Capítulo 52
— ¿Tu esposo no te ha respondido?
— No pero te agradecería que dejaras de preguntar por él. — Taehyung ayudaba a Jungkook a cambiarse de ropa sin querer tocar o mirar más de lo necesario. Aunque intentaba no pensar en el hecho de que Hoseok no contestara por estar durmiendo, un extraño presentimiento le hacía oprimir el pecho. — ¿No tienes otro pijama que no te haga levantar los brazos?
— Sí, debes ir al cuarto de al lado, cuando entras en el medio del vestidor está el único escaparate del lugar, en la última gaveta encontrarás lo pijamas de botones o broches. — Le indicó sentándose trabajosamente sobre la cama, sonriendo al ver a Taehyung salir a buscar su ropa.
Era extraño pero gratificante, al no ser sus niñeras o Namjoon cuando era niño, no recordaba que alguna persona antes le hubiese buscado algo para ponerse o ayudarlo a vestir. Sí, fueron muchos los que lo desvistieron pero el castaño era el primero que lo ayudaba a vestir sin buscar absolutamente nada a cambio.
Por tercera vez, el psicólogo ponía un pie dentro de aquel apartamento pero era la primera que se daba cuenta que había otro cuarto al lado del de Jungkook. Definitivamente el de vestir era mucho más amplio que todos los demás y estaba minuciosamente organizado. La ropa estaba por clase y color al rededor de toda la habitación, bolsos y maletines adornaban toda la parte superior mientras que la inferior se encontraban los zapatos.
En el escaparate estaba su ropa interior y pijamas mientras que en otro estante estaban sus accesorios, relojes, corbatas y demás. Curiosamente, él y Namjoon tenían el mismo estilo a la hora de organizar su cuarto de vestir. Había estado varias veces en el del mayor y ambos parecían organizados por él. Sonrió ante esto viendo por primera vez una similitud entre ambos hermanos.
Sin embargo, se detuvo al ver en la parte superior una carpeta con las fotos de Namjoon y Jimin, así como el emblema de KNJ Enterprises. Lo iba a ignorar, no quería inmiscuirse donde no lo llamaban pero no pudo evitar ver lo que había dentro. Boqueó confundido, viendo cosas que ni siquiera él sabía siendo el psicólogo personal de Namjoon.
Para comenzar, las fotos de una casa de este que no conocía, fotos de lo que parecía ser el interior del sitio y a Nam evidentemente masturbando a alguien desde un ángulo algo extraño. Según el informe que leía, ese era el pasatiempo de su cliente, ese del que nunca le habló ampliamente. Era escasa la información sobre esto y también sobre Jimin pero era evidente que Jeon sabía todo lo que estaba haciendo el hermano.
Las imágenes de varios diseños que parecían pertenecer a la empresa de Kim, los mismo que recordaba de la última vez que estuvo en KNJ hacía dos semanas, esos que fueron plagiados. No obstante, lo que más le llamó la atención fue ver a quien parecía ser su informante, sólo que no entendía cómo era posible que Kim Seokjin tuviera acceso a toda esa información. Además, ¿por qué le estaba pasando toda esa información sobre Namjoon cuando él creía que el interés de este siempre fue conquistarlo? ¿Era toda una farsa orquestada por los Jeon?
— Pensé que habías venido a buscar mi pijamas. — Lo sobresaltó Jungkook arrebatándole la carpeta. — ¿Qué haces hurgando en mis cosas? ¿Fue a eso que viniste, a vigilarme para pasarle información a Namjoon?
— N-No... No seas estúpido por favor vine aquí porque tu padre te golpeó al punto de dejarte sangrando en un lugar público, ese fue el motivo para que después de todos estos meses yo me volviera acercar a ti. Solidaridad, se llama eso. Namjoon no tiene necesidad de formar todos esos juegos sucios y andar vigilando a las personas, cosa que evidentemente no puedo decir de los Jeon. Son tan para cual, ni siquiera sé qué demonios estoy haciendo aquí.
Pudo ver su reacción al decirle que se parecía a su padre, fue un golpe sucio y mezquino que no debió dar sabiendo de primera mano lo mucho que ese hombre le afectaba. Mordió sus labios arrepintiéndose de lo dicho pero ya no quedaba de otra más que afrontarlo. No podía negar que encontrar todo aquello lo perturbó y molestó, más en la forma en que este lo enfrentó.
— ¡Lo siento! — Gritó cuando estaba saliendo de cuarto. — Tienes razón en todo lo que me dijiste. Por favor, no cruces esa maldita puerta. — Pidió caminando lentamente hacia el castaño. — Es cierto, he estado al pendiente de la vida de mi hermano desde siempre y desde tres años he intentado utilizar a Seokjin para sacarle información aunque es muy difícil saber algo de mi hermano. Eso que tienes en la mano, es lo peor que he podido encontrar de él y planeaba usarlo para beneficio propio cuando lo mandé a pedir.
— No quiero que me cuentes tus planes, soy amigo de Namjoon y no voy a permitir que le hagas nada malo. — Respondió moviéndose suavemente para no hacerle daño pero sí liberarse de su agarre.
— Tampoco quise hacérselo en un comienzo, fui obligado por mi padre cuando todo esto empezó, él se fue de la casa con Soobin y fui lo único que le quedó. Su primogénito como siempre recalca. Me crió a su imagen y semejanza pero en el fondo yo no quería dañar a Namjoon. — Suspiró entregándole el pijama para que lo ayudara a cambiarse mientras hablaba por primera vez de aquello con alguien.
Taehyung dudó pero accedió a escucharla al tomar aquel negro pijama de satín. Un brazo, luego otro y podía sentir su respiración acariciando su piel a pesar de la distancia.
— Luego de casi un año sin hablarnos por un mal comentario de mi parte un día que sé que lo dañó profundamente, aceptó que fuera a su casa y estuve feliz por ello. Estuve tan emocionado que no pudo evitar comentarlo en la mesa mientras comía con mis padres y al señor Jeon se lo ocurrió la gran idea de que yo fuera con micrófonos. No le advertí a mi hermano a pesar de que pude haberlo hecho y lo dejé hablar. Me contó todo lo que había hecho, sus planes, toda su vida y mi padre utilizó esa información para cerrarle todas las puertas, arrinconarlo y hacerlo regresar a la casa. En aquel entonces realmente creí que deseaba volver a tener a sus hijos cerca pero ahora comprendo que no fue así.
— ¿Por qué no te sentaste hablar después de eso con Namjoon? Podías haberle explicado todo sin dejar que las cosas entre ustedes empeoraran.
— Comencé a odiarlo y lo odié intensamente aunque por momentos ese sentimiento desaparecía. Quería verlo llorar y sufrir como lo hacía yo dentro de esa casa. Cuando se enteró de todo lo ocurrido me llamó muchas cosas que me dolieron y quizás tenía razón pero lo único que hice fue demostrarle que si eso pensaba de mí, podía convertirme en esa persona que describía. Me acerqué más a mi papá y a decir verdad creo que fueron los mejores años de nuestra relación padre e hijo.
— Ya te lo comenté una vez pero eso no era una relación padre e hijo era un rey gobernando a su peón para que hiciese las cosas sucias por él. Tanto, que terminaste metido en la mafia, Jeon.
Agachó su cabeza cerrando los ojos para caminar lentamente hacia la sala de su casa. El castaño le indicó que se sentara mientras buscaba en la cocina algo liviano para hacerle. Debido a la hora y los golpes en su cuerpo no creyó prudente cocinarle nada demasiado cargado por lo que se limitó a una sopa.
— No sé cómo terminé metido en los negocios ilícitos de mi padre, sin darme cuenta estuve hasta el cuello en ello y aunque nunca he matado o dado la orden de matar a nadie, sí he hecho cosas de las que no me siento orgulloso en estos momentos. Años atrás se volvió adrenalina, sentirme parte de algo, una familia como la que no tenía fue la organización para mí. Nunca he querido ser el líder, eso es algo que le dejo a mi padre pero él si quiere que yo ocupe su lugar.
— ¿Sabes que Namjoon nunca te ha querido envuelto en esas cosas? — Asintió.
— Cuando me dijo que me volvería un falso empresario corrupto, un gángster, decidí darle la razón pero sinceramente lo único que esperaba era que me dijera que sabía que yo no era así, que saliera de allí pero simplemente con los años la relación se volvió insostenible. Le hice mucho daño de diferentes maneras y atenté contra su empresa.
— Lo sigues haciendo, fuiste tú quien plagió su diseño.
— Tengo todos sus diseños y planes de los próximos dos años y eso que yo hice fue solamente darle una alerta. Al ver que le plagiaron algo hará que aumente su seguridad, abrirá sus ojos y volverá a centrar la cabeza en el juego. Supuestamente debería haberlo llevado a la bancarrota para que aceptara asociarse conmigo y por ende mi papá pero...
— No lo hiciste. — Negó resoplando con frustración. — ¿Ese fue el motivo por el que tu padre te pegó?
— Sí, fingí haberme equivocado pero me ve como un inepto que no logra darle material suficiente para joder a Namjoon. A veces pienso que es más que negocio y ambición, mi padre está obsesionado con mi hermano y me ha utilizado por años para llegarle. Simplemente que no volví abrir los ojos hasta que comenzamos nuestras falsas consultas que se volvieron reales.
Taehyung detuvo su cuchara para mirarlo fijamente con una mueca, viendo como el pelinegro reía cínicamente pero con gran tristeza en su mirar, jugando con el contenido de su plato.
— Desde el comienzo supuse que acercarte a mí fue un plan para poder saber cosas de Namjoon.
— Un plan que dejé olvidada justo en nuestra primera consulta. No quise arrastrarte tampoco quería seguir dañando a Namjoon pero no me es tan fácil salir de todo esto como se pinta. Además, soy la única persona que puede sabotear los intentos de mi padre por destruir a mi hermano. Fui su enemigo pero ya no lo soy aunque él crea que sí pero prefiero que siga creyendo eso porque es la única forma de protegerlo que tengo. Al menos por ahora.
— ¿Por ahora?
— Deseo acabar con la organización de mi padre en un futuro pero para eso necesitaré su ayuda porque no puedo hacerlo solo. Todavía lo dañaré un poco más pero nada de lo que él no pueda reponerse. No conozco muchas cosas de Joon pero sé que ha pasado por mucho y es el hombre que más admiro. El que más odié, envidié y quise joder pero a su vez, creo que nunca dejé de quererlo. Me duele no haber tenido la oportunidad de Soobin, creo que con él hubiese aprendido lo que es una familia. Lo máximo que puedo hacer por él y el lazo que nos une es esto. Ah... También utilizar a Binnie para que le dé de su parte mis regalos en las fechas importantes.
Taehyung estaba procesando toda esa cascadas de confesiones que no se esperó. En una noche le dijo más que un muchas sesiones. Siempre supo que no se habría del todo sin importar su forma de formular sus preguntas. Estuvo siempre hermético pero en esos momentos en que secaba lágrimas de esos morados e inflamados ojos, pudo ver todo lo que le ocultó por largos meses. Ese era otro Jungkook, uno que siempre supo que existía.
— ¿Aún recuerdas lo que hablamos la última vez? — Preguntó jugando con el control remoto mientras el castaño terminaba de recoger la cocina, escuchando un escote "ajá" de su parte. — Sigue en pie pero debo decir algo más.
No estaba seguro de si quería saber la respuesta pero, aún así formuló su pregunta. — ¿Qué debes decir?
— ¿Te amo? — Oyó el estruendo que se produjo en la cocina evidenciando la sorpresa y el nerviosismo de Taehyung, sonriendo sin necesidad de mirarlo. — Sé que estás casado y que deseas luchar por algo quebrado desde hace mucho. Eres psicólogo, lo sabes mejor que yo pero sigues aferrado a ese hombre y quizás continúes estándolo porque temes dejarlo ir. Estás acostumbrado a él y te entiendo aunque me hierva la sangre día y noche imaginándote con él.
— Jungkook, no volvamos a tocar ese tema...
— Tranquilo, no te voy a volver a presionar. Algo que no vi antes que que aunque termines con él yo no soy el mejor prospecto de pareja que existe, quizás no vengas a mí. ¿Después de todo soy un Jeon, no? Solamente quiero que sepas que estoy enamorado de ti y si algún día deseas venir a mi lado, estaré esperándote con los brazos abiertos. Si alguna vez necesitas de mí, estoy a una llamada de distancia, iré a ti. Aunque ambos continuemos viviendo nuestras vidas de esta manera y no estemos juntos físicamente... Estoy contigo.
— Kook... — Musitó con voz quebrada.
— ¡Ay, tengo mucho sueño! — Exageró su bostezo. — ¿Me ayudas a ir a mi habitación?
Los dos sabían que podía caminar perfectamente bien solo pero aún así el castaño fue a su encuentro y lo sujetó con fuerza hasta que lo dejó en la cama. Fue a cubrirlo, pero la firme mano del pelinegro tiró de él hasta acostarlo a su lado, cubriéndolos a ambos con la manta. Taehyung no tenía pijama pero no importó.
— No te besaré, no te tocaré, solamente vamos a dormir así. Abracémonos por hoy y ya mañana vuelves a quedar libre.
— Entonces córrete un poco más para allá.
— ¿Me corro? — Cuestionó con lascivia y una sonrisa.
— Kook, por favor.
— Ya, ya me voy a correr para ti, hermoso. Córrete tú también conmigo. — Ignoró el doble sentido de sus palabras y se acomodó a su lado, volteándose para ser él quien abrazara cuidadosamente e¡al pelinegro. — Buenas noches.
+++
— Recuerda lo que hablamos en casa, no quiero que la maestra me vuelva a decir que no estás haciendo las tareas. ¿De acuerdo? Tienes suficiente tiempo en casa para hacerlas.
— De acuerdo, papi. — Musitó algo apenada. — No volverá a pasar.
Jimin asintió regalándole una sonrisa recordando sus propios tiempos en los que terminaba siempre haciendo la tarea desbordando adrenalina minutos antes de que la maestra le revisara. Su hija había salido mucho más aplicada que él pero comprendía que en las últimas dos semanas desde lo ocurrido con Rosé, ella había estado un tanto despistada y susceptible.
— ¿Me vendrás a buscar tú o mamá? — Preguntó antes de descender del vehículo.
— Vendré yo y si no puedo llegar por el trabajo te recogerá tu tío Taemin y estarás con él hasta que yo pase por ti.
Su serio y preocupado semblante se transformó por uno alegre y vivaz que Jimin no supo cómo tomar. Evidentemente le estaba haciendo rechazo a Rosé, tenía miedo de estar a solas con ella, tanto que prefería quedarse con cualquiera menos con su propia madre utilizando siempre pretextos visibles que él aceptaba sin problema alguno.
Esa mañana Rosé le había dicho que se internaría unas semanas por voluntad propia debido a su problema con el alcohol y aunque no le creyó, esperaba que fuera cierto porque después de todo, ella era la madre de la niña. Todo lo que hacía se reflejaba en ella, no deseaba que Mila se viera mucho más afectada por eso acarreando con eso gran parte de su vida porque, quisiera o no, eso podría volverse un trauma permanente.
— Entonces ten un lindo día en el trabajo papi y mándale saludos a Nam de mi parte. — Sus pensamientos se disiparon al escucharla, sorprendiéndose nuevamente.
Si bien desde el día en que salieron juntos Mila no lo había vuelto a ver, cada día que iba a trabajar le mandaba saludos a Namjoon. — Prometo que si lo veo le daré tus saludos.
