El sonido de tu lápiz chocando contra el libro sonaba cerca de tu banca, los alumnos de aquel salón esperaban impacientes la hora de salida. El reloj parecía jugar con ellos ya que el tiempo iba muy lento, empezabas a mover tu lápiz más desesperada hasta que alguien te llamó tocando tu hombro, volteaste a ver quien era y viste a tu amiga Cassandra.

-"Hey, ________. ¿Cuánto falta?"- Preguntó la pelirroja bastante aburrida.

-"Uhm, como.. Una hora.. ¿¡Una hora!?"- Le respondiste algo exaltada.

-"Genial.."-

Finalmente el timbre sonó y todos salieron en estampida fuera del salón, tú y Cassandra corrían a la salida para esperar a Whitty y Ruv. Se compraron unas frituras con un refresco para esperarlos.

-"Esto me sabe a gloria!"- Exclamó la pelirroja mientras comía.

-"¡Si! Realmente amo estas cosas."-

Se pusieron a hablar sobre eso mientras los esperaban, al cabo de unos minutos llegaron ambos.

-"¡Hey Whitty, Ruv!"- Saludaste a ambos chicos sacudiendo tu mano en el aire.

-"Hola, _______."- Respondió Whitty.
Ruv solo movió su mano haciendo un saludo con esta.

Ustedes cuatro usualmente iban a pasar el rato en una tienda de batidos con temática de rock en el Mall, usualmente los terminaban corriendo debido a sus personalidades explosivas y por tú energía tan rebelde. Llegaron ahí sintiendo las miradas de los meseros, rápidamente los volteaste a ver con un poco de gracia.

-"Oigan, tranquilos! No vamos a hacer escándalo esta vez! Lo prometo."- Dijiste esto último poniendo tu mano en el pecho.

Ellos solo asintieron y los dejaron ahí, efectivamente esa vez no hicieron mucho escándalo, al menos no ahí.
Salieron los cuatro con su batido mientras caminaban fuera de aquel edificio, se toparon con Keith, Pico y Cherry quienes al parecer iban llegando a ese lugar.

-"Miren nada más quien está aquí.."- Habló el pelinaranja.

-"¿Vinieron a comprar, fresitas?"- Cassandra habló viendo al chico de suéter verde.

-"Ugh, no nos molesten grupo de vagos!"- Respondería Cherry caminando sin voltear a ver a nadie.

Iban a seguir la pelea pero Ruv las detuvo, ambas molestan aceptaron y se fueron. Pronto llegarían a un parque para poner música alta, te levantaste de donde estabas sentada para ponerte a bailar ganando la atención de todos. Te movías con tanta energía que llegabas a contagiar a otra gente de ella, algunos se iban contentos u otros bailaban al ritmo de la canción que pusieran.
Una cosa llevo a la otra por la tarde hasta que terminaron en una fiesta gracias a ti, ahí estaban los cuatro bailando y disfrutando de esta. Saliste con tu cabello en rulos alborotado y tus medias más rotas de lo normal, aquella falda y blusa también estarían algo rotas. Usualmente tú misma al bailar las rompías, era ya tarde llegaste a tu casa como a eso de las 12 de la noche. Obviamente esto a tus padres les molestaba muchísimo y más porque sabían que si te reprochaban te ponías a la defensiva, entraste como si nada cuando viste la sombra de ambos en la sala.

-"¿Dónde estabas jovencita?"- Preguntó enojada tu madre.

Hiciste como que no escuchaste y seguiste caminando hasta tu cuarto, tu padre te tomaría de los brazos de manera brusca para que no te fueras.

-"¡Oye!"-

-"¡Responde a tu madre!"-

-"Estaba en una fiesta!"- Finalmente responderías.

-"Muy bonito.. ¿Con permiso de quién? ¡No me respondas! Te vas castigada."-

-"¿¡Q.. Qué!? ¡¿Por qué?!"-

El hombre te soltó y ninguno de los dos dijo algo más, te enojaste demasiado así que empezaste a tirar los adornos que tenían en la sala y tú carácter se puso violento. Era la primera vez que hacías eso, usualmente era algo de rebeldía que ellos toleraba pero eso? Te esperaba un castigo bueno y.. Otra cosa.

Ambos padres molestos te mandaron a tu habitación gritándote loca, jamás pensaron verte así o comportarte de ese modo. Al día siguiente siendo sábado te despertaste a eso de la 1 de la tarde, habías hecho planes para estar toda la tarde fuera con tus amigos hasta que, tu papá te llamaría para que fueras a la sala. Al estar ahí estaban tus 2 hermanos mayores junto con tu mamá, el hombre tomaría la palabra para hablar contigo.

-"_______ escucha.. Estuvimos hablando esta mañana con tus tías sobre tu comportamiento."- Al escucharlo decir eso rodeaste los ojos, ¿por qué tenían que hablar de ti con esas metidas? El hombre continuó hablando. -"Una de ellas dijo que lo mejor sería llevarte con psiquiatra porque estas loca."- Pensabas que era una broma, pero no realmente te lo estaba diciendo.

Los ignoraste para pasar de largo y salir por la puerta, te parecía gracioso así que reíste.

-"¿Yo? ¿Ir al psiquiatra? Pff, jamás."-

Al decir eso y abrir esa puerta uno de tus hermanos te cargaría para subirte al auto por la fuerza.

-"¡Oye sacame de aquí!"-

-"Hasta la vista, Lo-ca."-

Empezaste a golpear el vidrio haciendo que él se alejara rápido, tus padres se subieron y arrancaron rumbo a la clínica que les habían recomendado al matrimonio. Hablaron contigo todo el camino acerca de tu comportamiento, tu les respondías con chistes o de mala gana cosa que les molestaba mucho. La manera en la que vistes les preocupa, incluso se preocupan por tu alborotado y desaliñado cabello con rulos. Ellos eran una familia sumamente reservada, tranquila y nada escandalosa. En cambio tú bueno.. Eras la oveja negra, o tu decías la oveja con color.
Finalmente llegaron a la clínica, caminaron hasta la recepción para contactar con tu psiquiatra.

-"Un momento por favor."- Diría la secretaria. -"¿Si, diga?"- Preguntó a tu padre.

-"Buenas tardes, vengo con el psiquiatra."-

-"¿Con el señor Harris?"-

-"Si! Con él.-"

La muchacha anotaria unas cosas para después pasarlos amablemente.

-"Por este pasillo derecho, la segunda puerta con un corazón ahí es."- Les indicó ella.

-"Gracias."-

Los tres caminaron ese pasillo mientras tú veías los alrededores, ¿por qué eran tan exageradas? Realmente odiabas que fueran así.

"-¿Qué rayos se supone hable con un psiquiatra?-" Pensaste.

Finalmente llegaron a esa puerta, el padre de familia tocaría con un poco de calma esperando respuesta.

-"Adelante!"- Se escucharía una voz suave de un muchacho.

Entraron viendo el lugar, habría un escritorio, tres sillas delante de él, libros en un estante, un sillón y él volteado en su silla, al parecer estaba guardando unas cosas en un archivero que tenía atrás.

-"¿Usted es el doctor Dwayne Harris?"- Preguntó tu mamá.

-"¡Así es! Soy yo."- Se volteó aquella silla dejando ver al muchacho rubio/fresa, ojos azules y sonrisa encantadora que ahora veía a la familia. -"¿Qué los trajo aquí?"- Preguntó curioso.

Ambos padres te señalaron rápido ganandote su total atención, sus hermosos ojos azules te veían con detenimiento.

-"Bien, entonces.. Te haré unas cuantas pruebas."- Dejó de verte para sacar unas hojas y lápices de uno de los cajones del escritorio. -"¿Si podrían salirse? Ahorita les llamo."- Les pidió a tus padres mientras acomodaba las cosas.
Ambos se miraron y después te miraron a ti, se salieron de ahí para esperarte en el pasillo.

-"Toma asiento!"- Te diría respetuoso.

Cosa que hiciste casi al momento bastante desganada, él notaría tu comportamiento desinteresado.

-"¿Y por qué te trajeron? ¿Tienes algún problema en específico?"- Preguntó atento para empezar a tomar nota.

-"No."-

-"..Uhm, ¿problemas en la escuela?"-

-"No."-

-"¿Emocionales?"-

-"Nop."-

-"Que extraño.."- Murmuró. -"¿Entonces?"-

Suspiraste pesado y le contaste algunas cosas por las cuales te tachaban de "loca", él muy atento escribía las cosas en una libreta. Al terminar de hablar se quedó haciendo un par de notas más, volteó a verte y sonrió un poco.

-"Creo que no tienes un problema muy grave.. Solo es rebeldía, algo normal en nosotros."- Río un poco.

"-¿¡Nosotros!?-" Pensaste.

-"Aunque.. Eso de tirar las cosas y ponerte violenta no está bien.. Tal vez tengas un pequeño problema con el manejo de emociones."- Dijo esto sin despegar la mirada de la libreta.

-"Ah no, no, no, no, no. Yo no tengo nada, así que guardese sus comentarios sobre de qué tengo problemas."- Hablaste casi pateando el escritorio.

-"No, no, tranquila! Yo-"-

-"¡No quiero oír sus tonterías! Yo soy así y así voy a vivir!"- Lo interrumpiste poniendote de pie.

Te ibas a dirigir a la entrada cuando él te detuvo con su voz tan caballerosa, podría ser suave pero cuando podía la hacía fuerte para que sus pacientes le prestaran atención, no solía hacerlo pero con pacientes como tú debía así que lo hizo contigo.

-"Vuelve al asiento, la sesión aún no acaba."-

Continuará... 🐛