- Toma la forma que te ordeno -grito golpeando su rostro con enojo-

- Perdón amo -dijo agachando su cabeza apretando los labios, lo odiaba, gruñó inconsinetemente recibiendo otro golpe-

- Lobo -ordenó y no le quedó de otra más que cambiar de forma, manifestando un lobo negro de ojos ámbar- Ahora ve a recolectar muestras, y si alguien te ve -advirtió posando se cerca de su oreja- matalo -

Gruñó en respuesta recibiendo un golpe más antes de salir en busca del mineral que su amo ordenaba, corrió por el amplio bosque buscando.

- un lobo negro -Murmuró alguien en su espalda, abrió la boca en advertencia cuando vio a la persona acercarse- creí que se habían extinto -

Crispando los pelos de su lomo se lanzó en dirección a la al parecer mujer, casi lograba enterrar los colmillos en su cabeza antes de sentir como su cuerpo cambiaba causándole un grito de dolor.

No debería de doler, trató de cambiar de nuevo, sin éxito, pero sintió su cola moverse pero tenía manos humanas, no, eso no estaba bien.

- ¡Lobo estúpido! -escucho la voz de su amo cerca, asustada giro la cabeza con pánico viéndolo acercarse- ¡no te dije que cambiaras! -se acercó con rapidez golpeando su espalda con una rama que se rompió por la fuerza ejercida-

Recordó a la mujer cerca quien la veía asombrada ante le reciente acto, la miró suplicante.

- Ayúdame -

Casi al instante su forma lobo volvió a ella, se sentía mareada y adolorida.

Volvió a gruñir con fuerza viendo a su amo, ella era un alfa, un lobo negro.

- ¡Quieta! -ordenó su amo presintiendo sus acciones-

No el ya no era su amo.

Con ese pensamiento en miente se lanzó sobre el arrancandole la cabeza antes de caer completamente inconsiente.

Había quedado atorada en su forma híbrida