Primeros Pasos.
Todo en esos momentos se encontraba tranquilo, el castillo del rey estaba bajo una tutela dictatorial, aquel usurpador no dejaba de crear leyes absurdas y además también había aumentado los impuestos de tal manera que exprimía hasta la ultima moneda del pobre ciudadano, la apariencia del castillo había cambiado notablemente, habían muchas pinturas de Simón por todas partes, también se podían percibir varias estatuas las cuales reflejaban ese narcisismo tan enfermizo, se había vuelto loco, el poder lo había corrompido de tal manera que ya no era el mismo, Eterna por otro lado comenzaba a sentirse extraña, nunca pensó que su amigo se volviera de esa manera, pensaba que iba a ser mejor que Encre, pero se equivocó y ahora el reino de Francia estaba pasando por sus momentos mas oscuros, la cazadora estaba caminando por los pasillos del palacio, ella estaba intentando pensar una manera en la cual podía ayudar a su gente, pero, la verdad era que no podía hacer nada y mucho menos si traiciono a su rey por los caprichos de su amigo Simón.
Estaba algo distraída y realmente preocupada, no había notado que dos guardias habían sido asesinados, la sangre bajaba por sus cuerpos hasta llegar al suelo de mármol, de un momento a otro sintió un frio espectral en todo su cuerpo, al darse la vuelta no noto a nadie, pero al caminar de nuevo a su posición actual vio a dos hombres con una túnica negra y con capucha, ella desenfundo su arma y comenzó a gritarles quienes eran, las dos figuras solamente caminaron hasta ella para así darle un golpe fuerte en la cabeza, la mujer no pudo reaccionar muy rápido ese golpe fue su ruina, la traición se paga y mucho mas cuando le clavas una daga a la persona que te ayudo a salir de la extrema pobreza, los dos hombres se miraron mutuamente para así ver a aquella mujer desmayarse inmediatamente, luego la agarraron de los pies para llevarla a lo mas profundo de los calabozos... por otro lado teníamos a Simón quien estaba en su habitación disfrutando de las cantidades exorbitantes del oro adquirido ese mismo día... en ese momento escucho como algo se caía, para ser mas precisos fue un candelabro.
- ¿Pero, que paso? – pregunto mientras se levantaba de su asiento e iba hacia aquel sonido, al salir de su habitación vio a todas partes, hasta que noto como en una esquina se daba la vuelta un hombre con túnica negra.
-Rey Simón, ¿que hace a estas horas fuera de su habitación? – menciono una de las sirvientas, la chica se acerco a su majestad para así ver como su rostro se había puesto pálido.
-Viste algo extraño, después de que pasaras la puerta de mi habitación- menciono su majestad algo nervioso.
-No señor, nada del otro mundo- respondió la chica para después hacer una reverencia y retirarse de ese lugar.
Después de que la sirvienta se fuera, el rey estaba aun con la duda, pero supuso que tal vez era alguien que quería jugarle una broma, mañana le preguntaría a los guardias y sirvientas, necesitaba algunas respuestas, sin mas que hacer en esos momentos entro de nuevo a su habitación, estaba cansado y no quería seguir por ahí afuera, solo termino de apagar todas las velas y se fue a acostar, sin embargo, le costó dormir, no podía dejar de pensar en esa sombra tan misteriosa, en cierto modo le daba inquietud, algo no andaba para nada bien, su mente parecía una batalla de campo, escucha su voz resonar constantemente; de nuevo se volvió a levantar para sentarse en la cama y con esto mirar atentamente la oscuridad. En ese momento los nervios junto con el miedo comenzaban a invadir cada rincón de su cuerpo, necesitaba salir de esa habitación, sin embargo su cuerpo estaba paralizado, no sabia que estaba pasando en esos momentos, luego de un par de minutos luchando con su cuerpo alzo la vista de nuevo, pudo notar entre las sombras a un hombre totalmente negro, su silueta era esbelta y alta, su mente comenzó a divagar hasta que recordó aquella sombra que se había desvanecido en la esquina del pasillo.
- Ahh, ¿quién eres tú? – pregunto Simón, en su voz se podía notar algo de terror y un poco de nerviosismo, eso le encantaba al intruso.
-Quiero mi reino de vuelta- dijo sin ninguna pisca de duda en su voz -Tu...- señalo una mano delgada y sumamente blanca -Me quitaste todo... pero no te preocupes, me voy a asegurar de que sufras-
Luego de eso el encapuchado se despojo de aquella capucha mostrando el rostro decrepito de Encre... en ese momento el rey tirano sintió tanto miedo que no podía reaccionar, creía que era el fantasma del rey derrocado, cosa que era parte del plan, eso debía creer aquel hombre cobarde y malvado, el albino se levantó lentamente de aquella silla para así acercarse lentamente a Simón, comenzaba a mencionar cuanto lo detestaba, hasta que estuvo cara a cara para así asustarlo de muerte, el rostro de aquel hombre se encontraba tan pálido junto con una expresión de terror, un grito fuerte se pudo escuchar y con esto varios guardias habían aparecido en la habitación de su majestad, encontraron al usurpador temblando del miedo mientras mencionaba el nombre de Encre. En cambio, el albino se encontraba afuera de la habitación mirando por la ventana viendo como aquel idiota se retorcía del miedo, luego de eso salió volando hasta el techo en donde se encontró con Fallacy.
- ¿Como te fue Encre? – pregunto el azabache cruzado de brazos mientras veía al contrario quien estaba con una expresión seria en su rostro, después de unos segundos esa expresión había cambiado a una risa-
-Dios, debiste ver su rostro, se estaba muriendo del miedo- menciono mientras reía y abrazaba su estómago -El plan comenzó de maravilla Fallacy, unos días mas y haremos que se vuelva loco-
-Bien me alegro que funcione, recuerda todo lo que planeamos, dentro de poco vas a recuperar todo- menciono con una sonrisa relajada en su rostro -Vamos a descansar un poco-
-Ok, sabes una cosa, yo llevo aquí viviendo toda mi vida, no sabia que en una de las paredes de las mazmorras había una habitación oculta- menciono de manera inocente para después acompañar a su amante.
Fallacy le regalo otra sonrisa para así decirle a su amado que conocía todos los pasadizos de ese castillo después de todo había sido su hogar antes de que fuera derrocado y olvidado, Encre miro al contrario para así sonreírle de manera tierna, esos dos cuando estaban solos comenzaban a demostrar todas sus emociones, ellos dos están muy enamorados, lo demostraban con cada roce de piel y beso. Después de unos minutos llegaron a su habitación, mañana harían mas cosas para así asustar al cobarde de Simón, por los momentos los dos amantes se estaban relajando en el baño de esa habitación oculta, ambos se encontraban dándose un relájate baño de burbujas, luego de salir del baño para así acostarse en aquella cama enorme, solo habían dos velas alumbrando a ambos cuerpo los cuales estaban desnudos mientras comenzaban a darse cariño y con eso comenzaban a calentarse cada segundo que pasaba, se daban besos voraces y románticos; querían disfrutar de ese momento a solas.
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