Capítulo 25
Estuvo todo el camino sonriente, no estaba pensando en ese momento en nada con exactitud pero por alguna razón se sentía alegre, extrañamente estaba contento. Era un sentimiento un tanto desconocido porque no hubieron muchos momentos en su vida que detonaran su sonrisa. Estuvo agradecido, aliviado e incluso algo alegre cuando conoció a sus abuelos, las veces que vio a Soobin graduarse siempre sonrió y el menor se las arreglaba para hacerlo sonreír pero ninguna de esas sensaciones se acercaban a la que estaba sintiendo en ese momento. No dejaba de ser confuso pero agradable a la misma vez.
Introdujo con tranquilidad la contraseña, anhelando un baño, una revitalizadora copa de vino mientras consultaba sus correos e irse a dormir. La jornada del día siguiente no sería fácil y necesitaba estar concentrado y repuesto para enfrentarla. La puerta se abrió dándole paso a la calma de su casa que lo invadió, al menos por cortos segundos. Las luces se encendieron y de la nada Soobin junto a Taehyung salieron cantándole felicidades. Al comienzo rodó sus ojos pero terminó con una sonrisa permitiendo que su hermano lo besara a su antojo por todo su rostro.
Si era sincero debía admitir que había olvidado completamente su cumpleaños. Recordó como hacía algunas semanas Jackson le preguntó sobre qué deseaba hacer para esa fecha pero como nunca lo celebraba, terminaba siendo como un día cualquiera donde las mismas tres personas siempre lo felicitaban, aunque recibía postales, flores y regalos de personas que no recordaba o conocía en lo absoluto.
— Ya detente, es suficiente. — Se quejó alejándolo reprendiéndolo con la mirada al igual que a su amigo. — ¿Sabiendo que odio estas cosas te prestaste para esto?
Taehyung simplemente se encogió de hombros asintiendo, no estaba en sus planes pero se dejó arrastrar por el entusiasmo del menor sabiendo aún que ambos podían ganarse una gran reprimenda. Eso era preferible que tener que llegar a su casa una vez más sin Hoseok, se sentía sola y vacía. Una parte de él comenzaba a entender a su esposo puesto que ahora que él intentaba hacer tiempo para ambos era el otro quien no parecía interesado en ello. Namjoon con vista larga notó que el menor no se encontraba bien y aún así estaba allí conociéndolo, eso era sinónimo de que necesitaba desahogarse con alguien o al menos estar en compañía de alguien más.
— ¡Hyung, feliz cumpleaños! — Exclamó Soobin entregándole una pequeña bolsa llevándolo hacia el sofá. — ¡Ábrelo! Sé que te gustará aunque odies los regalos. — Animó deseando ver su expresión.
"Pasan los años y continúas siendo el hyung más especial de todos. Contigo siempre seré un niño mimado pero quiero agradecerte por hacer de mí el hombre que hoy soy. Sé que eres mi hermano pero quiero que sepas que significas mucho más, eres mi padre y madre, la persona que más admiro y amo. Gracias a ti conozco el calor de una verdadera familia pese a tu carácter, porque para mí siempre has sido todo lo que he necesitado en cada momento. Un confidente, amigo y consejero, eres todo para mí y anota la fecha porque no pienso decírtelo seguido. ¡Te amo!"
Giró la postal que tenía en sus manos viendo una foto de ambos y rió conmovido al verla. Fue el día de la graduación de su hermano cuando este lo obligó no solo a tomarse una foto sino también a sonreír en ella. Había estado tan molesto porque su madre no podía sacar treinta minutos de su día con antelación para ir a la graduación de su hijo menor. Tenía tiempo para encontrarse con personas a las que poco le importaban su vida, sino los cheques que pudieran intercambiar pero eso siempre era más importante que todos. Nunca le exigió o pidió nada para él pero que incluso con Soobin fuese tan desalmada, lo lastimaba mucho más de lo que sus desplantes le causaron en la niñez.
Su hermanito no decía nada pero viendo como todos los padres se encontraban abrazando y felicitando a sus hijos, no era un secreto que cada vez que miraba sobre su hombro era en busca de alguno de sus padres que jamás aparecieron a ningún evento durante todos sus años de estudiante, ni siquiera a su graduación. Ese día Jungkook también apareció a último momento con un ramo de flores, un cheque que le entregó con un escueto "Felicidades" y tras alborotar su cabello se desapareció con quien fuera que hubiese estado esperando en su vehículo. Fue un avance verlo aparecer pero aún así, no pudo evitar sentir rabia hacia toda esa gente que supuestamente era familia.
Él fue un niño adelantado y precoz que maduró antes de tiempo obligado por las circunstancias. Un niño que estaba a cargo de otro sin saber bien si lo que estaba haciendo era correcto o no pero cuando miraba esas letras no podía negar que se sentía aliviado, agradecido y complacido de saber que en algo pudo ayudar a su enano.
No sintió sus lágrimas hasta que no vio que una de estas cayese sobre la postal que aún sostenía en su manos. Intentó ocultarlas pero habían sido vistas y aunque jamás permitía que alguien lo viese tan voluble, débil y susceptible fuera de su coraza, sonrió cuando su hermanito secó sus lágrimas y lo abrazó arrodillándose frente a él.
— No llores, hyung. Mejor termina de abrir tu regalo, sé que no es tan hermoso como esta belleza plasmada en esa foto — se señaló — pero es igual de bonito y puse mi cariño en él.
Acató el mandato negando con la cabeza mientras sonreía y sacó de la pequeña bolsa una caja de material verde que abrió con cuidado, encontrándose con un Rolex evidentemente modificado. Adentro de la esfera, bajo el nombre de la marca estaba claramente escrito "K. Namjoon." Al voltear había otra pequeña frase. "De tu enano con amor." Sacudió el cabello de Soobin que lo miraba como un pequeño cachorrillo que había logrado una gran hazaña y lo abrazó tomándolo por sorpresa.
Tanto Taehyung como su hermano se miraron estupefactos dado que las muestras de afecto físico eran demasiado raras y escasas de su parte pero no dijeron nada. El menor feliz simplemente se dejó abrazar envolviendo a su hermano en un recíproco gesto.
— Sabes que no tenías que hacer esto, te he dicho muchas veces que no necesito estas cosas y con la postal hubiese sido suficiente. — Soobin rodó sus ojos y su amigo negó sonriendo mientras caminaba a la cocina para abrir una botella de vino. — Aún así, muchas gracias. Me gustó mucho, todo.
El menor sonrió complacido y alejándose de su hermano contempló su reloj ganándose una inquisitiva mirada. Sabía la pregunta y antes de que fuese hecha respondió.
— Sé perfectamente que no te gustan las fiesta y solamente quería esperar a que fuese medianoche para desearte un feliz cumpleaños y pasarme a retirar. Tengo una cita pero te dejo con Tae, mismo si sé que lo vas a echar de aquí a penas yo salga por la puerta. — Rió tomando de la mesita dos Ferrero Rocher de coco.
— ¿Te vas a ver nuevamente con ese muchacho?
— No, es otro. Esa persona no es para mí y lo que ocurrió fue solamente algo que dejaré atesorado como un buen y especial momento, nada más. Él ya tiene a alguien en su vida y no tiene cabida para mí así que yo prefiero no poner sentimientos en eso. Gracias a él descubrí todo un mundo desconocido para mí y ahora voy a explorarlo, a divertirme. — Vio a su hermano abrir la boca y levantó ambas manos para detenerlo. — Me estoy protegiendo y tampoco me estoy enredando cada día con cualquiera, sé muy bien a las personas que escojo para eso. Soy discreto con mi intimidad.
— No es solo eso, simplemente quiero que sepas que disfrutar tu sexualidad y la promiscuidad son dos cosas diferentes. No tienes que guardar luto por alguien, tampoco forzar algo que no funciona pero no quiero que vayas por el camino de querer utilizar el sexo para esconder todo lo demás porque terminarás aún más vacío. Porque aunque ahora lo desconocido te atraiga, llegará un punto donde te cansarás, donde estarás intimando por intimar y al final de cada encuentro te preguntarás por qué estás haciendo eso. Aunque no sean relaciones serias pienso que deberías pensar bien cada paso que darás Soobin.
— Lo haré, hyung, — Asintió.
— No ilusiones a nadie si no quieres algo y...
— ¡Hyung! — Exclamó comenzando a desesperarse interrumpiéndolo. — No comiences.
— Ya deja que el niño se vaya. — Intercedió Taehyung viendo como su amigo peinaba su cabello mirando a su hermanito con preocupación, mismo que corrió hacia la puerta para evitar que su hermano retomara el discurso. — Cuídate y diviértete.
Namjoon lo miró algo estresado y quitándole una de las copas que su amigo le ofrecía bebió de esta, la colocó en la pequeña mesa del recibidor y tras quitarse su saco que aún traía puesto tomó asiento. Había tenido una muy buena noche pero la preocupación por su hermano de cierta forma opacaba todo lo demás. No podía cuidarlo y defenderlo de todo pero aún así deseaba evitar la mayor cantidad de sufrimiento que este pudiese tener.
— Déjalo ya, no es un niño y sabe lo que hace. Has hecho un excelente trabajo con ese chico aunque no lo creas, confía un poco más en todo lo que le has inculcado.
— Sabes perfectamente que a pesar de la educación el deseo de experimentar puede llevarlo a lugares donde no lo quiero metido. Que fume, se emborrache e incluso se drogue una vez lo puedo entender, muchos lo hacen por curiosidad pero eso es una cosa y repetirlo es otra muy diferente, no quiero que caiga en vicios o se descarrile. Sabes lo cruel que es la vida, las relaciones en general y temo que ahora que está de gay curioso se revuelva. No digo que no busque y mire qué le gusta, que experimente, pero no quiero que sufra y se pierda en el chiquero de esta sociedad.
— No puedes evitar que sufra, que se decepcione y que viva su vida. Simplemente te queda ser su soporte y guía desde donde estás, dejarle saber que siempre va a contar contigo y confiar. — Alzó su copa con una sonrisa buscando que su amigo se relajase y brindara con él.
Así fue, brindaron y bebieron toda una botella mientras hablaban de temas comunes y un tanto banales. Cosas como sus trabajos, las situaciones actuales, la economía, la bolsa de valores, esos temas que de una forma u otra siempre terminaban tocando como si estuviesen dentro de las paredes de una empresa.
— ¿Y Hoseok? — Preguntó sin vacilar, desde que vio a su amigo sospechaba que algo no estaba bien con ellos, todavía tenía la escena del restaurante presente. Las ojeras que dejaban ver la falta de sueño y el hecho de que pasada medianoche todavía estuviese en su casa lo hacían preocuparse por su amigo aunque no lo manifestara directamente en palabras. — ¿Está todo bien?
Taehyung había estado evitando el tema pero a la vez deseando hablarlo, esperando que Namjoon estuviese más relajado porque sabía que él no era alguien que le gustase escuchar dramas personales aunque estaba consciente de que si realmente tenía un problema grave él siempre lo ayudaría. Bebió de golpe todo lo que le quedaba en su copa y tras ir en busca de una nueva botella que abrió para servirse, volvió a tomar asiento a su lado.
— No lo sé, no sé de Hoseok ni de nosotros. No sé qué demonios estamos haciendo con nuestro matrimonio y tengo pavor de perderlo. Lo amo, estoy tan acostumbrado a él... — Mordió sus labios al escucharse, había estado sopesando si lo de ellos no era más que una mera costumbre, preguntándose si su amor ya no había caducado. — Lo quiero, Nam. Pero no sé a dónde estamos parados y lo peor es que reconozco que tal vez todo esto ha sido mi culpa.
— ¿Lo reconoces o no? Un tal vez creo que está demás en esa oración. — Tae entrecerró sus ojos como queriendo enfrentarlo pero terminó por asentir.
— Lo reconozco, sé que hemos llegado hasta este punto por mi causa, por mi egoísmo al pensar de cierta forma solamente en mí y en mi carrera pese a no dejar nunca fuera de la ecuación a mi esposo. Cada logro, cada cosa que hago es siempre pensando en mí pero también en él, mismo si creo que no era eso lo que él quería. Desde nuestra última discusión en el restaurante a penas nos vemos. Se refugia en su trabajo y está todo el tiempo con su mejor amigo, incluso sale constantemente a reuniones con sus amistades sin avisarme o invitarme.
— Quizás porque sabe que vas a estar ocupado y no vas a ir. — Taehyung lo miró furioso. — Hey, no te puedes molestar conmigo por decirte la verdad. Lo siento si jamás utilizo filtro pero soy así, debes ponerte también desde su posición, entenderlo. Creo que ya te lo dije la otra vez pero si yo fuese él hace mucho me hubiese separado de ti, mínimo darte un ultimátum. La relación es de dos y eso ha sido algo que has olvidado frecuentemente.
Lo sabía, sabía que casi todo era su error pero no por no querer a su esposo o hacerlo a postas.
— Lo he estado intentando pero ahora parece que él ya no tiene más interés. No intenta acercarse y cuando soy yo quien busca el contacto físico me repela. Pasa noches sin llegar a casa y ni se molesta en darme un excusa o explicarme el motivo.— Exhaló con pesadez antes de decir en voz alta algo que temía que se hiciera realidad una vez que lo verbalizara. — Siento que ya no me quiere, que tiene a otra persona. Debe ser alguien de su trabajo, ya vez que en ese mundo lo que sobran son personas con las que ligar.
— ¿Hoseok? ¿Dices que Hoseok te está siendo infiel? — Preguntó algo confundido.
Asintió. Estaba seguro que así era y ni siquiera tenía fuerzas para reclamarle, sentía que todo eso era su culpa. Las ausencias, el rechazo a su compañía, no quería alegar algo tan absurdo como eso pero incluso su aroma era diferente. Su esposo era un hombre de perfumes y esencias fuertes pero con cierto dulzor, conocía todos sus tratamientos, cada cosa que utilizaba. Ultimamente esos olores estaban mezclados con otros diferentes. Quiso pensar que quizás fueron productos que tenía que utilizar en su trabajo, algo que le daban a probar o regalaban pero no.
Cada vez que se quedaba a dormir fuera regresaba con ese olor impregnado en su ropa, el aroma de su cabello también era diferente y siempre era el mismo. Como si estuviera viviendo con su amante y usara diariamente sus productos, llegando a casa oliendo a otro hombre que no era él. Ya no se preocupaba si llegaba tarde o no a la casa porque la mayoría de las veces no estaba. No habían mensajes o llamadas, no habían discusiones o cuestionamientos, no se aparecía en su trabajo. Sentía como lentamente su presencia se desvanecía aún cuando compartían cama.
Sí, muchas veces dormían juntos pero como si no lo hicieran, sin un beso, sin saludos. Coexistían en un espacio pero no había interés alguno en mezclarse y cuando buscaba su cercanía, a veces le daba un beso con sabor a obligación y nada más. Sin abrazos, sin rozar su trasero, sin restregarse a él o buscar intensificar y alargar el momento.
— Siento que ya no le atraigo como hombre que simplemente se aburrió de lo nuestro. — Aceptó dejando que las lágrimas corriesen por sus mejillas.
— No creo que el amor se acabe de ahora para ahorita, al no ser que haya estado mermando lentamente y no te hubieses dado cuenta hasta ahora. Sin embargo, cuando a una persona no le importa la otra persona, no se preocupa tanto como lo hace Hobi. Si se molesta contigo es precisamente porque le importas y te ama.
— Precisamente eso, ni siquiera se molesta o me dice algo. Simplemente me da por loco como si yo no existiese. Soy su compañero de vivienda y nada más. Nunca habíamos llegado a este punto, jamás estuvimos tan mal, nunca se resistió a nuestros cuerpos, a nuestros sentimientos o pláticas.
— Yo sinceramente creo que deberían hablar. — Se limitó a pronunciar.
Namjoon no tenía experiencia en relaciones, jamás había tenido, aunque ahora sintiese el repentino deseo de aventurarse en una. Pensó en Jimin y en lo que habían vivido ese día, maldiciéndose por ni siquiera tener su número. No sabía para qué pero al menos deseaba saber si estaba bien aún cuando no hacían muchas horas que lo dejó en su casa. Sacó su móvil y abrió el correo de Doctor Control, buscando uno de los recibidos por Jimin, esos que archivó pero por alguna razón no eliminó como hacía con los demás y, mientras escuchaba como su amigo se desahogaba, tecleó un simple pero a la vez importante "buenas noches."
"Me sorprende doctor.
Creo que todos mis malestares acaban de desaparecer justo en este instante con tan solo leerlo. Agradezco su mensaje y yo también espero que tenga una muy buena noche.
0176 7171 2323 Parece que no tenemos la información de contacto del otro así que aquí le dejo mi número ya que de casualidad estaba revisando este correo, sino hubiese tardado en leerlo. Puede escribirme a ese número cuando desee. Una vez más, espero que duerma bien.
¡Buenas noches!"
La respuesta fue casi inmediata y el mayor no pudo ocultar su sonrisa, no esperó recibir otro correo a esa hora y se preguntó qué hacía aún despierto. Copió rápidamente el número para guardarlo en sus contactos, sopesando por algunos segundos sobre el hecho de tener el número registrado ya que no solía agendar números personales. No obstante, era claro que no podía comunicarse con él a través de Wang, así que sin darle muchas vueltas lo guardó como "Park Jimin."
+++
La mañana llegó y las pocas horas de sueño habían hecho estragos en Jimin que no quería levantarse a pesar de que sus obligaciones tocaban a la puerta. Se remoloneó más de lo debido en la cama y cuando miró hacia el despertador se levantó corriendo hacia el baño para tratar de recuperar el tiempo perdido. Todavía tenía que conducir hacia casa de los Röther para recoger a Mila y a su amiguita Lena para llevarlas a la escuela ya que esta vez los padres habían acordado con su esposa que ellos eran quienes los llevarían ese día.
Procuró arreglarse correctamente porque hoy más que otros días quería lucir no solamente impecable sino arrollador para en caso de que tuviese la posibilidad de cruzarse con el presidente de su compañía en algún momento. Tomó su portafolio, teléfono y se apresuró a la cocina en busca de sus llaves, encontrándolas en las manos de Rosé.
— Ya me voy por la niña para llevarla a la escuela, los Röther se encargarán de recogerlas ya que tienen hoy ballet juntas y yo pasaré a recogerlas en la noche. — Le informó acercándose para tomar las llaves que fueron colocadas en sus manos, mismas de las que la rubia tiró para acercarlo a ella y plantarle un beso. Jimin se separó apresurado y molesto le arrebató las llaves. — Me voy.
— No deberías ser tan arisco conmigo, después de todo seguimos siendo marido y mujer, no quiero que me beses solamente en compañía de los demás. — Protestó intentando verse tierna pero maldijo al ver como su esposo salió de la casa sin prestarle atención.
No le quedaba más remedio que irse en su auto, con la escasez de tiempo y todas las vueltas que debía dar ese día, no le quedaba otra opción. Dejó su portafolio en el asiento del copiloto con frustración tomándose un minuto para exhalar y buscar relajarse, su hija no podía verlo de esa forma. No sabía cómo Rosé era capaz de dañar su humor con tanta facilidad. Tomó su teléfono que no había revisado por la premura y se quedó paralizado varios segundos al ver sus notificaciones pues, aún con la pantalla bloqueada y sin un nombre en el remitente, podía saber de quién se trataba.
0176 2323 7171
¡Buenos días!
Puedes guardar mi número, así ambos tenemos el contacto del otro.
Dos simples líneas que releyó una y otra vez serio mientras poco a poco una sonrisa incrédula comenzaba aflorar en sus labios, terminando por reír ampliamente. Guardó su número antes de contestarle bajo "Namjoon" y volvió a releer por última vez su mensaje.
¡Buenos días!
Él clima hoy amaneció un poco más fresco así que espero que se cubra para que no se resfríe. Quizás no lo vea hoy en la empresa pero aún así le deseo un lindo día.
Quizás era demasiado pero antes de poderse arrepentir, ya el mensaje había sido, enviado, entregado y leído. Su corazón quizás se saltó algún latido en el momento que notó los tres puntitos en su iMessage que le indicaba que estaba escribiendo justo en ese momento y, llevando su pulgar a sus dientes como gesto desesperado, esperó a que el mensaje apareciera en la pantalla. Pensó que mandaría un periódico por lo mucho que se tardó pero al final recibió una sola línea.
Namjoon
Lo mismo para ti.
Comparada a la alta expectativa de la demora fue un poco decepcionante pero estaba igual de feliz por el simple hecho de que se hubiera tomado la molestia de escribirle a primera hora de la mañana para desearle los buenos días. ¿Había sido en lo primero que el presidente prensó cuando abrió sus ojos? Las ideas revoloteaban en su cabeza pero al mirar la hora en la pantalla de su teléfono lo dejó caer y condujo a gran velocidad.
— Llegas tarde. — Deja salir su hija en cuanto lo veo con sus brazos cruzados. — Debías haber llegado desde hace cinco minutos.
— Papi lo siente mucho tesoro pero, creo que esas no son forma de recibirme. Creo que lo correcto sería que le preguntases a papá si le ocurrió algo que lo hizo llegar tarde y saludarlo correctamente con un beso y un abrazo grande.
La niña abrió los ojos preocupada y se aproximó a gran velocidad hacia su padre tomando su rostro entre sus manos buscando que todo estuviese bien.
— ¿Te ocurrió algo papá? — Jiimin negó abrazándola mientras saludaba a la señora Röther que salía a trabajar. — Que alivio. ¿Pero entonces por qué tardaste?
— Porque hubo mucho tráfico y papi tuvo que pasar muchos minutos varado sin poder conducir. — Abrió la puerta trasera para que ambas niñas subieran en el vehículo luego de que la pequeña Lena lo saludase educadamente con una sonrisa. — Ahora vamos no queremos llegar tarde a la escuela.
💙💙💙
¡Hola por aquí!
Estoy tratando de ir retomando de a poco los capítulos que ya tenía avanzados debido a que la escritura aún se me dificulta y me tardaría demasiado escribiendo capítulos nuevos, agregando que sería mucho más extenuante.
Espero que me tengan paciencia mientras me recupero completamente.
Los quiero y como regalo o entreteniéndote les dejo el trailer de mi próxima historia Nammin 🙈
LORED
💙💙💙
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro