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Capítulo 40

— Realmente la reunión es impostergable, tampoco puedo cancelarla aunque quisiera. — Acomodaba su corbata contemplando la imagen de Jimin en la cama de su habitación.

Le estaba gustando cada vez más despertar a su lado, un placer secreto que no sabía que podía existir. Su adormilado rostro que se tornaba infantil cuando aún tenía sueño y batallaba para levantarse. La silueta de un cuerpo que amanecía casi siempre semidesnudo calentando mucho más que su cama y cuerpo, sino que también su mente y corazón, alegraba su día con solamente estar ahí.

El menor tenía la costumbre de siempre vestirse o desvestirse en la madrugada de forma inconsciente, aunque no se quedaba totalmente desnudo, como si algo en su subconsciente se lo dictara. Era interesante para Namjoon poder apreciar esas cosas tan simples y hogareñas a las que anteriormente no le prestaba atención alguna. Sonrió viéndolo como se cubría la cara e intentaba articular escuetas palabras que se perdían en la almohada que amortiguaba su voz.

— Si no te quitas la almohada de la cara no podré entender lo que dices. — Se acercó arrebatándosela para dejarla tirada al lado. — Habla ahora. — Quería contener su risa pero no podía, ver como el rubio fruncía toda su cara y estiraba era gracioso. — ¿Qué fue lo que dijiste?

— Que no importaba, puedes ir a tu reunión yo tengo cosas importantes que hacer hoy.

— ¿Entonces no me vas esperar aquí en casa? Estoy seguro que si sigues dormido para cuando yo regrese en la tarde recién te estarás preparando un desayuno. — Jimin negó sonriente. — Está bien, ve hacer tus cosas y luego regresa aquí, prometiste pasarte este fin de semana conmigo. Te dije que te tomaras el día libre porque después de lo de ayer supuse que no podrías caminar correctamente y te sería incómodo estar sentado tantas horas, no para que te fueras por ahí y me abandonaras.

— No seas exagerado, no es la primera vez que tu emoción nocturna o diurna causa estragos en mí impidiéndome funcionar en mi mayor capacidad.

— No soy yo el que suele pedir más. — El impacto de la almohada en su pecho lo hizo reír nuevamente. — De acuerdo, lo acepto, yo no lo pido simplemente lo tomo y quizás eso te deja así. — Se inclinó para besar su cuello. — Tu aroma acabado de despertar es tan puro y relajante. Mucho mejor que cualquier otra esencia. — Aspiró profundamente dejándose caer, realmente no deseaba ir a trabajar. — Quisiera que me acompañaras a esa fastidiosa junta, es una lástima que no puedas estar presente.

— Se te va hacer tarde, debes coordinar todo para los eventos del próximo mes. Debido a las festividades navideñas y fin de año será un mes muy agitado. — Acarició su cabello con parsimonia, deleitándose con los leves ronroneos del mayor al sentir su tacto. — Prometo que haré todo lo que tengo pendiente aprovechando que tengo el día libre y regresaré aquí. ¿Quieres que te cocine este noche?

— La idea suena tentadora, pero no quiero acostumbrarme a tu comida demasiado porque será una debilidad más. Mejor espérame arreglado para ir a cenar, no quiero que te agotes demasiado.

Desde su regreso de Corea, cada vez que Jimin se quedaba en su casa se encargaba de la cocina mañana, tarde y noche. Le gustaba hacerlo y aunque le era extraño, el mayor tenía que admitir que también lo disfrutaba. Eran muchas las cosas que estaba experimentando por primera vez con alguien que era su pareja, cualquier persona y no dejaba de estar asustado por ello. Sin embargo, la extraña felicidad que estaba experimentando no se comparaba con nada, era mucho mayor.

— Nam... — El aludido alzó la vista para encontrarse con él, besándolo castamente antes de brindarle su completa atención. — Hoy no me apetece salir a comer, sinceramente quiero que pasemos la noche aquí, juntos y tranquilos. Ya eso lo podremos dejar para mañana si deseas.

— Por mí está bien, como prefieras. — Controló el reloj y se quejó contra el cuello del rubio. Por primera vez se le hacía difícil hacer su trabajo, lo único que siempre había deseado hacer, su refugio y sustento. — Ya me tengo que ir, trataré de cerrar todo lo más temprano posible pero en caso de que me tarde, puedes esperarme aquí. La contraseña de mi casa es la fecha de inauguración de mi empresa en formato coreano.

Jimin quería decir algo pero no salía de su trance, simplemente boqueaba mientras lo veía arreglarse la ropa. Tener la contraseña de su casa era tan... Se sentía tan... No sabía expresar cómo se sentía respecto a eso. Su corazón latía agitado como una reafirmación de que la decisión tomada había sido la correcta. Por el bien de ese hombre que tanto le estaba dando, de ambos, él debía dejar de darle largo a las cosas y armarse de valentía.

— Un beso. — Recibió en la cama el lánguido pero extenso beso de ese hombre que tanto quería. Lo despidió con una sonrisa viéndolo desaparecer.

Se dejó caer nuevamente en el colchón cubriéndose el rostro con la almohada y así permaneció los siguientes cinco minutos antes de irse a duchar y también salir de aquella casa. Tan familiar y hogareña como pocas.

Ya pasaba del mediodía cuando Taemin recibió a su mejor amigo en la casa. Caminaba descalzo y en ropa interior con un gorro infantil que simulaba las orejas de un conejo de peluche. Jimin entró enarcando las cejas confundido al encontrarse con esa imagen, viendo a su amigo jugar con las patas del gorro y las orejas de este que se movían cada que presionaba.

— ¿Me perdí de algo o llegué en medio de un juego de rol para adultos? — Preguntó mirando cuidadosamente a su alrededor. — Si estás acompañado regreso después.

— Estoy solo, acaba de entrar y cuéntame cómo te fue. ¿Hablaste con el abogado?

El día siguiente a su cumpleaños, después de pedirle a Namjoon que durmiera con él sabiendo lo que aquello significaba, decidió llenarse de valor. Esa mañana le pidió a Taemin que lo ayudara a conseguir un buen abogado que pudiera hacerle frente a la familia Park dado el momento. Un momento que sabía que llegaría más temprano que tarde porque una vez que supieran que él había puesto una demanda de divorcio, las cosas podrían descontrolarse.

— Sí, todo está listo para que él comience a procesar mi divorcio. No será fácil y mucho menos barato pero es necesario. Si voy a estar con Namjoon debo de estar libre, él ha demostrado de muchas formas su deseo de estar verdaderamente conmigo y no se merece que yo no no de todo de mí para esta relación. Voy con calma por Mila, no puedo arriesgarme a perderla pero tampoco deseo perderlo a él.

— ¿Lo pensaste bien? Yo sé que fui el primero en alentarte para que definieras tu situación pero tampoco quiero que actúes apresuradamente sin evaluar todos los riesgos. Pensé que primero hablarías con él, le contarías tu situación y lentamente

— Seamos sinceros, todo es demasiado complicado y él no entendería o aceptaría mi situación actual. Una vez que esté divorciado todos esos problemas dejarán de existir porque es Rosé el mayor de todos ellos. confío en que Mila no será un impedimento para nuestra relación, lo he escuchado hablar con y de su hermano menor... — Sonrió haciendo memoria, sintiendo su pecho acalorarse con las tiernas imágenes de las que había sido testigo. — Es un gran hombre, un buen hermano y aunque quizás no lo sepa un buen padre también.

— No lo sé, siento que habían otras formas de manejar esto pero tú lo sabrás mejor que yo. — Se levantó lanzándole su gorro, riendo al ver a su amigo usarlo. — Todo un niño tierno y hermoso. Acabas de rejuvenecer mínimo diez años. ¿Te preparo algo de comer?

— Tengo un hambre que parecen cuatro. ¿Y este gorro de dónde salió?

