La pequeña Lisa camino en dirección a su oscura habitación después de un vaso de leche tibia.

Su mamá camino rumbo a su propia habitación para continuar durmiendo ya que las recurrentes pesadillas de su hija la hacían trasnochar aveces.

Abriendo la puerta Lisa camino descalza a través de su habitación y subió a la cama, la puerta se cerró estridentemente tras ella.

Trató de conciliar el sueño sin éxito al escuchar como algo tocaba la madera bajo su cama.

La puerta se abrió y con el miedo fluyendo por su sangre habló sin abrir los ojos.

— ¿Mamá? —preguntó al aire sin recibir respuesta— Hay alguien debajo de la cama —