Capítulo 55
— ¿Ya se durmió? — Preguntó Namjoon sentado en la silla de su oficina mientras bebía una copa de vino y revisaba rápidamente sus correos cuando un tímido rubio apareció en su puerta vistiendo uno de los pijamas que juntos habían comprado y se quedaron allí.
No pudo deshacerse de nada, de hecho, algunas veces acariciaba sus pertenencia con dolor y anhelo, extrañándolo como un loco. Ahora que lo volvía a ver allí, no pudo hacer más que sonreír ampliamente, invitándolo a pasar con una mano.
— Ya se durmió, fue difícil hacerla dormir principalmente porque quería seguir despierta con nosotros dos. Si no fuera porque mañana tiene escuela la hubiese dejado un rato más. — Comunicó sentándose en la silla, aceptando la copa que le ofrecían. — No entiendo cómo le pudo resultar agradable hacer las tareas contigo, eres aterrador cuando estás concentrado.
— ¿Aterrador? Una vez me dijiste que me veía sexy y que te gustaba.
— Lo hace pero, no dejas de verte aterrador. — Ambos sonrieron y brindaron sin poder comer ese contacto vital tan intenso y desbordante de emociones que tenían. — Gracias por hoy, por todo...
— ¿Crees estar listo para hablar? — Asintió sintiendo los nervios apoderarse de él nuevamente.
Namjoon se levantó una vez cerrada su computadora, extendiéndole una mano que el menor tomó para seguirlo a la planta baja. No querían hablar cerca de la habitación que el dueño de la casa destinó para la menor luego de dejarla escoger cuál le agradaba más. Escogió la habitación paralela a la que solía ocupar Jimin cuando ellos no compartían cama, estando llenas por primera vez desde el momento que adquirió esa casa todas las habitaciones de la segunda planta.
Como cuando solían ver películas sabiendo que al rubio le agradaba, el mayor llenó el piso de cojines y se sentaron en ellos, quedándose en silencio hasta que Namjoon sostuvo las manos contrarias para evitar que siguieran agitándose con nerviosismo. Jimin estaba tan nervioso a pesar de que ya habían hablado de todo eso, que no pudo evitar beberse toda la copa de vino.
— ¿Qué tal si empiezas hablando conmigo como lo harías con un amigo? Por el principio y tranquilo. Necesito entender tu situación pero no pienso juzgarte, todos tenemos un pasado, un demonio con el que batallamos, algunos tenemos varios. — Abrió sus brazos indicándole que podía recostarse en él y sin pensarlo, lo hizo. Necesitaba ser reconfortado por esos brazos que tan cómodos y seguros se sentían. — ¿Mejor?
— Sí, — aclaró su garganta extrañamente tímido buscando la botella que Namjoon le alcanzó para servirse. — Como ya sabes, yo crecí en un orfanato junto a Taemin. En aquel tiempo de niñez y adolescencia conocía a alguien llamado Min Yoongi con el cual ya sabes, comencé a experimentar. Fue el tan nombrado primero, primer beso y realmente significaba todo para mí.
— ¿Min Yoongi, como Agust D Min Yoongi? — Jimin lo observó sorprendido de que lo conociera pero se limitó asentir. — Ya veo, continúa.
— Sufrí varias decepciones amorosas con él y en una de las tantas terminé yéndome solo a una disco para emborracharme y no pensar en nada más. Allí fue que mi vida cambió, esa noche conocí a Rosé. Nunca había estado con una mujer antes pero me pareció atractiva y los tragos ayudaron hacer el resto del trabajo. Entre una cosa y otra terminamos en su apartamento, luego de ahí no la vi más durante algún tiempo aunque en ese transcurso llegó a mi orfanato un matrimonio que me adoptó cuando me quedaba solamente meses para alcanzar la mayoría de edad coreana.
— ¿Los Park?
— Así es. Ellos fueron directamente preguntando por mí, conversaron conmigo y me dijeron que habían estado observándome que no tenían hijos y no podían tenerlo pero que, tampoco contaban el tiempo suficiente como para criar niños pequeños. Por eso yo les parecí ideal. Estuve confundido porque sinceramente nadie adopta a adolescentes casi adultos pero terminé sintiéndome feliz durante dos meses que duró todo el proceso, viéndolos día y noche.
Suspiró apoyando su cabeza con mayor ahínco en el pecho que lo sostenía, recibiendo un leve beso en su frente que lo alentó a continuar. Le hacía tanto bien estar junto a él...
— Pensé que realmente me querían pero mi adopción fue una orden del hermano de mi padre, el señor Park. Si bien ellos jamás me trataron mal y cuidaron de mí como padres hubiesen hecho, nunca sentí ese calor de hogar o afecto. Cuando comencé a vivir con ellos, a la semana llegó toda la familia Park con Rosé de líder diciéndome que estaba embarazada. No lo entendía, nos habíamos protegido, yo estaba seguro de haber usado condón pero al parecer el alcohol me jugó una mala pasada.
>> Aún cuando podía ser un riesgo para el feto mi ahora suegro nos obligó a tomar una prueba de paternidad y una vez que los resultaron salieron confirmando que yo era el padre de ese bebé, prepararon una boda para casarnos cuanto antes, sin que yo cumpliera la mayoría de edad para que mis padres dieran la autorización. Aunque eso no hubiese sido necesario, yo miso hubiera aceptado a casarme solamente por ese hijo. Todo fue una locura demasiado rápida, un día estoy en el orfanato y al siguiente estoy casándome debido a que iba a ser papá.
>> Estaba abrumado con todo aquello con el poder de esa gente y tenía miedo. Aún así, las cosas no fueron tan malas para mí en aquel entonces. Un niño que no tenía nada comenzó a conocer otra versión del mundo que jamás hubiese podido conocer sin ellos. Rosé era dulce, extremadamente intensa debo decir pero no me di cuenta de lo posesiva y caprichosa que podía llegar a ser.
— Pues con solamente escuchar todo puedo darme cuenta que ella fue la que pidió que se te buscara y quiso todo eso del matrimonio. Era sabido que con tal de tapar la letra prefirieron adoptarte para darte un apellido y estatus para casar a su embarazada hija antes de que se filtrara el rumor de que sería madre soltera. — Apretó con mayor fuerza al rubio.
No la había tenido fácil porque, para pasar por un orfanato, terminar casado y siendo padre de una forma tan inesperada podía confundir a cualquiera. Ya no era un niño pero ni siquiera los hombres más experimentados enfrentaban una situación así con facilidad.
— Fue emocionante pero aterrador ver todo el embarazo sabiendo a cada momento que estaba más cerca de recibir a mi hija al mundo. Llevaba una relación con Rosé que acepté por todo, ya no tenía al hombre que en aquel momento quería y no perdía nada intentar algo con la madre de mi hija. Luego del nacimiento de Mila, las cosas comenzaron a complicarse ella claramente se sentía joven y con deseos de disfrutar su vida mientras que yo también estaba estudiando. Se me hizo un poco difícil al comienzo porque aunque estábamos rodeados de personal, yo quería que mi hija tuviera a sus padres.
— Hay algunas mujeres que paren para no reventar y padres que no merecen tener hijos. Traen seres inocentes al mundo a sufrir desde el momento de su llegada.
Jimin sintió el tono en su voz y supo que no lo decía solamente por su persona y Mila, sino también por él. Quería hablar también del pasado de Namjoon pero quizás en otro momento.
— Lentamente el poco gusto, cariño y atracción cultivada con los meses hacia Rosé comenzó a mermar. Pues llegaba siempre borracha, jamás pasaba tiempo con nuestra hija y mientras yo era complaciente teníamos relaciones estaba bien pero nada más que le decía no un día ya se molestaba e iba para la calle. Por casualidad de la vida terminé viéndola con otro hombre y desde entonces lo nuestro, si es que se le podía llamar así, fue en picada.
— ¿Te fue infiel?
—Sí pero si te soy sincero no me afectó sus infidelidad sino su descaro y exigencias. Pocos meses después me reencontré con Yoongi, mi primer novio y pues yo comencé a serle infiel también puesto que en aquel entonces no estaba todo completamente cerrado entre nosotros. Todavía aceptabas sus besos y como el señor Park quería un nieto varón, me sentí estúpidamente con obligación de cumplir. Al final Yoongi también se cansó de toda la situación que no lo culpo de esa última parte, después de todo es entendible. Él comenzó a llevar personas al apartamento que estábamos compartiendo y cada vez que llegaba había rastros de una persona nueva así que terminé con él.
— ¿Y con Rosé?
— Al poco tiempo también dejé de tener todo tipo de intimidad con ella, me cansé de todos. Me valió que mis padres y los Parks en general dejaran de apoyarme con la universidad y pues fue que empecé a trabajar. Luego de graduarme empecé a realizar proyectos por mi cuenta, casi no estaba en casa y la culpa por estar con Mila me hizo centrarme más tratando de llegar a un nuevo acuerdo con ella. Estuve un buen tiempo viviendo la vida loca y lo único que veía lo mejor de mí era mi hija, era mi prioridad pero cada noche que ella se dormía, siempre que podía salía. En ese tiempo fue que conocí a Jungkook pero y luego perdí mi libido y lo único que hice fue trabajar en casa siendo relativamente un buen esposo y dedicándole la mayoría de mi tiempo a mi hija. Hasta que vi tu video en internet. Y bueno... Ya lo demás es historia.
Namjoon lo abrazaba y mecía entre sus brazos escuchándolo atentamente. Sí, hubieron cosas que le hicieron sentir incómodos pero esa fue la vida del menor antes de que él llegara. Saber que Jungkook había estado con él no era tan fácil de procesar como quería pero lo estaba intentando sin mostrarle esa incomodidad a Jimin.
Ya tenía suficiente con todo lo que estaba pasando, estaba seguro que le fue muy difícil abrirse y decirle todo eso, por ello, tal y como le prometió, no lo iba a juzgar, no podía hacerlo aunque hubiesen cosas que él hubiera hecho de diferente manera.
— ¿Cómo has podido estar tantos años en un matrimonio así? — Buscó sus labios y lo besó. — Mi diablillo hermoso.
— Nam, tú realmente has sido muy importante en mi vida desde el momento en que te vi. Quizás en un principio solamente me atrajo tu físico y manos pero todo tú quedaste en mi memoria después de nuestra primera sesión. Cada una de nuestras sesiones fue especial, nuestras pláticas me hicieron volver a encontrar ese norte que no notaba haber perdido. Jamás quise engañarte, mucho menos jugar contigo, créeme que de no ser por Mila, yo no hubiese seguido con Rosé.
— ¿Estás consciente de que mantener un matrimonio por la fuerza pensando en el bienestar del hijo hace mucho más mal que bien, cierto? No es sano para la niña vivir así porque a esa edad son como esponjas que captan todos los censores y aunque con muchas cosas no tengan la madurez y edad suficiente para entender, eventualmente lo hacen porque no lo olvida. Hay otras muchas de las que sí se dan cuenta. Mila sabe que ustedes están mal y prefiere que salgas, que no estés al lado de su mamá antes de verlos o escucharlos discutir.
— ¿Ella te dijo eso?
— Mila me ha contado algunas cosas, para ella tú eres su héroe y te ama pero también quiere a su madre y es normal pero a pesar de eso ella prefiere no estar con ella porque sabe que Rosé se molesta y hace cosas que a ti te molestan. Tu hija es inteligentísima. — Sonrió casi con orgullo,— es tu obligación cuidarla y salvaguardar su inocencia pero sobre todo, velar por su salud mental porque hay cosas que ni todos los psicólogos del mundo pueden ayudarte a olvidar y se quedan clavadas en ti por toda una eternidad.
— Suena a que hablas por experiencia propia.
— Lo hago... Todavía tenemos muchas más cosas que hablar, hay mucho de mi vida que tengo que contarte pero... — Observó la hora y le mostró la misma a Jimin. — Eso será otro día. A ti te daré el día libre pero yo tengo que trabajar.
— Yo también quiero ir...
— Mañana por lo menos descansa, ya después puedes reincorporarte normal, me dijiste que posiblemente estarías con dolores. — Sonrió buscando su boca, acariciando sus narices, dejando que sus lenguas entraran primero en contacto seguidas de sus labios. — ¡Dios, ahora mismo tengo deseos de hacerte nuevamente el amor y verte dormir en mis brazos. — Murmuró oliendo su cabello.
— Hasta el día que Mila sepa de nuestra relación debemos tomarnos las cosas con calma. Que no duerma en tu cama no significa que estés durmiendo solo. — Lo abrazó y permaneció junto a él varios segundos sin moverse. — Te extrañé.
— Yo a ti. — Suspiró. — Y yo a ti... — Apretó un poco más sus antebrazos. — Hay algo más que quiero preguntarte, se trata de tu divorcio.
— ¿Qué hay con eso?
— ¿Podrías mandarme la información del abogado que está llevando tu caso? — Asintió confundido. — Bien, mándamelo mañana a mi correo o envíaselo a Wang.
+++
— ¿Podrías despertar a Mila, por favor? — Preguntó Jimin mientras se movía de un lado a otro en la cocina.
¿Estaba soñando? No no lo hacía pero todo pareciera ser que sí. Ver a Jimin nuevamente en su cocina vistiendo aún su pijama con su cabello desordenado y unas pantuflas afelpadas azules que le daban un aire juvenil. Por mucho que lo mirara no parecía ser el hombre y padre que era.
— Iría yo pero no me atrevo a dejarte encargado del desayuno de mi hija. — Se sobresaltó al sentirse en un abrazo de oso, deteniéndose por breves segundos para disfrutarlo, aceptando los besos en su cuello. — Nam... Se le va hacer tarde, ella es muy remolona para levantarse.
— Yo la levantaré, no te preocupes de eso pero necesito un beso antes de que reduzcan mi dosis por la presencia de esa princesa bandida inteligente que tienes por hija. — Se carcajeó por todos los adjetivos usados mientras giraba a Jimin y lo contemplaba. — Eres hermoso.
Fue un beso lánguido, más duradero de lo que imaginaron y sus corazones se los agradecieron. Namjoon despertó a Mila quien entusiasmada no puso protestas para levantarse pero cuando la nena le pidió ayuda en el baño mandó a Jimin encargándose él de preparar la mesa. Él era un hombre, no su padre y no creía correcto aunque su mente no pensara cosas negativas invadir ese espacio tan privado de la niña. A penas se estaban conociendo.
— Nam, ¿por qué solamente bebes café?
— Es que a veces no puedo comer en las mañanas, necesito tiempo para que mi apetito llegue y eso casi siempre pasa una vez que estoy en la empresa. — Informó abriéndole el frasco de miel para su tostada con mantequilla.
— Pero si no te alimentas bien tu rendimiento durante el día se verá afectado. Tienes que desayunar porque es una de las comidas más importantes. A mi papá no le gusta que dejen comida en la mesa cuando cocina, no puedo comerme todo. ¡Ayuda!
Las dos últimas oraciones fueron susurradas al oído del mayor para evitar que su padre escuchara y aunque logró oírlo todo, fingió no hacerlo escondiendo su sonrisa.
— Ay, creo que tengo un poco de hambre, voy a comer un poco... — Pretendió Namjoon dándole un guiño que fue respondido con una risa cómplice por parte de la niña.
— Ya te voy a servir. — Jimin se acercó a su lado para colocarle un plato, sintiendo por debajo de la mesa su pierna ser acariciada. Mordía sus labios ocultando su sonrisa, sintiendo su pecho rebozar de alegría mientras observaba a aquellos dos comunicarse y llevarse tan bien.
Aunque no pareciera, Mila era alguien muy selectiva y aunque cariñosa y social, solía guardar cierta distancia con las personas. Namjoon al parecer, fue alguien que se ganó su corazón y confianza desde el primer encuentro. Exhaló comiendo, pensando también en Ha Sungwoon, 'él y mila tuvieron de igual manera un muy buena química que lo dejó sorprendido. De hecho, tuvo que regañarlo por consentirla tanto en tan pocos días.
— Había olvidado decirte, esta tarde estamos invitado a una cena. — Comunicó Namjoon bebiendo la leche endulzada con miel y glaseado especial de Jimin que sugirió Mila. — Mi hermano y su pareja harán una cena.
— ¿Hablas de Soobin y Jackson? — El mayor enarcó una ceja limpiando su boca con la servilleta mientras miraba extrañado a Jimin.
— ¿Tú sabías que ellos tenían algo?
Jimin quiso golpearse mentalmente por la indiscreción, pero ya de nada le servía retractarse.
— Pues a decir verdad eran demasiado obvios, no sé cómo no te diste cuenta. Me alegra que ya lo sepas y que estén tomando la relación seriamente. Binnie es un joven muy maduro para su edad, algo que te debe a ti. Como padre eres alguien ejemplar.
— No soy su padre. — Pronunció algo sonrojado.
— Eres su hermano pero también su padre, no lo engendraste pero créeme cuando digo que no pudo tener mejor guía y padre que tú. — Lo observó mirar a Mila con una sonrisa, frunciendo el ceño mientras Namjoon le extendía una nueva servilleta para que se limpiara.
— G-Gracias.
El menor y Namjoon salieron a la misma hora de casa, uno hacia el trabajo y el otro a llevar a su hija a la escuela. El día les pareció pasar rápidamente, Jimin apenas y tuvo tiempo para ir a su casa a buscar algunas cosas antes de que Namjoon lo llamara para decirle que lo pasaría a buscar para ir a aquella cena.
Era extraño saber que irían a un compromiso juntos pero eso los tenía felices. Para cuando llegaron a casa de Jackson junto a Mila, ya eran las seis de la tarde y estaba solamente el asistente en la puerta para recibirlos. No pudo ocultar la sorpresa al verlos juntos, aún más con la hija del rubio pero los felicitó discretamente por haber decidido darse una oportunidad.
Estaban en la sala a punto de hacer un brindis cuando la puerta se abrió y un minuto después llegaron a ellos dos personas más. La tensión creada fue palpable, a decir verdad, a excepción de Mila, no había nadie que no estuviera tensado.
— Namjoon... — Mencionó uno de los recién llegados.
— Jungkook.
💙💙💙
Un capítulo tranquilo... 🙈
Espero que haya sido de su agrado.
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