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Capítulo 37

— ¿Crees que te falte mucho? — Cuestionaba Namjoon mientras lo veía colocarse los gemelos en su camisa. — Ya te he dicho que es un evento pero no una gala, vamos a ir representando a la empresa a un partido de fútbol.

— Eso no tiene nada que ver, igual debemos estar presentables, suficiente con no poder usar maquillaje.

— Nunca lo utilizas, no es necesario porque así eres bello, luces muy bien sin tantas cosas extras. Desnudo, acabado de salir del baño, con tu cabello revuelto y mojado... No sé, usa lo que gustes sólo creo que no lo necesitas, apresúrate un poco no quiero que nos atasquemos en el tráfico. Ya el chofer está afuera.

El menor se volteó para observarlo sorprendido porque de alguna manera esas palabras le parecían tiernas pese al deje de lascivia que emanaba de ellas. ¿Era ese el mismo hombre que lo recibió hace casi dos años atrás? No podía creer que tuviera un lado tan agradable, incluso dulce. Su carácter definitivamente era fuerte pero no el ogro sin sentimientos que aparentaba ser. Comenzaba a ver cada vez mejor detrás de aquella gruesa capa que lo cubría. Se acercó a él para depositar un sutil beso que se profundizó solo un poco mientras evitaban abrazarse demasiado fuerte para no estrujar el traje.

— Si me ayudas con los gemelos estaré listo en dos segundos. — Los dejó en sus manos y el mayor los colocó rápidamente, acariciando cada mano luego de terminar. — Estoy listo.

— Simplemente espero que estés cómodo durante todo lo que dure la final de la Bundesliga. No sé por qué casi siempre en ellas el tiempo se extendió y terminas sentado allá dentro cuatro horas. — Sostuvo su barbilla y lo volvió a besar mostrándole su mano, misma que el menor agarró con una sonrisa.

A sus casi treinta años de vida, Jimin no recordaba haber sentido de esa forma con nadie más. Sí, quiso mucho a Min Yoongi, fue su primer amor y hombre. Compartió su primera experiencia en ese mundo tan complicado de los sentimientos y placeres sexuales. Sin embargo, en aquel entonces ninguno tuvo la madurez suficiente para hacerle frente a lo que sentían y tenían. En rosé la primera vez tuvo un escape y para ser su primera mujer la verdad es que en el ámbito de la cama no le fue nada mal. Todas sus demás experiencias carecieron de tanta importancia que ni siquiera las recordaba correctamente.

Estar al lado de ese hombre despertaba en él lados de su personalidad que desconocía. No tuvo mucho tiempo de conocerse a si mismo o vivir su vida como le pareciera, no tuvo la libertad u oportunidad para ello. En su niñez sólo se preocupó por sobrevivir cada día en el orfanato, no dejar que los mayores abusaran de él a su voluntad aunque casi siempre terminaba renunciando a lo que quería con tal de que lo dejaran tranquilo. En su adolescencia no fue muy diferente, simplemente se agregaron los problemas del corazón y las hormonas. Antes de darse cuenta, cumpliendo sus veinte años, ya se encontraba con una niña en brazos y estaba casado con Rosé.

Su vida se centró en el bienestar de su hija, no tenía tiempo o deseos de buscar nada más. Todavía no creía que se había atrevido a ir en busca de un total desconocido — no muy diferente de lo que hacía a veces en clubes — para tratar de liberarse, sentir algo que ni siquiera recordaba bien. Quería volver a tener deseos y sentir cosas, aunque fueran solamente esporádicas y tan banales como lo era el sexo ocasional o su liberación. En medio de todo aquello, llegó a los brazos de ese hombre que estaba sentado a su lado entrelazando sus dedos.

— Así que eres patrocinador del FC Bayern Munich, no lo sabía. — Comentó intentando dejar de pensar en cosas que no veían al caso. — Tengo muchas cosas que aprender y conocer de ti.

— No soy el patrocinador principal, hay varios por encima de mí, realmente lo hago por estrategia no porque me interese o lo desee verdaderamente. — Se encogió de hombros mirando hacia sus manos enlazadas. Nunca hubiese imaginado que por decisión propia le estuviese tomando la mano a una persona. — No hay muchas cosas interesantes que conocer de mí.

