- ¡Eres una inútil! -grito a la par que daba un golpe en su cara- ¿¡Por qué demonios te di a luz!? -la tomó del pelo lanzando su cuerpo al piso donde comenzó a patearlo sin descanso- ¡al menos grita!

Sin embargo Lisa se mantuvo callada como todas las veces que sucedía algo así.

- Debí haber dejado que tu padre te llevara con él -dijo una vez desquito su furia con su hija- vete a tu habitación me da asco verte en estas condiciones -ordenó pasando sobre su magullado cuerpo en dirección a la sala-

- Me duele todo -dijo tratando de levantarse lo más rápido posible- es la tercera vez en la semana y ya ni siquiera le preocupa pegarme en lugares visibles -apresuró el paso escaleras arriba una vez logró pararse - a este paso me va matar de una golpiza -suspiro una vez llegó a la habitación-

Cerro la puerta con llave y se desnudo viendo los distintos tonos en los hematomas que decoraban su cuerpo haciendo una mueca cuando toco un rasguño visible en su cuello.

Tomo una toalla y se dirigió al pequeño baño que tenía, llevó algunas vendas, alcohol, gasas y una pomada que había comprado especialmente para esas situaciones.

Se baño rápidamente no queriendo perder mucho tiempo y una vez se poso frente al espejo comenzó a curar los cortes y golpes que llegaron a sangrar primero.

- Esa mujer es una bestia -habló una segunda voz en el pequeño baño-

- No puedo creer que me sigas hasta el baño Jennie ¿que te dije de mi privacidad? -dijo sin inmutarse-

La voz pronto cobro forma y la vio con seriedad.

- Te dejó la espalda llena de cicatrices nuevas, pasame las gasas y el alcohol -extendió su mano esperando lo pedido-

Lisa se los paso sin mucho interés esperando que cayeran cuando se los dio pero nunca pasó.

- ¿cómo te materialisaste tan rápido? -preguntó sorprendida cuando síntio las cálidas manos curar su espalda con delicadeza-

Jennie solo se alzó de hombros siguiendo con lo suyo.

Estaba feliz de que su manifestación la quisiera.

La hacía sentir menos miserable.