Capítulo 22
Su mano era sostenida con una fuerza que lo hacía resentirse, su mano estaba totalmente eclipsada por otra de mayor tamaño, firmes pero cálidas. En un comienzo hizo un intento por liberarse sin éxito y ya no lo volvió a intentar porque si era sincero consigo mismo, elle agradaba esa situación aunque no entendiese nada. Presenció en silencio el agarre y no sintió nada más correcto que eso aunque el supiese que en realidad todo aquello era incorrecto. Desde el momento en que su cabeza pensó en escribirle a un desconocido, asistir al encuentro y consultas, haberse entregado e ir más allá creando sentimientos que debían ser embalsamado y enterrado dentro de un sarcófago en el suelo más profundo de la Tierra.
No tenía permitido realmente gustar de ese hombre pero lo había hecho. Quizás su gusto en un comienzo fue superficial, una atracción física que despertó una pasión que fue aumentando de una forma descomunal durante largos meses hasta que decidieron ponerle fin a ello y consumaron el acto. Fue un tonto al pensar que una vez que eliminaran esas ganas todo desaparecería. Muy por el contrario, desde el instante que decidieron darle libertad a sus instintos y deseos contenidos, había acabado su propia tumba.
Esto solamente le sirvió para darse cuenta que en todo ese año que se estuvieron viendo, lo que sentía por el desconocido no era simple atracción física y deseo carnal. Podrían haber sido las largas y amenas charlas que daban casi siempre antes de ir a por lo que pagaba. Quizás se fue enamorando de esas cosas que mentalmente le criticaba como su exceso control de todo, su fragancia y los aromas que siempre llenaban el lugar. Desde entonces él usaba casi todos sus productos de higiene personal con esencia de jazmín. Aunque se decía que simplemente era un delicioso olor, bien sabía que era una forma de mantener viva la presencia de ese hombre en su vida, de los torrentes encuentros que tenían el último viernes de cada mes.
Se fue enamorando de su metódica forma de desplazarse como si lo hubiese ensayado. Lo recibía en la puerta lo acomodaba en la sala e iba por una botella de vino y dos copas cuando no estaban ya esperando sobre la mesa. Su forma de agarrar e inclinar siempre la botella ante, durante y después de abrirla durante varios segundos mientras aspiraba el aroma impregnado en el corcho. Siempre servía ambas copas con delicadeza y las acomodaba en el mismo sitio de la mesa. El tiempo era siempre el mismo, controlado por su reloj, desde el momento que lo recibía hasta que le entregaba su copa sosteniendo la de él con indiferencia, pasaban exactamente ocho minutos, ni uno más ni uno menos.
Sus pláticas al comienzo siempre eran iguales, distantes casi como si fueran forzadas pero terminaban incluso intercambiando sonrisas. Habían día en los que iba solamente para eso, para verlo y charlar con él como si de un amigo más tratase olvidando el verdadero motivo de sus encuentros. No obstante, cuando pasaban a esa otra habitación, todo el ambiente cambiaba como si brincara de un bioma a otra en segundos. Se perdía en sus caricias y entonces recordaba que también le fascinaba ser tocado con tanta precisión de una forma tan estimulante. No exageraba cuando decía que junto a él tuvo casi los mejores orgasmos de su vida porque sí, aunque lo negase con Min Yoongi también había tenido muy buena intimidad pero no era comparada en lo absoluto.
Aún sabiendo que desde el comienzo sus encuentros tenían fecha de caducidad, no pudieron controlar las descontroladas emociones que de ambas partes iban creándose y creciendo. No encontraban las palabras exactas para describir que les ocurrió en los meses que no se vieron y mucho menos después de reencontrarse. No creían que fuera un enamoramiento, al menos Namjoon, quien no sabía lo que realmente era sentirse así. Era simplemente una inquietud, una atracción inexplicable que los mantenía pensando en el otro aunque tuviesen otras obligaciones en las cuales enfocarse.
Se mantuvieron embaucados por el silencio dentro del ascensor, sus miradas no se cruzaron. Ni siquiera miraron sus reflejos en los espejos o hicieron algún movimiento más allá del que realizó el residente cuando presionó el botón que los llevaría al vestíbulo principal del edificio. Solamente cuando descendieron, Namjoon cayó en cuenta de que aún sostenía la mano de su empleado, a decir verdad, recién tomaba consciencia y se percataba de que le había tomado su mano. Evitando hacer cualquier movimiento brusco para que no se sintiera mal, abrió con parsimonia su mano hasta dejarlo libre, sintiéndose de alguna forma raro, como si estuviese vacío y Jimin sintió la frialdad al no tener el calor que la piel contraria le estaba brindando.
Permanecieron sin intercambiar palabras, el presidente caminaba delante y tras de él lo hacía el rubio algo confundido. Los cambios de actitud de aquel hombre eran muy bruscos e inesperados, no podía descifrarlo por mucho que lo intentara. Corrió pocos metros al darse cuenta que con las zancadas que su tamaño le brindaba, ya el dueño de la compañía para la que trabajaba le había sacado un gran tramo de distancia.
Tenía conocimiento de que el color negro reflejaba elegancia en cuanto a moda se trataba pero la combinación de ese color con un excelentemente entallado traje y el cuerpo de Namjoon era simplemente extraordinaria. Su pulcro aspecto estaba siempre en absoluta sintonía con todo lo que reflejaba con su carácter, una absurda perfección. Sabía que nada era perfecto pero al menos en el exterior, Namjoon lo era.
El mayor miraba de soslayo a cada momento para ver la distancia que mantenía Jimin. Estaba nervioso puesto que aunque organizó todo detalladamente, seguía sin sentirse a gusto con el plan trazado. No quería que su plática con el rubio tuviese un aire profesional y privado como la última vez. Sin embargo, no era muy bueno en arreglar encuentros que no fuesen de negocios, cenas donde se hablaba más de trabajo y temas sociales que de otra cosa. Ya habían ido a un restaurante y las cosas no salieron según sus pensamientos, no quería ser nuevamente interrumpido.
Entonces, como si la ráfaga de aire de otoño que lo golpeó fuese clara y reveladora, pensó en lo que solía hacer antes de fundar la compañía cuando sentía deseos de escapar sin poderse ir muy lejos. Eran algunas sus acciones pero solo una de ellas se acoplaba al ambiente de la noche y momento en el que se encontraba. Primera vez que haría algo así con alguien porque esto no lo había hecho desde la vez que Soobin tuvo una pelea en su colegio hacía diez años cuando era un niño de nueve. Esa fue su primera y última vez haciendo algo así junto a alguien.
— ¿A dónde vamos? — Se atrevió a preguntar Jimin ya una vez que el vehículo estuvo en movimiento. — Ya me dijiste que iríamos a cenar pero sigo sin entender.
— Necesitamos conversar, Park. Creo que es algo que almbos debemos hacer. — Respondió sin mirarlo directamente.
Quedaron en silencio durante algunos minutos, las calles estaban movidas con todas las festividades que se avecinaban en los próximos quince días. A Munich llegaban aproximadamente dos millones de visitantes cada año solamente en la jornada del Oktoberfest. Eran tres semanas en la que el desfile de turista era interminable, personas de todas partes del mundo y toda Alemania iban al sur del país para celebrar en la capital de Baviera la verdadera y tradicional fiesta alemana que se había extendido a muchos países del mundo pero que jamás, sería como estar en la cuna de la misma.
— No creo que a su pareja le guste saber que me estás invitando a cenar nuevamente. — Dejó salir de golpe antes de pensarlo, de hecho, lo decía más para si que para Namjoon, quien sin mirarlo negó levemente de una forma que el rubio no percibió.
— Yo no soy un hombre para nadie, no sirvo como acompañante al no ser que sea para un evento con carácter empresarial. Yo realmente prefiero no involucrarme mucho con las personas así ellas no salen dañadas. — Jimin suelta una pequeña risa casi infantil y por primera vez desde que estaban sentados en el auto, lo miró directamente con arrugas en su frente. — ¿Qué te causa risa?
— Se está involucrando conmigo eso quiere decir que deliberadamente quiere dañarme. ¿Quiere dañarme, señor Kim? — Preguntó a modo de broma buscando relajar el ambiente sin pensar mucho sus palabras.
— No lo sé pero quizás en estos momento estoy siendo egoísta al querer hablar contigo sobre algo que no deberíamos. — Sus hombros se tensaron mientras la presión en el timón aumentaba.
¿Qué significaban sus palabras?
Jimin no lograba entender su significado y se negaba a sacar conjeturas apresuradas. Quizo preguntarle a qué se refería con eso pero el sonido de su teléfono lo desconcertó, iba a colgar pero al ver el nombre reflejado lo respondió en un tono bajo apegándose más a la ventanilla.
— ¿Corazón? ¿Qué sucede que me estás llamando? — Namjoon lo escuchó preguntar y todo su cuerpo se tornó rígido.
No entendía por qué pero escucharlo hablando de una forma tan dulce y relajada con alguien a quien le daba apodos tan cariñosos lo tensaba. No sabía la causa exacta pero no deseaba escucharlo. Deseaba hacerlo que se bajara e irse a su casa y hacer tiempo hasta su consulta en unas horas pero decidió no huir como la última vez, debía hablar tarde o temprano.
— De acuerdo, corazón, gracias por decirme. ¡Mándame un beso grande! — Exclamó entusiasmado. — Otro para ti tesoro.
Permaneció mirando algunos segundos su teléfono algo embobado y esto hizo que Namjoon acelerara por la autopista agradeciendo que Alemania no tuviese límite de velocidad en las mismas. El rubio se acomodó algo sorprendido y guardó su móvil con la vista fija en la carretera. Sin embargo, al ver como salía a uno de los restaurantes de la vía y descanso se quedó conmocionado porque no pensó que Kim Namjoon lo fuese a llevar ahí.
Habían dos gasolineras, un gigantesco restaurando con letras enormes que escribían "HOF RESTAURANT" con luces fosforescentes de color verde y tres típicos restaurantes de comida rápida. McDonald's, Burger King y Kentucky Fried Chicken estaban como siempre en competencia uno al lado del otro.
— ¿McDonald's, Burger King o KFC? — Miró a Jimin y este parecía no haber captado su pregunta. — ¿Qué te gusta más entre esos tres, Burger, KFC o MC's?
— M-McDonald's y KFC. — Terminó diciendo viendo como Namjoon primero conducía al McDrive y luego al KFC para pedir otra orden para llevar.
¿Kim Namjoon comprando comida rápida? ¿Por qué aquello le parecía algo tan raro y extraordinario a la misma vez? De vez en cuando se daba esos gustos con Taemin pero jamás pensó que cuando le dijo que lo invitaría a cenar, lo fuese a llevar a un autostop buscar comida chatarra para luego volverse a poner en marcha como si nada. Condujeron por otros diez minutos antes de divisar el lugar donde lo vio estacionarse, tomó las bolsas de la comida y descendió haciendo que Jimin confundido se apresurara a seguirlo.
Felmochinger See. Definitivamente era un lago enorme y precioso al que había ido quizás unas dos veces en verano cuando hacían actividades al igual que en casi todos los lagos del país dado a que Alemania dado a que las playas solamente estaban al norte y solían ser extremadamente frías. Eso hacía que cuando el buen clima tocara el país, esos lugares se abarrotaran de personas pero habían tantos lagos como ríos, cristalinos, muchos incluso bien acaudalados y profundos convirtiéndolos en los mejores destinos durante el día.
Era primera vez en todos sus años en ese país extranjero que iba a un lago en la noche. Vio al presidente respiran profundamente como si hubiese estado aguantando la respiración por largo rato e incluso extender sus brazos una vez que dejó sobre el podado césped la comida sobre sus bases de plástico. Se veía algo más relajado y su semblante era sin lugar a dudad diferente al que siempre llevaba.
Estaban sentados uno al lado del otro con la comida de intermediaria a oscuras, solamente la luz de la luna y las estrellas se veían reflejadas en el lago, y eran levemente alumbrados por algunas faroles que rodeaban el lugar aunque justamente donde ellos estaban no había ninguno cerca.
Era un silencio tranquilo, no se sentían incómodos y comían con naturalidad, mismo si a veces Jimin dejaba escapar algunas sonrisas porque cada vez que el mayo daba una mordida se limpiaba las comisuras de forma automática. Estaba totalmente seguro de que él mismo no se daba cuenta que lo hacía y por alguna razón le daba gracia. Ya había olvidado que lo habían llevado ahí para hablar, solamente se limitaba a disfrutar esa imperturbabilidad con la que contaban en ese momento.
— No pensé que alguien como usted fuese a comprar comida a un McDonald's. — Comentó con naturalidad y cierto aire de burla sana que llenaba su voz.
— Creo haberte dicho que fuera de la oficina cuando no estamos tratando asuntos de la compañía me hables de tú. Creo que entre nosotros es algo extraño ese trato. — Recalcó pausado contemplando el rebozado picante de su muslo de pollo como si fuese lo más interesante del mundo antes de darle una mordida y limpiarse. — No conoces nada de mí más allá del hecho de que soy el presidente de KNJ Enterprises y que practico edging bajo el seudónimo de Doctor Control.
Su tono esta vez fue algo más seco y cortante, logrando sin querer que Jimin se sintiese nuevamente cohibido a su lado. Quería darle alguna intrépida respuesta pero sus palabras eran ciertas, no conocía mucho de él.
— No lo digo por tu comentario o por ti pero... — Exhaló luego de varios minutos dejando de lado el hueso que aún sostenía en su mano. — No se debería juzgar a las personas sin conocerlas. De la vida de los demás simplemente vemos la punta del iceberg e ignoramos todo lo que se encuentra por debajo de la superficie y el proceso tan gran que crease conlleva. Los seres humanos no son carátulas y portadas a juzgar e incluso así, aunque fuésemos libros, no sabes la maravillosas obras que se esconden bajo una inexpresiva portada.
La melancolía y soledad de su voz fue escuchada por primera vez por Jimin quien se percató que efectivamente había demasiado de ese hombre. Era un enigma que le agradaba ir conociendo lentamente. Deseaba besarlo, abrazarlo como el momento para él ameritaba pero se limitó, en cambio simplemente acortó la distancia y se apoyó sobre sus manos mirando las penumbras del lago. El frío que empezaba a escalar por sus dedos fue sustituido de imprevisto por un apretón de manos. Una pequeña parte de su cuerpo se decepcionó de que no estuvieran besándose pero luego se sintió completamente reconfortado.
Una acción tan sencilla y a veces poco significativas como tocar, rozar o tomar una mano se volvían tan importantes. Ese momento, ese roce era diferente, quizás era por la compañía, tal vez era por sus sentimientos a flor de piel pero se sentía tan íntimo, tan correcto que no quería volver a poner distancia. No pensó que Namjoon fuera hacer algo como eso y aunque estaba sorprendido desde el momento que leyó aquella nota de su puño y letra hasta ahí, simplemente había estado subiendo por una montaña rusa de sentimientos que aún no había hecho su primera bajada.
Cuando ese toque cesó debido a que Namjoon estaba recogiendo las sobras de la comida porque le incomodaba el olor, se levantó y comenzó a buscar pequeñas piedras para lanzarlas al lago como un niño. Eso siempre le pareció relajante y ya fue en un río, playa o lago, siempre hacía lo mismo. Tomó impulso para correr y lanzar la piedra que estaba sosteniendo a una mayor distancia que las anteriores pero debido al material de sus zapatos terminó resbalando.
Estaba preparado para el fuerte impacto de la hierba pero fue totalmente amortiguado por el otro cuerpo. Su trasero aplastaba el estómago del hombre de cabellera plateada quien tenía una leve mueca de dolor en su rostro y se sobresaltó más. Buscó levantarse y se corrió hacia abajo para impulsarse pero se frisó al sentir algo escondido en aquellos pantalones. Permaneció allí casi un minuto sin saber cómo reaccionar hasta que unas manos se posaron en su cintura y lo ayudaron a levantarse. Se incorporó rápidamente y lo vio sentarse limpiando superficialmente su saco y pantalón.
— ¿Esa siempre ha sido tu vida? — Namjoon lo miró confundido. — Es decir, ¿tu vida siempre ha sido tan insulsa y solitaria?
La respuesta jamás llego pero al ver la nostalgia con la que el presidente miraba a la nada, supo que ya había obtenido una respuesta. Dudó un momento lo que iba a ser pero sabiendo que su límite de roce no incluían sus manos, tiró de una de estas para llevarlo de regresa al vehículo a gran velocidad obligándolo a correr.
— ¿Por qué corres?
— ¡Vamos! — Respondió con una gran sonrisa. Él no quería irse aún, deseaba pasar más tiempo con el menor pero este parecía no pensar de la misma manera. — Quiero llevarte a un lugar, quiero que vayamos a un lugar juntos.
Las palabras hicieron un eco infinito en su mente. Por un momento pensó que Jimin ya quería irse para estar solo pero saber que quería llevarlo a algún lugar y mostrarle algo le hizo sonreír hasta mostrar sus camanances, aunque solamente fueron unos segundos en donde su acompañante no pudo verlo.
— Anota la dirección. — Le dictó la dirección del lugar observando como este la colocaba en su GPS para rectificarlo en caso de que introdujera alguna letra incorrectamente.
— ¿Qué lugar es ese? No me suena. — Cuestionó encendiendo el motor mientas miraba por el retrovisor.
El silencio los volvió abrazar, sim embargo la mente de Namjoon estaba siendo tan ruidosa que no lo dejaba concentrarse. Tenía en su mente la imagen de Jimin con aquel hombre con el que lo vio en el restaurante y los alrededores de la empresa, así como la dulce conversación de la que fue testigo dos horas atrás.
— Park... — Este se volteó entregándole todo su atención, tensando un poco a causa de los nervios a Namjoon. — ¿Tienes pareja?
El menor parpadeó varias veces como si hubiese escuchado algo insólito con mil cosas recorriendo su cabeza a la misma vez. ¿Realmente estaba interesado en él de esa forma o como siempre quería controlarlo todo solamente porque sí? Lo confundía, Kim lo confundía en demasía.
— No entiendo tu pregunta. Es decir, la siento algo personal. Yo no te preguntaría si tienes novio. Yo...
— No tengo. — Se apresuró a responder interrumpiéndolo. — No tengo novio o pareja alguna, Park.
Feldmochenger See (Lago) En Munich, Alemania. 😘
💙💙💙
Aquí está la que iba a estar sin actualizar una semana, cuatro días después. 🙈😂 Sorry.
LORED
💙💙💙
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