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La florerista y el boxeador, parte 3.

Nadie podría encontrar a Cloud, casi era como si se hubiera esfumado, Aeris y Barret lo buscaban, pero en los vestidores no se encontraba nadie, ni siquiera los periodistas daban con él, ya que querían entrevistarlo, cosa que sí pudieron con Barret.

Mientras él distraía a los medios, Aeris era la encargada de buscar a Cloud, yendo a preguntar a la entrada del estadio, y justamente pasó por ahí, cobró sus 5 millones de guiles y se esfumó.

Con esa información, ahora el grandulón y la florerista se toparon en la salida, siendo ella quien le dio la valiosa información.

-¿Estará en el gimnasio? -Preguntó Aeris.

-Puede ser...o quizá en su casa, ¿tienes alguna otra idea de dónde pueda estar?

-Creo que sí...pero no estoy segura. Barret, ¿puedes buscarlo en el gimnasio? Yo buscaré donde creo que está.

-¿Dónde es?

-Una cafetería...es cerca de su casa, y si no lo encuentro ahí, buscaré en su departamento.

-Hecho.

Aeris fue corriendo a tomar el tren, pensando en el pobre de Cloud, pues si estaba en la cafetería, que también era bar, seguramente su amigo estaría triste, ¿ahogando sus penas tal vez? Es lo que ella pensaba, pero necesitaba comprobarlo, pues no le quedaba de otra, malamente.

Apenas bajó del tren, Aeris se fue corriendo una vez más a la cafetería, teniendo mil pensamientos a la vez, eso debido a que no tenía un panorama positivo de lo que estuviera haciendo Cloud en ese momento, todo era algo malo.

No se lo podía imaginar simplemente descansando, aunque esperaba que así fuera y ella solo tuviera malos pensamientos innecesarios.

Apenas llegó, el mesero la reconoció, por lo que la detuvo tomándola del hombro.

-Cloud me dijo que no te dejara pasar ni a ti ni a Barret.

-¿Cuánto te pagó? -Aeris sacó su bolso, mostrando un par de billetes.

-No es el dinero. Me dijo que quería estar solo.

-Y yo iré a decirle que no necesita estar solo. Déjame pasar, ¿sí? Ten, si quieres más, te daré más.

-Hoy he tenido malas propinas y quizá Cloud no me pague...dame la mitad de eso y ve rápido, el pobre está muy mal. -El mesero tomó los billetes y dejó pasar a Aeris, quien se apresuró a buscarlo dentro de la zona de la barra.

Y sí, lo vio ahí, sentado en una solitaria mesa en un rincón mientras sostenía una copa de whisky que tenía un cosmo canyon, bebiéndolo rápidamente y de golpe, sirviéndose más ya preparado en una botella.

Se le veía terriblemente mal, pues estaba golpeado de todos lados, apenas cambiado, y siempre que tomaba, hacía un gesto de dolor debido a una cortada en el labio, ardiéndole de los mil demonios. Lloraba unas pocas lágrimas, revisaba su teléfono...ni un solo mensaje de sus musas, aquellas que antes le pedían y le prometían hasta las perlas de la virgen, ahora ni siquiera le consolaban.

Aeris lo vio y se soltó a llorar, rompiéndole el corazón el verlo así, por lo que se acercó rápidamente, tomándolo de un hombro, sobresaltándolo.

-¡¿Eh, qué carajos quieres?! -Al notar quién había sido, el gesto de sorpresa en el rostro del muchacho fue más que claro, pues incluso su rostro se coloró tan igual que su cóctel. -¿Aeris? No deberías estar aquí.

-Te digo lo mismo. Suelta esa botella y vámonos a tu casa, Barret nos estará buscando.

-Déjame, no valgo nada. Era la oportunidad de mi vida y la dejé ir...se me escapó por tan poco. -Cloud se soltó una vez más a llorar. -Fue mi mayor esfuerzo, me preparé por meses, duré los 12 malditos rounds...y no valió la pena. Y Jules se atreve a decir que me dará la revancha cuando gane, ¿y qué pasará si Reno le vuelve a ganar? ¿Dónde quedo yo? En ningún lado...soy un don nadie...

-¡No lo eres! Cloud, tuviste una excelente pelea, todos querían saber más de ti, diste todo, peleaste con el corazón, y siempre hay segundas oportunidades, pero por lo que más quieras, no hagas esto.

-Al diablo con todo. -Cloud se bebió su cóctel de golpe. -No me importa ya la vida si voy a estar condenado a ser un mediocre, ¿ya viste dónde vivo? ¿Ya viste dónde entreno? Es más, ¿escuchaste lo que dijeron los periodistas de mí? Prácticamente preguntaron de qué cloaca había salido, y pensé...pensé que si ganaba, iba a poder callarlos, ¡pero solo tenían razón! -Cloud formó un puño con su mano derecha, golpeándose la palma izquierda del enojo en repetidas ocasiones, Aeris dio un paso atrás por la sorpresa. -¿Recuerdas a las putas que me había estado cogiendo antes de conocerte? Ya todas me mandaron al demonio, ni una sola me ha dicho algo de cómo estoy, o cómo me siento, pues ya no tengo ni un maldito guil que ofrecerles.

-Yo estoy aquí, Cloud.

-No soy estúpido, ya me di cuenta. Lo que no entiendo es por qué.

Aeris no dijo nada, solo suspiró pesadamente, asentó con la cabeza y le dio una bofetada a Cloud, siendo algo que lo sorprendió al no habérselo esperado ni por asomo.

-¡Estás actuando como un cretino! ¡Si estoy aquí es porque a diferencia de tus otras "aventuras" yo te dije que no esperaba nada, a mí sí me preocupa cómo te sientes y quiero que no te sientas mal por tu derrota, trato de consolarte de lo que te acaba de pasar! ¡Parece que tanto maldito golpe te dejó estúpido, o quizá deba hablarle a Jules o a Barret para que te vuelvan a acomodar el cerebro! -Aeris se detuvo, suspirando pesadamente, limpiándose más lágrimas que querían salirle de los ojos. -Pero si tu deseo es que me vaya y te deje ser un maldito borracho inútil, lo haré.

Cloud se quedó mudo, miraba con los ojos abiertos como platos, sintió como se le bajó la borrachera de golpe, más por el susto de la furia de Aeris que por la bofetada en sí, pero simplemente se secó las lágrimas, así como se enjugó la boca.

-Perdón...no sé qué estaba pensando cuando te dije esas cosas. Es que...siento que toda mi vida se viene abajo, este momento era para lo que vivía, el pensar que podía llegar a ser campeón era lo que me levantaba de la cama, aquello por lo que vivía y ahora se esfumó.

-Ya te lo dije, siempre hay más oportunidades, no es el fin de tu vida. Y también perdón por la bofetada, no suelo ser violenta, pero me sacaste de quicio. -Los dos desviaban la mirada, se habían detenido a escuchar la música de la zona del bar.

Piensa en mí cuando sufras

Cuando llores también piensa en mí

Cuando quieras quitarme la vida

No la quiero para nada

Para nada me sirve sin ti.

-Piensa en mí. -Fue lo primero que se le ocurrió decir a Aeris mientras sonreía, Cloud regresó el gesto. Ambos se dieron un abrazo, aunque claro, Cloud con mucha dificultad, pues no era solo estaba lastimado de la pelea, más que nada era el cansancio.

Se pagó la cuenta, y mientras la florerista ayudaba al boxeador a caminar, fue que llegó Barret, el que se encontraba en la calle contraria, por lo que rápidamente fue a ayudar a su pupilo.

-Maldita sea, Cloud, ¿estuviste bebiendo?

-Más o menos. Pero más que nada es porque estoy muy cansado.

-Aguantaste 12 rounds, chico. -Aeris soltó a Cloud, por lo que Barret lo miró de frente. -Casi lo logras...nos esforzaremos en lograrlo para la próxima, ¿vale? Porque Jules dijo que sí quiere la revancha gane o pierda contra Reno, y ganarle a un ex campeón no es poca cosa, ¿eh?

-Barret...gracias por apoyarme.

-Vamos chico, eres mi alumno estrella, claro que lo haré. -Maestro y alumno se dieron un abrazo. -Pero sí que apestas a alcohol, ¿no te habrás gastado todo el dinero, o sí?

-20 mil guiles. -Rió Aeris.

-¡Cabrón! ¡Eso es mucho dinero! En fin, ya lo hiciste, ni modo. Ahora solo queda ahorrar lo que sobró.

Los tres se fueron caminando directamente al departamento de Cloud, ayudando a este último a caminar, claro, pues estaba más que cansado, y como estaba levemente ebrio, lo mejor era que no se tropezara.

Una vez llegaron, lo acostaron en la cama, con sumo cuidado, y él se quedó ahí, Aeris tenía las llaves del departamento, embolsándoselas por accidente, así que al cerrar la puerta del mismo, bajó a la calle junto con Barret.

Él y Aeris hablaron un poco de lo que había pasado, sentándose en la banqueta de la calle, y era momento de sincerarse los dos, más el grandulón, que de hecho no sentía gran simpatía por la chica florerista.

-¿Entonces estaba en ese bar?

-Es una cafetería, pero venden cocteles... -Aeris se llevó una mano a la boca, soltándose a llorar. -Me sigue lastimando mucho el haberlo encontrado como lo encontré, y luego me dijo cosas tan horribles, le solté una cachetada de lo enojada que estaba, pero el pensar que hablaba enserio...

-Bueno, cuando un hombre está borracho puede decir y hacer muchas estupideces, pero estoy seguro que él te aprecia. Quizá lo dijo por su tristeza, dudo que lo crea de verdad. Y si a ti te duele, a mí me desgarra el corazón verlo así. No es que Cloud sea como mi hijo ni mucho menos, pero con él me propuse llevarlo a la cima, a donde yo no pude llegar cuando fui campeón, y estas conductas...al menos sé que habrá otra oportunidad, eso me calma.

-Fue algo que él insistió mucho, que había desperdiciado la gran oportunidad de su vida. Que era un don nadie, que vivía en una cloaca. Fue muy duro consigo mismo, no se lo merece. Dime una cosa, Barret...¿él tiene pareja?

-¿Hum? ¿No eran pareja ustedes dos?

-No. Solo somos amigos.

-Ahora tú dime una cosa, te juro que no seré un chivato con Cloud. ¿Él te gusta o algo así?

-Más o menos. -Sonrió Aeris, abrazando sus piernas. -Es muy guapo, pero lo conocí y me di cuenta que tiene un corazón de oro. Te percatarás que en tu gimnasio, tus muchachos me pretenden mucho...con todo el respeto, pero son unos...

-Una bola de imbéciles, pretenciosos y simios. Lo sé, Aeris, son mis muchachos, conozco sus defectos, hasta los de Cloud. No le diré lo que me acabas de decir, solo hazme un favor.

-¿Cuál?

-Mantén tu distancia cuando empiecen los entrenamientos para su próxima pelea de campeonato. Desde que te comenzó a mencionar, lo veo diferente, no a mal, sino al contrario, sonríe más, está más alegre, incluso parece esforzarse más. Solo que...

-Quieres que no esté distraído. Lo entiendo, cuando faltaba poco para su pelea con Jules, casi no lo veía. También sé que si está pensando en mí o en algo como una relación donde yo sea parte de la formula, lo tendrá distraído. De todos modos, acepto. No te preocupes.

-Gracias. Ya se lo dije a Cloud, cuando sea campeón, podrán vivir bien, no sé qué es lo te guste, pero imagínate caminar con lindos vestidos, pasear en un auto lujoso, ir a restaurantes caros...vida de campeón, la recuerdo como si fuera ayer.

-Supongo. -Aeris sonrió tristemente. Los dos siguieron hablando un poco todavía, llegando el momento de retirarse, por lo que ella emprendió camino a su tren, teniendo bastante prisa por la hora.

Justamente al entrar a la estación, su tren salía de la misma, por lo que, tallándose la frente con frustración, la muchacha se llevó las manos a los bolsillos de su saco, notando unas llaves que no recordaba que tuviera ahí.

Las vio, y por el llavero en forma de guante de boxeo, se percató inmediatamente que eran del departamento de Cloud, así que abriendo los ojos como platos, fue de regreso a casa del chico.

No podía irse sin más, y aunque Cloud quizá no se despertara temprano, quedarse con las llaves sería algo malo, así que cuando llegó, solamente suspiró pesado, recuperando el aliento debido a la carrera que se había echado, por lo que al abrir la puerta, notó que Cloud estaba durmiendo, así que solo sonrió.

-Buena pelea, campeón...ojalá también pueda ir a la próxima. -Ella se acercó y le dio un beso en la frente, dándole la espalda, lo que no esperó es que el muchacho se despertó, mirándola confundido.

-¿Aeris? -Ella se asustó. -¿Y Barret?

-Ya se fue. -Sonrió ella, volteándolo a ver.

-¿Qué hora es? -Al revisar su celular, Cloud se sorprendió, pues ya rondaba la media noche. -¡¿11:30?! ¡¿A qué hora se hizo tan tarde?!

-Sí, hay una parte que no te conté. -Rió Aeris. -Barret y yo nos fuimos hace rato, solo que me di cuenta que me quedé con tus llaves y regresé a dártelas. Aparte de que se me fue el tren.

-Es muy noche, te acompañaré. -Cloud se trató de levantar.

-¡No digas tonterías, quédate en la cama!

-No puedo dejar que te vayas sola, ¿entiendes? Es peligroso, y hay el riesgo de que no puedas alcanzar el tren y los taxis, ni hablar.

-Entonces el único remedio que queda es duerma aquí. -Ella se cruzó de brazos, alzando una ceja, el muchacho solo se quedó en blanco.

-Ah...si lo vemos de esa manera, tiene sentido, de hecho.

-No suelo dormirme con la ropa puesta, pero dudo que tengas algún pijama de mujer.

-En eso tienes razón. -El muchacho, con esfuerzo, hizo un espacio en la cama, pegándose a la pared, Aeris se quitó el saco y los botines, entrando así en la cama, cubriéndose con la totalidad de la colcha mientras que su acompañante simplemente le daba la espalda, sin taparse.

Hubo unos segundos de silencio, ¿sería momento para decir algo? ¿O lo mejor era esperar a mañana? Había tanto que hablar, eso era un hecho, solo que cabía la probabilidad de que ese no fuera el momento, y menos el lugar.

Lo que sí, es que la chica miraba la habitación, era solamente un cuarto, y lo que terminó de sorprenderle, es que a un lado de la cama, se encontraba uno de los tantos lirios que ella le había obsequiado al boxeador.

Al pasar más o menos unos minutos, Cloud dio por sentado que no habría conversación alguna, por lo mismo es que ya iba para dormirse. Sin embargo, ella rompería el silencio.

-Sabes, con lo que me dijiste hace rato...me da cosa estar acostada aquí. -Dijo medio en broma y medio en serio.

-Solo era por decir. Lo siento, pensé que jamás te iba a faltar al respeto, y lo terminé haciendo. Me siento mal por ello.

-Al menos te arrepientes. ¿De verdad no se te pasó por la cabeza el por qué estaba ahí, buscándote?

-Lo único que pensaba es que había empatado, prácticamente perdido, que mucha gente me mandó al diablo porque no gané una cantidad exorbitante de dinero, y que tal vez moriría sin saber lo que es ser campeón. No sé si dije lo que dije por quererme desquitar contigo, pero no es algo que yo pensaría.

-¿Y pensaste en mí antes de que yo llegara?

-Un poco. Pensé que también me ibas a mandar al demonio. -Rió Cloud. -Y aquí estás. En realidad te lo agradezco de corazón.

-¿Sigues sin saber por qué estoy aquí?

-Ya me lo dijiste, porque te preocupa el cómo me sentía y que no querías que me sintiera mal.

-Sí, puede ser por esa razón. Puede que haya alguna más.

-¿De verdad?

-Piénsalo esta noche y me dices mañana, ¿de acuerdo?

-Entiendo... -El muchacho simplemente no dijo nada, dispuesto a dormir al igual que Aeris.

Ese pequeño anhelo que Cloud había tenido meses antes... finalmente se le cumpliría esa noche.

No era demasiado tarde ya a la mañana siguiente, apenas y pasaban las 9 de la mañana, por lo que fue curioso que ella sintió algo pesado sobre sí, y al voltear, se percató que Cloud la estaba abrazando. Ese pequeño detalle la enterneció, pues jamás había, en primera, dormido con un hombre, y que fuera el que le gustara y rodeada de sus brazos era algo muy bello para ella.

Eso sí, el rostro de Cloud no ayudaba mucho, pues naturalmente que su inflamación había empeorado, amaneciendo hinchado de las zonas donde le dieron su golpiza, aunque ese detalle era lo de menos. Al levantarse, se puso el saco, sus botines y le dio un nuevo beso en la frente al muchacho, el que ahora sí no se despertó, estaba hecho un saco.

Al salir del departamento con las llaves del chico a propósito, llamó a su madre para decir que no hubo problema alguno al dormir fuera de casa. Mintió diciendo que había sido en casa de una amiga, pues de decir la verdad, Elmyra hubiera ido a sacarla de las greñas del departamento de Cloud.

En fin, iba a ir por algo de desayunar, pues era lo de menos. Cloud había ganado 5 millones de guiles, empezar por rentar un mejor departamento era lo ideal, de hecho.

Era domingo de trabajo voluntario, así que, aunque quisiera estar con su chico un rato más, no podría, pues su labor era más importante que nada para ella, incluso más que él. Desayunaría e iría de regreso a su barriada, pues la ventaja es que su lugar de trabajo voluntario quedaba cerca de su casa.

Lo que compró fue algo simple, pan, café y un par de baguettes, pues esa parte sonaba bien e ideal, tomando en cuenta que seguramente el muchacho no podría ni levantarse en todo el día.

Regresando al departamento, ella entró y sí, el chico seguía profundamente dormido, tanto así que no sabía si despertarlo era lo ideal o no, pero teniendo en cuenta que el tiempo se le iba encima, prefirió hacerlo.

Fue delicada, naturalmente, pues no podría darse el lujo de ser brusca cuando la paliza que le dieron a Cloud fue muy intensa. Él se despertó, le dolía todo el cuerpo, y ni hablar de la cara.

-Ojalá me muera. -Fue lo primero que dijo.

-Vamos, ¿qué fue lo que te dije ayer?

-No es por eso. Es que después de una pelea la sensación es horrible, e imagínate después de que te mandaran a la lona 4 veces y, peor aún, duraras 12 rounds. Lo máximo que había peleado eran 8, siento que me muero.

-Al menos tendrás una oportunidad directa al título si Jules le gana a Reno. Y si no, aunque Jules pierda, seguramente ya llamaste la atención del campeón, y sigues siendo el tercer lugar de la tabla, malo que hubieras perdido.

-Lo pensé anoche mientras estaba durmiéndome. Barret también tiene esa esperanza, y tiene sentido, es lo más cerca que he estado de una pelea de campeonato y vaya que no es fácil.

-Tendrás tiempo para entrenar. Pero come, debo irme pronto, tengo algunas cosas por hacer.

-¿Puedo preguntarte sobre eso?

-¿Celoso? -Rió ella.

-Claro que no. -Se quejó Cloud.

-¿Te acuerdas que te dije que trabajo en un albergue? Pues hoy es día de trabajo voluntario y debo ir.

-Ya veo. Es noble de tu parte el ayudar a niños que bueno...no tienen nadie que los ayude o proteja.

-A veces no es tan sencillo como parece, y no lo digo porque ellos sean una carga o mucho menos...simplemente ves cosas que te desgarran el corazón.

-Creo imaginármelo.

Apenas terminaron, Aeris se despidió de Cloud, prácticamente dejándolo tumbado en la cama para que descansara, Barret llegaría para cuidarlo, por lo mientras ella fue a sus propios asuntos, tomando el tren para llegar lo más rápido posible.

De hecho ya la esperaban, de ahí que un montón de niños se acercaran a Aeris para preguntarle cosas, Floria solo sonreía, pues el hecho de que los niños se centraran en Aeris, era un alivio para ella.

Todo estaba relativamente calmado ese día, pues no habían pasado muchos problemas, y varios chicos estaban mirando la tele, era la repetición de la pelea de ayer.

-¿Quién crees que haya ganado?

-No lo dijeron, ¿verdad?

-Fue empate. -Adelantó Aeris.

-¿Cómo sabes?

-Fui a verla. Conozco a Cloud, el de los guantes rojos. Es amigo mío. Por cierto, Mugi, ¿cómo te has sentido? Te traje tu medicina.

-Un poco mejor. Aunque eso no importa, ¿de verdad conoces a Cloud? Es bueno peleando, me sorprendió mucho el que lo hayan tirado 3 veces y haya seguido peleando.

-Sí...no fue agradable de ver. Hoy amaneció sin ánimos de estar vivo. -Se rió ella. -Pobre, lo dejaron hecho una piltrafa.

Mugi siguió interrogando a Aeris acerca de aquel peleador que había dado la sorpresa al empatarle al ex campeón de los pesos ligeros, aquel que retuvo el título 4 veces con peleadores de un muy respetable nivel.

De ahí en fuera, la chica siguió con sus labores de trabajo voluntario, que era ayudar en la limpieza y en la cocina, así como hacer algunos pequeños mandados, particularmente relacionados con Mugi.

De hecho, Aeris le preguntó a Floria cómo es que seguía él de salud, y la respuesta no fue muy alentadora. Estaba enfermo, a pesar de su corta edad. El dinero, que de por sí era escaso, ahora era más necesario que nunca, y a pesar de que ella se juró no pedirle nada del dinero a Cloud, quizá la desesperación la llevaría a hacerlo.

Al final de cuentas, era para una causa mayor, y las nuevas dadas por Floria tampoco ayudaban mucho a cambiar su opinión.

Faltaba dinero, no es que ella pudiera dar demasiado de su bolsa porque necesitaba vivir, como cualquiera en realidad. Por suerte, es que se avecinaba un evento grande para su florería, quizá eso pudiera ayudar un poco, así fuera mínimo, cualquier cantidad de dinero extra ayudaría enormemente.

A la hora de la comida, justamente ella se sentó a un lado de Mugi, preguntándole más precisamente cómo se había sentido en los últimos días, pues no podía ir diariamente, siendo más bien un tema que el chico evitaba, preguntando más por el flamante boxeador.

-Me gustaría conocerlo. He visto unas peleas suyas y es interesante.

-Mugi, tienes 7 años y no sabes boxear, ¿de cuándo acá eres un experto? -Rió Aeris.

-Oye, si no me enfermara, lo practicaría. Y solo lo ubicaba por su nombre, pero el saber que puedo conocer al próximo campeón mundial me emociona.

-Está bien, le diré cuando se recupere. Tal vez...en una semana, también tengo algunas cosas más por hacer. Pero por ahora, tómate tu medicina y come, debes estar fuerte.

-Hum, la medicina no me gusta.

-Cloud te diría que te la tomaras. -Sonrió ella.

-Tch. Está bien.

La jornada había terminado, los niños se despedían de Aeris, quien les tenía un particular cariño a todos, pero estaba agotada, solo pensaba en su cama y en que tal vez su madre le daría un fastidioso sermón por no haber llegado esa noche a casa.

Y más o menos así fue, sabiendo que podría irle mucho peor si es que se le salía la verdad. Lo bueno es que no mentía al decir que solo iba a dormir en casa de alguien más, pues hasta ahí llegó la cosa. Simplemente cuando pareció que su madre tuvo suficiente, ella cayó rendida en la cama, agotada por la ajetreada noche de ayer, y por la jornada de ayuda el día de hoy.

Mensajeándose con Cloud, supo que gracias a unos trucos de Barret no la estaba pasando tan mal como esperó, y de todos modos sentía que lo mejor era descansar en el panteón de una vez y regresar cuando su cuerpo dejara de lamentarse, cosa que a ella le hizo gracia de alguna manera.

Ella revisaba el costo de las medicinas de Mugi, iban a subir de precio y eso la desesperó bastante. Si la situación seguía así, la esperanza del chico podría desvanecerse rápidamente.

Necesitaba el dinero que Cloud pudiera darle, una cantidad no muy grande, lo que fuera lo suficiente para olvidarse un rato del enorme problema de la medicina. Sin embargo...tenía una idea que podría servir de algo, aunque de todos modos necesitaba la ayuda de Cloud.

Esperó hasta que finalmente se sintiera bien para poder comenzar con el plan, que era inteligente, pero necesitaría de algunos contactos, así que la ayuda de Barret también se necesitaba y para un asunto tan estimable, nadie podría decir que no.

-¿Quieres que dé una entrevista para promocionar el albergue? -Cloud alzó una ceja.

-Algo así. Eres alguien que ha ganado fama últimamente, y los medios quieren preguntarte cosas, es la oportunidad perfecta. Vamos, es para que donen a la misma, y aparte no es mentira, eres ídolo de uno de esos niños.

-¿De verdad? Está bien, esa parte me agrada y me llama la atención...lo único que te cuestiono es cuál es el plan, o si al menos hay uno.

-Solo debes decir que les das clases de ejercicio a los niños del orfanato, eso ayudaría mucho más de lo que crees, y ayudará con tu imagen pública.

-Eso es lo de menos. Si puedo ayudar...creo que estará bien.

Como siempre, la parte del dinero fue escabrosa, pero 200 mil guiles podrían servir de momento. Apenas Cloud escuchó la cantidad, casi le da un ataque, pero entendía que si podía ser de ayuda, no tendría problema.

-Aparte, cuando seas campeón, puedes olvidarte de tus problemas económicos, ¿no crees?

-Sí, pero para eso faltará al menos un año. Debo aprovechar bien el dinero que tengo, rentar un mejor cuarto, comprarme una moto, no lo sé, cosas del estilo.

-Me parece gracioso que te prometí que no te pediría nada ganaras o perdieras...rompí mi promesa.

-No fue por ti y tampoco será para ti, así que no te sientas mal. Es para ayudar a los niños.

-Al menos piensas de esa manera, porque hay quienes no.

-¿Si? ¿Qué te hace decirlo?

-Los chicos son muy aficionados del boxeo, la verdad es que les encanta, y ya hemos tratado de contactar con algún campeón para que apoyen al albergue y nadie ayuda.

-No te preocupes de eso, Aeris. -El muchacho la abrazó. -Cuando gane el campeonato, te juro que apoyaré a esos niños, así sea lo último que haga.

-Tampoco te mortifiques. Con que puedas apoyar con el dinero que te pido y promocionando el albergue para que lleguen donativos es más que suficiente.

-Es lo único que puedo hacer, tristemente.

-Y te digo que es más que suficiente.

Con ayuda de los contactos de Barret, pues muchos de verdad querían entrevistar a Cloud, es que se pudieron hacer de un eco. Y así era, el chico estaba vestido con su ropa de boxeo, así como sus guantes, como si se prepara para una pelea, y lo mismo era con los niños, pues todos lo veían practicar sombra, Barret le ayudaba con el manopleo, era prácticamente una exhibición.

Los periodistas preguntaron qué era lo que pensaba después del combate, pues la cosa había estado muy reñida. También preguntaron si estaba de acuerdo con el resultado, y no podía faltar la pregunta del millón: si buscaba el campeonato.

Todo fue afirmativo, y al preguntarle qué haría con el dinero que ganaría, la respuesta fue más que clara:

-Ayudaré a los niños del albergue, donaré una buena parte del dinero...pero también pienso comprarme mi propia casa, porque el departamento donde vivo ya me tiene harto. -Lo último lo mencionó con una risa, pero claro que Aeris sabía que era más que enserio.

Mugi se acercó a Cloud, se le notaba un poco nervioso, así como también con poca iniciativa, la muchacha lo miró y tomó del brazo a Cloud.

-Hay alguien a quien quiero presentarte. -Sonrió ella, llevándolo con el niño. -Este de aquí es Mugi, es el niño del que te hablé.

-Ah, ¿así que tú eres mi gran amigo Mugi? Aeris me ha hablado mucho de ti, ¿de verdad me admiras tanto como ella dice?

El chico estaba hecho piedra, no podía ni hablar de lo pasmado que estaba, pues tenía frente de sí a aquel que afirmaba era el siguiente campeón de peso ligero, por lo mismo es que solo se limitó a sonreír nerviosamente y a saludar, lo que le arrancó una sonrisa a Cloud.

Uno de los periodistas aprovechó y les pidió una fotografía, en la misma, Cloud se encontraba arrodillado, sonriendo a la vez que abrazaba al chico y alzaba el puño, gesto que imitaba el pequeño.

A los pocos días, y estando en casa de Cloud, Aeris leía el periódico, pues la nota había salido en algunos medios locales, cosa que era lo importante y que, claro, había cumplido su principal objetivo.

-"Y así es como el boxeador local, Cloud Strife, se ha dedicado a la noble causa de aportar el dinero que puede llegar a ganar si es que se corona como campeón de peso ligero, a lo que todavía le faltaría obtener el cinturón de superestrella, que sería el máximo título al que podría aspirar el noble boxeador, tanto así que ya le han apodado Cloud 'puños de esperanza' Strife." "Puños de esperanza" no suena nada mal, eh. -Mencionó Aeris al terminar de leer.

-Siento que es algo exagerado. -Cloud hizo un gesto de inconformidad.

-Claro que no. Eres la esperanza de esos niños, especialmente de Mugi. No podrás sacarlos de la pobreza, pero sí darles una buena calidad de vida, ¿no es eso lo que esperas?

-Claro que es lo que espero. De hecho, ahora tengo otra razón para pelear, y con mayor sentido daré todo lo que pueda. Ya cuando sea campeón, les compraré lo que les haga falta.

-No esperaba menos de ti, Cloud. -Aeris le dio un beso en la mejilla, abriendo la puerta del departamento. -¿Cuándo te mudarás? ¿O ya te encariñaste con estas cuatro paredes? -Rió ella.

-Ni en sueños. -Se quejó. -Quizá en una semana más, la verdad es que no ansío otra cosa, es más, prefiero cambiarme de departamento a ser campeón, con eso te digo todo.

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Oh rayos, 21 días sin publicar :V

Irónicamente, el capítulo está listo desde hace más de una semana, pero no he tenido tiempo para corregirlo, y para hacer esta parte, que es la importante. La historia sí que se va a alagar más de lo que pensé, pues tengo pensado adaptarla para una historia que meteré a un concurso de la editorial Gandhi, a ver si cuela :v

Poooor cierto, ¿recuerdan que el campeón es Reno? Yo siento que lo voy a cambiar por rude, porque el campeón superestrella debe ser Reno, pues para la historia que planeo, el antagonista es un mamón y ogt, como Mayweather, ya verán por qué :v

En fin, una disculpa, sé que cambio muchas cosas de la personalidad de Cloud, pero es necesario :'v todo sea por el concurso :v

Nos vemos en...espero pronto porque la universidad me está comiendo vivo :'v

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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