Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

25


RUUD

El tono de llamada de mí móvil hace que me despierte. Me niego a abrir los ojos, eso sería pensar en que ya empieza un nuevo día de mierda. No tengo noción de cuando me he vuelto tan negativo.

El móvil sigue sonando, y me estoy hartando de escucharlo. La persona tras la línea parece ser que no desiste y piensa que voy a contestarle. Puede que lo haga, pero solamente para no escuchar el horrible sonido a estas horas de la mañana, aunque siendo sincero, no sé ni qué horas son.

—¡Joder, que ya va! —hablo refiriéndome a la llamada. Mientras que me siento en la cama abro los ojos. No quiero enfadarme tan temprano. No obstante, me lo ponen en bandeja para que lo haga.

La habitación se encuentra a oscuras, menos cuando la luz parpadeante de la pantalla se hace presente. Me arrastro hasta llegar a la mesilla donde está la lámpara y el teléfono. Primero enciendo la luz por obvias razones y después de soltar un bufido al ver el nombre de quien llama, descuelgo la llamada.

¿Qué es lo que quieres? —es lo primero que digo cuando contesto.

Es tu madre Ruud —quiere poner una voz falsa de preocupación. Igualmente, yo no voy a caer en su juego. Siempre está con estas cosas para que me descoloque del todo. Es demasiado pesada. Generalmente hace las mismas tácticas, ya es un poco repetitivo.

Estoy aburrido, pero intentaré escucharle sin alterarme.

¿Y ahora qué le pasa a mi madre? ¿Ya se ha ido al otro mundo? Pues que te voy a decir, no me parece mala idea siendo sincero, yo me alegraría por saber que ese hecho se hace realidad —del otro lado de la llamada Ewout se queda en silencio.

¿Me estás hablando en serio?

¿Qué quieres que haga? ¿Qué me preocupe por ella? Y ni se te ocurra salir con lo de que es mi madre porque no te lo voy a permitir. Ella me ha hecho muchas cosas, y no precisamente son buenas. Lo que le haya pasado o no, a mí no me interesa —no entiendo que les pasa por la cabeza. ¿Me quieren lavar el cerebro con tonterías? No les voy a dar el lujo de hacerlo.

Si tantas ganas tiene mi madre de acabar conmigo o hacerme algo que venga aquí, pero que no esté diciendo a mi hermano y a Ewout que me llamen para decirme cualquier gilipollez para que luego caiga. ¡Esta vez no!

¿Me podrías llamar para cosas importantes? No estoy de humor ni con las fuerzas necesarias para hablar contigo en estos momentos —me tomo un minuto para poder suspirar y coger aire para seguir hablando —. Y una cosa más, ¿le podrías decir una cosa a mi madre? —no le dejo contestar porque lo hago yo —Si quiere decirme alguna cosa o que venga aquí; que sabe perfectamente donde estamos o que me llame ella. Que a cobarde no le gana nadie. Escondiéndose siempre y mandándole a los demás hacer lo que debería hacer ella misma.

Con eso y sin dejar que hable, cuelgo la llamada y rápidamente apago el móvil; aunque antes de eso veo la hora que es.

¡Son las ocho y media de la mañana! Sé muy bien que ya no voy a dormir otra vez.

Al menos he descansado, pongo los pies en el suelo de madera que tiene mi habitación, pensaba que iba a tener frío. Sin embargo, siento el calor pasar por debajo de la madera.

Me fijo en mi vestimenta y veo que me dormí con la ropa puesta. Me desvisto y voy hasta donde se encuentra —que no está donde debería —la mochila traída por Gerben la noche anterior. Se encuentra tirada en el suelo al lado de la cama, seguramente la tiré mientras dormía plácidamente por la madrugada.

Saco la ropa del interior de la mochila y me la llevo al pequeño baño que está al lado de la puerta del cuarto. El baño no será enorme, aun así, no tengo que salir para ir a ducharme a otro lado.

Dejo todo en la taza del váter y cierro la puerta para meterme en la ducha; esperemos que nadie entre en la habitación.

Me ducho rápido, para no perder tiempo. Quiero ir a ver a mi padre. Además, que ahora que ya ha amanecido, me puedo acercar perfectamente a él. Pese a que sigo teniendo en mi sistema también la sangre de serpiente corriendo por mis venas y todo mi sistema.

Unos toques en mi puerta hacen que salga del baño. Al menos me ha dado tiempo a vestirme y todo. Ha llegado justo a tiempo la persona. Abro la puerta encontrándome de frente con Gerben.

—¿Has dormido bien? ¿Has podido descansar? ¿Ya recuerdas al de lo que pasó en el laboratorio? —no es lo más sensato bombardear a una persona con preguntas a estas horas de la mañana. Lo más normal es que no sepa ni que responderte; como efectivamente me está pasando en estos precisos instantes. Mi cerebro se bloquea, y no me sale ninguna palabra — ¿Ruud?

—Estoy más dormido que despierto y menos que mal que me acabo de duchar. Por lo menos estoy algo mejor, pero no esperes a que te responda las preguntas. Asimismo, acaba de pasar hace un rato algo —no quería preocupar a nadie. No obstante, yo solo no me podía guardar esto y sabía con certeza que no tardaría en contárselo a alguien, si me preguntara algo. Y he aquí a esa persona.

—¿Qué ha sucedido? ¿Estás bien? —asiento con la cabeza para que al menos estuviera tranquilo.

—He recibido una llamada de Ewout —el frunce el ceño, lo más seguro es que no sepa quién es, puede ser que mi padre no le haya hablado de él —. Supuestamente era mi mejor amigo. Desde que conoce a mis padres, que es desde que vivo en el pueblo de Lake Louise, se ha llevado demasiado bien con ella. Al principio no lo tomaba en cuenta, solo lo hice esta vez, cuando verdaderamente abrí los ojos. En todas las locuras que ha hecho mi madre, Ewout fue su compinche.

—¿En serio me lo dices? —Gerben se encontraba con la boca abierta sin querer creérselo.

—Es el camino fácil —digo con simpleza y sabiendo que es lo que pienso realmente —. Igual que mi hermano que no se me olvide. Porque él también está con ella, aunque con él tengo más dudas.

—¿Por qué tienes dudas con Mannes?

—Le han dado alguna sustancia que hace que obedezca las órdenes de Annelien —Gerben hace una mueca. No sé cómo interpretarla en verdad.

—Esto es demasiado extraño, a decir verdad.

—Dímelo a mí —me mira divertido y niega con la cabeza soltando una carcajada.

—¿Y si entramos en la habitación? Tu padre se puede despertar —señala el interior de mi cuarto que está detrás mío justo ahora.

En verdad seguíamos hablando en el pasillo, ya que él se encontraba afuera de mi habitación, y vale que solo estuviéramos aquí los tres, mi padre está demasiado débil.

Una vez dentro de la estancia, Gerben va directo a la ventana que está escondida tras las gruesas cortinas negras. Las aparta y el sol entra sin permiso a la oscuridad de la habitación. Yo por otro lado me siento en una butaca algo bajita de color negra también.

—¿Hay algo mal? —pregunto cuando no ha dicho palabra alguna desde que estamos aquí, solo mira por la ventana, sin hacer nada más.

—Tengo los resultados de los análisis —dice bajito, pero lo suficientemente alto para poder escucharle.

Yo abro los ojos de par en par, ¿tan deprisa? Yo pensaba que se tardaba más en saber los resultados de los análisis.

—He estado toda la noche metido en el laboratorio analizando vuestras sangres —en cuanto termina de decir la última palabra se gira para verme y puedo ver la mueca que no se le borra de su cara.

—¿Puedes dejarte de rodeos y decirme de una vez? Estoy casi seguro de que no es nada bueno, ¿lo puedes decir ya? No aguanto ni un segundo más.

Con la información que iba a recibir ahora mismo, íbamos a avanzar un par de pasos en este asunto y estaba bastante contento por ello.

—No me voy a enrollar con lo que ya sabes de tu sangre —asiento con la cabeza. Es lo mejor —. En lo que si nos vamos a parar a hablar un poco más es en lo poderosa que es.

¿Qué? ¿Poderosa de qué?

—¿No te has confundido? ¿No has querido decir peligrosa?

—No Ruud, tus sangres juntas forman lo más poderoso del mundo. No matan a gente ni nada parecido. Es más, podría darse el caso de que la sangre de crótalo azul pueda matar a alguien. Sola sí, no acompañada de las otras sangres que contienes en tu sistema.

¿Mi sangre no mato a Noor Seegers?

—¿Me estás diciendo que soy inocente?

—Exactamente. En la autopsia de Noor no encontraron rastro de hielo, solo de crótalo azul según estoy informado.

Me acabo de quitar un gran peso de encima. Ahora lo más importante es como demostramos eso, aparte de que me he ido del pueblo.

—¿Cómo ha ido a parar el crótalo al cuerpo de Noor? —estoy perdido —¿Qué pasa? ¿Han ido hasta Indonesia para sacarle sangre a algún crótalo azul? Eso es tan descabellado que me produce jaqueca, fíjate.

—Has dado en la clave Ruud, fueron a Indonesia.

¿Mi madre ha ido a Indonesia? Pensaba que tan mal de la cabeza no se encontraba, se supera así misma.

—Deja de pensar cosas que no son Ruud. Tu madre no hizo ese viaje. Sin embargo, se quién si lo hizo.

Esto me parece más a un rompecabezas que a otra cosa.

—Dime el nombre de una vez, no hagas que tenga ansiedad. Necesito saberlo.

—Teunis De Groot.

—Me lo he cruzado un par de veces, ya sé quién es. Lleva una careta de payaso en su rostro siempre, no sé el porqué.

—Tengo la respuesta para ello, su cara esta desfigurada completamente. Una parte de ella la tiene quemada, y la otra está muy deteriorada aparte de mal cuidada. No quiso tener más cirugías.

—¿Qué le pasó? ¿Cómo sabes eso?

—¿Te piensas que no voy a investigar a esta panda de desquiciados? —alza una de sus cejas —Estas loco si piensas eso. Estoy al corriente también de que su padre se encuentra postrado en una cama con muchos tubos que hacen que respire. Y lo que no se me ha escapado por nada del mundo es que él es el más cabrón de todos, el que maneja todo el cotarro en este asunto, ¿cómo lo hace? Ni la menor idea. Por lo pronto se dónde lo tienen.

—¿En su mansión?

—Efectivamente, lo que no me gusta, es los miles de gorilas que lo tienen custodiado —creo que me he perdido de algo. ¿Se encuentra aquí en Toronto?

Vale que quiera saber de todo esto y nos hemos desviado del tema por lo de que soy inocente, pero me debe decir lo de mi padre.

—Siento interrumpirte, ¿me vas a contar lo de mi padre?

—Claro que sí —ríe —, ahora que termine de decirte lo de Lodewijk.

—Adelante, ¿Cómo sabes que tiene muchos guardaespaldas?

—Porque se encuentra aquí en Toronto, su gran mansión no está muy lejos de aquí.

Mi padre me había dicho algo distinto a ello.

—¿No te habrás confundido? Mi padre me dijo que su residencia estaba en Vancouver, donde mis padres viven.

—No sé equivocaba. Por desgracia o por buena suerte, no sabría cuál de las dos opciones escoger. Solo sé de primera mano que han tenido que trasladarle hasta aquí, puesto que, tienen mejores métodos para que este en un estado estable —me explica.

¿Todo podría cobrar sentido ahora? La gente de Lodewijk vigilándonos, sabiendo cada movimiento que hacemos, en donde estamos, no pierden detalle de ello para informar a mi madre, pero las órdenes vienen de De Groot.

¡Esto es increíble! ¿No podía buscarse otro lugar? Este hombre cada día me cae peor y ni siquiera lo conozco en persona, aunque, a decir verdad, no se podría ni hablar bien con él, se supone que duerme.

Bueno...sabía a la perfección que a otro lugar no podría ir. En realidad sí que podría. El infierno le haría —con mucho gusto —un lugar entre ellos.

—Hay algo más Ruud, se para que te quieren —Gerben había desviado la mirada hacia una de las paredes y ahora tenía sus ojos puestos en mí —. Lodewijk tiene una enfermedad rara por así decirlo, no me preguntes cual es, ya que no sabría responderte. No lo he investigado aún, pero lo que quieren es tu sangre porque quieren curarlo. Hace un rato te dije que era poderosa.

Hay algo que no entiendo, ¿para que mataron a alguien? ¿Con que fin? No lo entiendo y creo que no lo voy a tener claro nunca.

Soy demasiado consciente a estas alturas de lo importante que soy, bueno, más que nada mi sangre, según lo que me ha dicho Gerben es la más poderosa, vale lo comprendo.

¿Hasta qué punto de locura llegan para hacer esto? Además, ¿para que matan a alguien y me inculpan a mí? No hay lógica por ninguna parte, ya que sería llevado a prisión y como que de allí no pueden hacer mucha cosa, no pienso que mis sangres todas juntas sean tan poderosas como dicen. Y sobre todo salvar a una persona que esta postrado en una cama con miles de tubos a su alrededor.

—¡Es hora de llamar a mi madre! —Gerben me mira con espanto. Yo me encojo de hombros —Necesito respuestas y solo ella me las puede responder.

—Cabe otra opción —dice pensativamente.

—¿Cuál?

—Te puede mentir —eso venia de fábrica. Era una mentirosa nata también, no sé qué tendrá, pero de malo tiene para tomar y regalar cosas.

—Es su naturaleza, no lo puede cambiar. Aunque de eso no hay que preocuparse, yo sé cuándo miente, lo intuyo casi al momento. A veces puede que falle, pero debo escucharla, además que necesito saber que le han hecho exactamente a mi padre. Sé que han experimentado con él, por lo que debo sonsacarle es con qué fin lo han hecho.

—De acuerdo, hazlo entonces —asiente con la cabeza, cerrando y abriendo los ojos a la vez que hacia el gesto.

Repaso con mí mirada toda la habitación, mirando a ver dónde he dejado mí móvil y solo se ve una parte, ya que la otra lo está tapando las sabanas por encima.

Me levanto del sillón rápidamente para cogerlo y poder volver al mismo sitio donde estaba segundos antes.

Desbloqueo la pantalla para poder meterme en mis contactos y poder buscar entre las últimas llamadas el nombre de Annelien. Tenía la mirada fija de Gerben en mí. No me quitaba el ojo de encima.

Suena tres tonos y a la cuarta, se escucha un sonido al otro lado de la línea.

Pensaba que le habías dicho a Ewout, que te llamara yo, ya que ellos no son mis portavoces —la escucho reír. Separo el móvil de mi oreja porque en una de estas me deja sordo como una tapia.

¿Te piensas que has ganado algo? Bueno pensándolo bien, te ganas por goleada un billete a un psiquiátrico.

Ella vuelve a reír más.

Eres insoportable, ¿te crees que vas a salir de rositas?

¿Quieres enfrentarte a mí? No puedes conmigo hijo, lo sabes a la perfección.

Y tú también sabes, aunque no lo quieras reconocer que, aunque me secuestres y me saques sangre, no vas a conseguir nada —suspiro pesadamente. Me está empezando a doler la cabeza. ¡No la aguanto! —. No te he llamado para hablar sobre mí. Quiero saber que le habéis hecho a mi padre, a tu marido.

¿Todavía no lo habéis descubierto? Me da una lástima que no puedas acercarte a tu padre cuando cae la noche —dice con fingida pena.

Lo de mentir se te da fatal. Espero que puedas practicar eso. ¿Qué coño has hecho Annelien? —me pongo serio —¿No puedes dejar las cosas como están? Bastante tengo con lo mío, que no puedo salir de noche, para que vengas tú a complicar más la vida de los demás. Haz contigo lo que quieras, pero a los demás déjalos en paz.

Sabes que no voy a retroceder en esto. No estoy bajo tus órdenes querido Rudolf. Mi superior o jefe es Lodewijk De Groot. Aunque debo decirte que nunca le he visto, solo a su hijo; que si mal no recuerdo tú también te has topado con él —Teunis De Groot, hijo único y futuro heredero de todo el imperio que deje su padre cuando quiera descansar en paz.

