Equipo
Saionji Ukyo nunca pensó que acabaría trabajando para el gobierno en juego de realidad virtual, no era eso lo que tenía en mente cuando empezó con su entrenamiento militar, pero debería haberlo imaginado, ya que últimamente Dr. Stone Quest era lo único que le preocupaba a la gente.
La gente... Ukyo quería ayudar a tanta gente como pudiera. Desde hace décadas que los robots reemplazaron la mayoría de trabajos, las personas tuvieron que inventarse otras cosas para trabajar y obtener dinero, y uno de esos inventos era el intercambio de dinero a través de la red neuro-inalámbrica, sobre todo en DSQ. Eso solo logró darle todavía más importancia a ese juego barra red social.
Todas las personas se la pasaban sumergidas en ese juego como si fuera más importante que la vida real, abandonaban sus vidas diarias para convertirse en personajes digitales, vivían de la virtualidad. En Japón ya era malo, pero sabía que en otros países la situación era todavía peor y se llegaron a cometer actos horribles por esa adicción a la vida virtual, sobre todo en países de bajos recursos, reinaba el caos, la pobreza y las enfermedades, y aun así la mayor preocupación mundial era un juego de realidad virtual.
Ukyo no aprobaba ese modo de vida virtual, pero incluso trabajando para el gobierno japonés no pudo escapar del juego. También pasaba horas trabajando dentro de DSQ, aunque al menos recibía el sueldo de parte del gobierno y no por trabajos dentro de la red o robando a los jugadores como hacían muchos.
Él formaba parte de los cazadores de plata, una división encargada de dar caza a jugadores por encargo de otros jugadores. El dinero que ofrecía el cliente era para el gobierno, por supuesto, Ukyo trabajaba por su sueldo, de forma honesta. Hacía estas cosas porque era su trabajo.
En Dr. Stone Quest, importaban tus habilidades en el mundo real. Por ejemplo, alguien que en la vida real era ciego podía ver como si tuviera una vista normal en DSQ, pero además el juego te dejaba conservar tus sentidos desarrollados, como el olfato o tacto, y además te dejaba maximizarlos más de lo que podía la gente normal. Ukyo no tenía ningún problema en la vida real, pero tenía un oído especialmente agudo, y por lo tanto el juego lo dejaba mejorar ese rasgo.
Era una característica muy aplaudible del juego, aunque Ukyo de todos modos hubiera preferido no tener que dedicar su vida y su trabajo a una red social.
Fue una sorpresa que la persona que los contrató esta vez fuera el tercer mejor puntaje en el mundo. Y Ukyo había pensado que sería un trabajo más difícil, pero fue esa misma noche que todo el mundo se enteró de quién era Killer Amber Queen.
Nanami Ryusui no era el único que quería la cabeza de esa chica, el séptimo lugar en el mundo, la empresa Xeno Inc., sufrió un robo por parte del escurridizo fantasma dorado y regó su nombre, sus datos públicos y un video de ella robándoles por todo DSQ, prometiendo que recompensarían a quien les diera datos de su paradero.
Y al día siguiente, encontraron a Killer Amber Queen en Mundo Amatista, paseándose por el lugar como si nada.
Antes de ir a cazarla, Ukyo decidió informarle sobre eso a su cliente, Nanami Ryusui, por las dudas de que quisiera tener el mismo el placer de eliminarla y recuperar sus puntos.
Cuando Ukyo se presentó junto a su equipo en Mundo Amatista, listo para confrontar a su encargo, se sorprendió al ver que llegó primero el equipo de Xeno Inc. ¡Y era su equipo elite!
Killer Amber Queen sin duda había robado un premio gordo.
Justo cuando iba a saltar a impedir que la mataran, para poder darle ese gusto a su cliente, una enorme presión lo lanzó a él y a su equipo de cara al suelo. Esto debía ser un aumento de miles de veces la gravedad de la Tierra, y Ukyo sabía que ese era el ataque favorito del mejor puntaje en todo el mundo: Senku 014.
Levantó la cabeza del piso a duras penas, logrando apoyar su mandíbula contra la tierra y ver con dificultad al número uno parado detrás de Killer Amber Queen. ¿No había dejado que la gravedad la aplastara también? ¿Eran aliados? Si él la protegía, iba a ser casi imposible matarla.
Gracias a su excelente audición, a pesar de que estaba a distancia considerable de ellos, Ukyo pudo escuchar lo que decían.
—Al fin te encuentro, leona —dijo Senku 014, con tono casi burlón y relajado.
—Ja... estuve esperando este momento —murmuró ella.
Cuando Killer Amber Queen se volteó, Ukyo se dio cuenta de que no eran aliados, porque ella de inmediato lanzó una ráfaga de cuchillos en su dirección, como distracción para usar súper velocidad y tratar de apuñalarlo, aunque él la esquivó fácilmente.
—Veo que sigues molesta —exclamó él, elevándose varias decenas de metros en el aire.
—¡JA, claro que no! ¡Estoy muy feliz de poder destruirte, escoria! —La chica saltó para intentar patearlo, aunque en vano, porque él solo se fue más arriba.
Como Ukyo a duras penas podía mantener la cabeza en alto, los perdió de vista, pero pudo seguir escuchando a la chica maldecir al número uno. Parecía odiarlo profundamente.
—Ah, aquí estás. —De repente escuchó una voz familiar y acto seguido sintió toda la presión desaparecer de su cuerpo.
Se puso en pie de inmediato y volteó sorprendido, viendo a Nanami Ryusui y Nanami Sai parados a pocos metros de él, Sai con una mano extendida, como prueba de que fue él quien deshizo el efecto de la gravedad en Ukyo y tal vez en Ryusui también.
—Gracias por su ayuda —dijo rápidamente—. Tenemos un problema con la misión, Senku 014 se apareció de la nada y ahora se enfrenta a la chica. Parece que él también quiere eliminarla.
Los tres miraron al cielo, donde el mejor del mundo esquivaba fácilmente todos los ataques erráticos y llenos de odio de la chica.
—Parece que la que quiere eliminarlo es ella. —Ryusui rio, chasqueando los dedos—. Si Senku quisiera eliminarla, no estaría solo esquivándola. Es extraño... tal vez ella sea la chica que mencionó que buscaba ayer. —Frotó su barbilla, pensativo.
—Eso no es todo. —Añadió Sai, todavía con una mano en alto—. Él está cuidadosamente ejerciendo más gravedad sobre el grupo elite de Xeno Inc. Los está presionando con miles de millones de veces la gravedad de la Tierra, esto porque el Dr. Xeno hace mucho que desarrolló una tecnología para quitarse más rápido los efectos de ese ataque. Mientras más gravedad ejerza sobre ellos, más tiempo les tomará.
—Lo hace porque ellos son peligrosos, podrían ser una amenaza hasta para él —murmuró Ukyo—. Es el grupo elite de Xeno Inc. Stanley Snyder es una de las pocas personas que podrían ser una amenaza hasta para el número uno. —Miró al líder del grupo elite, que ahora estaba de rodillas, intentando pararse.
—Sí, es cierto que son peligrosos incluso para él, pero no lo hace solo para salvarse a él mismo esta vez. —Ryusui sonrió maliciosamente—. Él está protegiendo a la chica —aseguró con firmeza.
—¿Cómo estás tan seguro? —preguntó Sai, que seguía escéptico—. La chica claramente quiere matarlo.
—¡Mi instinto me lo dice! —Chasqueó los dedos otra vez.
—¿Y entonces qué harás? —Sai lo miró con resignación—. ¿Vas a dejarla ir porque ella es importante para el número uno?
—Todo lo contrario. —Sonrió ferozmente—. No todos los días encuentras la debilidad de la persona más fuerte de este juego. ¡JA, JA! ¡Sai, sigue protegiéndome de la presión de la gravedad, voy a ir tras los dos! ¡Los eliminaré a ambos, me quedaré con sus puntos y luego los dejaré trabajar para mí! —Se quitó su capa de pirata y sacó sus espadas, saltando hasta la batalla del chico y la chica.
Al escucharlo, Sai apretó los labios en una fina línea.
—¿Qué sucede? —preguntó Ukyo.
Sai no contestó, mirando como su hermano corría hacia Senku 014.
Nunca lo dijo, pero siempre encontró algo extraño en el número uno del mundo... Siempre estaba mirando el código fuente de DSQ, no solo a los paisajes, sino a las personas también, y... había algo extraño en Senku 014. Su código fuente era muy distinto al de los demás. ¿Quizás por ser el número uno o por tener tantos puntos acumulados? Esa era la excusa que Sai se daba, pero en el fondo temía que pudiera ser algo más. No sabía qué era, pero no le daba buena espina.
Ukyo miró con curiosidad a Sai al verlo tan silencioso, pero luego se concentró en la batalla que se estaba librando en el aire.
Podría haberse unido, pero temía que si se alejaba de Sai la gravedad lo aplastará de nuevo, y no quería pedirle cubrirlo también porque no se tenían tanta confianza. Así que, como no podía acercarse, sacó su arco y flecha y apuntó a Killer Amber Queen. Su misión era eliminarla a ella, pero una vez la derrotara podría probar suerte y tratar de dispararle al número uno, el gobierno también quería su cabeza.
Cuando Ryusui saltó a la acción, directo a atacar a Senku 014 con su dragón de agua y a Killer con su dragón de fuego, Ukyo empezó a hacer llover flechas hacia la chica, que lo miró con la boca abierta, dándose cuenta muy tarde de la flecha dirigiéndose a su cabeza por haber estado preocupada de esquivar el dragón de fuego.
Antes de que la flecha pudiera darle con la suficiente fuerza para resultar en un golpe crítico, esta de repente se detuvo y cayó en picada al suelo, y Ukyo se quedó con la boca abierta, viendo a Senku 014 con una mano extendida. Cuando el número uno le devolvió la mirada, de repente grandes enredaderas salieron del suelo y lo aprisionaron, inmovilizándolo por completo.
Ukyo jadeó.
Definitivamente Senku 014 estaba protegiendo a esa chica.
¿Por qué?
—Lo siento, luego te sacaré de ahí —le prometió Sai, sin quitar la vista del frente—. El número uno está usando muchos trucos para frenar a mi hermano y me cuesta trabajo seguirle el ritmo. Esto me pasa por no haber entrenado en el Umbral...
Ukyo asintió a sus palabras y siguió mirando y escuchando lo que pasaba, interesándose más cuando el equipo elite del Dr. Xeno finalmente pudo deshacerse de los efectos de la gravedad y saltó para atacar al número uno y a la chica de máscara plateada.
—Veo que te has hecho muchos enemigos, leona —exclamó Senku con fastidio, bloqueando sus cuchillazos con una mano mientras con la otra mano disparaba fuertes ráfagas de viento para impedir que Ryusui y sus dragones, y el equipo elite los atacaran a ambos. A pesar de que ella también estaba intentando matarlo, él era muy cuidadoso en no dejar que nadie se le acerqué.
—¡JA, JA! ¡No seas cobarde, Senku! ¡Acepta mi duelo a muerte y tal vez deje vivir a tu amiga! —Ryusui saltó en su dirección lanzándose otro dragón de hielo, que fue rápidamente derretido y acto seguido él lanzado a varios kilómetros de distancia.
Senku chasqueó la lengua, había querido lanzar a Ryusui al espacio, pero su hermano con conocimientos en informática lo protegía constantemente.
Stanley y su equipo no corrían la misma suerte, sin embargo, pero como estaban instruidos por Xeno regresaban rápidamente del espacio y seguían atacándolo a él y a Lady Amber... o más bien, Killer Amber Queen.
Ella también estaba atacándolo, eso no lo sorprendía, aunque consideraba muy imprudente que estuviera demasiado descuidada de los ataques de los demás por concentrarse en atacarlo a él. Si no estuviera protegiéndola ya estaría muerta. Otra vez.
Lo malo de estarla protegiendo tan evidentemente, era que todos los demás se dieron cuenta.
Pronto, Stanley y su equipo empezaron la estrategia de atacarla mayormente a ella y buscar sorprenderlo a él con ataques repentinos, intentando hacerlo perder la concentración.
Senku frunció el ceño duramente cuando uno de los montones de disparos del grupo elite llegó a darle en el brazo a Amber Queen, quitándole el aliento por el dolor y bajándole más de un millón de puntos.
Ok, ya basta.
—Suficiente. —Extendió ambos brazos y ejerció diez billones de veces la gravedad de la Tierra sobre todos sus atacantes, encerrando a Amber en una burbuja de agua para no tener que aplastarla también, porque eso quitaba puntos y dolía.
El grupo elite y el tercer mejor puntaje en el mundo cayeron como moscas al suelo, con tanta fuerza que hasta se enterraron un par de metros en el suelo.
Sai entró en pánico al ver una presión tan grande sobre Ryusui. ¡¿Cómo era posible que Senku 014 tuviera tanto control sobre el código fuente y usará la ciencia de ese modo, con tanta maestría?! ¡¿Cuántos años tuvo que entrenar para lograr esa habilidad y a tanta velocidad?!
Aunque, notó rápidamente, no lo estaba haciendo con tanta facilidad.
Podía ver las venas hinchadas en la frente de Senku 014, su rostro rojo y su respiración algo agitada. La cantidad de concentración que requería para utilizar esa habilidad y además seguir manteniendo el perímetro de diez kilómetros con la gravedad solo miles de veces aumentada, y además tener encerrada a la chica en una burbuja de agua, sin mencionar el hecho de que seguía parado en medio del aire, no era nada fácil.
La verdad era que, si dejaba de intentar librar a Ryusui, Sai probablemente podría atacarlo él mismo y quizás lograr eliminarlo o al menos quitarle una buena cantidad de puntos. Con sus conocimientos en informática, a Senku 014 no le sería tan fácil ejercer sus habilidades científicas en él, y si perdía su concentración liberaría a las otras amenazas. Quizás, si Sai atacaba ahora, podrían derrotarlo.
Sin embargo, Sai no se movió.
Estaba un poco admirado por esa habilidad, por su gran concentración, por lo mucho que de seguro estudio y practicó hasta perfeccionarse. ¿Cómo no estarlo? En vez de atacarlo, Sai quería pedirle que le enseñara sus trucos.
Todavía manteniendo la presión sobre sus atacantes, Senku 014 lentamente descendió al suelo, bajando la burbuja de agua donde Killer Amber Queen pataleaba y luchaba por liberarse, sin tener éxito porque la burbuja además estaba cubierta por un campo de fuerza, otra cosa que se sumaba a todo lo que Senku 014 necesitaba mantener bajo control.
Senku comenzó a caminar con cansancio hacia el portal principal de Mundo Amatista, llevándose la burbuja junto con él y todavía manteniendo la presión.
—Si estás libre, podrías ir tras él —le dijo Ukyo, también notando el estado agotado del número uno.
—Probablemente me aplastaría también —se excusó, riendo.
—Bueno, de todos modos, hoy obtuvimos información importante de él —murmuró el arquero—. Senku 014, que se creía intocable, tiene una debilidad.
—¿La usarás en su contra? —preguntó Sai, sintiéndose algo perturbado.
—No lo sé... —Ukyo suspiró—. Todos los gobiernos tienen una división dedicada a cazar los puntajes más altos, al número 1 específicamente, yo no formó parte de eso. Si me lo ordenaran, tendría que decirlo, pero por mientras, realmente no tengo porqué. —Rio de forma agradable, haciendo a Sai sonreír—. Es extraño, pero... esta debilidad que tiene por esa chica, de alguna forma lo hace ver más humano. —Sus ojos verdes se suavizaron al verlo caminar arrastrando la burbuja de agua tras él.
Ukyo había escuchado las noticias de la masacre que Senku 014 cometió con el antiguo número uno, y siempre que lo vio en otras noticias él le pareció distante, cruel, calculador. Sin embargo... verlo proteger a esa chica a pesar de que ella claramente lo detestaba, de alguna forma se sintió como si él no fuera otro humano sumergido en un personaje virtual.
Muy en el fondo, Senku era solo otro humano.
Al escuchar las palabras de Ukyo, Sai hizo una mueca, volviendo a observar el código fuente de Senku 014, ese código fuente tan diferente al de personas normales...
"De alguna forma lo hace ver más humano" fue lo que dijo Ukyo, pero... al ver el código fuente del que estaba hecho, Sai no veía ninguna diferencia entre Senku 014 y el suelo bajo sus pies.
.
Kohaku nunca habría creído que volvería al mundo base de Senku 014 tan rápido, y menos como prisionera de ese bastardo.
No dejó de patear y acuchillar la estúpida burbuja de agua en la que la encerró, a pesar de que tuviera un campo de fuerza rodeándola, sabía que eventualmente debería ceder... aunque bueno, no sabía qué tan fuertes podrían ser los campos de fuerza creados por el número uno en el mundo.
Chrome y Suika le enseñaron a leer el código fuente del juego, pero Kohaku apenas y sí se aprendió dos o tres trucos, no podía hacer mucho más, cosas como desarmar códigos externos, manipular las físicas del juego y reestructurar la base de datos eran tan asquerosamente complicadas que ni siquiera entendió lo más básico de las explicaciones de su casi-cuñado y la pequeña detective. Solo aprendió los trucos que le parecieron más útiles, aunque por eso ahora no podía hacer nada y estaba atrapada como una rata bajo las garras de la rata más asquerosa y traicionera de todas.
—¡Déjame ir, bastardo! —Su voz salió amortiguada por el agua—. ¡Te mataré, juró que voy a matarte apenas salga!
—Pedirme que te dejé salir y decir que apenas lo hagas me matarás no me hace más tentador el liberarte, leona. —Rascó su oído con el meñique.
—¡Ja, ni creas que soy tan débil como antes! ¡No me importa qué estés planeando, no te será fácil acabar conmigo! —No otra vez.
Él frunció el ceño profundamente, antes de reventar la burbuja y finalmente dejarla libre.
Kohaku de inmediato se puso en guardia, sacando sus cuchillos especiales.
El corazón le latía fuertemente en el pecho. Había estado meses preparándose para este momento. El momento de tomar su venganza.
Y maldita sea que no se sentía lo suficientemente preparada. ¡No se suponía que volvería a su base como prisionera y aún sin aprender más sobre cómo funcionaba su ciencia! ¿Cómo podría matarlo? ¡Todavía era demasiado débil a comparación de esa escoria!
Crujió los dientes, apretando el mango de sus cuchillos en sus manos.
A pesar de que aún no se sentía lista, no pensaba morir sin luchar. Si tenía que perderlo todo otra vez, simplemente empezaría desde cero una vez más y nunca, nunca se detendría. Haría lo que sea, porque su hermana no merecía menos.
—No quiero pelear, Amber —le dijo él, alzando ambas manos con cautela. Ella lo miró con confusión y enojo—. Lamentó haberte secuestrado, pero cometiste un grave error al robar un banco de Xeno Inc.
—Ja, casi suenas preocupado por mí. —Rio con acidez, antes de usar el desplazamiento de curvatura, o ddc, para correr no directamente hasta él, porque de seguro eso esperaba, así que corrió hacia una pared, la uso como soporte y le llegó desde el costado, casi desde su espalda, arrojándole varios cuchillos desde esa dirección antes de girar su cuerpo y darle una patada al piso para impulsarse hacia arriba y llegar desde otra dirección con sus cuchillos, atacándolo desde dos ángulos diferentes casi al mismo tiempo.
—Nada mal, leona. —Él la esquivó con facilidad—. Has mejorado, no me sorprende que le hayas robado a Xeno y a Ryusui. Con tu velocidad natural llevas el ddc a otro nivel, a pesar de no ser diamante rojo.
—¡Perdí mi diamante rojo por tu culpa, bastardo! —Eso la llenó de ira y le arrojó más cuchillos, corriendo hasta ponerse justo frente a él y atacarlo a toda velocidad, apuntando siempre a su pecho y su rostro, queriendo dar un golpe mortal.
Él la esquivaba con facilidad, pero Kohaku todavía tenía un último as bajo la manga.
—Sé que debes odiarme, y no te culpó —dijo con seriedad mientras constantemente se cubría de sus golpes con pequeños campos de fuerza calculados para cada puñalada—, pero hay algo que debes saber Amber. Tener un puntaje tan grande no es tan maravilloso como podrías pensar. Y meterte con una empresa como la de Xeno es lo más estúpido que pudiste haber hecho.
—¡Te atreves a insultarme incluso queriendo hacer tu teatro de chico arrepentido! ¡Ja, verdaderamente me das nauseas! —Alcanzó a encajarle una patada en el costado, aunque le hizo muy poco daño y más que nada solo sirvió para empujarlo varios metros hacia atrás.
—No es un teatro, de verdad me preocupas —gruñó por lo bajo, luciendo visiblemente fastidiado de tener que decir eso—. Tú no lo entiendes, Amber. Ellos no son personas con las que quieras meterte. DSQ no es solo un juego, y menos para ellos. Ellos van a buscarte en la vida real, ellos son capaces de ir a tu casa en donde sea que vivas, romper tu casco de realidad virtual y amenazar tu vida o bien matarte. —Kohaku se quedó helada por un momento. No había esperado que él dijera eso—. Si no te traía conmigo, iban a secuestrar tu avatar para rastrear tu código fuente de origen, que es un proceso bastante largo incluso para genios de la informática, y te iban a buscar en el mundo real.
—Eso es ridículo... —Por un momento bajó la guardia, antes de abofetearse a sí misma y recordarse frente a quién estaba—. ¡No voy a volver a creer tus mentiras! ¡¿Crees que te agradeceré por secuestrarme?! ¡JA! ¡Si las empresas fueran capaces de algo así ya se sabría, escoria mentirosa! —Volvió a correr a atacarlo-.
—Las empresas controlan los medios y las grandes redes, tienen alianzas con los gobiernos, en especial la empresa de Xeno. —Él bloqueó sus cuchillos con facilidad—. No serías la primera ni la última en desaparecer o ser amenazada por culpa de DSQ, Amber. Sabes lo valioso que es el premio, ¿crees que se lo toman a juego? Quien gane DSQ, quien obtenga al Dr. Stone, gobernará al mundo.
—¡Ja, pues gracias por revelarme el verdadero motivo por el cual lo quieres! —Ya estaba harta de él, así que sacó su as bajo la manga, el arma secreta que Chrome y Suika prepararon para ella.
Como Kohaku era terrible manipulando las físicas del juego, ellos le prepararon un brazalete capaz de disparar un poderoso rayo similar a los que Senku 014 usaba. Solo tenía cinco tiros y si no daba en el blanco no servían para nada, pero si lograba acertar entonces lo paralizaría y podría robarle todos sus puntos, ¡tal como se lo merecía!
Senku gruñó mientras esquivaba su ataque como si no fuera nada.
—No lo quiero por poder. Cuando te dije que quiero usarlo para salvar a todas las personas sin distinción, no mentía.
—¡¿Por qué te molestas en seguir escupiendo tus mentiras absurdas?! —Disparó otro rayo, que de nuevo esquivó con facilidad—. ¡Deja de querer jugar conmigo y sé un hombre! ¡No vas a volver a usarme como tu maldito juguete para burlarte de mí a tu antojo! ¡Jamás voy a creer nada de lo que digas, jamás seré tan estúpida como para confiar en ti otra vez! —Disparó otro rayo directo a su pecho.
Al escuchar esas palabras, Senku de repente bajó la cabeza y no se movió, dejando que el rayo impactara directo sobre su corazón.
Kohaku jadeó. ¡¿Por qué dejó que lo golpeara apropósito?!
El impacto lo empujó hacia atrás, hasta acabar semi-recostado sobre la blanca pared cuadriculada de su laboratorio-base.
Como el rayo lo tenía paralizado y lo estaba matando, Kohaku empezó a recibir sus puntos de miles en miles. Aunque, ya que él tenía diez billones, eso iba a tardar.
Pero... ¿por qué?
—¿Por qué me dejaste hacerlo? —preguntó, confundida e indignada.
Él alzó la cabeza con dificultad, sonriendo ladinamente mientras una gota de sangre bajaba por su mandíbula, como prueba de que de verdad le había dado directo al corazón.
—Aún conservo todas tus cosas —le dijo con dificultad, temblando por la fuerza del golpe—. Tu banco, todos tus puntos, tus armas, tu armadura, tu mascara, todo en tu inventario... todo está intacto —aseguró—. Amber... o como quiera que sea tu nombre real, yo... de verdad lo siento. —Suspiró—. Quiero arreglar mi error y ayudarte. De verdad me preocupa que Xeno vaya detrás de ti en la vida real, créeme que es capaz de eso y más. Y, mientras más puntos ganes, otras empresas y hasta el mismo gobierno japonés podría ir detrás de ti. Te metiste con las personas equivocadas, pero tarde o temprano llegarían, porque van detrás de todos los que crecen y no están bien preparados para defenderse en el mundo real. ¿Por qué crees que el Top 25 se mantiene casi sin cambios desde hace años? No dejan que los demás avancen, eliminan los posibles adversarios de raíz, incluso desde el mundo real.
—No puede ser. —Negó con la cabeza—. ¿Cómo es posible que nadie sepa sobre eso?
—Te lo dije, encubren todo, pero puedes preguntarle a cualquiera del top 25, todos lo saben, porque todos los que no pertenecen a empresas o gobiernos viven con miedo de ser encontrados. Y mientras más alto sea el puntaje, más peligro corren.
—¡Ja, no creo nada de lo que dices! —Se acercó un paso más a él, provocando que el rayo lo golpeara de forma más fuerte y veloz—. Eso es ridículo, tú y el número dos no son empresas, ¿cómo pudieron conservar sus puestos, entonces? Si lo que dices es cierto, ¿por qué no son puras empresas y gobiernos en el Top 25?
—Todos los que no son empresas o gobiernos, es decir, que son simples personas individuales o con equipos de amigos jugando a un juego, viven ocultos en la vida real. Si no se ocultaran lo suficientemente bien, ya no estarían en el juego, quizás ni siquiera estarían con vida. ¿No recuerdas cómo eran las cosas hace años? Muchas empresas y gobiernos comenzaron a crecer de la nada, muchas personas con grandes puntuaciones se retiraron del juego. —Kohaku frunció el ceño. En realidad, recordaba eso, era la época en la que ella apenas comenzaba a jugar—. Eso fue porque alguien empezó con el método de cazar no a los avatares, sino a las personas detrás de las máximas puntuaciones, y todos empezaron a copiar ese método para garantizar la victoria. ¿Quién fue el que lo empezó? Chamaleon S.A.
—El número uno antes de ti. La empresa que masacraste. —Fue uno de los eventos más famosos de DSQ.
Senku hizo una mueca de profundo desprecio.
Su contador seguía bajando, ahora iba en siete billones, todavía tomaría tiempo quitarle todo.
—La misma —siguió hablando—. Chamaleon S.A es una multinacional dedicada exclusivamente a ganar puntaje para quedarse con el premio de DSQ, el arma petrificadora, y es la peor mierda que existe en este juego, pero no es la única que lo hace. Xeno también lo hace, y lo hiciste enojar. Es capaz de matarte, Amber —insistió—. Necesito alterar tu código fuente, modificarlo para que no pueda rastrear tu ubicación ni aunque logren secuestrarte.
—¡El que me secuestro fuiste tú! —Encajó una patada en su estómago, sacándole el aire—. Esto es ridículo, no creo nada de lo que dices.
—Tienes que confiar en mí, ellos son capaces de...
—¡Jamás confiaré en ti! —Volvió a patearlo—. No creeré ni una palabra de lo que dices. Y aunque lo que dices sea cierto, ¡sé cuidarme sola!
—No sabes de lo que son capaces. —Negó con la cabeza, empezando a lucir cansado. Su contador iba en cinco billones ahora—. Si no es Xeno, llegarán otros a querer lastimarte a medida que ganes más puntos, hasta el mismo gobierno japonés te buscará. Y no solo a ti, también tu familia estará en peligro.
Eso hizo que Kohaku sintiera una punzada en el pecho.
El solo pensar en poner a Ruri en peligro la hacía querer vomitar, pero... ¡no, no creería ni una palabra de esta rata traicionera!
—Solo cállate y muere —masculló con rabia, pero no tanto por lo que él decía, sino porque sabía que estaba matándolo no por haberlo superado, sino porque él se dejó golpear.
¿Así le ganaría? ¿Para esto se había preparado tanto?
Él rio entre dientes, bajando la cabeza otra vez.
—Supongo que no debí esperar que me creyeras, pero lo intenté. —Se recostó en la pared, como si no estuviera lanzándole un rayo destructor directo al corazón—. Amber... perdóname. —La miró directo a los ojos y ella se llenó de una ira todavía peor.
—¡No te atrevas a pedir disculpas! —Se arrodilló a su lado solo para acercar más el rayo y encajarle un puñetazo en toda la nariz—. ¡No tienes idea de todo lo que me quitaste! ¡No tienes idea de cuánto me esforcé y cuanto sufrí por algo que me quitaste en minutos! ¡Años de mi vida se fueron porque decidí creer en tus estúpidas mentiras! —Estrelló un puño en la pared junto a su cabeza.
Él se vio miserable, pero ella no creía para nada su actuación.
—Como te dije... conservó todas tus cosas. No estoy mintiendo. —Alzó un brazo con dificultad por el efecto paralizante del rayo y metió su mano bajo su ropa, sacando el collar de lapislázuli que tenía en su cuello... su banco de puntos. Ella se quedó con la boca abierta—. Incluí los puntos que traías en tu muñequera en el banco, hasta el último. Todas tus pertenencias están ahí. —Con su otro brazo señaló un cofre en un rincón del laboratorio—. Lo he guardado todo... y también mejoré tus armas.
—No te creo. —Apretó los puños y crujió los dientes—. No me importa lo que digas, ¡nada cambiará lo que has hecho!
—Te diré por qué lo hice. —Tomó aire, y ella, aunque seguía molesta, sintió curiosidad por escuchar la excusa que le daría—. La razón por la que empecé a jugar DSQ y a desear ganar el premio, fue por mi padre. El arma petrificadora, el Dr. Stone, puede curar cualquier enfermedad, sí, pero no solo eso, sino que también convierte a la gente en piedra como una especie de estado de preservación donde siguen vivos y conscientes, pero no pueden moverse, son como estatuas.
—Todo el mundo sabe eso. —Se estudiaba en las escuelas.
—Sí, así como todos saben las guerras que hubo para controlar esa tecnología. Es una tecnología que puede curar lo que sea, pero también es un arma que puede atravesar cualquier defensa y petrificar personas. El mundo llegó a tal decadencia que se decidió destruir todas las armas petrificadoras, destruir toda la información sobre cómo replicarlas y todo lo que tuviera que ver con su funcionamiento.
—Lo sé, se destruyeron todas menos una, la que tiene el creador de este juego, el Dr. Gray. —Rodó los ojos—. ¿Por qué estás diciéndome todo eso?
—Porque no es cierto. —Eso la sorprendió—. Quedó un poco de información sobre las armas petrificadoras... información sobre cómo eliminar su efecto petrificador y dejarlas como simples aparatos curativos. Y esa información la tenía mi padre. —Apretó fuertemente la mandíbula y cerró los ojos—. Y fue por tener esa información que lo asesinaron.
Kohaku palideció, poniéndose en pie de golpe y alejándose varios pasos.
—¿Qué?...
—Supongo que fue mi culpa. —Abrió los ojos, mirando al techo con ojos carentes de emociones—. Empecé a ganar puntos rápidamente y una empresa puso sus ojos en mí, me espiaba, por supuesto que tarde o temprano se daría cuenta de lo que ocultaba. Mi padre se dio cuenta, él me protegió y protegió la información, pero... —Hizo un breve pausa—. No pude protegerlo. No pude hacer nada. Lo mataron. —Su voz se quebró por solo una milésima de segundo, antes de que riera entre dientes—. Hace mucho que no habló de eso, fue cuando tenía quince años... y lo que siguió tampoco fue mejor. —La miró seriamente—. Recuerdas a Tsukasa, ¿verdad? Él y yo solíamos ser amigos, éramos equipo junto a otros dos amigos. Cuando mi padre murió, Tsukasa lo tomó como una confirmación de que los beneficios del arma petrificadora no eran para todos, tuvimos un choque de ideales y básicamente... me traicionó. —Bufó—. Se quedó con todos mis puntos y armó su propio grupo. Afortunadamente nunca le compartí la información que mi padre protegía, pero sabe que la tengo en mi poder. Solía confiar en él con mi vida, nos conocíamos desde mocosos, prometimos ganar este juego juntos. —Se rio con sarcasmo—. Podrías decir que fue ahí donde empezaron mis problemas para confiar en la gente. Cuando te traicioné, fue porque pensé que tú ibas a traicionarme.
—¿Por qué haría eso? —le preguntó con voz baja y tranquila, todavía sin asimilar todo lo que él estaba diciendo.
Su contador estaba en tres billones y bajando. Cuando llegara a cien, su muerte sería instantánea.
—Es una estrategia común —le dijo—. Lo he hecho antes. Finges confiar en alguien para que te muestre su banco de puntos, con la excusa de que compartirás tu banco más grande con ellos. Me hago el idiota y los dejó establecer un vínculo con mi banco. Lo has visto, no se nota sí están metiendo o sacando puntos. Cuando tú estableciste un vínculo entre tu banco y mi banco, creí que estabas sacando puntos, creí que eras como todos los demás... pero no fue así. —Rio por lo bajo—. Me di cuenta cuando te quitaste la máscara... parecías... como si realmente hubieras confiado en mí. —Sonrió dolorosamente—. Solo pude comprobarlo después de matarte. Tú de verdad estabas pasando tus puntos a mi banco. —Rio, totalmente incrédulo—. Y yo fui el bastardo que te traicionó. —Tomó aire—. Te he buscado desde entonces, porque de verdad lo lamento, y de verdad quiero esa alianza contigo. —La miró con esos ojos escarlatas que parecían tan sinceros.
Kohaku ya había sido víctima de esos ojos. Se dejó engañar, fue casi como si la hubiera seducido, como cuando tenía catorce años y casi besa a un chico que la ayudó con la tarea y la llenó de halagos, hasta que se dio cuenta de que los estaban grabando y él hizo todo porque lo retaron a que no podría "conquistar a la marimacho de la escuela". Lo pateó en la entrepierna y jamás volvió a hablarle, y se prometió no volver a ser tan estúpida.
Senku 014 la hizo romper esa promesa, pero ya no más.
—No me importa si realmente lo sientes o no —habló con voz firme—. Lo hecho está hecho, y ya no quiero ser tu aliada. —Frunció el ceño—. Incluso aunque me dejaste golpearte, me da igual, tomaré tus puntos y verás lo que es empezar desde cero otra vez, aunque todavía tienes tus estúpidos bancos, así que no te puedes quejar tanto. Ya me mataste, así que te devolveré el favor y luego puedes intentar matarme si tienes las agallas. —Sonrió de forma desafiante.
No podía perdonar a esta escoria, pero tampoco quería guardarle rencor para siempre, aunque eso no le daba la suficiente fuerza de voluntad como para no quitarle sus puntos. ¡Eran diez billones! Con esto, estaría un paso más cerca de ganar el premio.
—Hay un pequeño problema con eso, leona. —Sonrió—. Si me matas en el juego... me matas de verdad.
Kohaku se congeló.
No había estado esperando que dijera algo así.
—¿De qué estás hablando? ¿Estás loco o qué demonios?
—Me preguntaste cómo es posible que el número uno y dos conserven sus puestos. Pues no sé el método del segundo lugar para esconderse, aunque quizás tenga que ver con que la mayoría prefieren perder el tiempo buscándome a mí. —Rio entre dientes—. Soy la persona más buscada del mundo, dentro del juego y fuera de él. Y ¿sabes por qué no me han encontrado? Es porque no estoy en ninguna parte. —Su risa se volvió un poco psicópata—. Fuera de Dr. Stone Quest... no existo.
Kohaku sintió un estremecimiento recorrerla, un frío y lúgubre escalofrío que la hizo tensarse.
—¿No existes?... ¿Qué? ¿Eres... un bot o un personaje del juego? ¿No eres una persona real?
—Más o menos. —Un chorro de sangre salió de su boca cuando su contador bajó a solo un billón de puntos, cosa que pasaba cuando te quedaba solo el 10% de tu energía vital inicial—. Yo solía ser una persona real, pero sacrifiqué mi cuerpo para convertirme en pura información virtual. Soy un trozo más de código en DSQ, ni siquiera puedo ir a otras redes sociales o juegos de la red neuro-inalámbrica. Todo lo que era ahora solo son un montón de números y datos superpuestos. —Alzó un mano con dificultad y la observó con indiferencia, probablemente mirando a su propia codificación—. No soy muy diferente a un bot anfitrión, ni siquiera tengo una copia de seguridad de mí mismo, por lo compleja que es la consciencia humana. Si al Dr. Gray le dan ganas de eliminar su juego mañana, yo me iría muy a la mierda. —Rio como si eso no le importara—. Lo entiendes, ¿no? Si me matas ahora, no podré volver. Un Game Over borra toda la información de la cuenta. Si borras toda la información, me borras a mí. Moriría de verdad.
Kohaku sintió su respiración fallarle y volvió a mirar su contador. Iba 800.000 millones.
¿Estaba hablando en serio? ¿Era una persona que se convirtió en parte del juego?
Si lo mataba... sería una asesina de verdad.
—No entiendo. —Negó con la cabeza frenéticamente—. ¿Cómo es eso posible? ¿Siquiera existe esa tecnología?
—Sabes que tenemos robots haciendo minería en marte y en la luna, ¿verdad? —Insegura, ella asintió—. Y sabes que para transportar los materiales de allá hasta la tierra se usan transportadores, ¿o no? —De nuevo, asintió—. El principio es similar. Para transportar materiales de un planeta a otro, los desintegran y los convierten en información, información que se envía de un transportador a otro. Yo hice algo similar, me convertí en información y me "transporte" dentro de DSQ. Ahora mismo no existo en el mundo real, pero tengo la misma consciencia, sigo siendo yo, solo que... virtual.
Kohaku volvió a mirar su contador. Estaba en 500.000 millones.
Solo unos minutos más y lo mataría. Tendría su venganza y sus puntos, tal como se prometió.
Pero... sí lo que decía era cierto, entonces él no podría simplemente crear otra cuenta. No era una persona con un casco sentada en su casa, era los restos de una persona que ahora solo existía en el juego, o eso decía él. ¿Debía creerle? O más bien, ¿cómo podría creerle? ¡Se suponía que esta era la escoria que se atrevió a traicionarla de la peor forma!
—¡No tiene sentido! —gruñó de frustración—. ¡¿Si lo que dices es cierto, por qué dejaste que te golpeará?! ¡¿Qué no te importa morir?! ¡Podría ni siquiera haberte escuchado y matarte! ¡¿Por qué no estás haciendo nada por sobrevivir?! —Apretó los puños.
—Bueno, tenía la corazonada de que me escucharías. —Rio por lo bajo, con una sonrisa algo triste—. Porque... confió en ti.
Kohaku abrió mucho los ojos.
¿Estaba loco o qué? ¿Cómo podía decirle eso a una persona a la que traicionó de forma baja y vil? ¿Cómo dejaba su vida en sus manos sin ni una pizca de duda?
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que eso no era del todo cierto.
Él estaba temblando, y no por el efecto del rayo. Su contador estaba en 100.000 millones, y él tenía miedo de morir.
De alguna forma, eso fue lo que hizo a Kohaku sentirse como una asesina y detenerse de inmediato.
Cesó el ataque del rayo y guardó el arma, dándole la espalda, con los ojos fuertemente cerrados.
Incluso si mentía, la sola posibilidad de que matarlo significara matar a una persona de verdad le impedía continuar con su plan de venganza.
Al diablo con todo su rencor, no mataría a alguien ni de broma. Si era un elaborado engaño, entonces había dado justo en el clavo. No se arriesgaría a ser una asesina.
Vio los diez billones de puntos en su muñequera y volvió a gruñir de rabia, antes de apuntar su brazo hacia él y comenzar a devolverle los puntos.
Eso lo sorprendió.
—No esperaba que me los devolvieras —murmuró tranquilamente, como si no hubiera estado al borde de la muerte hace pocos segundos.
—No los gané honestamente, sé que me dejaste golpearte. —No lo miró, no quería ver su estúpida cara.
Al menos los puntos se devolvían mucho más rápido de lo que se quitaban.
Lo escuchó reír.
—Veo que hice bien en confiar en ti. Diría que diez billones de puntos para ti, pero gracias por devolvérmelos.
—Cállate. —Lo miró con desagrado—. Ja, solo no te maté porque no quiero arriesgarme a ser una asesina si lo que dices es cierto, pero no creas que te soportó de ninguna forma. Tampoco es que te crea del todo. —Volvió a apartar la mirada—. Ya no iré detrás de ti, pero espero que tú tampoco te metas en mi camino. No quiero tener que volver a verte. Buscaré otra forma de ganar que no tenga nada que ver contigo. Así que, si de verdad aprecias el que no te haya matado, déjame en paz desde ahora.
Él se quedó en silencio por un momento, mientras ella seguía devolviéndole los puntos.
—¿Qué hay de Xeno? Su empresa sigue tras tu cabeza. Además tienes otros enemigos como Nanami Ryusui y el gobierno japonés también te está cazando.
—Ja, eso no es asunto tuyo. ¡Sé defenderme! Tanto en DSQ como en la vida real, no te necesitó. —Alzó la barbilla orgullosamente—. Voy a seguir creciendo, robando todo lo que tenga que robar, y haciendo todos los enemigos que tenga que hacer. Planeó ganar este juego y habló muy en serio. Si lo que dices es cierto, entonces que intenten meterse conmigo. ¡A ver si pueden!
Lo escuchó reír, sonando en parte fascinado, en parte divertido y en parte atemorizado.
—Por fuerte que seas, dudó que puedas con una empresa que aparte de estar concentrada en ganar DSQ crea armas de fuego, como lo es Xeno Inc. Mucho menos con el poder militar de Japón, que ha aumentado en los últimos años. Necesitas ocultarte bien, leona, no podrás contra un equipo asesino con ametralladoras. Solo déjame configurar tu código y hagamos equipo para garantizar tu seguridad. Te devolveré todo lo que te quité y también puedo...
—¡No quiero volver a verte! —Volteó a verlo de frente, con una mirada muy seria y decidida—. Ni siquiera te creó del todo, y aunque digas la verdad no me importa, sé cuidarme sola y sobre todo no quiero tu maldita ayuda. ¿No entiendes que no te soporto? No quiero tener nada que ver contigo, ya te he dicho porque no te maté y porque te devuelvo tus estúpidos puntos. En cuanto me vaya de aquí, será mejor que no vuelvas a cruzarte en mi camino. Me aseguraré de ser más fuerte y estaré muy dispuesta a matarte si insistes en fastidiarme.
Concentró la mirada en su muñequera, viendo qué tanto faltaba para terminar de devolverle todos sus puntos para finalmente poder irse de allí y volver a su base. Y sobre todo para ya no tener que volver a ver a este bastardo.
Luego de unos minutos cesó el vínculo al devolverle todo lo que le quitó y le dio la espalda.
—¿Te irás ahora? —le preguntó él, poniéndose en pie lentamente.
—Así es. ¿Dónde tienes tu portal? —Lo buscó con la mirada.
Justo cuando lo encontró, sintió un fuerte golpe en la cabeza.
Jadeó. ¡Ese bastardo la había vuelto a atacar por la espalda otra vez!
El golpe la atontó lo suficiente para que él logrará envolverla en una especie de gelatina extraña que por alguna razón la hizo empezar a sentirse soñolienta. ¿Qué clase de magia o ciencia rara era esta cosa?
A través de la gelatina incolora veía todo borroso, pero notó a Senku liberar su muñeca de la gelatina y comenzar a teclear en el aire. ¿Estaba alterando su código fuente?
Se sentía absolutamente estúpida por haber bajado la guardia con él, pero sobre todo se sentía curiosa por qué demonios estaba haciendo. No podía moverse y hasta se sentía tan soñolienta que ni siquiera pensaba del todo bien.
Luego de que dejará de teclear, la miró y se llevó una mano a la boca, luciendo como si algo lo tuviera inmensamente preocupado.
Pasó unos segundos pensando, antes de tomarla en brazos estilo princesa, o tomar en brazos a la gelatina que la rodeaba, más bien, y llevarla fuera del laboratorio, hacia un jardín lleno de herramientas y lo que parecía una mesa de crafteo.
Senku reunió varios materiales en la mesa y comenzó a teclear en el aire otra vez, provocando que los materiales se movieran solos hasta formar una especie de cadena con dos muñequeras, una en cada extremo. Luego empezó a recitar un conjuro que Kohaku no reconoció para nada y la cadena antes de un gris oscuro y opaco se volvió de un blanco platinado.
Él se colocó la muñequera de la cadena en su brazo derecho, el brazo en el que no tenía la muñequera que funcionaba como contador de puntos, y luego se acercó a ella y sacó su otro brazo, el derecho donde no tenía la muñequera, y le colocó el otro extremo de la cadena.
¿Pero qué mierda?
Senku sonrió complacido y, finalmente, se deshizo de la gelatina que la rodeaba.
Kohaku jadeó, tambaleándose y sintiéndose todavía un poco aturdida.
—¡¿Qué demonios me hiciste?! —le preguntó al poder recuperar por completo sus sentidos.
—Lamento eso —se disculpó, aunque se veía como si no lo sintiera en lo absoluto—. No querías escucharme, así que tuve que alterar tu código por la fuerza. Ahora sí no podrán rastrearte.
—¿Eh? —Lo miró incrédula.
—Y... ahora... —Sonrió triunfante, alzando la cadena plateada—. Vamos a ser un equipo, quieras o no. —Rio malvadamente.
—¿Qué mierdas estás diciendo ahora? —Sacó sus cuchillos solo por las dudas.
—Lo siento, pero no puedo dejarte estar por tu cuenta. —Rascó su oído con indiferencia—. Es demasiado peligroso. Bienvenida a tu nueva base. ¿Quieres un recorrido? —Ella solo lo miró más confundida y enojada—. Emm, por si no te has dado cuenta, no pienso dejarte ir a ningún lado. —Volvió a alzar la cadena—. ¿Crees que esto es decoración o qué? Te até a mí, leona.
—¿Eh? —Se congeló, mirando a la cadena en su muñeca.
—Esta cadena es irrompible, y aunque te cortes el brazo no te funcionará, está ligada a tu código. Si te sales del juego y entras otra vez, estarás en mi base, todavía encadenada a mí. No puedes ir a otros mundos sin mí, ni separarte demasiado si no te lo permito. —Kohaku palideció más y más por cada cosa que él decía—. Como te dije, ahora seremos equipo quieras o no. —Rio con descaro—. Entonces, ¿quieres ese recorrido o no, compañera?
—¡No puedes estar hablando en serio! —De inmediato intentó quitarse la cadena—. ¡No es cierto!
—Oh, es diez billones por ciento muy en serio. —El bastardo siguió riendo.
Intentó jalar la cadena, golpearla y acuchillarla, pero nada funcionó. Quiso correr lejos, pero Senku solo tuvo que jalarla y ella cayó de culo en el césped, sentada, horrorizada y a punto de una crisis nerviosa.
—¡Bastardo, déjame ir! —De inmediato se lanzó a atacarlo, pero él la encerró en una burbuja de agua... otra vez.
—Veo que no harás nada fácil la convivencia —masculló, rascando su oído con indiferencia—. Será mejor que te acostumbres, leona, no voy a dejarte ir corriendo por ahí para que te maten. Con mi ayuda nadie te encontrará en el mundo real, tómalo como un favor de tu compañero de equipo.
—¡No necesito tu maldita ayuda, escoria! —gritó con dificultad por el agua—. ¡No quiero hacer equipo contigo, ahora sí que voy a matarte!
—Tendremos mucho tiempo para volver a llevarnos bien. —Rio despreocupado—. En fin, empecemos con el recorrido de la base. ¡Te encantará, compañera!
Kohaku no dejó de patalear mientras él la llevaba de regreso al laboratorio, todavía encerrada en la burbuja de agua.
—¡Te odio!
Senku solo siguió riéndose, viéndose de mejor humor que nunca.
—Espero que tengas tanta energía como ahora para mañana, leona. ¡Ya tengo lista nuestra primera misión como equipo!
—¡Y no me digas leona! —En toda respuesta, él solo se rio con más ganas.
Kohaku no podía creer su suerte.
¿Atrapada con la persona que más odiaba en todo el juego?
Ja, parecía que su infierno solo acababa de comenzar.
Continuará...
O no, ya veremos xD
Holaaaaaaaaaaaaaaaa :D
Y al fin saben los motivos de Senku para la metida de pata que se mando en el primer cap!
Aunq él no profundizó tanto pero luego dirá más, tal vez xP
Ojala que les haya gustado el cap, sé q este fic es muy complicado pero espero q se entienda y no los maree tanto TwT
Intente bajarle un poco al largo del capitulo, espero no haya sido tan pesado :')
Bueno, no olviden q se les ama con todo el kokoro!~ :'3
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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