— Siempre hay cosas interesantes que conocer de alguien, puede que para ti no lo sean pero para la persona que quiera estar a tu lado sí.

— ¿Quieres estar a mi lado? — Sonrió viendo como Jimin se ruborizaba y asentía. — Entonces tendrás tiempo para descubrir y conocer de mí lo que desees aunque siempre hay cosas que uno desea dejar oculto. Aún así eres o serás libre de averiguar lo que gustes.

Quizás se estaba volviendo un adicto a la sensación de tener los labios del rubio junto a los suyos pero a cada instante deseaba unirlos. Volteó el rostro contrario hacia él y se acercó para cumplir su cometido. Las tibias manos que se posaron en sus mejillas lo reconfortaron, la entrega con la que Jimin lo besaba en ese instante era abrumadora. Aún después de separarse se le quedó observándolo en ese estado de cavilación en el que se encontraba mirando por la ventana. Era como si tuviese algo que le quería decir pero no se atrevía, como si estuviera sufriendo o preocupado por algo.

Todo el ánimo cambió una vez que estuvieron en el estadio, el Allianz Arena era gigantesco y desde el exterior se podían ver las luces, sentir los ánimos de celebración de las personas que habían ido al partido final de la temporada. Lentamente el menor fue contagiado y por consecuencia su acompañante. Lo acompañó a la pequeña conferencia de prensa antes del evento, vio personalmente a todos los jugadores aunque debía admitir que solamente conocía a dos de ellos, Maier y Müller.

Namjoon como siempre se negó a todas las fotos con cordialidad, manteniéndolo siempre cerca a diferencia de lo que pensó al comienzo.Creía que mantendría cierta distancia pero pese a no darle la mano frente a los demás, procuraba tenerlo próximo a él e incluso sin darse cuenta le rodeaba la cintura con su brazo. Siempre que lo miraba intentaba no ruborizarse pero parecía un niño enamorado.

No podía negar que lucía muy bien, como casi siempre llevaba un traje negro que remarcaba su elegancia y tamaño, gafas sin aumentos que le daban un toque sinceramente increíble. Su cabello e incluso los accesorios que llevaba combinaban a la perfección haciéndolo lucir más apuesto de lo que era. Él iba a juego, también vestía de negro y sus accesorios en menos discretos pero tampoco extravagantes. En su interior sentía como si se hubieran combinado y puesto de acuerdo para lucir como una pareja.

Se dejó guiar a cada lugar, saludando apropiadamente a cada individuo que se le presentaba e incluso cuando caminaron hacia las gradas sentía que estaba siendo escoltado por el mayor. Se sentía seguro a su lado, cómodo, Estaba creyendo sinceramente en que ellos tenían posibilidad de convertirse en pareja, tenía inseguridades porque no estaba acostumbrado a esas cosas, tenía a su espalda una cara enorme que no sabía cómo resolver. Confiaba en que lo más probable era que el mayor conociera su estado civil pero dudaba que creyera que seguía compartiendo más que el techo con su cónyuge.

Después de todos eran muchas las parejas en Alemania que no se divorciaban para no acarrear con los enormes costos y gastos que un divorcio traía consigo. Muchos simplemente decidían vivir vidas separadas a pesar de la unión que pudiesen tener legalmente. Quizás Namjoon creía que esa su situación y eso incrementaba su ansiedad y temor. ¿Aceptaría tener una relación con él si conociera del papel que Roseanne seguía jugando en su vida?

Gritaron entusiasmado, hicieron apuestas entre ellos, jugaron, abrazaron e intercambiaron más de una caricia discreta en la hora y media que duró el partido. No hubo tiempo extra, menos penaltis y eso puso de muy buen humor al mayor, principalmente porque su equipo patrocinado ganó y las ganancias ya fueran financieras o no serían muchísimas. Tuvieron que permanecer allí casi una hora tras la finalización del evento y él si aprovechó para tomar algunas fotos con los futbolistas porque eran oportunidades que no tenía a diario.

— ¿Cómo es posible que en ese corto tiempo recibieras una tarjeta de ese jugador? Si se paró a tu lado dos veces fueron muchas y por varios segundos. No es que tu aspecto grite soy gay, ¿por qué se te insinuó de esa forma?

— ¿Estás celoso presidente Kim? Llevas desde que salimos del estadio hablando de lo mismo. — Se rió abrazándolo, llenando de besos su cuello. — ¿Con quién estoy yo ahora? Eres tú el hombre que me gusta. No sabía que también eras capaz de sentir celos.

— Todo ser humano siente celos en algún momento pero no creo que sean celos en estos momentos, simplemente me impactó el descaro. Son unos promiscuos todos esos deportista que andan follando con cualquiera que entre a su círculo cuando incluso varios están casados y con hijos. Se van para estar en brazos de otras personas y luego regresan a su casa como si no pasara nada. ¿Para qué se casan? Si no quieren estar con sus familias que se divorcien o que no anden molestando al primero que se les coloque delante.

Todo el cuerpo del menor se tensó, sus manos se volvieron trémulas y su cabeza se sintió estallar en es instante. Su situación no era exactamente igual pero él también era un hombre casado con hija que andaba en brazos de otros y regresaba a su casa a cumplir como si nada su papel de padre. ¿Era un ser tan despreciable? Las palabras de Namjoon se sentían duras e hirientes para él.

Quería irse en ese mismo instante, no tenía cara para mirarlo. ¿Debía terminar algo que aún no estaba empezado? Aún podía permitirse perderlo por muy duro que se sintiese pero no podía ser alejado de Mila. Si debía escoger entre ambos era claro que su hija sería su primera y única opción.

— ¡Quita esa cara! — Nam barrió su rostro con una mano riendo al ver su sorpresa y su labios inferior aún más pronunciado. — No estoy celoso o molesto por algo así, mientras estés aquí a mi lado todo está bien. ¡Ven aquí! — Tiró de él haciéndolo relajarse con lánguidos pero agradables besos. — ¿Qué deseas hacer ahora?

— ¿Oktoberfest?

— ¿Con esta ropa? — Cuestionó sorprendido.

— De eso me encargo yo, en estas fechas hay Trachten en cada lado de la ciudad. Creo que unas cervezas y un poco de esparcimiento que no sea por obligación nos vendría bien.

— No suelo asistir al Oktoberfest, siempre hay demasiadas personas y menos ponerme un traje típico. Además, el tiempo está más cálido pero nunca se sabe, en estas fechas todo puede ocurrir. — Negó — Mejor otra cosa.

— Ya dijiste que era lo que yo deseara hacer y quiero hacer eso contigo. — Le indicó al chofer la nueva dirección ignorando las quejas de Namjoon que lo miró atónito cuando desobedeció lo que le dijo, terminando por sonreír. — Buscaremos algún traje que nos asiente bien e iremos juntos al Oktoberfest, ya casi finaliza y yo no he ido este año. Incluso iré a trabajar el lunes que es feriado. Sólo tú trabajas el día de la independencia alemana.

— ¿El lunes es tres de octubre? — Jimin asintió y él maldijo al no recordar la fecha. ¿En qué mundo estaba él que ni siquiera sabía el día en el que se encontraba? — De acuerdo, siempre y cuando no me obligues a usar también un Gamsbart, me da mal impresión. — El menor asintió cantando victoria en su interior mientras lo besaba. Eso lo ayudaría a desconectar lo que restaba de domingo. — Mañana entonces tampoco iremos a trabajar, tenemos un día más para estar juntos.

El rubio iba a rebatir lo que acababa de decir pero le agradaba la idea. Asintió enérgico antes de besarlo y dejarse rodear por su brazo. Jimin esta vez sí terminó comprando a posta trajes combinados e hizo que su acompañante lo usara por mucho que este intentó convencerlo de lo contrario. Lograron entrar a una de las carpas principales en donde bebieron, cantaron y se rieron juntos obviando al resto. Cientos de personas a su alrededor pero solamente se veían ellos y a veces se dejaban ir bailando junto a otras personas que en todas las canciones que se bailaban en grupo tiraban de ellos.

