
Epílogo
Hoy los chicos cumplen cien días de estar oficialmente en una relación, lo cuál es perfecto ya que tienen una semana de descanso de sus actividades grupales.
Beomgyu aprovechó para reservar una suite en uno de los hoteles más lindos de la ciudad, dónde les espera con una cena. Un rato después, los chicos aparecieron luciendo tan apuestos que su boca se hizo agua.
Ambos lucen un elegante traje negro y el cabello peinado hacia atrás, sus perfumes inundan la habitación apenas entran, Beomgyu muerde su labio inferior mientras piensa en lo afortunado que es.
Después de saludarse de manera bastante efusiva, se sentaron a cenar mientras conversan sobre lo que ha pasado en los últimos días.
—¿Se acuerdan de mi maestra de canto?—les preguntó Taehyun y ambos asintieron.
—La última clase que tuvimos me preguntó qué es lo que tiene tan feliz, dijo que me veo radiante—contó con una sonrisa.
—¿Qué le dijiste?—preguntó Beomgyu.
—Solo le agradecí, no sabía si decirle, no sé si nos fuera a guardar el secreto—los tres rieron.
—El otro día mi profesor de baile me dijo algo parecido—comentó Yeonjun.
—¿Qué te dijo?—preguntó Tae.
—Que me veía muy feliz y relajado—rió nervioso—incluso me preguntó si salía con alguien.
—Oh, ¿así que tenemos el poder de hacer felíz y relajado a Choi Yeonjun?—le dijo Beomgyu a Tae, burlándose del mayor.
—Tú no te quedas atrás, baby—apretó su mejilla—hasta tu madre dice que estás más felíz...
—¿Mi madre? ¡ella no dijo...!
—Nos lo dijo a nosotros—confirmó Tae con una sonrisa.
—¿Qué? ¿cuándo?
—El día que te vino a visitar después de la presentación, cuándo te fuiste a comprar algo nos dijo a los cuatro que le alegra verte más feliz—le contó Yeonjun.
—¿Por qué no me habían dicho nada?—agachó la mirada con timidez.
—Lo estaba guardando para cuándo me molestaras—le dijo el mayor.
Beomgyu le dió un manotazo y los tres rieron por la coincidencia. Ninguno destaca mucho por ser romántico, pero éstos días han comprobado que el amor si puede sacar lo mejor de una persona.
Continuaron hablando por un largo rato más, incluso perdieron la noción del tiempo; algo que les suele pasar mucho cuándo están juntos, al ver la hora ya era casi la media noche.
Pero no importa, disfrutan tanto estar juntos que a veces sienten que el tiempo no les es suficiente; cómo si se les fuera volando, ventajas de ser novios y mejores amigos.
—Tengo algo para ustedes—les dijo Yeonjun con una sonrisa.
Sacó de su chaqueta un estuche negro; que a simple vista se nota muy elegante, tiene escrito 'Cartier' en letras doradas, haciendo bastante evidente que es un regalo lujoso.
El rostro de ambos menores se iluminó cuándo Yeonjun lo abrió, dejando ver tres hermosos brazaletes de oro, en el frente solo tienen el logo de la marca y al reverso una inscripción con la fecha de su aniversario.
Ambos agradecieron a su hyung con un beso y éste les colocó con delicadeza el accesorio a cada uno. Un rato después, Tae los llevó a la cama, para darles la sorpresa final de la noche.
No dijo mucho, solo que les concedería algo que le pidieron hace unos días, solo con saber eso ya podían imaginar de que se trata y están ansiosos por ello.
Los tres chicos se despojaron de su ropa con toda la tranquilidad del mundo y se metieron en la cama, la temperatura de sus cuerpos se disparó en cuánto las caricias y los besos se tornaron más apasionados.
Beomgyu ya puede sentir la palpitante erección de Taehyun chocar con su espalda baja y la suya propia rozarse con la de Yeonjun. El menor depósito un beso en el cuello de Beomgyu y le susurró algo al oído.
