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Cuarta Parte

Senku estaba observando con mucha atención el patético mapa que había logrado armar juntando solo un par de reportes de avistamientos de osos en el último año. No era ni un milímetro preciso pero pareciera ser su única opción.

Mientras lidiaba con la jaqueca de pensar dónde comenzar la cacería, oyó un golpe en la puerta y rodó los ojos.

El único que se molestaba en golpear la puerta en vez de simplemente pasar en este mundo de piedra era Ukyo.

—Adelante.

—Senku. —El arquero se acercó a él con una mirada muy seria—. Tengo información sobre la ubicación de los osos.

—¿Con qué sí? —Sonrió ladinamente, feliz de no tener que depender de ese patético mapa poco preciso—. ¡Diez billones de puntos para ti!

—Tenías razón en que Kohaku sabe dónde encontrarlos. Escuche la información de ella... —Senku agrandó su sonrisa—. Porque se lo dijo a Titan. —Ante eso, la sonrisa de Senku se desvaneció.

¿Qué?

—Él logró convencerla de darle la ubicación. Aunque aún es una zona muy grande pero sin duda reduce mucho las posibilidades. Puedo señalar la zona en el mapa...

—¿Escuchaste su conversación? ¿De qué tanto hablaban? ¿Él la sobornó como hizo con Chrome?

Ukyo suspiró, decidiendo adelantarse y quitarle el lápiz de las manos para marcar el área en el mapa.

—¿De verdad quieres saber eso, Senku? —Lo miro de reojo.

Noto como tensaba la mandíbula.

—Solo habla.

—Titan le dijo que quería la información para derrotarte. Para que tú los dejes ser felices. Ellos estaban paseando juntos... parecen llevarse muy bien.

Volteó su cabeza hacia Senku luego de terminar de señalar el área en el mapa, viéndolo completamente inmóvil, con la expresión en blanco.

Cuando finalmente reaccionó, frunció el ceño con tanta intensidad que se le marcaron todas las arrugas de su frente, y tomó el mapa con brusquedad, para luego darle la espalda.

—Gracias por la información. Avísame si escuchas algo más.

Ukyo suspiró una vez más.

Después de escuchar todo lo que pasó entre Kohaku y Titan, había dudado si decirle o no a Senku. Sabía que se molestaría, pero le era leal por más ridícula que fuera la situación.

"Y pensar que todo se solucionaría si simplemente Senku y Kohaku fueran sinceros respecto a sus sentimientos", pensó con resignación, antes de retirarse a seguir su guardia.

A la mañana siguiente Senku marchó junto a Kinro y Ginro a cazar, pero primero revisaron las trampas, sonriendo emocionados al ver que si habían logrado atrapar conejos esa vez.

—¿Tenemos al menos un macho y una hembra? —preguntó Senku.

—Son tres machos y una hembra, tuvimos suerte de que varios cayeron —contestó Kinro.

—Ahora solo nos falta un venado hembra y los leones. Sin mencionar los osos que serán más difícil.

—¡¿Y por qué tenemos que ir contigo si tú debes cazar sin ayuda?! —se quejó Ginro luego de lanzar un agudo chillido.

—Por seguridad, no quiero que un león me ataque por la espalda mientras me concentro en los que tengo delante. —Rascó su oído con indiferencia—. Hoy vamos a ir tras los leones y si vemos un ciervo hembra mejor. Mañana iremos por los osos. Se nos está acabando el tiempo.

—¡Eso es muy peligroso, nos matarán, no quiero ir!

—¡Ginro, obedece! ¡Las reglas son las reglas!

Salieron a cazar a los leones, acercándose peligrosamente a su hábitat, ocultos entre arbustos. Estaban armados solo con sus pistolas de aire comprimido, las lanzas de ambos hermanos y el escudo de Kinro.

—Debemos ser cuidadosos, el veneno tardará en matarlo. Por eso hay que dispararle desde lejos y no hacer notar nuestra presencia.

—Por cierto, Senku... —Ginro lo miró con ojos entrecerrados—. ¿No es una mala idea envenenarlo? Se supone que debemos usar su carne para el festín de la boda.

—Dijeron que debo cazar a los malditos animales, no que deben ser comestibles. —Sonrió diabólicamente.

Sorprendentemente, no fue tan difícil dispararle al león macho. Estaba echado en una piedra plana, durmiendo de lo lindo. Incluso aunque Senku falló el primer tiro, el segundo lo acertó y el león pareció ni notarlo al principio, aunque luego empezó a agonizar por supuesto. Lo difícil fue ir tras la leona.

Senku falló varios tiros, y a diferencia del león la hembra estaba en movimiento todo el tiempo. Estuvo un largo rato intentando dispararle hasta que finalmente la leona se sentó y Senku por fin pudo atinarle.

Luego el problema fue ir tras los cadáveres. Habían otros tres leones, no cachorros pero tampoco completamente adultos. Kinro y Ginro no podrían con ellos, y Senku tampoco deseaba matar más animales en vano.

A Senku se le ocurrió arrojarles una bomba de sonido después de un tiempo, espantando exitosamente a los casi cachorros.

Kinro y Ginro corrieron rápidamente a recoger los cuerpos, y los tres regresaron agotados al laboratorio cargando su nueva adquisición.

—Tengo las liebres. Los leones. Un ciervo macho. —Senku comenzó a garabatear en una libreta—. Falta la pareja de osos y un ciervo hembra. Muy bien, ¡continuemos con la cacería! —Se levantó para seguir cazando aunque solo descansaron unos minutos.

—¡¿QUÉ?! —Ginro de inmediato se quejó—. ¡No hay forma! ¡Estuvimos cargando a esas bestias todo el camino hasta aquí! ¡Merecemos descansar más!

—Vamos, Ginro. —A pesar del cansancio, Kinro se puso en pie sin dudar—. Las reglas son las reglas.

—¡NOOOOOOO! —No dejó de lloriquear mientras su hermano lo arrastraba lejos.

Fueron al área donde deberían estar a los osos, buscando por horas sin encontrar nada hasta que Senku no pudo más y tuvieron que regresar.

Fue un día productivo, pero ya era el tercero y solo tenía cinco días. No podía darse el lujo de descansar. Al menos no por mucho tiempo.

Mañana tendría que acabar con esto sí o sí. ¡Y lo lograría sin que ese idiota enamorado pudiera hacer nada para impedirlo!

.

Ese tercer día, después de ayudar a Chrome en todo lo que podía para hacer las pistolas de aire comprimido, Titan no pudo evitar dejar un poco de lado la búsqueda de los osos para pasar más tiempo con su amada Kohaku.

Se la pasó toda la tarde corriendo alrededor de ella, haciéndole preguntas sobre todo y contándole sobre todas las cosas que ella no sabía debido a esos años en los que estuvieron separados porque sus caminos fueron en direcciones distintas aún perteneciendo a una aldea tan pequeña.

Kohaku sin duda había vivido cosas más emocionantes, su vida de pescador no tenía mucho de interesante. Le gustaba escuchar hablar a Kohaku, pero no podía evitar hacer una mueca cada vez que ella nombraba a Senku.

Y ella lo nombraba mucho, así que luego de un rato todo lo que podían ver los que pasaban cerca era a Kohaku muy alegre hablando de Senku mientras Titan la seguía con los labios permanentemente torcidos.

Luego de un rato, cuando finalmente había logrado cambiar de tema y sonreír junto a Kohaku hablando de su infancia, su mejor amigo Ganen llegó a avisarle que Chrome lo llamaba.

Se despidió de su amada y fue con su otro amigo de la infancia, que le informó que las pistolas de aire comprimido ya estaban listas.

Titan se cargó dos al hombro y salió solo en busca de los osos, aunque nervioso pero decidido.

Desgraciadamente no halló nada, pero se consoló con que mañana volvería a intentarlo y no fallaría, ¡ya que su determinación impulsada por el amor era mucho más grande que los motivos egoístas de Senku!

Por mientras, seguiría adelante con su plan para sabotear a Senku.

Esa noche después de la cena encontró a Kinro y Ginro y se acercó a ellos con una sonrisa amistosa.

También eran sus amigos de la infancia, después de todo.

Tenía pensado hacerlos cambiar de bando también, pero Kinro lo rechazó de buenas a primera.

—No.

—¡Por favor! ¡Haré todo su trabajo por ustedes durante un mes!

—¡Yo sí quie...!... —Kinro calló a su hermano de un golpe en la cabeza.

—No.

—Pero...

—No.

—¡Oh, vamos!

—Senku es el jefe de la Aldea, él es quien hace las reglas. Y las reglas son las reglas. —Lo miró mortalmente serio.

Titan se desinfló completamente desanimado.

Rayos.

Su plan de reclutar esta vez fue un completo fracaso.

Vio el rostro anhelante de Ginro mientras su hermano lo arrastraba lejos y decidió hacer un último intento.

—¡Ginro, si evitas que Senku caze los animales que le falta aún haré todo tu trabajo por ti!... ¡Por dos meses!

Ginro sonrió inmensamente, aunque cambió su expresión a una de nerviosismo puro cuando Kinro volteó a verlo con reprobación.

Titan sonrió satisfecho.

Esperaba que eso fuera suficiente para sabotear aunque fuera un poco a Senku.

.

Para Senku, el cuarto día de cacería comenzó muy temprano, a las cuatro de la mañana ya empezó a revisar las trampas para el ciervo hembra.

Maldita sea... esto era algo absurdamente difícil.

No lo sería tanto si no tuviera que hacerlo solo, pero cazar definitivamente no era lo suyo. Siempre tuvo que depender de sus amigos y aliados para este tipo de cosas, y no era algo que le molestara. La ayuda era indiferencia para lograr sus objetivos, y en este caso la ayuda que podía recibir era limitada, aunque no tanto como el tiempo que le habían dado.

Ya mañana debía entregar todo o perdería... y si llegaba a perder...

Estuvo de mal humor mientras regresaba a la aldea, pero entonces captó de reojo una familiar coleta rubia y su cuerpo se giró casi en automático al lugar en donde ella estaba.

Hace días que no le hablaba...

—¡Vaya, Kohaku, realmente eres la persona más fuerte en la aldea! —Senku se detuvo abruptamente al verla con Titan, entrenando usando lanzas sin filo—. ¡Creo que eres demasiado para mí! —El tipejo repugnante rió alegremente cuando Kohaku logró desarmarlo y hacerlo caer al suelo en cuestión de segundos.

Senku retrocedió hasta ocultarse con unos árboles, viendo como ella se acercaba a ayudar a su enamorado imbécil a levantarse del suelo, tomando su mano.

Notó perfectamente como Titan aprovechó la oportunidad para envolver sus dedos con los de ella. La vio sonrojarse. Ella no se apartó de inmediato, sino que lo miró con nerviosismo hasta que él la soltó.

Senku aspiró aire por la nariz, para luego exhalarlo con fuerza y dar media vuelta, marchándose con los puños apretados.

" Titan le dijo que quería la información para derrotarte. Para que tú los dejes ser felices. Ellos estaban paseando juntos... parecen llevarse muy bien".

Le daba igual que esos dos quisieran tener su asquerosa boda forzada por la estúpida tradición, de todos modos no pensaba perder. Ya se había tomado demasiadas molestias como para retroceder ahora.

Además, no harían buena pareja para nada. Tal como ese tipejo dijo, Kohaku era demasiado para él.

Demasiado útil, demasiado buena, demasiado hermosa...

Frenó sus pasos de pronto, congelado ante sus propios pensamientos.

Gruñó, dándose una bofetada para dejar de pensar tonterías ilógicas. Entonces siguió su camino.

Una hora después, se reunió con Kinro, Ginro y también Ukyo para ayudarlo en esta cacería, la cacería definitiva para lograr la victoria.

No llevaban ni una hora en el bosque cuando Ukyo identificó una familia de ciervos cercana.

—Es una pena matar a la madre, pero probablemente sea tu única oportunidad —murmuró el arquero.

—Bambi puede odiarme todo lo que quiera, pero no dejaré escapar a su madre. —Rió de forma cruel y retorcida.

—¿Quién rayos es Bambi? —preguntaron los hermanos.

Mientras Ukyo les explicaba la triste historia del ciervo que perdió a su madre, Senku preparó el rifle de aire comprimido para dispararle a la hembra.

Ginro dejó de prestar atención a la historia de Ukyo en ese momento, recordando la propuesta de Titan.

Disimuladamente, se acercó a Senku, dándole un codazo cuando disparó, haciendo que el dardo se desviara y la familia de ciervos saliera corriendo lejos.

—¡Ginro! —Kinro de inmediato golpeó múltiples veces a su hermano, que solo pudo lloriquear.

—¡No puedo dejarla escapar! —Senku ignoró la disputa de los hermanos y corrió tras los ciervos.

Por supuesto que no tenía oportunidad, pero no había garantía de que pudiera encontrar otra hembra a tiempo y si llegara a perder...

Gruñó, corriendo con todas sus fuerzas y sacando de su bolsa una cuerda con dos trozos de madera atados en los extremos.

Había visto a Kohaku arrojar esa cosa y atrapar varios animales fácilmente. Ahora tenía un solo tiro y era una vergüenza en todo lo que requiriera habilidad física, pero si fallaba...

Tomó una gran bocanada de aire y corrió un poco más rápido para no perder de vista a la hembra, y en cuanto sintió que los pulmones ya casi no lo dejaban respirar, arrojó el arma directo a los pies de la hembra.

Apenas el arma abandonó sus manos, se tropezó con sus propios pies y cayó al suelo, luchando por respirar.

Ni siquiera vio si atrapó al estúpido animal, pero entonces Ukyo y Kinro lo ayudaron a levantarse y pudo ver algo muy parecido al orgullo en sus rostros.

—¿Lo atrapé?... —preguntó apenas recuperó un poco el aliento, sin ser capaz de siquiera alzar la cabeza y mirar.

—Lo hiciste. —Ukyo sonrió suavemente.

—No eres tan mal cazador, después de todo. —Kinro sonaba genuinamente impresionado.

—Definitivamente lo soy. —Rió entre dientes—. Moriría si intentara esto todos los días, diez billones por ciento seguro.

