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Capítulo 69

— ¿Vas a seguir con esa actitud? Sé que estás molesto pero odio no saber con exactitud qué te ocurre. — Soobin miró a su pareja que seguía haciendo ejercicio en el pequeño gimnasio que tenían.

La música era casi ensordecedora por lo que tuvo que bajarla para hacerse escuchar, mas Jackson seguía realizando flexiones sin prestarle atención. Desde el momento en que regresaron de la comida, no habían hablado mucho.

El mayor realizó algunas llamadas para ultimar algunos detalles para Namjoon dado a que ese era definitivamente su último mes en KNJ Enterprises. Arregló también una cita para quien podría ser el próximo asistente y tras esto fue a cambiarse para hacer ejercicios. De esto habían pasado ya dos horas, tres desde que llegaron a la casa y aún seguían sin hablar.

— Hyung... — Musitó apagando completamente la música. — Tenemos que hablar, si queremos resolver los malentendidos o molestias entre nosotros tenemos que hablar. Sé que estas molesto por algo que ocurrió en la comida pero si no me lo dices, no podremos entendernos.

— ¿Quieres que te diga algo que ya sabes? — Contestó poniéndose en pie con el sudor recorriendo su frente, cuello, pecho e incluso sus bien marcados abdominales. — Tú eres demasiado inteligente y no te hace falta sacar la calculadora para sumar dos más dos cuando ya sabes que es cuatro. Aún así, sé que mi molestia quizás es infundada pero para eso necesito canalizarla. Déjame solo por un rato más.

— Jackson... — El pelirrojo llamó pero con la mirada que recibió optó por no decir o hacer nada más. — Iré a cocinar algo rápido y sencillo, luego me ducharé, espero que para ese entonces ya hayas terminado. No me gusta comer solo.

Esperó recibir una respuesta o al menos una mira pero el contrario simplemente dejó caer la toalla con la que se secó el sudor, dio un salto para agarrarse de la barra curva y comenzar a elevarse sin mirarlo.

Para cuando la comida estuvo lista y Soobin bañado, era que el mayor se dirigía a su habitación para tomar una ducha. Se sentó algo ansioso para esperarlo, mordiéndose las cutículas de su pulgar. No le gustaba cuando se molestaban, mucho menos cuando habían razones lógicas para molestarse.

Era claro que sabía el por qué de su molestia, no había que ser adivino. Sinceramente si hubiese sido al revés él también se hubiera molestado pero esperaba a que el otro tocara el tema para abordarlo mejor. Quizás algo tonto pero fue lo único que se le ocurrió para hacer frente a esa extraña situación.

Cuando vio aparecer al contrario en su pijama que consistía en un pantalón chándal y una camiseta, con su cabello aún húmedo y unas medias sin pantuflas que las cubriera, no pudo evitar sonreír en medio de su preocupación porque estaba irrevocablemente enamorado de ese hombre.

— Hablé hace unos minutos con Jimin por teléfono, a qué no imaginas lo que sucedió. — Habló intentando hacer conversación porque estaba odiando ese silencio que parecía perpetuo. — Me contó que Rosé entró a su casa, han tenido que cambiar los códigos de seguridad y todo. Esa mujer armó tremenda escena, les hizo pasar un momento muy desagradable. No llamaron a la policía para evitar que se creara escándalo pero sí documentaron todo para usarlo en su contra por si tienen que irse a juicio.

Jackson escuchó cada cosa que dijo pero se limitó a asentir sin prestarle mucho atención al asunto. Más que preocuparse por Namjoon, quien debía preocuparse era Rosé porque su aún jefe era de serias armas tomar.

— ¿Está buena la comida? — El mayor asintió en respuesta y Soobin sintió que ya había sido suficiente. — ¿Estás así por Yeonjun?

Dejando los palillos sobre la mesa, se quedó observando por unos segundo su plato antes de alzar la mirada y centrarla en su pareja. Colocó ambas manos sobre la mesa entrelazando sus dedos mientras el contrario lo observaba incómodo.

— No es por él, es por ti.

— ¿Por mí?

— Dime una cosa, ¿qué sucedió entre ustedes dos para que él todavía actúe como si pudiera tenerte? Ambos tenemos un pasado, Soobin. Sin embargo, quedamos en que nada del pasado irrumpiría en nuestro presente si era para traernos problemas. Ese chico se pasó toda la comida no solo insinuándote, sino tocándote descaradamente sin que le pusieras un alto mientras yo estaba presente. ¿Sabes cómo me sentí?

No podía negar que algo en él se alegraba de ver por primera vez como de forma abierta el mayor lo cuidaba y celaba de alguien más. Al mismo tiempo, odiaba causarle molestia o inseguridades con respecto a él y sus sentimientos.

— Tras lo ocurrido entre tú y yo, en ese tiempo en el que no querías saber nada de mí, ya sabes que estuve con varias personas. Solamente fue sexo pero una de esas personas fue Yeonjun, el único con el que tenía contacto por estar estudiando junto conmigo, las demás personas los vi en un club o eran conocidos con los que no tengo que tratar continuamente.

El mayor echó la silla hacia atrás y comenzó a recoger toda la mesa llevando las cosas hacia la cocina. No podía molestarse por algo que ocurrió en el pasado, él estuvo enamorado de Namjoon e hizo cosas nada agradables después de haber ya intimado con el menor por primera vez pero aún así, no podía alejar esa molestia de su pecho.

— Yo le dejé claro que ya no se iba a repetir y que tengo una relación contigo pero por alguna razón siente que aún tiene una oportunidad conmigo. — Era horrible sentirse del otro lado de la moneda. Ese chico le recordaba a él mismo y le aterraba que fuera tan bajo como él, logrando siquiera la mitad de lo que logró del con Namjoon. — Hyung...

Dejó caer los platos en el fregadero y se volteó para hacerle frente a su novio que estaba parado detrás de él como un cachorro regañado. Confiaba en él, sabía que no lo engañaría de esa forma pero no dejaba de sentirse incómodo con esa situación. Agarró el cabello rojizo del menor y lo atrajo con fuerza hacia él para fundirlo en un intenso beso que dominó de principio a fin.

— Te amo, hyung...

— Lo sé, lo sé... — Musitó presionando sus frentes con firmeza. — Sé que me amas, mocoso pero aún así no puedo contener esta extraña sensación de posesividad que todo esto me ha despertado. — Volteó su cuerpo con fuerza mientras caminaba con él entre sus brazos hacia la habitación, dejándolo caer sobre la cama.

— No me molesta que seas un poco posesivo entre el margen de lo normal sin rozar la psicopatía. — Rió entre besos hasta que sintió como Jackson bajaba con prisa su pijama, dejando su trasero descubierto. — H-Hyung, acabamos de comer.

— Otras veces eso te ha importado poco. — Fue lo único que dijo antes de morder la piel expuesta de su nuca, espalda y luego glúteos antes de posar su boca en ese lugar que arrancó un gutural sonido de Soobin. — Ahora quiero recordarte que tan mío eres, mi amor.

El carácter del mayor siempre era fuerte e intransigente cuando debía serlo pero era también bastante juguetón y aunque en la cama muchas veces prefería dejar que el menor tomara la batuta, habían días como ese en donde dominaba cada detalle.

Su lengua presionó su entrada con firmeza, deteniéndose allí de forma juguetona por un buen tiempo acompañada de labios lascivos que succionaban y besaban con ahínco. Pronto llegaron los dedos que de a poco fueron aumentando hasta que todo aquel cuerpo mostró su necesidad por algo más. Sin hacerse de rogar, Jackson entró con una estocada certera, arremetiendo una y otra vez mientras acariciaba, besaba o mordía a su pareja.

— Hyung... N-No vayas tan rápido. — Pidió el menor pero el contrario hizo caso omiso a esto, más bien aceleró tirando de sus hebras rojas. — Me gusta este Jackson.

— ¿Te gusta? — Soobin asintió con todo su cuerpo vibrando por los envites mientras se aferraba a las sábanas y pegaba su cabeza a la almohada por breves segundos, siendo volteado por el mayor. — Entonces cuida a tu Jackson, yo cuidaré a mi Soobin.

Buscó sus labios eliminando la brusquedad con que en un principio lo besó, sin dejar de agitar sus caderas hasta que ambos musitaron sus nombres entre orgasmos avasalladores. El pelinegro lo abrazó y besó por corto tiempo, siendo sorprendido cuando su espalda tocó la cama sin darse cuenta el momento en que fue golpeado.

Cerró sus ojos con fuerzas y lanzó un quejido mientras se aferraba a las mismas sábanas en las que el pelirrojo buscó apoyo al ser penetrado sin preparación previa. Oh, ese mocoso era un maldito abusador.

— Kim Soobin, eres...

— Soy tu menorcito, papi. A quien le toca ahora darte bien rico. — Susurró en su oído, conteniendo sus ganas de reír ante la reacción el mayor porque sabía que se avergonzaba cuando le hablaba de ese modo.

Desde el momento en que se finalizó el trámite del cambio de apellido dos días atrás, esa era la primera vez que era llamado así por alguien. Ni siquiera sus hermanos que lo habían llamado de esa forma y por alguna razón, eso disparó todo el fuego en su interior haciendo que su cuerpo se moviera por inercia, aún cuando había querido esperar a que el mayor se acomodara.

— Como mañana no pueda caminar y tenga eso pelado vas a...

— Voy a cuidarte y consentirte pero ahora, ahora voy a follarte como se debe, hyung... — Mordió su hombro con fuerza mientras una burlesca sonrisa emergía de sus labios. — Te lo he dicho antes, tienes que dejarme completamente sin fuerzas y adolorido si no quieres que vaya a la revancha. Debiste darme más duro...

— ¿Qué te hace pensar que no quería que fueras a la revancha? — El menor ladeó ala cabeza sin poder ocultar su emoción, ampliando su sonrisa. — ¿Qué?

— ¿Alguna vez te he dicho que te amo y que me encanta cuando me haces frente sin cohibirte? — Se inclinó para besarlo y abrazarlo sintiendo sus fuertes manos atraerlo hacia así. — Te amo, a ti y solo a ti, hyung.

++++

— ¿Cómo van los trámites de divorcio? — Preguntó Ha Sungwoon mientras tomaban asiento en el césped viendo a Taemin y Mila jugar. — Según tengo entendido no lograron llevarlo a un divorcio de mutuo acuerdo. ¿Irán a juicio?

Por cuestiones de trabajo Namjoon no los había podido acompañar pero el mayor de los rubios hizo todo lo posible por pasar algo de tiempo con su hermano. Se habían acercado considerablemente en ese tiempo, logró entablar una relación estrecha con Jimin pero el tiempo que realmente podían compartir solos era escaso.

Todavía existían muchas cosas que no conocía de él. Si bien su historia ya era conocida, quería saber cada detalle de la vida de su hermano. En una que otra ocasión Taemin se sintió un tanto incómodo cuando lo veía quedarse atontado mirándolo, incluso llegó a molestarse una vez creyendo que estaba interesado sentimentalmente en su mejor amigo y por esto se vio obligado a revelarle toda la verdad.

Tanto el castaño como Namjoon eran sus cómplices y en momentos como esos en donde salían juntos buscaban siempre la forma de darles privacidad sin ser demasiado obvios. Claro que al comienzo Jimin sintió que el cambio de actitud de su pareja fue algo extraño pero le hacía sentir bien que ellos dos se llevaran bien y no lo mirara con deseos de irse a la guerra.

— Bueno, un divorcio nunca es fácil, menos si es contencioso. Las repercusiones emocionales traen un increíble desgaste pero por suerte he podido mantener a Mila al margen de todo esto. Le hablé de que su madre y yo ya no estaríamos más juntos, su reacción fue mejor de lo que esperaba, sinceramente solo le preocupa si estaremos con Nam o no.

Rió al recordar la conversación que tuvieron días después del cumpleaños de la menor. Se sentaron los tres a dialogar y la menor tomó muy bien el hecho de que los estaban en una relación oficialmente, cosa que ya ella sabía. Reprendió a sus padres por decirle algo tan obvio y cuando tocaron el tema de Rosé, esta no mostró mucho interés.

A veces se preocupaba por la serenidad con la que aceptaba todo pero incluso el psicólogo le dijo que no tenía de qué preocuparse. Ella a su corta edad sabía evaluar muy bien las situaciones a su alrededor y su comportamiento no era más que una respuesta al desapego emocional que siempre tuvo con su progenitora. No se extraña lo que no se tiene o conoce, ella nunca tuvo a su madre realmente y por ende, no la extrañaba.

— El proceso ha sido bastante largo pero desde que los abogados de Namjoon están apoyándome todo ha salido muy bien. Ha pasado un mes pero en dos semanas debemos ir al juzgado. Rosé le pidió a su abogado que presentara escritos de quejas, infinitos recursos y objeciones a mi demanda con el propósito de retrasar el proceso pero los abogados de Nam son increíbles, no le dejaron salirse con la suya. Pensé que estaría en esto uno o dos años por la negación de esa mujer pero al parecer las cosas van marchando mejor de lo que esperé.

— Sigues diciendo los abogados de Namjoon, a pesar de que son tuyos, están llevando tu caso. — Jimin se encogió de hombros ante esto absorbiendo un poco del jugo que sostenía en sus manos. — ¿Te sientes incómodo utilizando sus recursos?

— No es incómodo, es solo que a veces me siento un tanto inútil. — Sonrió tímidamente. — Sé que no soy una carga para él pero, no deja de ser raro tener a mi pareja ocupándose absolutamente de todo. Trabajo prácticamente para aumentar mi propia cuenta bancaria porque Namjoon se encarga de absolutamente todo antes de darme tiempo a nada. Solamente cuando vamos a salir o Mila me pide algo a mí antes que al consentidor de su otro padre puedo gastar algo.

— Entiendo cómo te sientes pero no lo veas de esa forma. Míralo desde el lado en que ese hombre te ama tanto que ya no considera nada como suyo, todo es de ambos y por ello permite que las cosas sean así. Puedes hablar con él y plantearle tus inquietudes, así como...

— ¿Así como qué? — Instó al verlo quedarse mudo. El contrario sacudió sus manos y las apoyó en sus rodillas mirándolo con falso desinterés.

— Sé que puede sonarte raro pero quiero que sepas que todo lo que yo tengo está a tu disposición y no lo digo en sentido figurado o por cortesía.

— Eres increíble, hyung. — Rió y el contrario sintió su corazón dar un brinco al escucharlo llamarlo así. Siempre se hablaban como occidentales, por lo que un trato tan coreano y familiar le resultaba abrumador en el mejor de los conceptos. — Creo que Taemin se pondría celoso si escuchara eso.

— No, no me pondría celoso. — Agregó el nombrado apareciendo por detrás de ambos. Mila abrazó a su tío Woonie, como ella le llamaba y el castaño besó a su novio.

— Esa boca tuya que no se puede controlar. — Musitó Jimin tosiendo para que dejaran de besarse en frente de su hija. Él le tapaba los ojos y la menor reía a carcajadas. — En fin, gracias por el ofrecimiento, Sungwoon hyung.

— ¿Hyung? — Taemin miró a su pareja y este sonrió ampliamente. — A mí tú nunca me llamas hyung. Eso si es algo por lo que puedo ponerme celoso.

— Bueno para ganarte ser llamado así debes inspirarme y comportarte como tal. — Le salpicó con la botella de agua después de hacerle una seña a su hija para levantarse y salir corriendo siendo seguidos por los mayores.

Pasaron el resto de la tarde entre juegos y comida. Para el momento en que llegaron al edificio del mayor de todos, ya el reloj avisaba que estaban cerca de las seis. Los cuatros descendieron del automóvil de Ha Sungwoon hablando alegremente cuando una mujer que ninguno habían visto saltó en su camino.

La señora desbordaba elegancia y no fue difícil adivinar que era asiática, coreana hablando con exactitud. Por reflejos el mayor de los rubios tiró de Jimin hasta situarlo detrás de él, relamiendo sus labios con nerviosismo.

— ¿Qué está haciendo aquí, madre? — Preguntó Ha frente a la sorpresa de ver a su mamá no solamente en Alemania y en esa ciudad, sino que estaba frente al edificio de Taemin cuando él no le había hablado si quiera del castaño aún. — ¿No pudo avisar?

— Si aviso me ignoras. Me has estado ignorando por meses, fue por eso que tuve que verme en la penosa obligación de tomar un avión y cruzar medio mundo para venir a ver a mi precioso hijo. Eres mi único sol, ¿cómo no voy a venir a verte?

— ¿Qué es lo que quiere?

Conocía perfectamente a su madre y aunque no podía decir que con él fue la peor de las madres, debía reconocer que su amor de madre no era tan grande como para que ella viajara entre continentes sólo para verlo.

— Para comenzar, ¿por qué no me presentas como el hombre educado y de buena familia que eres ante tus amigos?

— Madre le presento a Lee Taemin, mi pareja. — La señora que estaba extendiendo su mano con una sonrisa se detuvo y volvió a recogerla mirando un tanto confundida a su hijo, dándole una despectiva mirada al nombrado. — ¿No quería presentarse?

El castaño pellizcó avergonzado a su pareja haciéndolo fruncir el ceño por segundos por el dolor. Lo que menos se imaginó ese día fue conocer a la madre de la persona con la que estaba saliendo y guiándose por su reacción, ella tampoco estaba muy entusiasmada por conocerlo. Parecía no estar del todo sorprendida por las preferencias sexuales de su hijo, lo que le dejaba saber que esto ya lo conocía y era su persona la que no le agradaba.

Jimin, quien se sentía incómodo en medio de todos ellos porque era quien sobraba en esa ecuación, hizo ademán de despedirse sutilmente pero cuando aquella mujer fijó verdaderamente sus ojos en él, comenzó a hiperventilar. Su hijo rodó los ojos pero la socorrió rápidamente.

— Jimin, creo que sería bueno que Mila y tú sigan su camino, ya nos reuniremos otro día. — La menor se despidió de todos y su padre hizo lo mismo pero al darse la vuelta, la mujer lo detuvo.  — Madre, por favor...

— ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? ¿Quiénes son tus padres? — En ese momento, Taemin comprendió lo que estaba ocurriendo y el nerviosismo se extendió hasta a él, comenzando a entrar en estado de pánico.

— Te lo presentaré otro día, mamá. Jimin tiene que irse ya, su hija...

— ¿Su hija? — La mujer se tambaleó intentando caminar hacia Mila y Jimin con algo que su hija jamás había visto antes, lágrimas en sus ojos. — N-No te vayas.

— Prometo que si se queda en la ciudad por algunos días hablaré con Sungwoon para que organice una cena. Es más, los invitaré a mi casa. — Agregó con una sonrisa acercándose para despedirse correctamente. — Nos vemos.

— ¡Jimin! — Exclamó la mujer ignorando el agarre de su hijo. — No te vayas.

— Mamá, parece que el viaje te tiene agotada. — Sungwoon ejerció un poco más de fuerza de la debida en su brazo, evitando que importunara a Jimin.

Le quedaba claro que con verlo algo hizo  que lo reconociera pero no podía permitir que sin más, ella llegara e importunara a su hermano. No después de haberlo abandonado de la forma en que lo hizo.

💙💙💙

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