- Me parece ridículo que pienses que eres así por mi culpa -se burló el demonio frente a ella, sus ojos rojos y colmillo un poco afilados le daban un toque tétrico a su apariencia-

- ¿Entonces quien? -se quejo Jennie sin poder comprender quien había cometido tantas atrocidades-

- Tu cariño, los humanos de tu clase son lo que lo provocan -sonrió lamiendo los labios ajenos sin dejar de mirarla, había perdido lo poco de humanidad que le quedaba al no recibir su alimento-

— ¡No! —

— Claro que sí —sonrió acariciando si rostro— Yo solo pongo las tentaciones y tu decides caer en ellas —