Él la amaba con todo su corazón prometió que estarían juntos hasta que murieran en la misma cama, la conoció en aquel pueblo que vio crecer en su corto periodo de gobierno era un hombre joven de unos 25 años de edad logró en muy poco lo que muchos Reyes tardaron en hacer, logró enriquecer a su país... un día estaba realizando un paseo por las calles del casco antiguo de la capital, en verdad estaba preocupado por el estado tan demacrado del lugar, debía trabajar no quería que su pueblo fuera como cualquier otro deseaba la riqueza para todos sus habitantes.

Antes de subir a su carroza tropezó con una hermosa muchacha... ambos se vieron a los ojos; en ese instante sintieron una chispa crecer... Él se enamoró perdidamente de aquella hermosa joven, la busco para así declarar su amor los padres de la chica estuvieron de acuerdo con su boda... ambos se enamoraron.

Pasaron algunos meses y así ambos comenzaron a vivir juntos la chica de inmediato supo lo que era la riqueza, pero no le gustaba esa vida ella era alguien de trabajo sin embargo el rey no quería que pasará necesidad así que la trajo al castillo para darle todo lo necesario... los meses seguían pasando ocasionando que tanto ella como él demostraran su amor en un acto de lujuria... luego de haber unido sus cuerpos en uno sólo la chica se embarazo, todos estaban contentos por esa nueva noticia por fin el rey tendría un heredero.

Los meses pasaron y eso provocó que aquella doncella diera luz a su hijo.

-Mira mi rey, es hermoso- dijo la chica con un bebé entre sus brazos.

-Amor mío este es el mejor regalo de todos... te amo-

-Yo también te amo mi rey-

Todo era color de rosas en esa relación de amor incondicional ellos se amaban uno al otro y ahora tenían un precioso bebé que cuidaran ambos en un entorno familiar, el pequeño bebé era la alegría de aquel majestuoso castillo la familia estaba junta, las risas acompañadas de varias voces se escuchaban en el gran salón donde una fiesta de cumpleaños era presenciada el niño concebido por el amor de sus padres estaba festejando su cumpleaños número 15.

Los súbditos estaban contentos por ese festejo tan importante.

Todos se sentían alegres.

Nadie quería arruinar esa fiesta tan hermosa.

¿Verdad?...

En la oscuridad del calabozo se encontraba un hombre enojado con el rey como era posible que su amada estuviera en los brazos de ese mequetrefe... los odiaba a todos como se atrevieron a jugar con sus sentimientos de esa manera, le costó obtener un trabajo dentro del castillo y ahora debía aprovechar al máximo.

Salió de ese lugar con los ojos llenos de odio entre sus ropas guardo una daga afilada debía usarla, lo haría además ya no había vuelta atrás todo estaba fríamente calculado... caminaba por los pasillos con cuidado de que nadie sospechaba sus intenciones esquivó varias sirvientas para después entrar en el gran salón vio a su amada sonriendo junto al rey, eso lo enfureció aún más agarró con firmeza aquella arma blanca... luego con agilidad agarro el cabello de la joven para después degollarla... el tiempo se detuvo por unos segundos todo el mundo estaba aterrado gritaron, llorando, los guardias dispararon sus flechas al asesino.

La sangre mancho el suelo con su brillante carmín, el cuerpo de la muchacha yacia estático sobre el mármol brillante... tanto como el rey y su hijo quedaron petrificados, el mayor abrazo el cuerpo sin vida de su esposa estaba llorando de forma descontrolada mientras gritaba a los cuatro vientos sobre su desgracia.

Ya no se escuchaban risas ni palabras amorosas.

Sólo se lograban escuchar maldiciones y rabia por parte de aquel rey benévolo.

Se volvió frío y cruel con su pueblo.

La pobreza y hambre apareció.

Ya nada era igual...

Pasaron algunos meses todo iba de mal a peor, el rey no lo soporto más le pago a un brujo para así intentar recuperar lo que perdió pero eso era imposible la muerte era irreversible... se enteró que aquel hombre que asesino a su mujer seguía vivo eso era el colmo no dejaría que salga impune de aquellos actos de insolencia.

Lo busco... al encontrarlo sólo vio a alguien moribundo en busca de la hermosa muerte.

-Lo siento mi señor, la ira me dominó ahora no sabe cuánto me arrepiento de todo... mi amada doncella ya no esta- sus ojos estaban llenos de lágrimas amargas que bajaban por sus mejillas hasta lograr su camisa.

-Tienes razón ella ya no esta... deseas la muerte; pero jamás la obtendrás- culminó sin algún sentimiento sus ojos se veían tan fríos.

-Señor...- sintió como varios hombres agarraban sus brazos para llevárselo.

-Sufriras por toda la eternidad-

Fue lo último que dijo para así escuchar las quejas de sufrimiento de aquel moribundo... lo hizo sufrir durante días y semanas; se volvió alguien despiadado y rencoroso eso fue lo que lo llevó a su destrucción antes de seguir con cualquier tortura llamó a aquel brujo a quien le pidió algo que sin dudas dejó perplejo al hechicero... pidió con toda naturalidad el vampirismo para el y todos los habitantes del castillo, deseaba convertirse en una criatura sedienta de sangre.... torturó a ese hombre el resto de la eternidad.

Eso condenó a todo su estirpe... el tiempo pasó ocasionando que su reino callera en desgracia, los aldeanos estaban furiosos con antorchas y trinches destronaron al rey vampiro junto a todos sus habitantes, el castillo quedó en ruinas...

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Los años no perdonaron sin embargo, alguien más se sentó en el trono se trataba de un joven de unos 23 años, era un chico de piel albina y cabello blanco sus ojos eran hermosos tenía colores claros dándole un toque de inocencia y bondad... era el nuevo rey de aquel pueblo que alguna vez sintió a un verdadero monarca.

-Comme il contient les biens sacrés et est couronné dans ce lieu saint, je vous présente... Encre Roi de France (A medida que contiene las propiedades sagradas y es coronado en este lugar santo, les presento a... Rey Encre de Francia)- los invitados que estaban sentados se levantaron para comenzar a aplaudir la coronación de su nuevo rey.

-...- mantenía ambas manos ocupadas en la derecha portaba una cetro con muchas piedras preciosas y en la izquierda portaba una esfera dorada... ya era el nuevo rey de Francia.

-Bien hecho Encre- se pudo escuchar aquella voz tan molesta en su mente... -Eres un buen chico...-