—Dust, por favor. Te amo, pero déjame ir. —se quejó el azul.

—No. Te tendré aquí hasta que el idiota de tu hermano deje de encerrarte como damisela en apuros.

—No puedo creer que diga esto, pero... —murmuró, para luego soltar un suspiro—. ¿Enserio vamos a tener una pelea tan estúpida?

—Míralo como tú quieras, pero yo ya no te dejaré ir de aquí.

¿Que qué estaba sucediendo? Sencillo, el asesino no soportaría más estar lejos de él, así que se adentró al hogar de los hermanos Swap y secuestró al de pañuelo celeste.

Vaya, sí que se notaba las clases de secuestro de Error, ¿no?

—Dust...

El nombrado soltó un gruñido. —Al menos duerme conmigo por esta vez, ¿quieres?

Blue esbozó una tierna sonrisa. Camino a paso lento hacía Dust y se acostó a su lado. Le acarició el pómulo izquierdo y le dio un beso corto.

Probablemente Papyrus lo mataría y quizás ya nunca volvería a confiar en él, pero valdría la pena.

Sentía el calor y el dulce aroma del mayor, lo abraza con fuerza y ambos duermen juntos.