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Capítulo veintiocho

Estaba perdida y no me refería solo al lugar donde me encontraba. Me sentía a la deriva como si no existiera lugar hacia el cual poder ir, estaba confundida y, sobre todo, arrepentida. Me arrepentía de haber tomado ese avión hacia Londres, me arrepentía de haber arrastrado al trío de oro conmigo y me arrepentía enormemente de haberles permitido a los padres de mamá entrar a mi vida.

Había tenido razón sobre algo: la verdad dolía y a mí me estaba quemando por dentro como lava ardiente.

Llevaba unos buenos veinte minutos sentada en la soledad que me confería una cabina en McDonald's con un helado derritiéndose frente a mí y llorando en silencio. Seguro era todo un espectáculo, de ver a otra persona en mi lugar podría haber imaginado que la causa del llanto era una cita fallida, la realidad no podría estar más alejada.

Soné mi nariz con un pañuelo descartable y llevé la mirada hacia mi móvil. Sabía que podía llamar a cualquiera de mis amigos e iría por mí, solo tenía que presionar un nombre en la lista y sería salvada. Taylor correría a mí sin dudarlo, me abrazaría con fuerza y me brindaría palabras de consuelo para luego presentar posibles soluciones a mis problemas. Tyler tampoco tardaría en llegar y soltaría un sinfín de palabrotas que me ayudarían a exteriorizar cómo me sentía. Sin embargo, aunque necesitara eso, no me agradaba la idea de seguir cargándolos con mis problemas.

La respuesta era una sola y ese fue el número que seleccioné.

¿Pequeñita? ꟷPreguntó luego de dos tonosꟷ. ¿Está todo en orden? ¿Sigues con tus abuelos?

Llevé una mano a mis labios para ahogar un sollozo y la línea se quedó en silencio de manera instantánea. Cerré los ojos con fuerza sintiendo como las lágrimas volvían a resbalar por mis mejillas y me sentí como una idiota por estar llorando en un restaurante de comida rápida.

¿Pequeñita? Me estás asustando. ¿Dónde estás? Iré por ti, solo dime el lugar.

Negué con la cabeza a pesar de que él no podía verme y me concentré en parar el llanto.

ꟷNo lo sé ꟷconfeséꟷ. No sé dónde estoy.

¿Estás lastimada?

ꟷNo, estoy bien.

¿Hay alguien contigo? ¿Le ha sucedido algo a tus abuelos?

ꟷEstoy en un McDonald's ꟷsolté con voz ahogadaꟷ. No sé la dirección, pero puedo enviarte la ubicación, ¿cuánto crees que podrías tardar?

Saldré ya mismo.

ꟷGracias.

Corté la llamada y con manos temblorosas seleccioné la opción de enviar ubicación actual en WhatsApp. Dejé entonces el móvil sobre la mesa y agarré con fuerza el vaso descartable con helado para evitar que mis manos siguieran moviéndose sin control.

No podía decir con seguridad cuánto tiempo había transcurrido ni en qué momento había comenzado a llover con fuerza, lo que sí podía afirmar era que Theo llegó corriendo hacia mí luciendo como si hubiese visto a un monstruo. Tenía el rostro pálido y los ojos abiertos de par en par, el temor había tomado como prisionera a su expresión facial.

ꟷ¿Genesis?

Mi barbilla tembló y eso fue lo único que necesitó para tomar asiento a mi lado y abrazarme con fuerza. Rodeó mi cuerpo helado con sus brazos y me atrajo hacia su pecho mientras acariciaba mi espalda.

ꟷ¿Qué ha sucedido? ꟷQuiso saber empleando su voz tranquila.

ꟷNada.

ꟷPequeñita, no puedes llamarme llorando, pedirme que venga por ti y luego decir que no pasa nada porque no te creeré.

Enterré mi rostro contra su camiseta y cerré con fuerza mis manos alrededor de la tela arrugándola en el proceso.

ꟷNo quiero hablar de eso.

ꟷ¿Qué quieres hacer entonces? Cuentas conmigo para lo que sea, incluso entrar ilegalmente al palacio.

ꟷNo lo sé, Theo. No sé qué quiero ahora mismo.

ꟷ¿Qué te parece si salimos de aquí? Creo que necesitas privacidad y toda esta gente parece no haber visto llorar nunca a una chica.

Sorbí por la nariz y me aparté de él mientras frotaba con fuerza el dorso de mi mano contra mis ojos. La piel de mis manos se tiñó de color y pude imaginar mi aspecto desarreglado a la perfección, todo el esfuerzo se había ido al demonio.

ꟷSoy patética.

ꟷNo, eres una persona que sufre y es normal.

ꟷSí, el sufrimiento se ha vuelto jodidamente normal en mi vida.

Arrugó los labios al escuchar la palabrota escapar de mis labios y me causó gracia que ese detalle tonto lo hubiese escandalizado.

ꟷSi dices algo como "esa boca" juro que te golpearé, Theo Johnson.

Blanqueó los ojos y luego se puso de pie mientras tiraba hacia abajo de su camiseta. Lo próximo que hizo fue extender su mano hacia mí esperando que la tomara.

ꟷVámonos de aquí.

ꟷ¿A dónde? No tengo donde ir.

ꟷ¿Cómo que no tienes...? ꟷSe cortó a sí mismo antes de seguirꟷ. ¿Sabes qué? No importa, tú solo sígueme.

Entonces hice lo que tenía que hacer: tomé su mano y lo dejé tirar de mí hacia arriba para erguirme. Su brazo viajó rápidamente hacia mis hombros y me envolvió de la misma manera en que lo hizo el día en que nos conocimos en el instituto y como continuó haciendo durante toda nuestra amistad.

Me guió entre las mesas sin apuro luego de haber recogido mi bolso y mi helado derretido hasta que finalmente llegamos al exterior. Las gotas impactaban con fuerza contra el suelo humedecido y los rayos rasgaban el cielo iluminando las nubes espesas.

ꟷ¿Hacia dónde? ꟷPregunté.

No contestó, en cambio, tiró de mí con cuidado hacia un vehículo estacionado a un lado del restaurante y no necesité más para saber quién se encontraba tras el volante. Tragué con fuerza y no discutí cuando Theo abrió la puerta para mí. Subí intentando esbozar una sonrisa que seguramente lució como una mueca terrorífica mezclada con el maquillaje corrido y me deslicé sobre el asiento para darle espacio.

ꟷHola, Genie ꟷsaludó James desde el asiento del copiloto.

ꟷHola, Jamie. Hola, Jaden.

Él simplemente asintió con la cabeza.

Mi mejor amigo volvió a rodearme con el brazo y me recosté sobre su pecho mientras el automóvil se ponía en movimiento y la música tranquila de la radio acallaba el silencio. James volvió la vista al frente y me brindó mi espacio. Jaden tampoco habló, pero pude ver por el espejo retrovisor que posaba sus ojos sobre mí cada pocos segundos.

ꟷ¿A dónde los llevo? ꟷPreguntó finalmente.

Miré a Theo buscando que transmitiera mis pensamientos y eso hizo.

ꟷVolveremos a su casa si eso está bien para ustedes.

ꟷClaro que sí, pueden quedarse tanto tiempo como quieran ꟷcontestó James esbozando una sonrisaꟷ. Podemos pedir pizza y helado, siempre ayudan a subir el ánimo.

ꟷGracias.

ꟷEs un placer, Genie.

Al escuchar esa respuesta Jade condujo con tranquilidad en dirección a Belgravia que era el barrio donde los tres vivían durante las vacaciones. Ninguno de los tres emitió otra palabra durante el trayecto, lo cual agradecí inmensamente. No me apetecía hablar, tampoco me apetecía seguir llorando, simplemente quería limpiarme el rostro y beber un litro de agua para recuperar el líquido que había perdido con las lágrimas.

ꟷAquí es ꟷanunció Jaden deteniendo el vehículo frente a un dúplex con estilo regenciaꟷ. James y yo iremos por comida.

Jamie no discutió por no haber sido consultado, en su lugar, giró hacia nosotros y le entregó a Theo la llave de la vivienda esbozando una sonrisa para mí.

ꟷVolveremos pronto. En el baño de Julian puedes encontrar desmaquillante, lo usa luego de grabar. Puedes utilizar unos de mis pijamas si quieres.

ꟷGracias.

Me deshice con cuidado del abrazo de mi amigo y abrí la puerta para bajar. Theo me siguió sin dudar y se adelantó para abrir la puerta principal. Giré entonces para observar al vehículo y les dediqué una sonrisa de labios cerrados para expresar mi agradecimiento. Realmente les estaba agradecida por lo que estaban haciendo.

No tardamos en ingresar y realicé un rápido estudio mientras el rubio encendía las luces. La vivienda era amplia y olía a perfume masculino, la decoración era sencilla y predominaban los colores blanco y verde. Se sentía bastante cálida a pesar de ser solo un lugar de paso.

ꟷCreí que estabas solo con Jamie ꟷcomenté mientras me sentaba sobre el sofá frente a una amplia televisión.

ꟷSí, cuando salíamos a buscarte llegó Jaden y lo tomamos de chofer. No pareció molestarle cuando le dijimos que se trataba de ti.

Me abracé a mí misma y me hundí en el asiento mullido.

ꟷLamento esto.

Theo caminó hacia mí y en lugar de sentarse a mi lado, tomó asiento sobre la alfombra y me miró echando para atrás la cabeza. Me dedicó una sonrisa tranquilizadora y posó una de sus manos sobre mi rodilla para darle una leve caricia que me ayudó a sentirme mejor.

ꟷNo tienes que disculparte, pequeñita.

Mordí el interior de mis mejillas y me concentré en mirar mis zapatos. Esos estúpidos tacones que me había tardado tanto en elegir porque estaba insegura de si eran adecuados o no para la cena.

ꟷ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres que vaya a buscarte ropa y algo para limpiarte el rostro?

ꟷ¿Tan mal luzco? ꟷIntenté bromear.

Apretó mi rodilla y lo observé a los ojos. El azul combinado con gris me dio la bienvenida y como siempre solo encontré cariño y comprensión.

ꟷLuces preciosa, pero quizás quieras sentirte más cómoda.

ꟷEso estaría muy bien ꟷadmití.

Asintió y se puso de pie sin chistar. Acarició mi cabello antes de retirarse y lo perdí cuando subió por las escaleras rumbo a las habitaciones. Volví entonces a hundirme en mis pensamientos, en todo lo que sabía y quería no saber. Seguía en shock por lo que había escuchado, me sentía lastimada y rechazada.

Theo volvió poco después y se sentó a mi lado. Me tendió una crema y unos pads descartables de algodón así como un pijama de color gris que debía pertenecer a James.

ꟷEl baño es allí. ꟷSeñaló una puerta bajo las escaleras.

ꟷYa vengo.

ꟷ¿Necesitas ayuda?

ꟷEstaré bien.

Fue mi turno de ponerme de pie y caminar hacia el cuarto que me había indicado mi amigo. Era un baño pequeño, uno de invitados que servía muy bien para sus propósitos. Lo primero que hice fue quitarme los zapatos y el tonto vestido con falda plisada. Me quedé en ropa interior viendo mi reflejo en el espejo y por primera vez en meses no me importó como lucía mi cuerpo. Había vuelto a mi peso normal, quizás seguía dos kilos por debajo, pero los huesos ya no se me marcaban como antes.

Suspiré y me concentré en mi labor. Quería lucir medianamente presentable para poder expresarle a Theo lo que había sucedido porque quería contárselo a alguien y él parecía la mejor opción. Me escucharía, me brindaría palabras sabias y luego me permitiría acurrucarme contra él hasta el cansancio.

El pijama me quedó un poco grande, sobre todo la camiseta que me llegaba por debajo del trasero. Los pantalones tenían una soguita y pude regular el tamaño, aunque los arrastraba al caminar. No supe qué hacer con mi ropa por lo que simplemente la dejé doblada junto al lavabo.

Mi rostro, tal y como había sospechado, lucía manchado y no solo por las lágrimas. La sombra se había corrido y lo mismo con el delineador. La máscara de pestañas permanecía intacta a pesar de todo. Mis ojos estaban rojos e hinchados y mi piel lucía pálida incluso con la capa de base. Simplemente me quité cada gramo de maquillaje con cuidado y continúe hasta estar satisfecha.

Cuando salí del baño, Theo me estaba esperando en el sofá con un vaso de agua en la mano que no dudó en extender en mi dirección al verme acercar.

ꟷ¿Cómo te sientes ahora?

ꟷComo si me hubiese colado a una pijamada.

Sonrió con diversión y el lugar quedó en silencio mientras buscaba las palabras correctas. Sin embargo, entendía que no debía camuflar mis palabras para hacerlas sonar bonitas y no debía proteger a nadie, ni siquiera a mí misma.

ꟷAhora sé por qué mi madre me alejó de mis abuelos ꟷdije con voz firme.

ꟷ¿Es malo?

ꟷNo lo sé. Se siente horrible para mí.

Le di un sorbo a la bebida hasta terminar el contenido del vaso y lo deposité sobre la mesa de café en el centro del living. Mi garganta agradeció el tratamiento.

ꟷEllos no aprobaban la relación de mis padres e hicieron hasta lo imposible para que mi madre me abortara, es decir, la secuestraron ꟷresumí en pocas palabrasꟷ. Intervino la policía y tuvieron una orden de restricción que les impedía acercarse a mi madre.

ꟷVaya, eso es... ꟷDudó mientras abría los ojos con asombroꟷ. Vaya.

No lo culpaba por su reacción, le había soltado la noticia de golpe y resultaba impactante.

ꟷSí, vaya.

ꟷ¿Y cómo te sientes con esta información?

Subí los pies al sillón, aproximando las rodillas hacia el pecho y me abracé las piernas. Era un mecanismo de defensa, estaba consciente de ese detalle.

ꟷMal.

ꟷ¿Y qué les dijiste cuando te lo contaron?

ꟷLos envíe al demonio y los acusé de estar locos.

Contuvo una sonrisa y supe en qué estaba pensando: "Esta chica no cambia".

ꟷNo entiendo qué ganan al hacer todo este reencuentro emotivo y fingir que me adoran. ¿Por qué me torturarían así cuando es obvio que no deseaban que naciera?

ꟷNo creo que estén fingiendo, pequeñita. Deben sentirse arrepentidos y deben querer hacer las cosas bien esta vez.

ꟷEso es lo que ellos dijeron, pero no puedo creerles ꟷconfesé y solté mis piernas presa del enojo. Mis emociones eran muy volátiles en ese momentoꟷ. No comprendo por qué demoraron dos años para contactarme si lo que querían era conocerme y ser partícipes de mi vida. ¡Dos años! Entiendo que no dieran el paso cuando mamá vivía, pero ahora no tiene sentido. Es cruel.

ꟷSí tiene sentido.

Fruncí el ceño. ¿Estaba defendiéndolos? Yo quería que me dijera que tenía razón y me abrazara.

ꟷNo me mires así ꟷsoltó rápidamenteꟷ. No los defiendo, me estoy poniendo en sus zapatos para poder analizar la situación objetivamente. Creo que es horrible lo que hicieron, pero también creo que todos merecen una segunda oportunidad.

ꟷ¿Y cuál sería su excusa para no haberme buscado antes?

Se encogió de hombros y me dedicó esa mirada con la que anunciaba que diría las palabras justas.

ꟷTú perdiste a tus padres, Genesis, pero ellos perdieron a su hija por segunda vez.

Separé los labios para contestar, aunque velozmente volvía a cerrarlos. No tenía nada para argumentar contra eso.

ꟷCada uno lleva su propio duelo, el de ellos quizás fue de mayor duración al comprender que no podrían deshacer todos sus errores y que nunca tendrían la posibilidad de tener una buena relación con tu madre. ꟷSuspiróꟷ. No lo sé, pequeñita, creo que deberías hablarlo con ellos. No ahora, cuando te sientas lista. No te diré que debes perdonarlos porque son tu familia, pero sí te diré que todos merecen la posibilidad de ser escuchados. Tú mereces decirles lo que sientes y ellos merecen la oportunidad de explicarlo todo.

ꟷTe odio.

Alzó las cejas con asombro.

ꟷ¿Por qué? ꟷChilló.

ꟷPorque siempre tienes razón.

La puerta se abrió en ese momento impidiéndonos continuar con la conversación. No obstante, no tenía nada más para agregar y él tampoco parecía querer decir más.

Theo tenía razón, no sabría con certeza qué era lo que mis abuelos habían sentido hasta hablar con ellos.






Desperté al escuché el sonido de una tetera silbando sin recordar dónde me encontraba. Parpadeé repetidas veces acostumbrándome a la luz que ingresaba por los ventanales mientras recordaba los sucesos de la noche anterior.

James y Jaden habían llegado a su casa con pizzas y helado, habían elegido películas de Disney para ver todos juntos en el sofá y luego habíamos jugado al UNO hasta el cansancio. Me había quedado dormida en el sillón abrazada a Theo y sintiéndome mejor. No obstante, mi sorpresa y confusión fueron mayúsculas cuando identifiqué a dos personas más durmiendo a mi lado, dos personas que no habían estado conmigo la noche anterior.

Taylor descansaba hecho un ovillo a mi izquierda, con los pies sobre un otomano, la cabeza reposada sobre un cojín pequeño y su mano rozando la mía. Tyler dormía incómodamente en un sofá individual con el cuello doblado en un ángulo extraño y la boca ligeramente entreabierta.

ꟷNo estás soñando.

Giré hacia quien había hablado y fruncí el ceño ahogando un bostezo. Jaden estaba de espaldas a mí, llenando una taza con agua hirviendo y luciendo ropa deportiva.

ꟷ¿Qué? ꟷPregunté en voz baja.

ꟷNo estás soñando, el novio número uno y el novio número dos sí están aquí.

ꟷ¿Cuándo llegaron?

Volteó con la taza aproximándose a sus labios y le dio un sorbo bajo mi atenta mirada.

ꟷA los minutos que te dormiste. Lucían muy preocupados, pero sobre todo desilusionados por no poder hablar contigo.

ꟷ¿Theo los llamó?

Negó con la cabeza.

ꟷYo los llamé.

Eso sí que no lo esperaba y él pareció darse cuenta porque posó la taza humeante sobre la isla de la cocina para brindarme una explicación.

ꟷEstabas triste y supuse que se debía a problemas familiares porque anoche tenías una cena con tus abuelos. Cuando estoy triste quiero estar con mis amigos, sobre todo si la causa de mis emociones negativas es mi sangre ꟷexplicó con tranquilidadꟷ. Les envíe varios mensajes durante la noche, aunque no contestaron, por lo que cuando salí a fumar, los llamé.

ꟷGracias, creo.

ꟷDe nada.

A pesar de su explicación había algo que no me cuadraba. O yo estaba muy dormida y no recordaba haberle confesado todo, o él se había enterado por otros medios.

ꟷ¿Cómo sabías que tenía una cena con mis abuelos?

ꟷEllos me invitaron.

ꟷ¿Mis abuelos? ꟷRepetí con estupor.

ꟷAsí es, me invitaron a esa cena y rechacé la oferta porque me pareció que ustedes necesitaban tiempo a solas.

Froté mis ojos con el dorso de la mano y decidí que era hora de ponerme de pie. Alejé el brazo de Theo que me rodeaba y lentamente me levanté del sofá con la intención de no despertar a ninguno de los miembros del trío. Lucían cansados, como si hubiesen estado toda la noche en vela, y si bien Jade y yo estábamos hablando en voz baja, no sabía qué tanto podían escuchar.

ꟷ¿Por qué te invitarían?

ꟷNo lo sé, supongo que les agrado.

Me acerqué a él y me senté en una de las sillas altas frente a la isla. Tomé la taza que había abandonado y me la llevé a los labios ignorando su mirada malhumorada. Acababa de despertar y me importaba un rábano si no le gustaba compartir su té.

ꟷ¿Genesis?

ꟷNo te quejes, puedes hacerte otro té. El agua sigue caliente y éste la verdad que está muy feo.

Rió por lo bajo.

ꟷNo iba a decir eso.

ꟷ¿Ah, no?

ꟷNo ꟷconfirmóꟷ. Quería pedirte disculpas.

ꟷ¿Por qué?

ꟷPor la manera en la que me comporté en nuestros últimos dos encuentros.

Con todo lo que había sucedido no había recordado siquiera esas mini discusiones que tuvimos al inicio de la semana y que me habían enfadado tanto. Él se había comportado raro, pero todos podían tener sus días malos y eso estaba bien. Al final había demostrado que yo estaba en lo cierto respecto a él: era una buena persona y me lo había probado de nuevo cuando me dejó quedarme en su casa por una noche.

ꟷEstá olvidado.

ꟷNo para mí.

ꟷBueno, olvídalo. ꟷSonreíꟷ. Te he perdonado.

Asintió con la cabeza y luego estiró su mano para arrebatarme la taza. Le dediqué un puchero que no pareció surtir frutos y él se bebió el contenido de un sorbo sin importarle la temperatura de la bebida.

ꟷEra mi té.

ꟷBueno, estaba horrible.

ꟷPero seguía siendo mío.

ꟷPúdrete.

Jaden sonrió al escucharme y yo seguí su ejemplo.

Me agradaba esa versión de él.

¡Hola, gente muy bella de Rose Valley! ¿Cómo están hoy? ¿Me extrañaron?

Antes de continuar, les informo que éste es el primero de tres capítulos que subo hoy para festejar el carnaval. Sigue leyendo para disfrutar los otros capítulos.

¿Qué opinan sobre el cap¿ ¿Esperaban que G llamara a Theo y recibiera la ayuda de los J? ¿Qué creen que sucederá con los abuelos?

Les dejo a continuación un gif de Theo pero con otro actor, me gustaría saber si les gusta Danny o quieren que vuelva Hunter Parrish. Desde ya, muchas gracias.

No se olviden de seguir leyendo. Tienen dos caps más a continuación.

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