Le tomó una buena media hora recuperar el aliento, por mientras Kinro fue el que sacrificó al venado hembra y la llevó al laboratorio, de paso enviando a Suika con más agua para él ya que se la bebió toda.

Después de que Kinro regresara, le explicó lo que había pasado con Titan y que Ginro obviamente estaba muy tentado a unirse a él.

—Ginro...

Al escuchar la voz de Senku llamándolo con un tono macabro, Ginro tembló de pies a cabeza.

—Y-yo...

—Ginro, como pierda por tu culpa... —Se giró hacia él con una sonrisa espeluznante y sedienta de su sangre—. Le daré vacaciones a Taiju y todo su trabajo pasará a ser para ti, ya seas capaz de hacerlo o no.

Ginro chilló una vez más, temblando y suplicando por su vida.

Senku no le prestó atención.

Ese miserable de Titan... Pensar que se atrevía a sabotearlo de forma tan obvia y descarada.

Tenía mucha suerte de que no tuviera tiempo de sabotearlo ahora. Porque si quisiera ya lo habría dejado muy en la mierda.

"Da lo mismo... Probablemente en vez de cazar ese cachorrito enfermo de amor este babeando sobre Kohaku".

El pensamiento hizo que su gesto se agriara de inmediato.

Rápidamente se puso en pie e insistió en seguir con la cacería.

No quería perder más el tiempo.

Si bien la cacería le era increíblemente difícil, y hasta respetaba un poco a Titan por hacer todo solo y sin ayuda de la ciencia, no tenía pensado rendirse. No podía rendirse.

¡Tenía que ganar a toda costa!

E iba a ganar.

Pasaron el resto de la mañana buscando osos.

—Será difícil —declaró Senku—. Son animales solitarios y territoriales, aunque es posible encontrar un macho y una hembra cerca ya que los machos suelen ser más hostiles entre ellos. Aunque no es temporada de apareamiento, que yo sepa.

—¿No lo sabes? —Suika, que se había quedado con ellos, lo miro sorprendida.

—Por lo que sé de ellos, diría que no es temporada de apareamiento, pero sus hábitos pudieron haber cambiado en 3700 años, así que no puedo estar diez billones por ciento seguro. —Escarbó en su oído con el meñique.

—¿Y qué es apareamiento, por cierto? —preguntó la niña inocentemente.

—Es cuando...

—¡EH, creo que es hora de almorzar! —Ukyo, sabiendo que Senku solía no tener filtros al responder preguntas científicas, decidió interrumpirlo.

—Bien, pero que sea rápido. Nos estamos quedando sin tiempo.

.

Kohaku sonrió nerviosamente mientras almorzaba con Titan, Ganen, Chrome y Ruri.

Chrome le estaba contando a Ruri de las pistolas de aire comprimido y los dardos. Ganen estaba atragantándose con la comida. Y Titan no dejaba de mirar a Kohaku, hablándole sobre el futuro que tendrían en cuanto ganará.

—Sigo diciendo que no podrás ganar. —Ganen, el glotón de la Aldea, miró desconfiado a su mejor amigo—. Estuvimos buscando osos toda la mañana y no encontramos nada. Mañana se acaba el tiempo y no tienes ni un solo oso.

—¡Aún no me rindo! ¡Buscaré toda la noche sin descansar!

—Es difícil estar en el bosque de noche, Titan —masculló Kohaku seriamente—. Creo que sería mejor que no te arriesgues.

—¡Mi hermosa prometida se preocupa por mí! —La miró con ojos brillantes, haciéndola sonrojarse—. ¡No te preocupes! ¡Me aseguraré de ser cuidadoso!

—O Kohaku podría darte una ubicación más precisa —señaló Chrome—. Tú sabes dónde viven ¿verdad? Aún así diste una dirección muy amplia.

Kohaku apartó la mirada.

Era cierto que sabía dónde solían reunirse algunas osas con sus crías, y también sabía dónde encontrar un oso macho, ya que había descubierto la cueva de uno, pero... ¿realmente debía darles esa información?

Por lo que le dijo antes a Titan ya sentía que había dicho mucho. Además el área no era tan exageradamente grande, si buscaban unas horas deberían ser capaces de encontrar ese lago donde las osas y sus crías se paseaban, y la cueva también estaba muy a la vista.

Sabía de otro sitio donde encontrar un oso macho, pero ese estaba muy viejo, dudaba que contará para la cacería.

Además, si le decía la ubicación exacta a Titan, se sentiría mal por no decirle a Senku.

"Aunque ese bastardo pudo al menos intentar venir a preguntarme...".

Hace días que no veía a Senku... Sabía que seguía trabajando en la cacería, y ella estaba molesta por sus razones para desafiar a Titan, pero aún así echaba de menos ayudarlo en sus proyectos científicos. De hecho... lo echaba mucho de menos a él...

Gruñó molesta, dándole la espalda a todos.

Terminó de comer rápidamente y se puso en pie para marcharse a entrenar.

—¡Espera, Kohaku! —Titan la siguió de inmediato—. ¿Es cierto? ¿Sabes una ubicación más exacta? —Ella suspiró, antes de asentir—. ¡Eso es genial! ¿Podrías decírmelo? No sería trampa, ya que yo seré el que cace a los osos. Es solo una pequeña ayuda. —Sonrió con un guiño de ojo.

—Titan...

¿Por qué tenía que ponerla en esta situación?

¿Y por qué demonios se sentía como si decirle fuera traicionar a Senku?

¡Él solo la quería como mano de obra! ¡Todo lo que haría sería casarse con ella y divorciarse al instante para que nada se interpusiera en el trabajo! Era ridículo que ella lo pusiera al mismo nivel que Titan.

Entonces la pregunta era: ¿quería casarse con Titan o seguir siendo simple mano de obra incondicional para Senku?

—¡Por favor, Kohaku! —Titan tomó su mano, cortando su reflexión—. Te prometo que yo te haré feliz. ¡Yo lo daré todo por ti! ¡Cuando llegues cansada de trabajar, te prometo que haré todo porque te sientas mejor! ¡Te ayudaré a hacer la cena! ¡Te ayudaré a cuidar de nuestros hijos! ¡Y siempre voy a esperar por ti no importa cuánto te tardes! —Tomó su otra mano, acercándose más a su rostro—. Haré que te enamores de mí, lo prometo. Solo dame la oportunidad. —Le sonrió con entusiasmo y determinación.

Kohaku lo miró atentamente, y una parte de ella se sintió conmovida y halagada. Esto de tener un enamorado era una sensación bella. Ser tratada como una chica hermosa era nuevo y le gustaba. Pero no podía dejar de pensar que realmente no sentía que alguna vez podría enamorarse de él.

¿Algún día confiaría con su vida en Titan? ¿Algún día le bastaría con solo mirarlo para saber cómo se sentía? ¿Alguna vez podría leer sus expresiones y sentir que el mundo se iluminaba cuando él le sonreía y la felicitaba por un trabajo bien hecho? ¿Alguna vez sentiría que quería estar a su lado y hacerlo sentir que tenía su apoyo incondicional?

Oh, esperen... ¿estaba pensando en Titan o en Senku?

Maldita sea... su mente estaba hecha un completo caos.

—Titan... —Suspiró profundamente—. Mira, te diré dónde encontrar a un oso macho. Pero nada más que eso, ¿sí?

De cierta forma no quería decirle que no, pero tampoco quería ayudarlo a garantizar su victoria.

Le dijo la ubicación y él de inmediato celebró con un puño en el aire.

—¡Eso es más que suficiente! ¡Muchas gracias! —Se inclinó para besar su mejilla rápidamente. Luego se marchó corriendo con un grito de alegría, dejándola pasmada en su sitio.

Se llevó una mano a la mejilla, más confundida que nunca.

Sí Titan llegara a ganar ¿cómo se sentiría? Ni siquiera estaba segura.

No estaba segura de nada.

.

Ya faltaban pocas horas para el atardecer y aún no encontraban nada.

Ukyo estaba atento a cada sonido, Suika exploraba los alrededores y Senku observaba el mapa, y aún así nada.

—Estamos cerca de sus principales fuentes de alimentos, pero aún así no se aparece ninguno. —Senku chasqueó la lengua—. ¿Tal vez Kohaku le dio información falsa al idiota enamorado? —Rió por lo bajo, con una expresión contrariada.

—Lo dudo, Kohaku no es el tipo de persona que haría eso. —Ukyo lo miró con escepticismo—. Y lo sabes. Que a ti no te agrade Titan no quiere decir que a ella tampoco.

Senku bufó y siguió mirando su mapa.

—Claramente esta estrategia no está funcionando. Vamos al lago. Si vigilar las fuentes de alimento no sirve entonces vigilemos la única fuente de agua en kilómetros.

De camino al lago, Ukyo abrió mucho los ojos y les hizo una seña para que se quedaran quietos.

—Creo que escuché uno.

Caminaron sigilosamente entre los arbustos hasta que se encontraron con un gran oso macho caminando tranquilamente hasta su cueva.

Senku rápidamente sacó la pistola de aire comprimido, pero el animal ya estaba entrando a la cueva. Quiso tirar de todos modos y falló. El animal se refugió y él solo pudo gruñir por la frustración.

—¿Y ahora qué? ¿Entraras a la cueva? —preguntó Ginro.

—Cuando quiera una muerte horrible y dolorosa, sí.

—¿Entonces ya perdimos al oso? —indagó Suika con lagrimitas en sus ojos.

—No... Simplemente hay que esperar a que vuelva a salir. —Sacó su mapa y marcó la ubicación del oso—. Por mientras vamos al lago, aún debemos encontrar una hembra.

Cuando llegaron al lago, estuvieron caminando una media hora rodeándolo hasta que Ukyo escuchó algo.

—Hay... muchos.

—¡¿Muchos osos?!

—Creo que solo dos grandes... pero escuchó más pequeños, posiblemente sean las crías.

Se acercaron con mucha cautela y vieron efectivamente a dos osos con cinco cachorros bebiendo agua del lago y los tres cachorros más pequeños jugando.

—Maldita sea, son dos hembras. —Por supuesto que no iba a tener tanta suerte—. Bueno, solo le dispararé a una y ya.

—P-pero tienen bebés... —Suika se compadeció por las hembras.

—Sí, pero no tengo opción. Aún así le dispararé a la que tiene solo dos crías, de todos modos ya son lo suficientemente mayores para sobrevivir por su cuenta.

—Es un desperdicio envenenar un animal tan grande, así no lo podremos comer. —Ukyo suspiró con resignación.

—Desgraciadamente no tengo otra forma de matarlos, estas pistolas no pueden disparar con la fuerza suficiente y una flecha incluso disparada con un arpón difícilmente los mataría, aunque puede que se mueran eventualmente pero es diez billones por ciento seguro que escaparían corriendo antes de eso.

—¿No podríamos seguir el rastro de sangre?

—Técnicamente sí, pero otra cosa que me preocupa es mi puntería —admitió con una sonrisa desganada—. Un dardo fallido no llama tanto la atención del animal, una flecha fallida del tamaño necesario para matarlos los hará correr por su vida y luego estarán mucho más alerta.

—Ya veo, entonces no hay otra opción.

—No, ya que tengo que hacerlo solo, es la única forma. —Apuntó el arma hacia una de las osas.

Esperó a que sus cachorros se alejaran de ella para no arriesgarse a dispararles, entonces disparó el primer dardo.

El objetivo era grande, así que por suerte esta vez logró acertar en el primer tiro.

Para que Suika no viera al animal agonizando, les dijo que lo mejor era ir a vigilar al oso macho y luego volver por la hembra cuando los demás osos se alejaran.

La noche llegó y decidieron acampar lejos de la cueva, mandando al pobre Ukyo a dormir en un árbol cerca para que les avisara si el oso salía.

—Es lo mejor. —Ukyo palmeó la cabeza de Suika cuando ella lo vio con tristeza—. No debemos comer cerca de su cueva o podríamos atraerlo. Tampoco es buena idea dormir cerca. Yo me quedaré a salvo en un árbol alto y si sale les avisaré.

—Está bien...

A las cinco de la mañana del día siguiente, Ukyo llegó a despertarlos con una mirada muy seria.

—Salió. Se dirige al lago.

Senku de inmediato se levantó.

Este era el último animal, ¡este era su triunfo!

.

Titan encontró la cueva del oso en la noche, pero decidió que lo mejor era cazarlo en la mañana cuando saliera.

Por mientras fue a buscar una osa.

Buscó rastros con ayuda de Chrome. Ambos estaban acostumbrados a estar en el bosque, así que identificaron ramas rotas, rastros de frutas comidas y demás, hasta que finalmente encontraron huellas. Todo con ayuda de una lámpara ya que era muy tarde en la noche.

Las huellas los guiaron hasta el lago, y después de rodearlo por una hora encontraron una osa muerta. Muerta por un dardo.

—¡Rayos, Senku ya se me adelantó! —Titan pisoteó con frustración—. ¡Qué injusto!

—Te dije que dejaras de soñar despierto con Kohaku y fueras a cazar —lo regañó Ganen.

—¡Aún no pierdo! ¡Solo debo buscar otra hembra y en la mañana iremos por el macho!

—También perdiste mucho tiempo intentando sabotear a Senku —señaló Chrome con mala cara—. Si pierdes te lo tendrás merecido.

—¡¿Qué clases de amigos son ustedes?!

Estuvieron buscando a otra osa por horas, sin resultado, hasta que amaneció y decidieron ir a la cueva a buscar al macho.

Ya que este era el único oso macho en buenas condiciones a los alrededores, quien lo cazará primero sería el ganador sí o sí.

.

El oso se alejaba de su cueva, yendo hacia el lago.

De la dirección de la cueva se acercaba Senku y su grupo. De la dirección del lago se acercaba Titan y Chrome (Ganen prefirió volver a la aldea).

El primero en ver al oso fue Chrome, gracias a su catalejo.

—¡Lo veo! —De inmediato Titan y él corrieron en esa dirección.

Ukyo estaba adelantado a los demás, guiandolos, cuando escuchó los pasos extra.

—Creo... que Titan está cerca. —Miró alarmado a Senku—. Está más cerca del oso que nosotros.

—¡¿Va a ganarnos?! —Suika se preocupó.

—¡Por supuesto que no! —Senku corrió con todo lo que tenía en la dirección que Ukyo les había indicado.

Titan llegó a acercarse al oso primero, pero al seguir corriendo de forma no muy silenciosa el animal giró la cabeza en su dirección, obligándolo a ocultarse detrás de un árbol con pánico de haber sido visto.

Chrome le advirtió que el animal no moriría al instante. Así que si salía para dispararle antes de que el veneno hiciera efecto el oso lo despedazaría.

No obstante, al asomar la cabeza levemente, se quedó pálido al ver a Senku caminando discretamente entre los árboles al otro lado del bosque, con su pistola en mano.

¡No podía dejarlo ganar!

—¡Aquí, oso estúpido! —Salió de su escondite y trató de dispararle al animal, pero como no había tenido cuidado falló el tiro.

De todos modos su intención no fue ganar en ese momento, simplemente llamó la atención del animal y luego salió corriendo.

El oso lo estaba persiguiendo y el corazón le latía con fuerza en los oídos, pero rápidamente se subió a un árbol y el oso se detuvo.

Entonces Titan le disparó, justo en medio de su inmensa cabezota.

Sonrió triunfante, aunque luego chilló porque el oso comenzó a trepar el árbol.

Había otro árbol de ramas resistentes al lado, así que saltó lo mejor que pudo hasta este. Volteó a ver con burla al oso que claramente no podría hacer ese salto, hasta que se dio cuenta de que en una de sus patas tenía otro dardo clavado.

Senku... ¿cuándo disparó?

Más importante... ¿quién disparó primero?

El oso quiso perseguirlo al otro árbol, pero entonces empezó a agonizar por el veneno. Una vez estuvo indefenso, simplemente luchando por respirar, Kinro se le acercó para acabar con su sufrimiento, poniéndole fin a su agonía con su lanza.

Aunque Kinro lo haya matado, todos sabían que el verdadero cazador era el que había disparado primero.

La pregunta era ¿quién fue?

Titan bajó del árbol con una mirada sombría al ver a Kinro atar al oso para arrastrarlo a la aldea.

—¿Quién... quién ganó? —Ukyo se había quedado atrás por un momento y no vio quien fue el primero en disparar.

—Yo —contestaron Senku y Titan al mismo tiempo.

Ambos se miraron con acidez.

—¡Yo no vi ningún dardo tuyo cuando le disparé! —aseguró Titan con los brazos cruzados y una mirada acusadora.

—Yo sé que le disparé antes que tú. —Senku llevó sus manos a la cintura con sus ojos rojos brillando amenazantes—. No me importa ni un milímetro que no lo hayas notado.

—¿Alguien lo vio? —Ukyo miró a Kinro y Suika, que negaron con la cabeza.

—Yo lo...

—Temó que tus palabras no son confiables, Ginro.

—¡¿Por qué no?!

—Yo lo vi. —Todas las cabezas se voltearon a Chrome—. Lo vi todo —afirmó seriamente.

Tanto Senku como Titan miraron ansiosamente a Chrome.

—Entonces... ¿quién ganó?

—Titan...

—¡Lo sabía! ¡SÍ! —Empezó a reírse en la cara de Senku.

—No, Titan —Chrome lo interrumpió, negando con la cabeza—. Iba a decirte que lo siento por ti, porque es cierto que Senku disparó primero.

—¿Qué? —Palideció.

—Cuando tú fallaste tu tiro y saliste corriendo, Senku disparó y no falló. —Suspiró, encogiendo los hombros—. Estaba cerca, lo vi claramente. Senku es el ganador.

Los hombros de Titan se desplomaron, mientras que una lenta sonrisa se apoderó de los labios de Senku.

Era la mañana del quinto día, el último día de la cacería, y finalmente la victoria era suya.

Fue como si un peso se levantara de los hombros de Senku, y ni siquiera sintió ganas de burlarse de su oponente, simplemente estaba tan, tan aliviado de haber ganado.

Pensó en Kohaku, y se preguntó si ella estaría molesta con esto... Pero bueno, eventualmente lo perdonaría y todo volvería a ser como antes de que ese tipejo se metiera entre ellos.

Hablando del tipejo, él estaba con la mirada fija en el piso, y Senku estaba a punto de hacer un comentario sarcástico antes de retirarse triunfante, cuando vio los hombros de Titan temblar. Y entonces, él estalló.

—¡¿POR QUÉ HACES ESTO?! —Todo el mundo se congeló al escucharlo gritar de esa forma—. ¡¿Por qué no puedes dejar a Kohaku en paz?! —Levantó la cabeza, con una mirada feroz y rota, llena de frustración—. ¡ELLA NO TE PERTENECE! ¡¿Crees que es tu propiedad?! ¡Ella tiene derecho a tener su propia vida! ¡¿Cómo puedes ser tan egoísta y meterte en nuestra vida de esta forma?!

Senku se quedó quieto en su sitio, pasmado, en silencio.

—Ginro, llévate a Suika de aquí —le susurró Ukyo al hermano menor, que quiso protestar pero acabó asintiendo y tomó a la niña en brazos, alejándola de allí sin hacer caso a sus protestas.

—¡Me dijeron tus motivos para meterte, Senku! —Lo miró con desprecio y quizás hasta un poco de repulsión—. Quieres hacer esa cosa ridícula de casarte y divorciarte. ¡¿Crees que eso es un juego?! Si bien antes lo hiciste por el título de jefe, ¡esta vez solo se trata de la mano de Kohaku! ¡Y hacerle eso es humillante y vergonzoso para cualquier mujer! ¡Tal vez no sea una deshonra pero no deja de ser una bajeza! ¡¿Te casarás y la dejarás solo porque no quieres que nadie distraiga a tu herramienta tan útil para tus objetivos?! ¡¿Te crees con el derecho a rebajarla de ese modo?! ¡Ella no se merece eso! Sino mal recuerdo, ella fue quien te trajo a la aldea, ¿o no? —Senku siguió quieto y en silencio, simplemente escuchando con una expresión de como si alguien lo hubiera abofeteado—. Ella te protegió, te apoyó, te ayudo en todo y siempre fue leal a ti. ¡¿Crees que te debe algo?! ¡TÚ le debes a ella! ¡TÚ NO SERÍAS NADA SIN ELLA!

—Oye... —Chrome quiso meterse, creyendo que se estaba pasando, pero Ukyo le hizo una seña para que no intervenga.

—Y sabes algo, incluso si no quisieras divorciarte, incluso si no tuvieras ese plan ridículo y no la vieras solo como una herramienta, tú nunca serías lo suficientemente bueno para ella. —Se acercó un paso más a él, mirándolo con aún más desprecio—. Nunca te entendí del todo, pero entiendo que tienes planes, grandes planes más grandes que yo, que ella, que esta pequeña aldea llena de tus herramientas. Tienes mejores cosas que hacer que esta cacería y lo sabes. Tienes mejores cosas que hacer que estar allí para ella ¿verdad? ¡Nunca la esperarías en casa! ¡Nunca la cuidarías ni le darías la atención que merece! ¡Nunca la amarías como YO la amo! —Cerró los ojos dolorosamente—. Siempre tendrás mejores cosas que hacer que cuidarla y amarla como lo merece, ¡yo estaría dispuesto a dar toda mi vida y todo mi tiempo por ella! ¡¿Acaso tú podrías?! —Abrió los ojos, encontrando su mirada desesperada con la mirada agónica y pesarosa de Senku—. No... no podrías. Nunca podrías. —Sonrió, con lágrimas en los ojos—. Nunca podrías amarla como yo la amo. Nunca podrías hacerla más feliz de lo que yo podría. Porque tú no eres el hombre que ella necesita.

Finalmente sintiendo su pecho descargado, Titan dio media vuelta y se alejó de Senku unos cuantos pasos, sintiendo el amargo peso de la derrota sobre sus hombros.

Senku siguió inmóvil, con la mirada fija en la nada.

Finalmente, luego de unos segundos, habló:

—Kinro... dale el oso a Titan.

Todos voltearon a verlo con sorpresa.

—¿Qué dices? —El guardia de lentes lo miró incrédulo, pero Senku le hizo un gesto de que simplemente obedeciera y Kinro, indispuesto a desobedecer una regla, arrastró el oso hasta Titan y le tendió la cuerda con la que el animal estaba atado.

—¿Qué?... —Titan tomó la cuerda con la boca abierta, sin entender nada—. ¿Por qué?... —Miró confundido a Senku, que de repente se giró para darles la espalda.

—Más te vale no estar mintiendo, bastardo. —Rió sin humor, una risa falsa y hueca, antes de voltear a verlo de reojo con sus ojos rojos desprovistos de cualquier brillo—. Más te vale hacerla más feliz de lo que yo nunca podré. —Sonrió ladinamente, pero de forma vacía e indiferente, antes de alejarse de allí como si nada hubiera pasado.

Senku se rindió.

El ganador era Titan.

Continuará...

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa :D

Después de 84 años, finalmente me dieron ganas de actualizar este fic xP

Y el cap es dedicado a mi amadísima Tyare! ❤

Es muy probable que el próximo cap ya sea el final de esta historia!

Muchas gracias a todos por su paciencia, sé que han pasado como 8 meses XD

Ojalá que les haya gustado! Espero ya no tardar tanto con el siguiente cap :P

Los amo!~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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