Capítulo 20
Él era un hombre que no creía en coincidencias o casualidades, cualquier coincidencia merecía ser advertida y tomada con cuidado, descartándolas solamente en ocaciones cuando realmente creía que eran eso, mera coincidencia o al menos la ilusión de esta. Namjoon no le atribuía un significado cósmico a un simple suceso terrenal que bien podía ser arreglado pero de cierta forma, por un segundo, se dio la oportunidad de creer en ello. No existía forma de que Jimin supiera que iba a estar en ese lugar cuando esa reunión se dio media hora antes sin previo aviso.
Era sábado y para él, un día común y corriente para trabajar. Una cena o comida de trabajo era todo lo que su vida social admitía los fines de semanas, aunque rara vez hacía excepciones cuando algo relativamente grave les ocurría a las personas más allegadas a él como lo eran Taehyung, su hermano menor y en muy escasas ocasiones cuan el corazón de su asistente era estropeado por algún idiota que no se daba cuenta de sus sentimientos. No le gustaba crear lazos muy afectivos y por esto evitaba aumentar la cercanía con Jackson, mas le era imposible ignorarlo cuando se encontraba mal.
Su mirada se ciñó discretamente en el rubio con cierta incredulidad, según lo dicho por este la noche anterior, iba a pasar el sábado con su familia. Sin embargo, se encontraba sentado en el mismo restaurante que él, acompañado de un hombre con el que claramente podía estar teniendo algo. Sus caricias y complicidad así se lo dejaban saber.
Esto no era un hecho que debiera importarle, Park después de todo fue un simple contrato más y ahora uno de sus tantos empleados. Sí, con él había roto tantas reglas, realizaron en conjuntos actividades que él no había realizado con nadie más pero aún así carecía de importancia y no entendía por qué su reencuentro se la estaba dando. Estaba dándole demasiada importancia a todo lo que tenía que ver con ese hombre. Nunca se interesó o le preguntó si tenía pareja, la mayoría de las personas que acudían a él las tenían pero por qué lo percibía como un engaño cuando no hubo ninguno.
Quería investigar a Park, revisar a fondo su expediente y toda su hoja de vida ya fuera oficial o no, mas sentía que eso sería invadir su privacidad y mismo si no le importaba privar de ella a medio mundo, algo en su interior se resistía hacerlo con Jimin. Quizás no quería saber o descubrir realmente nada que le pudiese incomodar.
Desvió su mirada ignorando el bufido de Jimin y volvió a centrarse en su reunión, ese era su problema ,no lo que estuviese haciendo su empleado en el tiempo libre. Fijó la vista en su acompañante escuchando todo lo que este tenía que decirle.
— ¿Has visto? El muy prepotente ha actuado como si no me hubiese visto después de dejarme plantado ayer. Que imbécil soy, no sé ni siquiera por qué me molesto. Total, era sabido que un hombre como Kim Namjoon que se dedica a las cosas que él se dedica, jamás están completamente solos.
Bebió de su copa dejando en contra de su voluntad que la mirada viajara una y otra vez hacia el galante hombre de cabello gris. Taemin lo miraba con curiosidad, notando que a su amigo efectivamente ese hombre le gustaba mucho más de lo que pensó. No necesitaba palabras que se lo dijeran, solo con verlo reaccionar le bastaba. Por ese lado siempre había sido bastante transparente, cuando le gustaba algo se notaba y cuando no, lo hacía el doble. Intentó lo más que pudo disimular para poder voltearse a ver los hombres que allí se encontraban. Ambos eran apuestos y ese por el que su amigo estaba pasando una crisis, indudablemente sobresalía imponente.
— Como verás no se me hace muy fácil ver lo que sucede a mis espaldas. — Dijo con burla regresando a su posición. — ¿Sabes qué? Creo que ya deberíamos irnos...
Levantó la mano llamando la atención del camarero y con una coqueta sonrisa le pidió la cuenta. Era un chico turco, pudieron reconocerlo al momento pues todo en él gritaba "hecho en Turquía o por padres turcos" y aunque eran un poco retrógrados los árabes en general, los turcos nacidos en Alemania o aquellos que se integraron y llegaron desde hacía más de diez años, eran un poco más abiertos de mente.
Ni en sueños Taemin tendría una relación seria con alguno pero para tirar una moneda al aire no estaba mal y el sujeto parecía opinar lo mismo puesto que le respondió con un guiño y una sonrisa igual de pícara al gesto del castaño. Jimin vio las acciones de su amigo y rodó los ojos dejando escapar una sonrisa.
— ¿No que supuestamente estás llevando una relación seria con Kai? — Le preguntó cruzándose de brazos.
— No estoy haciendo nada, solamente refuerzo mi ego de seducción. Ya dije que mientras Kai se porte bien yo lo haré y si por casualidad el vuelve a desordenarse, estoy más que preparado para ponerle fin a todo. No te preocupes por mí corazón. — Acercó sus manos a los cachetes de Jimin y los estiró a modo de juego para luego acariciarlo. — Te quiero.
— ¿Y esas muestras de cariño tan repentinas? — Bromeó acunando su rostro en la mano amiga antes retirarla y entrelazar sus dedos. — Creo que las agradezco, me dan fuerza para enfrentarme a lo que se avecina cuando llegue a casa. Si no fuera por Mila creo que no hubiera resistido. Es mi pilar y lo único que aún me ata a esa familia. Estoy agradecido con mis padres por adoptarme pero eso me ha traído tantas cosas indeseables. A veces incluso extraño los días en el orfanato.
— No me jodas Jimin, ¿cómo puedes extrañar esos días? — cuestionó Taemin incrédulo — Yo no quiero recordarlos, creo que lo único bueno fue que gracias a eso nos conocimos y volvimos tan cercanos pero de allí yo solamente tengo recuerdos horribles. ¿Recuerdas cuanto te escapaste porque querías huir? Te odié tanto por dejarme allí solo y vacío que sentí que me consumía en mi totalidad. Incluso cuando te regresó la policía solamente hablabas maravillas de estar allá fuera solo y libre. Ahora vienes y me dices que extrañas esa cárcel.
— Quizás porque allí vivía una libertad retorcida. — Se encogió de hombros bebiendo de su copa. — Esa semana que estuve fuera del orfanato recuerdo que fui muy feliz, estuve solo y asustado hasta que me encontré con aquel niño, aún recuerdo todo lo que ocurrió en ese momento. Fue como esas aventuras que veíamos en la sala colectiva. Dos niños en busca de aventura. "Si puedes soportarlo, es porque no has llegado a tu límite. Puedes superarlo si lo deseas." ¿Cómo podía un niño tener esa clase de pensamientos, ese sigue siendo mi lema hasta el día de hoy y con los años entendí su profundo significado.
— Ciertamente son palabras muy profundas para un niño de esa edad. Yo solamente pensaba lograr comer sin que los demás me quitaran la comida, estar contigo y bailar. — Se rió ante el recuerdo.
— Él me regaló sin saberlo la fortaleza que he necesitado cada día de mi vida, yo en cambio le di un mísero dibujo que no recuerdo correctamente. A veces me pregunto si ese niño logró superarlo, estaba tan golpeado y ensangrentado cuando nos cruzamos que he pensado muchas veces que incluso pudo haber muerto. — Taemin besó su mano y sonrió. — Basta de esos recuerdos, vayámonos al cine, terminemos nuestra cita antes de regresar a mi calvario. Voy al baño, ya regreso.
Cuando se levantó su mirada se encontró nuevamente con la de Namjoon quien simplemente revoleó sus ojos pasando de él. Jimin imitó su gesto y se apresuró al baño. Pensó tantas cosas que se sintió un idiota por ello. Incluso esperaba que como en las películas Namjoon entrara y volviera a besar como había ocurrido hacía tantos meses atrás en su casa. Con pasión desmesurada y gran frenesí, que le dijera algo así como que le gustaba o que quería mínimo tenerlo nuevamente entre sus sábanas pero nada de eso ocurrió. Cuando regresó a la mesa, ellos ni siquiera seguían en el restaurante.
+++
Se culpaba a si mismo, no había otro culpable más que él. Aún sin una acusación externa, la responsabilidad y culpa hacían eco en su interior, la aceptaba con forme la repudiaba o más bien se repudiaba a si mismo internamente. Ese sentimiento, esa palabra de cinco letras estaba trayendo consigo un doloroso deseo de compensar por una infracción propia, restablecer el equilibrio y coherencia a esa unilateral relación que existía en su corazón.
Jackson no sabía cómo enfrentaría a su jefe después de lo ocurrido con su hermano menor. Soobin era el tesoro más preciado del presidente y eso él lo sabía muy bien. Sabía que haberse dejado enredar por ese menor había sido una locura que descontrolaría muchas cosas y de saberse o solamente perdía su no necesitado trabajo, o la oportunidad de ser la pareja de Namjoon sino que estaba seguro que ni siquiera podría volver a tratar con él.
Se encontraba en su escritorio cuando el sonido del ascensor le indicó que el dueño de sus pensamientos había llegado, se levantó para hacerle una venia a modo de saludo pero este a penas lo miró antes de decirle que pasara a su oficina. Permaneció inclinado varios segundos, no podía negar que esos tratos aún le dolían.
— Adelante Wang, ya encargué café para ti, chocolate caliente para mí junto con varios croissants para que podamos desayunar juntos en la oficina antes de lanzarnos a otro cargado día. ¿Cómo estuvo tu fin de semana? — Le preguntó mientras revisaba sus documentos sacándole una sonrisa. — Me reuní el sábado con Kim Seokjin para llegar a un acuerdo con respecto a todos los problemas que tuvimos a causa de las fallas que las baterías que su empresa produjo nos causó. Me dará una parte en activos y la otra será una compensación a largo plazo donde trabajará para mí sin regalías. No quiero llevarlo a la bancarrota, después de todo hemos hecho buenos negocios durante mucho tiempo.
Jackson asintió tratando de evitar que la mención de ese sujeto le encrespara la piel. Sabía por indiscreción del mismo una vez en la oficina cuando ellos tres estaban reunidos que en el pasado había ocurrido un encuentro que traspasaba toda línea laboral o amistosa. Este seguía mostrando interés por Namjoon y no le molestaría tanto si no supiera que muy en el fondo era un oportunista.
— Entonces me encargaré de todo, señor Kim. Si me disculpa... — Tomó en una mano todos los documentos y cuando con la otra iba a tomar la bandeja de las tazas ya vacías, su mano fue sujetada sin poder evitar temblar. Su corazón se aceleró tanto con ese simple toque, tantas cosas comenzaron a pasar por su mente que le única reacción fue abrir sus manos, dejando caer la bandeja. — ¡L-Lo siento mucho! Yo recogeré todo esto ahora mismo, yo...
— Wang... — Murmuró sosteniendo ambas manos para que se detuviera. — Eres mi asistente pero siempre te he dicho que no tienes que hacer estas cosas, para eso tenemos una empleada contratada. Detente. — Se alzó imponiendo su figura frente a Jackson, quien se sintió intimidado sin poder reaccionar. Era absurdo que un hombre de su edad se sintiera como un niño regañado frente a su estricto padre pero así era. sus piernas le comenzaban a fallar pero más lo hacía su corazón al notar la preocupada mirada de su jefe. — ¿Qué te sucede? Te he visto algo desmejorado desde el viernes, incluso tu voz no sonaba muy bien al teléfono. ¿Necesitas unos días?
— Yo... No es necesario, e-estoy bien. — Dicho esto sus lágrimas comenzaron a caer sin poderlas contener sintiéndose abochornado. Intentó separarse pero sus manos fueron sostenidas con mayor fuerza. — K-Kim.
— ¿Algún idiota volvió a destrozarte? — Preguntó algo afligido, incapaz de hacer algo más allá que sentarlo nuevamente. — ¿Quieres cenar juntos esta noche y así hablar del tema? Tal vez prefieras unos días, creo que ya olvidé la última vez que tomaste unos días para descansar.
Quería todo a la vez, descansar, escapar de todo por varios días pero también poder tener la oportunidad de compartir minutos extras con Namjoon. Estaba tan confundido y atormentado, se sentía tan mal e inseguro que no sabía por cuál opción decidirse.
— Ya está decidido, hoy te iras a tu casa cuando termines con todo lo que urge y nos veremos nuevamente la semana que viene. Si deseas hacer algo más que quedarte en casa la empresa cubrirá los gastos. Deberías retirarte a algún lugar donde un yo desesperado no te pueda localizar. — Se burló dedicándole una ladeada sonrisa sin llegar a mostrar su dentadura. — ¿Que te parece una semana en Mauricio? Me encargaré de que seas tratado como un rey.
— ¿Siquiera sabrías cómo hacerlo? — Elevó sus cejas — Estás acostumbrado a que yo arregle todas tus cosas.
— Tienes razón, lo siento. Tendrás que encargarte tú de eso pero puedes consentirte sin limitaciones.
Esta vez sí le sonrió acariciando el dorso de su mano, haciendo que Jackson se estremeciera dejando a sus ojos deleitarse con esos pequeños movimientos y a su cuerpo disfrutarlo. Sin embargo, una inesperada interrupción los hizo reaccionar. Ambos voltearon y en la puerta se encontraron con un risueño Soobin que frunció el ceño al ver la escena. Namjoon sonrió liberando las manos de su asistente y se puso rápidamente en pie para saludarlo.
— Creo haberte dicho que no puedes irrumpir en mi oficina como y cuando te plazca. Existen los mensajes, llamadas... — Agitó su cabello y caminó en dirección a su escritorio ignorando la reacción de su asistente quien se había arrinconado en una esquina del sofá sin poder mirar a ninguno de los dos hermanos.
Soobin se sintió por su parte algo incómodo pues conociendo los sentimientos de Wang, sabía que había interrumpido algo que a él le hacía mucha ilusión. Rascó su nuca y buscó con la mirada al hombre con el que había pasado una excelente noche para disculparse pero sus miradas no se encontraron. Se dirigió también al escritorio de su hermano y tiró de la silla para sentarse, pues aunque deseaba hablar con Wang y preguntarle cómo se encontraba sabía que no era el mejor momento o lugar.
— No hay necesidad de tomar una semana tan lejos, señor Kim. Creo que sería suficiente si me diera el resto del día libre, prometo ponerme al día mañana. — Preguntó con una súplica oculta, Namjoon lo miró extrañado y asintió.
— Sí, como desees Wang. Puedes retirarte ene este preciso momento si lo necesitas pero... — Miró a su hermano y supo que no debía tocar asuntos personales delante de un niño como él. — De acuerdo.
— Por cierto, el señor Park Jimin se incorporó a trabajar temprano esta mañana, iré a entregarle lo acordado y una vez que finalice con lo de Kim Seokjin me retiraré. — Estaba en su edificio y con solo escuchar la mención de su nombre se sintió un poco asfixiado entre las paredes de su oficina. — Ahora sí, si me disculpa.
— Puedes retirarte y espero que logres descansar correctamente.
— Que tenga un buen día, Jackson hyung. — Mencionó Soobin logrando que el mencionado se paralizara por una segundo y tragase en seco.
Con cierto descaro que supo disimular recorrió todo su cuerpo recordando todo lo que detrás de ese exquisito entallado traje se encontraba. Nunca había mirado a un hombre de esa forma, nunca había mirado a Jackson de esa forma pero después de lo ocurrido no podía evitarlo. Lo vio dedicarle una extraña sonrisa y abandonar la habitación con premura.
— ¿Le sucede algo a Jackson?
— Simplemente necesita tomarse el día libre. — El menor asintió cabizbajo antes de alzar la mirada con una gran sonrisa en su rostro. — ¿Y esa sonrisa? Ya me estás asustando, termina de decirme qué haces aquí.
— ¿No puedo ver a mi hermano? — Namjoon enarcó una ceja negando con la cabeza, lo conocía lo suficiente como para saber que su hermanito quería algo más. — Está bien, me doy por vencido, te lo diré. Necesito trabajo.
El mayor detuvo todo lo que estaba haciendo algo incrédulo, claramente había escuchado aquella frase pero algo debía estar mal con sus entendederas porque realmente no tenía sentido.
— ¿Necesitas que amplíe el límite de tu tarjeta? Puedo extenderlo sin problema, simplemente dime el monto y lo haré en un rato.
— Hung, no me estás escuchando. No necesito eso, quiero que me des trabajo aquí en tu empresa, un puesto de acorde a mis habilidades y a la carrera que estoy estudiando. No quiero favoritismo por ser tu hermano, simplemente quiero un trabajo decente. — Espetó con una seriedad que fue captada.
— Binnie, tú no necesitas trabajar por ahora. Solamente debes concentrarte en tus estudios y ya después podrás hacer lo que se te plazca. Mi dinero es tuyo y lo sabes, si necesitas algo simplemente dímelo. — Su hermano a pesar de todo era un buen chico y no le importaría darle lo que pidiese siempre y cuando siguiera comportándose correctamente.
— Ahí está la cuestión, es tu dinero hyung, no mío. No me malinterpretes pero me gustaría ser como tú, independiente y labrarme un futuro por cuenta propia como lo hiciste tú. Sé que puedo hacerlo. Comenzaste a trabajar mucho antes que yo, en dos meses cumpliré veinte años y pienso que es hora de comenzar a pensar en mi futuro.
Namjoon volvió a fruncir el ceño apoyando sus manos sobre la mesa, examinando a su hermano y buscando el menor indicio de que estaba bromeando pero no, hablaba seriamente y con fundamentos un tanto válidos.
— Mi situación fue un tanto diferente, estuve obligado hacerlo pero yo no quiero lo mismo para ti. Quiero que seas un oven normal que sea capaz de disfrutar la vida, viajar, tener amigos y disfrutar. Quiero que tengas la vida que yo no he tenido, deseo tu felicidad, Soobin.
— Lo sé hyung y quizás no conozca la razón exacta por la que te viste obligado, creo que fue por mi padre pero créeme, por favor. Yo soy feliz, te tengo a ti y seguiré disfrutando la vida. No necesito volverme un adicto al trabajo como tú para trabajar, puedo llevar mi universidad y trabajo de la mano. Después de todo no seré el primero ni el último en hacerlo. ¿Podrías al menos pensar sobre ello antes de darme una respuesta?
El mayor peinó sus cabellos utilizando su mano y asintió vencido. Le agradaba ver que su hermanito estaba creciendo y madurando pero le parecía muy rápido. Ya su pequeño se le estaba terminando de ir de las manos, sonrió y se levantó para abrazarlo.
— ¿No te enseñé a vestirte correctamente? Si quieres un trabajo en mi empresa lo primero será seguir correctamente las reglas de vestimenta. Esa camisa parece la de un pordiosero estrujada, además de que te saltaste un botón, ven acá. — Tiró de la camisa de su hermano que no ocultaba la risa y zafó el botón para abotonarla correctamente. La comisura de sus labios se elevaron, miró a su hermano y le dio un guiño. — Buena tigresa con la que te enredaste anoche. — Soobin lo miró confundido y este le señaló su pecho. — Estás lleno de arañazos y chupetones. Parece que tuviste una noche activa. ¿Usaste condón?
— Sí los usé, hyung. Además para tu información, no fue una tigresa si no un tigre.
¿Se podía uno atragantar con el aire y toser por esto? Pues eso fue lo que le ocurrió a Namjoon mientras se dirigía a su asiento. Se giró bruscamente y lo miró confundido.
— ¿Perdón?
— Que no estuve con una mujer, hyung. Estuve con un hombre. No tenía pensado conversarlo aún porque sabía que me comerías a preguntas y para muchas de ellas ni siquiera yo tengo las respuestas. ¿Me gustan los hombres? No lo sé, me interesó y gustó ese hombre. Sí me protegí y me sentí estupendamente, mejor de lo que pude imaginarme. No, no sé si lo volveré a tener entre mis sábanas o las suyas en algún momento y sí, estoy perfectamente bien. No estoy confundido ni mucho menos.
Respondió de forma automática todas las preguntas que sabía que su hermano le haría, de forma parecida a cuando tuvo su primera vez con una mujer. Sabía por palabras del propio Namjoon que este siempre lo iba apoyar, incluso en sus preferencias sexuales, habían hablado de ello varias veces y tenía toda la confianza para decirle lo ocurrido, omitiendo el detalle de con quién ocurrió.
— D-De acuerdo, yo... ¿Te sientes bien, no te duele nada? — Soobin alzó sus cejas y soltó una carcajada. — ¿Qué?
— No fui yo quien fue abajo, hyung. No me duele absolutamente nada.
💙💙💙
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro