Advertencia: ⚠️Au donde Aioria muere en las 12 casas ( Eso si, no me pregunten como vergas pasó eso)
⚠️Saga de hades
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Milo estaba más que atónito.

Hace unos meses había llorado como nunca las muertes de  sus mejores amigos, Camus y Aioria, hasta que sus ojos se quedaron sin lágrimas.

Hace unos meses, había experimentado el dolor de perder a quien más amaba, sin haberle hecho saber sus sentimientos.

Y ahora, los tenía enfrente suyo, a él, su amor silenciado, y a su mejor amigo.

Pero para nada como él tanto hubiera deseado.

Las sapuris que simulaban a las armaduras de leo y acuario eran el principal motivo por el cual  no podía alegrarse de verlos.

¿Qué hacían ellos con aquellas horribles armaduras?

Camus era frío, si, pero no era alguien que traicionaria a su diosa así como así.

Y Aioria...Aioria era la persona más leal que el había conocido, un joven cuyo  cosmos solamente luchaba por athena, alguien que nunca pensaría siquiera en traicionar a los demás.

Entonces..¿Por que?

¿Porque su dulce león se encontraba vistiendo tal armadura?, ¿Porque su mejor amigo también?

Miro a saga y a shura, de ellos tampoco esperaba esto.

¿Qué les había pasado?

No podía acercarse mucho, Shaka les había pedido que se quedarán en la ahora vacía leo mientras el luchaba con los traidores.

Pero en verdad tenía que ver para creer.

No se dio cuenta que, mientras saga, Camus y Shura luchaban contra Shaka, Aioria se había alejado de la pelea, acercándose a él y su escondite.

- Milo.

Lo miro a los ojos, la mirada se sostuvo por varios segundos, hasta que el pelo morado por fin pudo responder.

- Aioria....tu..en verdad...?

Aioria asintió, podía ver el cosmos del mismo acumularse en su brazo. Sinceramente no queria pelear, Aioria podría hacerlo pedazos  en segundos.

Pero, por más que lo amara, no iba a dejar a ningún traidor pasar.

- Hazte a un lado milo, no es necesario que mueras.

Iban a decir algo, pero justo una explosión retumbo  atrás de ellos, lo que los hizo voltear.

La exclamación de athena...

Milo apretó los dientes, furioso, si eran capaces de usar una técnica tan rastrera...ellos ya no merecían llamarse caballeros, por más que le doliera.

Iba a decir algo, gritar, pero...

Miro las lágrimas que recorrían las mejillas de  Aioria.

Rojas...las lágrimas de su león no eran de agua...si no de sangre.

Milo de sorprendió, aquello significaba que...?

- Aioria...tu..

Este le miro de vuelta, las lágrimas se habían ido, aunque sabía que si se concentraba  podría volver a verlas.

- Milo...porfavor..

El dorado de escorpio nego  con la cabeza, dolido.

- No se porque hacen esto, ni que los ha llevado a esto, solo se que, en el fondo almenos tu no lo deseas ...pero...no puedo dejarte pasar Aioria...

En vez de  un ataque, que era lo que el menor se esperaba, recibió un abrazo.

- Nisiquiera si te amo