DESEO CUMPLIDO
Desde muy temprano los ruidos de los camiones me despertaron, baje rápido y allí junto a la entrada principal estaba Caroline hablando por teléfono, estaba preocupado por lo de la mudanza a último momento, por lo que fui hacia la cocina y decidí tomar un desayuno flash. Mientras hacía esto, mi prima entró mirándome de una forma extraña
— Wow, ya puedes quitarte el disfraz, la fiesta fue ayer —comentó. Como siempre ignoré su comentario y aproveché el momento para preguntarle a donde iríamos, ella se rio — Eh, parece que mi madre no te comentó nada, las únicas que nos vamos somos las dos, al parecer el señor Albert Hills fue muy generoso y nos hizo un intercambio de una de sus casas por la nuestra, bueno no estoy segura, pero lo que alcancé a escuchar es que tú no vas a venir con nosotras.
No supe que contestar, por un lado me sentí aliviado el saber que iba a quedarme, pero por otro lado no sabía que iba a pasar conmigo, solo me quedó ir y averiguar.
Caroline estaba en el jardín recogiendo algunas cosas viejas de mi papá, yo le toque el tema de la mudanza y recibí una respuesta directa — Mira Michael, el señor Albert Hills compró esta casa, nos dio algo de dinero y una de sus casas o mejor dicho una de las mansiones de las que él tiene en la playa, así que nos vamos esta tarde.
— ¡No me quiero ir hoy, podemos irnos mañana! — interrumpí
Ella ignoró mi petición y continuó — No te preocupes, tu no vas a tener que irte, yo no quiero tener más problemas contigo, así que decidí matricularte en un internado, ya le comente todo lo sucedido con tus padres, él no le vio ningún problema, siempre y cuando solo pases los fines de semana aquí.
De nuevo más confusión, solo pensaba <<siempre fui un problema para ella, pero un Internado, ¿cómo voy a vivir así, y a donde iré después de terminar?>>, apenas logré digerir esa información volví a preguntar —¿Cuándo se supone que me voy al internado?
— Este lunes, ya está todo pagado por un año, incluye la alimentación y uniforme, no tienes que preocuparte por comprarte ropa, los fines de semana puedes utilizar la ropa que tienes y si te ganas al señor Albert él te puede dar cosas, veraz es un señor muy rico — comentó.
Me resigné, no sabía que más hacer, me habría gustado tener a Karla en estos momentos, aun así necesitaba hablar con ellos, lo más probable es que una vez el deseo sea realizado me iría con ellos.
— ¿A qué horas se van?
— Como eso de las 6 pm, él ya está trayendo sus cosas, creó que se instalará muy rápido, por favor se muy cortes, no quiero quejas de ti — ella agregó.
Sin ningún ánimo subí a mi habitación, recordé lo que ellos me habían dicho de estar todos juntos como amigos, y eso disipó mi preocupación. La idea de vivir juntos me dio algo de esperanza, volver a sentir ese ambiente familiar que había perdido hace rato, no se comparaba con pasar una vida en un internado.
En el transcurso del día me la pase en el jardín de atrás leyendo las últimas cartas que mi madre me escribió cuando ella estaba enferma, no quise almorzar, las leía una y otra vez, sé que ella no le habría gustado nada de esto, ni a mi padre tampoco, volví a sentir que todo se detenía a mi alrededor y quería que se quedará así, hasta que un ruido me sacó de ese estado, fui al lugar de donde venía este y para mi sorpresa era aquella sombra Aurelio, sin ninguna oportunidad de escape me cogió por el cuello y me advirtió — Por ellos y por ti me las voy a cobrar una por una, lo que vino después fue un golpe que me lanzó tan lejos como pudo. Mi cuerpo fue a parar al otro lado del jardín encima de un poco de vejestorios, eso hizo que mi tía saliera gritando. — ¡Que estás haciendo, enciérrate ya en tu habitación, ya llegó don Albert!
Me incorporé lo más rápido que pude, sentía que algo calientito salir de mi cabeza, corrí hacia el baño y pude observar que era grande la herida, mi visión estaba algo borrosa, solo quería llegar a mi habitación, tan pronto entre todo daba vueltas, no logré llegar a la cama. Escuché unos pasos que se acercaban , debió ser que mi caída llamó la atención, medio inconsciente sentía como unos hombres me alzaron, uno de ellos observó la herida, después mis ojos fueron agredidos con la luz de una mini linterna; una voz ronca reclamó — Vaya, muchacho con que te hiciste eso, voy a tener que coger unos puntos, no te vayas a mover, en cuestión de segundos salió y regresó con un maletín, no se demoró mucho, no sentí ningún dolor, di las gracias y le pregunté quien era, él me contestó que era James; médico de familia del señor Albert, su mirada era algo preocupante — Esto no le va a gustar — murmuró
Mi tía llegó en ese momento y se puso al tanto de todo, el Doctor James le informó — Es mejor que el señor Albert conozca de ante mano si este muchacho tiene alguna enfermedad, su apariencia no es muy buena, por ahora lo mejor es que guarde reposo y no dejar que Don Albert lo vea en ese estado.
— No se preocupe, él está bien lo que pasa es que no ha querido comer nada desde que se enteró de lo del internado, creo que eso lo enfermo, es una típica rabieta. — agregó ella.
— Pues será mejor que no las haga delante del señor, él no tiene paciencia para lidiar con eso, por eso es que sus nietos casi no lo visitan —advirtió el doctor. Hubo un silencio incomodo, luego él se retiró, mi tía lo acompaño y antes de irse me fulminó con su mirada, escuché unas voces afuera, miré por la ventana como el doctor corría abrir la puerta de un coche — Don Albert fue muy fácil llegar aquí, creo que me apresuré más de la cuenta — dijo.
— Yo por eso te dije que esperaras a que uno de mis choferes te trajera, pero decidiste venir en tu carro —contestó un señor un tanto viejo. El doctor afirmó con la cabeza; silenciosamente baje las escaleras hasta donde pude escuchar algo, mi tía estaba allí y recibió al señor Albert con los brazos abiertos; sin darme cuenta alguien me agarró por el brazo, era uno de los hombres que estaban ayudando con el trasteo.
— La señora me ordenó que te encerrará, me dio una buena retribución — dijo arrastrándome hasta el sótano, traté de soltarme pero era bastante fuerte, me dejó encerrado y antes de hacerlo, advirtió — Mira niño no hagas ruido, no me obligues hacer cosas que no me gustan, la señora me ordenó que de ser necesario te amarrara y te hiciera callar, así que, ¡quédate tranquilo!.
Sin ponerle cuidado a sus advertencias fui hacia la parte de atrás, sabía que por ahí ellos entrarían, solo que ya había una madera que me impedía el paso, trate de moverla pero ese dolor de cabeza me dejó sin ningún éxito, solo me quedó esperar. Ya era de noche cuando por fin abrieron la puerta; aquel hombre que me había dejado encerrado me escoltó hasta mi habitación, y nuevamente me dejo encerrado, vi por la ventana como mi tía y Sol se iban, al ver la luna otra vez ese dolor de cabeza volvió, pero este era diferente, se sentía como si mis sentidos se agudizarán; mi respiración se agitó, una neblina purpura me envolvía, como si me se estuviese llenando poco a poco de ese color, parpadeé varias veces, mis ojos comenzaron arder, corrí hasta el baño y me enjuague la cara, cuando volví a la ventana, Fred ya estaba allí, se veía feliz
— Vámonos, solo faltan 2 horas, queremos despedirnos y pasar la última noche de vampiros contigo.
— Está bien, tengo que comentarles algo —dije
El viendo mi estado me subió a su espalda y salimos volando de ahí. En 10 segundos ya estábamos en la cripta, habían muchos vampiros esperando el momento, Leonard estaba en la mitad de ellos, se acercó a mí — Señores, él es el elegido, discúlpanos Michael por esta revolución, todos ellos son de nuestro clan y quieren tener esa segunda oportunidad —comentó
Sentía algunas miradas agresivas, otras de tipo asesino serial y no faltaban las de modo hambriento, solo pensaba lo de ese comercial <<Comete un snicker>>
— No hay problema —contesté.
Joseph no me quitaba la mirada, — Te ves preocupado, no debes estarlo, ya sabemos lo de Aurelio, de todas maneras él no te puede matar, tendrá que esperar hasta dentro de 10 años en donde el amuleto volverá a renacer, y si tu estas vivo, hay estaremos para protegerte.
— ¿A qué te refieres con que si estoy vivo?, espero estarlo dentro de 10 años. — reclamé
— Es una broma que te está haciendo —replicó Eli riendo, tomándome de la mano.
Fuimos hasta la colina, allí le conté todo lo sucedido con mi tía y lo del internado, ella se río, me jaló hacia ella — No deberías preocuparte, ya somos tu familia — dijo juntando nuestros labios, aquella sensación no me era incomoda sino más bien refrescante, como si el miedo se congelará; de un momento a otro el piso se movió, mi cuerpo se entumeció, ahora si estaba congelado; la respiración volvió a agitarse, por mi boca salía un vapor purpura, trate de hablar pero no lo logré, no respondía a nada, me desvanecía, sentía miedo pero Joseph y Leonard llegaron a sostenerme ya que todo me daba vueltas, la molestia de mis ojos volvió, no lograba ver nada, todo era purpura, y luego esa sensación de vacío como cuando estas bajando por una montaña rusa, algo recorría por todo mi cuerpo, podía sentir la mano de Sarah y la de Eli que me sostenían — No te preocupes ya se acerca la hora, respira profundo — era lo que me decían; y fue tanta la carga que estalló una luz, estaba encerrado en un nube o llámenlo burbuja o que se yo.
— Michael, es hora, ya puedes pedir el deseo —anunció Leonard; y desde lo más profundo de mi corazón pedí que ellos tuvieran una vida humana, que todo su sufrimiento llegará a su fin. Poco a poco todo esa carga se iba disipando, ya me sentía relajado, liviano, escuche un — Gracias, no te olvidaremos.
Abrí los ojos, mire a mi alrededor, todo seguía nublado, no había nadie, camine o eso creo; pero me sentía tan relajado que me deje llevar por eso.
*** Próximo Capitulo***
Michael despierta 10 días después, trata de continuar sin imaginarse que deberá afrontar un juego tenebroso el cual ira acabando poco a poco con su entorno. ¿Podrá el tener amigos, donde están ellos, logrará llevar una vida "normal"?...
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