La sirenita Mirai
Facción: Familia Shishio.
Personajes protagónicos: Tsukasa, Minami, Mirai.
Tema: Romance. Familia.
Tsukasa tenía planeado un viaje a Sudamérica para continuar entrenando a las tropas de los países resurgidos y seguir fomentando la paz entre esas regiones llenas de problemas por diferentes ideologías, pero decidió aplazar un poco el viaje.
Las palabras de Ukyo respecto a recibir una demanda todavía resonaban con fuerza en su mente.
Sabía que eventualmente llegaría el día, pero... Agh, todavía no terminaba de asimilarlo.
Gen intentó hablar con él antes de irse a Estados Unidos, pero Tsukasa no estaba muy interesado en conversar del tema, más porque en verdad no estaba seguro de cómo se sentía el respecto.
En vez de pensar, decidió mejor entrenar.
Fue así como Minami lo encontró cuando llegó a la casa que él mismo había construido para sí mismo y para su hermanita.
Por supuesto, Mirai fue la que había llamado a Minami, contándole muy feliz que su hermano se quedaría un tiempo en el país, y claro que ella fue corriendo a verlo.
—¡Tsuka, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que pudiste quedarte más de una semana en Japón! —Minami lo miró con ojos brillantes, pero Tsukasa apenas y sí le devolvió la mirada, más concentrado en su entrenamiento—. Qui-quizás podríamos... salir... juntos... —Cuando él se quedó quieto de pronto, Minami se acobardó de inmediato—. ¡Juntos con Mirai! ¡Sa-salir los tres a pasear o... o algo por el estilo, ja, ja, ja! —Rio falsamente, abrazándose a sí misma con fuerza.
Tsukasa la miró pensativo, antes de suspirar y negar con la cabeza.
—Lo siento, pero necesito seguir entrenando. Hmm, deberían salir ustedes.
Minami se decepcionó enormemente, y no dejó de arrastrar los pies mientras paseaba sola con Mirai, que palmeó su hombro con una sonrisa resignada.
—Lamento mucho que no lo hayas convencido, pero... ¿no crees que debiste decirle que querías que salieran los dos juntos solos, en vez de conmigo? Quizás él te habría dicho que sí, pero otro día, o que sí, pero quizás luego de su entrenamiento o...
—No, no creo que me hubiera dicho que sí... —masculló cabizbaja, lloriqueando sin parar.
Mirai suspiró y decidió mejor concentrarse en el paseo.
Habían decidido ir al primer parque libre de estatuas de Tokio, que se había estrenado hace muy poco y estaba bastante bien cuidado, aunque eso sí, lleno de publicidades de los productos Nanami y productos de Senku, aparte de publicidades del C.R.E.
Mientras observaba los diversos carteles, de repente hubo uno que llamó su atención.
—¡Oh, mira! —Tomó la muñeca de Minami y la arrastró sin ningún problema hasta el cartel, sin notar su graznido sorprendido.
—¡Mirai-chan, espera! —Minami solo logró soltarse cuando llegaron al cartel y de inmediato frotó su muñeca con cariño—. Auch, tienes un agarre muy fuerte... sin duda eres digna hermanita de Tsukasa. —Rio divertida.
—Mira aquí. —Mirai le señaló el cartel—. ¡Dicen que harán una obra de teatro de "La Sirenita", ¡y dicen que cualquiera puede aspirar a cualquier papel, con o sin experiencia! ¡O sea... que yo podría ser la sirena! —Tomó sus manos con emoción y Minami le sonrió.
—Bueno, entonces yo digo que lo intentes. ¡Quizás te elijan! Con lo bonita que eres y con lo mucho que te esfuerzas, serían muy tontos si no te toman como su Sirenita. —Le acarició el cabello con cariño y Mirai le sonrió con el rostro sonrojado.
—N-no creo que lo logré, pero supongo que será divertido al menos intentarlo... Sería un sueño hecho realidad. —Miró al cielo con ojos soñadores.
Minami claro que la apoyó y fueron ese mismo día por la tarde para hacer la audición, ya que en el cartel decía que estarían haciendo audiciones toda la semana para probar a muchas personas y seleccionar solo a los mejores.
Mirai estaba muy nerviosa, pero Minami no dejó de apoyarla todo el tiempo, dándole mucha más confianza para dar lo mejor de sí.
Llegaron al primer edificio de Teatro de Tokio, que no era ni muy grande ni muy pequeño, y vieron con nerviosismo que había mucha gente haciendo fila para audicionar.
—¿Vienen para participar en la obra de la Sirenita? —Una chica con mala cara se les acercó.
—Eh... Sí, yo. —Mirai alzó una mano.
—¿Qué papel te interesa?
—L-la sirenita...
—Típico. —La chica rodó los ojos, le dio un libreto y la mandó a la fila.
Mirai se sintió más nerviosa, pero Minami la alentó a estudiar una escena del libreto para que pudiera ir preparada para la audición.
—Puedes practicar conmigo —le propuso, también emocionada de que consiguiera el papel—. Yo seré el príncipe, dame una escena.
—Bien... eh... —Pasó las páginas rápidamente, viendo que de hecho no había mucho dialogo entre la sirenita y el príncipe ya que la mayor parte de su interacción ella estaba sin voz—. Eh... ¡Oh, aquí, casi al final!
Las dos leyeron la escena y se propusieron a ensayarla allí mismo en la fila, agradeciendo que por suerte avanzaba muy lenta.
—¡¿Eres una sirena?! —preguntó Minami con dramatismo, quizás un poco demasiado exagerado—. Más importante... tú eres la chica que me salvó.
—Quise decírtelo desde el principio... —susurró Mirai, su voz llena de anhelo y sentimiento, con sus ojos tan expresivos que Minami la miró boquiabierta—. Trate de decírtelo, pero... sin mi voz... yo...
Minami sabía que era su turno de hablar, pero se había quedado tan impresionada por su actuación que se olvidó de las líneas, así que de inmediato se puso a buscarlas en el libreto.
Sin embargo... de repente una voz masculina tras ella habló.
—Creo que siempre lo supe... —Un chico muy apuesto que había estado delante de ellas en la fila se acercó a Mirai, con su rostro también llenó de sentimientos, dejando a Mirai boquiabierta y con las mejillas rojas—. Algo me lo decía, pero... estúpidamente escuché más a mi cabeza, cuando desde el principio debí escuchar a mi corazón... —Su actuación era perfecta, su rostro expresaba los sentimientos adecuados, y Mirai estaba fascinada.
—Wow, eres... ¡Eres muy bueno en esto! —Le sonrió con emoción—. ¡Hasta te pareces al príncipe!
—Bueno, gracias. —Le sonrió con un guiño—. Es la tercera vez que vengo, y siempre me dijeron que no... ¡pero esta vez estoy mucho más preparado! —Apretó un puño con determinación.
—Quizás deberías aspirar a un papel menor que el del príncipe, Jun-nii-chan... —dijo un chico pelirrojo desde atrás del chico guapo, uno con rostro de aburrimiento.
—Pff, tonterías, Tomiichi, ¡sé que esta vez lo voy a lograr! Y quizás para lograrlo deberíamos practicar juntos. —Se acercó más a Mirai, que retrocedió un paso, más sonrojada todavía.
—Eh... yo... Eh...
—¡Ella acepta! —Minami, muy emocionada al ver que un chico guapo le estaba coqueteando a la dulce Mirai, no pudo evitar intervenir.
Normalmente nadie se atrevía a coquetearle, siendo ella la protegida hermanita del hombre más fuerte del mundo, ¡así que esta era una oportunidad única!
—¡Genial! Soy Jun, ¿y tú?
—Shishio Mirai...
—Lindo nombre. ¿Seguimos ensayando?
Minami suspiró aliviada de que no saliera espantado al escuchar su apellido, aunque eso probablemente era porque no sabía quién era Tsukasa, pero bueno, era mejor que nada.
Si no podía avanzar en su propia vida amorosa, al menos le gustaría ayudar a Mirai a conseguirse un noviecito que pudiera hacerla feliz.
Al final, Jun y Mirai lograron impresionar a los jueces con sus actuaciones, pero les dijeron que todavía no estaban seguros de sí les darían los papeles protagónicos o unos menores, así que deberían volver la próxima semana.
Mientras se retiraban, Jun le pidió su número de teléfono a Mirai para "seguir practicando juntos para obtener los papeles" y Mirai accedió encantada.
Minami se sintió muy contenta, pero...
—No le digamos nada a tu hermano... al menos por ahora, ¿sí? —le susurró en el oído a Mirai luego de que Jun y su hermano se fueran.
Si Tsukasa llegaba a enterarse, el pobre acabaría siendo la sirenita en vez del príncipe, porque Tsukasa lo mandaría a dormir con los peces.
Continuará...
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