Pasó los días, las semanas y meses. Ya no se volvieron a ver.

Ninguno sabía ya de la existencia del otro.

O bueno, no personalmente.

Error había sido todo éste tiempo la “paloma mensajera” de Dust, es decir; el glitcheado contaba lo que fue de la vida del otro.

¿Y Blue? Ink, aunque éste lo hacía por gusto... Además de que se enteraba que su OTP se volvía cada vez más canon.

Ambos guardianes —Ink y Error— les decían que deberían verse:

“—Nø seas Ûn pïnche cobãrde, Dust, Y v€ a hæbLÆR con Blue. ”

Decía Error.

“—¡Vamos, Blue! Ve a charlar aunque sea un poco con Dust, como lo hacían antes. ”

Comentaba Ink

Y aquellos solo respondían un rotundo: “No. ”