—¿De verdad?—preguntó sonriente.
—Es su regalo de aniversario—dijo viéndoles a ambos.
Yeonjun sonrió, intuyendo al instante de que se trata. Rápidamente cambiaron de posición, dejando a Tae recostado en la cama con Yeonjun entre sus piernas.
—Dame el lubricante, cariño—le pidió a Beomgyu y éste obedeció.
Yeonjun comenzó a preparar a Tae, con la vista más magnífica de todas: Beomgyu dilatandose a sí mismo mientras deja un camino de besos sobre Tae, desde sus labios hasta su torso.
Tae se estremeció un poco cuándo Yeonjun metió el primer dedo dentro suyo, es una sensación totalmente nueva para él. No sintió dolor, solo una intrusión extraña.
—¿Estás bien Taehyunnie?—Beomgyu le dió un pequeño pico y el menor asintió.
Yeonjun lo movió levemente en su interior para después incorporar un par más, ésta vez si dolió, pero Beomgyu lo distrae acariciando su erección y besándolo lentamente.
Los dedos de Yeonjun lo trabajan como todo un experto, volviendo la sensación mejor a cada segundo; eso sumado a las atenciones de Beomgyu, hacen su cuerpo estremecer de placer.
Cuándo Yeonjun rozó su punto más sensible, su cuerpo dió un respingo y un dulce gemido se escapó de sus labios. Al ver su mirada cargada de deseo, sus mayores entendieron que está listo.
—Beommi, ven acá—dijo el mayor señalando su lugar—dejaré que hagas los honores.
El chico le obedeció y tomó su lugar, Yeonjun se colocó detrás suyo y le dió un beso rápido. Guío su miembro hasta la entrada del menor, haciendo que lo penetre lentamente.
Beomgyu soltó un jadeo al sentir la cálida estrechez de Taehyun recibirlo, hace mucho que no se folla a alguien y olvidó lo malditamente bien que se siente.
El menor de los tres se está volviendo loco, la sensación nueva de tener algo en su interior le resulta completamente abrumadora; pero en un buen sentido, es muy placentero.
Su novio comenzó a moverse despacio, masajeando una y otra vez su próstata, estando pendiente de como su expresión se quiebra por el placer, entonces Taehyun entendió porque Beomgyu parece disfrutar tanto del sexo.
Es malditamente bueno ser follado.
Yeonjun no puede apartar la mirada de ambos; es lo más erótico que ha visto en su vida, su erección húmeda y palpitante ruega por ser atendida.
Después de unos segundos no se pudo contener más, le pidió a Beomgyu que se detenga para poder metérsela, se quedó quieto en el interior de Tae y entonces Yeonjun lo penetró a él.
Ambos gimieron por la repentina intrusión, se quedaron así un par de segundos, hasta que las caderas expertas de Yeonjun se movieron, marcando el ritmo para los dos.
Beomgyu disfruta como nunca, su hyung roza su próstata firmemente con cada embestida, mientras su propio miembro se hunde una y otra vez en la cálida estrechez de Taehyun.
Ésto debe ser lo más cercano a estar en el cielo.
Yeonjun besa y acaricia el cuerpo de Beomgyu, algunas palabras sucias para ambos chicos salen de su boca involuntariamente, calentandoles de sobremanera.
Tae atrajo a Beomgyu de los hombros para juntar sus labios, Beomgyu sonrió en medio del rudo beso. El menor nunca deja de ser tan dominante; ni siquiera cuando es él quien recibe, y eso le encanta totalmente.
Se separaron brevemente, solo para que ésta vez Yeonjun junte sus labios con los de Tae, sin dejar de mover sus caderas con rudeza, arrancando gemidos ahogados a sus menores.
Al separarse de Tae, tomó a Beomgyu del cabello dándole otro demandante beso. El chico casi llega a su límite; pero ambos lo conocen perfectamente, por lo que el mayor no permitió que se corriera aún.
Salió de su interior haciéndolo jadear y lo jaló apartandolo de Taehyun; quien se quejó por la repentina interrupción, pero sonrió de vuelta al ver la expresión de deseo de Yeonjun y el gesto que le indica que se acerque hasta él.
—Hyung, estaba apunto de terminar—se quejó Beomgyu con un puchero.
—Todavía osito, quiero que lo hagas al mismo tiempo con nosotros, sé un buen chico ¿si?—le dió un piquito y el menor asintió efusivamente.
Los dos menores intercambiaron lugares, después de un par de besos con Tae, Yeonjun lo penetró por primera vez. El chico gimió con un poco de dolor, pero Yeonjun le consoló con besos.
Le tomó un par de segundos acostumbrarse a su tamaño, pues es considerablemente más grande que Beomgyu. Cuándo estuvo listo, se enfundó una vez más en el delicioso interior de Beomgyu.
El mayor comenzó a moverse llevando el ritmo por los dos, se acercó al oído de Tae a susurrar lo bien que se siente estar dentro suyo, lo acercó todo lo que pudo a él para pasar sus manos inquietas por su esculpido cuerpo.
Beomgyu trata de contenerse todo lo que puede, pero la imágen frente a él es tan caliente que no puede evitar llevar su mano a su erección, aliviándose un poco.
Cuando Taehyun notó a Beomgyu a punto de llegar al clímax, apartó su mano y la sostuvo fuerte sobre su cabeza, Beomgyu jadeó cuando le miró de cerca con los ojos nublados de placer.
Taehyun sonrió satisfecho al ver a su lindo hyung disfrutar tanto como él, su belleza siempre le va a volver loco sin importar cuanto tiempo pase.
—A-ah me quiero correr—jadeó Beomgyu.
—Yo también—soltó Taehyun entre gemidos.
—Vamos a hacerlo juntos—pidió el mayor mientras deposita un beso cariñoso en la mejilla de Tae.
El bailarín aceleró aún más sus embestidas; haciendo a sus chicos gemir por el repentino aumento de placer, Tae se sostuvo firmemente de la cintura de Beomgyu para no caer.
No bastaron más que un par de minutos para que los tres culminaran en un delicioso orgasmo, el trío de chicos se convirtió en un desastre de jadeos y gemidos, las réplicas se alargaron más de lo normal haciéndolos eyacular abundantemente.
Se quedaron quietos un par de minutos; dándose besos y palabras cariñosas entre los tres, recuperando el aliento luego del mejor orgasmo que han tenido hasta la fecha.
Cuando se sintieron listos, Yeonjun salió de Taehyun y éste a su vez de Beomgyu, los menores sintieron el líquido caliente escurrirse desde su interior hasta sus piernas.
Yeonjun; cómo todo un caballero, les dejó recostados mientras busca algo para limpiarlos. Una vez que lo hizo, se recostó entre ellos abrazándolos por los hombros.
Miró con ternura a Beomgyu cuando éste colocó su cabeza en su pecho, buscando mimos que el mayor no dudó en darle. Tae volteó un poco su cuerpo, dejando su pierna encima de la de Yeonjun, buscando igualmente más contacto.
Esa es su parte favorita después del sexo, cuando los tres se ponen más cariñosos de lo normal. Yeonjun dió un suspiro complacido, va a recordar ésta noche toda su vida.
—Deberias dejar que te follemos así más seguido Taehyunnie—dijo finalmente.
—Es verdad—le apoyó un sonriente Beomgyu.
—Tal vez se repita—soltó una risita.
—¿Te gustó?—le preguntó Beomgyu.
—Si, fué excelente—confesó con mejillas rojas.
Ambos asintieron con tranquilidad y siguieron abrazados un rato más. Besos, abrazos, palabras cariñosas, chistes estúpidos y más palabras cariñosas.
Seguro que volverán a hacerlo un par de veces más, pero tienen toda la noche para eso, ahora mismo solo quieren sentir el calor de sus cuerpos juntos.
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