2 Cita doble
Durante los días siguientes, cada uno siguió con su vida habitual, pero en secreto se reunieron un par de veces, ayudándose mutuamente: Anon con sus problemas académicos y personales, y Naomi con sus dificultades emocionales. Aunque para todos los demás las cosas parecían seguir igual, ni Fang ni Naser notaron ninguna diferencia en su comportamiento.
Anon y Naomi se reunieron en casa de esta última el domingo, Ella le había pedido ese favor, y Anon aceptó ya que no tenía nada mejor que hacer. Además, le servía para quemar tiempo y quizás ella podría ayudarlo con su tarea. Aunque Naomi era de un grado inferior, era mucho más lista que él... aunque eso no era muy difícil.
Anon entró a la casa de Naomi después de que esta lo recibiera, no de muy buena manera. Estaba de muy mal humor... Anon pensó —Esto es malo, lo que me faltaba. —
Una vez dentro, tomaron asiento en los sillones de la casa. Había té y galletas en la mesita de la sala. Anon agradeció el té que preparaba Naomi; era muy bueno.
La parasaurio dijo después de ponerle varios cubos de azucara su te —¿Puedes creerlo, Anon? El tarado de Naser me canceló otra cita... Dice que Fang tuvo una discusión con su padre y lo pusieron a cuidarla como si fuera una niña chiquita... Dios, es que Fang. —
Naomi intentó no decir algo fuerte, pero Anon, encogiéndose de hombros, dijo —Estamos en confianza, Naomi, no me ofende. Hasta yo sé que Fang se pasa y actúa como una loca a cada rato. —
Naomi suspiró profundamente, dejando que su mirada se perdiera en la taza de té que sostenía entre sus manos —A veces quisiera rendirme —confesó con voz queda —Es una odisea salir con él... Llevamos casi un año juntos y no hemos hecho nada memorable— Se detuvo un momento, como si estuviera midiendo sus siguientes palabras —No me malentiendas, Anon, yo tengo la creencia de, ya sabes, 'virgen hasta el matrimonio' y eso.—
Anon casi se atragantó con su té al escuchar esto. Tosió un par de veces, tratando de recuperar la compostura. Cuando finalmente pudo hablar, preguntó con curiosidad, pero para molestarla un poco —¿Por ti misma o por tus padres? —
Naomi respondió sin titubear —Por ambos lados— Hizo una pausa, girando la taza entre sus dedos —En fin, no es como si hubiera tiempo para eso, mira, está Fang, las labores de Naser con su equipo de atletismo, mis responsabilidades como presidenta, el hecho de que estudio extra todos los días, y que mis compañeros del consejo estudiantil son todos unos inútiles que no se toman en serio nada. —
Mientras hablaba, Naomi tomó nuevamente la taza de té, pero esta vez su mano temblaba visiblemente. El líquido oscilaba peligrosamente cerca del borde. Anon observó esto con preocupación creciente. No sabía cómo lidiar con esta situación; él era más de escapar de todo, pero Naomi parecía estar al borde de un colapso por el estrés.
Después de un momento de silencio tenso, Anon decidió arriesgarse. Con un tono que mezclaba cinismo y altanería dijo —¿Quién te obliga a hacer todo eso? —
Naomi lo miró sorprendida, como si la pregunta la hubiera sacado de un trance. Anon, envalentonado por su reacción, continuó —Mira, sé que eso de ser la número uno y todo eso es algo que quieres, no lo dudo. Pero todo esto te lo estás buscando tú solita, por meterte en tantos problemas a la vez, en especial por buscar una relación amorosa cuando ya tenías todo eso encima. —
La parasaurio entrecerró los ojos, una chispa de malicia brillando en ellos —Lo dice el que en su vida ha tenido afecto femenino— replicó con una sonrisa torcida.
Anon soltó una carcajada, llevándose dramáticamente una mano al pecho —Ouch, golpe bajo—bromeó, pero su expresión se tornó seria rápidamente —Mira, Naomi, no soy quién para decirlo, pero deberías poner tus prioridades en orden. Sé que tú y Naser tienen algo especial, no lo dudo, pero deberías pensar más en qué quieres y cómo lo quieres o vas a terminar ahogándote en un vaso de agua—
El silencio se instaló entre ellos mientras Naomi parecía procesar las palabras de Anon. La habitación, antes llena de tensión, ahora parecía cargada de una energía diferente, más contemplativa.
—Nunca pensé que diría esto— comenzó Naomi, rompiendo el silencio —pero tienes razón, Anon. —Dejó escapar una risa suave, casi incrédula —Es gracioso, ¿sabes? Siempre me he enorgullecido de tener todo bajo control, de ser la mejor en todo. Pero últimamente... siento que estoy perdiendo el rumbo. —
Anon asintió, sorprendido por la repentina vulnerabilidad de Naomi, el recordó algunas cosas de si mismo y aunque sonara extraño sintió cierta empatía — Es normal sentirse así— dijo, tratando de sonar reconfortante. —Todos pasamos por momentos en los que nos cuestionamos nuestras decisiones yo lo hago todo el tiempo... enserio todo el tiempo... siempre...—
Naomi se levantó del sillón y caminó hacia la ventana, observando el exterior con una mirada distante —Es solo que... a veces me pregunto si estoy haciendo todo esto por mí o por cumplir las expectativas de los demás. — Se giró para mirar a Anon. —¿Alguna vez has sentido que estás viviendo la vida que otros quieren para ti, en lugar de la que tú quieres? —
Anon se removió incómodo en su asiento, no estaba acostumbrado a conversaciones tan profundas, especialmente no con Naomi y en especial porque él tenía algo guardado muy profundo de si... algo que no tenía la confianza para decírselo a nadie "Bueno", comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras, —creo que todos nos sentimos así en algún momento. La diferencia está en qué hacemos al respecto. —
Naomi volvió a sentarse, esta vez más cerca de Anon— ¿Y qué debería hacer?— preguntó, su voz mezclando curiosidad y un toque de desesperación.
Anon se rascó la cabeza, pensativo y le dijo lo primero que se le vino a la cabeza algo que vio en un verdoso en un post de motivación en 4 chan... uno que casi le hizo vomitar, por cursi y gay que sonaba, pero que justo podría servir —Podrías empezar por hacer una lista de las cosas que realmente te importan, de las que te hacen feliz. Y luego, bueno, tal vez sea hora de tomar algunas decisiones difíciles—
Naomi, aún pensativa, miró a Anon y preguntó —¿Necesitas ayuda con algo? — intentando cambiar el tema, ya que sentía que estaba hablando demasiado de ella misma y no tomo en cuenta a Anon-
Anon asintió, agradecido por el cambio de tema —Sí... tarea de lenguaje con el profe Tsuki. —
—Quizás esto me relaje un poco —dijo Naomi, esbozando una leve sonrisa. —Saca tus cosas, vamos. —
Anon asintió y comenzó a sacar sus libros y cuadernos. Mientras lo hacía, soltó un suspiro. —Me arrepiento de meterme a japonés... —
Naomi río suavemente. —Déjame adivinar... ¿anime? —
Anon, avergonzado, se cubrió el rostro con una mano y solo murmuró un "Ajá".
—¿Y dices que soy yo la que toma malas decisiones? — bromeó Naomi.
—Era eso, clases de alemán con el profe Adolfo o algún club deportivo... —se defendió Anon.
Naomi arqueó una ceja. —Touché... —
Pasaron los siguientes 30 minutos trabajando en la tarea de Anon. Mientras lo ayudaba, Naomi decidió hacer el ejercicio que Anon le había sugerido para ordenar sus prioridades. Para su sorpresa, lo completó casi automáticamente, sin pensarlo demasiado.
Anon notó que Naomi miraba su cuaderno pensativa —¿Ocurre algo? — Espeto Anon
—Lo hice sin pensar— respondió ella, —tomando en cuenta lo que me dijiste. —
Anon se sorprendió. —¿En serio lo hiciste? Yo sólo quise sonar filosófico, lo leí una vez en un verdoso en 4chan. —
Naomi suspiró y comenzó a explicar su lista —En primer lugar está lo que piensan mis padres de mí... después mis calificaciones y el consejo... después mi relación con Naser... y luego desahogarme contigo y mis nuevos hobbies..." Su voz se apagó, sintiéndose culpable. —Me siento mal por tener a Naser casi al último... —
Anon se encogió de hombros. —Pues es lo que hay si lo hiciste inconscientemente tiene más peso creo... ¿Qué quieres hacer?—
Naomi dudó un momento antes de responder. —Quiero subir a Naser en esa lista, pero no sé cómo. —
Anon se rascó la nuca, pensativo. —Tengo una idea... pero sí o sí conlleva convivir con Fang, ambos podemos salir beneficiados de esto si no te quejas mucho—
...
Anon tuvo una idea de la que se arrepintió casi instantáneamente. VVRUM DRAMA buscaba un lugar donde tocar, y gracias a eso, Anon involucró a Naser, lo que inevitablemente hizo que Naomi se metiera también. Era parte del plan de Anon para que Naomi tuviera al menos una salida con Naser sin que Fang fuese tanta molestia... cosa que falló exitosamente.
La tensión entre Fang y Naomi era palpable desde el principio. Fang no se molestaba en ocultar su desdén por la presencia de Naomi, y lo que sorprendió aún más a Anon fue que Naomi, en lugar de mostrarse sumisa o evitar el conflicto como solía hacer, comenzó a responderle.
Mientras el grupo caminaba hacia el lugar donde VVRUM DRAMA tocaría, Fang no pudo contenerse más y lanzó una mirada venenosa a Naomi.
—¿Qué haces aquí, Pinkie pie? —escupió Fang. —Nadie te invitó. —
Naomi, en lugar de encogerse, le devolvió una sonrisa fría. —Oh, querida— respondió con una voz dulce que destilaba veneno, —Tu limitada capacidad cognitiva debe impedirte comprender que fui invitada por Naser, y de hecho hice espacio en mi apretada agenda para ayudarte, pero no te preocupes, es normal en alguien tan... ¿cómo decirlo amablemente? Poco agraciada cognitivamente como tú comprenda. —
Fang parpadeó, claramente confundida por algunas de las palabras de Naomi, pero captando perfectamente el insulto. —¿Qué mierda dijiste? gruñó, dando un paso amenazador hacia Naomi.
Naomi no retrocedió. —Oh, disculpa. Olvidé que debo usar palabras más simples contigo. Déjame reformularlo: Estoy aquí porque quiero y porque Naser me invito, para ayudarte, y tu opinión me importa tanto como el progresismo a Dino Trump. —
Anon y Naser intercambiaron miradas de pánico, sin saber cómo intervenir en el creciente conflicto.
Naser estaba algo sorprendido jamás había visto a Naomi, responderle a Fang de forma tan directa.
Cada vez que Fang lanzaba un comentario sarcástico o miraba a Naomi con desdén, esta última la enfrentaba con veneno casi del mismo calibre,como si su reciente confianza en sí misma le hubiera otorgado una nueva fuerza. La atmósfera se volvía más tensa con cada intercambio, y Anon comenzó a preguntarse si su plan no habría empeorado las cosas en lugar de mejorarlas.
Mientras el grupo continuaba su camino en busca de lugares para preguntar si la banda podía tocar... Anon no pudo evitar sentir una mezcla de admiración y preocupación por la nueva actitud de Naomi.
Por un lado, era refrescante verla defenderse, pero por otro, temía que esta nueva dinámica pudiera llevar a un conflicto aún mayor. Se preguntó si habría una forma de calmar las aguas antes de que la situación se saliera completamente de control... él no quería que su día se complicara y mucho menos perder su oportunidad con Fang.
Anon observaba desde un costado, sintiéndose cada vez más incómodo, sabía que esta actitud de Naomi no era la misma de antes. En el pasado, habría evitado cualquier confrontación, pero ahora, gracias a sus conversaciones, parecía más dispuesta a defenderse que antes... Anon pensó que quizás se pasó un poco con su forma de hablarle a ella cuando estaban solos, con tanta confianza y quizás le estaba contagiando su cinismo.
A medida que la salida avanzaba, la hostilidad entre Fang y Naomi solo crecía, y Anon comenzaba a preguntarse si este era el principio del fin de su acuerdo.
Anon sabía que la situación estaba tomando un rumbo peligroso. Desde quwe entraron al parque, había notado que Naomi estaba especialmente irritable.
Naser, visiblemente nervioso, murmuró algo sobre revisar su auto y se alejó. Casi al mismo tiempo, Fang se excusó con el pretexto de que estaba en sus días y se dirigió al baño.
Anon y Naomi quedaron a solas. Cuando Naser estuvo lo suficientemente lejos, Naomi pateó el bote de basura con furia contenida y siseó entre dientes —Puta de mierda... —
Anon suspiro mientras veia a Naomi explotar —Oye, tranquila...—
Naomi exhaló profundamente, intentando recobrar la compostura —Ya estoy bien, no te preocupes— dijo, aunque su voz aún temblaba de rabia —Solo quería decirle eso a la cara, pero por obvias razones no puedo. —
Anon la miró con preocupación. —Creo que me equivoqué...— admitió, refiriéndose a su plan para la cita doble improvisada.
Naomi negó con la cabeza. —Nah, créeme, no es la peor salida que he tenido donde esa... tarada es una tercera rueda. —
Anon intentó mediar —Fang no es tan mala una vez que la conoces, tiene problemas al igual que tú y yo, y bastante jodidos y lo sabes. —
Naomi arqueó una ceja, escéptica— Eso no me hace odiarla menos. —replicó con dureza, hizo una pausa, como si estuviera considerando si debía continuar. Finalmente, añadió— Porque sí, yo la odio, Anon y se el pesó de esa palabra, tú me lo enseñaste. —
Anon comprendió sabia la razón de ello y era justificable, sin embargo, se sentía impotente. Él era el relativamente nuevo en la dinámica del grupo, y no estaba seguro de cómo podía ayudar sin empeorar las cosas... o si le daban ganas de hacerlo...
El silencio que siguió fue tenso, cargado de emociones no expresadas y conflictos no resueltos. Anon quería decir algo más, ofrecer algún tipo de consuelo o consejo, pero las palabras se le atascaban en la garganta.
Antes de que pudiera decidir qué hacer, los hermanos regresaron. Fang, aparentemente ajena a la tensión, comenzó a parlotear sobre algo que había visto en el baño, mientras Naser lanzaba miradas nerviosas entre Naomi y Anon.
—¿Todo bien? — preguntó Naser, su voz traicionando su preocupación.
Naomi forzó una sonrisa que no llegó a sus ojos —Todo perfecto, estaba trazando una ruta jnto con Anon, para seguir —respondió con un tono que contradecía sus palabras. —¿Continuamos con la mision? —
Mientras el grupo reanudaba su paseo, Anon no pudo evitar sentir que estaban caminando sobre una delgada capa de hielo. La tensión era palpable, y temía que, en cualquier momento, con el más mínimo empujón, todo podría irse al carajo.
Observó a Naomi, quien mantenía una fachada de calma, pero sus puños apretados y su mandíbula tensa contaban una historia diferente. Anon se preguntó cuánto tiempo más podría Naomi mantener esta farsa, y qué pasaría cuando finalmente llegara a su límite.
Mientras caminaban, Anon se prometió a sí mismo estar más atento, Tal vez no pudiera resolver los problemas entre Naomi, Naser y Fang, pero al menos podría estar ahí para evitar que esas dos se maten.
A mitad de la salida, a los cuatro les dio hambre, y Naser sugirió que se dividieran para buscar algo de comer. Sin embargo, Naomi se quejó de que también estaba cansada, y Fang, aprovechando la oportunidad, intentó molestarla al respecto.
Los cuatro estaban frente al arcade cuando toda esa conversación ocurrió, y Anon sabía que tenía que idear un plan para evitar que la situación no se jodiera más, pudo notar como Naomi cerraba los puños cada vez que Fang le decía algo insultante.
Estaba a punto de aceptar la idea de Naser de separarse cuando Fang, sin darse cuenta, se puso la soga al cuello.
—¿Qué te parece una pequeña apuesta?— preguntó Fang, con una sonrisa maliciosa.
Naomi, irritada, la miró con suspicacia —¿De qué tipo? —preguntó con voz dura.
Fang se cruzó de brazos y señaló una máquina de juegos dentro del arcade. — Una competencia en el arcade. Escogeremos un juego al azar... como ese, Alien Shooting '96. Los que pierdan pagan la comida—
Anon reconoció el juego al instante y levantó una ceja. —Ese es un juego cooperativo de dos jugadores... —
"Exacto," dijo Fang, con una sonrisa aún más amplia. "La apuesta será dos contra dos."
Anon sintió un nudo en el estómago. Oh, no... esto no puede acabar bien, pensó, sabía que Naomi era una jugadora talentosa y prodigiosa... algo que obviamente solo él sabía puesto que ella se terminó el Doom Boneternal en ultra pesadilla, en menos de una semana y fue su primer juego de disparos, y Fang no tenía la más mínima idea, pero la combinación de personalidades explosivas en esa situación podía ser un desastre. Seguro que Fang me va a elegir como su compañero... y voy a terminar enfrentándome a Naomi y Naser. Apenas y tengo dinero para llegar a fin de mes, pensó, preocupado por su billetera, todas las opciones eran malas, estaba acorralado.
Naomi, por su parte, notó la preocupación en el rostro de Anon, aunque este intentaba disimularla. Con una mirada rápida, ella decidió intervenir —¿Y cómo serán los equipos? —preguntó, mientras en su interior evaluaba la situación con cautela.
Fang sonrió con orgullo y dijo— Naser y yo contra tu y Anon. —
El shock fue evidente en los rostros de Anon y Naomi. Naser, sorprendido, se rascó la nuca y trató de razonar —¿No crees que es un poco injusto? Ambos somos muy buenos... quizá los mejores. —
Y Naser tenía razón. En ese arcade, tanto él como Fang tenían los récords más altos en la mayoría de los juegos, incluyendo Alien Shooting '96, cuyos puntajes cuando eran niños lograron romper varias veces, Aunque había pasado un tiempo desde que lo jugaron, sabían el juego de memoria.
—Creo que sería más justo si jugáramos otro juego o si tú y Anon fueran un equipo, y Naomi y yo otro —sugirió Naser, tratando de encontrar una solución más equitativa y que sobre todo no quería ir en contra de su novia, pero si Fang lo veía holgazanear significaba una paliza.
Fang, visiblemente molesta, negó con la cabeza —No... yo decido cómo serán los equipos. —Luego, mirando a Naomi con una sonrisa altiva, añadió —¿O acaso tienes miedo? ¿La niña de papi nunca ha tocado un juego en su vida? —
Naomi apretó los puños, intentando mantener la compostura. Anon, por otro lado, se sintió atrapado. Esto va a ser una masacre... pensó, aunque sabía que, si Naser y Fang eran tan buenos, tendría que confiar en las habilidades de Naomi... lo cual era inútil ya que sabía que ella quería mantener su afición Gamer oculta de su novio.
Fang sonrió, sintiendo que tenía el control de la situación —Iré con Naser a cambiar las monedas. Mientras tanto, piensen en alguna estrategia... Los perdedores pagan la comida, ¿ok? —
Naomi, molesta y determinada, asintió en silencio, mientras Fang y Naser se alejaban hacia las máquinas de cambio.
Anon y Naomi quedaron solos, la tensión palpable entre ellos. Anon suspiró y la miró de reojo. —¿Estás bien? —le preguntó, notando la furia contenida en su expresión.
Naomi respiró profundamente, intentando calmarse —No te preocupes, Anon. No quiero perder, no con ella... pero...— dijo, con una mirada dacaida.
Anon suspiró profundamente, sintiendo el peso de la situación. Luego, miró a Naomi con seriedad. —Deberías ser sutil... —le dijo en voz baja. —Recuerda, tú no quieres que nadie se entere de esa otra faceta tuya que yo sepa. —
Naomi se quedó pensativa por un momento, asimilando las palabras de Anon. Tiene razón, pensó. No puedo dejar que Naser vea ese lado de mí.
—Quizá tenga que perder... —murmuró Naomi, con una mezcla de frustración y resignación en su tono —Fingir que soy mala, como todos esperan de mí. —
Anon asintió, comprendiendo la complejidad de su dilema. —Eso podría ser lo mejor si quieres mantener esa parte de ti oculta— le dijo en un tono tranquilo. —Y si eso es lo que decides, te apoyo, No quiero que esto se vuelva más complicado de lo que ya es aunque solo espero que ellos tengan piedad con mi cartera...—
Luego, sacó su billetera y contó el dinero que tenía —Puedo pagar la mitad de la cuenta si comemos algo sencillo si perdemos... y tú pagas la otra mitad, puedo pagar la mitad de una cena normal si como fideos instantáneos todo el mes— Naomi escucho aquella frase con tristeza pensando en ella pagar toda la cena mejor, para ella no era un gasto ni microscópico, pero para Anon era un mes de miseria, pero también sabia lo orgulloso y terco que era Anon.
A lo lejos, Fang se volvió hacia ellos, con una sonrisa burlona en los labios. — ¡se acabo el tiempo de estrategias, Lenin y princesa peach! —gritó, mientras se acercaba a ellos —Vengan ya, les voy a patear el trasero. —
Anon sintió una oleada de nerviosismo recorrer su cuerpo. La confianza de Fang lo hacía sentirse inquieto, y además, no podía dejar de pensar en lo que estaba en juego.
Pero antes de que pudiera decir algo, Fang lo miró directamente y añadió con una sonrisa arrogante —Y no creas que voy a ser amable contigo solo porque somos amigos, Anon. Voy a vaciarte la billetera... al igual que a ella, tengo antojo de no se... una pizza y unas 3 para llevarme a mi casa, por si acaso. — Fang se dio la vuelta y fue directamente a la maquina a toda velocidad.
Naomi notó la tensión en el rostro de Anon y se acercó, susurrándole al oído —No te preocupes, Anon...— Naomi se acomodó las gafas mientras brillaban — lo eh decidido le quiero patear el trasero a esa perra, pero no te preocupes, voy a mantener mi fachada intacta ya se me ocurrirá una buena excusa, no quiero que Naser sospeche, pero también quiero quitarle la satisfacción—
Anon respiró un poco más tranquilo al escucharla, pero no podía sacudirse por completo el nerviosismo. Sabía que Naomi era capaz de cumplir su palabra, pero la intensidad de la situación seguía pesando sobre él. Esta partida va a ser mucho más peligrosa de lo que parece, pensó.
Naomi se preparaba mentalmente para lo que iba a ser una de las actuaciones más falsas de su vida. Con una sonrisa ensayada y una leve inclinación de cabeza, se acomodó las gafas y entró al arcade junto con Anon, proyectando una imagen de inseguridad falso.
Ambos llegaron justo donde estaban Naser y Fang delante de la maquina.
—Eh... nunca he tocado un videojuego en mi vida... —dijo Naomi con una voz entrecortada y casi tímida, como si de verdad estuviera nerviosa.
Fang soltó una carcajada arrogante, viendo su oportunidad de aplastar a la supuesta inexperta. — No te preocupes, princesa peach, como eres rica, no te va a doler pagar una cena, ¿cierto? — Dijo Fang con tono burlón, mientras le guiñaba un ojo a Naser.
Naser, incómodo con la hostilidad, trató de mediar —No seas tan dura con Naomi, Fang... independientemente de que pasara ya que sabía que ganarían él pagaría la parte de Naomi, al menos eso pensó hacer.—
Fang lo interrumpió bruscamente, dándole un codazo en el brazo —Ni se te ocurra dejarte ganar o te rompo la cara, me voy a dar cuenta si lo haces, ¿entiendes Naser?" La amenaza era clara, y aunque Fang lo decía con una sonrisa, Naser sabía que la amenaza era de verdad.
Naser tragó saliva y asintió nervioso —Sí, sí... lo entiendo...— murmuró, claramente intimidado.
Fang asintió con confianza, mientras ambos se acercaban a la máquina de arcade, el juego era el clásico donde dos jugadores usaban dos pistolas de plástico para simular unas reales mientras avanzaban entre oleadas y disparaban con ellas —Prepárense para la masacre, nenazas — dijo Fang mientras le levantaba el dedo de en medio a Anon y Naomi, mientras tomaba la pistola de plástico con una sonrisa desafiante. —Y no se vuelvan locos cuando vean todos esos ceros en nuestro puntaje. —
Naser y Fang se conocían de memoria cada nivel ya que cuando eran niños solían jugado mucho, Fang realmente quería pasar tiempo con Naser, después de su charla con la azotea con Anon decidió abrirse más a Naser pero su orgullo no le permitía hacerlo de golpe.
Cada enemigo y cada patrón, el primer escenario comenzó con una ola de alienígenas corriendo hacia la pantalla. Con precisión asombrosa, ambos eliminaban a los enemigos sin siquiera pestañear, avanzando en los escenarios con una coordinación casi perfecta. La música retro y los efectos de sonido añadían tensión mientras Fang gritaba ocasionales instrucciones a Naser, quien obedecía sin rechistar.
—¡Dispara a la izquierda! — gritaba Fang mientras se encargaba de los enemigos en la derecha. Naser seguía las órdenes al pie de la letra, tratando de no equivocarse.
En el tercer escenario, donde aparecían alienígenas mucho más veloces, los dos seguían manteniendo un puntaje elevado. Las manos de ambos se movían rápidamente, disparando sin cesar y acumulando puntos en cada horda que derribaban. Fang estaba completamente inmersa, mordiéndose el labio con una sonrisa sádica mientras el contador de puntos subía.
—¡Eso es! ¡No nos van a tocar! — exclamó Fang, emocionada, mientras Naser intentaba seguirle el ritmo.
Finalmente, tras media hora de juego intenso, Fang y Naser terminaron muriendo en las puertas del jefe final, con el contador de puntos brillando en la pantalla. No habían logrado romper su propio récord, ni siquiera terminaron el juego, pero, aun así, su puntaje era impresionante.
Fang se apartó de la máquina, limpiándose las manos con aire triunfal. —No es nuestro mejor puntaje— dijo con una sonrisa de superioridad. —Pero honestamente, es imposible que nos alcancen. —Miró a Naomi y Anon con una expresión de burla. —Su turno, princesas. —
A veces Anon no entendía a Fang, se enojaba porque le dieran mal sus pronombres, pero ella usaba insultos directamente al género de las personas.
Naser, aún un poco sudoroso, se giró hacia Naomi con una sonrisa tímida — Perdón, Naomi... Me siento mal por esto. Después te lo compenso, ¿ok? —
Naomi, manteniendo su fachada, asintió con una sonrisa forzada. Anon observaba la escena con una mezcla de incomodidad y resignación. Sabía que lo que venía sería una masacre, pero esta vez no sería él quien la sufriera.
Naomi le lanzó una mirada rápida y cómplice, dejando entrever que tenía todo bajo control. Vamos a aplastarlos, pero que no se note... mucho...
Era el turno de Naomi y Anon. Anon se acercó a la máquina, recordando cómo había jugado Alien Shooting 96 en emuladores... en Rock Bottom, el siempre tuvo la mentalidad de para que pagar todos los días varios dólares si podía emularlo gratis en su casa, aunque se sabía el juego de memoria, usar la pistola de plástico era algo nuevo y divertido, siempre jugo solo... en su pc.
Pero esta vez, las cosas eran diferentes. Tendría a Naomi como compañera, alguien que, aunque fingía no tener ni idea de videojuegos, era sorprendentemente hábil.
Naomi, manteniendo su acto impecable, fingió torpeza al preguntar —¿Cómo se agarra esta cosa? — mientras sostenía la pistola de plástico con una expresión nerviosa. Anon le siguió el juego, sonriendo para sus adentros. Sabía que Naomi estaba muy lejos de ser una novata. Quería darle una lección a Fang, pero sin levantar sospechas.
—Solo apunta, dispara y mueves la pistola para atrás con la mano para recargar —dijo Anon con voz calmada, indicándole los controles con una sonrisa cómplice.
El juego comenzó, y como parte de su actuación, Naomi cometió algunos errores al principio: disparaba a enemigos inexistentes, tardaba en reaccionar a las hordas de alienígenas que aparecían, y dejaba que algunos se acercaran demasiado. Anon cubría esos errores con algo de nervios, sin embargo, sabía que esto no duraría mucho. Naomi estaba simplemente actuando.
Poco después, algo cambió, la expresión de Naomi se volvió seria, sus movimientos más precisos. Anon lo notó inmediatamente: Naomi estaba entrando en lo que él conocía como "la zona", ese estado mental donde todo lo demás se desvanece y solo existe el juego.
No era fácil llegar a ese nivel de concentración, y menos para alguien que no tenía años de experiencia. Pero Naomi, con su talento natural para los videojuegos de disparos, parecía dominarlo con una facilidad que sorprendía incluso a Anon.
Fang, que estaba observando desde atrás con aire de superioridad, comenzó a fruncir el ceño cuando vio a Naomi moverse con fluidez. La torpe novata de antes ahora sujetaba la pistola con destreza, disparando con precisión quirúrgica. Cada tiro que hacía era un disparo crítico, directo a los puntos más vulnerables de los enemigos en la pantalla. No fallaba ni uno solo.
—¿Qué...? —murmuró Fang, abriendo la boca al ver cómo Naomi y Anon empezaban a coordinarse de manera perfecta, derribando hordas de alienígenas con una eficiencia que parecía imposible.
Anon, por su parte, estaba impresionado. Naomi no solo era buena, era increíble. Ambos se movían en sincronía, cubriéndose mutuamente cuando era necesario, y sin importar cuántos enemigos aparecieran, lograban eliminarlos sin pestañear.
La tensión inicial había desaparecido; ahora estaban completamente inmersos en el juego, no preocupándose por el puntaje ni por la competencia. Solo estaban disfrutando.
En uno de los niveles más avanzados, Naomi comenzó a moverse con una velocidad y precisión que hasta a Anon le costaba seguir. Cada enemigo caía antes de que siquiera apareciera por completo en pantalla. Fang y Naser, que habían estado seguros de su victoria, observaban en silencio, incapaces de creer lo que veían.
Finalmente, Anon y Naomi llegaron al jefe final, un monstruo alienígena enorme con múltiples ataques y patrones complicados.
El enfrentamiento fue frenético, pero ninguno de los dos mostró signos de cansancio. Ambos estaban tan concentrados que, en el clímax de la pelea, hicieron algo que no pudieron evitar: por dos razónes, la adrenalina y como burla hacia Fang, se colocaron espalda contra espalda, levantaron sus armas de plástico en una pose dramática juntando sus pistolas, Naomi en posición vertical y Anon horizontal juntandolas y dijeron al unísono, con una sonrisa confiada:
"¡Jackpot!"
Con unos últimos disparos precisos, acabaron con el jefe final. La pantalla se llenó de explosiones y luces brillantes, y un mensaje apareció en grande: Nuevo récord.
El salón entero parecía detenerse por un momento, mientras el mensaje parpadeaba con letras gigantes. Fang, completamente boquiabierta, no podía creer lo que acababa de suceder. Naser, que al principio había sido escéptico, ahora estaba sin palabras, incapaz de procesar cómo habían sido derrotados.
Anon guardo la pistola donde iba sin embargo Naomi le hizo una sonrisa burlona a Fang, giro su pistola como un vaquero del viejo oeste y la dejo en el mismo lugar que Anon.
Anon miró a Naomi, y aunque ninguno de los dos lo mencionó, sabían que habían logrado más que solo ganar. Habían conseguido darle una lección a Fang.
—Bueno, parece que la pagan ustedes —dijo Anon cruzado de brazos lanzando una mirada a Fang, quien estaba demasiado sorprendida como para responder.
Naomi, todavía manteniendo su fachada, solo sonrió tímidamente y dijo con voz suave: "¿Qué puedo decir? Debe haber sido la suerte del principiante..."
Fang, con los brazos cruzados y una ceja levantada, miró directamente a Naomi y dijo con tono acusatorio —Hiciste trampa, Naomi. —
Anon, que no iba a dejar pasar esa acusación, respondió casi al instante —¿Trampa? Vamos, Fang, solo estás siendo una mala perdedora, te ganó la princesa peach jajajaja. —
La mirada de Fang se volvió más aguda mientras señalaba a ambos —¿Y qué hay de esa sincronización perfecta que tuvieron? ¡Y esa pose dramática al final! Es demasiado sospechoso.
Naser, aunque más tranquilo, también levantó una mano con duda — Sí, debo admitir que fue raro. ¿De dónde salió esa coordinación? No parecía la primera vez que jugaban juntos. —
Naomi, sin perder la calma, adoptó una expresión torpe y fingió estar un poco avergonzada. —Ah... creo que es talento natural..." Dijo con una vocecita insegura mientras jugaba con un mechón de su cabello. —Cuando Anon me explicó algunas cosas, se me hizo fácil. Tengo buena sincronización mano-ojo, supongo, por todos los ensayos e informes que escribo como presidenta del consejo estudiantil, me ayudaron con eso, apuntar y disparar es muy facil. —
Naser, aunque todavía algo desconcertado, parecía dispuesto a aceptar esa explicación. —hmmm... supongo que eso tiene sentido."
Pero Fang no se daba por vencida. —¿Y la pose final? Esa pose de acción fue demasiado sincronizada. —
Anon y Naomi se miraron por un breve segundo y, como si fuera lo más natural del mundo, se encogieron de hombros al unísono y dijeron al mismo tiempo —Adrenalina, supongo. —
El hecho de que ambos dijeran lo mismo al mismo tiempo dejó a Naser y Fang visiblemente desconcertados. Naser parpadeó, casi creyendo que había sido solo una coincidencia. —Eso fue... raro, pero bueno... —
Fang, sin embargo, aún no parecía del todo convencida, pero al ver que Naser se tragaba la excusa, decidió dejarlo pasar —al menos por ahora—. Con una sonrisa fingida y una leve risa, dijo —Bueno, está bien, supongo. Aunque sigo pensando que fue raro... —
Anon, viendo la oportunidad de devolverle el golpe, sonrió de lado y lanzó su propia provocación. —Fang, ya sabes lo que significa, ¿no? Prepara tu billetera, porque te la voy a vaciar. —
Fang, frustrada pero sabiendo que no tenía escapatoria, dejó caer su cabeza ligeramente contra la pared cercana, suspirando. —Rayos...—murmuró, resignada.
Naomi, manteniendo su fachada, sonrió suavemente, mientras Anon, divertido, observaba cómo Fang intentaba disimular su enojo. Aunque por dentro Naomi estaba satisfecha con la victoria, sabía que no podían bajar la guardia, aunque Naomi sintió bastante satisfactoria ver la expresión de Fang.
—Vamos, Fang, — dijo Anon, dándole una palmada en la espalda con una sonrisa burlona. —No es el fin del mundo. Solo una pequeña derrota... ¿o es que no soportas perder? —
Fang lo miró de reojo, apretando los dientes. —Ya veremos quién paga la próxima vez. —
Los cuatro caminaron tranquilamente por las calles, la atmósfera un poco más relajada después de la intensa partida en el arcade. De repente, Naser, con una chispa de emoción en sus ojos, señaló un local al otro lado de la calle. ¡ —Oh, Moes Pizza!, — exclamó. —me suena de algo ese nombre.—
Anon sonrió, detectando una oportunidad, y miró directamente a Fang con una sonrisa maliciosa. —Claro... suena bien — dijo con aire despreocupado. —Pero ya que estamos, pediré una grande carnívora y creo que me llevaré tres para llevar, ¿sabes? Solo por si acaso. —
Fang lo miró con incredulidad, sus labios torciéndose en un puchero evidente, mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar. Naomi, a su lado, tuvo que hacer un esfuerzo monumental para no soltar una carcajada en ese momento, por tremenda humillada que le metió Anon al devolvérsela.
Naser, resignado, dejó escapar un profundo suspiro. Ya se imaginaba su dinero desapareciendo como humo en el aire, pero no dijo nada.
Cuando entraron a la pizzería, el ambiente cálido del lugar les dio la bienvenida, y casi de inmediato, Tío Moe un Trex robusto y de bigote espeso salió de la cocina.
Al ver a Naser y Fang, su rostro se iluminó y corrió a darle un abrazo de oso. —¡Naser, mi muchacho! — gritó Moe, envolviéndolo en un abrazo tan apretado que Anon casi juraría que escuchó los huesos de Naser crujir.
—Ah... tío Moe... —Naser dijo con la voz algo ahogada, intentando liberarse del abrazo sin éxito.
Cuando por fin lo soltó, Moe se giró hacia Fang con una sonrisa paternal. ¡ —Mi pequeña Lucy! ¡Mírate, cuánto has crecido! —
Fang, sorprendida, levantó una ceja. —¿Tío Moe? Pensé que vivías en Italia..."
Moe soltó una risa grave, su acento italiano haciendo que sus palabras sonaran melodiosas. —Ah, regresé hace un año, ¡y abrí este negocio! Perdona por no ir a saludar a tu padre, pero el trabajo aquí nunca termina. —
Anon observaba la escena en silencio, pero no pudo evitar sonreír al ver a Fang mostrando una faceta más suave, algo rara en ella. Aunque intentaba disimularlo, Fang parecía realmente contenta de ver a Moe después de tanto tiempo.
—¿Y quiénes son tus amigos? — preguntó Moe con curiosidad.
Naser, aún recuperándose del abrazo, señaló hacia sus compañeros. —Ella es mi novia, Naomi, y él es Anon... un amigo. —
Tío Moe miró a Naomi con una sonrisa que de pronto se volvió más discreta, y luego se inclinó hacia Naser para susurrarle algo al oído.
La expresión de Naser cambió al instante, su rostro pasando de la sorpresa al enrojecimiento y luego a una mezcla de vergüenza y ligera molestia.
Anon y Naomi no alcanzaron a escuchar lo que Moe le dijo, pero la reacción de Naser fue suficiente para sospechar que no había sido algo precisamente bueno.
Finalmente, Moe les ofreció una mesa para cuatro, y los chicos se sentaron. Tras revisar el menú, pidieron las pizzas. Anon, como lo había prometido, se aseguró de pedir tres adicionales para llevar, mientras lanzaba una mirada de victoria a Fang.
No era solo una lección por la partida en el arcade; en realidad, Anon también estaba en un aprieto económico esa semana, pero no pensaba admitirlo frente a sus amigos. Fang, frustrada, solo cruzó los brazos y se hundió un poco en su asiento, claramente resignada a pagar...
Mientras esperaban la comida, Moe iba y venía, charlando animadamente con ellos entre una mesa y otra, con ese carisma cálido que parecía iluminar la pizzería. Aunque el ambiente era relajado, Anon no podía evitar notar cómo Fang seguía lanzándole miradas de reojo, como si estuviera planeando su revancha.
—¿Sabes, Fang? —dijo Anon con una sonrisa juguetona, inclinándose ligeramente hacia ella. —las pizzas gratis saben mil veces mejor que las pagadas... ¿Estás segura de que quieres seguir apostando conmigo? —
Fang, con los labios apretados y las cejas fruncidas, solo lo miró fijamente antes de soltar un leve gruñido. L—a próxima vez, será distinto, Anon. Ya verás. —
Anon se echó hacia atrás, divertido. —Eso espero. —
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