Se bajó del auto en cuanto vio a su amiguita Lena y corrió hacia ella sin siquiera darle un beso o abrazo a su padre que se quedó un tanto dislocado. Se acordaba de mandarle saludos a todos el mundo pero a él que lo tenía ahí, lo olvidaba. Se quedó unos segundos mirándola con una sonrisa, viendo como comenzaban hablar contándose todo lo que seguro hicieron en las vacaciones.
Su bebé estaba creciendo más rápido de lo que le hubiera gustado. Tal vez si hubiese estaba más pequeña no estuviera presenciando todo aquello. Sin embargo, no podía mantenerla eternamente una infante envuelta en una burbuja de arcoíris. Ella era demasiado perspicaz, a veces se comportaba como una pequeña adulta y aunque se sorprendía, no podía evitar estar orgulloso de ella. Todo lo vivido lo volvería a experimentar tan solo para tenerla a ella en su vida.
Mientras conducía a su trabajo pensaba nuevamente en los saludos que le había mandado a Namjoon en esas dos semanas y le hubiera encantado dárselos de no ser porque este volvió a tomar esa actitud distante. Pensó que todo mejoraría luego de aquella salida, que al menos le daría la oportunidad de hablar pero tal parecía como si ese día hubiese sido borrado de su memoria mientras que en la suya quedó tatuada.
Cada vez que veía sus fotos, sonreía feliz pero su pecho también dolía. Todo fue tan doméstico, se sintió como si esa hubiese sido su verdadera familia, la que siempre deseó tener. A decir verdad, así la consideraba aunque no estuviesen juntos. Quizás era algo estúpido porque ya no tenían nada pero ellos dos, Namjoon y Mila eran su familia.
Una vez estacionado, divisó que el presidente también estaba caminando en dirección al elevador, estaba solo y ese quizás el mejor momento para al menos saludarlo. Se apresuró a bajar, regresando al olvidarse de su portafolio y echó a correr hacia los ascensores, deteniendo la puerta de estos justo antes de cerrarse.
Estaba algo agitado, sentía que estaba hecho un desastre al ver la siempre impecable figura de quien lo miraba de arriba abajo, pero decidió olvidar todo y sonreírle. Por muy bien que quisiera lucir para él, este ya conocía hasta sus peores facetas.
— Buenos días, señor Kim. — Musitó observando como este trasteaba el tablet que sostenía en sus manos.
— Buenos días, Park. — Calló sin siquiera haber alzado la mirada, haciendo que las alas del menor cayesen tren a su evidente rechazo. — Tengo entendido que dentro de unas horas estarás exponiendo un nuevo proyecto. Te deseo suerte, espero que entiendas que de ello dependen muchas cosas, incluyendo tu aumento de salario.
— Eso lo tengo claro. — Respondió seco algo incómodo aunque sentía que no tenía razón para estarlo. — Mila ha estado mandándote saludos, no sabía si era correcto decirte, además de que no te había visto per solamente quería que lo supieras.
Por primera vez desde que subieron al ascensor lo miró directamente dándole toda su atención. Su corazón se agitó al ver aquellos oscuros y penetrantes ojos después de tanto tiempo, notando como un lado de su comisura se elevaba.
— ¿En serio? Ella es una niña increíble. — De acuerdo, esas palabras lo habían emocionado más que si hubiera dicho que él era increíble. Mordió sus labios para contener no solamente su sonrisa sino los deseos de lanzarse para abrazarlo y besarlo. — ¿Cómo ha estado en estos días?
— Entre lo que cabe bastante bien, he procurado mantenerla ocupada para que no piense mucho y hoy finalmente ha regresado a la escuela.
— Me alegra saber eso, que tenga un buen día, Park. — Se despidió como si de cualquier otro socio o empleado se tratase una vez que llegó a su piso y fue entonces cuando Jimin cayó en cuenta de que jamás presionó el botón de su piso y ahora debía volver a bajar pero había valido la pena.
El resto del día tuvo su cabeza dividida en tres partes, su exposición para buscar la aprobación para el nuevo software, Kim Namjoon y la situación en su casa.
Aún así, su presentación oficial fue un éxito, algo diferente al avance de días anteriores. Eso fue un peso menos sobre sus hombros. Estuvo intentado hablar con Namjoon ese día y el resto de la semana pero le fue imposible. Este siempre lo evitaba o ponía excusas baratas que le impedían verse o tener un minuto de soledad para decirle al menos una palabra.
— ¿Volviste hacerlo? — Preguntó Jackson justo en el momento que Jimin se acercaba para tocar la puerta. — Al igual que el día en que le preguntaste su opinión para resolver lo del plagio frente a todos los directivos, le encargaste expresamente a él que hiciera el software del próximo televisor que estaremos lanzando solamente para callar las habladurías sobre su persona.
— No sé de qué hablas. Yo no hice nada, fue la empresa quien solicitó eso no yo. — Fingía leer los documentos que yacían en su mesa para no hablar con su asistente.
— Cada vez que sales a su defensa lo pones más en entredicho. Después del rumor de que se les vio junto fuera de la empresa...
— Sabes perfectamente que no me importan los rumores. Le di el trabajo porque merecía la oportunidad y no había nadie mejor que él para hacerlo. En la junta todas las ideas fueron mediocres y trilladas, estuviste ahí presente. Simplemente le pedió a Jimin que diera una idea, la misma que le escuché decirte a ti sabiendo que era bueno y que ellos no podrían negarse y argumentar en su contra. — Frotó el puente de su nariz dejando caer firmemente su bolígrafo en la mesa. — Además es mi empresa y al que no le guste como trato a Jimin que renuncie o se queje con derechos humanos.
— ¿A dónde vas? ¿No pensarás irte a una de tus sesiones ahora verdad? — Cuestionó Wang al verlo levantarse molesto tomando sus cosas para irse. — ¡Kim!
Jimin corrió a esconderse en la sala de reuniones para no ser visto, sintiendo su corazón y cabeza martillar luego de aquella conversación. Él había estado al pendiente suyo todo ese tiempo, incluso lo había estado ayudando sin saberlo y eso era más que suficiente para llenarse de valor y hacerle frente a sus esquivas y negativas. Tenía que hablar con él sin importar qué.
Saberlo yendo hacia una de sus sesiones hizo que la llamarada de los celos también se activasen y se uniera a la fiesta de emociones que tenía en su interior en ese instante. Esperó a que Jackson saliera de la oficina y una vez que vio el elevador llagar abajo, se apresuró para bajar a su oficina recoger sus cosas y salir sin decirle nada a nadie. Si todo salía bien quizás podía hacer uso de la palanca y el presidente, sino , su despido bien valdría la pena.
Estaba loco, lo sabía pero en ese momento, su locura era lo único que le permitía tomar esa disparatada decisión conociendo el carácter del Namjoon. Aceleró el vehículo y estacionó a unos metros de eso lugar al que no había vuelto, rezando porque los planetas se alinearan a su favor y no hubiese cambiado la clave de ingreso como lo hizo con su casa.
Sonrió victorioso cuando el sonido le indicó que podía entrar, adentrándose en la casa a paso firme encontrándose con un sujeto completamente horrorizado al verlo y a un Namjoon sorprendido, confundido que solamente parpadeaba con sus labios entreabiertos.
— ¡Vamos hablar! — Levantó su mano cuando lo vio abrir su boca para refutar. — Por si te quedó dudas, no es una pregunta, doctor. — Se giró hacia que parecía ser su cliente del día y le sonrió. — Lo siento, el doctor ya tenía una cita previa pero estoy seguro que en otro momento te compensará. Por favor, retírate. — El sujeto miró a hacia el otro lado esperando que Namjoon dijese algo diferente pero el chasquido de unos dedos en su rostro llamó su atención. — ¿No me escuchaste? ¡Adiós!
💙💙💙
Y con esto me despido. 🙈😝 Espero que les haya gustado el capítulo. ¡Nos vemos en el próximo!
LORED
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro