Estaba llorando, de nuevo. No había podido dejar de llorar desde que Theo nos había confesado sus planes y me sentía tan idiota por lagrimear a cada rato. Sabía que era una oportunidad única para él y estaba tan contenta que no podía dejar de sonreírle, pero a la misma vez la idea de tenerlo lejos me producía un malestar horrible. Sentía que una de mis peores pesadillas se estaba volviendo realidad y estaba aterrada hasta la médula.

ꟷNo puedo creer que te quedes ꟷsusurré.

ꟷLo sé, pero estaré bien.

ꟷEs que...

Sorbí por la nariz y Theo giró hacia mí para dedicarme una sonrisa. Hasta ese momento había estado estudiando la página de la universidad desde su laptop sonriendo como un chiquillo en la mañana de Navidad y leyéndome datos que consideraba interesantes sobre Oxford.

ꟷPequeñita, realmente estaré bien ꟷme tranquilizó con voz calmaꟷ. Ya hemos discutido esto, cada hora de los últimos diez días.

ꟷLo sé, lo sé ꟷchillé secándome las lágrimasꟷ, pero es tan triste y tan emocionante a la vez. ¡Me perderé tanto de tu vida!

Blanqueó los ojos con diversión y se deslizó con la silla con rueditas hacia la cama que era donde yo me encontraba sentada. Colocó sus manos en mis rodillas y sobó sus palmas cálidas contra mi piel en una caricia tranquilizadora.

ꟷSi lo piensas, San Francisco y Londres están casi a la misma distancia de Massachusetts. Podrás visitarme algunas veces al año y yo te visitaré en las fiestas de fin de año.

ꟷTienes razón.

ꟷY hablaremos por videollamada, será casi como si siguiera viviendo en Estados Unidos.

ꟷSolo que nos separará un océano ꟷle recordé.

ꟷY antes nos separaba un país completo.

Asentí con la cabeza y le dediqué una sonrisa de labios cerrados. Subió una de sus manos hacia mi rostro y limpió los restos de lágrimas sin borrar la curvatura de sus labios. Sus lindos ojos azules encontraron los míos y mientras acariciaba mi cabello soltó unas palabras que se grabaron a fuego en mi memoria.

ꟷGenesis Allen, eres la chica más rara e interesante que conocí en la vida, y también mi mejor amiga. Desde el día en que te vi supe que lo que sucediera entre nosotros sería para siempre. No voy a desaparecer de tu vida y tú siempre tendrás un lugar en la mía. La distancia es solo un obstáculo, pero, ¿desde cuándo los obstáculos te derriban? ꟷSonrióꟷ. Estoy seguro que seguirás alborotando mi día a día de maneras extrañas que me harán sonreír y que siempre conseguirás estar al tanto de lo que me sucede. Eres el tipo de dolor de cabeza que no desaparece con una píldora y estoy feliz de sufrir los efectos de tu amistad.

ꟷMe harás llorar de nuevo ꟷmurmuré.

Rió por lo bajo y me atrajo hacia sí en un abrazo apretado. Descansé mi cabeza sobre su hombro y me aferré a su camiseta mientras él acariciaba mi espalda con ternura. ¿Cómo podría vivir sin esos abrazos reparadores? Pero él tenía razón, la distancia entre el MIT y su antiguo hogar y el nuevo era casi la misma, si habíamos podido vernos con regularidad en nuestro primer año universitario, seguramente lograríamos seguir haciéndolo.

ꟷ¿Necesitas que diga algo más para tranquilizarte?

ꟷNo, por hoy es suficiente.

ꟷMañana prepararé otro discurso.

Fue mi turno de reír y él se apartó de mí en ese momento. Había estado lamentando su partida desde su confesión y, como siempre, mi grandote se había encargado de consolarme.

ꟷ¿Qué discurso preparaste para tu madre?

Sonrió y volvió a deslizarse hacia el escritorio. Le había hablado de sus planes a sus padres antes que a nosotros; sin embargo, no había mencionado mucho del tema.

ꟷUtilicé casi las mismas palabras que contigo.

ꟷEso es trampa.

ꟷBueno, te comportas como mi madre, pequeñita ꟷme recordó con buen humorꟷ. Maté dos pájaros de un tiro.

Sí, a veces me tomaba muy en serio el papel de mamá oso.

ꟷ¿Lloró mucho al igual que tu madre postiza? ꟷMe señalé para que supiera que su madre postiza era yo.

ꟷSí, también soltó un montón de palabrotas que nunca había imaginado escuchar de su boca. Después de tres minutos en los que pasó del llanto, al enojo y luego a la felicidad, me hizo prometer que pasaría la Navidad en Rose Valley cada año.

ꟷComo Tyler.

ꟷDos pájaros de un tiro ꟷrepitió.

ꟷEres un chico listo, sobrevivirás en este continente viejo.

ꟷEso es lo que he intentado decirte por la última semana, pequeñita.

Me burlé de él haciendo caras exageradas que provocaron que carcajadas melodiosas escaparan de sus labios iluminando su rostro y la habitación por completo. Theo tenía ese súper poder, podía transformar el ambiente con una sonrisa y su presencia quedaba grabada para siempre en el corazón de los que habían tenido el placer de conocerlo. Y eso era algo que nunca iba a cambiar.

ꟷBien, James vendrá por nosotros en quince minutos ꟷcomentó apagando su computadoraꟷ. ¿Estás lista para tu primera cabalgata?

ꟷSiempre lista como una niña exploradora.

ꟷEspero que no te caigas.

Le dediqué una mirada de pocos amigos que no pareció afectarle ni un poquito.

ꟷNo soy tan torpe.

ꟷLo dice la chica que durante todo el año casi cayó en las fuentes del MIT.

ꟷYa se los he dicho, era culpa de Tyler por llamarme en momentos inoportunos.

ꟷNo culpes a los que no están presentes, es de mala educación.

ꟷEs estrategia.

Negó con la cabeza en un gesto con el que parecía cuestionarse mi cordura. Se puso de pie y yo hice lo mismo, teníamos un almuerzo con James en el club de polo y una cabalgata pendiente. Esa sería mi primera vez en el club luego de la pelea con la novia de Jaden, ex novia según me había hecho saber el chismoso de Theo, y me sentía un poco nerviosa.

Taylor y Tyler no irían con nosotros sino que nos encontrarían luego para una fiesta que Buda había organizado en honor a Theo. Mi novio tenía una reunión con su futura jefa para proponerle algunas estrategias de trabajo y Tyler tenía una cita online con Emma.

En definitiva, éramos Theo y yo. No me molestaba estar a sola con él, quería exprimir al máximo el tiempo que nos quedaba juntos, poder llenar mi mente de recuerdos a los que aferrarme cuando lo extrañara y abrazarlo tanto como fuera posible.

El sol quemaba mi piel y calentaba mi cuerpo hasta volverlo un horno, las botas de cuero no ayudaban en nada y sentía el rostro ligeramente sonrojado. Ni con todo el protector solar del mundo podría pasar esa tarde sin broncearme el rostro.

Theo caminaba a mi lado vestido al igual que yo con pantalones largos blancos, una camiseta estilo polo color azul oscuro, botas de cuero de media caña marrones y un casco gracioso. Julian llevaba su propio uniforme que lo hacía ver menos soso que a nosotros. Él lucía bien, Theo también lo hacía a pesar de mostrarse incómodo. ¿Yo? Yo lucía como alguien disfrazado.

Por fortuna, no tardamos en ingresar a una amplia y extensa edificación rectangular de madera y hormigón. El ligero olor a estiércol, alimento balanceado y paja llegó a mí y no pude evitar fruncir la nariz. No era precisamente un olor horrible; no obstante, no era algo que deseaba sentir durante mucho tiempo.

ꟷEsta yegua pertenece a mi hermana ꟷexplicó Jamieꟷ. Su nombre es Nube, es muy dócil y podrás cabalgarla sin problema. Se lleva mejor con las mujeres por alguna razón y sé que a Mac no le molestará que la uses.

ꟷ¿Nube?

ꟷAsí es.

Abrió la puerta de madera que mantenía al animal dentro del establo y la retiró de su zona con cuidado. Acarició el brillante pelaje del caballo y estiró su mano en mi dirección para que me acercara. Y eso fue exactamente lo que hice. Recorrí la frente del animal con mis dedos, acariciando ese punto de su rostro en el cual poseía una mancha negra.

ꟷ¿Por qué se llama Nube si es marrón? ꟷQuise saber sin dejar de acariciarla.

ꟷPorque... ꟷFrunció el ceño y negó con la cabezaꟷ. La verdad no lo sé, la próxima vez que vea a su dueña se lo preguntaré.

ꟷQuizás tu hermana ve nubes distintas.

Sonrió y me dejó a cargo de la yegua mientras abría otro establo para extraer a su caballo y al de Theo. Al grandote le asignó un semental negro brillante que medía casi lo mismo que él y Jamie tomó su propio caballo rojizo que, según mencionó, le habían obsequiado al cumplir los dieciséis años.

Un muchacho no mucho mayor que nosotros se encargó de ensillarlos y sacarlos del pasillo hacia el aérea exterior para que pudiéramos montarlos. Si bien James conocía el lugar y era un socio que pasaba gran parte del tiempo en el club, el instructor debía acompañarnos para guiarnos a Theo y a mí.

ꟷMontarse es sencillo, pero puedes decirme si necesitas ayuda, Genie.

ꟷLo tengo cubierto. Gracias.

Le sonreí para tranquilizarlo y luego posé mi mirada en Nube que esperaba tranquila a que me subiera en su espalda. Pobre animalito, debería estar corriendo en una pradera y no ser utilizado para caminatas.

ꟷSabes que debes subirte hoy, ¿verdad?

ꟷSí, es solo que... ꟷMe aclaré la garganta y le dediqué una mirada de disculpaꟷ. No siento que Nube disfrute de este paseo.

ꟷEsta es la vida que Nube conoce, Genie. Si no la montas tú, alguien más tendrá que hacerlo porque es perjudicial para su salud mantenerse quieta.

ꟷ¿Y por qué no la liberan?

Mi pregunta no pareció molestarle y posó una mano sobre mi hombro mientras me dedicaba una sonrisa. Theo nos observaba con atención, sospechaba que tenía la misma duda que yo.

ꟷPorque no sabe vivir como un caballo salvaje, no sabe asegurarse su comida ni encontrar un buen lugar donde dormir ꟷme explicó con tranquilidadꟷ. Moriría en pocas semanas y puedo asegurarte que aquí la tratan perfectamente. No está siempre en su establo, hoy la han traído para que puedas montarla.

ꟷ¿El calor no le afectará?

ꟷIremos por una zona arbolada.

Miré los ojos de la yegua y me debatí internamente si debía o no subirme a ella. James sabía mucho más de caballos que yo y no parecía estar mintiendo, no tenía razones para dudar de él.

ꟷBien, pero solo si la dejamos descansar cada pocos kilómetros.

ꟷLo prometo.

Le sonreí y acepté su ayuda para montarme. Sabía que debía colocar mi pie izquierdo sobre el círculo ese que colgaba y agarrarme con fuerza de la parte que sobresalía del asiento para impulsarme. Eso fue exactamente lo que hice y sonreí con suficiencia cuando quedé correctamente sentada.

ꟷTienes talento nato.

ꟷSolo me he sentado, Jamie.

ꟷEs mucho más de lo que algunas personas logran.

No tardamos en ponernos en marcha y tal como lo prometió, avanzamos por un área boscosa donde el sol no llegaba a penetrar con toda su fuerza. Nube caminaba con tranquilidad, sin apuro y sin quejarse. Jamie dirigía la marcha ubicándose en el centro de los tres mientras que el instructor avanzaba unos pocos metros atrás para brindarnos privacidad.

ꟷEntonces tienes una hermana de tu misma edad ꟷcomenté con la finalidad de sacar un tema de conversación.

ꟷAsí es, aunque técnicamente es mi media hermana.

ꟷ¿Y por qué no la hemos conocido? ꟷQuiso saber Theo.

ꟷ¿Estás interesado en mi hermana, hombre?

El castaño hizo bailar sus cejas de arriba hacia abajo provocando que mi amigo riera y negara con la cabeza.

ꟷ¿Cómo podría interesarme por alguien que no he visto ni de la que he escuchado más que su nombre?

ꟷBuen punto. ꟷSonrióꟷ. Mackenzie vive en Francia con su madre y suele viajar a Inglaterra en los veranos para visitar a su abuela, pero ella no vive en el centro de Londres por lo que no frecuentamos los mismos lugares.

ꟷ¿No has ido a visitarla?

ꟷElla y yo tenemos una relación rara, Genie. No somos como los hermanos normales. Sí, compartimos sangre, el color de ojos y el día de nacimiento, pero eso es todo. No nos criamos juntos y los únicos recuerdos que compartimos son de vacaciones que nuestro padre nos obligó a tomar como una familia. Ella es increíble, sumamente agradable, pero no somos cercanos.

ꟷOh, entiendo. Lamento si te incomodé.

Se encogió de hombros.

ꟷCreo que ustedes se llevarían bien.

ꟷ¿Si? ꟷSonreíꟷ. ¿Y por qué lo dices?

ꟷNo lo sé, tienen una energía similar.

ꟷSupongo que tarde o temprano la conoceré si viviré contigo, Jamie.

ꟷSí, intenta no coquetear con ella ꟷle advirtió al rubio reprimiendo una sonrisaꟷ. Julian puede afirmar que no recibe muy bien los cumplidos.

ꟷAnotado.

ꟷYo digo que le coquetees, grandote. Nadie puede resistirse a tus encantos.

ꟷCréeme, ella lo hará.

Por las próximas horas cabalgamos con descansos en el medio, conversando sobre la vida que Theo llevaría en Inglaterra junto a James y compartiendo historias universitarias. No conocía mucho a Jamie, había tenido el placer de entablar una amistad con él en dos meses, aun así sabía que mi amigo estaría a salvo y cómodo con él.

A Theo le esperaban muchas aventuras en el Reino Unido y esperaba que todas ellas lo hicieran feliz.

¡Hola, gente muy bella! Primero que nada, ¡feliz día de la mujer! No dejen de luchar por sus sueños y sus derechos.

Ahora bien, ¡empezamos la cuenta regresiva! Queda muy poquito para el final de esta historia y el comienzo de la historia de Theo. Y hablando de Theo, hoy les digo finalmente quién es la protagonista de su libros y esta es...

¡MACKENZIE DANKWORTH!

Sí, quizás no tendrán Themie, pero sí algo mejor. Yo creo que la van a amar y les va a sacar más de una sonrisa. Si quieren ya pueden encontrarla en instagram como @kenziedankworth y pueden saber un poco más de ella.

¿Les ha gustado el capítulo? ¿Están listas para el drama? ¿Le creerán a G o a Don Dramas?

Muchas gracias por leer, votar y comentar. Gracias por su apoyo y cariño. ¡Las amo!

MUAK!