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Capítulo uno

Estaba a dos segundos de orinarme en los pantalones a causa del miedo. Sí, estaba tan aterrada que quería gritar, llorar, patalear y también hablar sin parar. Y como en un avión detenido no se podía hacer ninguna de las tres primeras, fui por la cuarta.

Tyler Murphy, también conocido como mi mejor amigo y mi cómplice número uno en idioteces, estaba sentado en la cabina de al lado observando la pantalla apagada de su teléfono celular como si esperara el momento en que se encendiera con una llamada. Estaba cabizbajo y triste lo cual no era normal en él. Cuando estábamos juntos, ignorando esas semanas en donde me comporté como una idiota con él y me aplicó la ley del hielo, siempre hablábamos sin parar y nos divertíamos.

Sabía que había ciertas cosas que iban mal en su vida y parte de mi miedo se debía a eso. Dejé a mis abuelos fuera de mis pensamientos por unos momentos y armándome de valor, le sonreí.

ꟷOye, Ty ꟷdijeꟷ. ¿Ese celular es lo que creo que es? ¿Es la palabra prohibida con "b"?

Giró hacia mí y frunció el ceño.

ꟷ¿La palabra prohibida con "b"?

Articulé la palabra "bomba" con los labios y luego miré hacia todos lados esbozando una expresión de niña buena para asegurarme de que nadie me hubiese visto. Lo menos que quería era que una azafata me viera, me acusara y terminara con la policía del aeropuerto.

Podía imaginar la conversación telefónica y todo: "Hola, abuelo. Sí, verás, no llegaré a desayunar porque me arrestaron por decir bomba". Magnífica manera de comenzar unas vacaciones.

Cuando volví la mirada a Tyler, él estaba riendo con ganas y su rostro se había iluminado. Bueno, quizás había hecho algo bien.

ꟷNo, es un móvil común y corriente.

No quería arruinarle la sonrisa; sin embargo, debía hacerle una pregunta importante o de lo contrario no podría viajar en paz. Sabía que él me estaba ocultando algo, lo sentía en cada terminación nerviosa de mi cuerpo y mi cerebro me lo confirmaba; no obstante, a pesar de que se lo preguntara mil veces, Ty no soltaba nada.

ꟷ¿Estás seguro que no tienes planes con Emma? ꟷSolté de pronto.

Su entrecejo volvió a fruncirse y me di una cachetada mental por haber borrado su linda sonrisa de un segundo a otro.

ꟷSí, G. Estoy seguro.

ꟷ¿Seguro como completamente seguro, tan seguro que podrías jurar sobre la constitución nacional? Porque si no lo estás todavía tienes unos minutos para bajar del avión, no me enojaré y luego puedo enviar tu maleta a donde sea que estés.

ꟷ¿Puedes dejar el tema ya, sanguijuela? Te he dicho que no tengo planes con Emma.

Ignoré el "sanguijuela" para continuar con mi interrogatorio. Luego lo regañaría por compararme con un animal chupa sangre.

ꟷ¿Y antes los tenías?

Se quedó un segundo en silencio y supe que había tenido razón todo ese tiempo. Él me había dicho que sí para no defraudarme, para que no me sintiera mal y había cancelado lo que fuera que tuviera con su novia. Si antes me sentía mal y miedosa, en ese momento me sentí destruida.

ꟷNo, Genesis. No tenía ni tengo planes con Em.

Se cruzó de brazos y apartó la mirada.

ꟷ¿Algún día me dirás por qué terminaron?

ꟷNo terminamos ꟷme aseguró y no le creí ni un poquito porque no me estaba mirando a la cara cuando lo dijoꟷ. Nos dimos un tiempo.

ꟷ¿Un tiempo?

ꟷSí.

Entonces me miró y noté la tristeza en sus ojos.

ꟷEn términos de la serie Friends, ¿un tiempo como el de Ross o un tiempo como el de Rachel?

Una de las comisuras de sus labios se elevó, pero contuvo la sonrisa antes de que apareciera.

ꟷUn tiempo como el de Rachel.

ꟷ¿No le escribirás una carta larguísima o sí?

Entonces sí apareció la sonrisa.

ꟷEres un grano en el trasero. No, peor aún. Eres como un dementor, me quitas la felicidad y las ganas de vivir.

No solo me había llamado sanguijuela sino que también dementor. Iba a matarlo, sí que sí. Lo haría sufrir cuando dejara de lucir tan triste porque tenía mis límites.

ꟷ¿Sabes cuál es la mejor parte de viajar en primera clase en un avión como este? ꟷPregunté con diversión.

ꟷ¿La comida?

Nop.

ꟷ¿El espacio?

ꟷTampoco.

ꟷ¿La ducha incluida? ¿El pase preferencial? ¿La amabilidad de los tripulantes de cabina? ¿Menos posibilidades de sobrevivir en caso de choque?

ꟷNo, no, no y no.

ꟷ¿Entonces?

Sonreí.

ꟷQue cuando te pones molesto, como ahora, puedo hacer esto.

Acompañé mis palabras corriendo la puerta de mi compartimiento para dejar de verlo. Chilló mi nombre como un niño pequeño y carcajeé sonoramente cuando se retiró de su propia cabina y fue hacia la mía para abrirla.

ꟷTe odio.

ꟷClaro que no. Me amas, Ty.

ꟷY me causas dolores de cabeza.

ꟷTómate un ibuprofeno.

ꟷTe haré pasar vergüenza en Londres.

ꟷ¿No lo estás haciendo ya?

Enarqué una ceja y me enseñó el dedo medio. Al menos había conseguido que dejara de parecer alguien que acababa de salir de un funeral.

ꟷCreo que tomaré tu consejo y bajaré de este avión para no ver tu feo rostro nunca más.

ꟷAmbos sabemos que amas mi rostro. Soy como una muñequita.

ꟷSí, un juguete.

Separé los labios formando una "o" perfecta y él se rió con ganas por mi expresión. Le arrojé la mantita que estaba sobre el asiento y la detuvo con sus manos mientras se carcajeaba.

ꟷTe odio ꟷchillé.

ꟷClaro que no. Me amas, G.

No se me pasó por alto que había utilizado las mismas palabras que yo y a él eso pareció hacerle más gracia.

ꟷBuenas noches ꟷsaludó la azafata con una sonrisa ensayadaꟷ. Es momento de tomar asiento, estamos por despegar.

ꟷSí, Ty, deja de comportarte como un niño malo y ve a tu asiento.

La muchacha se rió por lo bajo de mi comentario y continuó avanzando rumbo a las otras cabinas.

ꟷTerminaremos esta discusión luego ꟷme hizo saber mientras caminaba hacia atrás sin despegar sus ojos color miel de los míos.

ꟷEso si no te asesino antes.

Me enseñó la lengua y yo el dedo medio.

Quizás no iban a ser unas vacaciones aburridas después de todo.




Nunca había estado en Londres y mi nerviosismo no se debía al fuerte acento que escuchaba por todos lados o al hecho de que tenía que acostumbrarme a conducir por el lado contrario de la carretera. No, mis nervios iban en aumento desde que observé a lo lejos a mis abuelos con un cartel colorido con mi nombre.

Diosito santo, ¿por qué me pasaban esas cosas a mí?

Me daba un poco de vergüenza, debo admitirlo, la gente se los quedaba viendo y no podía culparlos. El cartel era realmente grande y de un chillón color rosa por no mencionar que desentonaba totalmente con mis abuelos. Él vestía un traje de día color gris claro con una camisa celeste y ella tenía un vestido blanco de estilo bohemio que le llegaba hasta los tobillos. Se parecían a mi madre, o bueno mi madre se había parecido a ellos. Ambos eran rubios, aunque a mi abuelo no se le notaba mucho por los cabellos grises que se habían adueñado de su cabellera. Él tenía el color de ojos de mamá y ella la misma nariz y pómulos. El resto era una mezcla.

ꟷTodavía podemos huir, no nos han visto ꟷsusurró Tyler.

Agarró mi mano y le dio un leve apretón que me reconfortó. Dirigí mi mirada a él, portaba una sonrisa tranquilizadora y se había quitado las gafas de sol para mirarme a los ojos. Lucía cansado pero no tanto como lo habría estado de no haber dormido durante las siete horas y media de viaje. Era un pésimo compañero de avión.

ꟷ¿Y a dónde iríamos?

ꟷ¿Tailandia? ꟷPropuso.

Sonreí.

ꟷ¿Australia? Me gustaría conocer Sídney ꟷcontinuó.

ꟷHe escuchado decir que los australianos son atractivos.

Blanqueó los ojos y soltó mi mano como si le hubiese causado repulsión. Su reacción me hizo reír y fue ese sonido lo que trajo la atención de mis abuelos.

Bien, ya no había escapatoria.

ꟷ¡Genesis! ꟷExclamó mi abuela.

Le dediqué una sonrisa que debió verse bastante tensa porque así fue como la sentí, a pesar de ello no pareció importarle. Se adelantó hasta llegar a donde nos encontrábamos y me rodeó en un abrazo. Su perfume floral invadió mi olfato y me permití cerrar los ojos al sentir el delicioso aroma. Me tomó por los hombros pocos después y me obsequió una sonrisa.

Daisy Ross era lo opuesto a Meredith Allen. Mi abuela paterna siempre había vestido sencilla, casual y el maquillaje nunca había sido lo suyo. Olía a café o chocolate. Mi abuela materna, por el contrario, era la viva imagen de la elegancia y de la buena vida. Su piel era tersa, sus ojos brillantes y su maquillaje tranquilo pero perfecto. Me recordaba más a mamá de lo que me hubiese gustado admitir.

ꟷEstoy muy feliz de verte aquí.

Su acento era marcado solo que no tanto como cabía esperar de una persona que había vivido por más de veinte años en el Reino Unido.

ꟷGracias.

«Vaya, que buena respuesta. Diez felicitado, Genesis».

ꟷHola, Gennie ꟷdijo mi abuelo sonriendoꟷ. Me alegra saber que han llegado sanos y salvos.

ꟷEs una aerolínea muy confiable.

Sí, el jet lag me estaba volviendo estúpida.

ꟷLo es. ꟷSonrió.

Su abrazo fue menos efusivo y en cierta medida me agradó más. Él también lucía un poco incómodo como si temiera meter la pata. Quizás de allí provenían mis genes defectuosos. No que el fuera defectuoso pero se entiende.

ꟷTú debes ser Tyler Murphy.

Demonios, me había olvidado de presentarlo. Al menos Daisy también parecía tener mejores modales que yo.

ꟷAh, sí. Daisy, Artie, él es mi mejor amigo Tyler.

Ty les sonrió con amabilidad luciendo tan encantador como solo él podía simular. Recibió el abrazo de mi abuela y el apretón de manos de mi abuelo, y no pareció sentirse incómodo en ningún momento. Incluso tuvo tiempo para dedicarme una sonrisa a mí lo cual agradecí inmensamente.

Quizás lo perdonaría por haberme llamado dementor.

ꟷ¿Cuándo llegarán tus otros amigos, Gennie?

ꟷEn un mes.

Taylor y Theo no habían podido acompañarnos. Mi novio se había ido de gira con su banda por el oeste del país y Theo había conseguido una práctica de un mes en un equipo de la NBA lo cual era el primer paso para volverse un jugador profesional. En consecuencia, éramos Tyler y yo. Las cosas podían salir muy bien o muy mal.

ꟷBueno, creo que es hora de ir a casa. Deben estar agotados, pueden dormir si lo desean al llegar aunque les aconsejaría no hacerlo o no podrán acostumbrarse al cambio de horario.

Sí, definitivamente Artie era mi versión masculina. Hablaba sin parar y soltaba datos que a nadie le importaban cuando parecía sentirse nervioso. Pobre alma en desgracia si era la mitad de torpe que yo.

ꟷYo no tengo sueño ꟷdeclaró Tyler.

ꟷEso es porque dormiste todo el viaje.

ꟷ¿Puedes culparme, G? Esos asientos eran como el paraíso.

ꟷSí, puedo culparte y lo hago. Tuve que mirar tres películas para no morir de aburrimiento.

Mi amigo chasqueó la lengua restándole importancia.

Permití que mi abuelo tomara mi maleta y que mi abuela llevara mi bolso de mano. Parecían necesitar sentirse útiles y yo la verdad estaba agotada de cargar con bolsos. A diferencia de Ty, yo sí me sentía cansada. No había pegado un ojo en todo el vuelo repasando lo que sabía de la familia de mi madre, que era muy poco dicho sea de paso.

Mi abuelo, Arthur también conocido como Artie, era profesor en un respetado internado masculino. Era el jefe de casa de unos de los dormitorios por lo que solo vivía con mi abuela los fines de semana. Daba clases de física y química.

Mi abuela materna era profesora de literatura en la universidad de Oxford y allí vivía durante el ciclo lectivo.

No sabía por qué habían vivido en Rose Valley durante la infancia y adolescencia de mi madre así como tampoco sabía qué los había llevado a marcharse del pueblo. Era bastante obvio que tenían buenos estudios y por eso buenos trabajos. Sin dudas, eran un misterio.

También sabía que su apellido era Ross. Bueno, el de mi abuelo. El apellido de soltera de mi abuela era Sully.

ꟷ¿Tienen hambre? ꟷPreguntó Daisyꟷ. Le he pedido a nuestro chef que les prepare un típico desayuno inglés.

ꟷ¿Tienen un chef?

La sorpresa en mi voz fue bastante obvia y a ellos no pareció molestarles; sin embargo, Tyler me dio un leve codazo que me hizo reaccionar.

ꟷDigo, estupendo. Muero de hambre.

Finalmente llegamos al exterior y nos condujeron hacia un Mercedes Benz clase C sedán último modelo de un precioso color negro brillante. Era un poco tonto pero ver el vehículo me dio tranquilidad, si tenían uno de esos era porque no les faltaba dinero y no me habían contactado por la fortuna de mis padres.

Repasar mentalmente las características del automóvil también me tranquilizó. Eso debía agradecérselo a mi difunto padre, conocimientos que no me importaban y que igual no podía dejar de adquirir.

ꟷLes gustará la casa ꟷcomentó mi abueloꟷ. Es grande por lo que no tendrán que cruzarse a diario con nosotros, tienen sus propias habitaciones y piscina. Solemos tener jóvenes de intercambio por lo que está acondicionada para que pasen los mejores meses de su vida.

ꟷSuena bien, Artie.

Él me sonrió y de paso me abrió la puerta trasera para subir. Tyler se deslizó tras de mí y quedamos por unos momentos solos mientras ellos guardaban nuestros bolsos en la cajuela.

ꟷAl menos no son vampiros ꟷsusurróꟷ o no podrían estar al sol.

ꟷTodavía queda averiguar si son robots ꟷbromeé.

El recorrido desde el aeropuerto LCY hasta el barrio donde mis abuelos vivían fue largo. Una hora en la que tuvimos la dicha de observar los edificios que nos envolvían mientras manteníamos conversaciones tontas sobre la comida, el viaje y los aviones nuevos. La ciudad parecía mágica, no se podía comparar en nada con las grandes metrópolis de Estados Unidos.

Cuando creí que iba a terminar durmiéndome en el asiento, mi abuelo redujo la velocidad para ingresar a una calle residencial. No tardó en encontrar la vivienda y abrí los ojos tanto como pude para no perderme ningún detalle. Era una construcción bastante grande, de tres pisos y blanca con ese estilo regencia que esperaba encontrar en el Reino Unido. Tenía una enredadera con flores violetas alrededor de la planta baja y una linda puertita negra brillante. Estaba bordeada por arbustos que creaban un camino desde la acera hasta el interior.

Me sentí como Bridget Jones con líos amorosos y todo.

ꟷ¿Te gusta? ꟷInquirió Daisy al notar mis ojos de soñadora.

ꟷMe encanta ꟷadmití.

ꟷ¿Acaso toda tu familia es rica? ꟷMurmuró Tyler en mi dirección y no pude llevarle la contraria.

Estaba acostumbrada a lo ostentoso y al dinero, muchos de los amigos de mis padres eran personas adineradas y yo me había criado en una mansión en Los Ángeles, pero esa casa era distinta. Tenía un estilo más elegante y antiguo, más de realeza.

ꟷLes mostraré la casa ꟷanunció Artie cuando detuvo el coche al lado de la entrada.

Bajé del automóvil aún asombrada y seguí a mis abuelos y a Tyler hacia la puerta. Subí los cuatro escalones que elevaban la entrada y nuevamente separé los labios con asombro al entrar. No había visto nada como eso, el estilo era increíble y la decoración, preciosa y elegante. Blanco impoluto combinado con un color wengué claro, habían muchos floreros con rosas blancas y libros por doquier.

ꟷAquí está la sala de estar formal ꟷexplicó mi abueloꟷ. La utilizamos solo cuando hay visitas y no queremos que pasen mucho tiempo aquí. Por allá está la cocina y el comedor, encontrarán siempre a alguien dispuesto a prepararles un aperitivo. Si continúan por este pasillo en línea recta verán el jardín, la piscina y el living al aire libre. Hacia la izquierda hay un baño, nuestras oficinas y la segunda sala de estar donde hay televisión.

Caminó por el lugar mientras nos enseñaba cada espacio. Lucía entusiasmado como si hablar de algo que conociera lo ayudara a relajarse y olvidarse de que tenía a dos completos extraños en su casa.

ꟷEn el primer piso están las habitaciones y en el segundo hay un área de descanso que preparamos para ustedes y más habitaciones. Pueden quedarse allí si quieren tener más privacidad o en el primero con nosotros.

ꟷGracias, Artie. Seguro estaremos cómodos en cualquier lado. Todo suena mejor que un dormitorio en una residencia estudiantil.

Mi respuesta pareció gustarle y me dedicó una sonrisa animada.

ꟷCallahan llevará sus maletas luego a donde decidan ꟷcomentó mi abuelaꟷ, ahora vamos por algo de comer así recuperan energías.

ꟷEspera, Daisy ꟷinterrumpió mi abueloꟷ. Creo que ya han llegado nuestros invitados. ¿Les gustaría abrirles, Genesis y Tyler?

Ty y yo compartimos una mirada de confusión y nos encogimos de hombros sin saber qué decir. Fui la primera en dar un paso hacia la puerta y él me siguió de cerca mientras mis abuelos nos observaban con una sonrisa cómplice. No entendía a qué se debía tanto misterio, a menos que la banda australiana 5 Seconds Of Summer estuviese esperándonos del otro lado, nada podía sorprenderme.

Abrí la puerta de un tirón y ambos salimos en el momento justo en que un Mercedes-AMG G63 verde petróleo ingresaba por el camino de grava. Se detuvo poco después y por unos segundos pude ver todo en cámara lenta.

Extrañaba los momentos slow motion.

Tres muchachos descendieron a la misma vez de la SUV y se movieron con tanta soltura que parecieron modelos desfilando en una pasarela de alta costura. Moví mis ojos de izquierda a derecha y de vuelta mientras recorría cada una de sus figuras en un intento de determinar a quién quería analizar primero.

Bien, quizás no eran los miembros de la banda pero se veían mil veces mejor que ellos. Y estaba bastante asombrada.

«Hola Dios, soy yo de nuevo. Esta vez solo quiero agradecerle por estos maravillosos ejemplares».

ꟷDebe ser una puta broma ꟷsiseó Tyler.

No tuve tiempo para contestar porque tres pares de ojos se posaron sobre mí y tres sonrisas me fueron dedicadas.

Estaba a punto de sufrir un desmayo.

Buenas, buenas.

No se detenga, siga leyendo y disfrutando la historia. Encontrará algunas aclaraciones al final del próximo capítulo en la nota de autora.

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