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HUELLAS DEL PASADO

Seguía atrapado en ese recuerdo, detallaba como Joseph luchaba por el respeto que le tenía a Micaela; pero la manipulación lo hizo flaquear, por momentos se dejaba llevar por el encanto y seducción que trasmitían. A medida que bailaban iban desnudándolos a todos; Joseph era él que lograba frenarlas un poco.

- Realmente resalto su belleza; pero no quiero faltar a mi palabra, amo a mi prometida. - Decía una y otra vez, mientras que se resistía a las manos de aquellas mujeres.

- Por fin uno con mente fuerte y carácter, son muy pocos los que logran resistirse a nosotras. - Expresó una de ellas sentándose sobre el

- Te daremos un regalo esta noche que nunca olvidaras - Sentencio otra mientras lo ataba a la silla.

- Esperen, esto no lo quiero, déjenme ir - Repetía Joseph intentando librarse.

La tercera vino para callarlo con un beso, colocándole una venda sobre sus ojos; luego de seleccionar a su candidato, las tres mujeres atacaron a los 3 borrachos.

El primero en caer fue Edward; parecía tener la boca desenfrenada, besaba a una de ellas salvajemente, sin ritmo, sin delicadeza, su ropa fue rasgada por ella y por él mismo, le urgía entrar rápido. Antes de aburrirse con él, enganchó sus piernas a su cadera, lo tomo por la cabeza y perforo su cuello, pasaron 10 segundos para ver cómo era rasgado de lado a lado, la sangre que brotaba las hacia brindar. Omar fue hasta su amigo cuando lo vio caer, no notó la sangre de lo borracho y manipulado que estaba. -Ey, no te duermas, quiero acción en grupo - Decía este mientras bailaba con una y con otra; rotaba con las tres, el giraba en medio de ellas, era el centro de atención; de un momento a otro al hacer un giro sintió un ardor en su cintura, al darse cuenta tenía una mano atravesada, luego otra hasta que entre las tres lo partieron, succionaron y brindaron más con esa sangre. El último fue Sean, él ya estaba bien pálido, acostado, desnudo y masturbándose; lo espeluznante era que en sus manos tenia trozos de vidrio, no sentía dolor por la manipulación, pero ya se había mutilado parte de su miembro. Ellas terminaron de empalidecerlo; de la cintura para abajo lo dejaron con heridas profundas, aquellos hoyos fueron justo en las arterias femorales, debajo de él se formó un charco de sangre, donde esas tres se deslizaban y saciaban su sed.

Estaba tratando de asimilar ese golpe de horror, mis manos temblaban, esas 3 vampiras hacían ver Aurelio como un santo, fui hasta donde estaba Joseph sin imaginarme lo que ellas le harían.

Primero lo arrojaron al suelo, lo deslizaban entre toda esa decoración sangrienta, rompiendo la única prenda que les faltaba por quitar. - Ya es suficiente, les pagare más si se detienen. Chicos si esto es una broma, no me está gustando -Comentó Joseph con nerviosismo en su voz.

Una vez desnudo lo tiraron a la cama, liberaron sus manos por unos segundos para volverlo atar a los extremos de la cama. - ¡No, no, ya no más!, que me van hacer, si esto es un robo tomen lo que quieran y váyanse - Suplicaba con la voz agitada.

Las tres vampiras rieron, - Shhh, no queremos tu dinero, solo estamos disfrutando del momento - decía una posándose sobre él para apretar su masculinidad, poniéndola dura y llevarla adentro. Otra decidió jugar en su pecho, mordiendo sus pezones, deleitando el sabor que tanto habían esperado; la última llego, susurro cerca de su odio -Sigues pensando en Micaela. Continúo lamiendo hasta llegar a su cuello para clavar sus dientes.

Con todos esos movimientos Joseph se dejó hacer, su cuerpo reaccionó a todas las acciones de ellas; sus gritos los silenciaban apretando su cuello. Después de un buen tiempo ya tenía suficientes heridas para irlo matando, cada vez hacían más fuertes sus juegos; fracturaron algunas costillas las cuales perforaron un pulmón, su cuello ya estaba lleno de perforaciones, su pecho mostraba marcas de sus uñas y cortes; algunos eran superficiales, otros eran más profundos. 5 minutos era lo que tenía para que su cuerpo dejara de funcionar, su boca fue tomada para otorgar la sangre que lo llevaría a la inmortalidad; antes de partir impusieron una orden -Ve con Micaela, la amas, ella calmará tu sed, complácete.

En minutos el cuerpo de Joseph convulsionó, rompiendo sus ataduras. Despertó desubicado, descontrolado, agitado al recordar su tortura; y aterrorizado al ver los restos de sus amigos en aquella suite. Su reflejo ya no era el del hombre feliz que pasaría el resto de su vida con la mujer que amaba; si no el de un hombre sin alma, lo único que sentía era sed, sus iris eran de un rojo pasión, esa misma que hacia desear a Micaela. Busco su ropa y salto por la ventana, corrió por las calles cubriendo su cuerpo y rostro con el gabán. Unas cuantas miradas fueron a él de forma extraña, sin detenerse llego al edifico de su prometida, paso sin ser visto hasta llegar a su apartamento. Saco las llaves e intento entrar; solo que reboto con una barrera que impedía su entrada sin ser invitado. El ruido del golpe hizo que Micaela abriera la puerta, encontrándose a su futuro esposo tirado en el suelo.

- Amor, ¿Qué haces ahí? entra, te ves terrible.

- Me siento terrible, como si no fuera el mismo. - Explicó sin mirarla.

- ¿Así de loca fue tu despedida?

- Es que todo se descontroló, ya los conoces; pero esta vez terminaron mal.

- Me estas asustando, ¿qué tan mal terminaron?

- No sé qué paso, al despertarme ellos estaban... muertos.

Micaela quedó en silencio, tomo el rostro de Joseph que seguía evadiendo su mirada, vio como estaba cubierto de sangre, el pánico la hizo retroceder. - ¿Quién eres?

- No lo sé, en lo único que pensaba era en ti - Exclamó Joseph - No me temas; volvio a decir abrazándola fuertemente.

Micaela se asustó al sentir ese escalofrió que indicaba que algo malo iba a pasar. Joseph lograba sentir y ver como su sangre circulaba por su cuerpo, la beso para tranquilizarla; sin embargo ese beso fue mortal, la adicción a su sed se apoderó, en minutos terminó sobre ella, bebiendo hasta a última gota. En medio de su satisfacción logró escuchar las suplicas de ella de que parara; solo que él no fue capaz. Al calmar su sed, su alma se despedazó al ver el rostro de Micaela pálido, sus ojos abiertos sin ese brillo que lo hicieron ceder antes sus caprichos; ahora solo reinaba una mirada con un vacío, el mismo que habitaba en su corazón.

- Estarás conmigo por toda la eternidad - Prometió, lanzando un grito desgarrador.

Todo se congelo; excepto Joseph que se agarraba la cabeza, el dolor de su pasado lo aniquilaba. Logré llegar a él. -No dejes que este mal recuerdo opaque el amor que le tuviste. Sal de esto Joseph, mírate, ya no eres ese.

Levantando su rostro, notó que volvía a ser humano. - Sigo siendo un monstruo, lo fui contigo al querer alejarte de nosotros.

-Todos tenemos un pasado oscuro; ahora solo depende de ti si dejas pasar la oscuridad. Eric, Melissa, Sarah, Leonard y yo te necesitamos. No dejes que Lázaro salga victorioso en este juego.

Poco a poco Joseph salía de esa profundidad mental. Volví a ese momento donde Lázaro había atacado. Todo el centro clínico de los cazadores estaba en guerra; algunos corrían para salvarse, otros hacían frente perdiendo la batalla ante ese trio de vampiros.

Lázaro tenía a Joseph en sus brazos, lo había inmovilizado. Aurelio ya había intervenido desde las sombras; atacando por otro lado para llegar a Eric. En el momento en que pretendían irse Karla trata de negociar con ellos.

-Si quieres que Michael muera, es mejor que los liberes, deja que nosotros te acerquemos a él.

-Que te hace pensar que confiare en una persona como tú, ahora mismo podría aniquilarlos a todos, me ofreces muy poco- Respondió Lázaro con altivez.

-Qué te parece compartir su poder; sé que su sangre es muy beneficiosa para los vampiros. -Aclaró Karla.

- ¿Compartir?, que estúpida eres; con razón cada vez es más fácil acabar con los cazadores, no me interesa, me los llevare -Concluyó Lázaro al ordenar a Huelga, pegao y sucio terminar con todos. Intenté usar mi bloqueo para detenerlos, pero era inútil, la fuerza de todo ellos era demasiado para mí; la conexión con Joseph me trasmitía algo de esa inmovilización. Un invitado, que hacía tiempo no veía intervino en medio de todo el disturbio; Damián logró derribar a Aurelio y tomar a Eric escapando de ese lugar.


En el apartamento todos se sorprenden con la aparición repentina de Damián con un Eric inconsciente.

- Saliste de tu escondite - Comentó Kyle apretando el hombro del visitante sorpresa.

-Nuca estuve escondido, simplemente ayudo a equilibrar las cosas; no me pareció injusto que Joseph y Eric fueran usados por Aurelio y Lázaro.

-La vida es injusta; más con gente como Lázaro y Karla. - Justificó Kyle.

- Si, ellos juegan a ser dioses, creen tener la vida de los demás en sus manos. - Confirmó Damián.

Eric fue revisado por Leonard, Michael estaba volviendo en sí, a su lado estaba Jenny y Sarah, sorprendidas al ver como el poder del amuleto anunciaba la proximidad del momento del segundo deseo. El cuerpo de Michael liberaba una luz purpura, sus pupilas se iban tornando ese color.

- Karla quiere aliarse con Lázaro; no sé hasta qué punto sea capaz de llegar, está decidida en darle fin. - Comentó Damián mirando a Sarah y Leonard, sorprendiéndose con la chica nueva.

- Creo que ir a ver que descubro, esta vez Karla no podrá ocultar tan fácilmente su desastre - Sentenció Kyle.

- Yo volveré donde Lázaro, mantendré a Joseph a salvo, hasta que llegue el momento- Expreso Zelika.

- Buena suerte chica nueva - Dijo Damián.

*** Joseph***

El Dolor y el frio me trajeron de vuelta, en mi estado solo lograba ver que estaba en una jaula, tenía una cadena alrededor de mi cuello. No estaba solo, a cada lado y atrás habían otras con un vampiro que esperaba atacar. Estaba en medio de un circulo, si salía de este estaría al alcance de ellos. La cadena me impedía levantarme, y estar doblado ya me era incómodo. Pasaron horas y solo lograba girarme hacia los lados, Aurelio llegó con una botella de agua y con algo de comida, la dejo fuera del círculo para que la tomara. Cuando se marchó esos tres las alejaron más, con resignación volví a mi posición fetal, esperando mi final; de pronto las dos cosas levitan por el aire y llegan a mí. En segundos bebí el agua y comí; al terminar lance todo lejos para que creyeran que no había probado nada. No se cuento tiempo paso, cada minuto el dolor en mi cuerpo era insoportable, sentía la piel ampollada alrededor de mi cuello. Mi cuerpo inconscientemente trataba de estirarse, un montón de veces lograba reaccionar a tiempo y detener ese impulso; sin embargo por mi debilidad, en un momento no logre tener control. Una mano fue tomada por uno, la otra por un segundo; y mis pies fuero halados por un tercero.

Nuevamente resurgía ese recuerdo de mi muerte, estaba en las mismas, a diferencia que no bebían de mí desenfrenadamente; únicamente medio clavaban sus colmillos haciendo una herida pequeña.

*** Próximo Capitulo ***

Llega el momento del segundo deseo, ¿Cuál será el plan de Karla?, ¿Qué hará Lázaro con Joseph? Michael la tiene difícil al descubrir los trucos sucios de los cazadores; pero ahora Sarah entrará al juego. No se pierdan el final de esta segunda parte.


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