noche, por lo que no podía más.

Para el día siguiente, tanto Paimon y yo fuimos a la casa de Keqing, yo toqué la puerta de la misma, y ella nos recibió prontamente, estando todavía en pijama, pero ya peinada.

-Pensé que...no ibas a venir. –Dijo, un poco melancólica.

-Me invitaste, ¿por qué no vendría?

-Lo pensé en la noche y, aunque dormí pronto por lo poco que dormí en tu "casa", me di cuenta que fui muy grosera contigo y que no merecías que te tratara así. Al final de todo, fuiste muy amable conmigo.

-No te preocupes, a veces tenemos malos días. –Sonreí, viéndola un poco a detalle, me di cuenta que no tenía las ojeras tan marcadas como ayer. Prácticamente debió dormir más de 15 horas, eso le vino muy bien. (Yo una vez sí dormí 15 horas en un día, estuvo tan rico uwu)

Ayer descubrí la razón por la cual siempre está a la defensiva conmigo ya que lo digo mientras dormía, eso además de que claramente tendría un mal humor por no dormir adecuadamente, de hecho todavía no salía el sol.

Su pijama era de color morado, sin apenas detalles en la misma, y viendo un poco su casa, especialmente su cuarto, vi a lo lejos un peluche de Rex lapis, lo que, como han de esperar, me dio mucha ternura. Dice que no le agrada la idea de los dioses, pero en secreto tiene un peluche de la deidad del puerto, es una cosa tan linda.

El desayuno fue muy energizante, Paimon lo devoró sin demora, Keqing y yo fuimos más medidos.

Noté que acompañó su desayuno, a diferencia mía, con un buen vaso de leche...eso me da más parentesco a ella con un gato, aparte de que su comida favorita es el pescado, ¿sentirá atracción por los hilos sueltos de la ropa? Eso me causa intriga.

Al terminar, le agradecí y quise tratar de ser yo quien recogiera la cocina para que ella se apurara y no llegara tarde nuevamente al trabajo. Sin embargo, ella lo impidió ya que yo era su invitado y eso no le parecía correcto.

Decidimos, y para no perder tiempo, que los dos los recogeríamos para que no hubiera problemas. Aun así, no sería un proceso fácil, para nada. Lo digo porque Paimon a veces no se le da bien quedarse callada cuando es momento de estarlo.

-Oh, le dan un aire a Paimon de que ustedes son un matrimonio y Paimon es su hija. –Rió ella, con ternura, tanto Keqing como yo comenzamos a toser pesadamente, mirando a otro lado ya que nuestros rostros estaban rojos como chiles gueyun.

-¡Paimon, qué cosas dices! –Exclamé, jalándole la mejilla.

-¡Y-yo nunca me casaría con un baboso como él! ... ¡o bueno, quizá, con Aether de manera explícita no!

-¿Y por qué te pones tan nerviosa, Keqing? –Preguntó Paimon, tallándose la mejilla que le jalé.

-¡Po-por nada en especial! ¡Da igual tengo que apurarme, y no se te ocurra espiarme mientras me cambio, maldito degenerado!

-¿Eh...?

Al salir de su casa, los dos no nos podíamos ni dirigir la mirada, caminábamos apenados, pero ya habría modo de resolver ese problema. Digo, no sé cuándo vuelta a tener oportunidad de ver a Keqing de nuevo, no quería terminar en malos términos con ella, razón por la cual preferí desviar la conversación.

-Supongo que tendrás mucho trabajo, ¿no?

-Como todos los días, pero es el precio a pagar por ser una de las siete estrellas.

-El equilibrio terrenal...no suena nada mal. En fin, no te lo dije pero el desayuno estuvo muy rico, no es por decir mal, pero no pensé que tuvieras buenos dotes culinarios, da la sensación que no sueles cocinar mucho.

-Cuando vives sola, tienes que aprender aunque no quieras, pero yo siempre lo hice con gusto. Y gracias por el cumplido, no recuerdo cuando fue la última vez que alguien desayunó conmigo en mi casa.

-En realidad eres la única persona que ha cenado en mi tetera, estamos igual en ese aspecto.

-Fue divertido, y de verdad esa energía adeptica me vino de perlas, me siento más viva y descansada que nunca. Podrías rentar tu tetera para usarla como hotel, ganarás mucho dinero de seguro.

-No lo había pensado. No importa cuánto te tardes, es como si nunca hubieras faltado en realidad.

-Sí. –Llegamos a la oficina, las secretarias hablaban y algunas apuraban a Keqing –Bien, fue una agradable noche la de ayer, y a pesar de lo que...bueno, ya sabes. –Dijo, sonrojada. –El desayuno fue lindo también, pero sigo pensando que no debiste hacer nada más.

-Soy tu invitado, pero eso no me exenta de mis deberes.

-Discutiremos eso luego. Por ahora...espero que podamos vernos pronto. –Sonrió, pareciéndome igual de linda que aquella vez. –Me tomó del hombro para darme un beso en la mejilla, sin embargo, Paimon hizo de las suyas.

-¡Oye, date prisa, hay que ir por gelatinas antes de que se acaben! –Dijo, tomándome del brazo, pero por su entusiasmo me empujó contra el rostro de Keqing.

Sin que alguno de los dos lo esperáramos, nos dimos un beso en los labios, así que nuestros ojos se abrieron de golpe al sentir algo que no era precisamente normal. Fueron los segundos más largos de mi vida, unos que no querían que transcurrieran, pero todo lo bueno debe acabar, así que Keqing me empujó del pecho, separándome de ella. Nuestras mejillas se prendieron al rojo vivo.

-¡De-degenerado, pervertido, asqueroso, violador, ¿cómo te atreviste a algo así?!

-¡F-fue un accidente, pero hay que admitir que fue lindo, o al menos a mí me gustó!

-¡No digas nada, cállate y vete antes de que llame a la geo armada! –Keqing comenzó a arrojarme piedras que veía tiradas, Paimon y yo nos fuimos corriendo a toda prisa, las secretarias fueron a detenerla antes de que me golpeara. -¡L-lo peor es que tiene razón!...también me gustó a mí.

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Hey, como notaron, el capítulo tuvo de diferencia en que ninguno de los personajes estuvo enamorado del otro, pero eso le da un toque único ya que es la primera vez que hago algo así en mis fics. Sin embargo, el que haya descartado ese hecho no le quitó que fue lindo.

Según tengo entendido, Keqing es muy tsundere, pero quizá le exageré un poquito al cómo es, eso me lo dirán ustedes, es lo malo de un personaje que salió poco en la historia y que no tengo :'v

Espero les guste el capítulo a pesar de que es un nuevo concepto que usé, y seguramente solo sea para este capítulo, o tal vez para algún otro, depende del ship o del cómo quiera abarcarlo.

En fin, el próximo capítulo es con Lumine, si mal no me equivoco, querían que hiciera un LuminexNinguang, ¿me equivoco? En fin, espero sus propuestas.

Siempre tuyo:

-Arturo.

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