Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Hong JiSoo» SEVENTEEN

Sintiendo un nudo en el estómago y sufriendo de una ligera arritmia causada por los nervios que te han acompañado fielmente desde que emprendiste camino a aquel lugar que tanto añoraste durante tu largo viaje, admiraste con amor la antigua edificación estilo Haussmann que se alzaba ante ti. Los recuerdos te abrazaron con fuerza y tuviste que tomar una larga bocanada de aire para calmarte y, así, no terminar derramando una que otra lágrima. Eso ya lo harías más tarde.

A través de las ventanas del primer piso, fuiste capaz de observar que el acogedor y modesto restaurante en donde trabajaste durante tanto tiempo como mesera, todavía se encontraba abierto al público. No era muy tarde. Sin embargo, por la hora que marcaba tu móvil, sabías que pronto cerrarían y que tan solo estaban esperando a que los últimos clientes que aún se hallaban en el interior consumiendo, terminaran con sus respectivas comidas y abandonaran el sitio. Inspirando profundamente y con un ligero temblor apoderándose de tus manos, provocado por la gran felicidad que burbujeaba en tu interior al por fin haber regresado al lugar que considerabas tu hogar, te abriste paso al interior del local.

Las cálidas luces de la estancia y la música acústica que resonaba por todo el lugar te dieron la bienvenida. Avanzaste con lentitud, observando tu alrededor como si fuera la primera vez que entrabas allí y, a simple vista, notaste un par de diferencias notorias que te dejaron en claro que ya no era el mismo lugar que recordabas. Desde la distancia, tus ojos se posaron sobre una figura sentada de espaldas a ti que reconociste con una facilidad increíble a pesar de haber pasado dos años desde la última vez que se vieron cara a cara.

Parecía no haber cambiado mucho en esos años, y esa idea te emocionó un poco sin saber el por qué.

Un golpe de adrenalina te sacudió de pies a cabeza y, por unos segundos, dejaste de respirar. Las ganas de correr hacia él y lanzarte sobre su espalda como en los viejos tiempo te invadió, pero no lo hiciste debido a que ahora, apenas y si eras capaz de sentir tus piernas.

«JiSoo, he vuelto».

Sonriendo de oreja a oreja, dirigiste tus pasos hacia la barra y, antes de que pudieras llegar a esta y acercarte a esa silueta que tan cautivada te tenía, una voz dulce a tus espaldas acompañada de un suave toque en tu hombro izquierdo, te obligó a voltear.

— Disculpe, pero ya vamos a cerrar y... Oh, Dios... — terminó la oración en una exclamación ahogada el chico de delicadas fracciones y cabello rubio. — No puede ser... — murmuró, parpadeando dos veces seguidas mientras una sonrisa de emoción e incredulidad surcaba sus labios al reconocerte.

— Hola, JeongHan — Saludaste entrelazando los dedos de tus manos frente de ti, disfrutando de la reacción que tu ex compañero y amigo, estaba teniendo al verte de vuelta.

— ¡Has vuelto! — chilló, olvidándose por un momento de los protocolos que debe seguir cuando se encuentra en el trabajo.

Te estrechó entre sus brazos con fuerza, moviéndose de un lado al otro mientras te informa acerca de lo mucho que te ha extrañado, de lo feliz que se siente de verte nuevamente cara a cara y, además, se queja un poco del por qué no le dijiste que volverías. Todo eso en tan solo un par de segundos. Son tantas las preguntas que abandonan su boca que, al final, lo único que puedes hacer es disculparte entre risas entretanto disfrutas de su euforia y calidez.

Que bien se sentía estar de vuelta.

Cuando por fin los brazos de JeongHan te liberaron, pudiste notar como sus ojos viajaban hacia algo tras de ti y la sonrisa en sus labios temblaba con sutileza. No supiste a qué se debía aquello, pero tampoco te dio tiempo a preguntar ya que esa voz, se abrió paso por tus canales auditivos y te puso la piel de gallina. No te esperabas esa reacción por parte de tu cuerpo, y te asombraste de que tu sistema nervioso todavía siguiera reaccionando de esa manera a Hong JiSoo luego de tanto tiempo.

— ¿Qué está sucediendo?

Miraste a JeongHan con los labios tensos en una mueca, que era una perfecta representación de toda la tensión que te consumía en esos instantes. Inspiraste profundo y, sin pensarlo dos veces por miedo a acobardarte, te giraste.

Y ahí estaba.

Frente a ti, iluminado de manera perfecta por las cálidas luces del restaurante y luciendo aún más guapo de lo que recordabas, se hallaba JiSoo con una ligera sonrisa que demostraba su desconcierto con la situación que había terminado llamando su atención. Sus ojos se posaron sobre los tuyos y, pronto, notaste como su mueca se transformaba en una de profundo estupor e incredulidad al verte ahí. De pie frente a él, otra vez. De la misma forma en que estuvo deseando por tanto tiempo.

— Hola, JiSoo.

— Volviste... — es lo único que logró salir de entre sus labios.

Asentiste a lo obvio, con las efervescentes ganas de lanzarte a sus brazos y volver a sentirlo. De besarlo, acariciarlo y amarlo de la manera en que lo hiciste en el pasado, antes de tomar la decisión de marcharte en un viaje de conocimiento y auto-encuentro que tanto sentías que necesitabas.

Abriste la boca para agregar algo a ese pesado silencio que se había instalado entre ambos, que es llenado por el sonido de la música, los servicios y murmullos de extraños ocupados de sus propios asuntos, sin embargo, te viste interrumpida por un grito que se instaló en el punto perfecto para no perturbar a los comensales mientras disfrutaban de sus cenas, pero que el aludido pudiera oír sin problemas.

— ¡JiSoo!

Observaste la figura femenina que emergió desde la cocina vistiendo un impecable traje color negro de chef y un paño de cocina entre las manos.

— Perdón por interrumpirlos, pero... JiSoo, necesito hablar contigo acerca de uno de los menús que pidieron las reservas de mañana — dijo, regalándote una sonrisa de disculpa tanto a ti como a JeongHan que se había quedado todo este tiempo tras de ti, como un apoyo silencioso, preparado para rescatarte en el momento adecuado.

— Oh, yo... Sí... es que estaba... — trató de explicar JiSoo, luciendo divertidamente indeciso entre ir y dejarte sola o quedarse contigo, postergando su deber.

— Ve. Yo espero — le dijiste con una sonrisa.

Pareció dudarlo por unos segundos, para luego terminar cediendo.

— Está bien...

Lo viste girarse junto a la chica, y es la manera en que ella entrelazó su brazo con el de él con tanta confianza mientras caminaban y hablaban, que te hizo caer en la cuenta de algo que habías preferido ignorar hasta ahora porque sabías que te dolería; la idea de que él te superó y siguió adelante con su vida.

— Oye...

— ¿Me tarde mucho JeongHan? — interrogaste, percibiendo una conocida picazón en tu nariz y siguiendo con la mirada a JiSoo y aquella chica hasta que ambos, desaparecieron de tu vista al atravesar las pesadas puertas dobles que daban a la cocina.

Lo escuchaste suspirar a tus espaldas y, posando una mano sobre tu hombro para darte un ligero apretón, contestó, haciendo que tu pecho se hundiera con dolor.

— Sí, lo hiciste...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro