Auspiciado por: la canción de Côme "la gloire á mes genoux" y la novela "le rouge et le noir"

Pequeña ciudad del Franco Condado: Verrières, en el río Doubs, donde eres rey o nada, mi padre el aserrador Soler quien odia las cosas intelectuales... Lastimosamente su hijo nacío con dotes hacia aquello y por eso me odia.

"quedate en tu lugar" decía siempre.

-¿otra vez llegando tarde?- me preguntó mi hermano.

-necesitaba ir a la instrucción- rodé los ojos.

-padre dice que es una pérdida de tiempo- se cruzó de brazos y sólo lo ignore.

Quién diría que aprenderse algo de memoria me daría un escape a esta miserable vida.

-¿qué es esto?- el hombre se sorprendió.

-recitó todo el nuevo testamento en latín- el cura del pueblo aplaudió.

La función empieza. Nunca fui muy devoto a Dios, soy más fanático de Napoleón Bonaparte, tan exitoso y único... Pero hacer lo que otros quieren que hagas te abre las puertas a nuevas posibilidades.

-el es el alcalde de Verrières, Monsieur de Renol, quiere que seas preceptor de sus hijos- lo presenta.

-un gusto, soy Ray Soler.

El inicio de mi vida en la burguesía provincial.

La señorita Anna Renol, hermosa, tímida e ingenua, amada por todos en el castillo Renol.

¿Los logros de los ricos están más allá de mi? Veo el camino que sigo y me agrada.

-¿cómo es que llegó a este puesto?- preguntó ladeando su cabeza.

-la cuna en que nací no me permitía nada, pero la astucia es la que me abrio camino- sonreí de lado y ella solo me vio.

Ella fue siempre tan amable y diferente conmigo ¿realmente provenía de una familia rica? Las heridas del amor loco, pero en mi vida rige la hipocresía, no debo demostrar mis sentimientos por ella.

Quiero más que esto, pues fue fácil ganar el cariño de los demás, sobretodo de la amada Anna Renol.

-dicen rumores de que la señorita Anna Renol tiene un amorío con el joven Soler.

Un susurro, no era del todo cierto sólo pasábamos cada atardecer por los jardines.

-joven Soler, usted es muy bueno- la criada de la dama Anna.

-ah supongo que si, Elisa- reste importancia yo deseaba el corazón de la señorita Renol.

-realmente es muy guapo- y me abrió los ojos.

-¿es así?- traté de sonar lo más encantador posible.

-s-si- tome su mentón apreciando su cara dejándola sonrojada.

-ya veo- y la solté yéndome de ahí, fue tan fácil dejar vulnerable a una dama.

Y la mujer molesta no se quedó callada, reveló rumores sobre sentimientos entre la señorita Anna y yo, queriendo dejarme mal con él alcalde, a pesar de que diga que no creía en esas fantasías aún así se separó de mí, pero ya era muy tarde, tenía el reconocimiento y el dinero.

-el seminario de Besançon- dijo el cura Chélan.

-entiendo- acepte ir, pero unos días antes una mujer misteriosa vino ante mi.

-joven Soler- me llamó y voltee a verla- soy Anna Renol.

-señorita Renol ¿qué hace aquí?- se veía nerviosa y preocupada.

-vine a confesar, mi profundo amor- un sonrojo iluminó su rostro- desde que lo vi con mis hermanos, se vio tan buena persona y me gustaba como enseñaba, entonces... Cada conversación que mantenía con usted, inconscientemente me sentí encantada.

-... Ya veo, necesito tiempo- necesito más si quiero hacerla feliz.

-e-entiendo- su cara se veía triste, pero tomé su mano y bese su dorso.

-por favor, espéreme- y ella sonrió.

El seminario fue un infierno, irónico porque era para servir a Dios, pero que decir todos me odiaban, tal vez por mi forma de ser, pero me importa muy poco.

-soy el abate Pirard te ofrezco ser secretario del marqués de La Mole- me miró.

-¿por qué?- no entendía su propuesta o la razón.

-tienes ambición muchacho, me agrada eso de ti, te ofrezco mi protección y tu, tu intelecto- mostró su mano y le tendí aceptando el trato.

Lamentablemente me tuve que ir a París para eso, pero es necesario si quiero la gloria a mis rodillas.

-joven Soler- me sonrió- usted es tan guapo.

-gracias señorita Mathilde- sonreí a su halago, no podía hacer nada más que agradecer, después de todo su familia es muy influyente.

-¿usted desearía estar conmigo?- ahora que pregunta es esa, la señorita Anna nunca sería así de atrevida.

-depende de lo que me quiera decir- arque una ceja esperando haber entendido mal.

-ya sabe de que forma- sonrió maliciosamente- yo le regalaría oro si fuera así.

Me di cuenta antes sobre esto, toda mujer tiene una debilidad, esa debilidad puedo ser yo y sacar beneficio de ello.

-entiendo- sonreí.

Quiero el mundo o nada en absoluto.

-joven Soler, yo soy Daniela- tomo mi mano- hija del conde D'Etari.

No los placeres, no los pequeños deseos, los privilegios.

-Evangeline hija del marqués Renoir.

Quiero la soga en cada cuello.

-Darcy, hermana del barón Terry.

No los placeres, no las pequeñas sonrisas, los hechizos.

-a menudo todos los privilegiados me tiraron a la tierra, así sea la vida en el nombre del Padre, amén a todo no lleva a nada maldita sea.

Pero miren quienes ahora están bajo mi hechizo. El destino, las leyes no me voy a someter, ya no caminaré derecho, me encanta el camino que veo.

-¿ya terminaste de embriagarte en poder? - hablo su amigo de toda la vida Norman Fouqué.

-si, ya tuve suficiente- me senté a su lado.

-no puedo creerlo, caíste en la ambición- suspiro rendido.

-supongo- todo lo que tuve que hacer para llegar a la alta sociedad, realmente no importaba- todas esas damas me lo pedían, yo solo cumplí sus deseos con un trato.

-¿y que hay de la señorita Renol?- alzó una ceja cuestionandome.

-nunca hubo sentimiento en lo que hice con las mujeres anteriores- me cruce de brazos.

-pero ellas si a ti.

-ellas eran conscientes de que algo conmigo era imposible- me levante, no tenía ganas de seguir discutiendo- así que al final no importa.

Inclinarte sin indignarte a final de cuentas, pero ahora quien se inclina no soy yo.

¿Deberíamos implorar sin nunca tocar el cielo? Yo creo y abro mis propios caminos.

Tuve cada gloria en mis rodillas. Menos a una.

-señorita Anna Renol- la llame.

-joven Soler, hace tiempo no nos veíamos- sonrió- he escuchado diversos rumores sobre usted- demonios.

-no me diga que cree en cada uno de esos rumores- me acerque a ella.

-los rumores no tienen mi más grato sentimiento, pero de tanto oírlo empiezo a creerlo- suspiro- me dijo que lo esperara... ¿Pero usted me espero a mi?

-lo hice- tome sus manos.

-¿y por qué no parece ser así?- su mirada, su semblante de porcelana se veía angustiado.

-dejemos todo de lado y rompamos en miles de pedazos lo que nos ata, el único amor que espere fue el tuyo- se me quedó mirando como pensando y volvió a suspirar.

-que terrible... Que me haya enamorado de usted- lanzó una tierna risa.

-que terrible que estemos para las malditas palabras de amor, digamos todo sin rodeos- la abrace.

-las palabras dramáticas de hermosos melodramas- me correspondió.

-te amo- hablamos al mismo tiempo.

De todas las mujeres, la única que desee fue a una, de todas las glorias la única que no probé fue una y de todos los corazones el único que ame fue uno.

Fin.
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Se imaginan a Ray con un chingo de mujeres. Pero a la única que quería fue a nuestra amada rubia? Ajjsjs

En realidad la dama se llamaba Rênal, pero me recuerda a una enfermedad estomacal y lo cambie a como suena xd.