Amor autentico.
Joder, pensar que antes era bien raro que metiera yuri y ahora es una parte importantísima del fic, todo fue culpa del JeanLisa, eso comenzó todo jajaja
Aquí está la imagen que tengo de fondo de pantalla xd
fanfics_timess no preguntes, solo gózalo 7u7
Bueno, igual ustedes me pidieron este ship, no fue un invento mío, espero lo disfruten y les guste ya que...tango 7u7
Como era mi costumbre y horario, tocaba práctica de baile, salvo que ahora, más que querer hacerlo encerrada en mi casa, decidí salir al campo, aparte era la mejor idea, ya que se respiraba aire fresco y la vista es claramente impresionante, pues se ve parte de la ciudad.
En fin, tras acabar de calentar, y al dar un último suspiro, cerré los ojos como era mi costumbre, comencé a bailar un buen tango, especialmente la danza que yo misma he estado coreografiando, y que he perfeccionado cuando sea hora de ir al baile por el aniversario de la victoria de los revolucionarios y el fin de la aristocracia. (-inserte torero- :v)
No negaré que me gustaba hacer que el baile fuera coqueto, usando mis mejores pasos, los cuales remarcarían a la perfección mi figura, la que gracias al tango y al arte de la espada, he podido moldear hasta ser la envidia de todas las mujeres en la ciudad y el deseo de más de un hombre. (Entre ellos yo, claro que soy Eula SIMP 4ever :v)
Movía mi espalda, mi cadera, mis brazos, especialmente mis pies, a pesar de tener los ojos cerrados, sé perfectamente que me veo hermosa, y que estoy haciéndolo de maravilla y que, al acabar ese día, un estruendo de aplausos me recibirá a pesar de la reputación que tengo en la ciudad.
Justamente cuando acabé, di un pesado suspiro, unos pasos se acercaban a mí, lo que me cortó el rollo ya que debía estar atenta ante lo que se viniera, ya que en las cercanías puede haber ladrones o hilichurns.
-Whoa... -Escuché la característica voz de la chica del listón rojo, así antes de abrir los ojos, ya sabía quién me miraba. (Amber: quedé :0)
-¿Estás aquí para espiarme? –Pregunté, fingiendo un poco de molestia.
-¿Eh? N-no, yo...solo me preocupaba que pudieras estar en problemas. –Parece que la puse nerviosa.
-Aún no. Se necesitan dos para bailar tango, ¿me acompañas?
-¿Qué? ¡¿Ehhhh?!
-Vamos, no seas tímida. Me he dado cuenta que, siempre que bailo, me ves con mucha atención.
-O-oh, pues claro, bailas de una forma magnifica, siempre me ha gustado verte bailar...y de igual manera me gustaría aprender. –Ella juntó sus dedos índices, un poco sonrojada (así: 👉👈)
-¿Así que es eso? Bueno, podré enseñarte, pero claro que me vengaré de ti por quitarme tiempo valioso para seguir practicando mi danza del candelabro.
-No es por nada, pero ya me has dicho que te vengarás de mí y que la pagaré caro como unas quince veces desde que nos conocemos.
Ante lo dicho por ella, le enchiné los ojos, caminando hacia ella, y con cada paso que daba para acortar nuestra distancia, la veía ponerse nerviosa.
-También me vengaré por eso, y será una muy deliciosa venganza, pequeña conejita. –Le jalé una mejilla con poca fuerza. –Te espero mañana en mi casa a las cinco de la tarde, no llegues tarde, ¿de acuerdo?
-O-ok...pero, ¿me perdonas? No quise ofenderte ni nada, es solo que...
-Me causas tanta ternura. –Reí, divertida. –No te disculpes, igual me vengaré...mañana, justamente. Por cierto, lleva tacones, es lo más ideal para bailar tango.
-De acuerdo. –Sonrió ella.
Ay, esa Amber. No tengo ni idea de cómo es que le agrado tanto, pero realmente siempre me ayuda, me halaga, incluso una vez se paró en una tarima para decirle a toda la ciudad los logros que tengo, y negaré que fue lindo, aunque bochornoso por donde se le vea. Al final, que le reconozcan a uno lo que hace bien pone de buen humor a cualquiera.
Es curioso, y hasta apenas ahora me doy cuenta, pero si Amber fuera un hombre, sería lo más equivalente a un SIMP, ya que parece que solo quiere hacerme favores o ayudarme para llamar mi atención de forma romántica, pero no parece que sea por eso...¿qué se traerá entre manos esta chica? (De hecho, podemos decir que Amber sí es una SIMP de Eula xD)
En fin, mientras me duchaba seguía pensando en ella, siempre tan radiante, dispuesta a ayudarme, incluso me hace las compras, jamás le he agradecido de forma adecuada, o tan siquiera como pienso que es ideal. Ahora me cuestionaba más, y siento que he sido muy ruda con ella a pesar de que es de las pocas personas en la ciudad que no me ha tratado mal y ha sido amable conmigo.
Una vez, me acuerdo, ella hablaba con otra persona, yo pasaba tranquilamente buscando algo para comprar fruta y, al acercarme a un puesto para comprar dos kilos de manzanas, la persona usó una manta para cubrir los productos.
-Ya no hay nada, vuelva mañana.
-¿Y qué hay de lo que...?
-Vuelva mañana, aquí ya no hay nada.
Simplemente no dije nada y miré al suelo, con unas leves ganas de llorar. Siempre me había frustrado el que me trataran así, incluso deseé no nacer ya que una vida así no era vida. Sin embargo, Amber llegó e intervino.
-¡Yo también vi que tiene frutas todavía, están frescas y se pueden vender! –Exclamó ella, muy enojada. -¡Absténgase de sus prejuicios y véndale a esta persona lo que le pide, ella, al igual que usted y yo, es una ciudadana de esta ciudad, y aunque no lo fuera, no merece un trato tan irrespetuoso!
-Tch. Está bien, Amber, lo haré por ti. –Él pesó las manzanas (que eran las peores que tenía), y me las dio en la bolsa que le ofrecía, con un notable fastidio en sus acciones. –Ahora váyase, espantará a mi clientela.
-Más respeto, le recuerdo que aquí no hay ciudadanos de segunda, todos somos iguales y todos tenemos importancia en la ciudad, como los engranajes de un reloj.
-Está bien, Amber, ya entendí. Tenga un buen día, señorita.
-Igualmente. –Dije, acomplejada, caminando junto con Amber, y antes de que ella se fuera de regreso con la persona que hablaba, la tomé del brazo. -¿Por qué? Todos en la ciudad me tratan mal, si te ven conmigo y se corre el rumor que somos amigas, te despreciarán y te acusarán de traición, ¿no lo sabes?
-Sí, ¿y? El que sea tu amiga no me hace una traidora ya que tú no conspiras contra Mondstadt. Solo los tontos lo creerían. Y si te ayudé fue por qué... -Ella se sonrojó un poco. –Tu sonrisa es muy bonita, y el que tengas el semblante triste me impide verla, me pone de buenas verte alegre y sonriente. –Amber tosió. -Aparte no soporto ver injusticias, estamos en la ciudad de los justos y los libres, pero la gente no es justa contigo ni tampoco pareces ser libre.
No le dije nada, procesaba esas palabras, me parecían muy raras ya que la primera parte fue una especie de washa washa que no terminaba de cuadrar al ser algo que jamás había escuchado, ¿mi sonrisa es bonita? ¿Por qué ella se pondría feliz de verme? Lo segundo, se explicaba mejor, en realidad.
-Parece que no sabes que la capital de la libertad se fundó cuando los Lawrence fueron derrocados por los revolucionarios de Vennesa. –Dije de forma melancólica solamente para irme por mi rumbo. Al principio creí que la chica conejo solo lo hacía para burlarse de mí o porque quería sentirse superior a mí al defenderme, lo que yo sentía como una humillación.
Habían pasado solo cinco minutos desde que entré a bañarme. Malamente ahora no lo pude hacer como me gusta, aunque daba igual, con estar limpia me es suficiente por ahora.
Me cuestiono...si a Amber le gusta bañarse al pie de Espinadragón, lo dudo.
***
Debo admitir que simplemente estoy entrando en pánico, es una tontería, no debo ponerme nerviosa por algo como esto, es normal, natural, realmente debo aprender a bailar para cuando haya un evento que requiera mi asistencia.
Ya me ha pasado alguna vez, cuando era niña me he quedado sentada mientras todos bailan, y malamente así seguirá siendo sino aprendo. Por ahora, debo serenarme...pero...
Iba más arreglada de lo normal, usé mi mejor perfume para oler lo mejor posible, así como los tacones más nuevos que había en mi closet, espero no se maltraten mucho, no sé qué tan agitado pueda ser bailar tango, pero por lo que he visto de Eula, quizá sí.
Mi historia con ella ya tiene sus años, por supuesto. Hay que decir que siempre observaba cómo la maltrataban sin razón alguna, yo en realidad no conocía su apellido, y cuando lo supe, mis sentimientos no cambiaron. Esos sentimientos, si es que hay que ser preciso, eran empatía por ella, solamente eso.
Siempre la defendí ya que no me agrada la idea de que haya ciudadanos de segunda, algo que malamente algunos miembros de su familia quieren que suceda de nuevo, pero ella no, y me lo ha demostrado a mí y a Jean.
En fin, por eso mismo siempre la defendía de todo lo malo que trataran de hacerle, se me hacía algo tan injusto, de una persona esclava de los prejuicios de la sociedad, lo que no me parece correcto, para nada.
Sin embargo, ella nunca pareció estar agradecida conmigo por eso, y nunca me importó, seguramente le daba pena que así fuera, no sé qué piense, pero la defenderé con mi vida si es preciso.
Claro que eso solo lo llegué a pensar cuando, y más bien por accidente, iba caminando afuera de su opulenta casa, mirando por uno de los enormes ventanales.
La vi muy centrada, como si esperara algo, y fue cuando, por primera vez, sentí aquello que se llama amor.
Ella comenzó a bailar tango, algo que la gente sabe un poco de sobra, pero yo nunca había visto algo parecido. Si de por sí siempre pensé que Eula era una mujer hermosa, con ello solo se me confirmó. Cada paso que daba la hacía ver divina, muy hermosa, su cabello era como una pequeña ola, y de hecho ella parecía ser la espuma que queda cada que la misma danza suavemente en la arena de la costa.
Eula me miró por la ventana, sonrojándose, anotando algo rápido en una hoja de papel que se encontraba cerca de ella. Era un "Me vengaré por esto" acto seguido, cerró las cortinas de la ventana.
Quedé tan impresionada con esa danza que, siempre que podía, me escabullía hasta ese ventanal, teniendo especial cuidado de que no me viera, solo para deleitarme con su hermoso baile, lo que me ponía tan de buenas.
Ahora ella era la mujer de la que estaba enamorada, aunque fuera una igual. Por esa misma razón, que si de por sí ya me molestaba ver a alguien discriminarla, mi furia se volvía infernal desde ese día. Por eso siempre hice todo lo que hice: por amor.
En fin, dejé de recordar ese hermoso momento y me dispuse a ir a practicar con ella, lo que se traducía en tocar sus manos...que ella me tocara la cadera, los hombros. Maldición, el solo pensarlo me hacía sudar.
Llegando a su casa, la vi vestida de la misma forma, con su uniforme, pero igual noté un olor de perfume diferente. Revisó su reloj de bolsillo.
-Llegaste a la hora...me alegra. Pasa, no hay que perder un solo minuto.
Cuando llegamos a su salón de baile, ese desde donde siempre la miraba, no pude evitar sentir nostalgia por aquel día en que me enamoré de ella. Una sonrisa involuntaria se apoderó de mi rostro.
-Este lugar me trae bonitos recuerdos.
-Ah, a mí también. No es precisamente bonito que alguien te observe mientras bailas, pero admito que esa noche no pude dejar de reírme de solo recordar tu cara...te mirabas tan boba, pero lo digo con respeto.
-M-me dejaste sorprendida, eso es todo. Por eso quisiera bailar como tú.
-Empecemos. -Ella me tomó de una mano y de la cintura, juntándome a su cuerpo de golpe, yo abrí los ojos, sonrojándome. –Toma mis hombros.
-¡D-de acuerdo! –Hice lo pedido.
-Bien, ahora todo es cosa de...
Estuvimos practicando unas buenas tres horas, realmente me sentía muy nerviosa, ya que la distancia que en ocasiones separaba mi rostro del de Eula era de menos de 15 centímetros, y una vez sentí la tentación de darle un beso, pero mi corazón no soportó la idea.
Nos sentamos en el piso, respirando agitadamente, sudando bastante tras tanto practicar. Ella rió.
-Eres un hueso duro de roer, me costará trabajo enseñarte. Me vengaré por esto, te lo juro. Aunque me pareció divertido, parecías un gato atrapado en la rama de un árbol, ¿te pongo tan nerviosa?
-N-no es que seas tú, simplemente...no sé. Es algo nuevo y no quiero que te enojes conmigo.
-No sé qué tan prudente sea tu diligencia, pero da lo mismo. –Eula se levantó, estirándose. Prácticamente su trasero (que me parece hermoso), quedó frente a mi cara, así que me excité un poquito, mordiéndome un dedo. -¿Te gustan las duchas de agua fría?
-¿Por qué lo preguntas?
-¿Y si nos bañamos al pie de Espinadragón?
-¿Eh? –Un rubor me cubrió por completo el rostro. -¡¿Ehhhhh?!
-Tomaré eso como un sí. Pues bien, hora de irnos, espero tengas ropa para cambiarte.
Aunque no quería e intenté por todos los métodos el que ella desistiera de esa idea...me fue completamente en vano, por mala suerte. Esto lo digo por el hecho de que igual ella me llevó a rastras hasta lo más cercano de Espinadragón, donde el agua es muy fría, pero no estamos en una zona congelada.
El lugar era muy cercano a la cascada que cae en las cercanías del viñedo del amanecer, y como a menos de un kilómetro el agua está literalmente a poco de congelarse, vaya sino era fría. (Sé que la distancia en el juego será de unos ¿160 metros? Pero recordemos que las distancias están acortadas por cuestiones de logística y diseño. Claramente Mondstadt no está a 7 kilómetros de Inazuma de forma canónica)
Ella se empezó a quitar la ropa, lo que me hizo sonrojarme y excitarme. Veía su espalda desnuda, y prontamente fue su trasero, no pasó un segundo más para que la nariz me comenzara a sangrar. Me limpié lo más rápido que pude.
Al entrar al agua, Eula dio un gemido de gusto, uno que me retumbó en los oídos muy profundamente, luego me volteó a ver, inevitablemente le vi los senos, me pareció lo más bello que he visto en mi vida: la chica que amo tomando una ducha.
-¿No piensas entrar? Le tomarás gusto al agua en cosa de unos minutos, no serán más de cinco.
-N-n-no es tanto eso, Eula, sino más bien el que yo...
-Vamos, no seas tímida. ¿No dices ser mi amiga? Todas las amigas se ven desnudas al menos una vez en su vida, no tiene nada de malo.
-Ay...está bien.
Realmente no me daba pena el que Eula me viera desnuda, sino al contrario, me ponía roja hasta las orejas el verla yo a ella sin nada de ropa puesta, ni una toalla aunque sea.
Vi que sonrió, por lo que me agarró de una muñeca y me aventó al agua, yo digo un jadeo de que eso me pareció tortuoso, pues vaya si el agua no me congelaba hasta los huesos. Ella me abrazaba fuertemente, como si quisiera dominarme.
-Je, tú de aquí no escapas. Lo hago por tu bien, cuando te acostumbres al agua dirás que incluso está caliente.
-D-de acuerdo. –Mis palabras tiritaban de frío, así que solo pude abrazarme a ella, lo que en realidad me gustaba, sentía sus pezones contra mi piel, y si movía un poco mi cadera para arriba, prácticamente nuestros genitales entrarían en contacto.
Por suerte, el agua no era lo único que estaba frío, lo era igual mi mente en ese segundo.
-¿Y qué tal? ¿Ya la sientes bien?
-Sí...aunque creo que esto no me hará bien.
-Boberías. –Eula se separó de mí, nadando lejos de mí, yo me cubría la entrepierna, por suerte el frío evita que se haga evidente el hecho de que mis pezones están erectos por mi excitación de verla así, tan hermosa. –Hum, quizá ya te lo han dicho pero tienes bonito cuerpo, Amber. Eres muy curvilínea.
-Gr-gracias...¿te gustan? –Rayos, ¿por qué pregunté eso?
-¿Si me gustan tus curvas? Vaya, esa pregunta no me la esperaba. Pues tienes un cuerpo bonito y estético, la verdad eres muy atractiva, me sorprende que no tengas novio.
-En realidad no quiero tener uno... -Sonreí de boca abierta al escuchar eso de sus labios. –No te vayas a querer vengar de mí, pero en realidad eres la mujer más hermosa que conozco. Me apena mucho ver tu cuerpo...así, sin ropa, te diría que incluso me...ya sabes.
-¿Te da envidia? Por favor, Amber. No tienes nada que envidiarme, todavía estás chiquita, falta que te desarrolles. De cualquier manera...gracias.
Nos bañamos juntas, ella me talló la espalda, yo a ella, y de hecho me sorprendió lo suave que es su piel. Algo en mi estómago se acumulaba, realmente me siento orgullosa de mí misma por no hacer locuras y tocarle de alguna forma no debida.
Sin embargo, me sentía mal, ella me tiene confianza y me deja hacerle esto, ¿pero si supiera la verdad? Dudo que me lo permitiera.
En realidad si me quedo callada, podría hacerlo, pero es un lastre para mi conciencia, igual ella no me ha preguntado nada al respecto.
-¿Ves que no era la gran cosa? En realidad es revitalizante, te despierta, no como el agua caliente que solo te provoca sueño, e incluso puede ser malo para la piel.
-Se-seguramente...pero dime, ¿ya te has bañado así con alguien más?
-Eres la única, en realidad. Nadie de las trabajadoras domesticas de mi casa se ha atrevido, y bueno, eres una pequeña chispita, el agua fría no será nada para ti.
-¿Ch-chispita? –Me puse un poco rosa de las mejillas.
-Lo digo por tu visión. Los portadores de una visión pyro son resistentes al frío por curioso que parezca, así que sabía que no te pasaría nada. Me alegra que no salieras corriendo. –Sonrió. -Además, igual son personas cálidas y amables.
Ciertamente he escuchado lo mismo, que las personas de visión pyro son amables, enérgicas y cálidas...creo que el único que es la excepción en la ciudad es el sr. Diluc, pero eso es otra cosa.
Nos seguimos cambiado y, al regresar a la ciudad, nos despedimos, aunque, y parecí sorprenderla, le di un abrazo, sonriendo para mí misma. Vaya que ese día fue muy especial, ella me respondió el abrazo, al separarnos la noté confundida.
-Je, me alegra haber tenido este día, ojalá los siguientes sean mejores. –Le mencioné, sonriendo por la felicidad de compartir todo un día junto a ella.
-Pienso lo mismo. –Se aclaró la garganta, como reponiendo la postura.
***
Pasaron los días, y casi sin falta, ella siempre llegaba a mi casa a la misma hora, teniendo la misma rutina: nos cambiábamos en mi cuarto, calentábamos, ella se comportaba de manera un poco extraña siempre que me desnudaba frente a ella, y es que me sorprende mucho que Amber sea una chica cohibida en cuanto a la intimidad se trata. Eso, o de plano me tiene mucha envidia, algo que igual no me esperaba de una chica como ella.
En una ocasión, y aprovechando el tocadiscos nuevo que se habían traído de Fontaine, puse música para entrar más en ambiente, lo que me puso de excelente humor, y apenas podía evitar sonreír ya que bailar sin música me parece, en realidad, aburrido.
Noté que a Amber igual le gustaba, y esa pequeña nota musical se añadió a nuestra rutina, lo que no cambió, por suerte para mí, fueron los baños al pie de Espinadragón, y conforme pasaba el tiempo, igual a Amber ya no le resultaban tan incomodos como al principio.
Realmente esas pequeñas acciones se hicieron, más que parte de mi rutina, se hicieron parte de mí, ya que era algo tan común como desayunar, bañarme o ir a presentar mi informe a la sede de los caballeros.
Llegó un momento en donde Amber, por razones de trabajo, no iba a poder presentarse a nuestra práctica de baile por semana y media, creí que lo soportaría bien, pero a los dos días me llegó la melancolía.
Pensar que ahora bailaba sola, la música no me alegraba, el bañarme en una zona más fría no me ponía contenta, y fue que me di cuenta que eso me gustaba no per se, sino porque Amber estaba conmigo, y su compañía, aunque al principio me fue indiferente, ahora era un anhelo.
Vaya que esa frase de "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" no había sido más realista para mí hasta ese momento. Cuando ella venga, le diré aquellas palabras.
Justamente, y aunque no fue en mi casa, ya que iba a comprar algo para comer, me topé con la vieja conocida de que nadie quería venderme algo por cuestión de mi linaje, así que, enojada y frustrada, fui a las afueras para cazar una paloma y así tener algo para comer, o pescar un pez, lo que sonaba más fácil.
Sin embargo, llegando a la entrada de la ciudad, Amber llegaba con su mochila, notoriamente cansada, con el rostro apagado y con algunas ojeras, pero cuando me vio, el mismo se le prendió, mejorándose muchísimo.
-¡Eula! –Exclamó, sonriendo alegremente, corriendo hacia mí.
-¡Amber! –Respondí, una risita involuntaria me salió de los labios. Más que abrazarnos, yo la tomé de las manos, dándole una vuelta en el aire a la vez que ella se reía. Realmente esta chica pesa casi lo mismo que mi espada, y eso es mucho decir. -¿Qué tanto hiciste? No pensé que fueras a tardar tanto.
-Ni yo, realmente. Pero bueno, no perdamos un solo segundo, hay que practicar.
-Oh...respecto a eso, iba a comprar algo pero...pasó lo de siempre.
Ella frunció el ceño, caminando rápidamente a la ciudad, yo la seguí, asombrada. Siempre me he preguntado por qué se pone de tan mal humor cuando le digo que me pasan estas cosas. Amber se colocó entre los puestos, cruzándose de brazos.
-Compra lo que gustes, dudo que ahora no quieran venderte.
-Oh...está bien. –Dije, sonrojada. Nunca me ha gustado el que Amber me ayude con esto, me hace sentir infantilizada. De cualquier manera, funcionó, los vendedores, ahora viendo a Amber y no deseando ser regañados por ella, ahora no pusieron pero al momento de pedirles que me vendieran.
Cuando nos fuimos de ahí, esa Amber enojada y de mal humor se convirtió de nuevo en la amable y diligente Amber que todos conocen, lo que es curioso. Solo conmigo tiene ese cambio de personalidad tan radical.
Llegando a mi casa, por fin después de esos días tan tortuosos, finalmente reanudamos las prácticas con la música, riéndonos de algunos errores torpes que teníamos, y cuando llegó la hora del descanso, a eso de una hora y media de haber empezado, pensé en finalmente decirle lo que deseaba.
-Ya no termino tan cansada como antes, ¿recuerdas? Vaya que hemos ido mejorando mucho.
-Sí, terminabas agotada en el descanso, y ahora son más cortos.
-Y también las duchas heladas ya no me resultan tan molestas. –Sonrió.
-Sí...oye, Amber, debo decirte algo importante.
-¿Importante?... –Ella se sonrojó. –Oh, supongo entonces que será algo personal.
-Lo es, vaya que sí. Es respecto a lo nuestro...
-¿Lo nuestro?...siendo así, yo también quisiera decirte algo importante, y quisiera decírtelo antes.
-Oh, claro. –Sonreí, confiada. –Vaya, me alegra que seas decidida a pesar de que soy tu superiora en varios aspectos. –La pequeña chica conejo se sonrojó, lo que me causó gracia.
-Y-yo...¿cómo te lo digo? Seguramente te será muy raro, pero quizá sientes lo mismo que yo. Y es que, Eula, tú...me gustas. Al principio te veía como una amiga, y seguramente ya sabrás que cualquier hombre que te vea bailar se ha de enamorar de ti...pero no solo aplica para los hombres. Cuando te vi bailar por primera vez, me enamoré de ti, y siempre que practicamos, soy muy feliz, no sabes cuánto me dolió el salir por estos días, es como si me hubieran quitado una parte de mí. Espero que tú pienses lo mismo y eso fuera lo que quisieras decirme, y en caso de que no, igual deseaba decírtelo. Por eso me daba tanta pena el verte desnuda, no es por sea tímida, sino porque...¿cómo no ponerse nerviosa de ver desnuda a la persona que te gusta? Perdóname por no decírtelo en su momento, pienso que pude hacer mal, aunque de todos modos...tu cuerpo me parece lo más bello del mundo.
En ese momento sentí que mi cabello que, por lo regular, es azul, ahora se puso rojo de la pena que me dio escuchar esas palabras. No pensé que fuera algo tan personal, ni por asomo.
-Oh...ciertamente lo mío era algo similar, pero no tanto. También ya siento nuestro tiempo juntas como algo, no parte de mi rutina, sino parte de mí. Extrañé el que bailáramos, el que fuéramos a bañarnos y...ay, ¿tanto así? Eso me explica muchas cosas, por eso tu actitud tan cohibida. Me halagas, Amber, de verdad lo digo.
-Je...no te preocupes, Eula. Sé que dirás...si quieres que no regrese, lo entenderé.
-Déjame terminar. –Sonreí, tomándola de las manos. –Eres la persona más dulce que conozco, y la única que creo que me entiende y me acepta, incluso te gusto a pesar de lo que soy, eso dice tanto de ti. Ya tendré mis años, y es la primera vez que alguien se me declara...dame un tiempo. Asimilar que una chica puede gustarme es algo que me causa vértigo porque nunca se me cruzó por la cabeza. Por favor no me quites a la única persona que me quiere, te lo ruego. No me obligaré a aceptar sentimientos por ti...aunque tampoco dudo que puedas encender mi corazón. Al final de todo eso eres para mí: una pequeña chispita.
-Eu-Eula... -Ella se me abalanzó, abrazándome tan fuerte que me sorprendí, simplemente cerré los ojos, respondiéndole a esa chica que lagrimeaba en mis brazos. –Te voy a enamorar, sabes que soy obstinada, así que no me voy a rendir, Eula.
-Lo sé...veamos si puedes hacerlo, y no lo dudo, Amber.
-Perdóname por lo que haré, pero lo he pensado mucho y no soporto la idea de seguir resistiéndome. –Ella se alzó de puntillas, dándome un beso en los labios, apretando fuerte sus ojos, sonrojada.
Si me lo preguntaran, al final decidí aceptar, ya que no es una mala experiencia y realmente no me arrepentí al separarme de ella. Sin pensarlo, sus labios y su forma de abrazarme me transmitieron que, sin duda, Amber me ama desesperadamente. Je, eso me pone feliz y me conmueve.
La única persona en la ciudad que me quiere...y lo hace de una forma que condensa todo el aprecio que podrían tenerme muchas personas en caso de que fuera hija de otra familia. Su cariño me basta y me sobra para sentirme querida.
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Pues bien, aquí está el Eulamber que ya llevaban un tiempo pidiéndome y la verdad se me olvidó xd
Al final de todo lo disfrute por ser un ship que me gusta, y vaya que sí, aparte es pyroxcryo, nos derrite el corazón uwu
Quizá no estuvo taaan subido de tono como el kazubei, pero es que de plano dudo mucho que algún ship me salga tan goloso como ese xD de cualquier forma, este tiene sus puntos fuertes, y lo más lindo, para mí, fue la parte final y cuando se encontraron en la puerta de la ciudad jsjsjs esa imagen me da ternura
La próxima semana será un BárbaraBárbaraxAether, aunque el miércoles subiré el especial de Eula y Aether, ya llevan mucho pidiéndolo y creo que ya es hora de publicarlo.
Nos vemos entonces
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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