¿Te gusta ser la segundona? Y yo que tenía en mente que te encantaba ser la jefa y por lo tanto la que mandabas, pero resulta que es toda una farsa —por dentro estoy saltando de alegría, y seguro que ella se está cagando en mis muertos en estos precisos momentos.

¿Cómo te atreves?

¿Está prohibido decir verdades? —quito por un momento la mirada de la pared y me fijo en Gerben que esta con los ojos abiertos anonadado de lo que estoy diciendo. Mueve sus labios para decirme algo, pero sin decirlo en alto para que no le escuche Annelien. Yo niego con mi dedo índice en su dirección. Vuelve a pedírmelo y lo hago. Separo de nuevo el móvil de la oreja para poder ver lo que hago, y pongo la llamada en manos libres para que Gerben pueda escuchar.

¿Me estas escuchando fenómeno?

Si quieres que sea sincero contigo, debo decirte que no he escuchado ni una palabra de las que has dicho, ¿me las puedes repetir? Si eres tan amable claro —pongo mi mano libre en la boca para reprimir una carcajada.

¿Dónde estás? —no entiendo para que gasta saliva en esto, si debe saber dónde nos encontramos.

¿Me estás hablando en serio Annelien?

Solo quería escucharlo, pero bien, no me lo dirás —a veces no sé quién es más mayor, si ella o yo.

Me estoy cansando de esta conversación. No he podido sacar la información que quería, aunque pensándolo bien, falta algo por preguntarle y que todavía no lo he hecho.

¿Te puedo preguntar algo? —le hago señas a Gerben para que esté atento a esto.

Depende.

¿Para qué matasteis a Noor Seegers? —oigo un resoplo del otro lado de la línea.

No me puedo creer que todavía sigas con ese tema en mente. Ni siquiera te han llamado de la estación de policía Ruud. ¡Olvídalo!

—¿Olvidar el qué exactamente? ¿Qué habéis matado a una persona? ¿Qué habéis ido hasta Indonesia? Para luego inyectársela en las venas a una chica inocente —cojo aire, hablar muy rápido no me hace bien —. ¿Me quieres a mí? Pues te digo una cosa, por voluntad propia jamás. Escúchame bien, jamás me vas a tener, sabes cuál es la única forma, no obstante. Yo que tú, me lo pensaría dos veces el volverlo hacer.

¿Me estás amenazando?

Ni mucho menos, solamente te lo recuerdo. Tómalo como una advertencia. No siempre saldrás victoriosa en algo, madre —la última palabra que pronuncio va con un sarcasmo bastante notable.

Annelien es lista, sabe lo que le conviene y lo que no. No da un paso en falso, si cree que le va a ir mal ahí. La inteligencia le sobra.

Respondiendo a tu monologo de antes —decir que no la soporto, es quedarme corto —, no hemos ido a Indonesia.

¿Quiere que me trague esa farsa? Yo sé a la perfección que el crótalo azul es originario de allí.

Annelien, que no me chupo el dedo. ¡Quiero que me digas la verdad! ¿Tanto te cuesta?

¡Basta ya! —deduzco que su paciencia acaba de llegar a su límite —¿Quieres saber cómo la matamos? No sabíamos cómo podernos acercar a ti, y por eso fuimos a Indonesia a por unas muestras de la sangre del crótalo azul. Ewout nos habló que habías compartido algunas palabras con ella, con la chica. Y es ahí cuando maquinamos un plan, haríamos que te culparan a ti, no podrías ir a buscar a tu padre, estarías atrapado en Louis Lake.

¿Solo por hablar o verla un par de veces por el mercado? Ewout también era casi tan macabro y despiadado como mi madre, eran dos personas sin escrúpulos. No sé si hay personas que no nacen sin corazón, pero estas dos personas no lo tienen y una de ellas es de mi sangre, mi propia madre.

Por vuestra culpa ahora una persona inocente está muerta y parece ser que eso no os entra en la cabeza os da igual. ¿Te gusta ser una asesina? Piénsalo, tus actos no parecen ser de una persona humilde, deberías estar encerrada de por vida.

Antes de que me diga una palabra más, cuelgo la llamada, suelto el móvil que cae entre mis piernas y me paso las manos por el pelo despeinándomelo.

¡El día no puede empezar mejor!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro