Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 59

Desde el momento en que abandonó aquel lugar había estado controlando sus ganas de llorar. El brillo que vio en los ojos de Hoseok, esa sonrisa que se obligaba a suprimir era algo que ya no veía y que no notó hasta ese momento. Irradiaba felicidad mientras él hacía de tripas corazón para dejarlo ir.

La imagen de muchos de sus pacientes llegaron a su mente y una cosa siempre vio... En general, el divorcio tenía siempre lugar cuando uno de los cónyuges dejaba de amar. Casi nunca culminaba el amor antes de comenzar ese proceso, tampoco amaban los dos, casi siempre uno aún se aferraba a las cadenas de los sentimientos, recuerdo y costumbre mientras que otro las dejaba ir con mayor facilidad.  Dos de cada tres matrimonios acababan en divorcio y a veces más, tres de cada dos.

Presenció muchos matrimonios apresurados y casi por obligación debido a un hijo o la imposición tanto social como familiar viendo como ambos cónyuges rápidamente terminaban luego de poco tiempo regresando a sus casas. Creyó que su matrimonio tenía una base mucho más sólida pero aunque tal vez si la tuvo, no fue suficiente.

Estacionó su vehículo y caminó hacia su casa con la frente en alto hasta que entró y vio a su alrededor, se apoyó en la puerta y se dejó caer hasta abrazar sus rodillas en el suelo estallando en un interminable llanto que lo desgarraba.

Todas las críticas que le hizo su esposo por interponer siempre el trabajo, las discusiones y aquellos días que no se veían llegaron a su mente se culpaba y pesaba pero no tanto como los buenos recuerdos que parecían ser todo lo que su cabeza quería mantener, a lo que quería aferrarse.

La sonrisa de su esposo moviéndose por toda la casa, el calor de su cuerpo abrazado en esa cama que ahora miraba tan fría y amplia. Fue su esperanza, su amor... Cerró sus ojos mordiendo sus labios con fuerza con lágrimas que corrían sin pausa. Era muy duro enfrentarse al hecho de que el matrimonio con el hombre que amaba se ha terminado, sin esperanza de reconciliación. Es pura agonía que lo martillaba.

No lo odiaba, divorciarse no significaba que tuviera la obligación de odiarlo pero no dejaba de ser aterrador imaginarse la vida sin él, no dejaba de ser triste y dolorosa su partida. Hoseok había pedido la separación como si simplemente estuviera en la mesa pidiéndole que le pasara la sal.

Se despojó de toda su ropa, colocó un limpio pijama y metió en su cama con la estúpida ilusión de conciliar un sueño que no llegó hasta horas después de que se cansó de llorar en todas las posiciones. No estaba Hoseok, aún así corrió a su lado de la cama y en posición fetal lloró hasta que vio la claridad invadir su ventana. Tomó otro baño para recomponerse ya sin llorar o sollozar, simplemente como un alma vacía que parecía no sentir ni padecer aún cuando su interior seguía colapsándose en dolor.

Fue a su trabajo con la egoísta esperanza de que escuchar problemas peores que los suyos lo hicieran dejar de sufrir y lamentarse pero ni siquiera pudo escuchar verdaderamente sus palabras. A decir verdad, estuvo tentado a cambiar de lugar con su paciente para que este al menos lo escuchara. Estaba luchando contra todas las conductas destructivas con las que tanto batallaba, dejando ir, soltando aquello que le costaba soltar.

Vio a su paciente salir y suspiró aliviado como nunca antes. Regresó a su escritorio y le marcó a su asistente.

— Por favor, cancela todas las citas de hoy y el resto de la semana, me ha surgido un problema personal, avísale a todos mis paciente. — Volvió a suspirar mirando el almanaque, recordando que tenía consulta con ambos hermanos debido a que Namjoon la semana anterior le pidió de favor asistir ese día. — Yo me encarga de hablarle personalmente al señor Kim.

Quizás le haría bien hablar con él, pensar en algo más que no fuera lo que estaba sucediendo en mi vida. Luego de mandarle un mensaje avisándole que iría a la empresa, terminó yendo hacia su casa ya que este le avisó que no había ido a KNJ Enterprises.

— ¡Hola, Tae! — ¿Jimin? Se quedó confuso al ver que era él quien abría la puerta con una radiante sonrisa. — Pasa, ahora mismo estábamos terminando de cocinar.

— ¿Cocinar?

Se quitó los zapatos avanzando hacia el interior con las pantuflas recibidas, escuchando las risas que se hacían más fuerte a medida que avanzaba. ¿Por qué le hacían eso? Tragó en seco viendo a Namjoon y Soobin riéndose en el suelo con un gigante rompecabezas que el menor le había comprado a Mila. Jackson estaba en el otro extremo risueño mirando con amor al pelirrojo que le daba miradas cariñosas y Jimin que, después de darle un baso de jugo y frutos secos en un pequeño recipiente, se unió a ellos.

Estaba feliz por su amigo, por todos ellos en general pero le removían su miseria de una forma que no creyó posible. Fue porque pensó desahogarse con Namjoon pero que quería dañarle ese momento tan familiar que sabía que necesitaba por lo que se quedó aproximadamente media hora jugando con las pequeñas piezas hasta que sin aviso una lágrima cayó.

Se secó rápidamente antes de que todos notasen su estado y se levantó para irse despidiéndose con la sonrisa más amplia.

— Tae... — La voz de Jimin llegó a él cuando estaba listo para irse. — ¿Todo bien? Sé que hablo más con Hoseok que contigo pero aún así te conozco lo suficiente como para saber que no estás bien.

— Yo... Y-Yo... — El rubio estiró su mano y se escabulló junto a él a una de las habitaciones vacías. — Jimin, lo siento yo...

— ¿Sucedió algo con Hobi? — Mierda, ahí estaba el gatillo presionado que lo hizo estallar nuevamente en llanto. El menor frunció el ceño pero se apresuró a abrazarlo.

Lo dejó llorar en su hombro sin interrumpirlo. Namjoon se asomó algo preocupado luego de buscar a su pareja por toda la casa pero cuando vio la situación simplemente intercambió miradas con él y se retiró sin que Taehyung lo viese.

— ¿Terminaron? — Era lo único que se le ocurría. Si le hubiese sucedido algo ya él lo hubiera dicho. Conocía perfectamente esa mirada, esos llantos repentinos y esa ausencia de gracia. Si bien hacía mucho que no se reunía con ellos, aún podía notar en su mirar esa tristeza única que el desamor regala. — Puedes hablar tranquilo.

— L-Lo perdí, Jiminnie, perdí a Hobi. — Los sollozos le imposibilitaban hablar pero tras varios minutos más se estabilizó limpiando junto al rubio sus lágrimas. — Fui un imbécil, descuidé tanto mi matrimonio que terminé perdiéndolo. Me duele tanto el saber que ya no estará a mi lado que todos esos años de relación quedarán en el olvido de su memoria un mero recuerdo que con el tiempo se esfumará. Me duele saberlo feliz junto a alguien más y lo que más me molesta de todo esto es saber que colaboré para que terminara en los brazos de Suga.

Jimin se hizo un poco hacia atrás mirándolo con ojos ensanchados al escuchar esa nombre. Supuso que Hoseok podía estar con alguien más, de hecho, de alguna forma todos esperaron que la relación de ellos claudicara en algún momento porque tenían conocimientos de varias de sus crisis. Sin embargo, desde hacía un años que ellos parecían estar como en aquellos tiempo donde había que mantenerse a un metro de ellos.

— ¿Puedes creerlo? Quizás dolería menos si su actual pareja no fuese alguien que me encontraba para ver cómo yo estaba cuando tenía a mi esposo en su casa. Alguien a quien le abrí las puertas de mi hogar y siempre vi como el hermano del hombre que amaba. ¡Dios! Realmente quiero que Hoseok sea feliz e incluso él pero estoy tan molesto que me hubiera gustado golpearlo un poco más.

— ¿Lo golpeaste? — Asintió apenas pero Jimin simplemente sonrió de forma ladeada y lo abrazó.

Quizás él hubiese tenido el mismo shock si Yoongi aún tuviera impacto en su vida y lo quisiera como años atrás. Hoseok fue por así decirlo, el padrino de su relación. Los acompañaba a sus escapadas e incluso a veces estaba de chaperón. Fueron muy unidos y aunque conocieron a Taehyung ya cuando se reencontraron en Alemania siendo estos ya pareja, siguieron teniendo una buena amistad. Comprendía como Taehyung se sentía pero también se imaginaba como ellos debían sentirse. Para Hobi principalmente que era de excelente corazón porque de Yoongi nada le sorprendía.

Hablaron durante un rato más hasta que el castaño finalmente decidió marcharse. Llegar a su casa fue una nueva tortura pero simplemente se metió en la cama sin siquiera dignarse a comer o bañarse.

Dos semanas pasaron en la que no se presentó a trabajar, extendió un poco más sus vacaciones porque verdaderamente no podía ofrecerle mucho a sus pacientes en el estado en el que se encontraba. Necesitaba tiempo para reorganizarse y comenzar a sanar aunque supiera que ese era un proceso largo.

Estaba sentado viendo otra de las series que veía solamente para sufrir más y regodearse en su dolor cuando su teléfono comenzó a sonar. Miró la pantalla y vio el nombre de Jungkook reflejado. Rodó sus ojos y rechazó la llamada porque aún cuando no le había respondido él había estado llamándolo cada día. Una nueva llamada apareció y optó por esta vez no sólo rechazarlo sino apagar completamente su teléfono.

— ¿Y? — Preguntó Soobin sacándose la paleta de su boca, dejando ver sus azulados labios debido al dulce. — ¿No te contestó?

— No, volvió a rechazar mi llamada por segunda vez en el día y al parecer apagó su teléfono. — Se sentó en el sofá con sus piernas intranquilas mirando su teléfono como si este pudiese responderle todas las preguntas que cruzan por su mente. — Justamente desde el día ese que dices que lo viste triste no ha ido a su trabajo, todas sus citas están canceladas. Según su asistente tomó vacaciones por asuntos personales. ¿Crees que esté bien?

— Hyung, no tengo cómo saber eso pero las malas noticias llegan rápido. No te preocupes. ¿A dónde vas?— Le preguntó al verlo levantarse e ir por su chaqueta agitando el teléfono en el aire. — No vayas a cometer una locura. Piensa en que ese hombre está casado.

— No voy hacer nada, solamente necesito saber que está bien. Es demasiado raro que deje su consultorio por tanto tiempo, nadie sabe nada de él y siguiendo lo que me dijiste de que él estaba triste...

— Cualquiera puede estar triste.

— No mi Taehyung. — Contestó regresando a la sala para tomar las llaves de su auto.

— ¿Tu Taehyung? Hyung...

— Cierra cuando te vayas y saluda a Jackson de mi parte, adiós. — La puerta se cerró y Soobin quedó sin saber qué hacer, esperando que ese idiota no actuara como su padre.

Para el momento en que se estacionó frente a casa del castaño su corazón latía mucho más rápido de lo habitual. No sabía qué iba a decir si Hoseok estaba presente o le abría la puerta pero ya se las arreglaría como siempre lo hacía. Caminó hasta la puerta y tocó el timbre varias veces esperando que según su pálpito estuviera ahí y no en otro lugar. No hubo respuesta por largo rato pero no se dio por vencido y volvió a tocar el timbre como si su vida dependiera de ello.

Taehyung lo observaba desde el interior, no esperaba que este fuera allí personalmente al no responderle sus llamadas. Pensó que era un intenso que no veía cuándo detenerse y por eso lo iba a dejar ahí parado pero cuando pensó regresar a su habitación el timbre lo hizo saltar en su lugar. Exhaló con pesadez cerrando sus ojos y regresó sobre sus pasos para abrirle el portón. Lo vio atravesar el jardín a gran velocidad y abrió la puerta.

Todo fue tan rápido, un momento este caminaba y al segundo lo estaba abrazando con fuerza, tomando su rostro entre las manos mirándolo con detenimiento.

— ¿Qué haces aquí, Jeon? — Preguntó separándose, dejándolo pasar al interior para cerrar detrás suyo.

— Necesitaba saber cómo estabas, sé que no estás bien y...

— ¡Vaya! — Exclamó interrumpiéndolo. — Sí que los chismes vuelan rápido, que pronto te enteraste que me separé de mi esposo y que este se fue de la casa con su nuevo amor. Al momento comenzaste a fundir mi teléfono e incluso te apareciste aquí. — Bufó incómodo sin notar la sorpresa en los ojos de Jungkook que lo miraba sin poderse creer lo que estaba escuchando.

— ¿T-Terminaron? — Taehyung se volteó para observarlo, encontrándose nuevamente con los brazos del pelinegro rodeando su cuerpo. — N-No lo sabía, vine aquí porque no estabas yendo a tus consultas, no respondías el teléfono y nadie sabía de ti. ¿De verdad tu esposo se fue con Min?

El castaño se volteó al escuchar sus palabras como si el demonio se hubiera apoderado de él. Avanzó hacia Jungkook y empujó su hombro, este detuvo su mano pero volvió a ser empujado por el mayor. No entendía su actitud, ¿qué había hecho o dicho?

— ¡Hey! ¿Por qué me empujas? Taehyung, detente.

— ¿Lo sabías? ¿Sabías que esos dos estaban juntos y no me dijiste nada?— Le reclamó con lágrimas que volvían a golpearlo. ¿Por eso se había comportado de esa forma con él porque sabía que su esposo igual pronto lo dejaría por otro? — ¿Por qué mierda no me dijiste?

— ¿Por qué te lo iba a decir? Es cosa de ustedes lo que hagan en su matrimonio, además... — Detuvo las manos del castaño y lo abrazo con fuerza para impedirle moverse correctamente, inmovilizándolo mientras este dejaba caer su cabeza sobre sus hombros. — Me enteré hace poco. Así como tú le dijiste de nosotros pensé que sabías. No me correspondía a mí decirte nada y aunque estoy contento porque siento que esto es una oportunidad para conquistarte, me preocupa que sufras demasiado en vez de avanzar y superar esto.

Lo abrazó con fuerza sintiéndose terriblemente mal por escucharlo llorar sobre él por quien fuera su esposo. Taehyung sabía que era estúpido pretender que alguien más le dijera eso, él mismo lo supuso y prefirió ignorarlo no podía pedirle a nadie que actuara diferente.

Llevaba tres días sin llorar pero fueron tan cómodos y reconfortantes esos brazos que terminó llorando a gusto en ellos. Le agradaba ese abrazo sin intereses que estaba recibiendo junto a las caricias en su cabello y espalda, lánguidas y relajadoras.

— Te duele pero verás que con el tiempo te sentirás mejor y estarás de acuerdo en que esa fue la mejor decisión que pudieron tomar por el bien de ambos. — Alzó su rostro con una ladeada sonrisa recibiendo una de regreso.

Era hermoso, Taehyung era hermoso y esos ojos llorosos solamente lo hacían querer sacarle una sonrisa, borrar cada rastro de dolor que pudiese sentir. Su pulgar acarició suavemente sus labios mientras su mirada pedía autorización a esos ojazos para avanzar un poco más. Cerró sus ojos cuando entró en contacto con ellos, cuando sintió la tibieza que estos emanaban sobre los suyos. Sin embargo, fue empujado bruscamente por el contrario.

— Ya me extrañaba a mí que no intentaras nada. Al menos ten la decencia de respetar mi casa y mi dolor, no actuar como si mis sentimientos fueran basura que puedes reciclar a tu antojo. — Recriminó. — No sé que me esperaba de un narcisista como tú que no es capaz de sentir empatía ni siquiera por su propia familia.

— Eres un imbécil u la verdad ni siquiera sé por qué sigo corriendo detrás de ti como otro idiota sin orgullo. — Respondió molesto. — Perdón si sentí mi corazón abandonar mi pecho frente al miedo de que te había ocurrido algo, por venir a saber cómo estabas por ser tan insensible y abrazarte para que dejaras de temblar. Perdón por besar a la persona que amo deseando hacerlo olvidar por una segundo sus problemas aunque no me ame de la misma manera. Perdón doctor Kim Taehyung por venir a tu puta casa y descuida que ahora verdaderamente no te molestaré más. — Empuñó sus manos y mordió el interior de su boca manteniéndole la mirada. — Te amo, no sabes cuánto lo amo pero yo no te buscaré más. Hasta que tú no me busques, no pienso volver acercarme a ti.

— ¡Jungkook! — Gritó viéndolo caminar hacia la puerta.

— Espero que logres superar esto pronto porque no mereces estar envuelto en el dolor mientras ellos ya son felices. — Fueron sus últimas palabras antes de cerrar la puerta y desaparecer.

Cogió el cojín y con fuerza lo lanzó en dirección a la puerta cayendo en el suelo, lo golpeó con fuerza y rabia, sintiendo el dolor acalambrar su mano. Era un jodido imbécil sin lugar a dudas.

+++

¿Dónde estás? ¿En tu casa o en la mía? — Preguntaba Jackson sacándole una sonrisa al menor. — A veces creo que eres un niño bobo que se ríe de cualquier cosa. — Negó sin que el menor pudiera verlo con otra sonrisa.

— Yo sé que también estás sonriendo porque tu menorcito es irresistible para ti. Además, hyung, déjame ser feliz. Me gusta cuando me preguntas dónde estoy o qué hago. Ahora mismo estoy en casa de Jungkook pero ya me voy, tengo que pasar por mi departamento para llevar unas cosas a tu casa y esperarte. ¿Llegarás muy tarde hoy?

No creo, tu hermano no tiene muchas cosas programadas para hoy, creo que se irá en un horario decente como el resto de los trabajadores, a más tardar pienso estar en casa a las siete. ¿Puedes adelantar la comida?

— No te preocupes, yo lo hago, igual no tendré mucho que hacer hasta que mi novio no decida finalmente contratarme en su empresa. —Fingió molestia.

— ¿Sigues con eso? Ya te dije que lo veríamos en estos días, no me presiones. Te haré una prueba y si no pasas aunque seas mi menorcito no serás contratado. No seré condescendiente contigo.

— Me lastima que dudes de mis capacidades pero... Es justo. — Ambos rieron durante algunos segundo hablando de otras cosas triviales. — Morcito, ya voy a colgar, paso por mi casa y voy a la tuya, trata de venir en cuanto puedas.

¿Vas a seguir llamándome morcito?

— Sí, morcito.... — Escuchó al mayor reír nuevamente antes de lanzarle un beso y cortar la llamada.

Miró el teléfono sonriente y luego de apagar la consola y el televisor fue por sus zapatos para irse. Estuvo esperando para ver si Jungkook regresaba pero dado a que todavía no lo había hecho, lo mejor era regresar en otro momento o llamarlo para saber cómo le había ido. Se colocó su chaqueta, apagó las luces y abrió la puerta para salir encontrándose con la persona que menos esperó.

— ¡Vaya, no pensé encontrarte en casa de tu hermano! Pensé que ustedes no tenían muy buena relación pero ya veo que ls palabras de tu hermano no son muy fiable, no tanto como esperé. — Estiró el bastón para indicarle que se hiciera a un lado y entró sin dejarlo ir puesto que su guardaespaldas le impidió el paso.

— Papá... ¿Puedes decirle al troglodita parado en la puerta que se haga a un lado? Necesito irme. — Pidió Soobin conteniéndose con sus manos empuñadas.

El hombre no habló, sino que le mantuvo la mirada su hijo hasta que su acompañante empujó al menor de regreso al interior de la casa y se paró en la puerta. El pelirrojo rodó sus ojos pero terminó acercándose para ver qué quería, mientras antes saliera de eso, mejor sería.

— ¿Qué desea?

— ¿Qué deseo? ¿Esas son formas de tratar a tu padre? — Lo señaló con el bastón pero luego volvió a bajarlo chasqueando su lengua. — Voy hacerte unas preguntas y quiero que me respondas correctamente, sino...

— ¿Sino qué? ¿Piensa ser el mismo abusador de siempre golpeándome como lo hizo con Jungkook? Ah no, ¿como lo hizo con Nam? No pienso responderle ninguna de sus preguntas porque estoy seguro que entre ellas ni siquiera está saber cómo estoy de salud, así que si me disculpa, tengo cosas que hacer. Tenga una buena tarde.

El menor realizó una venia al estilo coreano para despedirse y dio la vuelta pero antes de poder avanzar dos pasos, cayó al suelo cuando sus piernas fueron golpeadas con fuerza. Se encogió de dolor viendo como su padre se acercaba y su guardaespaldas también pero su progenitor levantó la mano y este se mantuvo quito a varios pasos de ellos.

Otro y luego otro, luego carios bastonazos más llegaron a Soobin quien se cubría con sus brazos para que no fuera impactar con su rostro o cabeza, aguantando los jadeos de dolor. Cuando sintió su estómago ser golpeado por su pierna no pudo evitar toser. Intentó incorporarse, sabía que estaba mal levantarle la mano a su propio padre pero no iba a permitirle ese abuso pero en cuanto se puso de pie fue sostenido por el fornido y musculoso hombre que lo inmovilizó.

— Te faltó enseñanza, ese estúpido no te educó correctamente, ni siquiera sabes que le debes respeto a los mayores. ¿Te permití irte? Estaba hablando contigo, no te dije que te fuera. ¿Crees que puedes cuestionarme y alzarme la voz como te plazca. — Una bofetada llegó al rostro del pelirrojo, pasaron varios segundos y una segunda impactó en su otra mejilla. Esta vez el anillo de su mano rajó su labio. — Creo que se te ha olvidado que yo soy tu padre yo te hice y yo te desaparezco.

El sonido de la puerta lo hizo girarse, mostrando a un Jungkook que corrió hacia su padre siendo neutralizado por su guardaespaldas mientras que el viejo golpeaba nuevamente a Soobin. El pelinegro se defendió e incluso le devolvió los golpes al nuevo gorila de su padre pero cuando este sacó dos armas, una apuntándolo a él y otra a su hermanito se contuvo.

Su padre sonrió ladinamente al pasar por su lado, palmeando su rostro advirtiéndole que ya ellos hablarían en otra ocasión. Lo vio desaparecer sintiéndose impotente porque una cosa era aguantar él sus golpes y otra muy diferente que se metiera con Soobin.

— ¡Binnie! — Exclamó corriendo para sostenerlo antes de que se cayera. — Maldito...

— N-No le digas a Namjoon, hyung...

💙💙💙
Última actualización por unos días, debo darle atención a mis otras historias. 🙈
Espero que hayan disfrutado el capítulo y nos leemos pronto mi UniMiri's 💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro