Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 44

La mirada del mayor pasó de dolor a decepción y de ahí al enojo mezclado con sorpresa. Tapó su boca con el dorso de la mano riendo para no llorar más sin conseguirlo. Dejó caer el brazo sin fuerza y cuando el menor se acercó para abrazarlo, lo alejó con un empujón.

— Lo sabías, supiste todo este tiempo que esos dos tenían una relación y no fuiste capaz de decirme. — Gritó enojado. — No pudiste abrirme los ojos. Es que claro, ahora entiendo tu seguridad para quedarte al lado mío diciendo que si tu hermano me aceptaba me dejarías libre porque tenías más que claro que eso nunca sucedería, que él estaba enamorado de alguien más. Porque tú...

— Yo nada, hyung. No tengo obligaciones de revelarte de la vida privada de mi hermano, no puedo abrir unos ojos que no quieren ser abiertos. — Espetó alzando por primera vez la voz. — Deja de acusarme de cosas absurdas porque yo me enteré hace pocos días de todo eso, en cambio tú, no te viste sorprendido, dolido sí pero no sorprendido. Lo que me lleva a la conclusión de que sí sabías que entre ellos dos había una relación y aún así estuviste con mi hermano.

— Yo no tuve sexo con tu hermano entre Namjoon y yo nunca ocurrió nada de eso.

— ¿Entonces por qué me hiciste creer que era así? — Cuestionó obligando a que lo mirase a los ojos.

— Te dije claramente que las cosas no eran tan así como las pensabas pero no terminamos de hablar correctamente ese día, nosotros no tuvimos sexo, simplemente fui masturbado por él. ¿De acuerdo? No me preguntes bajo qué circunstancias ocurrió todo eso pero así fue. Sí sabía que ellos tenían algo y si te soy sincero también deseaba que cuando tu hermano me tuviera entre sus brazos se olvidara de ese hombre y viniera a mí. Quería que se diera cuenta de todo lo que siento por él de todo lo que podríamos hacer juntos.

— ¡Cállate! — Gritó Soobin molesto y decepcionado. — ¿Por qué hyung? ¿Para qué tuviste que rebajarte tanto con esas artimañas baratas cuando mereces que te quieran por todo lo que eres y no por el recipiente que puedes ser para alguien que no te ama? ¿Cómo pudiste querer meterte de forma tan egoísta en la primera relación que mi hermano ha tenido en sus treinta y dos años de vida?

Le dolía ser observado de esa forma por el menor, se odiaba por eso. Se odiaba porque a pesar de no poder sacar de su corazón de la noche a la mañana lo que por más de una década sintió por Namjoon, lo estaba queriendo. Se estaba enamorando del hombre que tenía frente a él y ver como por primera vez le hablaba y miraba de esa forma lo hacía sentirse mal. Quería abrazarlo, quería refugiarse en él pero era mucho más egoísta hacer eso que dejarlo marchar con todas las decepciones que le causaba.

— Sabes, yo no me enamoré de ti por el increíble sexo que me regalaste, tampoco por enseñarme hacer el amor con un hombre, con quien yo considero mi hombre. Me fui enamorando de ti yo creo sin darme cuenta desde hace mucho tiempo, porque la admiración que sentía hacia a ti, lo mucho que te quería y lo bien que me llevaba contigo era algo más que no supe identificar hasta esa noche en ese sofá cuando me atreví a besarte. Te amo porque la persona que has sido todos estos años es maravillosa, llena de entereza, que era capaz de amar desinteresadamente y entregarse en cuerpo y alma a pesar de no ser correspondido. Por ser una buena persona y haber siempre cuidado de nosotros.

— Soobin.

— ¿Por qué lo hiciste?

— No lo sé. — Admitió. — Es decir, sí quería todo eso, pensé que mis sentimientos por tu hermano seguían intactos y cuando vi una oportunidad de tenerlo por muy despreciable o ínfima que fuese, la quise agarrar. No sabes lo que he vivido estos doce años, no pensé con claridad más allá de que quería intentarlo todo.

— Pero esa no era la manera, tuviste todos esos años para confesarte y hacer las cosas bien. Si me preguntas, creo que mi hermano lo hubiese visto con buenos ojos antes de que Jimin apareciera en su vida pero no lo hiciste y debías asumir las consecuencias de tu miedo e inseguridades. Podías haber dañado una relación que actualmente significa todo para mi hermano y no solamente dañarlo a él sino también a mí porque aunque te ame como lo hago, mi hermano es el ser más importante en el mundo para mí. Verlo sufrir en silencio siempre me ha calado el alma por eso he querido ser alguien bueno y casi perfecto para él para que fuera feliz y se sintiese orgulloso de mí.

— Tu hermano siempre ha estado orgulloso de ti y te ama como a nadie.

— Lo sé, hyung. — Aceptó sentándose en el sofá. — ¿Tanto lo amas aún? La necesidad de amarlo y tenerlo en tu cama son tan grandes... — No sabía si aquello que estaba diciendo era una pregunta o simplemente una aceptación que hacía en voz alta. — De verdad no creo que mi hermano se separe de Jimin pero, si lo hace y te busca o tienen algo, no me opondré. Lo que he vivido contigo ha sido bello, algo insuficiente para mi gusto pero bello al fin y al cabo, por lo que solamente puedo desearte felicidad. A ti y a él, juntos o por separado.

El corazón de Wang latió rápido, estaba increíblemente asustado frente a esas palabras. Le había acabado de decir que no se alejaría, ¿por qué entonces aquello sonaba como una despedida? Temeroso y con algo de dudas tomó la mano del menor y caminó con él los escasos pasos que los distanciaba del sofá.

— Hoy en realidad no lloré por escuchar a tu hermano haciendo algo que ya sabía que hacía pese a que sí me incomodó. Lloré por lo imbécil que he sido, por lo que hice y por todos los años anclado a su tobillo que he pasado. Lloré porque aunque sí deseé todo aquello que escuché, me di cuenta que estaba perdiendo otra vez la oportunidad de ser feliz por miedo, por mis acciones idiotas. Lloré porque me siento culpable de estar sintiendo cosas por ti porque mereces mucho más de lo que soy capaz de darte.

— Hyung...

— ¡Shhh! — Detuvo sus palabras acariciando sus labios con su diestro pulgar. — No me eres indiferente Soobin, de hecho, cuando ocurrió aquello con tu hermano estuve pensándote e incluso te comparé. Porque la calidez con la que tus manos traspasa todo el cariño que me tienes a mi piel es única. Tus besos, tus sonrisa, tu trato es distintivo y obviando el amor unilateral que tuve por Namjoon, nunca sentí lo que contigo. Ni siquiera por él y aclaro que no estoy hablando de orgasmos o sexo en general. Yo no puedo decirte que te amo porque nos estaría mintiendo pero te quiero mucho Soobin y es por eso que creo que necesitas despegarte de mí y volar alto.

El menor besó su dedo y él sonrió entre lágrimas. Esta vez si dejó que uniera sus frentes y lo acariciara, incluso volvió a respirar cuando sus labios se unieron a los suyos. Fue un beso tan lánguido pero significativo para él que no sabía exactamente qué hacer. En algún punto sus lenguas comenzaron a caldear el ambiente pero cuando se sentó sobre el regazo del menor y este lo quitó, quedó totalmente confundido.

— Agradezco que fueras sincero conmigo y me dijeras todo esto. Soy feliz de saber que tengo una oportunidad contigo pero ahora mismo, no puedo aceptar esto. Es decir, no quiero que tengamos intimidad, no hoy y no mañana. Quiero que dejando esa actividad de lado, nos permitas ir conociéndonos aún más. Estar seguros de cualquier paso que vayamos a dar. Esta vez no como amantes, no como el Soobin que se queda callado aceptando que busques a alguien más. Sino, como dos adultos comprometidos en una relación que queremos que funcione. Si tu aceptas, claro está.

— Binnie...

— Sin importar cuál sea tu decisión no me voy a molestar, te esperaré porque no tengo prisas pero, hasta que no estés seguro de que es conmigo con quien deseas estar, tú y yo no volveremos a intimar. — El mayor abrió los ojos sorprendido y algo decepcionado pero asintió. — Tienes no solamente mi número y dirección, tienes llaves de mi apartamento y de mi vida. Simplemente tienes que venir a mí cuando te sientas listo. ¿De acuerdo?

El mayor asintió en silencio, volviendo a su regazo para ser envuelto entre sus brazos, tan fuertes y reconfortantes, tan seguro como o pensó que fuesen a sentirse los de su eterno niño de dieciocho años no tan niño.

— Vamos, ya es tarde, te acompañaré a la cama antes de irme.

— ¿Sabes que aquí el niño es otro, verdad? Yo no necesito que me lleves a la cama y me cuides el sueño. — Hizo una falsa mueca de molestia.

— ¿Realmente seguirás llamándome así, cierto? No me importa, aún así tú también eres un niño en muchas cosas y como tal te cuidaré y cuando te lo ganes, te daré tu biberón también. — Bromeó ganándose un manotazo del mayor. — Eres fuerte, hyung.

— Idiota.

— Pero tuyo. — Musitó besándolo antes de levantarse y llevarlo a la cama.

— Quédate aquí aunque no hagamos nada. Solamente por hoy. — Pidió pero el menor se limitó a besarle la frente y taparlo.

— Otro día será, hyung, por hoy creo que es mejor que ambos estemos solos. Mañana escríbeme o llámame si deseas, yo vendré en la noche luego de la cena con la familia para verte un rato.

— ¿Cenarás con tu familia? — Eso era extraño, ni él ni Namjoon solían comer con sus padres. — ¿Irás a casa de tus padres?

— No, es en casa de Nam. — Musitó sin entrar en detalles pero el mayor pudo captar todo.

Asintió con una sonrisa y se dejó besar una ultima vez antes de verlo desaparecer por esa puerta. Realmente deseaba abrazarlo esa noche o sentir como era envuelto por esos brazos y los pequeños quejidos que solía dar en la madrugada pero merecería la pena. Soobin tenía razón y ellos necesitaban algo de tiempo, principalmente él. No podía comenzar algo con él mientras que lo que sintiera por Namjoon no ocupara un lugar recóndito en su vida o simplemente desapareciera de una vez y para siempre.

+++

Soobin abrazaba a Jimin feliz con el regalo que este le había dado por navidad. Pues, conociendo sus gustos, entró en contacto con los escritores virtuales preferidos del menor y le mandó a imprimir un total de diez libros como una edición única y especial para él. Algunos con una página extra que incluía una dedicatoria escrita a mano de forma digital de los autores. No tuvo el tiempo suficiente como para conseguir que los firmaran de forma tradicional pero aún así el menor daba brincos de felicidad.

— Los vas a asfixiar, ¿puedes soltarlo? — Pidió Namjoon, tirando de su mano. — Jimin, no permitas que este mocoso te apachurre de esa manera.

— No me molesta, Nam, al contrario, me hace muy feliz. — El menor le sacó la lengua a su hermano e inclinó para besar a postas las mejillas del rubio, riendo al ver a su hermano tensarse.

— Hyung, ¿estás celoso?

— Deja de decir estupideces y toma. — Expresó presionando la caja de su regalo sobre se pecho pues, realmente ver a Jimin ser tratado de esa forma por alguien más fue raro, pero no estaba celoso de su hermanito.

Los tres estaban sentados sobre cojines luego de haber cenado juntos, cerca de un árbol de navidad que Jimin colocó horas antes con ayuda del menor porque la navidad sin un arbolito adornando en la sala no se sentía igual. Rodeados de galletas caseras navideñas que tanto el pelirrojo como el rubio hicieron en casa, luego de que Namjoon aceptara entre besos con su pareja cancelar todo lo planeado para ese día, permaneciendo juntos en casa.

Soobin besó a su hermano por todos lados aprovechando que este era un poco menos arisco en agradecimiento de su regalo.

— Ya veo por qué son tan perfecto juntos es que son los mejores, se complementan hasta a la hora de hacer regalos. Confiesen... ¿Se pusieron de acuerdo para darme los mejores regalos? — Preguntaba volviendo a mirar sus regalos.

Los libros que le regaló su cuñado y la mochila de edición limitada que no logró conseguir en línea, misma que estaba llena de otros obsequios de menor tamaño pero no valía. Lo que más amó, fue esa foto que Jimin obligó al mayor tomarse junto a ellos el día en que se conocieron. Esa que su hermano enmarcó para él y que pondría en su apartamento en cuanto llegase.

La pareja también intercambió regalos, entre ellos un enorme y hermoso dibujo de ambos que el menor enmarcó tomando por sorpresa a todos con sus habilidades para la pintura y el del mayor, algo que hizo que todo el mundo del rubio se detuviera al ver las alianzas que aparecieron dentro de una modesta cajita. Ambos tenían las iniciales del otro grabadas en su interior.

Se abrazaron con emoción y cual niño Soobin los instó a besarse mostrando sus anillos para tomarles una fotos mientras se tapaba los ojos para no verlos con sus labios pegados. Claramente era solamente por diversión, ya que había sido testigo en ese tiempo de más que una simple muestra de cariño.

— ¿Te gustaron?

— Son hermosas, mi amor. Gracias... — Contestó Jimin admirando su alianza, esa que lucía donde una vez, varios años atrás llevo por obligación otra que fingió perder para no volverla usar. — Sin embargo, creo que esto ha sido muy rápido y repentino, ¿no crees?

— Ya te dije que esto no simboliza nada más allá de un recordatorio de que nuestros corazones le pertenecen al otro. Esto no es un compromiso, tampoco anillos de boda, solo un obsequio que quise entregarnos por navidad. — Tomó su mano con suavidad y la besó. — Se te ve hermoso.

El móvil de Namjoon vibró y sin dejar de abrazar al rubio y golpear suavemente con las piernas a su hermanito, contestó con una gran sonrisa.

— ¿Qué sucede, Wang? — Preguntó sintiendo como el menor se tensaba entre sus brazos para relajarse luego de apretarlo con más fuerza y besar su hombro. — Ya sabes que no me gustan los eventos innecesarios, así que encárgate de disculparte con los Park de mi parte.

¿Los Park? ¿Evento?

Todo el cuerpo de Jimin se puso rígido al escuchar el apellido de su familia. Quizás si estuviesen en Corea fuera diferente porque Park era lo que sobraba pero en Alemania y que estaría realizando un evento al día siguiente, no podía ser otros más que sus suegros.

— ¿Qué evento es ese que mencionaste? — Preguntó con nerviosismo siguiendo Namjoon hasta su cuarto de vestir. No quería sonar asustado pero realmente lo estaba. — ¿Podemos hablar un momento?

— Amor, es un evento al que me invitaron y no voy a ir. No me gusta participar en esa clase de eventos si no es absolutamente necesario, fue solamente una invitación que me hicieron por cortesía. — Besó sus labios y le sonrió. — Podemos hablar lo que desees pero no ahora, ya que no he estado en la oficina esta semana hay algo que urge y necesita mi presencia, también deberé reunirme con nuevos socios por lo que me tardaré.

— ¿Regresas hoy?

— Sí, pero será tarde en la noche. Puedes irte a casa para que no te quedes aquí solo ya que Soobin también saldrá pero nos veremos el lunes. Tampoco te preocupes por lo que me contaste de Jackson, ya no estoy molesto por lo de esa llamada. — Lo atrajo a su cuerpo y besó con suavidad. — Puedes relajarte, yo me disculparé con Wang si lo menciona y por lo demás todo bien.

Nada estaba bien, solamente quería que esa semana pasara volando para poder finalmente presentarle a Mila y salir de esa zozobra en la que vivía desde el momento en que tuvo la certeza que el mayor no tenía la más remota idea de que estaba casado. Era un alivio el que no fuera a ese evento pero los latidos de su pecho le decían que no debía tardarse más con aquella conversación.

— ¿Puedes darme unos minutos antes de marchar? — Pidió besando suavemente sus hombros, volteándolo para ayudarlo con la corbata. — El broche que estás buscando lo dejaste en el baño.

— Ah sí, cierto que lo dejé en el baño. — Se rió caminando apresuradamente hacia el cuarto de baño buscando el broche hasta que sintió como sus zapatos escuchaban algo, su broche. — Parece que tendré que usar otro.

— Nam...

— Amor, me están esperando así que no puedo retrasarme más pero si deseas mañana hablamos, te llamo y quedamos. O simplemente ven a casa cuando quiera, estaré trabajando desde aquí. ¿Sí? Dame un beso que debo irme.

Antes de poder decir nada, Namjoon desapareció de su campo de visión, dejándolo aún suspirando con pesadez dentro de aquel baño.

Una vez que logró recomponerse, regresó a la sala junto a un risueño Soobin que lo abrazó. Era tan cariñoso y tan dado al contacto que le parecía a veces un polo totalmente opuesto a Namjoon. Se parecía mucho a Taemin y en poco tiempo le había tomado un cariño muy especial, como si también fuera su hermanito. Cada vez que lo abrazaba le recordaba a su hija y tenía el pálpito de que esta amaría estar junto a Soobin.

— Hyung... — Musitó el menor sopesando la mejor forma de hablarle. Le tenía confianza, era muy fácil abrirse y hablar con Jimin pero aún así le costaba un poco. — ¿Amas a mi hermano?

Quería hacerle esa pregunta obvia solamente para ganar tiempo pues, era evidente que esos dos se adoraban bastaba verlos. Pues por muy distante que estuviesen, sus marcas los unía con una compenetración que él anhelaba tener.

— Más de lo que yo mismo imagino. Nunca pensé sentir esto por alguien y mucho menos pero el pesado de tu hermano pero heme aquí, completamente feliz. — Lo observó sonreír bajando su vista y supo que no era eso lo que el menor quería preguntarle. Acarició suavemente su hombro llamando su atención. — ¿Qué sucede?

— Verás, estoy enamorado de un hombre que es doce años mayor que yo pero, ese no es problema. La cuestión es que mismo si sé que le gusto y lo lleno sexualmente, no ser suficiente para él. Intento demostrarle que le edad no influye en los sentimientos aunque tengan cierto peso pero todo se hace muy difícil porque no solamente es eso, sino que en su corazón y mente existe alguien más.

— Creo que el señor Wang tiene la suerte de tener un hombre como tú que lo ame, ahora simplemente queda que él se dé cuenta de ello. — Soobin se alejó confundido, ¿cómo era que Jimin sabía de ellos dos? — Te vi con él hace unas semanas cuando lo fuiste a buscar al trabajo, asimismo hace dos días cuando fuiste a buscarme para supuestamente hablar conmigo, vi como lo buscaste y seguiste todo el tiempo con la mirada. Así como también sé quién es esa persona que está en su corazón y mente.

— ¿Cómo es que lo sabes? Es decir, la persona que le gusta...

— Digamos que lo intuí desde el comienzo y luego fue mucho más claro y evidente. Sin embargo, quien me preocupa en toda esta situación eres tú pero no me atrevía hablarte de ello hasta que no tuviésemos la confianza suficiente. Yo no te juzgo, a decir verdad, a ninguno porque los humanos somos seres complejos pero animales que carecen de raciocinio a la hora de amar.

— ¿Pero?

— No existe un pero como tal, si tú estás consciente de lo que sucede y te quieres arriesgar te doy mi apoyo para lo que necesites. Solamente no me gustaría que salieras lastimado o que eso pudiese terminar siendo un conflicto en el que tu hermano deberá involucrarse. Tiene adoración contigo y si se enterara de que te hacen sufrir se volvería una fiera. Ellos siguen siendo amigos y socios pero  tú eres el motor de vida de tu hermano. Tampoco me gustaría que la relación de ustedes se viera afectada por eso.

Aún mientras recogía todo el reguero que habían hecho juntos, Jimin no dejaba de observarlo, viéndolo pensar sobre lo que le decía.

— Sé que mi hermano me quiere y que aunque me esté babeando con canas él querrá defenderme pero no permitiré que ese tipo de situaciones ocurra. No sería bueno para nadie, así que por eso no te preocupes. — Le entregó uno de los cojines sonriente. — ¿Cómo llevas el hecho de que él guste de mi hermano?

— Pues he estado celoso y molesto pero a pesar de todo eso confío en Nam y sé que no es ese tipo de hombres que me serían infiel. Él me ha sido siempre sincero aunque yo... — Calló notando como el menor fruncía el ceño. — Nunca le he mentido pero sí hay cosas importantes que debería decirle y aún no le he dicho. Lo he ido aplazando por un motivo u otro y aún no lo hago.

—¿Qué le has ocultado? ¿Podrías decírmelo?

Jimin permaneció callado y estático luego de escuchar esas palabras. Creía que no era correcto contarle a su hermano antes que a él mismo pero, tampoco quería mentirle al chico que tanta confianza le había brindado. Después de todo, solamente quedaban pocos días antes de que le presentara a su hija y le contara toda la verdad.

Fue por ello que aunque reticente, volvió a dejar unos cojines en el suelo y lo sentó. No era Namjoon pero aún así el nudo en su garganta era muy grande. Definitivamente no era lo mismo preparar discursos mentales que pronunciarlos. No sabía cómo decirle, por dónde comenzar.

— Hyung, puedes confiar en mí. Yo sé que lo amas y si estás dispuesto a decirle, a decirme, es porque no quieres engañarlo. Así que yo sabré escucharte y cuando le vayas a decir, lo que sea, pues si deseas también puedes contar con mi apoyo.

— Tu hermano ha hecho un trabajo excelente contigo, eres un amor. — Acarició la mano que lo sostenía y exhaló. — Soy casado y tengo una hija de nueve años, casi diez.

— ¡¿Qué?! — El menor se levantó por la sorpresa pero lentamente volvió a ocupar lugar en uno de los cojines. — ¿Estás llevando dos relaciones a la vez? ¿Estás siéndole infiel a tu pareja? Jimin hyung, no creo que mi hermano vaya aceptar eso, él, él...

— ¡No! No es como te imaginas, yo no le estoy siendo infiel a nadie y tampoco llevo dos relaciones a la vez. — Negó rápidamente procurando ser escuchado.

— ¿Están separados?

— Algo así. — El menor lo miró con el ceño fruncido y  Jimin sintió su corazón detenerse de solamente imaginar la reacción del mayor. — Rosé y yo nos casamos muy jóvenes debido a que ella salió embarazada pero desde hace cuatro años que ella y yo no tenemos ningún tipo de relación marital pese a que seguimos habitando la misma casa y mantenemos las apariencias frente a los demás, principalmente por nuestra hija y su familia. Yo incluso puse la demanda de divorcio pero ella se ha negado siempre a separarse de mí por lo que no creo que vaya a ceder muy pronto.

El menor permaneció callado poniéndose en la situación de ambos pero no sabría cómo hubiese llevado él la situación. Si Jackson desde un comienzo hubiese estado casado y con hijo, ni siquiera lo hubiese mirado, por respeto. Su hermano hubiera sido igual, no se hubiera dado la oportunidad de vivir una relación con Jimin. Tampoco creía que él fuese a tener la mejor de las reacciones pero estando enamorado del rubio como lo estaba, esperaba que no fuese tan radical y entendiese la situación.

— ¿Cómo se llama tu hija? ¿Tienes fotos de ella? — El mayor asintió sonriente, liberando el aire retenido, secando sus sudadas manos en el pantalón para desbloquear rápidamente su teléfono y buscar fotos de su hija. — ¡Wow, es hermosa! Se parece mucho a ti, sus labios y cabello, la sonrisa... Tengo una sobrina bella.

— S-Se llama Mila Park. — Pronunció emocionado al escuchar las palabras del menor, no por los halagos sino por aún sin conocerla, llamarla sobrina. — La verdad es que sí, es mi mayor tesoro, una princesa hermosa.

💙💙💙
3/4

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro