Capítulo 68
Amor a primera vista, capricho u obsesión, le habían dado muchos nombres a lo que ella sintió por Park Jimin la primera vez que lo vio solo en aquel club cuando todavía él no era menor de edad. Esa noche fijó sus ojos en él y desde el primer instante determinó que ese hombre sería suyo y nada más.
Si lo pensaba detenidamente, sí podía catalogar aquello que sentía por el padre de su hija como una obsesión que según el psicólogo que visitaron juntos años atrás podía ser enfermiza y perjudicial para ambos.
De la obsesión se derivaba la pericia, la desconfianza que elevaba la capacidad de análisis y esa sensación de que si persevera con el sistema y el tiempo suficiente, acabaría sabiendo realmente cómo funcionaba todo y eso fue lo que ella hizo.
Su matrimonio nunca fue el más amoroso, pero mientras Jimin fue un buen amante con ella, jamás tuvieron problemas. Claramente que las cosas no podían funcionar a la perfección todo el tiempo, eran muy jóvenes cuando tuvieron a Mila y ella, bueno, ella siempre fue más pizpireta de lo que debería. Cuando su esposo no le dio la atención necesaria la buscó en la calle y aún cuando se enteró, nunca tuvo la osadía de separarse.
Hubieron muchas amenazas, discusiones e intentos por parte de su esposo para ponerle un punto final a su matrimonio que ella jamás permitiría porque le pertenecía, era suyo y por él era capaz de cualquier cosa.
Sin embargo, él siempre reconoció su lugar, sabía perfectamente que contra su familia él no podría ganar. Quizás si hubiera estado solo todo le hubiera importado poco pero con Mila de por medio, él jamás se atrevió a intentar nada y esa siempre fue su carta de triunfo. Desde la noche en que pinchó el condón con una aguja en repetidas ocasiones. No estuvo segura de que aquello fuera a funcionar pero cuando constató que estaba embarazada, fue uno de sus momentos más felices.
Una madre cualquiera podría haber entrado en shock o alegrarse por el hecho de que iba a ser mamá pero sinceramente su motivo de alegría era que gracias a ese embarazo su padre no se opondría a su relación con Jimin y este último, quisiera o no, se vería obligado a asumir. Mila era su tarjeta de triunfo y con solo mencionarla, su esposo haría prácticamente todo lo que quería. En lo único que dejó de ceder con el paso de los años fue en la intimidad.
Al comienzo no la rechazó abiertamente pero escudado en su infidelidad y las demás discusiones, tuvo la excusa perfecta para zafarse de ese suplicio. Claramente, ella no era mujer que se daba por vencida fácil y tenía sus mañas para llevarlo a su cama, ya fuera con bebidas o cualquier otra cosa que se le ocurriera.
Discutían, se distanciaban pero jamás, el hombre que fue adoptado por sus tíos se atrevió siquiera aa mencionar el divorcio. Irse a cada momento para casa de Taemin era algo a lo que ella estaba acostumbrada, sabía que ambos se divertían por separado pero ese siempre sería su esposo. Mas toda diversión tenía un límite y el suyo lo cruzó la primera vez que le insinuó el divorcio hacía casi dos años.
Todo se quedó ahí o eso creyó hasta que su abogado apareció con los papeles para llevar a cabo su divorcio. Primeros moría antes que dejar a Jimin libre, no solamente era el hombre que sentenció como suyo, sino que no se iba a ver expuesta a las burlas de la sociedad por ser una mujer divorciada, por ser abandonada por su marido.
Por eso, lo mandó a investigar. No era posible que sin más él se llenara de valor para proponerle el divorcio. Al principio le pareció extraño la zona residencial en la que estaba viviendo y la casa en la que estaba porque en su tarjeta conjunta que era en la única que él podría tener el dinero suficiente para costearse algo así, no había movimiento alguno de dinero que le indicase que estaba pagando por ello.
Lo siguió varias veces hasta que un día, vio como su esposo salió de esa casa para subirse a otro vehículo e ir a la escuela de su hija. Una vez que la recogieron fueron a comer y fue entonces que pudo ver algo anormal en la forma en la que él y el señor Kim se miraban. Jamás se imaginó que ellos tuvieran una relación tan estrecha, tan íntima. Claramente le pareció sospechoso pero tuvo certeza absoluta de lo que estaba ocurriendo cuando aprovecharon la llegado del hermano menor de Namjoon para besarse sin que la niña los viera.
Ese día casi enloqueció pero logró mantenerse cuerda, quería creer que eso no era más que una aventura o experimento, ella también había estado con mujeres y no por eso ella se consideraba lesbiana o bisexual, mucho menos iba a dejarlo a él. Jimin no podía dejarla a ella por ese hombre, no podía, no se lo permitiría.
¿Qué veía Jimin en Kim Namjoon? ¿Era porque social y económicamente él estaba por encima de su familia y tenía más que ofrecerle?
Necesitaba, tenía que saber y entender el motivo por el cual su esposo se estaba arriesgando tanto. ¿Qué tanto podía querer a ese tipo que era como un témpano de hielo?
¿Qué podía hacer con él que no podía hacer con ella?
¿Qué le ofrecía él que ella no podía darle?
No había forma de que pudiera conseguir el acceso a esa casa directamente pero siempre existía una vía. Con el pretexto de que iba a hablar con uno de los ejecutivos de parte de su padre, pudo acceder a la empresa y con ello al estacionamiento donde se encontraba el auto de su esposo, del que ella evidentemente tenía una llave porque era un vehículo que podían usar ambos aunque ella prefería moverse en deportivo y no en uno familiar como ese.
Sustituyó la caja negra del vehículo por una que estaba enlazada a sus dispositivos y gracias a esto, pudo ver y escuchar la clave de acceso a la casa desde el estacionamiento. De esa forma fue que pudo entrar y esperarlos, sin poderse creer en la forma en la que ellos entraron una vez que los vio desde la parte de atrás del sofá en donde estaba escondida.
Nunca había visto esa parte de Jimin, mucho menos de Kim que nunca sonreía al no ser que fuera por táctica o cortesía fingida. Los iba a enfrentar pero después pensó que lo mejor sería grabar todo para que le quedara constancia y usar eso en contra de ellos en caso de que su aún esposo quisiera seguir con esa locura del divorcio. No solamente frenaría toda esa locura, sino que también recuperaría a su familia.
No obstante, lo que pudo filmar fue muy poco porque por alguna extraña y retorcida razón, aquello que sus ojos vieron lejos de darle la repulsión que esperaba, terminó completamente acalorada y excitada, deseando fervientemente poder estar en medio de aquellos hombres. De alguna forma que ella no esperó, su mano se coló por debajo de su estrecha falda y terminó masturbándose mientras los veía tener sexo.
Por sus gemidos y movimientos que su propio orgasmo le provocó, terminó tambaleándose, descuidándose, razón por la cual no se percató que la pareja había notado su presencia hasta que fue demasiado tarde.
— ¡Rosé! — Exclamó Jimin estupefacto ante su presencia con millones de pensamientos recorriendo su cabeza a la misma vez.
La nombrada sacó su mano del lugar en que la tenía y rápidamente se acomodó su falda mientras que el rubio fruncía su frente dejando ver el desagrado que toda esa imagen y su presencia le provocaba. Aún así, más que el fastidio de su presencia, le preocupaba sobremanera el saber cómo había logrado entrar ahí y qué tramaba. No podía negar que estaba nervioso y preocupado.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — Rosé intentó salir corriendo pero en dos pasos apresurados Namjoon la detuvo. — Definitivamente este es un nuevo nivel de enfermedad de tu parte el venir a espiar y masturbarte de paso. Responde de una buena vez, ¿qué demonios haces aquí?
— Eso te debería estar preguntando yo a ti... ¿Qué mierda se supone que estás haciendo con este tipo? ¡Ustedes son los enfermos, maricones sin pudor! — Gritó empujando a un desnudo Namjoon que caminó hacia el baño más cercano para tomar dos albornoces, uno para Jimin y otro para él.
Removió con evidente enojo su barbilla apoyada por su lengua mientras se pasaba la mano por su cabello. Era evidente que ella iba a utilizar la trillado ofensa de llamarlo maricón, si no lo hacía hubiera estado decepcionado pero definitivamente no tenía el tiempo o deseo de lidiar con esas histerias.
— ¿Es aquí donde has tenido viviendo a mi hija mientras yo estaba en rehabilitación? No voy a permitir que mi hija crezca con estos malos ejemplos, en un ambiente tan podrido. No pienses que lo dejaré así, te vas a arrepentir, Park Jimin.
— ¡Basta ya, mujer! — Habló con desgane robándose la atención de la susodicha. — Sé que es a tu esposo a quien le corresponde ponerte en tu lugar pero no tenemos el tiempo o el deseo de lidiar contigo. Di las amenazas que quieras y busca un batallón que te apoye, haz lo que desees pero fuera de esta casa porque este es el lugar de mi familia, de mi hija y mi pareja. No permitiré que ni tú ni nada venga a dañar el ambiente. Así que por favor... — La tomó del brazo llevándosela casi a rastras hacia la puerta.
— ¿Tu hija? — Se carcajeó.
— Sí, mi hija. Yo me he ganado el derecho de llamarla así, mismo que tu has perdido porque sinceramente eres todo menos madre. — Se expresó serio, no le importaba que le hubiera dado a la vida, Mila era su hija y esa mujer no iba a decirle lo contrario.
— Basta, Nam, no perdamos el tiempo con ella. — Interrumpió Jimin plantándose frente a su aún esposa. — Este hombre es el que se preocupa por ver si tu hija come, se enferma, si le va bien en la escuela o le hace falta algo, cosa que tú jamás has hecho. Puedes seguir con el cuento de madre abnegada y rehabilitación falsa fuera de aquí. Tú y yo no tenemos nada más que hablar, ahora nos comunicaremos por medio de nuestros abogados. Si firmas el divorcio nos veremos la próxima vez que desees sinceramente ver a tu hija, sino, nos vemos en el juzgado pero ahora, ya no tenemos nada de que hablar. Ah... Por si no lo sabías, tu irrupción a esta casa está grabada yo que tú pensaría mejor las cosas la próxima vez.
Le indicó con falsa cortesía el camino y una vez que la tuvo fuera de la residencia cerró todas las puertas suspirando con alivio. Una vez en la casa, se dejó envolver por los brazos de su pareja recuperando parcialmente la oportunidad que esa mujer le había quitado.
— Creo que nos grabó...
— No te preocupes por eso, ya sea que quiera hacer uso de eso o no, no nos afectará en nada y antes de que llegue al internet, ya lo habrán eliminado. Vamos a tomar un baño, no dejes que su presencia nos dañe el día. — Musitó el mayor caminando con él entre sus manos hacia la escalera para dirigirse a su habitación. — Estamos juntos y eso es todo lo que importa, todo estará bien. Nadie va a separar a mi familia, eso te lo puedo prometer.
— Me gusta tu confianza pero los Park no son cualquier persona.
— Así ellos sean la primera familia del país, ellos no podrán contra la familia Kim — Jimin rió volteándose a medio subir, quedando un escalón más arriba.
— ¿La familia Kim?
— Mila, tú y yo. En cuanto te divorcies puedes pasar a tomar mi apellido. Aquí podemos casarnos legalmente e incluso si compartes custodia con Rosé, podemos adoptarla como nuestra. Buscaremos la manera legal de hacerlo todo correctamente pero eso es mera burocracia legal, ustedes ya son mi familia con o sin apellido. — Lo abrazó firmemente por la cintura besando el pecho expuesto. — A bañarnos. — Ordenó sin dejar al menor salir de su trance.
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Oficialmente divorciado... Nunca en su vida creyó que los trámite y el divorcio en sí pudiera darse tan rápido. Cuando se levantó esa mañana y abrió los papeles del buzón se vio suspirando aliviado, como si ese papel fuera la ayuda e impulso necesario para terminar de sacar a Hoseok de su vida.
No creía posible que pudiera olvidarlo completamente de la noche a la mañana pero al menos lo intentaría, dejaría que el tiempo y su fuerza de voluntad se encargaran de ello. Su plan inicial fue quedarse en su casa para regodearse en su miseria un día más pero el insistente Soobin lo hizo ir de compras con él para hacerle un regalo a Jackson.
Se rió porque el mocoso descaradamente le dijo que él fue su última opción porque Jimin y Namjoon estaban trabajando e incluso Jackson estaba ocupado. Por ese motivo andaban yendo a comer más tarde de lo planeado y con una gran cantidad de bolsas que intentaban acomodar en su auto.
— Todavía no entiendo cómo puedes haber hecho tantas compras. Me dijiste que era un regalo para tu novio y terminaste cargando con medio Stachus y Marienplatz. — El mayor se quejaba con una sonrisa empujando a Soobin por la cadera. — A ver, córrete para acabar de meter las bolsas. No entiendo que puedas necesitar tanto.
— Ya deja de estarte quejando. Pareces una solterona peleona. — Mordió su labio después de hablar y lo miró con súplica. — Lo siento.
— No pasa nada, no estamos muy lejos de la realidad. Ahora solamente pienso en que debí venir en mi auto, si te da por comprar más cosas tendré que regresar en taxi.
— No seas exagerado. Vamos, mis compañeros nos están esperando en el restaurante para comer. — Cerró el maletero mientras movía la cabeza para indicarle que se subiera para irse.
— No puedo creer que estaré de niñero de niños de veinte años. — Negó Taehyung una vez que se sentó en el auto. — Realmente contigo ya tengo más que suficiente.
— Eres el psicólogo más extraño que he visto en mi vida. — Se quejó.
— Nosotros a veces somos los más jodidos, somos personas y no estamos exentos de problemas. — Agitó el cabello del pelirrojo y conectó su móvil una vez más por Bluetooth. — Tu hermano no me ha contestado el teléfono en estos días y hace dos noches la ex mujer de Jimin estuvo preguntando por ellos. Creo que pensó que todavía nos reunimos seguidos y que yo estoy con Hoseok, no sabe que yo soy el psicólogo de Namjoon ya que solamente me ha visto como el esposo asocial de Hoseok. Pero a decir verdad, yo ni siquiera recordaba que él estaba casado, la vimos si acaso una vez.
— Esa mujer merece un lugar en tu consulta porque definitivamente no está bien. Sin embargo, mi hermano sabrá lidiar con ese asunto así que no te preocupes, si me habla a mí yo le avisaré, tú cuéntale cuando lo veas. — Taehyung asintió acomodándose en su sitio pretendiendo dormir.
Comer con el compañero de Soobin no fue tan malo, al menos no hasta que se les unió el dichoso BamBam que había visto varias veces con Jungkook. El chico era superficial, medio afeminado y todo un excéntrico, el resumen... No le agradaba. Esos no eran defectos, quizás en otras personas lo vería normal pero en él todo eso le desagradaba.
Sin embargo, el otro chico llamado Yeonjun con quien había estado hablando desde que llegó, le pareció mucho más agradable. Le resultó muy fácil entablar conversación con él, era muy animado y mucho más maduro de lo que se apreciaba a simple vista. Notó que este también miraba a Soobin con una mirada transparente que pudo descifrar en dos segundos pero de la que no dijo nada.
Recién les estaban poniendo el entrante cuando Jackson Wang entró al restaurante en dirección a ellos. Según lo que dijo, aprovechó que Namjoon había salido temprano y también tomó la tarde libre para estar junto al pelirrojo.
— Mi amor, te presento a Choi Yeonjun, es también coreano y va a mi universidad. ¿Recuerdas que te hablé mucho de él? — El mayor asintió sonriente, extendiéndole la mano al chico que para su sorpresa no le dio la mejor de las miradas. Ladeó la cabeza estudiando su reacción y se sentó mirándolo de soslayo. — No pensé que fueras a terminar temprano hoy.
— Yo tampoco pero ya vez, me libré. Que bueno verte por aquí, Tae, a ti también BamBam. — Miró la mesa y notó que tenían su plato ya colocado, su novio había ordenado por él y no pudo ocultar su sonrisa. — Oh ya pediste por mí, que bueno porque me estoy muriendo de hambre.
— ¿Conocías a Bambam? — Preguntó con curiosidad Taehyung, queriendo con eso desviar un poco la mirada de Wang para que el ambiente no se tensara.
— Sí, hace unas semanas comimos los cuatro juntos, por eso ya lo había conocido desde entonces, aunque lo había visto anteriormente una que otra vez con Soobin.
¿Los cuatros?
Por alguna razón el monto de personas que mencionó el recién llegado no le agradaba mucho al psicólogo. No quería imaginarse quiénes fueron esos cuatros aunque no debía ser adivino para procesarlo.
— Así es, hace unas semanas comimos junto a Jungkook y pude conocerlo. — Añadió el pelirrosa como si hubiera escuchado la pregunta que tenía en mente. Lucía como si quisiera remarcar el hecho de que su compañía había sido el pelinegro pero el castaño solamente asintió pasando su comentario por alto.
— Binnie, ¿te paso la sal? — Preguntó Yeonjun, quien estaba sentado al otro lado de Soobin en aquella amplia mesa.
— No gracias, ya tengo aquí. — Levantó el salero que tenía en la mano, tosiendo cuando sintió su mano sobre el muslo.
Su pareja, que estaba al pendiente suyo, le pasó una servilleta pero cuando por casualidad bajó la mirada y notó como aquel chico apretaba el muslo de su niño, sintió la sangre hervir. Su mandíbula se tensó a tal punto que sus muelas crujieron. El menor tomó su teléfono disculpándose porque tenía que salir y Taehyung aprovechó para ir al baño, quedándose solamente ellos tres en la mesa. BamBam estaba demasiado entretenido en su teléfono como para prestarle real atención a la conversación que se sostenían a un metro de él.
— ¿Realmente tú y Soobin son pareja? — Cuestionó el chico de cabello azul con curiosidad. — Él me gusta.
Oh, Jimin... Lo entendía tanto en ese momento. Era horrible saber que otra persona abiertamente gustaba de su pareja y que parecía no querer medirse aún cuando sabía que ellos estaban en una relación. ¿Era ese su karma? Sonrió desinteresado y asintió.
— Ya sé que te gusta y es entendible. Mi pareja es un chico muy atractivo, buena persona y de excelente corazón. Eso habla muy bien de ti, tienes buen gusto.
Estaba celoso, oh sí que lo estaba pero un celo totalmente diferente a todos los que había experimentado en su vida. Solamente sintió celos por Namjoon, algo que nunca fue suyo porque entre ellos jamás pasó nada pero con Soobin, oh, eso era muy diferente. No lo mostraba, quizás porque se especializó por años a esconder sus sentimientos pero estaba profundamente celoso de ese niño de veinte años.
Yeonjun iba a decirle algo más pero en ese momento Soobin regresó junto a Jungkook, quien tomó asiento pidiéndole al camarero lo mismo que había pedido su hermano. Saludó a los presentes rodando sus ojos cuando vio a Bambam pero paralizándose completamente cuando vio al castaño aproximarse hacia ellos.
Lo menos que esperó Taehyung fue verse precisamente con él ese día. Las comidas de Soobin eran un peligro que debía evitar a toda costa. Aunque bueno, realmente no tenía motivo válido para querer evitar al pelinegro. Caminó lentamente hacia la mesa con una sonrisa tímida, saludándolo y sentándose a su lado que era el asiento que había estado ocupando.
Jeon no entendía muy bien su cambio de actitud tan repentino pero no pensó mucho en ello, siguió el hilo de la conversación y sin percatarse, ambos terminando hablando entre ellos excluyendo a todos los demás.
— Bin, tenemos que irnos. — Musitó Jackson tomando de sorpresa a todos. El menor al comienzo no entendió pero con solamente echarle un vistazo a su semblante pudo darse cuenta de que algo estaba mal. — Ha sido bueno poder verlos.
— ¿Binnie, vienes en la noche a P1? — Preguntó el peliazul ganándose una mirada seria por parte de la pareja. — Me avisas más tarde en caso de que no sepas en dónde estaremos.
— Tranquilo, no iré hoy. Ya se los había dicho hoy tengo planes así que no podrá ser, en otra ocasión será. — BamBam los miraba con las cejas enarcadas, dándose cuenta de la tensión que los rodeaba, tirando disimuladamente del pantalón de Yeonjun para que dejara de insistir. — Tae, ¿vamos? Ya que no vienes con tu auto podemos dejarte en casa.
El nombrado dudó unos segundos en los que buscó los ojos de un Jungkook que pareció dejarle la decisión en sus manos, luego miró de soslayo a los otros jóvenes antes de sus pirar y negar con una sonrisa.
— No te preocupes, yo puedo irme en taxi, tengo algo que hablar aún con Jeon. — El pelinegro lo observó sin poderse creer que efectivamente el castaño estaba escogiendo quedarse con él. — De hecho, creo que nosotros también deberíamos irnos. — Agregó poniéndose en pie, luego de poner el dinero en la mesa.
— Ya la comida está cubierta por mí, Tae, no te preocupes. Hyung, gracias por haber venido, es bueno verte más seguido. — Fue lo último que dijo Soobin antes de despedirse de todos y salir junto a su pareja.
La mesa se quedó en silencio aún cuando todos se estaban parando para irse. El pelirrosa no dejaba de mirar a los mayores con una sonrisa apagada. Él ni siquiera haría el intento de decir o hacer algo como Yeonjun, siempre tuvo claro que entre Jungkook y él solamente había una complicidad momentánea que desaparecía cada vez que ese hombre estaba por los alrededores. Cuando Agust D estaba cerca también quedaba a un segundo plano así que estaba perfectamente acostumbrado a eso y no le molestaba.
— Espero que ustedes tengan una buena tarde e incluso noche. Que se diviertan... Ya nosotros nos vamos. — BamBam les dio una última mirada y se alejó llevándose consigo al malhumorado compañero que restaba.
El silencio repentino se sintió un poco abrumador, no sabían muy bien cómo comportarse con el otro por lo que abandonaron el restaurante sin decir mucho. En el momento en el que entraron al vehículo del menor, los recuerdos comenzaron a aglomerarse en su mente. Memorias de aquellas veces en donde compartieron por horas y terminaron entre besos y algo más.
La atracción que sintió por él cuando aún estaba casado no fue tan efímera como quiso que fuera y ahora, no podía evitar preguntarse qué hubiera ocurrido si al igual que su ex esposo se hubiese dejado llevar por lo que comenzó a sentir en vez de refugiarse en el alcohol y utilizarlo para desinhibirse en cada encuentro.
Habían hablado de varias cosas pero no hubo una sola insinuación por parte del pelinegro, tal cual le dijo aquella vez en su casa. No hubieron mensajes, llamadas o intentos de acercamiento de su parte, fue como si desapareciera por completo. Ahora que de soslayo lo veía, ahora que se encontraba en su compañía se percataba de algo, extrañaba su cercanía y presencia más de lo que hubiera admitido en voz alta.
Estuvo tentado a llamarlo muchas veces pero se resistió, sin embargo, ¿cómo se resistía ahora que lo volvía a tener cerca? Ya no tenía esa excusa que se repetía mentalmente, "tengo esposo". No tenía absolutamente a nadie, no existía un ancla que lo mantuviera en su lugar.
— Sé que soy atractivo pero me estás poniendo nervioso. Si no quieres decirme algo deja de mirarme que me vas a derretir antes de que lleguemos a tu casa. — Bromeó Jungkook regalándole una sonrisa ladeada que causó algo extraño en su pecho.
— No te estoy mirando a ti, además si alguien no se pone nervioso eres tú. — Rebatió acomodándose en su asiento. — ¿Por qué vamos a mi casa?
— No me dijiste que querías ir a ningún lugar y por ello te regresaba a casa sano y salvo. ¿Prefieres que te lleve a algún otro lugar?
— A mi casa no. — No quería estar con Jungkook en la casa que compartió por años junto a su esposo, todo allí seguía recordándole y no creía que fuera correcto a pesar de que ya nada les unía y que la residencia le pertenecía. Aunque solamente fueran a conversar, no estaba preparado para permitirle esa entrada. — ¿Podemos ir a tu casa? Me gustaría conversar contigo y un lugar público no es la mejor idea.
— Conversar en mi casa no es la mejor idea. Siempre que vamos allí cosas ocurren y no puedo permitir que sigan pasando. No te preocupes, conozco un buen lugar para conversar a esta hora sin muchas personas. ¿Qué te parece el Botanischer Garten? — Taehyung mordió sus labios mientras asentía.
Jungkook no lo estaba tratando seco, no lo ignoraba verdaderamente pero sentía que eso era lo que estaba ocurriendo. Ni siquiera en las consultas ellos estaban tan distantes porque siempre aparecía una broma fuera de lugar que lo hacía contener la risa. ¿Cómo era posible caminar por el Jardín Botánico de Nymphenburg en Munich sin siquiera intercambiar palabra?
— BamBam...—Comentó repentinamente Taehyung ganándose una sonrisa. — ¿Qué? — Jungkook negó respondiéndole sin dejarle formular la pregunta que quería.
— Un conocido, con el que algunas veces he tenido sexo, nada más y nada menos. ¿Por qué lo mencionas? Sé que quieres saber de él pero puedo decirte que no debes preocuparte por eso. No soy célibe cuando estoy solo pero cada persona tiene su lugar, ninguno tiene la importancia que te di en mi vida.
— No me dejaste terminar, no te iba a preguntar eso yo... — ¿Por qué se debía refugiar nuevamente pretendiendo algo que realmente no sentía? — Sí, en realidad me interesaba saber qué tipo de relación tenías con él. Los vi varias veces juntos y a él se le nota que le gustas.
— Estoy consciente de que le gusto, tanto a él como a otras personas pero, a quién le puedo gustar carece de importancia y relevancia. A mí solo me interesa quién me gusta, nadie más. — Se encogió de hombros colocando una mano en su bolsillo y en el momento que fue a meter la otra, fue detenida por una tibia mano que entrelazó sus dedos. — ¿Qué haces?
— ¿Puedo? Me gustaría seguir caminando por este pacífico y hermoso lugar tomado de tu mano. — Pronunció con suavidad sin recibir una respuesta verbalizada.
Esperó que luego de lo ocurrido en su casa, Jungkook alejara su mano pero no lo hizo y para él, esa fue una tácita respuesta que se alegró de escuchar.
— Esto puede sonarte repentino pero me gustas. Sé que lo has sabido desde hace mucho tiempo pero es la primera vez que estoy cien por ciento seguro de esto y no tengo pensamientos que retengan mi sentir. — El pelinegro observó sus manos unidas y lo único que hizo fue presionar con más ahínco la mano de Taehyung. — No sé si lo que sienta por ti vaya más allá de gusto físico, si te quiera o si esté enamorado de ti, tampoco sé si algún día pueda llegar a amarte completamente sin reservas pero si estás de acuerdo, me gustaría intentarlo.
Jeon no dijo nada, no asintió o hizo ningún otro gesto, simplemente se limitó a caminar pasivo alrededor del jardín botánico tomado de la mano que lo sostenía de mil maneras diferentes. Por ahora no quería nada más, eso era un buen comienzo. Él estaba seguro que se había enamorado del castaño, sabía que aunque no era bueno amando, lo que sentía por él era amor y confiaba que con el tiempo ambos pudieran desarrollar el mismo sentimiento.
Quería y necesitaba creerlo. Sinceramente deseaba construir algo junto a ese hombre alejado de todo lo que lo rodeaba y lo que una vez fue. Quería construir algo entre el Jungkook que él ayudó a encontrar y el Taehyung que con paciencia ayudaría a restaurar. Seguiría las palabras y consejos de su hermano mayor e incluso el ejemplo de su hermanito que con tesón luchó por lo que amaba. Si quien sostenía su mano en ese momento estaba dispuesto a intentarlo todo con él, lucharía incansablemente por ambos y no permitiría que nadie, ni siquiera su padre pudiera atentar contra eso.
💙💙💙
Los extraño mucho... ¿Cómo les lleva la cuarentena? Cuídense y manténganse saludables.
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