Capítulo 49
¿Qué era esa pecera en donde los tenían encerrados sin poder escapar? Los obligaba a mirarse cuando aún no resolvían sus discrepancias, siendo unidos por el mayor de los imprevistos, un rara casualidad que ninguno vio venir.
En todas las noches en vela, Jimin siempre pensaba lo mismo. Nada podía llegar a ser más doloroso que no llegar a saber qué pasó o qué hubiera pasado si. Nunca se sabía cómo iba a ser el aterrizaje, el despegue o la travesía pero, en este caso, él si tuvo una ligera idea de todo lo que podía ocurrir una vez que todo se supiera pero su cobardía le impidió pensar las cosas con claridad, asumiendo ahora de la forma más cruel el resultado de sus actos.
Sin embargo, podían llamarlo loco pero en ese instante en donde no se hablaban con Mila presente, envuelto lo desconocido era la incertidumbre lo que le estaba calentando el alma, todo se hacía artificialmente maravilloso, tanto que lo abrumaba porque era una fantasía. Aún así, una extraña esperanza comenzaba albergarse en él.
Tenían que hablar, eso era lo que necesitaban, enmendar todos sus errores pero verlo interactuar con su hija como si se conocieran de mucho, sabiendo el carácter de Namjoon, la situación en la que se encontraba pero la calma como trataba a su tesoro, lo hacía estremecer.
Fue entonces que por un momento comprendió nuevamente el por qué Rosé utilizaba a la niña para acercarse a él, para vivir una maldita fantasía de familia perfecta que no existía. La misma ilusión que recorrió su cerebro aunque sin inmiscuir a Mila.
Namjoon parecía no querer nada con él y lo aceptaría, tenía que hacerlo pero no sin antes hablar con él. Aunque no volvieran a verse nunca más, aunque todo quedara como una especie de sueño interrumpido necesitaba aclarar las cosas entre ambos. Sin malos pensamientos, rencores o falsas idead.
— ¿Ya mamá se fue? — Preguntó tomando en su mano el nuevo diseño de tablet que Jimin traía en su mano. — ¿Qué voy hacer aquí en tu trabajo? Yo iba a salir con el tío Taemin y el señor Ha, me iban a llevar a pasear pero mi mamá llegó y me trajo para acá.
Jimin ensanchó sus ojos al ver como la mención de dos personas que parecían encrespar la piel del mayor eran mencionadas. Tomó con cuidado el aparato de las manos de Mila y lo apagó.
— Hay mejores cosas para hacer que estar pegada todo el día en cualquier aparato inteligente. — La niña hizo una mueca porque de no jugar con eso no tenía nada más para hacer en ese lugar. — Señor Kim... — el temblor en su voz fue evidente para ambos, no tenía valor o fuerza suficiente para hablar con él pero no tenía de otra.
— Park... — Musitó observando a Mila levantarse y caminar hacia su silla para girar mientras admiraba la vista.
¿Era su corazón lo que sonaba así? Sus oídos se estaban llenando de aire aún cuando fingía cierta indiferencia observando a un punto fijo. No podía mirarlo directamente a los ojos, mirar a Jimin era una prueba demasiado fuerte para él y ahora por alguna razón, mucho más. Estaba ligeramente relajado luego de escuchar a la menor y todo se estaba volviendo muy confuso. Estaba molesto sí, pero, tenía deseos de.. ¿Abrazarlo, quizás?
— Sé que ya no debo tratar directamente con usted pero ya que estoy aquí me tomo el atrevimiento para pedirle el resto del día libre.
Namjoon jugaba con el interior de los labios, volviéndose nuevamente indescifrable para él. Intentó estudiarlo basándose en lo que ya sabía pero no sacaba nada.
— Puedes irte, disfruta el día con tu hija, la empresa no es el mejor ambiente para ella. — Comentó calmado, devolviéndole la sonrisa a la atrevida princesa que se acercaba a él para besarle las mejillas.
Definitivamente no era una niña común, una descendiente de coreanos atípica extremadamente cariñosa. No se conocían, era la tercera vez que lo veía y la segunda que conversaban, no estaba acostumbrado a esas muestras de afectos pero por un momento todo dejó de tener sentido para él. Miles de recuerdos con Soobin llegaron a su mente, le hubiese gustado ser un mejor hermano para él.
— ¡Mila! — Exclamó nervioso Jimin. — Hemos hablado de esto muchas veces, ¿qué te he dicho?
— Tranquilo, Park, no regañes a la niña. Yo no estoy molesto por ese beso tan cariñoso. — Sostuvo sus manitas y le sonrió entregándole toda su atención. — ¿A qué se debe ese beso? No sabía que te agradara tanto.
— Pareces medio triste y aburrido. A mi papá y sus amigos como el tío Taemin, les pone de buen humor cuando yo les doy un beso, por eso. — Jimin rascó su nuca con una sonrisa incómoda, loco por salir de allí.
— Entonces, muchas gracias por todo, señor Kim. — Expresó poniéndose en pie.
— ¿No puedes venir con nosotros? ¿Tienes mucho trabajo? Si sientes que no puedes con algo no tienes que esforzarte, puedes hacer algo más y luego retomarlo más entusiasmado, viéndolo todo más bonito. ¿Verdad papá? Él siempre me lo dice.
Sus palabras se cortaron, no sabía qué decir exactamente, cómo responder a eso. Quizás en otras circunstancias o con otras personas pudiese reaccionar diferente pero en ese instante, sus manos sudaban y su mente había dejado de funcionar una vez que escuchó a su hija.
Por su parte Namjoon no estaba muy diferente, no se imaginaba ser invitado a salir junto a Jimin por una niña de nueve años, su hija. Estaba claro que no podía aceptar la invitación, una disculpa bien formulada debería sacarlo de ese apuro pero, la interrupción de Wang rompió su concentración.
— Presidente. — Saludó una vez más a Park luego de haberle comentado que su hija se encontraba en la oficina del mayor, sintiendo como el ambiente estaba ligeramente tenso pero una tensión diferente a la que por semanas ellos habían mantenido. Como siempre fingió no ver o percatarse de nada. — La reunión ya está lista, los nuevos inversionistas están reunidos en la sala de juntas.
— Eh sí, dígales que... — Su mirada se desvió a una Mila cabizbaja que comenzó a dar pasos hacia su padre, abrazando su cintura con una mano mientras con la otra frotaba la herida en su cabeza. ¿Por qué se sentía así, como si estuviese haciendo algo malo o lastimando directamente a ese angelito? — Dígale que me ha surgido un imprevisto urgente, invéntales cualquier cosa y agenda una nueva reunión para cuando ellos estén disponibles nuevamente, es mi culpa.
— Kim, yo entiendo pero... Atrasar la reunión sería retrasar la inversión y por ende varios de nuestros proyectos. Esto es importante, por favor. — Namjoon lo volvió a mirar sabiendo que tenía razón pero cuando el asistente miró los otros tres rostros dentro de aquella oficina suspiró vencido.— De acuerdo, buscaré la forma de organizarla para esta semana y así no atrasarnos.
El mayor sonrió y palmeó su hombro en agradecimiento, yendo hacia su escritorio para tomar sus cosas e indicarle el camino ya conocido a los demás para que salieran. Hubo silencio mientras descendían en el ascensor, mismo que aumentó una vez que Wang los dejó solos. Mila miraba a los mayores pero no decía absolutamente nada.
¿Sorprendido?
Esa palabra se quedaba corta para describirlo. Aún cuando estaba recogiendo las cosas en su oficina no podía creer que Namjoon lo estuviera esperando en el estacionamiento junto a su hija. Es que ni en sus más fantasiosos sueños previó algo así. No se esperó que el mayor cancelara una reunión tan importante por ellos, para pasar tiempo juntos.
¿Qué estaba ocurriendo?
Si alguien le hubiese dicho al rubio o al peligros que estarían un martes en hora laboral escuchando canciones de grupos femeninos de K-pop mientras la hija del primero los honoraba con un espléndido y ruidoso karaoke mientras conducían sin saber a dónde, ninguno lo hubiese creído.
Namjoon no podía evitar reír, estaba confundido, no sabía lo que estaba haciendo pero, ahí estaba, riéndose con Mila sin poder acompañarla en sus canciones porque no se sabía absolutamente ninguna. A decir verdad, ni siquiera las había oído. Park en cambio, se notaba estar familiarizado con ellas, cuando se le ordenó cantar, lo hizo sabiéndose todas las letras y coreografía.
Eso era hermoso.
Ver la complicidad entre padre e hija, era algo maravilloso. Su padre falleció cuando él era aún muy niño pero sí recordaba jugar con él, como lo ponía a dormir en las noches y algunas cosas poco claras que venían e iban de su mente sin estar seguro si era realidad o falsos recuerdos.
Todo parecía tan increíblemente familiar que lo confundía. No fue algo que hiciera jamás, sí, cantaba a veces con Soobin pero siempre fueron ellos dos solos, nunca hubo un tercero cuando se dieron esas situaciones. A veces salían con Taehyung, otras con Jackson pero nunca tuvo ese sentimiento que estaba experimentando. Algo cálido lo embargaba y eliminaba todo rastro de molestia que pudiese tiene momentáneamente.
Comparar los escenarios era algo ilógico pero en ese momento, Jimin sentía como si estuviese caminando a la playa, rodeado del ruido de las olas sin ver nada más con la calidez de Namjoon tapando sus ojos con la mano sintiendo la sensación de la arena bajo sus pies. Ese hombre con el que había esperado amaneceres y vio varias puestas de sol, cuando se esperaban para hablar ansiosos y morían de ganas por saber qué diría el otro.
Todo ese se multiplicaba con la presencia de su mayor tesoro, su verdadero todo. Mila siempre fue lo más importante para él desde el momento en que supo de su existencia, nada cambió, excepto por el hecho que ahora tenía dos grandes sentimientos, dos grandes y diferentes amores en su pecho por las personas que lo acompañaban en ese momento.
Podía ser egoísta pero, no quería que el tiempo siguiera corriendo, quería detenerlo justo ahí, escuchando al mayor esforzarse por tararear una canción bajo la insistencia de mila y ella riendo mostrando todo su esplendor. Viendo las miradas cómplices que ambos se daban como si se conocieran de toda la vida. Se sentía como un espectador orgulloso y agradecido de formar parte de ese momento.
— ¡Papi, tú también!
— ¡Ddu-du ddu- du! ¡La la la la la la la! — Cantaron al unísono los mayores.
Namjoon era nuevamente novato en eso de los gustos de un niño por eso no sabía muy bien a dónde llevarla. Fue por eso que optó por la opción más viable, sencilla y segura que todo niño amaba. Un parque de diversiones. El Skyline Park quizás le parecía poco, lo ideal sería llevarla a Europa Park o Disneyland pero por ahora era todo lo que tenían.
Quizás en otra ocasión...
¿Qué fue eso que pensó?
Agitó su cabeza aclarando su mente y descendieron a comprar los tickets. El rubio fue a pagar pero cuando llegó a la taquilla ya estaban comprados por lo que se apresuró para conseguirles algodones de azúcar y lentamente comenzar a caminar.
A sus treinta y dos años de edad, Namjoon no se imaginó dentro de una taza donde a penas podía poner sus piernas dando vueltas junto a dos niños. Porque sí, Jimin jugando con su hija parecía un niño más. Hubieron muchas fotos a petición de la niña, como acostumbraba hacer cuando salía con su padre y padrino, tomaba la mano de ambos y los hacía ir a su ritmos.
Sin embargo, se sentía diferente para el rubio, es que claramente su jefe no era Taemin y su compañía no era la de un amigo. De ser así, no lo estarían invadiendo los contrastes deseos de tomar su mano, de besarlo, sentirlo mucho más cerca y verlo darle una sonrisa directa a su persona.
No se quejaba. En lo absoluto, siendo como estaban las cosas estaba más que agradecido por tenerlo allí, verlo yendo de un lado a otra trajeado, resaltando sobre los padres que claramente iban mucho más casuales y deportivos.
— ¿Qué quieres comer? — Preguntó Namjoon luego de indicarle a la niña que era hora de tomar una pausa para alimentarse.
El padre quiso reír, porque sinceramente por momentos, parecía ser el mayor el padre de Mila y no él. Se tomaba todo terriblemente en serio y ahora estaba ahí, diciéndole qué debería comer mientras que ella no replicaba.
— No me gustan los champiñones, Nam. — ¿Nam? El aludido parpadeó varias veces frente a la familiaridad con que lo nombró y Jimin tuvo que tomar la servilleta para cubrirse el rostro y reírse. — ¿No podemos comer hamburguesas o pizzas? Estamos en un parque de diversiones, hoy se pueden romper las reglas.
— ¿Es eso así? — Preguntó mirando a Jimin que asintió. Cuando salían de esa forma era cuando único le permitía a Mila comer lo que deseara. — Entonces yo pediré una pizza con prosciutto cotto, tu papá lo mismo porque tampoco come champiñones y para ti... ¿Tú que quieres, pequeña?
— Hawaiana con prosciutto di Parma. — Namjoon hizo una mueca de asco y ella no pudo evitar reírse. Podían seguir diciéndole lo que quisieran pero la piña en la pizza era un gran "no" para él. — ¿Cómo sabes lo que le gusta a mi papa?
— Oh, eso es porque... — No sabía qué decir.
— Eso es porque Namjoon conoce de papi mucho más de lo que él se imagina. — Habló mirando fijamente aa su jefe que claramente intentaba romper el contacto visual con él. — Ahora deja de preguntar, mira a ver qué más quieres pedir. ¿Spetzi?
Comieron tranquilos, terminando con un helado que ensució el pantalón azul de Namjoon por un tropiezo que el rubio se llevó. Fue un momento incómodo pero, a su vez agradable para ambos. Caminaron alrededor del lago despacio, viendo a Mila jugar con otra niña que iba con su madre. Estaban relajados en ese momento, no había tensión, malas miradas o algo negativo, solamente eran ellos disfrutando de una tarde familiar.
— ¿Por qué están tomados de las manos? — Los sorprendió la niña desde atrás haciéndoles notar que efectivamente se habían dado la manos. Ambos se apresuraron a liberarse, disimulando aquel momento. — ¿Son novios?
— ¿Qué? ¡No! — Se apresuró a exclamar Jimin antes de que el mayor pudiese hablar. Era natural pero, el recordatorio de lo que dijo seguida de esas palabras hizo que una parte del peligros volviera a tensarse y cerrarse. — Yo estoy casado con tu mamá, no puedo tener novio. Dar la mano no significa exactamente que estás en una relación.
— Cuando el tío Teamin le dio la mano a Kai me explicaste que lo hacían porque eran novios y se amaban. Que los novios se aman pero tú y mi mamá no se aman. — Cruzó sus dedos bajando la cabeza. — Fue por eso que cuando los vi pensé... Pensé que Nam era tu novio.
Jimin buscó con la mirada al otro mencionado quien se encontraba sonrojado y repartiendo el peso de su cuerpo moviéndose de un lado a otro. Él no era el padre de esa criatura y esas cosas lo ponían nervioso, es decir, dar explicaciones. Era práctico y tajante, algo que no se puede aplicar en niños, esa era una área desconocida de cierta forma para él.
— Sí pero, esa no es la única razón. Tú le das la mano a Nam, a Taemin, a mí, eso no significa que seamos novios, sino que hay cariño y confianza. Eso es lo que hizo que uniéramos las manos, confianza.
La menor se encogió de hombros y asintió, apurando a Namjoon para ir hacia el carrusel. Ella montó sola, dejando a los adultos sin su presencia casi absoluta por primera vez en el día.
— Gracias... — Musitó Jimin cruzado de brazos acercándose al mayor que mantenía los ojos centrados en el carrusel.
— ¿Por qué?
— Por hoy, por esto, por todo. — Comentó volteándose para encararlo.
Se fue derritiendo de apoco durante todo el día al ver a las personas que amaba compartiendo juntas alegremente. Al ver ese hombre como pese a no dirigirle mucho la palabra los cuidaba a ambos. Haber vuelto a sentirlo, aunque sea con el leve roce de su mano parecía tan irreal que no creía que hubiera sucedido.
— No tienes nada que agradecer, después de todo estoy aquí por Mila, porque ella merecía borrar todo mal sabor de boca y cualquier experiencia triste vivida en las últimas horas. — Jimin frunció su ceño y Nam suspiró. — Sé lo que ocurrió ayer luego de mi partida. Sé el por qué se fueron a casa de Taemin en la noche.
— ¿Mila te contó?
— Sí, lo hizo y me alegro de que lo haya hecho, de que haya sido sincera y me contara lo que tú debiste haberme dicho, en vez de tenerme con mentiras engañado durante meses, usando mis sentimientos para tapar tus problemas matrimoniales. Me ocultaste el hecho de que tenías una familia durante meses. Dentro de tres semanas ya harán dos años que nos conocemos, bueno... Que nos vimos a la cara por primera vez en aquella sesión y hoy siento que sé de ti menos que en aquel entonces.
— Nam...
— ¡Nam! — Gritó Mila interrumpiéndolos, apresurando al mayor mientras su padre los seguía con los brazos cruzados y alas caídas. — ¡Vamos hacerlo!
— ¿Qué? — Preguntó mirando hacia donde señalaba la menor.— ¿Qué? ¡No, no no! ¡Definitivamente no! — Se carcajeó huyendo mientras ella lo arrastraba. — No pienso hacerlo, Jimin... ¡Ayúdame!
— Vamos a meter a Nam, allá dentro, tesoro.
Su jefe le dedicó una mirada asesina pero la ignoró centrándose en ayudar a su hija. Ese no era un día para conversar, lo harían, pero no era el momento y le quedaba claro. Una hora después, los tres salían de aquel lugar mientras Namjoon no se dejaba de tocar la cabeza.
— ¡Dios mío! ¿Qué he hecho? — Se preguntaba aterrado.
— Te queda lindo, ¿verdad papi? — Asintió.
Mila tuvo la brillante idea de teñir sus cabellos de forma temporal, Jimin lo tenía rosa, Namjoon violeta y ella rojo como Ariel, la sirenita. Esa fue la mayor locura que el presidente de KNJ Enterprises había hecho en siglos y por alguna razón al ver el rostro feliz y complacido de la menor sintió que valió la pena.
Tomaron varias fotos en una cabina y cada uno cogió una tira de las tres copias que daban. Eran fotos desbordantes de cariños, la primera estaban con sonrisas forzadas pero ya la segunda sonreían más relajadamente. En otra ella estuvo enganchada de sus cuellos y en la última ambos besaban cada una de sus mejillas mientras ella se tapaba los ojos.
No lo dijeron pero, especialmente esa última fotografía iba a terminar en las billeteras de ambos.
Para el momento en que llegaron a casa de Taemin, Mila estaba completamente dormida en el asiento trasero. Jimin no logró sacarla solo así que fue ayudado y escoltado hasta que el castaño abrió su puerta completamente confundido sin saber qué decir. Boqueaba mientras señalaba sus cabezas pero conociendo la situación, optó por no decir absolutamente nada. Permitió que Namjoon dejara las pertenencias de ambos sobre el sofá, sorprendiéndose al ver como Ha Sungwoon aparecía colocándose el saco y la corbata, algo que hubiese sido del todo normal si no hubiese salido de la habitación que bien sabía era de Jimin y no tenía baño alguno para utilizar esa excusa.
— Gracias. — Musitó Jimin al salir de la habitación donde dejó dormida a su hija. — De verdad, gracias por todo.
— No te preocupes, descansa y mañana nos veremos en el trabajo. Taemin, Sungwoon, buenas noches. — Se despidió educadamente.
— Espera, Kim, me iré contigo.
Rodó sus ojos pero esperó a que se despidiera de ambos, empuñando sus manos al ver el abrazo extendido que le dio al rubio mientras que del castaño se despidió con dos simples besos en las mejillas.
El ambiente se tornó tenso en el elevador, Namjoon no decía nada pero la ladeada sonrisa que el contrario desbordaba lo tenía al borde de colapsar. Demasiado pasando por su cabeza como para tener que lidiar con su interés en Jimin también.
— ¿Ocurre algo, Kim? Siento que mi presencia te está incomodando y no sé por qué. — Guardó las manos el el bolsillo de su abrigo y esperó una respuesta. — Me dirás.
— Seré directo y espero que como hombre seas sincero. ¿Estás interesado en Park Jimin? — Preguntó serio pero sin mostrar ápice de ansiedad o molestia, con tanta pasividad e hipocresía como el mundo de los negocios lo había entrenado.
— Sí, tengo interés en él. — El peligras tensó su mandíbula, empuñó sus manos y ya sin poder ocultarlo, resopló mordiendo sus mejillas, peinando el cabello que el aire comenzaba a despeinar. — Pero, no de la forma en que estás pensando.
— Según tú cuál es esa forma, Ha.
— Amorosa, sexualmente... No me interesa como hombre, los motivos para acercarme a él son personales pero no de esa índole. Mi interés es serio y sincero, no pienso hacerle daño. Sé perfectamente que tienen algo desde el día en que lo llevaste a mi evento en Seúl. No soy ingenuo y estuve observándolos.
— ¿Qué tipo de interés tienes en él entonces? Supongo que podría saber.
El contrario asintió volteándose, sopesando la idea de responderle. Imitó a Namjoon pensando su cabello y tras un largo suspiro lo encaró.
— Es mi hermano, Park Jimin es mi hermano de sangre y lo descubrí gracias a ti cuando lo llevaste a esa fiesta.
💙💙💙
Also... Dejo esto por aquí y me retiro. 🙈
LORED
💙💙💙
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