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DESEO CUMPLIDO 2


No valía un peso, mi cuerpo aun sentía todo lo que tuvo que soportar Joseph, ya entendía la posición en que se encontraba Jenny. Mi cabeza molestaba, mis ojos por momentos veía todo morado, señal que indicaba que se acercaba el momento de pedir ese deseo. En un abrir y cerrar de ojos Jenny ya estaba ahí, sentada a mi lado.

— Te sentí, — dije tomando su mano.

— Me necesitabas, siempre estaré para ti — respondió ella acercando su boca a la mía.

Aquel beso elevó todos mis sentidos, detallaba como cada célula, cada vaso sanguíneo y cada nervio reaccionaba en ella y en mí. Como el roce de nuestras lenguas, el borde de nuestros labios se pegaban cada vez más y más, cada milímetro de piel se erizaba al ser tocado por ese frio penetrante que viajaba por todo mi cuerpo. Unas voces nos hicieron reaccionar, en segundos Leonard nos fue a buscar. ­­ — Siento arruinar el momento, tenemos un imprevisto.

­— ¿Que paso? — pregunto Jenny

— Es Eric, estaba bien; de un momento a otro su temperatura incremento, además comenzaron a salirle ampollas por todo su cuerpo.

— Eso tiene la firma de Karla — Concluí yendo hacia él.

Jenny se acomodó cerca de él, su frio lograba controlar que la temperatura siguiera subiendo, trate de curarlo, solo que al intentarlo mi cuerpo reacciono encerrándome en una nube morada, de nuevo el dolor de cabeza. Ya no podía hacer nada, solo tocaba esperar a que llegara la noche y hacer el deseo. Ahora todo se complicaba, debía haber una manera de involucrarlos a todos en uno solo.

­— Esta vez no tienes que hacer nada por nosotros, déjamelo a mí — Comentó Sarah como si hubiese leído mi mente.

Su seguridad no me hizo dudar, solo que había una molestia y no era por el deseo, esa sensación ya la conocía; era un mal presentimiento, algo nos iba sorprender esta noche.

*** Joseph***

No lograba mantenerme cuerdo, los delirios llegaron al tiempo que sentía que mi cuerpo ardía, veía a Micaela a mi lado, escuchaba las palabras de Michael retumbar fuertemente en mi cabeza, "se fuerte, resiste"; luego otra que susurra. — Con que te gusta estar sometido ­­– afirmó Aurelio rasguñando mi torso y pasando su lengua.

Eso destruyo la poca dignidad que tenía. Mil veces deseaba estar muerto a estar bajo la influencia de él. Disfrutó al fracturar mis piernas, ahora el dolor ya era mi compañero permanente. Sentí que me arrastraban, de nuevo una mujer a mi lado, con ella el dolor disminuía, sus ojos trasmitían serenidad, cosa que me llevo a descansar.


— ¿Dónde estoy? — logre decir tosiendo cuando sentí que agua bajaba por mi rostro, filtrándose por mis vías respiratorias. Solo identificaba un terreno abandonado; luego cubrieron mis ojos, escuchaba a ese par hablar más la voz de esa mujer.

— Quiero ver su rostro cuando le dé fin a uno de sus queridos hijos — Vociferó Aurelio.

— Haz lo que quieras, lo único que me interesa es acabar con él, romper su cuello y ver como agoniza. – Sentenció lázaro. – Zelika, este lugar es algo especial, no dejes que otros intervengan.

— Si señor, — respondió ella.

*** Kyle***

Llegue al Instituto, a simple vista se notaba la urgencia de cubrir todo lo ocurrido en el centro clínico. Me esforcé en sacar ese lado de actor que todos tenemos.

— ¿Por qué todos están corriendo de un lado a otro?

— Amigo fue por un ataque de unos vam.....

— ¿Dónde has estado? – anunció Karla con algo de tensión en su voz, interrumpiendo al chico.

— Me ordenaste buscar a Jenny, eso estuve haciendo. ¿Me necesitabas para algo más?, porque donde estaba no tenía señal.

— ¿Y dónde está ella, sabes si encontró a Michael?

— Peleando con unos vampiros que se acercaban hacia un campus, no me conto mucho, estábamos ocupados, pero lo más seguro es que ese sea el lugar donde se realizara el evento, Michael sin duda alguna debe estar cerca.

— Bien, vuelve con ella, los necesito concentrados y enfocados, hubo muchas bajas.

— No me digas que otra vez atacaron esos vampiros del muelle.

— Si.

— ¿Dónde, qué querían?

— El centro de investigación, venían por ellos – respondió en automático.

— ¿Ellos? —Pregunte.

— Olvida eso, no es momento para darte explicaciones, más bien ve con Jenny a ese lugar. Michael es nuestra prioridad, no sería bueno que el cayera en manos de esos.

*Ni en las nuestras*; pensé. — Perfecto, estaré comunicando cualquier novedad. Antes de irme hablare con los doctores, últimamente me agoto fácilmente.

— No, quédate aquí, yo pediré que te revisen.

Por más actor que fuera no soportaba la hipocresía. Espere a uno de los doctores, después de terminar de hacerme el examen tome su tarjeta de acceso, busque un uniforme y me infiltre con los demás. Al entrar a los laboratorios busque directamente en sus archivos, use el código del doctor y comprobé el juego sucio de Karla. Tanto a Eric como a Joseph les habían inyectado un virus, su cuerpo era más resistente por su naturaleza, de alguna forma algo de vampiros había en ellos, así como estaba el virus, estaba el antídoto, con el sonar de las alarmas tome lo que pude y salí.

Tan pronto entre a su casa, la pesadez del ambiente sacudió, Michael temblaba debido al llamado del amuleto, Damián y Jenny estaban a su lado. En Sarah también se percibía la tensión, Leonard me llevo a dentro, necesitaba ayuda para llevar a Eric a la camioneta y partir hacia el muelle, abordamos un bote que se camuflaba con el azul verdoso del agua. Damián se tele trasportó con Jenny y Michael.

Al llegar al sitio, Jenny se quedó a mi lado, Michael comenzaba a ser rodeado por una luz violeta, Damián lo sostenía, preparado por si alguien atacaba de sorpresa. El ruido de varios motores llegando me puso en alerta, los gruñidos de vampiros también se hicieron presentes, llegando con un Joseph herido, el cual ubicaron en la mitad de aquel terreno, uno de ellos lo tomo por el cuello. La voz de Karla resonaba, dando órdenes de rodear el lugar. Jenny y yo simulamos que estábamos con ella. Sentí a Zelika cerca y otra energía muy parecida a la de ella.

— Michael es hora de que esto se acabe, ayúdanos y salva a tus amigos, quítales el poder a ellos —recito Karla viendo a los vampiros.

Los vampiros gruñían y apretaban el cuello de Joseph. Aurelio salió de su escondite y golpeo algunos cuantos cazadores. — El será nuestro — Sentenció lanzando un golpe leve a Joseph, haciéndolo gritar.

Michael con ayuda de Damián miraba a todos, su mirada estaba perdida. Dejo escapar un grito cuando su cuerpo quedo consumido por esa luz, elevándose por los cielos.

Karla dio la orden de disparar hacia él, logró herir a Damián, quien reacciónó llegando a ellos sorpresivamente, eliminando a la mayoría de los que iniciaron el fuego. Zelika coloco una barrera al notar que no era la única hechicera que estaba presente, ya decía yo porque esa energía se me hacía conocida. Jenny y yo contribuimos al noquear unos cuantos cazadores que se disponían a disparar lanzas. Karla quedo sorprendida cuando Jenny va hacia ella y la golpea, lanzándola lejos. Los vampiros seguían apilando los cadáveres de cazadores. Todo el campo estaba cubierto de sangre.

En todo ese caos logre llegar a Joseph, intente sacarlo, Aurelio vino hacia nosotros y nos hizo volar. La caída fue detenida con el escudo de Jenny, Joseph estaba inconsciente, Damián trato de sacarnos de ahí, solo logro llevarse a Joseph ya que a mi lado llego Lázaro, traspaso el escudo hiriéndome en un costado. Jenny fue hacia el, su paso fue impedido cuando la rodearon esos tres. La tierra comenzó a moverse, el cuerpo de Jenny, Danilo, Kenji y Kurt comenzaron a convulsionar, todos ellos quedaron cubiertos por una neblina. Aurelio se desplomo al sentir como su energía se le iba, corrí hacia ellos, viendo como Karla ordenaba volver a disparar. Las balas fueron detenidas por un mujer con alas que llego del cielo, su apariencia era terrorífica, uñas largas, enormes colmillos, ojos rojos que miraban a Lázaro con rabia para ir hacia él. Aurelio intento detener a la intrusa, Damián apareció en su camino y lo golpeo.

A ciegas me introduje en medio de esa neblina, logre abrazar a Jenny, estaba tibia, su corazón latía. — Ayuda a Michael — susurraba medio inconsciente. Zelika llego a mi lado, reviso a los demás confirmando que eran humanos.

— Hay muchos hechiceros, — Advirtió, sintiendo como la tierra se abría debajo de nosotros, los tres jóvenes cayeron, Damián logró llegar a ellos, unas ramas me atraparon, las demás envolvieron a Jenny y a Zelika llevándoselas hacia el fondo. Logre agarrar flojamente a Zelika, quien me entregó su collar — Usa el escudo cuando lo necesites — dijo ella escapándose de mis manos.

— ¡Jenny, Zelika ¡ — grite tratando de ir con ellas, solo que esas ramas se enterraron en mi piel, dejándome inmovilizado.

Los cuchillos de los cazadores me liberaron, luego sus armas me apuntaron.

— Nos traicionaste —Grito Karla con rabia, dándome bofetadas, mandando a unos cuantos a golpearme. En medio de mi golpiza podía ver como esa mujer vampira era Sarah, peleaba con Lázaro a la par, cerca de ellos estaba Aurelio bramando de dolor, una de sus manos habían sido arrancada.

El cuerpo de Michael bajaba como una pluma, recordé el collar de Zelika, cerré los ojos y lo active pronunciando. "Todo lo malo, no pasara, cubre mi cuerpo y repele toda maldad". Mis excompañeros fueron golpeados, Karla descargo toda su arma hacia mí. Con dolor y todo fui hacia Michael, Aurelio trato de detenerme, el impacto de las balas lo detuvo y lo alejo de nosotros, la rabia lo llevo a matar a casi todos los cazadores que estaban con Karla.

Levante a Michael, alejándonos de todo, vi como algo caí cerca de nosotros, eran granadas lanzadas desde uno de los camiones, la explosión nos separó, mis oídos zumbaban y la visión se distorsionaba; sombras venían hacia nosotros y el brillo de una arma apuntando mi cabeza, más el rostro de Karla riendo — La traición se paga con muerte — sentenció disparando.

Aquella bala fue detenida por una mano, Sarah en un segundo la partió por la mitad llevándose unos cuantos dedos de Karla, los demás cazadores dispararon contra ella, sus alas eran un escudo impenetrable, sin tiempo de reaccionar Sarah atravesó el torso de Karla, levantándolo; luego sus colmillos atravesaron su cuello, destrozándolo y secándola por completo.

Todos quedaron aturdidos, los pocos cazadores con vida huyeron, unos cuantos gritos se escucharon. Con su ayuda llegamos a donde Michael, su pulso estaba muy débil. Abriendo sus alas abandonamos aquel lugar. De lejos podía ver como Lázaro gruñía sorprendido, y junto a Aurelio se alimentaban de los pocos cazadores que habían logrado escapar de Sarah. Ahora si todos habían sido eliminados, solo se veía la llama del fuego consumiendo todo.

FIN SEGUNDA PARTE


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