Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Liu YangYang» NCT

— ¿Estás segura de que quieres hacer esto? — cuestionó YangYang, apareciendo de manera repentina a tu lado sin que te dieras cuenta de ello y consiguiendo que dieras un pequeño salto en tu lugar de manera involuntaria.

De inmediato desviaste tu mirada hacia su rostro y asentiste automáticamente, intentado ocultar tras una máscara de falsa tranquilidad, tus emergentes nervios causados por la imagen que se dibujaba ante ti y que consiguió alterarte más de lo que te gustaría admitir en voz alta.

— Claro, ¿por qué lo preguntas?

— Porque tienes cara de que te vas a cagar encima en cualquier momento — respondió sin pensar y con claras intenciones de fastidiarte, mostrándote esa típica sonrisa burlona que adornaba su expresión cada vez que quería tomarle el pelo a alguien y que, en secreto, te gustaba.

Te habías acostumbrado a ella luego de tres años de amistad, porque tu relación con Liu YangYang era una copia más sana que la de Tom y Jerry, en donde las bromas mutuas y las jugarretas jamás faltaban. Estabas feliz de haberlo conocido — tanto a él como a los demás chicos —, y estabas agradecida con Hendery, tu mejor amigo, por encargarse de formar el animado grupo de amigos y amigas al que ahora pertenecías.

Contrayendo los labios en una mueca y pretendiendo estar molesta por lo que dijo, intestaste ensartarle un puñetazo en el brazo derecho, sin embargo, él lo esquivó sin mayores problemas mientras se reía entre dientes de ti.

— No digas tonterías, estoy bien — afirmaste, queriendo convencerlo a él y a ti misma en el camino si es que era posible.

Por el rabillo del ojo te fijaste en como Kun, Lucas y SooJin se acercaban con radiantes sonrisas hasta ustedes. Sonrisas que te dejaron en claro que pudieron comprar los boletos para que todos los presentes pudieran saltar en bungee, tal y como estaba planeado. El darte cuenta de que el momento de dejarte caer al vacío se acercaba más y más, convirtiéndose en algo más real con el pasar de los minutos, entumeció tu estómago y causó un golpe de adrenalina en tu cuerpo que aceleró tu corazón.

Podías sentir como esa valentía de la que presumías hace tres días (cuando todo aquello no era más que un simple plan) se iba evaporando poco a poco. Y ahora te arrepentías por no seguir los sabios pasos de Sicheng, quien decidió pasar de esta aventura y quedarse en su casa hasta la siguiente salida grupal.

<< ¡Ya cálmate! >> Te gritaste mentalmente, tomando una sutil y profunda inspiración en busca de bajar tu repentina ansiedad.

— Se puede subir en parejas, por si a alguien le da mucho miedo — dijo Kun con claras intenciones de tranquilizar a esas personas del grupo que ahora, se veían claramente afectadas por la idea de saltar.

Personas entre las que te encontrabas tú.

— Oh, eso es genial... — murmuraste asintiendo.

Recibiste el ticket que Kun te tendía y de inmediato alzaste la mirada para buscar a Hendery, con intenciones de pedirle con la mirada que saltaran juntos, pero un brazo rodeando tus hombros captó toda tu atención.

— Nosotros iremos juntos — avisó YangYang sin siquiera preguntártelo, haciendo que fruncieras tu entrecejo con desconcierto.

— ¿Lo haremos? — interrogaste con duda, mirando al castaño junto a ti que solo te regaló una radiante sonrisa.

Abrió la boca dispuesto a decir algo, pero la exclamación de Ten lo interrumpió.

— ¡Okey! ¡Entonces Hendery y yo iremos juntos!

Volteaste a ver de inmediato a tu mejor amigo, el cual se encontraba de pie a un lado de tailandés. Sus miradas se encontraron y de inmediato el chico alzó su dedo pulgar derecho mientras una expresión graciosa, que pretendía trasmitirte ánimos para lo que se avecinaba, se dibujaba en expresión. Sin nada más que hacer, imitaste su acción lo mejor que pudiste y sonreíste, diciéndote a ti misma que saltar junto a YangYang no tenía por qué ser algo malo después de todo, de cualquier forma, también eran cercanos.

A base de piedra, papel y tijeras decidieron el orden por el que irían saltando y, para tu mala o buena suerte, tú y YangYang quedaron en segundo lugar.

Apoyándote en la reja al igual que todos los demás, observaste como Lucas y SooJin se dirigían a la plataforma en donde los esperaban los instructores. Tu mente empezó a sobre analizar el asunto y la idea de que algo saliera mal cuando tú o cualquiera de tus amigos estuviera allá arriba, revolvió — por tercera vez en menos de una hora — tu estómago. Sin ser consciente de ello, comenzaste a jugar con los dedos de tus manos entretanto tus dos amigos se preparaban y YangYang, que se encontraba a tu lado, sonrió al percatarse de tu pequeño gesto.

— Nerviosa, ¿eh?

— Solo un poco... — te permitiste admitir en un susurro, sin despegar tu mirada de la cristalina agua que había más abajo, la cual sería, probablemente, la que los recibiría de brazos abiertos en caso de que la cuerda se cortara por una falla técnica.

<< Este no es el mejor momento para pensar en estas cosas...>>

El repentino tacto causado por una mano envolviendo la tuya con ternura e inseguridad te hizo girar la cabeza con sorpresa, en busca de una explicación, hacia el muchacho a tu izquierda, pero YangYang se rehusó a corresponder tu mirada y mantuvo sus ojos fijos al frente.

Tus mejillas se calentaron de manera ligera, pero no le tomaste importancia a ello porque te distrajo más el notar cómo tanto las orejas y pómulos de Liu, estaban rojísimos al punto de que podrían hacerle competencia a un tomate maduro.

— So- solo deja de pensar en las cosas malas que podrían pasar, tonta — habló rápidamente, enredándose con su propia lengua al inicio.

Elevando las comisuras de tus labios en una divertida sonrisa, asentiste y permitiste que el contacto físico se mantuviera entre ambos hasta que llegó el momento de la verdad.

Escuchando las porras de sus amigos tras de ustedes, caminaste junto a YangYang hasta la plataforma en donde se encontraron con tres trabajadores que los saludaron amigablemente.

— ¿No tienes miedo? — le preguntaste dando una mirada por encima de la baranda hacia el vacío, entretanto uno de los hombres se encargaba de asegurar una de tus piernas con la de tu amigo a la soga.

— Nop. Estoy bien.

— Olvidé que solo le temes a los fantasmas — te burlaste, haciéndolo reír avergonzado y negar.

Cuando el hombre terminó con su trabajo, los ayudó a ponerse de pie en un cuadrado de tamaño medio en donde tú y YangYang, cabían perfectamente mientras se mantuvieran cerca el uno del otro. No había barandas, y echar un vistazo hacia abajo desde ese lugar, fue una de tus peores decisiones porque solo consiguió elevar tu ansiedad un poco más.

— Tienen que abrazarse firmemente, ¿entendido?

— Sí — respondieron ambos.

Tus brazos rodearon el torso de YangYang con firmeza, aferrándote a él como si tu vida dependiera de ello, y tomaste aire de manera profunda, inspirando algo de aire fresco mezclado con el aroma de Liu.

— No te preocupes, todo saldrá bien. Estás conmigo.

— Lo dices como si fueras alguna especie de Dios o parecido — murmuraste, intentado apaciguar tu pesada respiración.

Rió, como si aquello no fuera nada y tú fueras una exagerada de primera.

— Lo soy. Así que estarás bien mientras no me sueltes — bromeó, reforzando su agarre al percatarse de lo tenso que se encontraba tu cuerpo, lo cual era un reflejo de tu notorio nerviosismo. — Solo piensa en otra cosa.

— ¿Es en serio? ¿En qué otra cosa voy a pensar justo ahora? — interrogaste, sin darte cuenta de que el chico llevaba un conteo con una de sus manos tras de tu espalda, para indicarle al trabajador en qué momento empujarlos.

— Podrías pensar en el hecho de que me gustas — aconsejó, tomándote con la guardia muy baja.

— ¿Qu-?.... ¡¡¡AAAAAAAAAH!!! — te interrumpiste a ti misma con un escandaloso grito que nació desde lo más profundo de tu garganta cuando el hombre, los empujó sin que te lo vieras venir.

Sentiste cómo tu cuerpo y el de YangYang descendían a gran velocidad hacia el vacío, y a pesar de que la fuerza en tus brazos te abandonó por unos segundos, te esforzarte por no soltarlo en ningún momento. Escuchabas los latidos de tu corazón en tu cabeza, y la única manera que tenías para dejar salir toda esa tensión que burbujeaba en tu interior, era gritando sin parar.

— ¡ME ESTÁS ENTERRANDO LAS UÑAS! — chilló el chico con voz ahogada.

— ¡¡PERDÓN!!

Tu cuerpo y el de él empezaron a rebotar en el aire, y en medio de estos rebotes YangYang volvió a hablar.

— ¡¿Te gustaría salir conmigo?! ¡En una cita! — aclaró.

— ¡Por todos los cielos! ¡¿Podríamos hablar de esto en otro momento?! ¡Como cuando no estemos rebotando de cabeza! — exclamaste con la voz agitada, notando como lo rebotes se iban suavizando cada vez más.

— ¡Okeeey, es una promesa! — habló y por su tono, supiste que estaba sonriendo otra vez.

Viste cómo el bote que los llevaría a la orilla se acercaba para ayudarlos a bajar y, sin pensarlo, lo pellizcaste.

— ¡Hey! ¿A qué va eso?

— ¿No pudiste decirme que te gustaba en otro momento?

— ¡He creado un momento único en nuestras vidas y te quejas! ¡Eres una mala agradecida! — Se rió y no pudiste evitar hacer lo mismo, sin dejar de abrazarlo con fuerza.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro