Sus manos parecen cosquillear por tocarme, se ve tan emocionada.

Se quita la ropa con una rapidez impresionante y yo solo me limitó a tratar de seguir su ritmo, ella guía mis manos a sus pechos los cuales me limitó a masajear, la sensación es nueva, su piel se siente suave y tersa bajo la yema de mis dedos, es una sensación rara.
Ella se retuerce un poco bajo mi toque y gimotea tratando de quitarme la ropa.

- Ayúdame Lisa -hace un puchero- no puedo hacer esto si no cooperas un poco -

Y tal como ella espera, mis prendas proceden a caer al suelo junto a las de suyas.

Casi siento como todo da vueltas, estoy apuntó de hacer algo de lo que ni yo estoy segura, la presión me hace ceder y aun así no logro convencerme de completamente de esto.

Con mi cabeza punzando un poco, me decido a tomar el control de la situación, bajo mi boca a su cuello a lo cual ella suelta un suspiro, y así sucesivamente sigo bajando hasta llegar a su pezón, el cual inicio a succionar.

- Ahh, ¡Lisa! -sus manos hunden mi cara en su pecho mientras gime cada vez más fuerte- solo no me m-

 Y justo cuando esta por decirlo, doy una mordida moderada, ella brinca un poco ante eso.

Su mano baja hacia mí zona y yo automáticamente me separó de su tacto.

- ¿Qué pasa? -su voz suena preocupada, esta jadeante-

- Solo... Deja que yo lo haga por ti -mi voz suena algo dudosa- ¿puedo? -

Y así sin recibir respuesta, ella se lanza a la cama conmigo, con el mismo ánimo que antes y procede a bajarse su ropa interior.

(...)
Mis dedos en su húmeda cavidad, y ella moviéndose para hacer más fricción, mi mano estimulando sus pezones, mis dedos frotando su clítoris, he incluso mi boca succionando delicadamente y luego tragando sus fluidos después de un orgasmo, son cosas que no dejan de dar vueltas en mi cabeza.

Su cuello lleno de marcas, y ella acostada en la cama matrimonial, con algo de cabello en la cara le dan un aspecto entre inocente y atrevido, luce tan pacífica que me hace sentir culpable.

Pero ese sentimiento no es correcto, ella no se siente culpable por mi, ella también disfruta con algo de mi sufrimiento, la lastima no es una opción y aún con esa pequeña opresión en mi pecho salgo de su departamento.

De todas formas, esta no será la última vez que pase.

Esta fue mi primera historia, un día me desespere y la elimine, todavía me quedan notas de ella