Any Time At All
Nota: les recuerdo que el capítulo es un "What if" aquí lo que cambia es que Yoimiya bb sufrió un accidente hace tres años, razón por la cual perdió la pierna y quedó con quemaduras, de ahí que siempre usa vendas. Esta idea surgió como una "teoría" ya que, para la portada del launcher de la 2.0 se veía que la piernera de Yoimiya parecía más bien una prótesis, por lo que de ahí surgió esa idea que al final fue solo un despiste que muchos se dieron, pero la idea me parece buena para retomarla. Ahora a lo que venimos: a darnos una buena dosis de romance UWU
Todo se encontraba tranquilo en ese día, estaba en el trabajo con mi viejo mientras hacíamos algunos fuegos artificiales como solemos hacerlo, al final de todo es nuestro trabajo.
Realmente soy una persona que no se caracteriza por ser precisamente callada, de ahí que casi nadie me cuente secretos, pues poco tardo para contarlos de manera inconsciente, eso por mi mala costumbre de ser muy parlanchina.
Curiosamente, esa ocasión tenía un enorme secreto para contar, pero es un secreto mío, claro. Debo decirlo o explotaré, pero también quiero ser especialmente cuidadosa para que ese secreto no llegue a oídos equivocados.
Por eso mismo...mi papá es la persona ideal para contarle lo que quiero. Yo lo miraba de frente, su vista se encontraba centrada en su trabajo, y como soy muy expresiva con mis gestos, era lo mejor.
-Oye pa, hay algo que quiero decirte, pero es un secreto muy personal, así que no le puedes decir a nadie, ¿de acuerdo?
-¿Se acabó? Juraría que había papel suficiente para hacer otros dos lotes.
-¡Papá! No hablo del papel, hablo de que no puedes decirle a nadie.
-Oh, ya veo. Bueno, si quieres encargarte tú, no molestaré a los vecinos para que compren el papel.
-Hum. –Hice un gesto de inconformidad. De cualquier manera, da lo mismo, con que no me escuche... -El punto, sé que debo ser clara con mis sentimientos y todas esas cosas...pero esto es algo que me da mucha vergüenza decirlo. El secreto que quiero contarte es que...estoy enamorada de Thoma. –Me sonrojé, llevándome las manos a los ojos. -¡Por la Shogun, no puedo decirlo sin sentirme nerviosa! Pero sí, él me gusta, y de verdad estoy enamorada de él, pienso que es el mejor chico y que me encantaría ser su novia.
-Te agradezco que hayas comprado el pay, hija; pero no gracias. Las habichuelas hacen que mi colón se inflame.
-Papá. –Me comencé a reír ya que lo que le dije no tenía absolutamente nada que ver con un pay de habichuelas. Qué bueno que lo elegí a él para contarle mi enorme secreto, ese que nadie se debe enterar.
-Si debo serte honesto, tu risa es música para cualquier persona de la ciudad, pero en especial para mí. Trabajar en ese ambiente tan serio a veces me aburre. –Dijo Thoma de sorpresa, tomándome de un hombro. Yo me puse nerviosa y un poco sonrojada, al parecer andaba por aquí pero no lo suficientemente cerca para escuchar mi secreto.
-¡Th-Thoma! Gr-gracias por el cumplido, me alegra saber que mi risa no es molesta. (Yo AMO la risa de mi Yoimiya bb y quien diga que es molesta HOY se muere >:v) (Escritor simp-ático detectado :v)
-Qué va, Yoimiya. Como te digo, es algo que incluso me hace sonreír y sentirme alegre después de un día de molestias y amenazas por parte de los que se creen rudos.
-Eso me molesta, ¿quién podría amenazarte? No sabe en el problema que se está metiendo, pero no solo eso. Eres un chico muy amable y tienes mucho carisma, ¿por qué se enojarían contigo si tienes esas cualidades?
-Tus palabras me elevan el ánimo, con eso que muchos me hacen el feo por mi origen humilde. –Suspiró, abatido.
-Idiotas ellos por no darse la oportunidad de conocerte. Mientras que los mortales como yo, no desaprovecharemos esa oportunidad.
-¿Intentas decir algo en particular? –Preguntó él, alzando una ceja mientras me sonreía con confianza.
-N-no...yo, lo que pasa es que... -Olvidé medir mi lengua, seguramente con eso entendió que quiero conocerlo, lo que se traduce en pasar tiempo con él, claro.
A su vez, pasar tiempo con él significa tener citas, salir a pasear...ser novios, llegar al matrimonio, los hijos, ¡ah! ¡Me estoy haciendo castillos mentales y en realidad solo es una tontería lo que en realidad quiero decirle! Me comencé a sonrojar de pensar en esas cosas.
Por suerte, mi padre estaba ahí para intervenir, pero no de la manera que yo esperaba...pero no niego que sí deseaba.
-Ya que irán juntos al centro a comprar el papel, ¿por qué no me traen un algodón de azúcar? Hace días que tengo antojo de uno, pero el trabajo me ha impedido ir a comprarlo.
Tanto Thoma como yo nos quedamos desconcertados porque en nada tenía que ver lo que hablábamos...lo peor de todo es que mi papá sigue pensando que hace falta papel cuando en realidad hay para unos 5 lotes de fuegos artificiales y hasta creo que sobraría.
No es raro que ambos riéramos de aquella escena, pero le decidimos seguir el juego a mi viejo, además de que ya prácticamente nos había encargado a comprar su algodón de azúcar.
-Ahora que lo pienso...también me gustaría uno. –Sonrió Thoma. –Por algo dicen que las casualidades no existen, así que este momento es perfecto.
-Suerte, espero les alcance el dinero para el papel. –Se despidió mi papá mientras Thoma y yo caminábamos con rumbo al centro. <<Oh, mi pequeña...al fin llegó a esa edad. Es todo lo que puedo ayudarle, el resto dependerá de ella, así que espero aproveche esta situación que le di>>
Transitando por las calles de la ciudad, Thoma y yo seguíamos riéndonos de mi padre, cada día parece estar peor, le digo una cosa y me sale con otra que poco o nada tiene que ver con lo que conversamos. Al final de todo...es por "lo de ese día"
"Lo de ese día" significa el día del accidente. Ya tiene algunos años, en realidad no serán más de dos, han pasado rápido pero las cicatrices de lo que pasó en esa ocasión no se desvanecerán nunca.
Era un día como cualquiera, como incluso este, probábamos un nuevo tipo de pólvora, mi padre salió un segundo para ir por unos materiales que teníamos a unos metros de la casa, y sin que me pudiera dar cuenta, terminé en el ojo de la tormenta.
La pólvora se prendió creando, de forma casi literal, un pequeño infierno en la tierra, uno en el que me encontraba. Quedé aturdida por la explosión, pero solo podía escuchar una cosa en particular mientras mis ojos estaban a punto de cerrarse.
-¡Yoimiya! ¡Yoimiya! –Era la voz de Thoma gritando de forma desesperada, escuché cómo es que quitaba la mesa de trabajo y otros muebles para acercarse a mí, se cubría el cuerpo con su abrigo, incluso quitándoselo apenas me vio para taparme con el mismo, cargándome en sus brazos a la vez que evadía el fuego para que yo no me quemara más. Al colocarme en un lugar seguro, lo vi llorando con una sonrisa en sus labios. –Gracias a la Arconte...te logré salvar.
En un primer momento, me sentí furiosa con él ya que bueno...se me quemó el 30% del cuerpo, perdí una pierna en la explosión por lo que usaría muletas lo que me dejó con un complejo al sentirme inútil y que no podía valerme por mí misma así que...ganas me sobraban para gritarle que mejor me hubiera dejado morir en vez de rescatarme.
Sin embargo, a los pocos días que me dieron de alta en el hospital, él llegó al taller ya reconstruido, y en cuanto lo vi, simplemente lo ignoré, apretando mis puños para soportarme el enojo de ver la cara de la persona a la que creí jamás le perdonaría por salvarme.
-Yoimiya...te tengo un regalo. Sé que quizá no sea de tu agrado, solo quiero que sepas que no lo hago con dolo o para que te sientas mal, lo hago porque creo que es una deuda que tengo contigo. –De detrás de su espalda sacó una caja alargada, un poco ancha, y que tenía un listón rojo. –Ábrelo...espero te guste. –Sonrió, notoriamente emocionado.
Yo hice lo pedido sin ganas, no quería saber nada de Thoma y pensaba en tirar al carajo el regalo que fuera...lo que no me esperé es que era una prótesis.
-La hice con mis propias manos. No soy experto en carpintería, pero tomé la medida sin que te dieras cuenta mientras estabas en el hospital, la hice de una forma en que parezca que es una malla y protección para la pierna. Sé que no compensará tu pérdida, en realidad nada podría hacerlo...no obstante, lo hago para que no te veas triste....me gustaría verte sonreír una vez más.
-Thoma... -Mis ojos se humedecieron, solté las muletas para abrazarlo, casi tirándolo ya que él cargaba con casi todo mi peso. –Gracias...de verdad, no sabes cuánto te lo agradezco, y también el que me salvaras de morir quemada...gracias.
-No hay de qué, Yoimiya...
Si bien costó trabajo acostumbrarme a la prótesis, en realidad poco a poco, y con ayuda de Thoma, fue empezando a hacerse una parte de mí, y en realidad ahora suple a mi pierna de verdad, y el saber que él se esforzó mucho por ayudarme de esa manera, me dice tantas cosas.
De hecho, siempre que ocupo arreglarle algunos detalles, voy a casa de Thoma y él se encarga de afinarla mientras yo estoy sentada junto con él, viendo cómo lo hace ya que requiere total concentración, pero a veces suelo hablarle en momentos que no debo por el que...bueno, así es mi personalidad.
Casualmente, no fue por eso que me enamoré de él, no, no. De hecho...es algo más complejo todavía.
Por el hecho de que quedé con quemaduras, tuve que ponerme vendas para cubrir las cicatrices que me quedaron, aparte de que, si bien no era muy notorio, toda la ciudad sabía del accidente y que usaba una prótesis de pierna.
Eso me dejó con un fuerte complejo de que no me sentía bonita, y que si alguien se me quedaba viendo en la calle, era para reírse de mí o juzgarme. Incluso me inventé apodos, que me decían "la de la pierna artificial" "La pirómana coja" cosas por el estilo. Lo gracioso es que...nadie me decía eso.
-Vamos, Yoimiya. No inventes esas cosas, eso no te ayudará a superar tu complejo.
-¿Entonces por qué se me quedan viendo así?
-Seguramente porque eres muy linda.
-No bromees.
-No lo hago. Es más, mira. –Thoma se levantó de su asiento, caminando hacía el grupo de chicos que se me quedaban viendo. –Oye, ¿qué tanto le ven a mi amiga? ¿Están hablando de ella? Y de ser así, ¿qué tanto hablan?
-E-eh, no nada. Solo dije que me parecía una chica con un rostro muy lindo, eso es todo.
-Sí, Es Yoimiya, ¿no? Dicen que es una chica que siempre se ríe, y que es muy alegre, de hecho se le nota mucho.
-Y-yo solo escuchaba la conversación. Con respeto, pero ella no me parece tan linda, aunque no niego que lo sea.
-¿No te parece linda? -Thoma lo agarró del hombro, pero no con una mala intensión. –Vamos, deberías usar gafas, ¿no te parece que sus ojos son muy hermosos? Son un color miel perfecto, y también su cabello es muy lindo, ¿la has visto sonreír? Amigo, donde veas esa sonrisa sabrás lo que es una chica bonita, ¿no te gustan sus tatuajes? Ella es una flor, le quedan bastante bien si lo ves así, ¿y no te agrada ese estilo? El color blanco de las vendas queda perfecto con el anaranjado de su ropa, y el listón de su prótesis, es un lindo detalle, ¿no te parece? Aunque no lo creas, yo lo hice, y lo hice pensando en que se le vería perfecto.
-Si me lo dices así...tiene sentido. Sí, ahora Yoimiya me parece una chica muy linda.
-Es hermosa, no lo olvides.
Siempre que salía con él a alguna parte, Thoma le decía a cualquier persona que se topara con nosotros las razones por las cuales yo era bonita...escuchar esas palabras casi a diario, lo que piensa de mí, el que le parezco la chica más bella de toda Inazuma sin duda me tocaron en lo sensible, y que esa enorme amabilidad suya, esos cumplidos y su personalidad en sí me hicieron enamorarme de él.
La salida que tuvimos de hecho resultaba muy bien verla como una cita, ya que lo era. Tanto él como yo comíamos algodón de azúcar, sentados en una de las bancas de la calle, viendo cómo es que todas las personas transitaban por ahí, cómo poco a poco la gente iba llenando los rincones al ser la hora de la comida.
-No sé cómo es que a tu padre se le ocurre cambiar un algodón de azúcar con los problemas de mi trabajo, pero estoy agradecido con él porque eso sucediera.
-A veces así le pasa al viejo. Le dije unas cosas antes de que llegaras y lo confundió con papel para fuegos artificiales.
-Me di cuenta de ello. ¿Qué hablabas con él? ¿Harán otro festival nocturno? De ser así, en realidad me gustaría ir contigo.
-¿E-eh? –Me sonrojé, ¿me invita a salir a ver fuegos artificiales? No puede haber nada más romántico que eso en la Isla, ¿será que también le gusto? No lo creo pero...si es así, vaya que tendré suerte.
-Sí...hace tiempo que no presencio uno, y qué mejor que verlo con la organizadora principal, ¿no te parece? Siempre me he preguntado cómo puedes formar esos patrones con un pequeño cohete...si puedes hacer uno en forma de corazón o formar algún nombre también.
Seguimos hablando al respecto y el hecho de que yo también estaba encantada con la idea, pero que al final solo era cosa de esperar a que llegara un nuevo festival. Me gusta pensar qué podríamos hacer en uno...sería una muy buena cita.
Las que he "tenido" con Thoma hasta ahora no han sido muy impresionantes, aunque eso no quita que me gustan mucho. Siempre y cuando pueda regresar riéndome y más enamorada de él...me siento feliz.
-Oye, dame. –Le reclamé, señalando su algodón de azúcar. (Jajaja, soy un puerco, esto lo malpienso xd)
-Todos saben a lo mismo, es solo colorante diferente. –Me recriminó, pues el mío es azul y el suyo es naranja, del mismo tono que mi ropa.
-No me importa, dame. –Seguí fastidiando.
-Sigh...está bien, pero no... -Sin dejarlo acabar, le di una buena mordida, haciendo un gesto de agrado, sacándole una buena risa, mientras yo seguía masticando, él trataba de morderle al mío, pero yo no lo dejaba, así que cuando seguí comiendo, él aprovechó y de todos modos lo hizo.
-No creas que te dejaré ganar tan fácilmente. –Exclamé, frunciendo el ceño. Como tenía algunos restos en la comisura de los labios, me alcé sobre mis puntillas para darle un beso cerca de los mismos, sonrojada, ocultándome detrás del algodón de azúcar de mi padre, él abrió los ojos, tocándose esa parte de la cara.
-Vaya...no te gusta quedarte con menos que los demás... -Me desvió la mirada.
-Me enseñaste a que así fuera.
El recorrido a mi casa, a partir de ahí, fue silencioso, por suerte no fue mucho ya que llegamos rápido, le di el algodón de azúcar a mi padre y él simplemente me sonrió con mucho gusto, diciéndome que siguiera buscando el papel junto con Thoma para que me ayudara a cargarlo y que de recompensa podría quedarse a beber una taza de té...vaya que ese asunto se lo tomó en serio, pero no es mala idea, me beneficia de igual manera.
-Oye Yoimiya...debo decirte algo, es realmente importante para mí.
-¿Te ascendieron de puesto?
-No, es más bien algo personal. Uff, ¿cómo decirlo? No te lo he dicho antes pero...todo mi clan planea que una mi vida con la de Ayaka, y mañana pensaba pedir su mano para comprometerme con ella. –Mi sonrisa se esfumó por completo, mi corazón quedó tan destrozado que, por la impresión, ni siquiera me dolía, pero claro que algo malo había ahí. No podía ni tan siquiera llorar. –Sé que tengo las de perder pero...1% de probabilidades 99% de fe, dice mi familia. ¿Eh? ¿Te pasa algo? Parece que viste un fantasma.
-Thoma, estoy que no me lo creo. No me creo que te quieras casar con Ayaka y que hayas juntado el valor para pedir su mano. –Lo abracé, no quiero que me vea, no así cuando me siento muchísimo peor que cuando recibí la noticia de que perdí la pierna. –Te deseo suerte, las probabilidades no importan, tienes corazón, tienes todo para ganarte el corazón de cualquier mujer, y confío en que Ayaka no será tan ciega para no verlo. –Me separé del abrazo, tomando sus manos. -De verdad, ojalá se te cumpla, espero que así sea.
-Yo-Yoimiya. -Su rostro me transmitió un sentimiento de decaimiento. -Sabía que me apoyarías...de cualquier forma, me cuesta trabajo procesarlo, ya que es algo muy importante para mí, y en realidad ni siquiera sé si darte las gracias.
-No es necesario que lo hagas...de verdad, mucha suerte con eso. Debo ir al trabajo, no quiero que mi viejo tenga problemas con algún cliente, con eso que oye tan bien.
-Je, eso es sabido de sobra. Aun así, ¿te molesta que te acompañe?
-Puedo ir sola, no te preocupes. –Le dije, dándole la espalda.
-E-eh, espera, todavía debo decirte que...
-Me-mejor ve a planear cómo le pedirás matrimonio a Ayaka, eso es más importante, luego me lo puedes decir, no quiero ser una molestia.
-Espera, Yoimiya... ¡Yoimiya! –Sin darle oportunidad de que me dijera algo, me fui casi corriendo a mi casa, donde mi padre solamente me vio, yo le sonreí tratando de evitar el que notara que estoy triste.
Cerré mi puerta, dejándome caer en mi cama mientras me rompía a llorar a borbotones, suerte que mi padre no escucha bien, ya que de verdad no podía ocultar mi dolor ni aunque lo intentara con todas mis fuerzas.
El chico del que estoy enamorado y que incluso llegué a imaginarme unir mi vida con él, así fuera por un segundo, le pediría matrimonio a alguien más...Thoma, ese chico tan amable y que amo por su forma de ser y por lindo que ha sido conmigo, le pertenecerá a otra mujer.
No sé por qué me lo dijo, por qué espero tanto tiempo para hacerlo, ¿será que nunca me vio más que como una amiga? Es claro que sí...solo fui eso para él. De todos modos, no puedo dejar que esto me afecte, es solo un amor de juventud y nada más, no debo dejar que me consuma por lo torpe que es, ni siquiera me sentí tan agobiada como cuando pasó el accidente y eso sí es algo por lo que lamentarse.
Pero no puedo...todos mis recuerdos junto a él, esa forma tan suya de ser, no puedo olvidarlo o ignorarlo así sin más. Apretaba mi cara fuerte contra la almohada, mi respiración estaba entrecortada, sentía el corazón literalmente desgarrado.
Creo que es por el hecho de que no solo será novio de otra chica, no...su vida quedará unida permanentemente a la de Ayaka. Y aunque ella lo rechacé, Thoma no dejará de estar enamorado de ella. No la odio ni mucho menos pero...¿por qué se fijó en ella? ¿Por qué no en mí? Debe ser por lo de mi pierna y todo este tiempo se trató de pura caridad.
No...me levanté de la cama, secándome las lágrimas, tratando de tranquilizarme. Él es un chico bueno, amable, y jamás haría algo así, solo estoy inventando cosas estúpidas, no tiene sentido lo que hago, y eso Thoma ya me lo enseñó.
Sin resolución del destino...haré lo posible para darle todo mi apoyo, así como lo hizo conmigo. Si bien no es algo que pueda olvidar, pues el amor que le tengo es mucho, en realidad es la única opción que me queda.
Para el día siguiente, fui a casa de Thoma, encontrándolo por fortuna. Él iba un poco más arreglado de lo normal, su perfume era diferente, lo que me laceraba mucho...nunca se arregló tanto para mí. Tenía un ramo de flores en sus manos.
-¿Yoimiya?
-Hola...sé que estarás nervioso porque hoy será el día más importante de tu vida...en unos meses, y confío en que será así, estarás casado con Ayaka. No me sorprende que estés enamorado de ella, es una chica muy linda, elegante, y aparte pasan mucho tiempo juntos.
-Yoimiya...ayer yo quería decirte que, en realidad...
-No importa. –Sonreí, cerrando los ojos para empujarlo a su destino. –Después de esto habrá tiempo de sobra para que puedas decirme lo que tengas que decirme, por ahora céntrate en tu deber.
-Pe-pero es importante.
-Boberías, no hay nada más importante que lo que debes hacer. –Me puse frente a él, pues en realidad Ayaka ya quedaba a unos metros de nosotros. –Eres el chico más lindo y amable que he conocido, no importa de dónde vengas, importa más a dónde vayas, el apellido no lo es todo si eres tú, así que triunfarás. Te deseo la mejor de las suertes, y pase lo que pase...ojalá puedas ser feliz, eso importa más que cualquier cosa.
-Dudo que pueda ser feliz...siempre creí que no me apoyarías, que te interpondrías en esto...pensé que yo te...
-No importa eso. Te apoyo, porque quiero verte feliz, y si casarte con Ayaka será lo que te dé esa felicidad, adelante.
-Siento que eres igual de sorda que tu padre aunque no te cueste trabajo escuchar. –Sonrió, desanimado. Yo lo empujé para que fuera con Ayaka.
Me puse detrás de un árbol, mirando cómo es que ambos platicaban...llegó un momento donde se abrazaron, y fue cuando supuse que ella le dio el sí. Sonreía ya que eso se traducía en que Thoma será feliz...y a la vez derramaba algunas lágrimas porque yo quería ser quien lo hiciera iluminarse, que estuviera contento y esa llama que tiene jamás se apagara.
Para bien o mal, noté tristes a ambos mientras me limpiaba las lágrimas, y el abrazo que convirtió, más que en uno afectivo, en uno de dolor. Thoma comenzó a llorar, Ayaka le puso la mano en el hombro, retirándose mientras me veía de reojo. Cerró los ojos para cubrirse con su abanico, caminando de forma silenciosa y elegante.
Seguramente ella lo rechazó y él, al ver sus ilusiones derrumbadas, no pudo contener el llanto. Vaya que lo comprendo a la perfección...
Fui corriendo junto a él, algunas lágrimas nos bajaban por los ojos, le di un fuerte abrazo, pues aunque no se casará con Ayaka, sé de antemano que su corazón le pertenece.
-Thoma...¿Qué te dijo?
-Me rechazó. Al final de todo eso ya lo sabía, y era lo que esperaba...
-Thoma, de verdad. Si necesitas estar con alguien, mírame a los ojos, estaré ahí para hacerte sentir bien. Si estás afligido y triste, te entendería. No estés triste, llámame esta noche. En cualquier momento solo tienes que llamar y estaré ahí. Si el sol desapareció, trataré de que brille. No hay nada que no esté dispuesta a hacer. Si necesitas un hombro para llorar espero que sea el mío, llámame esta noche e iré a verte. En cualquier momento sólo tienes que llamar y estaré ahí...porque yo. –Me rompí a llorar en su pecho de forma desgarradora, aunque traté de ser fuerte, no puedo, no cuando siento lo que tengo en el pecho. -¡Thoma, yo te amo, sé que mi corazón no te pertenecerá, quisiera que tú hubieras deseado pedirme matrimonio a mí, que tus ilusiones de una vida junto a alguien fueran conmigo, porque yo así lo quería! Si estar con Ayaka es lo que te hará feliz, yo no me voy a interponer, la convenceré de que te acepte, el rechazarte es el peor de los errores porque eres el chico más bueno de todo el mundo, eres un tesoro que no puedo reclamar, pero no importa, sé feliz con quien desees.
-Yoimiya...¿de verdad puedo ser feliz con quien yo quiera?
-Eso es lo que te digo, Thoma, no me interpondré, dejaré que seas fe... -Thoma me sujetó de las mejillas, provocando que nuestros labios se unieran, lo que me dejó estupefacta, tanto así que ni siquiera pude responder al beso, lo disfruté durante unos segundos, pero lo separé para verlo a los ojos. -¿Por qué...?
-Yoimiya, por la Shogun. Desde ayer he intentado decirte que eres tú de quien en verdad estoy enamorado. Mi clan quiere casarme con Ayaka, pero yo quiero que sea contigo. Estaba seguro, incluso se lo pedí, si me rechazaba, yo tendría elección de elegir a mi esposa...y quiero que esa seas tú.
-¿Por qué estabas llorando entonces?
-Ayaka sabe de mis sentimientos por ti. El que apoyaras con tanto fervor me indicaba que no tenías interés en mí, si te interponías o tratabas de convencerme de no hacerlo, me hubiera dicho que también sentías algo parecido a lo mío...lloré porque le dije que mis ilusiones contigo eran imposibles. Debiste dejarme hablar cuando te lo pedí.
-Thoma... -Ambos comenzamos a sonreír para luego reírnos, dándonos un abrazo seguido de un beso en los labios. A partir de ahora, siempre que alguien quiera decir algo, lo dejaré y no estaré de parlanchina como acostumbro. -¡Vamos, hay que irnos a casar de una vez!
-¡¿Eh?! ¡¿Y-ya?! ¿No tendríamos primero que ser novios para conocernos bien?
-Tch, ¿te atreves a insinuar que no conozco bien al chico del que estoy enamorado? Eso me duele, eh.
-Jum...tienes razón. ¡Bien, vayamos ahora mismo, no hay un solo segundo que perder!
Ambos fuimos corriendo con mi padre para que nos diera el permiso, que sé que así será...seguramente confundirá las palabras "puedo casarme con su hija" con "¿Quiere otro algodón de azúcar del centro?" Una vez diga que sí...ya no podrá echarse para atrás, jeje. A veces su problema me trae algunos beneficios...como el unir mi vida a la del chico que amo. y con el que tengo tantos sueños que quiero cumplir
Hay tanto que organizar, aunque no tiene importancia, todo se irá arreglando sobre la marcha. Por ahora, lo que es vital, es que vayamos al registro matrimonial para oficializar lo nuestro. Será, literalmente, el tercer beso en los labios que le de a Thoma, pero como dicen por ahí, la tercera es la vencida.
Finalmente...mi amor por Thoma no será un secreto y todos podrán saber que lo amo. Y más importante todavía...que él me ama también.
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UWU
¿Pensaron que tendría final sad? Pues no :v no podría hacerlo ya que me gusta este ship a pesar de que solo existe por una imagen jsjsjs
Espero que los cambios que hago les hayan parecido lógicos, y me parece especialmente lindo que Thoma fuera el que fabricara la prótesis de Yoimiya, ese detalle, en cuanto se me ocurrió, no dudé nada en ponerlo. Siento que Yoimiya sí tendría una reacción similar a la del final ya que bueno...ella es impulsiva y se deja llevar por el momento, y como este era uno importante, seguramente así reaccionaría, o eso pienso yo.
Siento que incluso le falto miel, al ser la mitad de la historia los recuerdos de Yoimiya, faltaba algo, pero también eso me parece ideal, y después de todo necesitaba ese contexto, y que resultara esa chispa para que se encendiera el amorts uwu
Si por algún casual siente que le faltó la miel a esta wea, anuncio con especial gusto que el siguiente capítulo es un lemmon de Albedo y Sacarosa bb. Muchos dirá, "¡Esponja, ¿enloqueciste?! D:" Pero no jsjs, ya verán que queda muy bien, todo irá por añadidura y, si hay que decir, el lemmon no le quita la pureza que caracteriza al ship, pues será a mí manera...y ya saben cúal es mi manera 7u7
Nos vemos entonces, espero les haya gustado este capítulo, voten, comenten su opinión y den su sugerencia si tienen alguna.
Por cierto, si me mandan solicitud al genshin, mándenme mensaje aquí a wattpad para que sepa quiénes son, claro, también mándenme su nombre de usuario ya que así será fácil reconocerlos, porque no acepto a cualquiera xdxdxd
Siempre tuyo:
-Arturo.
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