— Regalo de separación de Kai. — Jimin lo miró confundido y el castaño sonrió encogiéndose de hombros. — No me fue infiel ni nada por el estilo. Rompimos porque simplemente como pareja no congeniamos. El sexo es bueno, nos llevamos bien como amigos pero definitivamente no somos compatibles. Optamos por incluso dejar los encuentros esporádicos y ser solo amigos. Fue la mejor decisión y me siento mucho mejor después de tomarla.

Sacó su celular cuando su amigo salió de la habitación, chequeó sus cuentas y mensajes pero al ver su reflejo en la pantalla tuvo que concordar con el castaño, por eso terminó haciéndose algunas fotos que después le mostraría a Mila. Respondió el mensaje que hacía una hora Namjoon le había mandado para saber cómo estaba pero brincó cuando sintió el vaso frío en su espalda.

— ¡Idiota!

— Deja ese cacharro y ven a comer algo. — Refunfuñó pero terminó haciéndole caso.

Al otro lado de la ciudad, mientras escuchaba una nueva resolución, el teléfono del presidente de KNJ Enterprise vibró. Nunca lo molestaban si no era algo necesario, así que sin importunar lo sacó para encontrarse con la tierna imagen de Jimin usando un sombrero de conejo que le robó una amplia sonrisa. ¿Cómo podía ese hombre ser tan lindo y lucir tan dulce?

Fue un suceso único que no pasó desapercibido para los presentes e inclusive los que hablaban balbucearon algunas palabras al notar a Namjoon sonriendo ampliamente mientras observaba su celular. Elevó la vista encontrándose con todos esos ojos curiosos que intentaron disimular la indiscreción. Guardó en sus bolsillos su móvil luego de teclear una rápida respuesta recuperando su gélido semblante, ignorando como todos se reacomodaban en sus asientos.

Nam

Muy hermosa foto, esta noche espero verte así. Hermoso conejito mío.

¡Mátenlo! ¡Mátenme! Fueron las exclamaciones que llegaron a la cabeza de un Jimin avergonzado. No se había dado cuenta que le había enviado esa foto hasta que no recibió ese mensaje, sinceramente deseaba que la tierra se lo tragara en ese momento. Contempló el mensaje otros segundos para terminar riendo sin darle importancia a la inquisitiva mirada de Taemin junto a las pequeñas patadas que le daba en las piernas. ¿Namjoon siempre había sido así de descarado? Antes era mucho más sutil pero le gustaba todas esas facetas.

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— ¿Por qué no hay fotos tuyas en internet? — Cuestionó Jimin acostado en el sofá, con su cabeza apoyada en el regazo de Namjoon, volteándose levemente para observarlo. — Te he buscado anteriormente, incluso antes de entrar a la empresa para saber cómo lucía el presidente pero no encontré nada.

Elevó su mano para mostrarle su búsqueda en Google pero el mayor se negó a negar y sonreír.

— Todas las que encuentro están mal tomadas por algunos reporteros o sabrá Dios quién, mas son poco nítidas, nunca se te ve el rostro correctamente. Cuando busqué sobre el presidente de KNJ Enterprises no pude encontrar nada sobre ti más que tus logros en el mundo de los negocios y tu perfil sin foto de la empresa. Pensaba que eras un viejo gordo, flatulento y gruñón. — Nam tapó su cara con la palma de su mano haciéndolo reír.

— ¿Qué te parece este viejo gordo, flatulento y gruñón? — Enarcó ambas cejas tirando de sus cachetes.

— No hagas eso, duele... — Mordió su mano, apaciguando el acto con un beso. — Solamente gruñón, los demás adjetivos sobran.

—No me tomo y tampoco me gusta que me tomen fotos esos que solo se interesan por unas vistes o unos billetes. Las únicas que tengo son junto a mi hermanito y he de admitir que fui casi obligado a ello.

— A estas alturas hasta los presidentes tienen redes sociales. No entiendo por qué tú no. — Se incorporó para levantarse a buscar algunas frutas a la cocina.

Namjoon le prestaba atención a su forma de desplazamiento, solamente en su caminar podía ver su estado de ánimo. Ya había aprendido que cuando arrastraba los pies en silencio es porque estaba cansado o simplemente tenía el vago subido y no tenía deseo de hacer nada. Cuando caminaba casi dando saltos o sin razón caminando a una mayor velocidad es porque estaba alegre, entusiasmado o simplemente de muy buen ánimo.

Cuando sus pasos resonaban y reafirmaba más su peso, tensando un poco su cuerpo dejaba ver que estaba molesto, incómodo o de mal humor. Tenía también pasos neutros y esos eran los más difíciles de averiguar pero cuando no lo lograba descifrar, sus ojos lo ayudaban mucho en la tarea. Justo en ese momento que caminaba casi como infante, podía saber que quería algo en específico a lo que le daba vuelta para al final terminar pidiéndoselo y esperaba siempre tranquilo a que tuviera la confianza para hacerlo.

— Simplemente no le veo caso, no soy una persona pública que tiene mucho que mostrar, ni siquiera me considero una persona pública. Mi vida es aburrida y a eso volvemos a sumarle el hecho de que no me gusta exponerme innecesariamente. — Se encogió de hombros en el sofá relajándose con las caricias del menos. — Sería como si le permitiera al mundo ver todo de mi vida y de mí no hay nada bonito que ver.

— ¿Cómo que no? Para comenzar... ¿No te has visto en un espejo? Eres un hombre que exuda elegancia en cada gesto, atractivo y enigmático que atrae a simple vista.Sé de muchas persona, incluyéndome, que entraríamos a cada rato a tu perfil solo para admirarte.

Era gracioso ver como Namjoon evitaba su mirada ruborizado por sus palabras. Si bien él estaba acostumbrado a las vacías adulaciones, no lo estaba con los halagos directos, mucho menos de alguien a quien quisiera y no lo tratara simplemente por ser quien es.

— Viajas mucho, puedes mostrar fotografías hermosas, las veces que te das un momento para visitar museos, son cosas hermosas para compartir. En las redes se comparte lo que uno quiere que el mundo vea, lo que no se guarda o reserva. Por ejemplo, en mis redes solamente verlas paisajes o fotos de mi belleza.

El mayor no pudo evitar carcajearse ante la seguridad de su pareja pero no podía refutar su comentario. Era cierto que era una persona hermosa y no sólo físicamente.

— Sigo sin verle sentido. ¿Para qué quiero que el público vea esas cosas? A nadie realmente le importa. Las celebridades lo hacen porque es parte de su trabajo, viven también de su imagen y los seguidores quieren ver el lado más humano y natural de ellos. Sin embargo, a nadie le importa lo que hace un empresario como yo. Tú eres hermoso, cada facción de tu rostro, parte de tu cuerpo y personalidad. Eres una estrella que brilla con luz propia. Yo no tendría la confianza de tomarme fotos.

Hizo silencio dudando de sus palabras, más bien de sus torpes pensamientos. No podía pensar con claridad si lo tenía tan cerca, siendo tan cariñoso con él.

— Puedo enviarte a ti, es decir si deseas, puedo enviarte fotos de lo que haga, no necesitas las redes sociales. — Expresó con una timidez en su voz que nunca antes había experimentado.

— Mmm, creo que me encanta esa idea. Nunca me has enviado una foto y yo pasé la vergüenza de mandarte una que me la has recordado a cada hora. — Rieron buscando el control remoto. — Quiero ambas cosas. Tener fotos únicas, privadas y exclusivamente para mí pero también quiero ver a mi novio en las redes.

Era primera vez que utilizaba esa palabra para referirse a Namjoon, a él mismo le había tomado de sorpresa. Quizás era porque ahora que había colocado la demanda de divorcio se sentía más tranquilo al respecto. Finalmente su lazo con Rosé tenía una ruptura aunque estuviese de por vida ligada a ella debido a la hija que compartían juntos.

De su pecho un leve peso se había esfumado aunque aún le quedaba presentarle a Mila y ya tenía una fecha exacta para eso. El siguiente fin de semana ella estaría en un retiro escolar, como siempre hacían para acción de gracias y no podía ser pero el otro más arriba, le presentaría su hija.

El mayor también había notado el uso de la palabra novio, a pesar de saber que desde el momento que comenzaron a dormir juntos tomaron la decisión de ser pareja, no se referían a ellos en esos términos. Mentalmente sí pero no verbalizaban sus pensamientos. Se volteó para observarlo con una tenue sonrisa porque no podía negar que esa palabra sonaba linda proviniendo de su boca. Expresar esa palabra incluso añadía algo extra a la relación aunque no sabía exactamente qué era.

Lo hacía más real.

A Jimin realmente no le beneficiaría directamente que su pareja se hiciera alguna cuenta en las redes sociales — al no ser para e stalkearlo en las noches — pero quería que entrase más en contacto con el mundo y no solo con él.

Claramente le gustaba saberse especial para ese hombre, no obstante, algo en su pecho se oprimía cada que veía o pensaba en la vida que llevaba y había llevado todos los años de su existencia. Existían distintas formas y no solamente las redes pero era el paso más sencillo que podían hacer desde la comodidad del hogar.

— ¿Te gustaría hacérmela? — El rubio se sorprendió, mirándolo sin entenderlo bien ya que había estado cavilando, totalmente perdido en sus pensamientos. — Es decir, yo no sé nada de esas cosas. ¿Te gustaría crear y administrar mis cuentas?

— E-Eso es algo personal así que yo creo, — no esperaba que le tuviera la confianza que ameritaba cederle el control de sus cuentas. — No es que me moleste, no me mires así pero sería como hacerme pasar por ti. Quiero que tú las manejes.

— Muchas compañías administran las cuentas sociales en representación de la persona, artista o negocio. La mía será llevada por mi novio. — Jimin tragó saliva ocultando su sonrisa al escucharlo. — Yo te envío las fotos y tú puedes escoger o utilizar la que desees. P-podemos hacernos fotos, es decir, tú hacérmelas a mí porque yo no sé cómo hacer nada de eso.

¿Por qué su corazón latía desenfrenadamente? El menor miraba a su acompañante como si fuera una rareza, de las más míticas y maravillosas. Se inclinó para dejarle un casto beso y asintió con una sonrisa, volviéndolo a besar.

— ¿Qué tal si la creamos ahora?

— ¿Ahora? — Cuestionó confundido y nervioso. — Yo no tengo fotos para publicar ahora mismo.

— ¿Cómo que no? ¿Puedo ver tu teléfono? — Nam asintió, levantándose para buscarlo.

El contrario permaneció observando como el pantalón adherido a su piel se corría, dejando marcadas sus piernas a pesar de no ser realmente ajustado. No pudo evitar sonreírle mientras regresaba sabiendo que sus pensamientos pecaminosos habían sido descubiertos. Por todos los cielos, ese hombre era suyo y no quería perderlo.

— Ten. — Recibió el móvil ya desbloqueado y fue directamente a la galería.

No podía creerlo, ¿cómo era eso posible? Kim no podía ser normal porque en la actualidad, quién tenía únicamente diez fotos en su galería. Todas eran fotos de quien ya reconocía como su hermano menor, en otra aparecían manos juntos como si de alguna graduación del menor se tratase y bueno... Conservaba también la vergonzosa foto que le había enviado por error, era la última de su fototeca.

— ¿Dónde has estado viviendo? — Murmuró más para sí que para quien lo acompañaba. — Realmente no tienes ninguna foto aunque sea para el perfil.

Se levantó y extendió su mano a la espera de que fuera tomada sin ser rechazado. Namjoon se dejó llevar algo reticente pero alegre por esa calidez que el tacto ajeno le producía. Nunca sintió interés en nada de aquello, para ser exactos, en nada que no fuese su trabajo y Soobin. Era su compañía la que tenía cuentas en las redes sociales y para eso estaba el equipo de relaciones públicas.

Tampoco le había pasado por la mente buscar a Jimin en las redes. Lo cierto era que prefirió y optó por ir conociéndolo lentamente sin acudir a las comunes estrategias para investigar a alguien como acostumbraba hacer. Era un proceso muy agradable y nuevo que deseaba experimentar aunque fuera una sola vez en su vida.

Jimin lo sentó en la mesa de su propia oficina, delante encendió el ordenador y dejó la luz tenue, desconcertando aún más al mayor.

— Abre tu correo o revisa la bolsa de valores actual como sueles hacer cada día. — Su mirada decía "para qué" mas confió e hizo lo demandado. — Aún eres novato en esto, haremos hoy tu debut en las redes sociales y no puedo hacerte pasar por mucho. No hay mejor imagen tuya que cuando estás concentrado en tu trabajo y es el momento que quiero capturar en una foto. Amo verte trabajar.

Mordió sus labios por la tonta confesión, señalándole el monitor para que no lo observara. Parecía un fotógrafo profesional obsesionado con su modelo, tomó muchas fotos desde diferentes ángulos, en varios lugares de la oficina. Si bien las primeras se vieron forzadas, para el momento en que culminaron la mayoría se veían naturales. Algunas ediciones leves para arreglar los colores también luminosidad y todo estuvo listo.

— ¿Cuál es tu nombre de usuario — Preguntó mientas observaba a Jimin creando un nuevo correo electrónico, contraseñas y esa serie de cosas necesarias.

El menor, quien ya había creado la cuenta a pesar de no haberle agregado fotos todavía, buscó en el motor de búsqueda su nombre y se lo mostró.

— ¡¿Un millón de seguidores?! Pero... ¿Por qué, cómo? Tú no eres una celebridad, ¿o sí? — Lo contempló detenidamente antes de regresar su mirada a la pantalla, deslizando su dedo mientras pasaba cada una de las fotos. — ¡Wow, sí que tienes fotos hermosas! Eres muy atractivo, es entendible el porqué tantas personas te siguen. — Fue lo último que atinó a decir antes que le arrebataran el teléfono. — ¡Déjame ver!

— Ya las verás, déjame terminar. — Respondió entre risas evitando que el mayor recuperara el móvil. — Y no soy una celebridad, simplemente me gusta compartir fotos espontáneas cuando voy a salir o tengo atuendos que me gustan, casi diariamente. — Confesó risueño. —Un día comenzaron a compartir mis fotos en varias páginas por todo el internet, de alguna forma terminó así. ¿Qué escribo en tu biografía?

— No lo sé, no tengo idea sobre eso. Mejor encárgate tú de todo. Solamente síguete para poder ver con calma tus fotos. — Le indicó yendo a buscar una botella de vino.

Sus días libres cuando compartían a veces solían ser de esa forma, tranquilos en la casa, comiendo, bebiendo, durmiendo y bueno, otras actividades que requerían un poco más de esfuerzo físico.

— No creo que sea lo más prudente, de hecho, sería raro que a la primera persona que sigas sea yo. Seguiré la cuenta oficial de tu empresa y sus derivados.

— Pero a mí no me interesa ver sus fotos, yo tengo el control de todo, conozco mejor que nadie como funciona y qué hay en ella. ¿Para qué quiero verla también en las redes sociales? — Bebió del vino en su copa pero siguiendo la reciente mala costumbre adquirida, Jimin buscó sus labios par besarlo y de paso robar de su bebida. — Oye, tienes una copa llena, déjame beber mi vino sin interrupciones.

No pudo evitar reírse porque de la forma en la que hablaba tenía una rara mezcla, como si reclamara al igual que un niño pero a su vez, exponiendo puntos como en una presentación de negocios. Como si estuviera molesto pero era evidente que estaba relajado.

— Podrás ver mis fotos sin seguirme, mi cuenta es pública como bien ya viste y... ¿Por qué me miras así? — Su mirada le recordaba a la de Mila cuando la regañaba o castigaba, cuando quería salirse con la suya y no podía. — De acuerdo, tú ganas Kim pero al menos espera un día para seguirme. ¿Te parece?

— Un día antes o después no hace mucha diferencia pero está bien.

— Verás que esto traerá muchas cosas positivas. — Quería verlo eliminar lentamente ese mura impenetrable que lo rodeaba.

Quería verlo sonreír y no solamente por él, así si por casualidad dejaba de estar en su vida, pudiera seguir sin volverse a encerrar como cangrejo ermitaño. Sonrió ampliamente y bebió de su copa reacomodándose en el sofá de manera que su cabeza reposara sobre alguna parte del cuerpo del mayor. Este último lo contemplaba sin entender cómo el simple hecho de que él se hiciera una cuenta social lo hacía sonreír tan ampliamente.

— Ya está, ahora solamente falta que te la verifiquen, a veces es algo complicado pero confío en que cuando los números comiencen a incrementar, puedas solicitar la verificación.

— ¿Me pasas un momento mi móvil? — Asintiendo se lo entregó, viendo disimuladamente como le enviaba los enlaces de todas sus cuentas a alguien. — Ayúdame a verificar las cuentas que te mandé.

Ellos no estaban en la empresa pero instantáneamente la noticia de que el presidente se había unido a las redes sociales se expandió como pólvora. Entre aquellos que estaban trabajando como los que se habían tomado el día, la noticia se vendía como pan caliente.

No solamente estaba el hecho de la nueva cuenta, sino que el juego de palabras que utilizó jimia para el usuario se interpretaba como "hombre tomado". Claramente no fue con intención, solamente que de todas las formas que probó con sólo el nombre se encontró con que el usuario ya no estaba disponible y esto dio pie a ciertas especulaciones.

Lejos de lo que creía Namjoon, los números se comenzaron a disparar casi inmediatamente sin haber hecho promoción alguna. ¿Vivían todos con el teléfono en la mano buscando nuevos usuarios? Recibió una llamada de Jackson, ya que la jefa de relaciones públicas deseaba estar segura antes de tratar con los medios que la cuenta definitivamente era suya.

Dio la autorización para ese circo y le volvió a entregar el teléfono a Jimin, quien quedó boquiabierto al notar que en menos de media hora había no solamente sobrepasado los cien mil seguidores, sino que incluso estaba verificada.

— El lunes por la tarde te invito a cenar. — Comentó Jimin espontáneamente, pues quería extender un poco más las horas a su lado antes de regresar a su casa.

— Lo siento, el lunes en la tarde ya tengo planes, no podré acompañarte.

— ¿Planes? — El mayor asintió y él comprendió sin que tuviera que ser más explícito.

Tendría una sesión el lunes. Sabía que por él y en corto tiempo Namjoon había cambiado muchas cosas de su vida y no podía pedirle cambiar todo de un día para otro pero no dejaba de sentirse incómodo cada vez que él tenía que tener alguna sesión. Incluso le había ofrecido tácitamente que si necesitaba desahogarse o eso era una especie de terapia lo hiciera con él ya que estaba más que dispuesto a dejarlo ser pero se rehusó con firmeza e incluso se molestó.

Desde ese día no había vuelto a tocar el tema pero muy en el fondo prefería mil veces que lo utilizara a él como herramienta para liberarse a saberlo con sus manos en otro miembro o cuerpo que no fuera el suyo.

— ¿Puedes hacer espacio para mí el próximo fin de semana no, sino el otro que le sigue? — No podía coordinar muy bien sus palabras pero lo estaba diciendo, si lo pensaba demasiado podía terminar creando alguna otra excusa. Fue por eso que habló sin rebuscar la palabras. — Necesito hablar contigo, así como presentarte a alguien muy especial para mí, mi vida.

El ceño de Namjoon se frunció ante la última frase pero asintió, quizás era eso lo que lo hacía tensarse entre sus brazos, no hizo pregunta alguna, iba a esperar a que el menor se abriese a su tiempo.

— Tenemos que hablar de muchas cosas pero, no ahora, ese día te lo contaré y explicaré todo. — Se levantó de su puesto para sentarse a horcajadas en el regazo ajeno, tomar su rostro entre las manos con suavidad y besarlo con parsimonia, manteniendo un ritmo constante. — Quiero que tengas claro una cosa, me gustas sinceramente y lo que siento por ti no es una broma, tampoco algo pasajero. me gustaría que siempre confiaras en mí, en estas palabras.

— Estoy aprendiendo a confiar contigo, creo que sería bueno poder confiar por completo en alguien y quisiera hacerlo. Sin embargo, la confianza se gana y yo yo puedo entregártela completamente por arte de magia, estoy haciendo mi mejor esfuerzo porque lentamente has ido entrando en mi vida, mi mente e incluso mi corazón.

Jimin lo miró fijamente a los ojos, se mantenían quietos en sus lugares como si trataran de comunicarse sin tener que articular palabra. Un silencio ondulado donde resbalaban sus respiraciones, mismas que hacían eco en sus oídos acompañadas de sus latidos.

Disfrutaba de esa mirada que una vez le pareció tan indiferente pero que había dejado una huella imborrable en él, halándolo hasta caer en el precipicio de sentimientos que no estaba preparado para tener. Hacía estragos, implacable y seductora, que con imperceptible arqueo de cejas cada día parecía aniquilarlo pero terminaba salvándole la vida. Dándole la fuerza necesaria para enfrentar el mundo y sus temores, tanto como lo hacía la existencia de Mila.

Dejó que las manos de Namjoon se posaran en su trasero, ayudándolo a levantarse para que lo llevara en brazos hasta la habitación que ahora compartían. Ensimismados y envueltos en un mundo donde solamente existían ellos. Sus pieles comenzaban arder bajo el tacto necesitado de ambos, envolviéndolos en una pasión casi descontrolada.

— ¿Cómo es que tú te has unido al mundo de las redes sociales sin decirme? ¡Muy mal hung, muy...

El aludido y Jimin se apresuraron a vestirse al escuchar al menor pero fue muy tarde porque la primera frase de este fue pronunciada cuando ya estaba en la puerta de la habitación controlando su teléfono. Al alzar la vista, se encontró con aquel espectáculo que en su vida pensó ver. Tuvieron que pasar varios segundos antes de que reaccionara y se volteara.

— ¿Por qué llegas sin avisar? — Reclamó Namjoon poniéndose rápidamente junto a su pareja la ropa que recién se habían quitado. Estaba mucho más que avergonzado por ser agarrado infraganti por su hermanito.

— Nunca lo he hecho, qué iba a saber que tú ibas a estar en esta casa con alguien. Que yo sepa nunca has traído a nadie aquí desde que tengo uso de razón. — Se defendió con deseo de voltearse, la curiosidad de ver bien el acompañante de su hermano lo estaba matando. — ¿Ya puedo voltearme?

— S-Sí, ya. — Contestó una vez que comprobó que Jimin estaba en correctas condiciones. — Puedes virarte.

— Perdone la interrupción, mi nombre es Jeon Soobin, pronto Kim Soobin ya que me cambiaré el apellido, el hermano menor de este hombre. — Extendió su mano y el rubio se la extendió algo apenado, inclinándose levemente.

— Él es Park Jimin, mi novio.

💙💙💙
Regresando con un capítulo que se me hizo eterno. Cuando lo escribí no pensé que fuera tan largo pero una vez que terminé de transcribirlo en el ordenador maldije al ver que había excedido las 5200 palabras 🥺😭 no quiero ni ver todos los errores que tendrá solamente tenía deseos de acabar. Lo siento...
Espero que sea de su agrado.
💙💙💙

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