Ya era pasada la media noche cuando salieron de allí, no lo notaban pero el chofer que los cuidaba a la distancia los escuchaba hablar como si estuviesen fajados, gritando y riendo como todos los demás. Se agarraban sus hombros, cantando y saltando en círculos, clara señal de que el espíritu alemán junto al alcohol se había apoderado de ellos. Pero no era solo eso, estaban más sobrios de lo que los demás podían notar, simplemente estaban felices y disfrutaban el momento como hombres jóvenes que aún era.

Porque si bien Namjoon ya tenía treinta y dos años y Jimin cumpliría en días treinta, seguían siendo jóvenes que casi no habían disfrutado de sus vidas. Estaban haciendo en ese momento en compañía de la persona que querían, todo aquello que nunca tuvieron oportunidad de experimentar por una razón u otra.

— ¡Vamos! — Gritó Jimin tirando de él, obligando al mayor correr entre risas.

— ¿A dónde? El auto está del otro lado.

— No vamos hacia el automóvil, te llevaré a una disco.

El mayor se detuvo en seco haciendo casi que el menor cayera al suelo. Lo ayudó a sostenerse y negó sosteniendo fuertemente sus manos, reacio a moverse de su sitio. Él nunca había ido a una discoteca no solamente por no tener el tiempo para ello intentando siempre adelantar sus estudios y crear una empresa mientras los demás jóvenes fiesteaban. No creía poder resistir a tantas personas a su alrededor o la música ensordecedora.

— Jimin...

— Solamente será una vez e iremos juntos. Estaremos juntos en todo momento.

Costó algunos empujoncitos, besos y varias palabras pero el menor logró llevarlo a una discoteca. Lo hizo beber y bailar a su ritmo, volviendo a ser sólo ellos dos. Allí, a diferencia del resto del día sí se besaron, estuvieron pegados en todo momento, provocaciones aquí y allá pero sobre todo muchas risas.

Eran ya las diez de la mañana del lunes cuando ellos salieron de una de las tantas disco que visitaron y a decir verdad, ninguno calculó el tiempo. Se sorprendieron cuando la claridad hizo estrago en sus ojos. El chofer los miraba ya con furia pero no se atrevió a decir una palabra, los condujo hasta la casa del presidente y ellos sin saber cómo llegaron a sus respectivas habitaciones.

No era sorpresa que ambos iban a experimentar la mayor de las resacas. Sus cuerpos estaban a acostumbrados a beber de forma moderada pero no para hacerlo como si no hubiese un mañana. Cuando abrieron sus ojos casi a las siete de la noche, les costó un poco darse cuenta de qué había ocurrido aunque los recuerdo llegaron bastante rápidos, solamente tuvieron que mirar la ropa que aún llevaban puestas. Se ducharon, se pusieron sus pijamas y rieron al salir de sus cuartos a la misma vez.

De solo mirarse revivían todo y no podían ocultar sus incrédulas expresiones ahora que el la completa sobriedad tocaba a sus puertas. Fue un lunes inusual para ambos, sobre todo para el mayor. Nunca se había emborrachado porque siempre controlaba las cantidades de alcohol que consumía, practicaba deporte de vez en cuando pero su cuerpo nunca le había dolido tanto. Pidieron comida coreana a domicilio y se perdieron entre los cojines, mantas y películas. El menor quiso una serie pero dado a que ninguno quería quedarse en ascuas debido a su corto tiempo restante, terminaron por hacer un maratón de películas que sí terminaron de ver.

— ¿Qué sucede? — Le preguntó el mayor mientras desayunaban, Jimin no dejaba de agitar sus pies y darle miradas llenas de preocupación.

— Estoy nervioso. — Admitió dejando de lado la miel que le pensaba untar a sus tostadas con mantequilla. — Es que vamos a trabajar juntos, llegaremos juntos y no sé, me tiene ansioso eso. Ya sé que no te importa lo que diga, no es tanto el hecho de que nos vean, sino que se siente extraño haber dormido aquí y que vayamos juntos a nuestro trabajo.

— ¿Estás muy nervioso? — El rubio asintió y antes de que se diera cuenta, Namjoon lo llevaba entre sus brazos a la planta alta. — Conozco algo que te relajará. — Sacó un frasco que de solo verlo le arrancó una sonrisa a Jimin, quien abrió sus brazos y estiró sus labios para ser besado. — Tuvieste el día de ayer para recuperarte, con el medicamento que usaste y esto, creo que podremos comenzar la mañana con buen pie. ¿Qué te parece?

— Me parece que tenemos mucha ropa.

+++

Jackson bebía el café que su jefe le compró mientras organizaba los papeles que debía llevarle en pocos minutos y pensaba en la imagen vista esa mañana. No estaba seguro si era mala suerte o la vida obligándolo abrir sus ojos. Ya iban tres veces que los veía tan cerca y sinceramente no le parecía un simple acostón o una aventura. Estaba confundido, nunca había visto a Namjoon interactuar tanto con alguien, mucho menos verlo sonreír.

No estaban en una relación, él ya lo hubiera dejado saber, además de que no creía que estuviera interesado en tener una relación con el yerno de los Park con los que haría negocio. Alejó todas las ideas de su mente, después de todo estaba de muy buen humor y no quería estropearlo, no ahora cuando quizás por primera vez en su vida tenía una clara oportunidad para acercarse a su jefe de la forma en que deseaba.

— Con eso terminaríamos los pendientes acumulados durante el fin de semana, presidente. Quise comunicarme con usted pero creo que habían problemas en las líneas o con su teléfono, me decía que estaba fuera de servicio.

— Ah eso, no, simplemente lo apagué porque tenía cosas importantes que hacer. — Respondió sin darle importancia, pasando de alto la confusión en el rostro de su asistente. — ¿Qué era esa entrevista de la que me hablaste?

— Como le dije la semana pasada KNJ Enterprises no solamente entró en la lista de la primera edición de "200 Mejores Compañías Medianas" de Forbes, sino que quedamos en primer lugar pero usted le ha hecho caso omiso a eso. — Namjoon lo observó frunciendo el ceño por su tono pero se limitó asentir y Jackson apretó sus dedos en los documentos que sostenía. — Saldrá en el próximo número de la revista pero aún no han podido entrevistarlo. Quieren hacerlo lo antes posible.

— Realmente no estoy interesado en una entrevista pero como es por la empresa puedes hacerla tú por mí. Confío en tus capacidades, Wang. — El aludido no pudo evitar sonreís y relajarse frente al formal cumplido.

— Le agradezco su confianza pero no quieren al asistente, sino al presidente. Le tomarán fotos y creo que es un buen momento para darse a conocer, no se trata de cualquier revista, por décadas en los negocios Forbes ha sido la número uno.

Fotos y entrevistas no eran algo que le llamara la atención. No estaba interesado en ello, si el interés estaba en la empresa, ¿para qué querían hablar con él? Al final siempre buscaban una forma de indagar en la vida privada, quizás no lo adornaban como una revista amarillista pero a fin de cuentas seguían escarbando en informaciones que no les incumbían. Iba a negarse pero la vibración de su teléfono lo interrumpió. Alzó su mano pidiéndole a su asistente un momento y asintiendo se volvió a sentar de espaldas a él para darle privacidad.

— ¿Qué sucedió que me estás llamando? — No iba a negar que se emocionó al ver reflejado en su pantalla el nombre del rubio pero le sorprendía que estando en su oficina lo llamase.

Lamento no poder quedarme para vernos después del trabajo para cenar como acordamos en la mañana pero me surgió algo muy importante y tendré que abandonar la oficina en estos momentos. ¿Te molesta? Yo realmente lo siento mucho.

— No te preocupes, podremos hacerlo en otro momento. Yo igual tendré que terminar algunas cosas así que aprovecharé. Ahora estoy hablando con mi asistente, debo realizar una fastidiosa entrevista para Forbes y...

¿Forbes? ¡Wow Nam, eso es increíble! Muchas felicidades, estaré ansioso por leerla, realmente amo esa revista. Es una oportunidad de oro. — Escuchar su emoción de cierta forma lo emocionaba también, no sabía por qué pero el menor influía en sus cambios de humor. — Estoy orgulloso de ti.

El mundo se había pausado por un segundo, su pecho se oprimió al escuchar esas palabras. En todos sus años escuchó esa frase de su padre cuando aprendió a montar bicicleta y quizás en otras ocasiones que no recordaba. De ahí en fuera, nunca más alguien le dijo "estoy orgulloso de ti" no buscaba el reconocimiento persona de nadie pero sí quiso que su trabajo se respetase y valorara. Sin embargo, que Jimin le diera eso removía muchas más cosas en su interior.

¿Estás?

— Sí, sí... Muchas gracias por tus palabras.

Bobo, no tienes nada que agradecer. Yo ya voy a conducir así que hablamos en la noche, ¿te parece? — Oyó la respuesta positiva y sonrió — Entonces te llamaré, un beso.

— O-Otro.

Terminó la llamada y permaneció en silencio observando su móvil hasta que la voz de su asistente lo trajo de regreso a la realidad. Sí, realidad porque esa despedida se había sentido como en un sueño.

— Lo siento, tenía que atender esa llamada. En cuanto a la entrevista, puedes agendarla para mañana si ellos no tienen inconveniente, de no ser así tendrá que ser la próxima semana porque como bien sabes tendré que viajar y estoy saturado. — Jacksón asintió. — Quiero que el empresario Park me acompañe a la entrevista, por favor organiza eso.

— ¿Empresario Park? ¿Me está hablando de Park Jimin o Park Hooran? — No tenía sentido lo que le estaba pidiendo.

— Park Jimin.

—¿Por qué tienes que llevarlo a tu entrevista? — El presidente elevó su cabeza y acomodó en su asiento entrelazando sus dedos con el entrecejo fruncido mientras lo escuchaba.— Realmente él allí no pinta nada. Si me pregunta...

— No te pregunté y no tengo que preguntarte. ¿Desde cuánto tengo que darte cuentas a ti o a alguien sobre lo que hago o dejo de hacer? — Jackson abrió su boca pero terminó por cerrarla ocultando su molestia. — Yo no hago nada porque sí, así que simplemente limítate hacer lo que te pido, ese es tu trabajo y para eso te pago. Si no te agrada siempre puedes marcharte, después de todo tienes tu propia empresa.

— No tiene que hablarme así Kim. Hasta ahora siempre he hecho lo que me dice y lo sabe perfectamente. Con haberme dicho que tenía sus razones hubiera bastado, mi trabajo consiste en mirar también por aquello que a usted se le pasa. Siempre hemos hecho un buen trabajo de equipo, siento si le respondo pero creo que se pasó un poco.

Su mano temblaba pero había dicho de la mejor manera lo que pensaba, controlando sus ganas de llorar a causa de la rabia. Namjoon observó su rostro y se sintió mal por haberle hablado así. Sabía que tenía razón pero por un momento sintió que tenía algo en contra de la compañía de Jimin. Él menos ya estaba lleno de preocupaciones y no pensaba permitir que nadie lo hiciera sentir mal, menos dentro de su empresa. Fue por ello que o razonó correctamente y simplemente se lanzó a defenderlo.

— De acuerdo, Wang. Sí tengo algo que contarte pero no es el momento, ya más adelante cuando todo esté seguro te diré los motivos. — Jackson asiente estirándole un papel que tenía en su mano para recuperarlo una vez firmado. — Por cierto, reserva también vuelo para Park Jimin, necesito llevarlo conmigo a mi viaje.

Se quedó completamente paralizado frente al pedido pero no refutó la orden, se limitó asentir y recoger los papeles.

— Así lo haré, yo me ocuparé de organizar todo.

Salió apresuradamente de la oficina controlando los temblores de su mano, se encerró en su oficina y tiró sin preocupación las carpetas en su sofá calmando su frustración y deseos de gritar, de llorar. ¿Por qué le estaba ocurriendo eso a él? Llevaba años anhelando, amando en silencio a Kim Namjoon, ahora llegaba sin más un desconocido ganándose en un mes cosas que él no había logrado en años.

💙💙💙

(OKTOBERFEST München/Munich)
Incluyendo un poco más de mi segundo país hehehe.

Trachten: El traje tradicional de los hombres en Alemania. El de las mujeres se llama Dirndl. Son llevados aún no solamente en las festividades nacionales sino también en muchos lugares que mantienen la temática.

Gamsbart: Es un accesorio que vendría siendo un mechón de pelo decorado que usan normalmente en los sombreros masculinos.

💙💙💙

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