Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36

— Me dices que vamos a ir a jugar deportes bajo techo, bolos, golf... ¿Cómo puedes ponerte un traje? — Criticaba Jimin entre risas mientras buscaba entre las ropas algo más acorde para Namjoon. — No va para la oficina presidente Kim.

— Solamente tengo trajes, pijamas y algunas ropas deportivas. No uso ropa casual o más relajada por eso no tengo y me puse esto.

— ¿Y la que usaste ayer? Te veías muy bien así, me gustó. — El mayor frenó sus movimientos antes de rascarse la cabeza algo avergonzado. — ¿El presidente Kin se ruborizó?

Sonrió como si aquello no hubiese ocurrido caminando en dirección del rubio, se paró detrás y le apretó las nalgas con descaro antes de volverse alejar. Jimin vigiló sus alrededores completamente sonrojado y el mayor se carcajeó.

— ¡Vaya, el señor Park se sonrojó!

— Oye eso no es justo, son cosas diferentes. — Mordió sus labios, terminando acompañándolo en su risa. ¿Namjoon era capaz de reír tan ampliamente? Los dos estaban sorprendidos pero podían acostumbrase a ello. Se acercó con dos pantalones y se los entregó. — Pero de verdad, debes tener más ropas como las de ayer.

— Eso fue una excepción, me la compré ayer para ir a buscarte pero no suelo vestir así. — aceptó los pantalones y algunas prendas para arriba que Jimin también le extendió. — ¿Por qué tantas cosas?

— Vamos a ver qué te queda mejor y si todas te quedan bien lo llevas todo, bien dijiste que no tienes más de esa ropa que tan sexy te quedaba. Piernas acentuadas, cuerpo estilizado, elegante sensual... — Guiñó un ojo y el contrario negó risueño.

— Veo que me tenías bien checado.

— Lo bueno hay que mirarlo. ¡Entra ya! Todavía tengo que probarme mis ropas porque el caballero incluso quiere que compre la de mañana y el lunes solamente para no dejarme ir a mi casa. — Se quejó falsamente corriendo la puerta del probador.

Contra su deseo, Namjoon terminó comprando la ropa de Jimin pero en cambio tuvo que aceptar que el menor pagase la suya para estar a mano. No quería pero no pudo darle una respuesta negativa. Cambiados y con buenos ánimos pasaron primero a comer a un restaurante de comida coreana, por un segundo el menor se tensó al ver a Min Yoongi saliendo del sitio pero este iba tan entretenido y risueño que ni siquiera volteó en su dirección.

El mayor tuvo que pagar la apuesta al admitir que el Yuyumi era el mejor restaurante de comida coreana que había en la ciudad. Nada comparado con el caro MUN que terminaba siendo una fusión asiática con toque occidental o Seoul Restaurant donde a veces Namjoon iba con su hermanito. Comieron con gusto y de allí no partieron hasta que estuvieron satisfechos.

Se sentían a gusto y aunque pareciese rápida su cercanía estar tomados de las manos mientras ese apuesto hombre de cabello gris conducía, las palabras o intimidad que compartían se sentía correcta, buena y amena. Si sacaban cuenta  se conocían desde hacía un año y siete meses, no era tan poco y habían compartido muchas cosas que desde sus sesiones los fueron acercando. Ahora se encontraba en un punto donde aún no eran novios, no eran una pareja como tal pero a la vez se sentían de esa forma. No era el sexo lo que los tenía ahí aunque, ambos afirmarían sin dudar que ese era un muy buen plus que disfrutaban en demasía.

— ¡No puede ser! — Exclamó viendo la dirección de aquella bola que corría por el centro sin desviarse un solo milímetro, como si estuviese siendo rodada por alguien invisible, hasta chocar con los bolos sin dejar uno en pie. — ¿Strike otra vez? Estás haciendo trampa Jimin.

— Yo no soy un tramposo así que ven, dame tu frente. — Al comienzo Namjoon estuvo reticente a aceptar esos castigos pero terminó accediendo. Tiró de su dedo medio con la otra mano y lo dejó chocar con la frente creando un no tan suave sonido. — ¡Eso!

— ¿Sabes que si yo tiro ahora logrando un strike tu trasero va a recibir la furia de mi mano? 

El rubio hizo una mueca sentándose para beber de su refresco mientras lo veía prepararse para lanzar. A sus ojos el mayor se veía tan adorable concentrado que no pudo controlar al diablillo sobre su hombro que lo alentaba para hacerle alguna maldad. Esperó el momento justo en el que ya iba a tirar y le hizo cosquillas logrando que dejara ir la bola y fallara.

— ¡Tú! Eso es trampa, ven acá, no pienses que te vas a salvar de castigo. Tienes una penalización. — Sus manos estaban en la cintura y le señalaba acusándolo, viendo como Jimin reía y corría. Se apresuró a sentarse en una silla para que no le pegaran en el trasero pero terminó cayéndose, dejándolo muy a su pesar a merced de una mano que no se tentó para pegarle con toda su fuerza. — ¡Eso! — Exclamó imitando su expresión.

La cara del rubio se había enrojecido, picaba, dolía ese manotazo como no pensó que lo haría. Agradecía que fuera un lugar bastante privado y aunque el precio era elevado, le daba la privacidad suficiente para ser los únicos allí en ese momento. Sobó sus glúteos y caminó en dirección a Nam, esquivándolo fingiendo molestia.

— Ven acá... — Tiró de su brazo y palpó la zona adolorida con suavidad, le dio un beso suave en sus labios y otro en su cuello. — Lo siento, no me pude contener.

— Es bueno que no te guste el sadomasoquismo, serías un amo terrible. — Bufó para segundos después lanzarse a su cuello y besarlo.— Esto no se acaba hasta que se acabe y aviso que yo también voy a dar nalgadas.

Al final del partido, Namjoon había recibido dos nalgadas y Jimin también aunque siguió quejándose de que era trampa porque la primera que recibió había valido por mil. Entregaron sus zapatos a la chica que no dejaba de verlos enternecida y cambiaron de sala.

— ¿Crees que sea buena idea que nos estemos dando la mano públicamente? — Preguntó el rubio viendo como la chica que les estaba entregando el equipamiento de golf, así como el sujeto que los esperaba para guiarlos a circuito de hoyos que usarían los observaba. Ya se estaba sintiendo incómodo por sus miradas, no estaba preocupado tanto por él como por Namjoon, él no era cualquier persona.

— No sé si te lo he dicho ya pero, si bien soy conocido en el mundo de los negocio, no soy un ídolo. No tengo necesidad de esconderme de las cámaras, menos aquí en Europa donde no te asfixian tanto como en nuestro país de origen

— Si pero al igual que ayer en el trabajo, deberíamos ser más cuidadosos.

— No quiero sonar arrogante pero para comenzar, es mi empresa. Sé que tengo una imagen que cuidar por respeto pero no me preocupa que las personas puedan ver con quien salgo. — Los ojos de Jimin por un segundo se abrieron un poco más de lo normal. — Me gusta mi privacidad y soy receloso con ella, nadie sabe aquello que no quiero que se sepa. Sin embargo, no me escondo para hacer las cosas, ya lo hablamos la primera vez que te invité a cenar. Mientras no difundan mentiras, realmente no me molestaría si difunden que estoy contigo. — Tomó su rostro lo besó y abrazó.

— Yah... — Murmuró riendo. — Detente.

— De verdad, quiero que lo tengas claro. No tengo necesidad de andar pregonando o gritar a los cuatro vientos que estoy en una relación. No necesito que nadie sepa o contar con su validación y aprobación. Prefiero que lo que tengamos sea algo que ambos tengamos claro y seguro, si nosotros sabemos qué es lo que sucede entre nosotros fuera o dentro de cuatro paredes, no importan los demás. Así como no interesa si se enteran porque no es un secreto y yo no le debo nada a nadie. Por años he sido un hombre soltero y cuando tú seas mi pareja, no me cohibiré por los demás.

— Pero no es igual para mí, Nam. Quizás deberíamos hablar de eso, tengo que decírtelo. — Murmura frustrado buscando en su cabeza la forma de decirle que él no era un hombre soltero, sabía que lo más probable era que lo supiera ya pero necesitaban conversarlo.

— Ya te dije que no te estoy presionando, será cuando seas mi pareja así que deja de preocuparte por esas cosas ahora. Disfrutemos de nuestra cita.

— Por aquí.

Habló el joven y ambos asintieron. Jimin observó mientras mordía su labio como sin mirar el mayor buscaba su mano, sosteniéndola firmemente como tantas veces él deseo encontrar a una persona que lo sostuviera de esa forma. Le gustaba demasiado como para querer perderlo, no quería que eso sucediera.

— Eres bueno en esto pero debes girar un poco más tu torso cuando termines de golpear para que no te dañes, no descuides tu postura. — Se acercó a él y envolviendo el cuerpo de Jimin con el suyo, volvieron a golpear la bola. — Justo así. A decir verdad juegas mejor de lo que pensé.

