Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 64

— Lo mejor es que te tomes algunos días libres. En los dos años que te conozco y en los meses que llevamos juntos no has cogido jamás unas vacaciones. Entre la oficina, nosotros y tus consultas no descansas así que hoy quédate en casa. — Jimin hablaba mientras le quitaba la camisa nuevamente a Namjoon y le entregaba su pijama para que se acostara.

— Yo no puedo simplemente decir que me tomaré una semana de vacaciones. Además, ya te dije que lo que ocurrió ayer ya quedó atrás. No me ordenarás quedarme en mi casa, Park. — Protestó tirando sobre la cama la ropa que le habían entregado, caminando hacia su cuarto de vestir para tomar otra camisa ya que su pareja le había estrujado la que tenía preparada.

— ¿Quién dice que no puedo ordenártelo? — El peligris se volteó tensando su mandíbula con las cejas enarcadas. — Me importa muy poco tus expresiones, no me asustas, Kim. No te estoy haciendo solamente una sugerencia porque así lo quiero sino porque estoy velando por la estabilidad emocional de mi pareja. ¿No querías ir a comprobar el estado de Soobin, hablar con Jungkook y demás? Creo que es bueno que te tomes los días para hacer esas cosas en las que tu trabajo te limita.

Para persuadir a Nam necesitaba más cariño y palabras cálidas que un carácter imponente para evitar que saliera a la defensiva pero aún así esa mañana no tenía deseos de ser condescendiente con él. Por mucho que dijera que lo de el día anterior estaba superado, era imposible que eso fuera así cuando por años no había terminado de superar todo lo ocurrido.

— Comprendo lo que estás intentando hacer pero el trabajo no eliminará todo eso que te abruma y tus sesiones te harán olvidarlo por un momento pero luego regresarás a las mismas. Debes tener un tiempo para encontrarte contigo mismo y mostrarla al Namjoon adolescente que ya no está solo, que es un adulto y cuenta con el respaldo de sus seres queridos.

Se acercó para depositar un beso en su hombro y abrazarlo. Podía sentir la tensión en el mayor pero como de costumbre luego de varios segundos comenzó a relajarse, acariciando las manos que lo abrazaban. Sus fosas nasales se llenaron de ese exquisito aroma que el baño matutino le regalaba, su loción. Namjoon olía a hombre, su hombre y quería que ese hombre estuviese bien.

— Yo estoy contigo, amor. Al menos tómate el día de hoy, esta semana en la empresa no tienes muchas obligaciones y yo prometo ayudar a Wang en todo lo que necesite, principalmente en eso del nuevo asistente, cero hombres atractivos. —El mayor rió junto con él, volteándose para darle un beso.

— Si no quieres que tenga un asistente atractivo deberías considerar ocupar el puesto de Jackson. Siempre estaríamos juntos, tendrías mejor control — elevó las cejas con un tono socarrón en su voz, buscando sus labios — tu salario también sería un poco más alto que el que actualmente tienes.

— ¡Ni loco! — Exclamó como si de algo tenebroso se tratara. — Para comenzar, me gusta mi trabajo, segundo... Nosotros necesitamos nuestros espacios, no creo que mezclar todo a ese punto en donde nos vemos casi cada segundo del día con tantas presiones sea bueno. Añadámosle a eso que como asistente tuyo no tendría descanso y tengo una hija que cuidar. — Vio la mueca en aquellos labios y no pudo evitar sonreír. — Estamos y estaremos siempre juntos, inclusive en la empresa no estamos muy lejos. Te esperaré en casa cuando viajes y recuperaremos cada minuto que pasamos separados.

Ya presentía que Jimin no aceptaría, él mismo dudó algunas veces de ello pero imaginárselo siempre tan cerca de él, entrando a su oficina como lo hacía Wang en cualquier momento del día le parecía hermoso. Sus viajes de trabajo serían menos estresantes y tediosos porque tenía a alguien a su lado con quien pasar su tiempo libre e incluso relajarse en las noches.

— De acuerdo, me quedaré en casa esta semana. Tengo muchas cosas que hacer y aprovecharé el tiempo para ello. Comenzaré por la escuela de Mila, hoy la llevaré y conoceré a sus profesores si me lo permites. Ella me dijo que habrá una reunión de padres, que tú eres el único que iba a su escuela y que a veces no podías. Creo que al menos uno de los dos debería ir hoy y si estoy en la casa pues mejor que sea yo.

— ¡Por Dios, lo olvidé completamente! — Se llevó la mano a su frente como muestra de frustración. — Claro que te lo permito pero para ello deberé ir contigo ahora en la mañana porque al no ser que vaya alguno de los padres son muy cauteloso debido a la seguridad de los niños. No me molesta que quieras estar más en la vida de Mila pero no quiero que se convierta en una obligación.

— ¿Obligación? Jimin para mí eso no sería una obligación. Como ya te dije, quiero más participación en la vida de ambos si me lo permites, no quiero imponerme pero sí me gustaría ser partícipe. Yo sé que Rosé no se ocupa de las cosas escolares o casi nada que tenga que ver con Mila fuera de aquello para lo que la necesita y yo quiero que ella sienta que puede contar conmigo de la misma forma en que lo hace contigo.

Rosé... El rubio no quería pensar en ella pero no podía evitarlo, más después de que supo que no estaba en la tan famosa rehabilitación. Lo más probable era que estuviera en esos viajes que solía hacer en los que pasaba semana e incluso meses lejos de la casa, uno de los motivos por los que Mila estaba tan acostumbrada a su ausencia. Sin embargo, su silencio lo inquietaba, no saber cuándo reaparecería nuevamente lo hacía mantenerse alerta aunque pareciera que no.

— Gracias. — Musitó acercándose para perderse en su abrazo, estaba en casa, él tampoco estaba solo y podía contar con su pareja.

El peligris no respondió, se limitó a abrazarlo por largos segundos hasta que se dividieron las tareas, Jimin a preparar el desayuno y él a despertar a la niña que aún seguía dormida en la habitación de Jimin. Como ya se había vuelto costumbre los tres desayunaron entre conversaciones cortas y algunas risas, una que otra protesta por parte de la menor y miradas cómplices entre ellos.

— Si vas a ayudar a Jackson hazlo hasta un horario prudente, quiero después que salga de la reunión ir con Mila a comprar las cosas que faltar para la decoración de su cuarto. Hay algunas cosas que todavía no comprendo bien así que necesitaré tu ayuda. — Jimin asintió desde la puerta de su vehículo mientras veía a su hija acomodarse en el de Namjoon. — Lo más probable es que pase el día con Soobin, así que cualquier cosa, llámame. ¿De acuerdo?

— De acuerdo, ahora vamos, tengo que acompañarte a la escuela y de ahí ir para la empresa. — El mayor asintió retirándose pero el rubio lo detuvo muriendo de deseos por darle un beso de despedida que tendría que esperar hasta que la niña ya estuviera en la escuela. — ¿Has pensado en lo que hablamos? Sobre decirle a Mila que estamos juntos.

— Sí, pero ahora mismo no hablemos de eso, se nos hace tarde. — Apretó sutilmente su cintura regalándole una sonrisa para ir hacia su auto.

+++

Si alguien le hubiera dicho que en algún momento tendría que asistir a una cita con su abogado para tramitar su divorcio Taehyung no lo hubiese creído. Él mejor sabía que los para siempre no eran lo que las personas habían idealizado pero sí creyó que su matrimonio era lo suficientemente sólido y ellos lo bastante maduros como para hacerle frente a cualquier adversidad pero, no fue así.

Hoseok parecía tener gran prisa para divorciarse ya que ni siquiera terminaba de procesar su ruptura y ya había recibido una llamada de su abogado para comunicarle que había una demanda de divorcio a la espera. Ese mismo día recibió la llamada de quien legalmente era su esposo para encontrarse, tener una discusión civilizada y terminar todo en buenos términos.

Lo hicieron, se reunieron y por un momento una actitud poco madura lo invadió cuando lo vio aparecer con Yoongi, deseando negarse a darle el divorcio pero bien sabía que eso solamente sería un mayor desgaste emocional para todos. Puso su mejor cara de indiferencia y con seriedad escuchó todo lo que Hoseok quería decirle, todo relacionado con los papeles como si entre ellos nunca hubiese existido nada importante.

Esa noche comprendió mejor mucho de los instintos de algunos de sus pacientes y burlonamente se rió en su interior. Fue un experto en sus años de estudiante e incluso durante su doctorado debatiendo teorías complejas mientras que en su vida social y afectiva parecía no saber qué demonios hacer o decir.

¿Cuándo fue la última vez que saliste contigo misma, que te llevaste a una cita y disfrutaste tiempo contigo mismo sin la dependencia de alguien más a tu alrededor? Esa fue la pregunta que le hizo a su último paciente y cuando le dio respuesta a eso en su cabeza en silencio tuvo que controlar los deseos de reír. Si hubiera sido aquella mujer, lo primero que hubiese respondido es que no salía con locos como él porque justamente así se sentía, como un maldito loco que no era capaz de estar en compañía de él mismo.

— Hasta mañana, señor Kim... — Su secretaria se despidió de él efusivamente.

— Hasta mañana, ten una linda tarde.

Una vez en su automóvil exhaló profundamente. Estaba a punto de ir a firmar sus papeles de divorcio a la oficina de su nuevo abogado, ese que había visto unas dos veces en todo un año y que había conseguido gracias a Namjoon. Ya se había acabado, su matrimonio lo había hecho pero recién terminaba de aceptarlo y procesarlo.

— Vamos a terminar con esto de una buena vez, Taehyung. — Se animó poniendo en marcha hacia Feldmoching, en donde se encontraba el bufete de abogados al que pertenecía el suyo.

Incluso el tráfico parecía estar de parte de aquel refrán sobre que al mal paso había que darle prisa porque, pese a estar casi en hora pico, no se quedó atascado en él e hizo el recorrido en menor tiempo de lo que predestinó.

Con sólo su saco y teléfono en la mano descendió de su auto y caminó hacia las oficina, vitoreándose para no ser un cobarde y huir de allí. Tan perdido en sus pensamientos andaba que no se percató en el momento en el que chocó con un pelinegro sorprendido de verlo allí.

— ¡Disculpe! Lo siento mucho, yo... — Al alzar la mirada perdió toda capacidad de habla porque lo menos que quería era volvérselo a encontrar para comenzar con aquel debate que no quería abordar. — Hola, Jungkook.

— Es bueno saber que estás bien, me ligera haberte visto. — Sonrió educadamente. — Yo ya me marcho así que adiós. Que tengas una buena tarde. — Agitó su mano a modo de despedida y continuó caminando junto a su propio abogado dejando a Taehyung completamente confundido.

— ¡Oh Kim, ha llegado! — Exclamó el licenciado Bolleiniger que se asomaba al pasillo. — Por aquí, por favor. Lo estaba esperando pero dado a la hora me imagina que no debe haber comido aún y yo ciertamente estoy muriendo de hambre. ¿Le molestaría si lo invito a comer mientras miramos los últimos detalles de su divorcio? Es algo bueno que ambos estén de acuerdo con ello y que ya tengan claro qué quieren por lo que no será un proceso complicado.

El castaño sonrió asintiendo, siguiendo a su abogado hacia un restaurante que no quedaba a más de diez metros de aquel pequeño edificio. Debía de estar agradecido de que al menos su divorcio sería menos complicado que su matrimonio en los últimos años.

Sin embargo, todos sus pensamientos se esfumaron en el momento en el que vio a Jungkook risueño, sentado junto a la flaca vara de pescar vestida de negro Dior que era BamBam, el amigo de Soobin. Esta era la segunda vez que los veía juntos en un plan demasiado íntimo para su entender. Frunció el ceño tomando asiento de frente al par para poderlos observar con detenimiento.

El pelinegro no parecía darse cuenta de su presencia, estaba demasiado entretenido con los evidentes coqueteo del chico. No lo entendía, más de una vez le había dicho que no le gustaban los chicos que lucían afeminados o que pretendían ser más inocentes de lo que realmente eran pero, para ser eso verdad se veía demasiado entusiasmado con ese menor que tenía todo aquello que supuestamente rechazaba.

Desde su cabello rosado, su maquillaje extremadamente cargado a plena luz del día, atuendo llamativo rozando lo extravagante, todos esos accesorios y coqueteos pocos disimulados, todo de ese sujeto le incomodaba. Desvió la mirada con molestia hacia el documento que tenía delante de él, estaba tan cansado de todos que quería acabar cuanto antes con todo eso y desaparecer por un buen tiempo.

+++

— ¿Nam? — Preguntó Mila extrañada cuando terminó su clase y vio al mayor junto a otros padres. Debido a la reunión ese día sus clases terminaron un poco antes y todos los niños de su aula salían hacia el patio de recreo para esperar a que terminara, por eso iba con su mejor amiga Lena y Hansi, otro compañero que no dejaba de mirar a Namjoon con asombro. — ¿Qué haces aquí?

— Pues vine a la reunió de padres, ¿te molesta que haya venido en lugar de tu papá? — La menor negó y le sonrió abrazándolo por la cintura. — ¿Y mi beso? — Se inclinó con una sonrisa que dejaba ver el alivio que lo recorría, recibiendo un beso de la menor que a diferencia de sus temores se mostraba alegre por verlo ahí. — Ve con tus amigos, cuando acabemos iré a buscarte para ir a comprar las cosas que le faltan a tu cuarto.

— ¿Lo que yo quiera para la decoración?

— Casi lo que tu quieras, ya veremos. — Agitó su cabello y esta con una mueca que ocultaba la risa que quería dejar salir se fue corriendo con sus compañeros.

Estaba junto a todos los niños pero no dejaba de pensar en que quien estaba adentro junto a todos los padres era Namjoon y eso la hacía feliz. No sabía o entendía por qué pero lo estaba. Utilizando el cristal del ventanal comprobó que su cabello estuviera bien, sacudió su ropa y se sentó sin querer acompañar a sus amigos a jugar, no quería sudarse o verse mal y que Nam se molestara con ella. Sabía muy bien que a él le gustaba estar siempre impecable y como era la primera vez que iba a la escuela, quería que todo fuera perfecto.

— Mila, ¿cómo conoces al señor Kim? — Preguntó su amigo Hansi extendiéndole una manzana que ella se negó a tomar. Este se encogió de hombros y se sentó, dándosela a Lena que también los acompañaba.

— ¿Lo conoces? — Preguntó su mejor amiga viendo como el niño asentía.

— El señor Kim es el jefe de mi papá. Lo vi una vez en la empresa y otra en una reunión de trabajo de papá en nuestra casa.

— Nam es mi papá. — Los niños se miraron confundidos ya que ambos conocían perfectamente a Jimin y también a Rosé. ¿Cómo era posible que ella tuviera otro papá?

— Eso es mentira, ¿entonces qué es el señor Park? — Cuestionó una vez más Hansi.

— También es mi papá. Los dos son mis padres. — Se encogió de brazo y se levantó sin querer responder las preguntas de sus amigos.

Su Nam era también como su papá, incluso iba a las reuniones para padres, él también era su papá aún cuando no estaba segura de que eso fuera posible. Mordió sus labios con algo de miedo creciente porque si ellos sabían lo que había dicho podía regañarla por decir mentiras.

Para el momento en que vio a todos los padres comenzar a llegar al patio en donde todos los niños de su curso estaban sentados ella se puso en pie buscando a Namjoon y, una vez que lo divisó, corrió hacia él y lo abrazó con cierta alegría y temor que el peligris pudo notar.

No sabía por qué la niña estaba preocupada, en la reunión se sintió extremadamente orgulloso cuando la felicitaron por tener las mejores notas de su salón. Odiaba cuando las personas se acercaban para felicitarlo por su trabajo pero cuando los demás padres lo miraron e incluso hablaron con él no sintió otra cosa más que orgullo y felicidad. Quizás algunos tenían preguntas, entre ellos la esposa de uno de sus accionistas que era el padre de Hansi y no se imaginó jamás verlo allí pero nada podía importarle menos.

Seguro el comentario en la empresa se iba a dar tarde o temprano pero él estaba feliz reviviendo aquello que experimentó con Soobin años atrás. Era una sensación conocida pero a su vez nueva, los temores sobre ser un buen padre o ejemplo eran también diferentes pero ahí estaban burbujeantes junto a su orgullo.

— ¿Algo que quieras decirme o preguntarme? — Le preguntó a la menor una vez que estuvieron en el vehículo, sin recibir una respuesta inmediata.

Estacionando a unas cuadras de su escuela ya que como regalo por las buenas calificaciones quería hacerle un pequeño regalo, Namjoon volvió a repetir su pregunta viendo como Mila jugaba con sus manos. Ya había muchas cosas de ella que comenzaba a conocer y eso aunque no lo decía, lo llenaba de dicha. La vio nerviosa y mentalmente se regañó por tener tan poco tacto con una niña que estaba a un mes de cumplir sus diez años.

— ¿Si te digo prometes que no te molestarás conmigo o me regañarás? ¿Prometes que no le dirás a papi?

— Eso no puedo prometértelo si no sé qué me dirás. Sin embargo, estoy seguro de que nada de lo que me digas podrá hacer que me moleste contigo. Puedes decirme y después los dos decidiremos si se lo decimos a Jimin o no. — La menor dudó por unos instantes, resoplando con el helado que recién le servían como centro de su atención. — Mila...

— Hoy dije una mentira. Sé que no debo decir mentira, que eso es algo feo y no está bien p-pero no pensé en que fuera una mentira hasta después de decirlo. Yo no quiero que tú y papá se molesten conmigo, yo no quería mentir pero...

Namjoon sostuvo su mano y corrió su silla hasta quedar a su lado. Su corazón se estrujaba de ver como ella se sentía agobiada por haber mentido. Le parecía correcto que supiera lo que hacía bien y mal pero a su vez su corazón se calentaba porque estaba seguro que nada de lo que podría haber dicho sería malo. No obstante, su semblante permaneció serio pero a su vez relajado, dándole confianza a la menor para que continuara hablando.

— ¿Qué dijiste?

— Yo d-dije que tengo dos papá. Le dije a mis amigos que tú también eras mi papá. — Miró a Namjoon con los ojos aguados y nariz enrojecida. — ¿Estás molesto conmigo? Nam yo no quiero que estés molesto conmigo.

💙💙💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro