
11
Su semana de descanso ha concluido, ahora mismo todo el grupo se encuentra ensayando arduamente las coreografías del nuevo álbum, preparándose para su próxima gira.
Cuándo terminaron el último ensayo del día, todos se sentaron a los alrededores contra la pared para descansar, Yeonjun tomó asiento al lado de Beomgyu.
—Las marcas en tu cuello ya casi desaparecen—le dijo el mayor, Beomgyu asintió con algo de culpa.
—Aunque no recuerdo haberlas dejado yo—trató de indagar, Beomgyu tragó saliva con nervios.
—Voy a buscar algo para beber—se puso de pie rápidamente.
—Te acompaño—se paró tras él.
Beomgyu maldijo internamente.
—¿A dónde van?—preguntó Taehyun viéndoles desde el suelo.
—Voy por una soda a la máquina expendedora ¿quieres una?—contestó Beomgyu.
—No, estoy bien. Soobin hyung ordenará comida para todos, no se tarden—avisó.
Ambos chicos asintieron y salieron al pasillo, Beomgyu siente la mirada inquisitiva de Yeonjun sobre él en todo momento, pero trata de actuar normal.
El mayor mira fijamente a Beomgyu mientras éste busca monedas en sus bolsillos, una idea se cruza por su mente al notar que no trae nada.
—Maldición, no tengo cambio—se quejó.
—Yo tengo, pero dejé mi dinero en la van, si quieres vamos por él—ofreció.
Beomgyu lo vió como una propuesta bastante inocente, así que asintió. Fueron de prisa hasta el estacionamiento subterráneo, al vehículo del grupo.
Dejó que Yeonjun entrara y se quedó parado afuera sosteniendo la puerta, mientras mira al mayor buscar entre sus pertenencias. No sabe por qué, pero presiente que algo va a pasar.
—Ven un minuto acá—palmeó el lugar a lado suyo.
—¿Qué pasa? ¿ya lo tienes?
—Si, pero ven—insistió.
—¿Para qué? espero que no se te esté ocurriendo algo raro—entrecerró los ojos.
—No, solo ven—soltó una risita.
La mirada seductora que le dió fué tan convincente que le resultó imposible negarse, suspiró y volteó a ver alrededor, asegurándose de que no hubiese nadie más en el estacionamiento.
Entró junto con él y cerró la puerta detrás suyo, inmediatamente Yeonjun tomó su rostro entre sus manos y le plantó un beso; aunque un poco torpe, Beomgyu le correspondió.
Yeonjun pasó de simples piquitos a meter su lengua en su boca en cuestión de segundos, haciendo que el vientre del menor cosquillee peligrosamente.
Pronto sintió las grandes manos del bailarín acariciar su cintura con delicadeza, pero se alejó de él rápidamente cuándo comenzó a tantear por debajo de su camiseta.
—Ni se te ocurra—le advirtió.
—¿Por qué? no sería la primera vez que lo hacemos aquí—le recordó.
—Si, pero los chicos nos están esperando, se van a preocupar si tardamos.
—Ya pensaremos en una excusa—besó su cuello.
—¡Yeonjun!
—¿Qué?—le miró con una sonrisita.
—Agh ¡al diablo!—exclamó antes de subir a su regazo—pero tiene que ser rápido.
—Si osito—juntó sus labios nuevamente.
Beomgyu se movió sobre la entrepierna del mayor, mientras él masajea su trasero y sus labios siguen unidos en un beso caliente, pronto sus erecciones comienzan a formarse.
Yeonjun lo dejó recostado sobre el asiento y se colocó entre sus piernas, separándose un segundo del beso para sacarle los pantalones.
—¿Tienes preservativos?—preguntó Beomgyu agitado.
—En la bolsa—señaló con su cabeza.
Beomgyu se percató que el bulto que amortigua su cabeza es el bolso de Yeonjun, así que lo tomó de prisa y sacó un condón del bolsillo dónde le ha dicho que los guarda.
Le aventó el pequeño sobre metálico y ágilmente lo atrapó; como no tienen tiempo que perder, Yeonjun liberó su erección y se lo colocó, sin despegar los ojos de Beomgyu sacando su ropa interior.
—Metelo de una vez—pidió acariciándose un poco.
—¿No quieres que te prepare primero?—le miró a los ojos.
—No debemos tardar mucho—le recordó.
—Bien—dijo Yeonjun resignado.
El menor separó las piernas todo lo que el limitado espacio le permitía, Yeonjun alineó su miembro en su entrada, pero no la metió de una vez.
Se quedó unos segundos paseando su mirada por su cuerpo; observándolo de manera impúdica, Beomgyu se sonrojó ante ésto.
—¿Qué estás esperando?
—Ya tranquilo, enseguida te llenare hasta que te duela—susurró en su oído.
Su tono de voz lo hizo estremecer, Yeonjun depósito un beso en su mejilla y metió todo su miembro en él de una sola estocada. Beomgyu no pudo evitarlo, gritó.
Yeonjun cerró los ojos por el repentino placer abrumador, se movió despacio dándole tiempo de dilatarse un poco y tratando de contener sus ganas de follarlo duro de una vez.
—Esas marcas que tienes en los muslos...—susurró en su oído—no las hice yo.
—¿Q-qué?—tartamudeó Beomgyu.
Yeonjun no le contestó, en su lugar, comenzó a moverse más de prisa, haciendo que el dolor se transformara poco a poco en placer.
Cuándo alcanzó ese punto dentro suyo, Beomgyu se retorció entre sus brazos, con esa expresión de placer en el rostro que le vuelve loco.
El mayor tomó las piernas de Beomgyu y las dobló, sosteniendolas fuertemente con sus amplias manos, para llegar hasta muy dentro de él.
Cerró los ojos disfrutando de la estrechez que le brinda su cuerpo; la sensación cálida y suave que envuelve a su miembro lo hace jadear de placer, dificultandole hablar con claridad.
—¿Me vas a decir quién te tomó?—lo miró directo a los ojos, sin detener sus embestidas.
—N-no sé de qué hablas—jadeó con dificultad.
—Dime quien tomó lo que es mío—le exigió, con ojos llenos de lujuria.
—No s-soy tuyo...no te debo explicaciones—le respondió tratando aparentar seguridad.
—¿Entonces no niegas que estuviste con otro?
—Cállate...¿por qué hablas de eso ahora?—le cuestionó Beomgyu con los ojos cerrados por el placer.
—¿No te gusta que hable mientras lo hacemos?
—Si, p-pero cuándo dices cosas sucias...no cuándo me cuestionas tonterías—le explicó.
—¿Quieres escuchar algo sucio Beomgyu?—le dió la vuelta, dejándolo a cuatro patas.
—¡Si!—exigió.
Yeonjun lo sostuvo fuertemente por la cintura y aceleró sus penetraciones, siendo más rápido y duro ésta vez. Los gemidos de ambos resuenan por todo el vehículo y probablemente también en el estacionamiento.
Acercó su cabeza hasta la de Beomgyu y le susurró al oído lo que le pidió; palabras sucias, palabras sucias que expresan lo que pasa por su cabeza en éstos momentos.
—No importa con que bastardo estés, eres mío...solo yo te follo tan bien hasta hacerte gritar de placer, justo como lo haces ahora pequeña puta—jadeó.
—No estés tan seguro de eso—le retó.
Un gruñido de placer mezclado con enojo salió de la garganta de Yeonjun, lo siguió penetrando fuerte y acarició su miembro goteante, llevándolo casi hasta el climax.
Pero se detuvo cuándo estaba apunto; en vez de dejarlo correrse, apretó su glande evitando que eyaculara, Beomgyu se quejó con la voz quebrada.
—Es verdad; no eres mío, estás en tu derecho de estar con quién quieras...pero cada vez que te corras vas a pensar en mí osito—lamió el contorno de su oreja.
Soltó su glande dejando que chorros de semen salgan disparados del miembro del chico, Beomgyu enterró sus uñas fuertemente en el asiento, sus gemidos fueron ahogados por la mano de Yeonjun sobre su boca.
El bailarín lo embistió con fiereza, buscando su propio placer y demostrando lo furioso que está ante la confirmación de que estuvo con otro, desea hacerlo saber que es suyo.
La sobre estimulación hace que un par de lágrimas escurran de los ojos de Beomgyu, pero no dura mucho, solo un par de estocadas bastan hasta que Yeonjun se corre fuerte en el preservativo, jadeando el nombre del menor.
Se quedaron juntos unos segundos hasta recuperar el aliento, el mayor se inclinó para abrazar a Beomgyu fuertemente de la cintura. Nunca lo admitiría, pero le duele saber que está con otro.
Teme perderlo.
El corazón de Beomgyu se aceleró cuando Yeonjun salió despacio de su interior y se quitó el condón, sin decirle ni una sola palabra dulce a como lo tiene acostumbrado.
—Menos mal que los asientos son de piel, porque hiciste un desastre—le dijo con un tono que Beomgyu no pudo descifrar.
Solo le sonrió y se mantuvo en silencio hasta terminar de vestirse, después limpió los 'restos de su encuentro' del asiento, con unas toallitas húmedas que Yeonjun le dió.
Cuándo ambos estuvieron listos, procuraron dejar todo como lo encontraron y regresaron adentro.
—Hyung ¿no estás enojado conmigo, verdad?—le pregunta mientras camina a su lado.
—No—contesta sin verle—solo un poco ofendido.
—¿Por qué?
El mayor se detuvo para mirarle.
—¿No te complazco Beomgyu? ¿es eso? ¿por eso estuviste con otro?
—¡No! no es eso.
—¿Entonces?
Beomgyu pensó en decirle, pero no quiere arriesgarse a generar incomodidad que afecte su amistad. Tampoco quiere tener que elegir a uno o otro, aunque suene egoísta.
Realmente disfruta mucho estar con ambos, los dos son tan guapos y follan de maravilla, muy a su manera « No puedo elegir a uno, es imposible » pensó irritado.
—Vamos, dime—pidió Yeonjun de vuelta.
—Eres excelente en la cama y muy atractivo, en serio.
—¿Entonces?—alza sus hombros sin entender.
—Él...bueno, él también lo es—rascó su nuca, bastante avergonzado por lo cínico que sonó.
—¿Quién es?—preguntó con una seriedad aterradora.
—No te lo diré—negó con la cabeza.
—¿Por qué?
—¡Porque no! no necesitas saber—suspiró.
Yeonjun le miró sin expresión en el rostro, solo siguieron caminando hasta llegar de nuevo al pasillo dónde está la máquina expendedora.
El bailarín le extendió un par de monedas que sacó del bolsillo de su pantalón; tratando de demostrarle que no está molesto, Beomgyu las tomó y compró lo que quería.
Antes de entrar de vuelta al estudio, Yeonjun le detuvo.
—Solo sé cuidadoso, si te ven con él...
—Nadie se podría dar cuenta—dijo seguro.
—¿Por qué no? conmigo nadie se daría cuenta, pero con otro tipo los rumores podrían surgir por cualquier...
—¡Tranquilo! me cuido muchísimo—le aseguró.
—¿Dónde se ven?—le preguntó.
—¡Yeonjun!—se quejó.
—Necesito saber ¿y si les toman una foto? ¿es un hotel?
—¡No!
—¿Entonces?—insistió en saber.
—No te diré ¡ya!
—Espera—entrecerró los ojos—¿en qué momento se ven? casi nunca te veo fuera del departamento ¿no será que...?
—¡No! lo que sea que pienses ¡no!—le apuntó con el dedo.
—Es alguien del staff ¿verdad?
—¿Ah?—frunció el ceño.
—Solo alguien del staff es lo suficientemente cercano a nosotros para que 'nadie se pueda dar cuenta' como tú dices.
« Dios, sí que es tonto » pensó un poco aliviado.
—¡No es alguien del staff!—hizo una mueca de desagrado—y ya deja de insistir con eso.
—Solo dime quién es.
—No.
—¿Es de la empresa?
—No.
—¿Es idol?
—¡No!
Yeonjun abrió la boca para hacer otra pregunta, pero la voz de Taehyun les interrumpió.
—Estaba a punto de ir a buscarlos, ya llegó la comida—les avisó—¿por qué tardaron tanto?
—Es qué no tenía cambio, fuimos hasta la van a...buscar monedas—tragó saliva nervioso.
Taehyun no pareció creerle, pero no dijo nada, más tarde hablará con Beomgyu.
—Vamos a comer, muero de hambre—dijo Yeonjun entrando al lugar, siendo secundado por sus menores.
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