— Me subestimaste. — Le saca la lengua y Nam ríe indicándole que camine. — Deberías ser mi maestro.

— Casi nunca tengo tiempo por el trabajo pero prometo hacerlo.

— A veces siento que te sobrecargas de trabajo sin necesidad para mantenerte ocupado. Deberías tomarte un descanso o mínimo ir con más calma. — Golpea una última vez y la bola entra en el hoyo. — ¡¿Lo viste?! Esa fue una jugada limpia y magistral. Creo que merezco un premio.

— Sí que lo fue. — Aplaudió—  ¿Cuál sería ese premio? No tengo cheques y tampoco efectivo.

Bromeaba y el menor aún sabiéndole le hacía muecas dejándole saber que se comportaba como un arrogante. Corrió hasta él con el palo en la mano, ello llevó atrás de su cabeza y lo obligó acercarse, uniendo sus labios, fundiéndose en un cálido beso. Las manos de Nam lo rodeaba y eso era simplemente mágico. No quería que ese fin de semana acabase.

Para relajar el cuerpo y evitar cualquier dolor por el exceso de ejercicios que estaban haciendo desde el día anterior, el mayor se encargó de reservar en un lugar donde fueron atendidos como reyes. Hacía más de un año que Jimin no entraba en un spa, había olvidado lo renovador que era ir a uno. Se negó a la salida a que Namjoon lo llevara a un restaurante a comer pero sí le permitió que comprara la comida para llevarla a su casa.

— Yo me encargaré de preparar la comida, ¿por qué no te adelantas tomas un baño y te pones cómodo?

— No confío mucho en dejarte la cocina luego de lo que vi en la mañana. — Bromeó mirándolo con suspicacia.

— La comida ya está hecha, solamente debo servirla.

— De acuerdo, te daré un voto de confianza. — Estiró la mano y se apartó — ¿Qué haremos después? Todavía es temprano, ¿podemos ver algo en el televisor mientras comemos?

Namjoon detuvo todos sus movimientos y se giró para observarlo detenidamente.   ¿Quién era ese hombre que estaba poniendo su vida de cabeza? Asintió con una sonrisa recíproca a la que le brindaban.

— Entonces ve también a bañarte y servimos después para que no se enfríe mientras nos duchamos. — El mayo asintió nuevamente y dejó todo en su lugar viendo como Jimin subía las escaleras delante de él.

Era extraño, lo veía y no podía controlarse, no quería tener sexo pero a su vez nos quería quitarle las manos de encima. Deseaba besarlo, abrazarlo. Era como si todos esos años en soledad le estuviesen pasando la cuenta, exigiendo el cambio.

Fue al cuarto de vestir por un pijama limpio que debía darle al rubio y se encaminó a la habitación donde se estaba quedando. Al no verlo pensó en dejarlo sobre la cama pero dado que ese baño no contaba con albornoz para salir y no chocar con el cambio de temperatura, se acercó para entregárselo en las manos, había acabado de entrar así que no creía que ya se estuviese duchando.

— ¿Ya te estás bañando? —Tocó la puerta varias veces esperando respuesta. — Te traje la ropa.

— No me estoy bañando todavía, entra. — Namjoon obedeció y al entrar se quedó estupefacto al ver al menor desnudo observándose frente al espejo. Se volteó y levantó la mano mostrándole la ropa. — Llevas casi dos años viéndome completamente desnudo, ¿por qué te giras?

Estalló en risa. se acercó hasta él quitándole la ropa, enganchándola en la pared para luego abrazarlo desde atrás y quedándose así varios segundos. Era gracioso ver que se ponía nervioso, tan diferente a esa imagen donde él ni siquiera parpadeaba. Se paró de puntillas para besar su cuello y hombros antes de voltearlo para que lo mirara. Cada vez que hacían contacto visual era volver a prender una fogata.

El mayor rendido frente a esos ojos, esos labios, se lanzó para apoderarse de estos últimos. Jimin correspondió satisfecho, perdiéndose el destello de besos que se balanceaban entro lo dulce y salvaje. Amaba cuando sostenía su cuello y trasero a la misma vez, cuando lo pegaba a su cuerpo y se rozaban sin pudor. Fue elevado y sentado sobre el mueble blanco y largo donde el lavabo estaba empotrado. Rodeó a Namjoon con sus piernas y suspiró lleno de gozo cuando sintió su miembro erecto.

No pidió permiso, estiró su mano entre los besos hasta dar con su pantalón, abriéndolos lo suficiente como para sacar su pene y darle cariño, incitándolo más. Ver lo húmedo que estaba con tan poco le regocijaba, ambos estaba en igualdad de condiciones en su totalidad.

— Demonio.

— Soy tu demonio, tuyo. — Afirmó el menor arrancando un sonido gutural del mayor que encontró extremadamente caliente.

Fue todo tan rápido y necesitado que mismo si estaba algo lastimado por el día anterior, la pomada que se untó en cuanto salieron comprándola en la farmacia, había hecho un buen efecto. La boca, su lengua, dedos y saliva lo tuvieron preparado antes de lo pensado. Él mismo la tomó en sus manos y penetró antes de que Namjoon lo hiciera, dejando escapar un gemido de satisfacción. Elevó sus piernas hasta el mueble y se entregó en bandeja de oro para él.

La adrenalina que los recorría, el cariño y deseo salvaje con el que se besaban y tocaban, intensificaban cada una de las embestidas. Los movimientos escalaron rápido de intensidad y antes de que pudieran retenerlo, ambos se perdieron en el éxtasis de sus orgasmos. La cabellera gris estaba pegada en su frente por el sudor que empezó a descender en cuanto todo se calentó. Jimin la acariciaba recreándose en la vista mientras lo veía normalizar su respiración.

— Báñate conmigo. Quiero que nos bañemos juntos, ¿podemos? — Nam lo besó y asintió. Estiró una pierna pero fue sujeta. — ¿Qué sucede?

Le señaló el suelo con rastros de sus esencias. El rubio mordió sus labios sintiéndose culpable pero se sorprendió cuando fue tomado por los brazos del mayor.

— En mi habitación será más cómodo que tomemos un baño  juntos debido a que el tamaño de la tina es mucha mayor. Como tiene hidromasaje será aún más relajante. Podré ayudar a limpiarte correctamente porque entre ayer y hoy, estarás escurriendo por días si no se hace una limpieza apropiada.

— Y-Yo creo que eso sí puedo hacerlo solo. — Eso sí le parecía algo vergonzoso.

— Como bien dijiste, llevo casi dos años no solamente viéndote desnudo, sino masturbándote y mis dedos conocen a la perfección tu interior. Creo que no tiene sentido que nos pongamos pudorosos ahora cuando acabas de aprovecharte de mí.

— El pobre, me aproveché de él... — Namjoon asintió y el menor con una mueca negó, aceptando el beso que le entregaron. — Espero, no me metas en el agua eso debe estar frío.

— Recuerda que yo me iba a bañar, la dejé a la espera de mí.

— Que tacaño, lo ibas a utilizar solo. — El mayor rió por su frase y lo bajó, no se podía arriesgar a entrar con él y que ambos resbalaran. — Oh, esto es vida.

Fue delicioso tomar un baño y volver a sentir sus cuerpos siendo masajeados por el agua junto a las manos ajenas. Perdieron la noción del tiempo que pasaron allí luego de estar totalmente limpios. En silencio, abrazados y entregados a ese momento. Fue Namjoon el primero en salir, envolverse en su albornoz e ir a buscar la ropa que terminó siendo olvidada en la otra habitación. Le entregó eso junto a nuevo albornoz y se comenzó a tratar la piel.

— Puedes usar mis productos aunque no tienen esencia suave y dulce como el jazmín. De haberlo sabido antes te hubiera mandado a pedir algo pero ya los tendrás para la próxima vez que vengas aquí.

— ¿Voy a volver aquí? — Namjoon arrugó su frente, lo miró por el espejo y luego se volteó para hacerle frente. — ¿Qué dije para que me miras así?

— ¿Por qué no vendrías más aquí? Ya te dije que no te volvería a llevar aquel lugar, tampoco pienso llevarte a un hotel como cualquier persona a la que me follo una noche y ya. Si vamos a uno será por acuerdo entre los dos para cambiar de aires, en un viaje o algo así pero de lo contrario, no hay necesidad. ¿A dónde más irías?

— ¿Por qué me habas así? Es decir, estamos hablando normal y de repente te molestas por una simple pregunta. — Namjoon suspiró dándose cuenta de su tono y se relajó.

— Lo siento, no me di cuenta simplemente me incomodé por la pregunta, no quiero que pienses que esto es sólo sexo de mi parte. Ya te dije que me gustas y que quiero algo serio contigo a futuro. — Dejó el frasco que tenía en su mano sobre el mueble y tiró del menor. — Yo quizás he estado pensando sólo por mí sin preguntarte correctamente. ¿Esto para ti es solamente sexo?

Jimin dejó acunar su mejilla con los ojos cerrados. Había escuchado su pregunta pero no sabía por dónde comenzar. A partir de la segunda sesión — para no admitir que desde la primera, — soñó tener no solo sexo con él, sino algo más. Aún cuando pensaba que era un hombre que hacía ese trabajo por dinero quería tenerlo solo para él. Tener una relación pero, todo iba mucho más allá.

— La única vez que me acerqué a ti por interés sexual fue en las primeras dos sesiones, ya en la tercera fue más porque tenía deseo de verte que otra cosa. Habíamos quedado en malos términos en la segunda sesión por yo haber roto las reglas y cuando aceptaste verme nuevamente me alegré mucho, tanto que te respondí al momento. No pude quedarme pero ya desde ese entonces me gustaba el arrogante y galante Doctor Control. Pensaba que eras un hombre que hacía eso por la necesitad de dinero o el gusto a la buena vida y aún así me gustabas para mucho más que todo aquello que hacíamos.

— ¿De verdad? — Jimin asintió buscando sus labios para depositar un casto beso.

— Nosotros no somos solo sexo y creo que ambos lo sentimos desde antes de nuestra despedida. Pero... Ya está bueno de hablar de eso por hoy, la comida debe estar tiesa a estas alturas. Vamos, tengo hambre. Terminemos rápido con esto y bajemos.

Según lo planeado, ambos terminaron la rutina de cuidados para la piel y bajaron a comer. Por supuesto que tuvieron que calentara un poco pero  se la comieron sin rechistar mientras estaban tirados encima de no menos de veinte cojines que los rodeaban. Eso fue una petición de Jimin quien tenía el mismo gusto que su hermano Soobin y al ver todos los cojines se puso como niño a tirarlos al suelo para sentarse sobre ellos como si de un nido se tratase.

Comenzaron a ver una película en Netflix pero mentirían si dijeran que la vieron completa. En algún momento era la película quienes los veía dormidos. Nam fue el primero en reaccionar, notando como el hombre de cabellos rubios dormía sobre sus piernas. Lo acarició, volvió a detallarlo bajo la luz del televisor y lo besó. Estar junto a él era mejor que cualquier terapia.

Apago el televisor, lo tomó entre sus brazos y suspiró antes de subir con cuidado las escaleras, Podía haberlo despertado y ahorrado todo eso pero no tuvo el corazón para hacerlo. Atravesó todo el pasillo hasta llegar a la habitación donde el menor estaba durmiendo, lo colocó en la cama y cuando estaba terminando de cubrirlo, una mano y na voz adormilada lo sobresaltaron.

— Quédate aquí conmigo, durmamos juntos. — Pidió sin siquiera abrir los ojos.

— ¿Estabas despierto y me hiciste pasar por todo el trabajo de subirte hasta aquí? —Le preguntó incrédulo con una sonrisa. — Tú descaro es atemorizante.

— Me desperté en la escalera pero se sentía bien, quería ver qué hacías y comprobé que nuevamente me ibas abandonar aquí solo. ¿Por qué?

— Nunca he dormido junto a alguien de esta manera, lo veo mucho más íntimo que todas las cosas íntimas que hemos hecho. Si lo hago me será difícil no tenerte como mi pareja y quedamos en que todavía no era el momento. Si me acuesto ahora a tu lado, vas a ser oficialmente mi pareja, Park Jimin.

El mencionado tragó saliva y abrió de golpe sus ojos encontrándose con su fija mirada. Esperaba una señal de broma pero estaba tan serio que asustaba. Quería pero si esa era la condición no podía aceptarlo todavía, no hasta que conversaran sobre Mila, sobre Rosé. Abrió lentamente su mano, dejando ir su brazo.

— Eso pensé. — Besó sus labios y peinó sus cabellos. — Dormir juntos no hace diferencia en cuánto me gustas. Así que puedes dormir tranquilo, cuando quieras dormir conmigo sabré que finalmente estás dispuesto a ser mi pareja sin ese temor que emana de ti cada vez que hablamos sobre "algo de seriedad" para lo que tenemos. No estoy apurado, tómate tu tiempo. Ahora a dormir, mañana serás mi acompañante en un evento y debes estar descansado.

— ¿Evento? No me habías dicho nada.

— No es tan importante, ya lo verás. — Volvió a besarlo y se levanto. — ¡Hasta mañana, buenas noches!

— Buenas noches, hasta mañana...

💙💙💙
Creo que con esta tercera actualización en el día termino ajajjaja. Espero que lo hayan disfrutado, besitos miles.
LORED
💙💙💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro