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Capítulo 35

Fue extraño, luego de que ambos tomaron un baño la noche anterior todo se volvió un poco extraño. Namjoon siguió siendo atento, le preparó un relajante baño lleno de sales, aromatizantes e incienso que su cuerpo no sabía que necesitaba hasta ese momento. El fino y nuevo pijama era suave, acariciaba su piel como el hombre que se lo había ofrecido. Bebieron una copa de vino juntos y en silencio, estuvo todo ese momento perdido en los brazos del mayor, un momento mágico que hubiera sido perfecto si a la hora de dormir no le hubiese indicado que durmiera en una habitación diferente a la suya.

Después de todo lo ocurrido entre ellos, ¿qué caso tenía dormir en habitaciones separadas?No reclamó pero no podía negar que aquello lo había molestado, fue una habitación continua a la de él pero seguía siendo diferente. Se fue a su cama algo incómodo pero se levanto para ir en busca de un poco de agua, encontrándolo trabajando en una oficina, lo vio con un ordenador, una copa de vino y una calculadora donde no dejaba de presionar. Su ceño parecía fruncido pero estaba tan concentrado que no notó su presencia. Olvidando que deseaba beber agua regreso a la habitación y se perdió entre las sábanas.

En la mañana fue despertado alrededor de las diez, quería dormir más pero accedió a levantarse cuando notó la brillante sonrisa matutina que le regalaba los buenos días. Se revolcó un poco más entre las sábanas bajo el escrutinio del mayor quien simplemente permaneció sentado a su lado con su sonrisa. Cepilló sus dientes y aún en pijama salió al comedor que Namjoon le indicó. Ahora estaba ahí, sentado mientras lo veía luchando por prepararle un desayuno que no tenía final.

— ¿Alguna vez has hecho esto? — Preguntó entre risas acercándose a su lado.

— Esto exactamente no, jamás había hecho pancakes, eso es algo que solo mi hermanito sabe hacer bien. No suelo cocinar, no tengo tiempo para ello, rara vez desayuno y siempre como fuera. Cuando como en casa me cocina la empleada o mi hermano pero eso es muy extraño. Sin embargo sí se hacer huevos revueltos y otras cosas, supongo que no debí excederme. La cocina no es parte d mis virtudes.

— Yo opino que es un encanto que hayas decidido hacer un esfuerzo aún sabiendo que no eres bueno en ello, pero si continúas llegará el almuerzo sin haber comido. ¿Me permites? — Nam elevó sus cejas y con una sonrisa totalmente vencido le pasó el mango del sartén. — Dime qué quieres comer y si tienes los ingredientes los prepararé para ti.

— ¿Eres bueno en la cocina? — Curioseó acercándose, observando como pelaba algunos vegetales. Colocó cada mano a los costados de su cuerpo sobre el mesón y Jimin se detuvo algo nervioso. — Se te da bien, pareces un hombre que está acostumbrado a vivir solo pero que a la vez es hogareño. Yo solo comparto el hecho de vivir solo.

Besó su cuello, tomando de la fresca cesta de frutos del bosque tres Stachelbeeren verdes — también conocidas como uva espina o uva-crispa — colocándolas en un pequeño recipiente de porcelana relleno de un aceite que Jimin no supo diferenciar. Las llevó hacia una esquina de la cocina donde la dejó encima de otra pieza de porcelana que tenía una pequeña vela dentro.

— ¿Para qué es eso? — Indagó curioso terminando de colocar las frutas en un plato.

— Para aromatizar el lugar, al ser frutas naturales en un baño de aceite virgen, absorbe el olor cuando la cáscara se empieza a calentar y al abrirse, emana un fresco aroma natural que creará un buen ambiente.

— Veo que te apasionan esas cosas, las esencias, aceites, aromas y demás quiero decir. — Señaló recordando como siempre preparaba todos esos detalles meticulosamente en sus sesiones. Lo vio asentir rascándose su nuca mientras se movía por la cocina pensativo. Me gustaba el que usabas conmigo, desde entonces solamente compro productos para el cuidado de la piel con aroma a jazmín. ¿Qué buscas?

— No recuerdo en dónde están los platos para el desayuno. — Jimin abrió sus ojos ante la confesión y se burló. — Ya, ya recordé donde están. Lo siento. — Fue preparando la mesa mientras que el menor colocaba todo lo elaborado cuidadosamente. — Conozco muy buenos productos verdaderamente orgánicos de jazmín que te encantarán. Los encargaré para ti si te gusta esa fragancia.

— No creo que sea necesario. — Miró la mesa dándose cuenta que faltaba la bebida. — ¿Dónde están las bebidas? ¿Quieres jugo, leche, café?

— No suelo beber café los fines de semana, leche casi siempre la bebo en las noches, así que prefiero jugo de naranja pero puedes sentarte, yo voy por ello. ¿Tú qué quieres beber?

— Lo mismo.

El desayuno fue tranquilo, incluso se rieron de cosas absurdas que no tenían ningún sentido, como la forma de algunas frutas o las expresiones de Jimin cuando algo le gustaba demasiado. Recogieron todo lo usado juntos, el mayor estaba desacostumbrado a ese tipo de interacciones, esos momentos que solía compartir con Soobin cuando era pequeño que se sentían totalmente diferente pero era agradable. Su casa se sentía más clara, con vida.

— Voy a prepararme y en quince minutos salimos.

— ¿Salir? Nam, aún no he lavado mi ropa y debido a lo ocurrido ayer es un completo desastre. No tengo ropa para salir ahora mismo.

— Creo que eso es un pequeño inconveniente, veré si tengo algo nuevo que me quede pequeño entre unas cosas que recibí hace poco. Creo que tendremos que pasar por alguna tienda antes nuestro primer destino. — El rubio abrió los ojos y antes de rebatir lo escuchado, ya Namjoon se había perdido de su vista.

+++

Taehyung había decidido ese día hacer por su cuenta lo que normalmente hacía su esposo. Colocó música animada, se puso sus guantes y comenzó a realizar la limpieza de la casa. Las tareas en su hogar eran repartidas, cada uno hacía las asignadas aunque a veces el que mayor tiempo estuviese en casa, debía adelantar o ayudar al otro. Sin embargo, la limpieza era algo que casi siempre Hoseok hacía.

Ya había terminado casi todo, se encontraba reorganizando la sala cuando sintió la puerta de su casa abrirse. Se volteó e increíblemente corrió hacia su esposo como desde hacía años no ocurría cuando lo vio aparecer. Era esa extraña emoción de cuando comenzaron su relación o a vivir juntos, cuando estaban recién casado y todo era una luna de miel interminable.

Estaba tan feliz de verlo nuevamente en su cada después de casi un mes de lejanía que no lo pudo evitar. Lo había echado de menos. Lo abrazó e intentó besar pero el mayor dio un paso atrás para evitarlo y con suavidad quitó los brazos de su cuello. Ese acto fue un shock para el castaño, era tan extraño verlo actuar así, seco y frío que simplemente atinó a guardar distancia mientras lo observaba.

— ¿Q-Qué ocurre?

Su semblante le dejaba ver que algo serio había ocurrido, el pelirrojo siempre intentaba sonreír, incluso cuando se estresaba pero en esos momentos solamente arrugaba su frente y empuñaba su mano. Taehyung buscó sus ojos pero lo único que vio fue, nada... El mayor lo tomó de la mano llevándolo hasta la sala, lo sentó y tomó una silla del comedor para sentarse frente a él. Oficialmente estaba asustado, sus manos sudaban y sus piernas estaban  atada de comenzar a temblar.  ¿Qué ocurría con Hoseok?

— Tuve sexo con otro hombre. — Dejó salir sin más, no había forma bonita de decir o adornos que valieran para aminorar el impacto. Además, aunque no lo había hecho por esa razón, sabía que el castaño también le había sido infiel. — Me he estado quedando en casa de Yoongi porque no tenía el deseo de venir a casa y verte, tampoco tenía cara o fuerza para contarte todo. Por eso me mantuve alejado estas semanas.

Todo el rostro de Taehyung se tensa en el instante que lo escucha decir aquello, no podía negar que aquello le incomodaba. No podía ocultar su rabia pero aún así se controló. Se levantó de su asiento yendo hacia la cocina en busca de un vaso de agua. Le dolía saber que su esposo llegó a tener sexo con otro hombre pero lo peor es que no podía evitar regañarse y recriminarse internamente porque no tenía derecho de sentirse así. No tenía moral para juzgarlo cuando había besado a Jungkook más de una vez, cuando él mismo le pidió que lo follara. La única razón por la que no ocurrió nada fue porque el pelinegro se había negado. 

El pelirrojo lo vio pro solamente exhaló recostando su cabeza en la silla, le dolía verlo así. Él no podía mentir, no podía engañar a la persona que fue el ombligo de su mundo por tantos años, el hombre con quien se unió en matrimonio. Estaba esperando a que dijera algo pero solamente lo observaba beber agua como si fuera alcohol. La repisa de la cocina se abrió y una botella de vino blanco fue tomada por su pareja, quien lo sirvió en dos copas para darle una a su esposo.

Habían sido infieles física y mentalmente, ambos habían bebido de la copa de la traición. Algunas personas decían que lo que hacía emocionante el matrimonio era la infidelidad, asegurando que entonos tarde o temprano siempre había alguna, por muy inocente que pareciese. Ya fuera una infidelidad mental o una física. La única diferencia es que en algunos eran descubiertos, otros lo permitía, varios lo ignoraban y en otros tantos actuaban tan bien, que nadie se enteraba y se iban con el secreto a la tumba. Aún así, ellos se casaron con una ilusión, ellos no pensaron jamás que estarán atravesando una situación así.

— ¿Te gustó? ¿Cómo te sentiste?

— Me sentí por momentos culpable pero me volví a sentir deseado, complacido. Me sentí bien y sí me gustó. — Taehyung humectó sus labios y por reflejo Hoseok lo siguió, terminando ambos tomando un trago de sus copas.

— Al menos le sacaste buen provecho. — Sonrió con ojos vidriosos. — ¿Qué posición jugaste?

— ¿Eso qué sentido tiene?

— Para mí en estos momentos mucha. — Apartó la copa y lo observó demandando con su mirada seria que le contestara. — ¿Y bien?

— Estuve abajo. — Vio a su esposo morder sus labios mientras bruscamente se secaba sus lágrimas. — No entiendo para qué quieres saber eso cuando sabes perfectamente que no tengo problemas con las posiciones.

— Conmigo. Solamente conmigo nunca tuviste problema con ello porque cuando eras el chico popular que tenía sexo cada día con alguien diferente siempre fuiste el activo. Según tus propias palabras y lo que yo mismo comprobé solamente puedes entregarte a alguien que te gusta y en el cual confías mucho, de lo contrario asumes siempre el otro rol. Por consecuente, eso fue más que sexo casual, es alguien que ya conocías, alguien a quien aprecias.

Hoseok guardó silencio algo sorprendido por lo bien que lo conocía su esposo, notando cosas que él simplemente pasaba por alto. Ni siquiera lo pensó con Yoongi, se dejó llevar y ya estaba. No tenía pensado decirle que todo ocurrió con su mejor amigo, alguien que él conocía. No quería empeorar las cosas, era suficiente el dolor del engaño. Si se lo preguntaba no le quedaría más remedio que serle sincero y contarle pero era un detalle que no pensaba revelar. Verlo asegurando que conocía con anterioridad a esa persona, que confiaba en ella y demás lo puso nervioso.

— ¿Tú no tienes nada que decirme? — Preguntó esta vez el pelirrojo levantando la vista de su copa, observando como su esposo  se tensaba y bebía el resto de la copa antes de levantarse a buscar la botella y colocarla en el medio de la mesa.

— Y-Yo... — Exhaló con pesadez. — Yo no llegué a tener sexo como tal pero sí besé a alguien, incluso recibí un oral de su parte pero no aconteció mayores. También estuve con alguien más. — Terminó admitiendo.

No tenía caso decir qué hizo o que no al final había sido infiel, tener sexo no era solamente penetrar aunque muchos desearan verlo así para disminuir las culpas. Daba igual lo que hizo con Jungkook porque al final su mente y cuerpo lo habían deseado, no fue solo el alcohol. Así como el menor le había dicho estúpidamente se escondió tras ello cuando bien sabía él que siempre lo encontró atractivo y que más de una vez sobrio detalló visualmente todo su cuerpo.

— Ya lo sabía. — Le sonrió — es decir, no sabía hasta dónde habías llegado pero sí que estabas con alguien más. Los vi.

Tae se tensó de solo pensar que Hoseok sabía con quien había estado en esos momentos incluso temía de que su amigo se enterase. El pelinegro estaba tan vedado para él que no entendía cómo se saltó todas las señalizaciones hasta llegar a sus brazos.

— No le vi la cara pero sí te vi salir de casa de Namjoon y entrar en su automóvil, te vi besarlo, subirte encima de él e incluso los vi irse juntos. Esa noche regresé a la casa esperando que vinieras, hasta ese entonces yo no te había sido infiel Tae. No lo hice por despecho pero no te voy a negar que influyó.

Ahora todo estaba claro, el porqué de su lejanía, su actitud. Ahora entendía tantos cosas. Se sentía una basura y no tenía dónde esconder su cara.

— Ahora te pregunto yo... — Taehyung estaba rezando porque no repitiera la misma pregunta aún cuando sabía que no sería así. — ¿Te gustó?

— Hobi...

— Ambos tenemos la madurez y "confianza" suficiente como para no mentirnos, ¿cierto? — el castaño asintió. — ¿Te gustó?

— Sí.

Ambos secaron sus lágrimas, no entendían cómo habían llegado hasta ese punto. ¿Por qué llegaron ahí? ¿Realmente el amor se había muerto? ¿Por qué les dolía tanto? Como si estuviesen sincronizados frotaron sus rostros con fuerza, queriendo borrar ese momento. Hoseok estiró su mano para sostener la del menor, procurando que lo mirase mientras dejaba caricias circulares sobre su dorso. Cruza de la silla al sofá y lo abraza, se abrazan durante varios minutos sin decir nada.

— Creo que... ha llegado el momento de terminar todo esto. ¿No crees?

— No. — Taehyung negó con rapidez. — Hemos cometido tantos errores que terminamos tapando uno con otro, apilándolos hasta que todos cayeron pero ahora nuevamente podemos ver. Tenemos la posibilidad de aprender de nuestros errores y no permitir que esto vuelva a ocurrir. Te amo, te sigo amando Hobi y no quiero perderte. De mi parte todo quedó en el pasado porque a pesar de, no significó nada. Si tú todavía me quieres, si estás dispuesto a dejar junto a mi todo lo ocurrido en el pasado, podríamos darnos una última oportunidad. Confío en que todo puede funcionar.

— ¿Por cuánto tiempo lo hará, Tae?

El aludido buscó sus labios, atrayéndolo más hacia su boca tirando de su cabellera rojiza. No hubo resistencia alguno, a pesar de todo sus bocas se reconocían, sus cuerpos seguían deseándose y sus sentimientos también eran persistentes. ¿Amor? Ninguno de los dos estaba totalmente seguro si seguían amándose con la misma intensidad pero sin duda se querían demasiado. Quizás no era el momento de cubrir todo con sexo pero para ambos, esa idea pese a estar latente, no era de importancia. Tenían la convicción de que podría funcionar, si ambos ponían de su parte podía funcionar.

Sus manos se recorrieron y desvistieron mutuamente a gran velocidad, anhelantes y algo desesperados después de varios meses sin haber intercambiado más que algunos besos. Disfrutaron de sus felaciones, de los gemidos que el contrario daba a causa de lo que le hacían, masturbándose mutuamente con desenfreno. 

— Vamos, quiero hacerte el amor en nuestra cama.— Pronunció el castaño poniéndose en pie, extendiendo una mano que fue tomada antes de juntos correr a la cama. Se dejaron caer como niños, comenzando una lucha de poder que el mayor cedió con una sonrisa que correspondía a la amplia que le estaban regalando. — Te amo.

Se perdió en sus esposo, haciéndole el amor como hasta el momento solo él se lo había hecho. Permitiéndole tomar el mando de vez en cuando, intercalando posiciones, dejándose amar hasta que finalmente se perdieron en un orgasmo y abrazados, se quedaron dormidos.

Fue Hoseok el primero en despertar una o dos horas más tarde, contemplando el desnudo y hermoso cuerpo de aquel hombre que seguía siendo dueño de su corazón a pesar de todo. Caminó descalzo hasta la sala, tomó su teléfono procurando no hacer mucho ruido y marcó.

¡Yah! — Gritó Yoongi cuando descolgó. — ¿A dónde demonios te metiste? Compré comida coreana para almorzar pero llego y no estás.

Su amigo se sentía tan alegre y entusiasmado que lo hizo reír pero también sentirse algo incómodo. Respiró profundo y tras burlarse un poco de él, soltó lo que verdaderamente tenía que decirle.

— Hoy no regresare, no me esperes. He vuelto a casa, me reconcilié con Tae. — Su voz no estaba llena de felicidad, no podía estarlo cuando una parte de él se sentía mal por su mejor amigo. No tenían una relación, aquello no se volvió a repetir y ellos seguían siendo solo eso, amigos. No obstante se sentía raro.

¡Felicitaciones mi campeón! — Respondió eufórico tomando por sorpresa al menor. — Finalmente volviste con tu esposo, así me gusta, ya no te tendré vagando como perro mojado y desdichado por toda mi casa. Hiciste bien, así se hace. Ahora voy a salir pero mantenme al tanto de los detalles. ¿De acuerdo?

— Está bien... — Respondió regresando a la cama. — Nos hablamos.

Min Yoongi colgó la llamada mirando todo lo que estaba preparado en la mesa y lo barrió con sus manos tirándolo al suelo. ¿Por qué estaba así? Después de todo eso era lo que él quería, deseaba que su mejor amigo volviese con su esposo y volviera a sonreír, quería verlo feliz pero algo estaba fallando en él. En su pecho había algo que no estaba funcionando correctamente y fuera lo que fuese, dolía en demasía, tanto que le sacaba las lágrimas.

Se dejó caer al suelo sintiéndose miserable. Quizás era un castigo por todo lo que hizo sufrir a Park Jimin, por ser en ocasiones un tipo tan despreciable. Lloró como pocas veces hacía, lloró hasta que el timbre de su casa sonó y se apresuró abrir limpiando su rostro con un deje de esperanza.

— Buenas tardes.

— Oh eres, tú. — Respondió con pesar siendo consciente de lo tonto que fue segundos atrás. ¿Qué haces aquí? Quedamos en que ambos nos veríamos en territorio neutro, ni yo voy a tu casa ni tú vienes a la mía. Para eso tenemos un apartamento.

— Simplemente quise venir a verte. — Se acercó al mayor y secó el rastro de lágrimas que quedaba sorprendiéndolo. ¿Desde cuándo Jungkook se comportaba así? — ¿Aquí qué pasó?

— Ah eso, iba a limpiarlo ahora antes de bañarme. — Ambos miraban al suelo donde toda la comida estaba desparramada. — Puedes sentarte en el sofá.

— Mejor ve a bañarte, yo me encargo de recoger.

— ¿Qué tienes? — No se había dado cuenta pero el menor también parecía deprimido, mostrándole facetas que nunca antes había visto. De haber tenido un problema con su padre o hermano estaría rabioso, buscando estamparlo contra la primera pared para follarlo salvajemente. En cambio venia decaído, con ojos rojos y actuando de cierta forma "dulce".

— Estamos jodidos.

— Somos dos mierdas que de cierta forma se soportan y comprenden. — Admite viendo con extrañeza como este se le cercaba. — ¿Quieres follar? Deberías esperar al menos que me bañe.

— No quiero. — Lo abraza acomodando la cabeza en su hombro, dejando al mayor sin saber qué hacer porque todo eso era nuevo para él.  — Hoy no quiero estar solo, vine a pasarme el día contigo, voy a dormir aquí.

De acuerdo, ¿qué mierda le estaba ocurriendo a Jeon Jungkook?  Agradecía que no quisiera nada más porque no estaba de humor para ellos pero tampoco sabía cómo tratar con él.

💙💙💙
Hay mal de amores por aquí 😂
El próximo capítulo será todo fluffy 😍❤️
LORED
💙💙💙

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